Muchas gracias Amanai


"Por más que la veía no podía creer que una persona más joven incluso que él pronto se fusionara con Tengen-sama dejando de lado a las personas que aprecia simplemente porque el destino así lo quiso desde su nacimiento.

-¿No piensas dormir? – sonrió al escuchar a la persona misma persona que se encontraba en sus pensamientos. – Oye sé que eres el más fuerte, pero incluso tu necesitas descansar.

-Tranquila. – cerro los ojos. – Después de dejarte con Tengen-sama podre descansar todo lo que quiera.

Dándose cuenta de sus palabras quiso por primera vez haberse mordido esa lengua viperina que tenía, porque parte de esas palabras eran ciertas, pero también que al momento en que Amanai Riko estaría frente a Tengen, ella...

-Y si te dijera que ya no deseo ir con Tengen-sama. – esas palabras impresionaron a Gojou provocando que mirara atrás de él, arrepintiéndose de inmediato al hacerlo. – Dime... ¿aun puedo posponer por algún tiempo mi fusión con Tengen-sama?

Pero Satoru dejo de escuchar a Riko al verla con ese camisón blanco, haciendo resaltar su cabello oscuro, su nievea piel y sus grandes ojos azules. Al parecer la pelinegra no era consciente de lo que estaba despertando en su protector ya que continúo caminando hacia él sentándose frente al peliblanco notando las perceptibles ojeras en su bello rostro.

-No lo creo. – trago grueso volteando hacia otro lado. – Aunque si hablara con Tengen posiblemente...

-Estoy segura de que se negara, no solo porque debe de realizarse la fusión sino porque mi cabeza tiene precio y dejarme más tiempo con vida sin haber cumplido mi objetivo por el que nací sería demasiado arriesgado.

-Por eso no deberías de preocuparte Suguru y yo somos los más fuerte. – rio con convicción. – No por nada nos solicitaron.

De pronto el chico noto como las mejillas de Amanai se sonrojaban, y el siguiente tema lo tomo por sorpresa:

-¿Gojou te has enamorado? – alzo las cejas sorprendido por esa pregunta que nunca se había planteado. – Digo, aunque seas un pesado reconozco que eres atractivo, claro no tanto como Suguru-san, pero... ¿algunas vez has sentido algo especial por alguien?

Gojou no sabía cómo responder esa pregunta sabía de antemano que provocaba en el sexo opuesto, pero de ahí a mezclar sus sentimientos más allá que tener sexo era otra barrera que nunca desearía cruzar.

-No, nunca me he enamorado Amanai y dudo mucho que algún día lo esté. – respondió serio logrando que la pelinegra lo viera... ¿divertida? - ¡Ehhhh! ¿Qué te causa tanta gracia? ¿Acaso te enamoraste de mi mocosa?

-Por supuesto que no. – dijo con convicción. – No soy tan estúpida para fijarme en alguien como tú.

-Entonces, ¿Por qué haces esa pregunta? – Gojou cruzo los brazos.

La mirada divertida de Riko paso a una llena de tristeza.

-Porque yo nunca podre enamorarme, así que me preguntaba cómo era el amor y al parecer no es tan diferente a como Kouri una vez me dijo. – al ver a la chica así de abatida algo pareció apoderarse de Satoru.

Sin darse cuenta de sus acciones tomo el mentón de Amanai y sin dejarla reaccionar le dio un suave beso en sus labios, la chica estaba congelada en su lugar, pero decidió dejarse llevar y fue correspondiendo a su ritmo al chico conocido como el más fuerte sin importarle regalarle su primer beso. Cuando ambos se despegaron no hubo reclamos, ni siquiera palabras de amor simplemente en Gojou fue como si le otorgara un regalo a un amigo y en Riko solo fue agradecimiento.

-Yo no sé lo que es el amor Amanai, tampoco como Kouri te lo ha contado, pero de algo estoy seguro y es que debemos de vivir al máximo en este mundo, porque la vida es demasiado corta.

-Kuroi me dijo que existen diferentes clases de amor. – sonrió recordando esa conversación. – Dice que ella se enamoro de mi en cuanto me vio.

Aquello sorprendió al chaman sin imaginarse que a la mentora de Amanai le gustara de eso forma, pero Riko de inmediato percibió que el peliblanco malinterpreto sus palabras.

-¡No de esa manera idiota! – dijo un poco mas fuerte, pero sin querer despertar a los demás. – Tampoco te sorprendas que en lo único que estoy de acuerdo es que en el amor no hay edad, nada te asegura que tu en un futuro no te quedes con una chica diez años menor que tú.

Ignoro el comentario de Amanai, porque hasta en personas como él existían límites. Aunque posiblemente con el tiempo pueda callarle ese pensamiento.

-¡Fue culpa tuya! – se defendió rápido. – Bueno está bien me precipite, pero entonces, ¿Qué tratas de decirme?

-Era muy chica cuando perdí a mis padres, pero cuando conocí a Kuroi sentí una conexión especial que nunca tuve con mi Okasan o Otousan. – trato de recordar a sus progenitores. – Y al parecer fue lo mismo con Kuroi porque ella me vio como una hija o hermana. ¿tu crees poder amar a alguien que aun no conoces?

A la mente de Gojou vinieron sus padres también, pero lamentablemente no podía considerar su relación con ellos como algo especial, ni siquiera la idea de que ellos lo aman por lo que era...su hijo y no su arma dentro del Clan.

-El amor es muy complejo Amanai. – sonrió sin ganas. – Tanto o más difícil de comprender que las maldiciones mismas.

-Entonces en eso yo soy más afortunada que tú, Gojou. – el adolescente enarco una ceja. – Posiblemente nunca conozca el amor romántico, pero si un amor mas fuerte que ese.

-Ya estas delirando. – se levantó esa conversación comenzaba a ser incomoda para él porque sabia muy en el fondo que las palabras de la chica eran ciertas.

Pero abrió sus ojos al sentir como Riko lo abrazaba por detrás.

-Sabes espero que en un futuro encuentres a alguien que soporte tu manera de ser y que entiendas a lo que me refiero.

Satoru solo sonrió ya que no imaginaba la sola idea de convertirse en padre o encariñarse con una persona, si bien tenia amigos con los cuales compartía tiempo y eran su prioridad proteger, pero como le comento a Amanai el amor es más complejo...la peor maldición de todas."

-¿Qué paso? – pregunto mientras tocaba su cabeza y se incorporaba en la camilla.

Lo cual no entendía, porque lo ultimo que recordaba era llegar al Hospital cuando Shoko le notifico que Kasumi pronto daría a luz justamente cuando se encontraba en la ceremonia de celebración por la graduación de Megumi, Nobara e Itadori. Después al llegar le notificaron donde se encontraba su esposa, debía de estar ahí le había hecho una promesa a Kasumi-chan que no la dejaría sola en el parto, pero justo cuando ingreso vio como esta se encontraba en plena labor y al ver como su comenzaba a salir del cuerpo de su madre...todo se volvió oscuro.

-Por fin despiertas Satoru. – una suave voz lo saco de sus recuerdos.

Dirigió su mirada donde provenía sorprendiéndose en ver a su Kasumi pálida, su pelo desordenado y su piel aperlada por el sudor, pero sin dejar de regalarle una sonrisa cálida y gentil.

-Me asusté demasiado cuando vi que te desmayaste y luego porque no reaccionabas. – la peliazul rio recordando como su esposo se desmayo al estar en su labor de parto.

Sin embargo, los ojos cielo del chaman estaban fijos en el pequeño bultito que Kasumi estaba sosteniendo y al parecer alimentando, parecía tan irreal la escena que incluso se sintió un intruso.

-Kasumi. – se levanto de la camilla que estaba justo al lado de su esposa. – Yo...lo siento debí ser más fuerte y no...desmayarme.

Las mejillas del hombre estaba sonrojadas al imaginar el momento, cuestionándose, ¿Cómo es posible que haya enfrentado al rey de las maldiciones y una maldición de siglos, pero no pudo ver el nacimiento de su primogénito?

-No te preocupes. – los ojos azules de ella brillaron. – No te estoy reprochando nada, es mas estoy feliz de que estuvieras con nosotros y que hiciste lo imposible por venir.

En la mente de Satoru venia la misma pregunta de siempre, ¿acaso alguien como él se merecía un ángel como Kasumi? Porque eso representaba ella para él, un ser de luz que vino a cambiarle la perspectiva que tenia de la vida, salvándolo incluso de su propia oscuridad. Cuando se acerco lo suficiente vio al pequeño bebé que se encontraba alimentándose aún, observo su piel nacarada como la de él, sus largas pestañas blancas y su cabello del mismo color excepto por los pequeños mechones cian que podía distinguir.

-Es una replica tuya. – Kasumi toco con suavidad el cabello del bebé. – Es tan hermoso e indefenso, sabes creo que me enamore.

Aquella confesión hizo que Satoru alzara las cejas sorprendido, pero solo fue unos segundos cuando escucho lo siguiente:

-¿Quieres cargarlo? – Kasumi sonrió al ver el miedo fluyendo en Gojou. – Anda, no pasara nada malo.

De forma automática Gojou se sentó al lado de Kasumi y poco a poco la mujer fue dándole su hijo para cargarlo. Cuando sus brazos hicieron contacto con el pequeño sintió como algo cambiaba en él, como deseaba mantener ese momento para siempre con su familia, percibiendo el calor que ese pequeño le estaba ofreciendo y ahí entendió perfecto lo que hace tiempo Amanai le dijo.

-¿Verdad que se parece a ti? – pregunto emocionada Kasumi y cuando sus ojos se conectaron con de Gojou se sorprendió, porque él...- Satoru, ¿estas bien? ¿Por qué lloras?

-Porque por fin entendí mi propósito Kasumi. – beso suavemente los labios siendo correspondido por ella, pero en eso el llanto del pequeño los interrumpió. – Vaya quien lo diría al parecer nuestro pequeño Kyo es igual de celoso que yo.

Gojou podía jurar que, al acercar su rostro al infante, este abrió sus ojos mirándolo fijamente.

-Eso no es justo. – Kasumi hizo un puchero. – Tal parecer que hasta heredo tus ojos, nueve meses en mi vientre y se parece a ti.

El reclamo de la chica provoco que Satoru riera estrepitosamente, disfrutando cada segundo irreal de esta vida que sin proponérselo era perfecta.

-No te preocupes, estoy seguro de que serás la luz de sus ojos, así como eres de los míos. – aquello hizo sonrojar a Kasumi. – Te prometo que siempre estaré para ustedes, Kasumi. Nunca los abandonare.

Enternecida por las palabras de su esposo Kasumi se acerco lentamente para volver a besarlo, pero en eso unas voces en la puerta los interrumpieron.

-¿Lo grabaron bien? – cuestiono una pelinegra acercándose a los alumnos de Gojou los cuales estaban presenciando la escena y al ver como Megumi asentía sonrió. – Perfecto, creo que ahora si podrás monetizar todo lo que quieras Mei-san

Dijo divertida Utahime ingresando a la habitación en compañía de todos los demás, dejando espacio para que Mei Mei mirara divertida a la pareja.

-¡Oigan eso es acoso a la privacidad! – exclamo "ofendido" el peliblanco. - ¿acaso no tienen cosas que hacer?

-No. – respondieron todos.

Uno a uno iban dejando sus presentes al nuevo integrante de la familia Gojou, incluso Panda en compañía de Kirara, Hikari y Kashimo trajeron un recuerdo para el pequeño Kyo.

-Lamentamos mucho molestarlo sensei. – avergonzado Yuta junto Itadori.

El hombre suspiro derrotado, no podía enojarse con ellos a final de cuentas su hijo era el primer hechicero que nacía después de toda la catástrofe provocada por Kenjaku.

-¡PERO QUE ADORABLE! – de pronto todas las chicas incluyendo a las hechiceras de mayor tiempo se acercaron para ver a su hijo.

-Es idéntico a ti. – escucho por parte de Shoko.

-Con que no saque lo idiota del padre será bendecido. – dijo Utahime mientras le proporcionaba un amuleto. – Aunque tiene ese aire tranquilo de ti Kasumi-chan.

Comento feliz la pelinegra mirando con sumo orgullo a su exalumna.

-Quién diría que el idiota de ojos vendados tendría un hijo tan bonito. – soltó Maki riendo y Yuta sumamente nervioso por sus palabras. – Aunque estoy de acuerdo con Utahime, ese niño es tranquilo porque es hijo de Kasumi.

-Maki-san, no creo que...

-Kasumi-san siempre ha sido una persona cumplida y tranquila, todo lo contrario, a Gojou-sensei.

Ahora fue el turno de Megumi en observar al pequeño, inesperadamente una sonrisa apareció en él y era porque Gojou-sensei no solo significo un profesor de hechicería sino su salvador.

-¿Por qué no tomamos una foto? – pregunto Itadori al presenciar después de mucho tiempo un ambiente lleno de felicidad. – Aunque... sensei colóquese al lado de Kasumi-san y Kyo-chan, primero son ustedes al final del día ahora la familia Gojou tiene un nuevo integrante.

Esas palabras llenaron de orgullo a los nuevos padres, pero sobre todo a Gojou Satoru. Porque entendió que, si se podía amar a una persona sin haberla conocido antes, que el amor si es la peor maldición de todas, pero también puede ser la salvación de un nuevo comienzo.

-"Muchas gracias, Amanai" – fue su pensamiento mientras abrazaba con fuerza a su esposa e hijo.


Notas de autor: Bueno este Oneshot fue gracias a una chica de Facebook Stephanie Campos que me sugirió la idea y la mezclé con otra que tenía sobre Gojou y Amanai, espero que sea de su agrado. En el transcurso de la semana iré subiendo los últimos Oneshot de algunas de sus sugerencias, el próximo One-shot es "Mangos embriagantes " (contendrá lemon).

Muchas gracias por todo su apoyo y perdonen por una que otra falta ortografica. Espero que se encuentren bien.

Saludos TheOtherDestiny :)