- Así que, esas son las opciones que tenemos- Decía Hiromasa, después le daba un trago a su taza de café.
Tsubasa fumaba y miraba hacia el horizonte. Los dos estaban en la terraza de un lujoso restaurante. En las mesas que tenían mejor vista de la ciudad. Él había pedido el desayuno del día mientras que Tsubasa solo café y pan, pero estaba más enfocada en su cajetilla de cigarros que estaba por terminarse.
Sábado en la mañana, fue lo que vino con el amanecer y yo solo tengo esta sensación de inquietud.
- ¿Desde cuándo te contactaron?
-Desde hace un par de días, en cierta forma ya lo esperaba. Cuando estas en el negocio tanto tiempo como yo, sabes que hay ojos y oídos en todas partes, buscando algo que les parezca que vale la pena en invertir. Pero hay algo que debes saber, tienen un requisito.
- ¿Cuál es?
-Ellos ofrecen en ayudarte con tu segundo álbum, pero quieren que sea un álbum electropop como los que solías hacer con A-rise
- Oh mierda… ¿pero que no pudiste empezar por ahí?
-No creí que importara
- ¡Claro que importa! Ya no hago ese tipo de música, me cansé de esa basura mainstream. ¿Como voy a querer hacer un álbum con ellos si me van a estar diciendo que hacer? ¿Dónde estaría la libertad creativa?
-Es esa opción, o quedarnos con la misma disquera que no nos dan respuesta y la razón es porque las ventas del primer álbum no fueron buenas.
-Estaba en Inglaterra, claro que las ventas iban a ser bajas, es un mercado diferente y además ellos tuvieron la culpa por no hacer una buena publicidad aquí en Japón.
- Tuvieron problemas con la publicidad por que vendían el disco de la desconocida Lady Roxy no de la líder de uno de los grupos más famosos de ese año: Tsubasa Kira. te reusaste a usar tu nombre y en las fotos de promoción era difícil reconocerte con toda esa pintura en tu rostro. Recuérdalo.
-Era difícil pero no imposible. Además, esa era el punto de hacer el disco en solitario. Hacer algo diferente.
Hiromasa suspiraba cansado.
-Toma la decisión entonces, ¿qué es lo que quieres hacer?
- ¿No me vas a dar un consejo? ¿Ni siquiera porque eres mi representante?
-Ya puse todas las opciones sobre la mesa. Tienes por lo menos hasta hoy en la noche.
Tsubasa apagaba frustrada su cigarro mientras exhalaba lo último que le dio de humo.
-Realmente este día tenía que estar arruinado desde la mañana para tener una mala actitud hoy. ¿cierto? solo quería estar por lo menos en paz, en la tarde tengo que ir a ver a Honoka.
- Esa chica, Kousaka-san, ¿realmente era la líder de μ's?
-Si, lo era -Tsubasa sonrió levemente al recordar mejor a Honoka.
-Es muy chistoso que ahora ustedes sean amigas.
-Supongo que sí, supongo que somos iguales, ella y yo. no nos queda nada de esos días.
"Todavía creo que es un poco precavido. Es decir, se necesitaría más tiempo para descifrar esas señales. ¿Cuál es la prisa?"
"No sabía qué hora era, pero era de noche y las luces estaban bajas. Estaba ocupándome de mis asuntos, ¿sabes? No estaba molestando a nadie, no soy ese tipo de persona. Estaba escuchando mi radio y de repente, empezó a hacer estos ruidos extraños, te lo digo hermano, me asustó bastante. Entonces el sonido de estática pareció desvanecerse, pero volvió como una voz lenta envuelta en más estática, te lo juro amigo, escuche una voz y era la misma señal de radio captado por aquel satélite"
"Te entiendo. Nos enviaron un mensaje y tal vez esperan que contestemos"
"Emocionados por la señal captada, el gobierno planea mandar más satélites al espacio. "
"Noticias como esa hacen que enloquezca"
"Un satélite va en camino a marte. Pronto el espacio lucirá como un estacionamiento"
"Gracias por mandarnos sus historias, estaremos informando más sobre las señales. Recuerden conseguir la nueva edición limitada de shorts estilo cósmico, conmemorando este suceso histórico, tenemos envío a todas las partes del país"
Tsubasa salía del taxi que la había dejado a un par de calles de la tienda de dulces japoneses Homura. Ella sería la primera en mentir sobre el hecho que visitar la casa de Honoka la ponía un poco nerviosa. vestía más casual y llevaba una cámara colgando. Cuando estaba justo enfrente de la puerta. Sacó su teléfono y se revisó la cara. también asegurándose que su cabello no estuviera fuera de lugar, pensó que para esa época del año sería mejor cortárselo.
-Bienvenida- Decía Honoka que estaba atendiendo la tienda- ¿eh? ¡Tsu-chan llegaste!
-Hola Honoka, espero no llegar en mal momento-decía la de ojos esmeralda mientras entraba más a la tienda.
-No te preocupes Tsubasa-chan, no me di cuenta de que ya era hora. en un momento me desocupo. -la peligengibre acomodaba algunas cajas.
-Creo que llegue un poco más temprano. Tomé un taxi desde una estación antes de Akihabara. por eso, pero tuve que aguantar esa estúpida radio, todos hablando sobre las señales. Para como son las personas ahora, esas señales nos podrían decir cuál fue el origen del universo y todos lo olvidarían en la siguiente semana. Todos están demasiados centrados en sus obligaciones y no tienen tiempo para darse cuenta precisamente de eso, que están vivos.
Honoka solo la miraba.
-Es decir jeje si, llegue temprano-Decía Tsubasa intentando disimular su frustración.
Sábado por la tarde y siento que mis emociones se quiebran. Pero tengo la energía de que no quiero hablarlo. solo quiero mantenerlo en mi cabeza. Por qué ahora estoy contigo.
Antes de que Honoka pudiera preguntar que le pasaba a Tsubasa unos clientes llegaron a la tienda con niños que entraron jugando y corriendo por el lugar.
-Bienvenidos- las recibía Honoka- Tsu-chan ¿podrías esperar arriba en mi cuarto? En un momento estoy contigo.
Tsubasa subía algo confundida por las escaleras no sabiendo muy bien hacia dónde dirigirse.
-Ah cierto, mi cuarto es la segunda puerta al fondo- Le decía la peligengibre desde abajo.
Tsubasa entraba al cuarto y se preguntaba como las cosas habían llegado a ese instante. Ese era el cuarto de su antigua rival. La persona que fue una de las razones por la cual su grupo quedara afuera de la competencia más importante para ellas. Pero nada de eso importaba. Eran personas diferentes ahora y el mundo también había cambiado. recordó comportarse y no revisar la habitación como una extraña. Así que solo se sentó enfrente de la pequeña mesa en medio del cuarto. Miró a su alrededor y notó que no había ningún recuerdo de μ's. parecía el cuarto gris y solitario de cualquier persona. No del sol andante que siempre le parecía Honoka. Entonces lo miró, atrás de algunos libros y productos para el cabello, todavía se asomaba un borde de aquella foto. Un retrato del pasado.
- Listo, ellos necesitaban realmente comprar más dulces jeje- decía Honoka entrando al cuarto- En un momento nos vamos Tsu-chan, solo arreglo mi bandolera.
- Esta bien, ¿no habrá problema con la tienda? Es decir, ¿quién la atenderá?
-No te preocupes mi papá está en la cocina y mi mamá ya no debe tardar en llegar de hacer las compras del sábado. Una lástima que Yukiho no está ahora en casa, a ella le hubiera gustado verte.
- ¿Crees que aun me recuerde?
- Claro que sí, A-rise era la principal razón por la cual ella quería entrar a UTX, además estoy segura de que aún tiene guardadas en algún lugar las fotos que se tomó contigo en el Sunny Day.
- Jeje, ella quería entrar a UTX pero al final se quedó con μ's y Otonokizaka. Estaba pensando que no veo nada relacionado a esos días en tu cuarto. veo que tú seguiste adelante.
Honoka se detuvo un momento, mientras arreglaba sus cosas. Y agachaba levemente su cabeza.
-Si, jeje hay que seguir adelante siempre…
Tsubasa podría sentir el cambio de tono en la voz de la de ojos azules. Se había dado cuenta que el tema era algo delicado para Honoka.
-Digo, tienes esa foto con tus amigas de la infancia. Con eso debe ser suficiente, ¿verdad? Ya decía que ustedes tres eran muy unidas. Recuerdo sus nombres Minami-san y Sonoda-san ¿cierto? - Ella intentaba mejorar el ambiente, pero era muy torpe cuando se encontraba en ese tipo de situaciones.
Honoka tomaba la foto y se la daba a Tsubasa. Estaba gastada del marco y tenía algo de polvo. Además, tenía una grieta en el vidrio que cruzaba de lado a lado. En ella estaban Honoka, Umi y Kotori de cuando tenían alrededor de 6 años. Les habían tomado la foto en el parque. Las tres, pero principalmente Honoka estaban con algo de lodo en la ropa y las rodillas raspadas. Las tres se abrazaban y sonreían haciendo la señal de victoria con las manos.
- Ese día nos caímos de un árbol por segunda ocasión y por segunda ocasión fue mi culpa jeje- la risa de Honoka sonaba más triste que autentica.
- ¿Dónde están ellas?
- Kotori-chan se fue a estudiar diseño de modas a Francia, ya debe de estar trabajando allá. Le está yendo bien. Con ella es más difícil comunicarme por la diferencia de horarios y cada una está en sus asuntos. Umi-chan está en el equipo nacional de arquería. Ella viaja mucho y actualmente está en una competencia en Tailandia. Nos reunimos cuando regresa, pero igual, ella estudia fuera de Tokyo, así que solo la veo poco.
¿Tú también sabes cómo se siente verdad? Ser la única de tu especie. Lo sabía. Crees que lo escondes, pero no. Esta en el cansancio de tus ojos. Lo he visto antes…en el espejo.
Ese sentimiento de que alguien llega a tu vida simplemente para despedirse después. Son las calles donde compartías y reías las que ahora se sienten tan solas. Y el peso en la espalda de los años que ahora se sienten desperdiciados. Todo eso lo conozco.
Tsubasa lo podía ver todo en esos ojos azules. sonrió con confianza. Dejó la foto boca abajo sobre la pequeña mesa. Después tomó a Honoka de los hombros y la puso enfrente del espejo.
- ¿Quién es ella?
- Soy yo.
- Y ¿quién está de tu lado?
- Tú. Tsubasa-chan.
- Exacto. Vamos a divertirnos. El día es nuestro.
Una pequeña ave voló tan lejos para ver que como era la insignia. El mar y toda la arena están demasiados distantes para un paseo en la playa. y mi única habilidad es que puedo transformarme en una estrella de rock.
Boliche. En lugar de competir contra ellas mismas compitieron contra unas chicas que buscaban contendientes. Honoka se sorprendió con lo buena que era Tsubasa para el boliche. Ella le contó que tenían uno en UTX. Y le dio consejos a la peligengibre sobre cómo conseguir una chuza. Incluso si tenía que poner sus manos sobre las de ella y envolverla en sus brazos para hacer el movimiento. Y así en el último tiro Honoka consiguió los puntos que faltaban para su victoria.
Fumiko soñó con cambiar a su nación. Hideko quería ayudar con el sufrimiento y podría jurar que lo intentó. Yo creí que podría hacer que todo valiera la pena si me convertía en una estrella de rock.
Helados grandes y limonadas. Honoka la llevó a una heladería que estaba cerca. Ella decía que era de sus favoritas. Helado de pistacho para Tsubasa y napolitano para Honoka. Pero aun así la de ojos azules le pediría que le compartiera un poco. Usando la misma cuchara Tsubasa le daría de probar para luego mirar orgullosa la cuchara y después tomar ella un poco más. Cuando Honoka le preguntaba por qué tenía esa expresión. Tsubasa simplemente le respondería con otra pregunta. Si creía en los besos indirectos.
Podría lidiar con el dinero, podría lidiar con los fans. Me pondría el mejor vestuario para el escenario. Y meterme en problemas como cualquier estrella regularmente lo hace.
Fotografías en el parque con lago. La parte más relajada de su tarde, caminaban por el parque platicando y deteniéndose en ocasiones para tomarle fotos a las plantas, ardillas y patos. Claro, también se tomaron varias fotos entre ellas juntas. Hasta ese momento Honoka había sido la encarga de elegir las actividades que harían y una tranquila caminata por el parque fue la parte favorita de Tsubasa.
Pero ahora no sé qué me prepara el futuro y estoy intentando no pensar en ello porque estoy contigo.
O simplemente te estoy usando como pretexto. ¿Cómo podría ayudarte con la soledad si yo me encuentro más sola que tú?
Antes que la noche hiciera presencia completa en el cielo, se sentaron en una banca a orillas del lago y vieron como los patos nadaban en grupos unos tras otros en lo que parecían ciclos. La sensación en el fondo de la mente de Tsubasa se hacía más fuerte, sabía que cuando el día terminara su futuro como cantante podía estar encerrado en un callejón sin salida. Con el sentimiento de frustración se engendró un deseo de compensación. Lo que ella haría normalmente en una ocasión similar seria comenzar a ir de club nocturno en club nocturno tan pronto la noche cayera. Y así hasta la madrugada perdiendo la conciencia con alcohol y hachís o con cualquier psicodélico que pudiera encontrar de buena calidad en un antro japones. Y tan pronto se despidiera de Honoka se sometería al impulso de autodestrucción como manera de enfrentar la desesperación. De todas formas, la noche apenas comenzaba.
- Me encantó pasar la tarde contigo Tsu-chan, la verdad había olvidado lo que era salir los sábados con una amiga- Decía alegre Honoka. Su tierna y agradecida expresión lastimaba en el fondo a Tsubasa.
- También me divertí bastante…supongo que es tiempo de regresar ¿cierto? - Tsubasa lo decía dudosa como si esperara que el tiempo no avanzara.
- Si - Decía Honoka mientras se levantaba de la banca- hay una estación aquí cerca del parque y-
- Honoka- interrumpía la de ojos verdes- ¿Sabes? hay una exposición de pintura expresionista alemana en Ginza y he tenido ganas de visitarla desde que regresé a Tokyo. Lo bueno es que es una exposición nocturna y … no se… ¿te gustaría ir conmigo?
Tsubasa habló casi por reflejo, una última descarga sobre sus palabras. Algo que la separara por un momento más de sus nefastas conductas.
Honoka la miraba un poco sorprendida por la repentina propuesta, pero podría sentir que eso no era todo lo que Tsubasa quería decir. Su voz sonaba diferente y apartó la mirada cuando le hizo la pregunta.
-Claro, tendré que avisar que llegare más tarde a casa, pero claro que me gustaría ir, Tsu-chan.
-Gracias- Tsubasa sonreía casi aliviada.
Transformaste este día en algo perfecto. Tu simplemente me sigues dando y dando energía.
Tomaron el tren para el distrito de Ginza. Cuando llegaron ya era de noche y como en ciertos días calurosos como los de esa época, la noche trajo un poco de lluvia, pero las estrellas aun eran algo visibles en el cielo.
En la exposición, las dos caminaron juntas mientras que Tsubasa explicaba como esas pinturas la inspiraban en su música y contaba la vida de los pintores de esas obras. Así como también intentaba explicar su interpretación personal de sus pinturas favoritas. Honoka disfrutaba ver a Tsubasa tan emocionada y cómoda en la galería.
Un día perfecto. Haces que me olvide de mí misma. Incluso llegué a pensar que era una persona diferente. Una persona buena.
Había una pintura que llamó la atención de Honoka. Era una pintura grande de casi toda la altura de la pared. En ella estaba una figura andrógina en una extraña posición como si le hubieran tomado una foto en medio de una danza o en un ataque de pánico. Sus brazos eran largos y Su mirada era amenazante como un depredador acercándose a su presa, pero a medida que se pasaba más tiempo mirando su expresión se comenzaba a sentir desolada y sin ojos estaban hermosamente detallados a diferencia de su escenario que daba la impresión de ser un bosque dentro de un edifico de concreto. Su figura estaba cubierta de diferentes colores, pero sobresalía el dorado.
A Honoka le recordó un poco a Lady Roxy pero luego pensó que la pintura podría ser algo más. Alguien más. Solo alguien. Tal vez ella.
- Ah, Esta pintura- Decía Tsubasa mientras se acercaba – Algo que me encanta de esta pintura son todas las diferentes interpretaciones que ha tenido desde su creación, que a la vez cada interpretación es solo un reflejo del tiempo y de la sociedad que la mira.
- Es muy cautivadora, realmente atrapa la atención – Decía Honoka.
-Si, he querido escribir alguna canción al respecto, pero no he podido hacer algo que me resulte satisfactorio, sigo trabajando en ello.
-Deberías ponerla como portada de tu nuevo álbum.
-jeje claro, mi nuevo álbum- Tsubasa bajaba la mirada
Honoka regresaba la mirada a Tsubasa y reconoció esa expresión. Podía sentir como todo el ánimo de su amiga cambiaba con solo esa mención. Era todo lo que tenía que saber.
Cuando salieron de la exposición, la lluvia se había calmado y se podía escuchar al agua que sobraba en la calle ser dividida al pasar los coches. Era de noche, pero aun así en esa zona las calles todavía tenían gente.
- Bueno, te acompaño a la estación- Decía Tsubasa.
- ¿Me acompañas? ¿no vas a venir?
- No, De hecho, yo vivo en este distrito. Mi casa está a unas calles de la estación. Pero supongo que iré a dar una vuelta por ahí, después.
Tsubasa sonreía, pero Honoka podía ver más allá de eso. Ella sabía lo que era poner esa sonrisa. Ella la veía en el espejo antes de salir a la universidad.
- Tsu-chan, ¿en tu casa tienes esa guitarra dorada? ¿la que usaste en aquel concierto?
- Si, tengo todos mis instrumentos en mi casa ¿Por qué?
- ¿Tocarías algo para mí? No lo sé ¿algo nuevo en lo que estes trabajando?
Una conmovida sonrisa se formó en el rostro de Tsubasa incluso se sonrojo un poco. Asintió con la cabeza y una sensación de alivio se quedó en su pecho mientras tomaba la mano de Honoka.
Que día más perfecto. Estoy tan agradecida que lo pasé contigo.
Las dos caminaron hacia su casa. Y cuando llegaron enfrente del lugar a la peligengibre le sorprendió la locación. Le recordó a la casa de su antigua compañera de μ's, Maki. Pero un poco más pequeña solo un poco.
- Siéntete como en casa- decía Tsubasa mientras prendía las luces de la sala.
- Gracias- Decía Honoka mientras se sentaba en el sofá y miraba a su alrededor – Tsu-chan ¿vives sola?
- Si, este lugar lo pude comprar con las regalías que hice con A-rise. Pero para ser sincera había estado viviendo sola desde antes.
- ¿Y tus padres? – Honoka no estaba muy segura si era buena idea preguntar eso.
- ja, mis padres. Ellos se divorciaron cuando tenía ocho años. Fue chistoso, un día mi madre llegó y simplemente me dijo que me despidiera de papá que él se iría vivir a otro lado. Después fueron unas cuantas visitas a la semana hasta que él se terminó por mudar a Indonesia.
- Lo siento, debió ser difícil.
- No lo sé, la verdad, tenía más espacio para mi ¿sabes? Cuando estaba en UTX casi no veía a mi madre. Ella se la pasaba todo el día afuera. Y yo también después me enrole en diferentes actividades después de clases. La verdad no tenía nada de lo que quisiera hablar con ella. Lo único bueno de A-rise era que me mantenía ocupada y con el dinero que hicimos con los discos me pude independizar rápido.
Tsubasa sonaba sorprendentemente tranquila hablando sobre eso.
- Te iba a ofrecerte algo de vino, pero sé que no tomas, ¿agua está bien? Le puedo poner algo de hielo si quieres.
-Si agua está bien. Gracias. - Contestaba Honoka.
Tsubasa llevó las bebidas y platicaron un poco más. Después como prometió sacó su guitarra y tocó unas canciones para Honoka, incluso canciones que estarían en su nuevo disco y que no le había mostrado a nadie antes. La de ojos azules estaba encantada por la música de su amiga. Serraba los ojos y se dejaba envolver por sus melodías.
-Me gustó mucho esa última canción, es algo triste y melancólica, pero es muy melódica, Tsu-chan.
-Gracias, todavía estoy trabajando en la letra, pero creo que va tomando forma. ¿sabes? Creo que sonaría mejor con otro tipo de guitarra. Tengo una acústica en mi cuarto. Iré por ella.
¿Puedo caer dormida esta noche sabiendo que me enamoré y que sigo siendo una estrella de rock?
Honoka se quedó en la sala mientras Tsubasa fue a buscar su otra guitarra. Miró a su alrededor y también notó que no había ningún recuerdo de A-rise. En la sala se percibía calidez y elegancia tenía un color beige y crema. Acentos purpuras en los cojines. lámparas decorativas con detalles en dorado. Mesas de vidrio y muebles con libros.
La de los ojos azules revisaba su celular con mensajes de sus padres. había estado ignorando algunas llamadas que le hicieron. Porque sabía que le pedirían que regresara. Pero Honoka no quería regresar a casa en ese momento. todo lo que le importaba era estar más tiempo con Tsubasa. Normalmente ella pasaría sus sábados encerrada intentando no pensar en los diferentes escenarios donde imaginaba a sus amigas. Las imaginaba divirtiéndose, riendo y olvidándose de ella. las imaginaba viviendo una vida feliz mientras ella era inexistente en la habitación de su casa. pero eso había cambiado desde que se había reencontrado con Tsubasa. Finalmente, había encontrado alguien que realmente se interesada por ella. Y el sentimiento era mutuo.
Era un poco después de las doce de la noche. Tsubasa estaba en su habitación sacando su guitarra del estuche. Cuando su teléfono Vibró. El mensaje del que pudo olvidarse por algunos momentos. La disquera que le ofrecía el trato de su nuevo disco retiraba su oferta. Miró su teléfono por un momento y luego lo guardó en su bolsillo y apagó las luces de su habitación.
-Tsubasa-chan ¿está todo bien? - Habló Honoka que fue a buscar a su amiga cuando esta comenzó a tardar.
llegó a su habitación que solo estaba iluminada por la tenue luz de luna que entraba por la ventana. Miró a Tsubasa sentada en el borde delantero de su cama mirando hacia la pared.
- Todo bien… es solo que…. ¿Alguna vez haz sentido que nada de lo que haces tiene importancia? que todo lo que amas, todo lo que eres y todo a lo que le temes será desvanecido por el tiempo. Y no quedara nada de eso ni siquiera un recuerdo. Entonces no tiene sentido preocuparse por nada ¿cierto? Pero igual…no puedes evitarlo y terminas preocupándote de todas formas. Quedando adentro de esos ciclos sin sentido, sin salida. Pero no tienes a nadie con quien hablarlo, porque igual, nadie lo entendería. – Hablaba así Tsubasa sin regresar a ver a su amiga. Su voz era difícil de descifrar, sonaba triste, molesta, pero al mismo tiempo vacía.
-Tsu-chan – Decía Honoka mientras se sentaba en el borde lateral del colchón – Se que algo te molesta. Te ha afectado toda la noche. Tú crees que no me doy cuenta. Se que tienes muchos amigos con los cuales podrías hablar sobre tus problemas, pero puedes también confiar en mí. Es sobre tu carrera ¿verdad?
- La verdad, no conozco a nadie con quien pueda o tenga esa confianza para hablar sobre mis problemas. mis amigos… con ellos solo quiero ser alguien diferente, no sé por qué, pero siempre tiendo a mostrar solo una parte de mí. Y la cambio un poco. Para que nadie pueda ver lo demás. Aun así, lo hubiera hablado contigo es solo que…. No quería arruinar nuestro día juntas.
- No hubieras arruinado nada. Si te hace sentir mejor quiero que lo platiques. Por más minúsculo que sea. Quiero saber si puedo ayudarte en algo. Solo hazlo.
- ¿Y qué me dices tú entonces? Mencioné a tus amigas y te noté melancólica. Tienes algo que te molesta también, pero igual no lo quisiste platicar conmigo. Solo pretendiste que no te molestaba eso.
Honoka se mantuvo en silencio por un momento.
-Tienes razón. ¿quieres saber lo que me molesta? La verdad. La verdad la cual es que me he quedado atrás. Todas las demás continuaron con sus vidas. Salieron al mundo exterior y lograron metas propias y yo básicamente sigo deseando levantarme una mañana y tener que ponerme el uniforme de Otonokizaka. Esperando que todo fuera un mal sueño. Pero no. Estoy rodeada de dedos que apuntan y ojos que solo saben juzgar. Lo único que me brindaba confort era mis recuerdos de μ's pero ya ni siquiera eso. ¿y sabes? Ese día que te encontré. Yo había ido a un pequeño concierto tributo a μ's. quería disfrutar del mundo Idol una vez más, pero terminé sintiéndome patética y artificial. Entonces no te preocupes por días arruinados porque eso es todo lo que yo he tenido.
Las dos se quedaron en silencio por un momento. Hasta que Tsubasa habló de nuevo.
- Te entiendo, no poder conectar con el pasado. A veces para algunos el mundo siempre nos es áspero. Seco y crudo. Por eso algunas veces intentamos maquillarlo. Para moldearlo a algo que nos parezca más llamativo, algo con que podamos identificarnos. Tomar la realidad y cambiarla en algo en lo que soportaríamos vivir. Pero eso no siempre es posible. Supongo que por eso soñamos. Para tener algo que si lo intentamos podemos cambiar y controlar. Una existencia que podemos hacer más suave como el terciopelo.
-Pero también existen las pesadillas. -Decía Honoka- entonces tomemos el sueño a la realidad para que las pesadillas no sean tan malas.
Honoka se acercaba y suavemente tomaba la mano Tsubasa. Pero fue la de ojos verdes la que las entrelazó. La peligengibre se acercó más al rostro de su amiga y ella por fin le regresó la mirada. Tsubasa todavía tenía su expresión de tristeza, pero se sonrojó un poco al notar lo cerca que estaba Honoka.
-Tsu-chan, ya no creo en el destino. No creo en nada en lo absoluto. Pero igual podemos aprovechar algo de esto… si ya te sientes de esa forma y yo siento el mismo vacío…. Entonces ¿Por qué no pasamos nuestra soledad juntas?
Tsubasa miró de cerca aquellos grandes y hermosos ojos azules.
To Be Continued
