Capítulo 41: El tiempo corre
***Rin***
Mientras volvía de nuevo a la consciencia pude escuchar voces a mi alrededor, la verdad me costó identificarlas y por un breve momento me asusté al pensar que tal vez se trataban de los hombres de Naraku que venían por nosotras. Cuando por fin pude reconocer la voz de Inuyasha mi cuerpo automáticamente se relajó, aunque eso solo duros unos segundos ya que recordé el porque me encontraba ahí. Como pude obligue a mi cuerpo a reaccionar más rápido mientras que ponía atención a las palabras de los que se encontraban conmigo.
-Sesshomaru, entiende que ahora solo tenemos unas horas- Inuyasha sonaba cansado, como si esas palabras se las hubiera repetido un sinfín de veces a Sesshomaru
-Y yo te dije que no podemos acelerar el proceso de Rin, ella despertara cuando su cuerpo lo sienta necesario- en cambio Sesshomaru sonaba fastidiado, a diferencia de la lejanía de la voz de Inuyasha, la de Sesshomaru podía escucharla cerca de mi- Hermano, entiendo tu preocupación, créeme que sí, pero ella ya ha pasado por mucho, no podemos simplemente obligarla a despertar. Tu bien sabes lo que puede pasar- ¿Había escuchado bien? ¿Sesshomaru le dijo hermano a Inuyasha? Creo que en ese momento las esperanzas de que no me encontrara en un sueño se desvanecieron completamente. Aun sabiendo que posiblemente estuviera secuestrada por Naraku decidí abrir poco a poco los ojos.
-Felicidades idiotas, han logrado despertarla- esa voz era del doctor Totosai. La luz de la habitación me causaba molestias, pero aun así después de unos cuantos parpadeos pude enfocar bien a los demás. Casi al mismo instante en el que mi mente se fue encontrando con cada uno de los tres rostros que me miraban fijamente, mis lagrimas brotaron rápidamente nublando de nuevo mi vista.
-Rin- Sesshomaru se había acercado más a la cama, hasta que se sentó y me tomo en sus brazos, yo lo único que hice fue seguir llorando. Me encontraba a salvo, él era real. Podía sentir sus brazos fuertes protegiéndome y el aroma que de alguna manera había quedado impregnado en mi memoria, se encontraba ahí
-Estoy aquí…estoy a salvo- logre decir mientras que Sesshomaru seguía abrazándome y yo enterraba más mi rostro en su pecho.
-Claro que estas Rin- dijo Sesshomaru con voz dulce. Una voz que pensé que jamás en mi vida volvería a escuchar. Después de unos segundos me separé un poco de él y sentí un apretón en mi pierna derecha. Al voltear hacia ahí vi la mano de Inuyasha y como pude me enderecé para indicarle que se acercara. Él entendió y Sesshomaru se alejó un poco aunque aún podía sentir su calor cerca de mí. Inuyasha tomo mis manos y yo de nuevo comencé a llorar fuertemente.
-Lo siento mucho Inuyasha, no pude… no pude traerla conmigo- No podía ni mirarlo a los ojos, sabia sin verlo cuanto estaba sufriendo y yo no podía hacer nada para aliviar ese dolor. Sentí la mano de Sesshomaru en mi espalda y un apretón un poco más fuerte en las manos me hizo voltear a ver a Inuyasha.
-Rin, no tienes idea lo que me alegra que estes a salvo, en serio- sus ojos dorados me miraban con cariño, aunque en el fondo él mismo estaba muriendo- ahora necesitamos que nos cuentes lo que recuerdas, algo que nos ayude a llegar a ella- pude escuchar un quejido de Sesshomaru y los dos volteamos a verlo.
-No te sobre esfuerces Rin- negué con la cabeza y antes de soltar las manos de Inuyasha le sonreí.
-Se que tenemos el tiempo en nuestra contra y ayudare en todo lo que sea necesario para encontrar a Kagome- vi un poco de esperanza en los ojos de Inuyasha, al parecer esa era la respuesta que esperaba. Viendo la actitud que traía Sesshomaru era comprensible el porque Inuyasha se encontraba tan desesperado. Mientras que volví a acomodarme en la cama sentí unos estirones en diferentes partes, debo de ser sincera diciendo que me los esperaba, pero eso no evito que hiciera caras de dolor.
-Te lo dije, es mejor descansar- estaba por decir algo cuando Totosai fue el que hablo.
-Rin, tu cuerpo está muy lastimado- volteo a ver a Sesshomaru unos instantes antes de continuar- tal vez no hay nada roto pero…- sabía bien el estado de mi cuerpo, Suikotsu se encargaba de darnos un informe detallado cada mañana, así que no era necesario decirme las cosas nuevamente y mucho menos con ellos en la habitación.
-Lo sé, pero la que importa en estos momentos es Kagome
-Si tu no estas bien jamás podrás ayudar a otros- dijo Sesshomaru en tono molesto, para mí no tan sorpresa, lo dijo viendo directamente a Inuyasha, era una mirada de advertencia. Deje salir un suspiro, había olvidado la horrible actitud que tenía Sesshomaru y de cómo se sentía capaz de controlar a todos en cualquier situación.
-Eso lo se Sesshomaru, ¿crees que si no lo supiera hubiera sido capaz de dejar Kagome atrás?- Sesshomaru me miraba con asombro, definitivamente no esperaba esta actitud de mi parte- Se perfectamente que no estoy bien, lo sé, pero de igual manera no me pasara nada si hablo con Inuyasha. Así que si no estás de acuerdo te pido por favor que te retires- sus ojos dorados temblaban, sabía que lo estaba haciendo enojar, pero aun así se estaba controlando.
-Tal vez solo estamos preocupados por ti Rin- dijo Totosai, sabía que sus intenciones eran buenas y también sé que tan mal estaba mi cuerpo.
-Lo sé y se los agradezco. Pero si yo no me sintiera capaz de siquiera hablar, créeme que no lo haría- Totosai asintió y dejo salir un breve suspiro.
-Los dejare hablar, volveré en un rato más cuando sea necesario cambiar el suero- dijo Totosai y yo asentí. Quedándome sola con los hermanos Taisho.
-Solo promete que si sientes que esto te rebasa, le pedirás a Inuyasha que se retire- dijo Sesshomaru, de nuevo su voz era dulce aunque aún podía notar que quería tener cierto control de la situación. Aun así asentí y lejos de irse solo se recargo en el respaldo de la cama. Inuyasha en cambio acerco una silla para escucharme.
-Muy bien Rin, quiero que me cuentes todo lo que recuerdes- sentí un breve escalofrió al tratar de recordar, sé que Sesshomaru lo sintió porque hizo un pequeño quejido, que al menos yo no pase por alto.
-Te contare todo lo que considere importante para encontrarla Inuyasha, pero hay cosas que realmente me gustaría no recordar- de nuevo otro quejido de parte de Sesshomaru e Inuyasha aun con pesar asintió- todos los lugares a los que fuimos movidas se parecían un poco, en el sentido de que eran edificios altos, al menos de diez pisos o más. Las habitaciones en las que nos ponían a nosotras no tenían ventanas y cuando llegamos a salir de ellas nos tapaban los ojos así que realmente no puedo recordar mucho
-¿Viste a alguna persona que pudieras reconocer?- asentí antes de contestarle
-Las personas que están tan cerca de Naraku se hacen llamar entre ellos hermanos- el poco brillo de los ojos de Inuyasha fue desapareciendo, al parecer sabia a la perfección de quienes se trataba.
-Su líder se llama Bankotsu- de nuevo asentí- así que al final Sesshomaru logro tenerlos de su lado. De pronto recordé una de las pláticas que había tenido con Suikotsu
-Al parecer Naraku los ayudo eliminando a su antiguo jefe y les ofreció trabajar juntos. Bankotsu cree que son algo así como socios, pero, creo que no es así
-¿Tu como sabes eso?- pregunto Sesshomaru. Dude por un segundo en contestar, los conocía perfectamente como para saber que no se iban a tomar nada bien nuestra pequeña "alianza" con Suikotsu. Aunque sabía bien que al final toda esta información podría resultar útil.
-Por Suikotsu, el medico que nos atendía- pude notar que Inuyasha sabia a quién me estaba refiriendo- era el único de esos hombres que nos trataba un poco mejor, se notaba que era un médico.
-Lo era. Hasta que un día después de una cirugía bastante larga y sin poder descansar, su mente entro en un estado de shock y perdió el control- dijo Inuyasha un poco sombrío- mato a cinco personas ese día. Nadie ha vuelto a saber de él desde entonces- no me sorprendía escuchar eso, muchas veces él se refirió a sí mismo como un monstruo, a pesar de que nunca nos hizo algo. Aunque el primer recuerdo que tenia de él era de alguien completamente diferente, alguien fuera de si
-¿Estas segura que no les hizo nada?- dijo Sesshomaru mientras que volvía a enderezarse, yo solo negué con la cabeza.
-Nos daba de comer y… si era necesario… atendía nuestro cuerpo- los dos hermanos se pusieron tensos, aun así les di gracias internamente al no preguntar más allá de mis palabras.
-Rin, ¿Cómo escapaste?- me pregunto Inuyasha y yo sentí una leve opresión en el pecho al recordar esos últimos momentos. Sesshomaru tuvo que darse cuenta porque soltó otro gruñido por lo bajo.
-Creo que Kagome lo preparo, aun no se bien como pero, ella sabía que el auto se detendría a mitad de camino y me dijo que escapara. Usualmente éramos escoltados por dos o más autos, pero en ese momento no había nadie más, por eso es que me dieron el tiempo suficiente para correr- mire mis manos y recordé como las estire para alcanzar a Kagome- yo le dije que viniera conmigo- las lágrimas habían comenzado a salir de nuevo- pero ella solo me dijo que corriera y cerró la puerta- sentí una leve presión en los ojos y después mi vista se oscureció.
-Shh, tranquila- Sesshomaru me había tapado los ojos y suavemente fue recargándome en su pecho- estas aquí Rin- las lágrimas seguían saliendo pero quise concentrarme en su voz para tranquilizarme.
-Lo siento Rin- dijo Inuyasha después de un rato yo me encontraba de nuevo recostada en la cama y aunque ya había dejado de llorar mis ojos me ardían. Estaba por contestarle cuando de pronto la puerta se abrió y una figura conocida entro rápidamente a la habitación. Yo me enderece rápido pero antes de siquiera poder hacer algo esa persona ya me tenía abrazada fuertemente.
-Rin, gracias a dios- mi cuerpo entero protestaba por el dolor, pero aun así sentía aún más satisfactorio su calidez. Y así de rápido, aquellas lagrimas que ya había cesado volvieron a salir.
-Kohaku- pude notar como en su abrazo estaba temblando y al alejarse un poco de mi lo siguiente que hizo fue tocarme el rostro y plantar un beso en mi frente- ¿Cómo esta tu cuerpo?- su voz era dulce y sus manos limpiaron mis lágrimas. Antes de contestar alcance a escuchar a Sesshomaru decirle algo a Inuyasha.
-¿Qué hace ese idiota aquí?- estaba hablando en coreano, como si Kohaku no supiera que estaban hablando de él.
-Es su pareja, ¿Qué más querías que hiciera? Él tiene tanto derecho como nosotros de estar aquí- Kohaku seguía acariciando mi cuerpo, aunque yo sé bien que no se le pasaba por alto la actitud de esos dos.
-Estaré mejor en unos días, solo necesito reposo- le conteste a Kohaku, mientras que les mandaba una mirada sutil a los hermanos para que se callaran.
-Me retiro- dijo Sesshomaru mientras que se dirigía a la puerta.
-Es mejor así, al final de cuentas tu eres el causante de todo esto- la voz de Kohaku salía con odio y yo me estremecí, ya que nunca me había tocado escucharlo hablar de esa manera. Sabía que Sesshomaru no se quedaría tranquilo, así que detuvo su caminar y volteo a verlo- ¿Me equivoco? Todo lo malo en la vida de Rin es por tu culpa- Sesshomaru estaba enfurecido y sabía que era cuestión de segundos para que reaccionara, voltee a ver a Inuyasha, pero él ya se me había adelantado poniéndose entre los dos.
-No es el momento- le dijo a Kohaku
-¿Acaso estoy diciendo alguna mentira? ¿Así era como la querías ver Sesshomaru? ¿estas satisfecho?- yo comenzaba a sentir enormes punzadas en mi cabeza, ocasionadas por la tensión en mi cuerpo.
-Kohaku- le decía Inuyasha, pero al parecer Kohaku estaba lejos de poder escucharlo, sus puños estaban cerrados y su podía notar como su cuerpo entero estaba tensado.
-Hazte a un lado Inuyasha- quiso empujarlo pero él no lo dejo acercarse a su hermano, por su parte logre observar dolor en la mirada de Sesshomaru, él creía en las palabras de Kohaku, por eso es que no le respondía.
-Naraku no nos hizo esto por los Taisho- logre decir aun con mi voz quebrada y los tres rápidamente voltearon a verme- él no me hizo esto por salir con Sesshomaru, Kohaku. Ni tampoco le hizo eso a Kagome por Inuyasha- Si bien había tratado de contarles todo lo necesario, esta parte me resultaba muy difícil de hacerlo, por lo mismo la había omitido. Pero viendo las actitudes de los tres era mejor aclarar de una vez por todas la situación.
-¿A qué te refieres con eso Rin?- dijo Inuyasha y yo tuve que tomar aire para poder seguir hablando.
-Él tiene una historia con ambas, fuimos parte de trabajos que no pudo concretar hace mucho tiempo- Los tres seguían mirándome fijamente y yo al no poder soportar sus miradas desvié mi vista hacia mis manos que descansaban en mis piernas- No entrare en detalles, pero Naraku nos conoce desde que somos niñas, así que- tome la fuerza nuevamente y mire a Kohaku directamente- los Taisho no tienen nada que ver con todo esto Kohaku, esto hubiera pasado aun si no tuviéramos nada que ver con ellos- las lágrimas de nuevo volvieron a brotar, de alguna manera pensaba en que hubiera pasado si no conociéramos a los Taisho, tal vez no hubiéramos tenido escapatoria o al no tener a donde ir me hubieran encontrado rápidamente. Mi cuerpo entero se estremeció y Kohaku camino de nuevo a mi lado hasta abrazarme.
-Lo siento Rin- yo me aferre a sus brazos y deje de nuevo que las lágrimas fluyeran
-Es a nosotros a quien debería decirnos eso- soltó fríamente Sesshomaru
-Cállate idiota y mejor dejémoslos solos- se volvió a escuchar un quejido de Sesshomaru y después la puerta del cuarto cerrándose.
No sé cuánto tiempo estuvimos Kohaku y yo en silencio, pero era como si no supiera realmente que decir. Lo había extrañado, eso es obvio. Pero, aunque me doliera admitirlo, la mayoría del tiempo mis pensamientos giraban en torno a Sesshomaru. Después de eso, ¿Cómo diablos podía mirar a Kohaku a la cara? De lo que si estaba segura era de que no quería hacerlo sufrir, no quería seguir atándolo a mí, ni engañarme nuevamente pensando que podría hacer una vida con él. Porque ahora sé muy bien que eso no pasara.
-Kohaku…- mi voz salió como un suspiro y como aun me mantenía abrazada a su pecho pude escuchar los latidos de su corazón acelerándose.
-Es mejor que descanses Rin- lo conocía. Mas bien, nos conocíamos. Él sabía que yo quería hablar sobre nosotros.
-Necesitamos hablar Kohaku y si no lo hago ahora, tal vez después sea demasiado tarde para ambos- se separó de mí y yo busque sus ojos rápidamente, había dolor y tristeza en ellos
-Se lo que dirás y no quiero escucharlo Rin- viendo todo lo que estaba sufriendo, me hacía dudar- por favor déjame seguir así unas horas más- tomo mis manos y las llevo hasta sus labios. Me partía el corazón verlo de esa manera, aun mas lo hacía al darme cuenta de que la causante era yo.
-Sabes que no puedo hacerlo Kohaku- llevo mis manos a su pecho y dejo de verme a la cara, como un signo de derrota- Quiero que entiendas que si estoy terminando esto no es para volver con él, es más, no sé si en algún momento podre volver a sentirme lo suficientemente segura estando con Sesshomaru- sus manos temblaron al escucharme pronunciar su nombre.
-Yo jamás estaré de acuerdo sobre tu y él, no después todo el daño que te hizo- estaba comenzando a enojarse, aun así trataba de mantener el control- Y me sorprendería que después de todo eso tu quisieras siquiera pensar en intentarlo
-Pero te estoy diciendo que no se si algún día podre hacerlo
-Por favor, Rin- soltó mis manos y se paró de la cama- siempre hemos tratado de ser sinceros con el otro, no quieras cambiarlo ahora solo para hacerme sentir mejor. No pienses que soy estúpido
-Jamás dije que lo fueras- quise acercarme a él pero no me dejo hacerlo dando unos pasos hacia atrás
-No necesitas decirlo, sé que pretendes que yo acepte todo y sigamos siendo amigos. Tú quieres seguirme teniendo ahí a lado tuyo, tu necesitas de alguien que te sostenga cuando el otro imbécil te deje caer- las palabras salían de su boca con mucho odio, mientras que mi corazón se sentía dolido. ¿Todo este tiempo él me vio de esa manera? O ¿Yo lo había convertido en esto?
-Yo solo quiero a mi amigo- al notar que estaba lejos de poder hacer que las cosas terminaran bien entre nosotros, las lágrimas comenzaron a brotar. Sentía poco a poco que esta amistad con Kohaku estaba terminando.
-Las personas están en un lugar hasta que se dan cuenta el daño que les hace. Sango me dijo muchas veces que yo no era el indicado para ti, pero aun así quise darte todo lo que tenia Rin. Yo quería que te enamoraras de mí, pero nunca lo hiciste, solo estuve el tiempo suficiente para que tu mente no se derrumbara. Pero nunca ocupe un lugar en tu corazón, no importara cuanto me esforzara en ello
-Kohaku, por favor…- no me miraba, mientras tanto yo me sentía como la peor persona del mundo. Había terminado por lastimar a una de las personas más importantes en mi vida y tal vez nunca pudiera remediar esto.
-No te preocupes Rin, daremos esto por terminado- quise acercarme de nuevo a él, aun cuando mi cuerpo protestara, pero nuevamente dio unos pasos hacia atrás- en serio me alegra que estes a salvo. Pero es en serio cuando digo que no quiero volver a verte más- sin dejarme siquiera contestarle algo salió rápidamente por la puerta dejándome ahí sola y con un corazón lastimado.
Comencé a llorar ahogando los sollozos en mi almohada, no quería que nadie viniera si me escuchaban gritar. Quería estar sola para que mi mente entendiera que esto era el precio por haberle hecho tanto daño a un hombre gentil. A tal vez la única persona que hubiera dado su vida por mi sin pensarlo. Perdí a mi alma gemela y no me refiero románticamente, sino a esa persona que ha nacido para acompañarte, para estar ahí como un amigo, como un hermano.
Seguí llorando hasta que mi cuerpo se dio por vencido, cayendo en un pesado sueño. Ya estaba acostumbrada, casi todas las noches caía de esa manera cuando aun estaba secuestrada. Tal vez ahora me encontraba en una situación diferente, pero para mí, esa angustia y dolor eran las mismas. Como era costumbre al quedarme dormida de esa manera no había soñado nada, todo era oscuridad. Me desperté cuando sentí que algo cálido me envolvía, era como si de alguna manera quisiera confortarme, la primer persona que se me vino a la mente fue Kagome, pero al recordar que eso era imposible abrir los ojos.
-Lo siento, no quise despertarte- sus ojos dorados me miraban con angustia y yo tuve que parpadear doblemente para asegurarme de que se trataba de Sesshomaru. Al reconocerlo hice mi cuerpo automáticamente hacia atrás para poner un poco más de distancia entre nosotros.
-¿Qué haces?- se encontraba acostado a mi lado, aunque él no se había metido a las cobijas junto conmigo, aun así me sorprendía que la calidez hubiera llegado hasta mi cuerpo.
-Desde hace rato no dejabas de llorar, solo trataba de ayudarte a descansar- tal vez era cierto, mis ojos me costaba mucho abrirlos, no se si era por el llanto antes de dormir o por haber estado llorando dormida- ¿Tu cuerpo como se siente?
-Mejor que otros días- al decir esas palabras escuche un gruñido de su parte
-Totosai no nos quiso dar explicaciones sobre lo que encontró en tu cuerpo, dijo que era suficiente con decirnos que te encontrabas mal herida- internamente se lo agradecí, ya que no me sentiría cómoda sabiendo que ellos vieron mi cuerpo, si bien se podía notar algunos moretones, los más fuertes estaban por debajo de mi ropa. Aun así recordé algo.
-Lo mío no es nada en comparación con Kagome- sus ojos temblaron, no tengo idea que tanto pudo imaginarse, pero preferí no preguntar- hay cosas que nunca me atrevería a decirle a Inuyasha
-¿A qué te refieres?- todas las escenas comenzaron a golpear mi mente, todas aquellas veces en las que se llevaban a Kagome y cuando regresaba traía nuevas heridas. Debió de sentir mi terror porque tomo mi mano para tranquilizarme.
-Sesshomaru, a mi pocas veces me tocaban, lo que sea que tuviera preparado Naraku para mí no era tan importante como lo que quería obtener de Kagome- limpie unas cuantas lagrimas que se resbalaron por mi mejilla- cada vez que se la llevaban ella volvía… volvía con golpes, cortadas, en ocasiones estaba con tanta sangre que se nos dificultaba saber exactamente donde se encontraba la herida- ahora que podía externar mi miedo, sentía una clase de liberación aunque el dolor y el shock que me había causado verla así, aún seguía intacto.
-No es tu culpa Rin- me tomo en sus brazos y yo me deje hacerlo. Quería sentirme realmente alejada de todo aquel infierno, pero había algo que no podía dejarme ir, era como si en cualquier momento supiera que podía despertarme en aquel cuarto oscuro con una Kagome herida a mi lado.
-No puedo decirle a Inuyasha que ella estará bien, porque para serte sincera no sé cuánto tiempo más podrá soportar ahí- hablaba escondida en el pecho de Sesshomaru, como una niña pequeña- si tan solo hubiera podido traerla conmigo Sesshomaru, yo tenía que protegerla- sus manos acariciaban mi espalda mientras que trataba de tranquilizarme con pequeños sonidos. Mi cuerpo entero protestaba por moverme tanto, pero sentía cierta tranquilidad estar de esta manera con él.
-No podías Rin, por algo no vino contigo. Ella misma sabía que no sobrevivirían las dos juntas- eso me había dicho a mí misma, ella estaba tan mal que era imposible traerla corriendo. Muy apenas pude escapar, con ella no hubiéramos llegado ni a la mitad del camino.
-Eso lo sé, eso lo se. Pero si ella no me hubiera empujado entonces…- de pronto al recordar la escena me di cuenta de algo. Deje de llorar casi al instante, como si mi cerebro hubiera conectado algo- ¡Claro!- trate de enderezarme y aun con mi mueca de dolor Sesshomaru me ayudo hacerlo.
-¿Qué ocurre Rin?- me veía con preocupación- yo mientras trataba de recordar donde había puesto ese papel.
-El papel, mi ropa- buscaba con la mirada en toda la habitación para ver si podía visualizar la ropa con la que había llegado
-¿Tu ropa? ¿De qué hablas?- sin esperar más trate de levantarme aunque no me esperaba que mis piernas no me reaccionaran del todo, de no ser por Sesshomaru hubiera caído directo al suelo.
-La ropa con la que llegue, ¿Dónde está? Al empujarme del auto Kagome me dio un papel, yo…yo- trataba de hacer memoria y hasta tuve que cerrar fuertemente mis ojos para concentrarme de lleno en aquel recuerdo- ¡En el bolsillo! Lo guardo en el bolsillo de mi pantalón- Sesshomaru pareció entender rápidamente, así que me ayudo a sentarme en la cama para después ir hacia el closet. Abrió una pequeña puerta y de un cesto de ropa saco mi pantalón. Yo sentía mi corazón latir a mil por hora y más aún cuando vi que saco el pequeño papel de mi bolsillo- ¿Dice algo?
-Son direcciones…- sin decir nada más se dirigió a la puerta- ¡Jaken!- el señor Jaken no tardo en aparecer y Sesshomaru le entrego el papel- dale esto a Inuyasha, al parecer Kagome le dio esto a Rin antes de que escapara- sin esperar más se fue rápidamente. Mi corazón comenzó a tranquilizarse y de alguna manera sentía alivio. Tal vez no todo estaba perdido, tal vez había una manera de encontrar a Kagome con vida. Por favor dios, que así sea.
***Inuyasha***
Después de que Jaken nos había entregado el papel que Kagome le dio a Rin, mis hombres y yo nos pusimos de lleno a investigar las direcciones.
-Tenemos cuatro direcciones amo- decía Myoga mientras ponía un mapa de la zona sobre la mesa- no hay mucha diferencia en kilómetros entre cada una
-No tenemos idea a donde llevaron a Kagome, pero tal vez si formamos equipos podremos checar las cuatro simultáneamente- Myoga se había quedado observando las marcas en el mapa.
-¿Podemos estar seguros de que ella realmente se encuentra en algunas de estas?- la verdad era que no, no teníamos ningún tipo de seguridad de que Kagome siquiera siguiera con vida, pero aun así quería creer que si ella nos mandó esto era porque había esperanzas de encontrarla.
-No tenemos tiempo para pensar en eso Myoga- volví a remarcar los cuatro círculos del mapa- hay que formar los equipos y dirigirnos cada uno a una ubicación
-Espere señor, yo creo que hay que pensar bien las cosas- estaba comenzando a molestarme con Myoga, con esa actitud precavida. Había tratado de mantener la calma, pero después de casi dos meses sin saber de ella no podía soportarlo más.
-¿A qué te refieres Myoga? ¿Crees que es tiempo de pensar en posibilidades?
-Creo amo, que es tiempo de ser realistas, solo piense un momento. Si nos dividimos y vamos cada uno a un área, ¿Qué pasara con el equipo que acerté?
-¿Cómo?
-Si encontramos el lugar donde la tienen estará muy resguardado, todos los hombres de Naraku estarán ahí. Aun con todos nuestros hombres tal vez no sea posible salir bien librados de ahí ¿Quiere imaginar que pasaría si va solo una parte de nosotros? Tal vez ni siquiera lleguemos hasta la señorita Kagome- él tenía razón, no había manera de rescatarla si íbamos solo una parte. Golpee con fuerza la mesa- Tenemos que pensar bien que hacer amo
-¿Cómo podremos hacerlo sin dividirnos Myoga? Es una posibilidad de 1 en 4 de encontrarla en la primera dirección que vayamos. Al final nos estaríamos arriesgando a decirle a Naraku que sabemos a dónde ira- me recargue en la mesa mientras que me sentía de nuevo en un callejón sin salida.
-Tal vez yo pueda ayudarte Inuyasha- esa voz me hizo voltear a su origen y al verla casi creo que se trataba de una ilusión- Yo puedo decirte donde exactamente dónde está mi hermana
-Kikyo…- la última persona en el mundo que esperaba encontrar aquí
***Notas de autor***
Pues aquí estamos, al final de otro capítulo más de esta intrigante historia. Debo de admitir que esto me está gustando, se siente una adrenalina todo el tiempo jajaja
Lo de Rin y Kohaku tarde o temprano tenía que pasar y para ser sincera ya me había olvidado de ellos dos jejeje Sabemos que Rin y Sesshomaru aún tienen muchas cosas que platicar, pero ya habrá un momento para eso.
Por ahora hay que enfocarse en salvar a Kagome, de una vez advierto que el siguiente capitulo será un poco fuerte, así que espero vengan preparad s...
Estaré como siempre leyendo sus comentarios y muchas gracias por el amor que le dan a este fic :3
Saludoos :*
