Capítulo 1: Destino

***Kagome***

No se como llegue a este momento, a encontrarme de esta manera. Pensaba una y otra vez en que tan diferente seria si mis decisiones hubieran sido otras. No pude ver el momento en el que tenia que detenerme o tal vez si lo hice, pero simplemente lo ignoré. Mis manos y mis tobillos ya no los sentía, las cadenas comenzaban a pesar, aunque había desaparecido la sensación del frio quemando mis muñecas. No paraba de pensar si en algún momento iba a venir alguien a sacarme de aquí. Al menos quisiera volver a ver esa cabellera blanca y esos ojos dorados por ultima vez, antes de que todo esto termine, antes de que mi vida termine.

1 año antes…

Eran las 5 de la mañana y me encontraba en el baño cepillándome los dientes. Aun mantenía mis ojos cerrados, sentía que con cada día que pasaba me costaba mas levantarme de la cama. Voy en mi cuarto año de medicina, aun me cuesta creer que haya soportado hasta ahora. Desde un principio sabía que sería difícil, pero jamás imagine que no dormiría, que casi no comería y que además tendría cada vez menos tiempo libre.

Cuando terminé de alistarme fui hacia la cocina para hacer un pequeño almuerzo, al parecer había hecho mucho ruido ya que una puerta se escuchó abrirse y después unos pequeños pasos se fueron acercando a mí.

-Bueno días hermana- es mi hermano menor, su nombre es Sota. Tiene 15 años y estudia su último año de secundaria. Tiene el cabello oscuro al igual que el mío y sus ojos de igual manera. Estos ultimo meses había crecido mucho a tal punto de que casi me alcanzaba.

-Lo siento por el ruido, deberías de descansar bien para tu próximo examen- su examen de ingreso a la preparatoria era en tan solo 2 semanas y sabia que se desvelaba cada noche estudiando duramente.

-Igual tenia que levantarme temprano- agarro un vaso y lo lleno de jugo, aun mantenía los ojos cerrados mientras se lo tomaba- le prometí a Shippo ayudarlo con su tarea de la primaria- Shippo era un pequeño niño de 7 años que ha estado viviendo con nosotros desde el año pasado. Sus padres sufrieron un terrible accidente y al no tener a nadie más con quien quedarse, nosotros nos hicimos cargo de él. Al principio se mostraba algo tímido y temeroso con nosotros, pero, conforme pasaron los días se convirtió en un integrante mas de esta familia.

-¿Estas bien con eso? Puedo quedarme si quieres- Sota solo negó con la cabeza y se levantó de la mesa.

-Estoy bien con ello, siento que así puedo distraerme un momento- fue hacia el baño, pero antes de cerrar la puerta volteo a verme- iré a bañarme, ¿puedes despertarlo?

Terminé de hacer el almuerzo y subí las escaleras hasta el cuarto de Shippo, su cuarto se encontraba a lado del mío ya que en algunas ocasiones tenia pesadillas e iba a mi cuarto para dormir. Cuando entre a su cuarto aún se encontraba tranquilamente dormido en medio de la cama. Cuando dormía solo siempre se hacia bolita, como si fuera un pequeño cachorro. Me acosté a su lado y al sentirme se acurruco conmigo.

-Es hora de levantarte pequeño Shippo- se acurruco un poco más y después abrió los ojos y me miro directamente- Sota me dijo que harían una tarea pendiente- al escucharme se levantó rápidamente

-Lo había olvidado- agarro algo de ropa y después volteo a verme- huele muy rico el desayuno Kagome

-Primero ve a bañarte, tal vez aun alcances a Sota. Yo tengo que irme a la escuela- se devolvió corriendo y me dio un pequeño beso en la mejilla.

-Vuelve pronto a casa Kagome- aún me sorprendía sus muestras de afecto, en algunas ocasiones me daba tiempo de reaccionar, pero el día de hoy solo salió corriendo del cuarto gritándole a Sota que lo esperara.

Agarre mi mochila y mi bata para irme a la universidad. Me gustaba caminar hasta el autobús, disfrutaba de la sensación del aire, de la distracción de las personas. Todos los días si ponías atención podías ver algo diferente. Mientras iba en el camino disfrutando del trayecto comenzó a sonar mi celular identifique el tono inmediatamente así que conteste con una sonrisa en mi rostro.

-Ya se me hacía raro que no llamaras Sango- se escuchó la risa de mi amiga del otro lado del teléfono.

-Solo lo hago para no perder la costumbre- sonaba con cierta diversión- y también para pedirte un favor

-Si es sobre salir debes de saber que es un no

-Kagomee, solo será una salida, solo una- Sango siempre quiere arrastrarme a fiestas y reuniones públicas, ya que su novio tiene varios negocios- Miroku hará la inauguración de su nuevo antro, será algo tranquilo y pocas personas.

-Oh felicidades, dile que espero le vaya muy bien- estaba viendo por la ventana cuando un motociclista se puso a un lado del autobús. No llevaba casco, pero aun así no pude observar bien su rostro, lo único que podía ver era su largo cabello de color plateado y por primera vez en mis 23 años senti mi corazón saltar. Vi la motocicleta alejándose hasta que la voz de mi amiga me trajo de vuelta.

-KA-GO-ME

-Si, ¿Qué paso?

-Es lo mismo que yo me pregunto, te quedaste muda por unos momentos- escuche voces de gente a su alrededor- bueno, no importa. Voy para tu clase ahí podremos hablar- Sabia que no se había dado por vencida sobre la salida

-No es necesario Sango, yo tengo que estudiar un poco así que no…

-Mentirosaaa, aun así, iré. Así que no te escondas. Besos.-Ni si quiera espero que le contestara cuando ya había colgado la llamada.

Cuando llegue a la universidad me dirigí rápidamente a mi salón, aunque antes de llegar tendría que detenerme en el baño para arreglarme. Justo en la entrada del baño me estaba esperando Sango. A simple vista sango se veía una mujer muy atractiva e inocente, pero realmente ella no tenia nada de inocente. Me llevaba 2 años, nosotras nos habíamos conocido cuando practicaba defensa personal, Sango tenía unos años ahí y ayudaba en ocasiones con los nuevos alumnos. Paso poco tiempo para que nos volviéramos tan buenas amigas.

-Kagome- me dio un abrazo y un ligero beso en la mejilla- ¿Por qué no me sorprende verte así?- entro conmigo al baño y en el espejo vi el mismo reflejo de hace años- ¿Hasta cuando piensas hacer esto?- me quité la gorra negra y los lentes de igual color.

-Sabes porque lo hago

-Si, pero, no entiendo la necesidad de hacerlo todos los días. Por un día que no lo hagas te va a pasar algo- me estaba cepillando el pelo y poniendo un poco de maquillaje mientras Sango se quejaba como todos lo días.

-La última vez que sali sin estas cosas la gente no paraba de pedirme fotos porque pensaba que era Kikyo- Kikyo es mi hermana mayor. Ella desde adolescente triunfo en el mundo del espectáculo, primero con un comercial, después fue una novela y ahora hace películas. Es una actriz reconocida en todo el país y es muy raro verla por aquí por tanto trabajo que tiene. Nos llevamos muy bien, aunque casi no nos veamos. El problema es mi gran parecido con ella, muchos han pensado que somos hermanas gemelas o en ocasiones hasta que me llegan a confundir pidiéndome fotos o autógrafos. He estado huyendo de las cámaras, entrevistas y la gente desde que tenía 17 años. Y por eso mi vida se había convertido en esto.

-Solo consigue gente que te cuide, tu hermana debe de ser rica, no tendrá problema con poner un poco de seguridad a tus órdenes.

-¡No! Eso seria peor, con seguridad a mis alrededores realmente van a pensar que soy ella. Prefiero seguir con un bajo perfil a tener que llamar la atención- yo no era como mi hermana, a mi no me gustaba llamar la atención, yo solo quería tener un perfil bajo y vivir en paz.

-Bueno, como sea- Sango había tomado mis cosas y las guardo en mi mochila- solo dime que aceptas venir esta noche conmigo

-Creo haber dicho que no

-Kagome- me tomo de los hombros y me hizo verla a la cara- Te prometo que será la ultima vez que te pido algo así. Eres mi única amiga, por favor- solté un suspiro, ella sabía que había ganado antes de que yo le contestara.

-Pero será la ultima vez Sango- me dio un beso en la frente y me abrazo fuertemente

-Lo será te lo prometo- sabia que esa promesa era falsa, como siempre me decía eso ya no podía creerle

-Pero iré como siempre aun cuando te enojes

-No, no lo hare. Bueno ahora tengo que irme y le diré a Miroku que iras- las dos salimos juntas del baño, Sango por supuesto, dando brincos de alegría- paso por ti en cuanto salgas de aquí

Sango se fue rápidamente, me imagino que a sus clases. Ella ahora era instructora oficial de la escuela de defensa personal. El día paso rápido, aunque cada segundo fue agotador estaba feliz de que el día finalmente terminara. Al dirigirme a la salida del campus me encontré con Rin. La conocí hace dos años cuando recién ingreso a la carrera de medicina, me pidieron que le diera un recorrido ya que solo yo podía ayudarla. Y eso es debido a que ella no puede hablar.

-Hola Rin- había aprendido el lenguaje de señas desde que estaba en la primaria solo que nunca lo había utilizado hasta que conocí a Rin.

-Hola Kagome- mostraba una amplia sonrisa- aún tengo dos clases, creo que saldré de noche

-¿En serio? Pensaba invitarte a salir esta noche- Rin se asombró, pero después negó con la cabeza

-Te lo agradezco mucho, pero, no quisiera molestarlas. Además, tengo que ir al trabajo mañana temprano- Rin era mas pequeña que yo, tanto de edad como de estatura. Tenia un largo cabello negro, que casi siempre llevaba suelto. Supongo que era para poderse cubrir de las miradas de la gente. Recuerdo que mas de una vez Sango y yo le hemos dicho que debería de soltarse un poco más, ella realmente es linda.

-Deberías de salir de ves en cuando- eso se lo dije en voz alta y ella solo asintió.

-Lo hare cuando tú lo hagas- me dedico otra pequeña sonrisa antes de continuar- ¿Qué te parece si pasado mañana voy a cuidar al pequeño Shippo?- me sorprendió un poco su comentario

-¿Cuidar a Shippo?- de vez en cuando Rin era niñera de Shippo, solo cuando Sota o yo nos ocupábamos en algo. Pero ahora no había nada de eso.

-Si, él me había comentado que quería que lo fuera a visitar en cuanto tuviera tiempo, además, no quiero estar sola- Sabía que había algo mas que no me estaba diciendo, pero antes de que pudiera preguntarle algo llego Sango.

-Kagome, Rin- Sango se acerco a nosotras con la misma energía con la que se había despedido esta mañana- Me sorprende que estés aquí Rin, mmm- se quedó pensando un poco y después continuo con el lenguaje de señas- ¿No deberías de estar en clases?- Sango aun estaba aprendiendo el lenguaje de señas y se le complicaba en algunas palabras. Rin sabia el gran esfuerzo que ella estaba haciendo y saco una pequeña libreta que siempre llevaba consigo.

-Voy a mis clases y no te preocupes, puedo entenderte si me hablas- En su cara estaba una pequeña sonrisa, mas de burla que de amabilidad.

-Aun así, quiero practicar un poco. Ya se cual será tu respuesta, pero como sea te preguntare, ¿Iras con nosotros esta noche?- Rin solo negó con la cabeza escribió rápidamente en su libreta.

-Tengo que ir a clases, lo siento-

-Si lo sintieras tanto como dices, irías con nosotras- sabía que Sango se pondría de terca justo como lo hizo conmigo en la mañana.

-Tranquila Sango, ella tiene que ir a sus clases- trataba de mantener a Sango a lado mío, ya que estaba comenzando a intimidar a Rin.

-Bueno, bueno. Lo dejare pasar esta vez- Rin apenas se había calmado un poco cuando Sango le hizo otra pregunta- ¿Este fin de semana saldrás con mi hermano verdad?- a Rin y a mí nos sorprendió mucho la pregunta, aunque a Rin además de sorprenderla la puso nerviosa.

-Amm…yo- Rin comenzaba a hablar en lenguaje de señas, cuando entendí la situación.

-Lo siento Sango, estaré ocupada con una práctica y le pedí a Rin que cuidara al pequeño Shippo, si hubiera sabido que tenía algo más que hacer

-Oh, ya veo. No te preocupes Rin, deberías de comentarle a Kohaku- Rin todavía apenada y nerviosa asintió.

-Tengo que irme a mis clases. Que pasen una linda noche y te veo el domingo Kagome- Sango y yo le dijimos adiós, cuando Rin paso a un lado mío con su dedo índice me dio unos toquecitos en el hombro- Gracias- hizo el movimiento de los labios, pero ningún sonido salió de su boca.

-Espero y estés lista porque hoy será una larga noche- Sango no me dejo contestarle porque ya me había arrastrado con ella.

Eso tan solo fue el principio, a pesar de las innumerables veces que le dije que no me quitaría la gorra y los lentes no me escucho. Insistió mucho en que yo debía de arreglarme de vez en cuando, que tenia una belleza que todos tenían que ver. Cuando llegamos al lugar me encontraba aun con mi ropa que traía en la mañana, pero, mi cabello se encontraba suelto y un poco ondulado. Traía un maquillaje sutil, pero decía Sango que resaltaba mas mis encantos. No puedo decir que no me gustaba arreglarme, pero, sentía que de esta manera será más fácil confundirme con mi hermana.

-Tranquila Kagome, aquí no hay gente común, ellos aun cuando te les hagas parecida, no vendrán a molestarte- Quería creerle y me quería sentir cómoda, pero aun así me quede cerca de ella, por si pasaba lo mismo que otras veces.

-Mi princesa- la voz de Miroku nos hizo voltear a las dos hacia donde estaba él. Se acerco a Sango y le dio un ligero beso en los labios. Suficientemente rápido para no incomodarme demasiado. Después de saludar a Sango volteo a verme a mi- Señorita Kagome, que grata sorpresa encontrarla por aquí

-No la molestes Miroku, fue toda una odisea convencerla de venir- ellos ya se habían tomado de la mano. Llevaban de novios apenas medio año, Miroku había estado detrás de Sango por al menos dos años, hasta que Sango acepto y el martirio de Miroku comenzó. Él era un coqueto con todas las mujeres, jamás he visto que le sea infiel a Sango, pero aun así no se detiene en mostrarse como él es. Sango está detrás de él casi todo el tiempo y en varias ocasiones le ha dado su merecido, quien los viera pensarían que se trata de una pareja casada, no de un noviazgo.

-No la molestare, él día de hoy estas diferente Kagome, deberías de arreglarte así mas seguido- trate de no prestar atención a su comentario y Sango le dio un golpe para que se detuviera- iré a saludar a algunas personas, ustedes disfruten del lugar- le dio otro ligero beso a Sango antes de irse.

-No le prestes atención, ya sabes como es- tomo unas bebidas de la barra y me puso un vaso en las manos.

-Se que no lo hace con mala intención- tome un trago del vaso y el alcohol me quemo un poco la garganta.

-Por ahora disfrutemos de la noche, esto no pasa todos los días- Sango también le tomo un trago a su vaso para después arrastrarme hasta la pista de baile.

El resto de la noche nos la pasamos bebiendo, bailando y platicando con algunas personas, que al ir pasando la noche me fui olvidando de su existencia. Hubo un momento en el que todo el alcohol que había tomado me hizo efecto y mi cabeza se encontraba dando vueltas, además de que mi estomago también se encontraba algo revuelto. Sango se encontraba bailando con Miroku, también se veía un poco perdida de sí misma así que no le quise avisar que iba a ir al baño. Cuando iba a entrar un hombre me detuvo del brazo y me hizo voltear a verlo, pero yo ya no podía enfocar bien, solo podía sentir el olor a alcohol viniendo de él.

-Este tiene que ser mi día de suerte, me he encontrado con la actriz Kikyo- al escuchar eso trate de zafarme, pero no podía hacerlo, no tenia nada de fuerzas.

-Suélteme- trataba de forcejear y alejar al hombre de mi pero no podía. Su aliento seguía muy cerca de mí.

-Las celebridades se hacen siempre las difíciles, pero, no te preocupes. No te hare nada que no vayas a disfrutar- Sentí como su aliento se estaba acercando a mi cuello y sus manos querían viajar por mi cuerpo. Cuando de repente se quito de encima de mí.

-Me parece que la señorita le pidió que la soltara- una voz diferente a la del hombre apareció de la nada. Mis ojos estaban enfocando cada vez menos, pero, pude observar una cabellera blanca. La misma cabellera que se acercó hasta mi- ¿Te encuentras bien Kikyo?- su voz ya no era grave, hasta me hablaba con cierta dulzura, lastima que a quien le hablaba no era a mí.

-Yo no soy Kikyo- quise apartarlo, pero no pude, en ese momento perdí el conocimiento.

Cuando desperté a la mañana siguiente, lo primero que hice fue taparme la cara. La luz que entraba por la ventana hacia que mi cabeza quisiera explotar. Con los ojos cerrados y extendiendo mi brazo trate de encontrar la mesita de noche que tenia a lado de mi cama. Quería alcanzar mi celular para ver la hora, pero por mas que estiraba mi brazo no encontraba la mesita, hasta que estaba a punto de caerme fue cuando tuve que abrir los ojos. Segundos después mi cerebro aun estaba procesando la última información del día de ayer, no recordaba nada después de que aquel hombre me había confundido con Kikyo. Mis ojos comenzaron a parpadear para tratar de acostumbrarse a la luz y en cuanto lo hicieron, me pare rápidamente de la cama. Esta habitación en la que estaba no era la mía. Voltee a ver mi cuerpo, aun llevaba la ropa puesta, pero, aun así, sentía inquietud.

-Despertaste- la voz de un hombre hizo que volteara con miedo y asombro hacia la entrada, donde se encontraba él. Era un hombre mas alto que yo, de cabello blanco y de unos ojos dorados intensos. Mi mente, aunque reacciono tarde, me hizo agarrar una almohada y ponerla en frente de mí.

-¿Quién… quién eres tú?- él se me quedo mirando un poco y después levanto las manos en señal de rendición, ¿o tal vez era de burla?

-¿No sabes quien soy? ¿En verdad no eres Kikyo?- sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, tal vez se trataba de un loco fan. Mis piernas comenzaron a temblarme, no tenia idea de lo que quisiera hacerme y solo pensar en algo me daba aun mas miedo- Estas jugando ¿cierto? Tu si sabes quién soy Kikyo.

-Yo no soy Kikyo- las palabras salieron casi arrastrándose. Estaba harta de que me pasaran este tipo de cosas por culpa de mi hermana. Él se me quedo viéndome y yo no estaba segura de sí me había escuchado o no- Yo… yo no soy Kikyo. Mi nombre es Kagome- él aún se quedaba viéndome y me miraba de arriba abajo.

-¿Cómo? ¿Kagome?- su mirada cambio un poco después de unos segundos y cambio a una cara de pena

-Solo déjame ir, por favor- aún me mantenía en el mismo sitio y él en el suyo. Lo que más quería en este momento es ir a mi casa.

-Pero, porque tu… ¿Por qué se parecen tanto?- él había dado unos pasos hacia donde yo estaba y al ver que yo intente dar los mismos pasos hacia atrás, pero choque, se detuvo- lo siento, pero, ustedes se parecen. debí de confundirte amm…- miraba el resto de la habitación como si se encontrara incomodo- lo siento, anoche ese hombre quiso hacerte algo y después de que te ayude caíste dormida. Mi casa queda a unas cuadras, así que me pareció mejor lugar

-Quiero irme- aun cuando parecía ser una buena persona quería irme de ahí. Me sentía demasiado incomoda.

-¿Kagome cierto?- yo solo asentí y el continuo- No te preocupes, deje algo de almorzar en la cocina, deberías de comer antes de irte- señalo con su mano una puerta que se encontraba al otro lado de la habitación- ese de ahí es el baño, por si quieres asearte un poco. Tomate tu tiempo y no te preocupes, no te hare nada- estaba cerrando la puerta cuando lo detuve

-Espera, ¿puedes…puedes decirme tu nombre?- parecía que apenas se había dado cuenta de que no se había presentado, mostro una leve sonrisa y después contesto.

-Inuyasha- al decir eso cerro la puerta y yo me quede ahí parada un momento más. Me sentía muy nerviosa y eso no era solamente por donde me encontraba, creo que era él quien me ponía así. Además de que mi corazón no paraba de latir rápidamente.

No tenía idea de cómo había llegado aquí, tampoco de quien era Inuyasha. Tal vez fue aquí donde obtuve mi primera señal de huir o tal vez todo simplemente fue el destino…

***Notas de autor***

Me siento muy emocionada al tener este nuevo Fic.

Pues no me queda mas que decirles que estaré en la espera de sus comentarios y que tengo mucha fe en este nuevo fic. Tengo preparada una historia que se que les va a encantar.

Como ya sabrán, habrá lemon, drama, risas y muuuuucho romance, así que espero con ansias saber lo que piensan.

Saludooos :*