Parada en la fila para ver el show de esa noche. Hay un poste adelante con una luz encendida que brilla fuertemente, casi molestando la vista. Honoka intentaba convencerse de esperar un poco más. Tsubasa la chica de ojos de jade que la citó debajo de la marquesina, sobrecargada. Ella era la razón de todo.

Cuando creyó que su vida seguiría siendo igual y que aquel reencuentro solo se quedaría como un extraño pero mágico recuerdo. Ella recibió su mensaje. En medio de un ajetreado tren, su corazón se emocionó al ver el nombre de la persona que era el remitente. Aquel día Honoka se empeñó en terminar todas sus obligaciones a tiempo porque en la noche saldría de nuevo. Tsubasa la invitaba a un concierto de una de sus bandas favoritas. Cuando le mandó la dirección Honoka notó que era en una parte de la ciudad que no frecuentaba, incluso era algo desconocida para ella, pero un sorpresivo sentido de aventura la incitó a ir.

Y ahí estaba ella, esperando sola en la fila. La noche era fresca y comenzaban a caer algunas gotas de lluvia. Notaba que lucía diferente al resto de personas que también se encontraban esa noche ahí. Las faldas cortas, cabello con mucho aerosol y pintado de varios colores, la brillantina en el maquillaje de las demás personas contrastaba con la ropa holgada de colores apagados que Honoka vestía. También se dio cuenta que las chicas de ahí eran muy altas. Comenzaba a sentir las miradas de los demás. La notaban solitaria y fuera de lugar. La peligengibre se refugiaba mirando su celular, esperando que eso le ayudara a pasar el tiempo. Su mente se distrajo por un momento con lo nuevo que se sabía acerca de aquellas misteriosas señales de radio del espacio. Cuando alzó la mirada a aquel poste de luz miró la figura bañada en resplandor que se acercaba a ella.

Vivo como una chita en el mundo de concreto. Tengo el corazón lleno de napalm y estoy guardando algo para ti.

Tsubasa vestía una chaqueta negra de cuero con jeans. Sombras en los ojos y una boina para su largo cabello, en cierta forma ella también lucía diferente a los demás.

-Hola, Honoka-san, espero no haberte hecho esperar tanto.

- No te preocupes Tsubasa-san, tal vez yo llegue muy temprano.

- La verdad disculpa tuve que atender unas cosas, pero ya que estamos aquí ¿por qué no entramos de una vez? parece que comenzará a llover en cualquier momento- Decía Tsubasa mientras se dirigía a la puerta.

-Espera-le decía Honoka- Esta es la fila, tenemos que esperar.

Soy la invasora del espacio. Y si lo necesito, seré un cliché del rock'n´roll por ti. Tienes la cara más adorable y solo quiero saber cómo debería sentirme con tu presencia.

Una pequeña sonrisa se formó en el rostro de la cantante.

-Vamos, solo sígueme.

Se acercaron a la entrada principal donde estaba el cadenero. Él era un tipo fornido. Japones con mezcla africana. Corte de cabello tipo militar y una mirada intimidante, pero cuando vio a Tsubasa acercarse formó la sonrisa más grande y amigable.

-Pero miren quien regresó, La señorita overseas. ¿Que no estuviste aquí hace unas semanas con aquella Brit?

- ¿Que puedo decir? Se que este lugar no es nada si no estoy aquí- Tsubasa contestaba con un tono de broma.

Los dos rieron y después se saludaron.

- Hey honey, está comenzando a hacer mucho frio, ¿cómo puedo darle una buena impresión a mi amiga si nos tienes aquí fuera?

Él regreso a ver a Honoka, que se mantenía algo tímida al lado de su amiga. Después miró a Tsubasa y le hizo un gesto de impresión.

-Bueno, ¿Cómo podríamos dar mala impresión cierto?, Adelante- Él las dejaba pasar sin importarle las quejas y miradas de enojo de las personas que estaban formadas.

-Gracias y por cierto me encanta esa manicure italiana que te hiciste.

- Oh gracias querida

-Gracias por dejarnos entrar-decía educadamente pero un poco avergonzada Honoka al pasar.

Él le sonreía y con la mano se despedía de ella.

Para acceder al lugar tenían que bajar por lo que era una antigua entrada al subterráneo. Todo estaba remodelado con luces neón y decorados posmodernistas. Adentro el lugar era más grande de lo que lucía por afuera, con una pista de baile, un pequeño escenario enfrente. Incluso una sección de mesas donde las personas podían ver con comodidad el show. Tan oscuro como podía esperarse, pero con un buen sistema de luces y humo para el entretenimiento. También en diferentes secciones se podrían ver maniquís vestidos ridículamente y rallados con bolígrafo y lápiz labial por todo el cuerpo, algunos solos, otros acomodados en pareja de tal forma que parecía que cometían actos obscenos entre ellos. Al entrar Tsubasa habló con una mesera y después llevo a Honoka del otro lado del lugar donde se sentaron en un sillón booth redondo.

Quiero incomodarte mostrándote mi mundo. Quiero ver como reaccionas. Tal vez sigo enojada contigo.

- ¿Que te gustaría tomar Honoka? - Tsubasa tuvo que hablar un poco fuerte ya que el volumen de la música era muy alto.

-Ah…yo la verdad no tomo alcohol… lo siento…eh ¿un vaso de leche estaría bien?

Tsubasa la miró por un momento. Después sonrió y soltó una pequeña risa.

O tal vez estoy enojada conmigo misma porque soy incapaz de odiarte.

-No te preocupes, yo me encargo-Decía divertida Tsubasa mientras le hacía una señal a otra mesera.

La chica alta y con manos grandes se acercó. Limpio el sudor de su frente y un poco de maquillaje quedó en su trapo.

- ¿Que les traigo?

-Dos caipirinhas tradicionales por ahora. ¿Has visto a Holly? ¿Sabes si se está preparando para su show?

-En un momento se las traen. Y Holly estaba por aquí hace un rato, seguro pasa de nuevo por aquí en unos momentos, su banda no esta lista todavía. Y sabes que se pone en revisión cuando se desespera.

-Está bien, gracias- Tsubasa despedía a la camarera.

-Vaya parece que conoces a mucha gente de aquí-Le decía Honoka.

-Si, vengo desde que me gradué de UTX, Holly es la dueña del lugar, cuando toca con su banda se pone muy bueno créeme. Quiero ver qué me dices de la música que van a tocar, después de todo te encontré en esa noche de música y performance experimental.

-Bueno yo la verdad simplemente termine ahí casi por azar.

- ¿Enserio?

-Yo fui a…- Honoka dudaba si decirle que asistió a un concierto Idol, pensaba que tal vez Tsubasa lo encontraría algo patético- Yo estaba…

-Hey, mira es Holly.

Honoka volteó la cabeza y miró a una chica en tacones altos y falda de látex ajustada. Rubia con rizos. Top corto sin mangas. Fumando un cigarro mentolado.

-Perra, algo me decía que te vería esta noche jaja

-Tú sabes que me encanta tu banda, pero rayos necesitan un mejor nombre- Tsubasa se paraba para saludarla.

Las dos se abrazaron. Después Holly regresó a ver a Honoka sentada en el sillón.

-Oh cariño cada vez las agarras más inocentes, mírala, es una house cat ¿ese es tu remplazo de la gaijin?

-Esta vez te equivocas, ella es una excolega- decía Tsubasa- solamente le muestro el lugar, somos amigas.

-Claro, amigas- Decía Holly con un poco de sarcasmo.

-Honoka te presento a Holly, cualquier cosa que no te guste del lugar cúlpaselo a ella- Decía bromeando la de ojos verdes.

-Mucho gusto Holly-san

-Mucho gusto Honoka-san, dime, ¿verdad que el lugar es increíble? No es porque sea la diseñadora principal, pero…

-Bueno la verdad no se mucho de decorado, pero sé que debió tomar mucho tiempo arreglar el lugar. Así que puedo apreciar la dedicación. Además, he notado que todos los que trabajan aquí tiene uñas muy bonitas como las tuyas.

-Oh gracias, Darling, eres muy amable. Sino estuvieras con Tsubasa diría que tienes buen gusto.

- ¿eh?

- ¿Podrías dejar de bromear Holly? -decía Tsubasa dándole un leve empujón a la rubia- ¿sabes? Honoka tiene su experiencia en los escenarios y con la música también. Así que será mejor que tengas una buena actuación esta noche.

-Oh ¿enserio? – aceptando el reto de una forma juguetona - Bueno mi banda llegó hace algunos momentos y ahora se están poniendo las medias y el labial, así que no se desesperen no las vamos a decepcionar y solo por ti Tsubasa tocaremos esa canción que tanto te gusta.

- ¡Si! - Celebraba ella.

Holly se despidió de ellas y se dirigió a su camerino. Honoka en su mente no podía entender por qué Holly caminaba como una mujer. Se veía como una mujer, pero tenía voz de hombre.

Después de unos minutos su banda golpeo el escenario y el ambiente del lugar se llenó de entusiasmo. Canción tras canción Honoka se comenzó a sentir más animada y disfrutaba del espectáculo al lado de Tsubasa. La pista de baile comenzaba a recibir más gente y por la cabeza de la peligengibre pasó la idea de bajar a bailar también.

-Ok gente-decía Holly desde el micrófono- la siguiente canción es para una personita muy querida, ella es una verdadera perra, pero igual lo soy yo y todos los que nos encanta este maldito lugar, Sugar Plum Fary ¡haz lo tuyo!

Sugar Plum Fary era su bajista y comenzó a tocar las primeras notas de aquella canción tipo disco funk con un toque de hard rock. Cuando escuchó las primeras notas en aquel bajo Tsubasa se paró de su asiento emocionada y miró a Honoka.

- ¡Vamos a bailar Honoka-san!

Honoka algo tímida todavía parecía pensarlo.

- ¿No me digas que a la líder de μ's se le olvido como bailar?

Honoka sonrió. tomó de la mano Tsubasa y se movieron a la pista. Bailaron como como si no lo hubieran hecho en mucho tiempo. Aunque estuvieran rodeadas de personas, mientras bailaban sentían que ese momento era solo de ellas. Un sentimiento que florecía tan natural. La unión que siempre estuvo ahí esperando por desarrollarse desde el día en que se conocieron.

Siempre fuiste un enigma para mí. Todo acerca de ti me brindaba una sensación desconocida…confort.

Después del concierto regresaron a su sillón cansadas y riéndose. Honoka se sentía realmente viva después de mucho tiempo. Estaba muy agradecida con Tsubasa por ese momento. Un teléfono comenzó a sonar.

-Mierda no ahora-decía Tsubasa mirando la pantalla de su dispositivo- Tengo que contestar Honoka-san lo siento, en un momento regreso.

Tsubasa se levantó y Honoka intentó seguirla con la mirada, pero había tanta gente que le fue algo difícil solo pudo notar que entró por una puerta negra. Ella se quedó ahí esperando, revisando su celular notó que ya era muy tarde. Los minutos pasaban y Tsubasa no regresaba, la peligengibre comenzó a preocuparse y decidió ir a buscarla. Intentó recrear su camino, pero se encontró con más de una puerta negra, no sabiendo que hacer, lo decidió al azar. Cuando pasó por la puerta entró en el lugar menos esperado. Era una especie de jardín botánico subterráneo lleno de plantas y flores que subían por las paredes. Tenía algunos vitrales. Capas para el sonido. Había unas sillas y una fuente seca con adornos grecorromanos en medio del jardín. En la cual Tsubasa estaba hablando por teléfono.

- ¡Me acabas de arruinar la noche! la estaba pasando muy bien y ahora lo arruinaste ¡púdrete! - Tsubasa le gritaba al teléfono. Colgaba y se sentaba enojada al borde de la fuente.

- Tsubasa-san ¿está todo bien?

La de los ojos esmeralda alzaba la mirada y veía a Honoka que se acercaba a ella preocupada. Ella había escuchado su pregunta y pudo contestarle con alguna mentira como su orgullo normalmente lo haría. Evitar cualquier señal de problemas personales. Pero por alguna razón sabía que podría confiar en Honoka.

- Los de la disquera están dando muchas vueltas al asunto de mi segundo álbum, eso no es bueno…están pidiendo que haga unas colaboraciones con ciertos artistas que ellos quieren. Lo cual es como una sentencia de muerte.

Toda la alegría y emoción de Tsubasa se había ido, ahora sonaba realmente preocupada. Honoka se sentó a su lado y colocó su mano en el hombro de la cantante.

- No te preocupes Tsubasa-san. Estoy segura de que todo se solucionara.

-Gracias- Tsubasa contestaba con una sonrisa disfrutando el tacto cálido de su amiga.

-Gracias a ti Tsubasa-san por invitarme esta noche, la verdad me divertí mucho.

- ¿Enserio? ¿Te gusto el "Private Revolver"?

- Claro, todos son muy amigables y tienen tanta creatividad con sus maquillajes.

-jeje, si lo se. Este lugar es genial. La primera vez que vine aquí estaba sola y Holly y las demás chicas me trataron muy bien, me di cuenta de que este era el sitio perfecto para personas como yo.

- ¿Personas como tú?

- Si, como yo …ya sabes….

Tsubasa miró a Honoka y noto en sus ojos la honesta inconsciencia de la peligengibre. Ella realmente no sabía a lo que se refería la cantante y tampoco tenía idea del tipo de lugar en el que estaban. Tal vez si lo decía con palabras más directas y descriptivas Honoka comprendería.

Pero se dio cuenta que no tenía sentido. A Honoka poco le importaría. Tsubasa entendió que Honoka no sabía nada de su vida actual, a ella no le importaba que fuera la impredecible Lady Roxy o que fuera una ex-Idol famosa. Estaba ahí por la amistad que alguna vez fue rivalidad acompañada de admiración mutua. Ella simplemente conocía a Tsubasa y era lo único que le importaba. La chica de los ojos esmeraldas se sintió aceptada por alguien tan diferente a su mundo. Otra sonrisa formo en su rostro acompañada de risitas como los de una adolescente feliz.

Tu realmente eres de otro planeta, Honoka. Tal vez simplemente tengo miedo, de lo que podría hacer si me enamorara de verdad. Si decido entregarte mi existencia y terminar lastimada de todas formas. Pero igual, ¿Qué más da? siempre tuve disposición para el dolor.

- Honoka-san, mañana tengo que ir a hablar con mi manager con respecto a lo de la disquera. Pero después tengo la tarde libre ¿no te gustaría salir a dar un paseo? o ¿estas ocupada? Se que es sábado tal vez tienes planes.

-los sábados solo me quedo en casa a ayudar en la tienda, hacer la tarea y mirar televisión. Claro que me gustaría salir contigo, solo con una condición.

- ¿Cual?

- Puedes dejar de usar honoríficos formales con mi nombre, ciento que no es necesario.

- Entiendo…Honoka-chan.

- ¡hai! - contestaba alegre Honoka.

-Bueno, en ese caso tú también puedes hacer lo mismo con mi nombre, sé que soy un año mayor que tú, pero, de todas formas.

-Claro …eto …..Tsubasa-chan….Tsubasa….¡Tsu-chan!

-Oye, eso ya es diferente-Decía Tsubasa tratando de fingir que no le gustaba como la llamaba Honoka.

-Tsu-chan, Tsu-chan, ¡Tsu-chan! - Repetía Honoka casi cantando alegremente, después rio y le dio un tierno abrazo a Tsubasa.

Hazme saber que te importa, hazme desvelarme por ti.

Presiona tu cuerpo espacial con el mío. Provócame un poco más de esta sensación eléctrica adictiva y esta vez conviértete en la dueña de mi destrucción.

Porque sé que no seré la misma si me enamoro.