Capitulo 2 : Encuentro.

Personaje : Hablando

Personaje : Pensando

[Al día siguiente ; Campo de entrenamiento 9]

-...¿La trajiste?...-, Kiba se acercó a su compañero rubio en compañía de Makoto.

-...Si, pero. ¿Que crees que nos hará si nos descubre?...-, Hiroshi saco de entre las ropas su objeto favorito.

-...Quizás nos mate, pero valdrá la pena...-, Makoto tomo la camara de video de su amigo.

¿La razón?

Después del entrenamiento de ayer, Kiba había propuesto una idea bastante peculiar.

Usar el pasatiempo favorito de su amigo para un uso más "interesante".

Grabar, en la medida de lo posible, cada una de las recompensas que su sexy maestra les da.

Estaban de acuerdo que era una locura, pero sus hormonas alteradas, pudieron más que el sentido común.

Pasaron los minutos que les quedaban antes del entrenamiento, ideando varias estrategias para que su plan saliera a la perfección.

-...¡Hey!...-, de pronto, kushina apareció en una cortina de humo cerca del trío.

Que cayeron pálidos al suelo debido a la imprevista aparición, más por miedo de que la pelirroja haya escuchado algo de su plan.

-...Hehe, deben estar más atentos...-, Kushina, fiel a su actitud bromista, se rasco el puente de la nariz con una sonrisa.

-...¡Sensei! ¿Que le cuesta saludar?...-, Kiba se levantó primero, algo indignado ya que su orgullo le impedía verse débil.

-...Eso es muy aburrido...-, Kushina hizo un ademán de manos restando importancia. -...Por cierto, ¿De que hablaban?...-, lanzo una mirada curiosa.

El trío se miro entre si para maquinar una mentira en conjunto.

-...Bah, olvidenlo...-, Kushina alzó sus hombros, probablemente se trataba de cosas pervertidas.

Lo normal a esa edad, por lo que prefirió dejarlo pasar y concentrarse en el verdadero negocio.

-...Espero que estén listos para el entrenamiento...-, Kushina anuncio.

-...¿Aún no vamos hacer misiones?...-, makoto levantó la mano.

Ya quería empezar con esas divertidas misiones que tanto oía de los chunin.

Kushina ladeó la cabeza en negación. -...No aún no, apenas saben controlar su chakra...-, se dió la vuelta hacia un árbol cercano para iniciar el entrenamiento.

-...Verán...-, Kushina empezó a caminar sobre la corteza del roble solo con la ayuda de sus pies. Bajo la atenta y algo sorprendida mirada de sus alumnos, aunque estaban más concentrados en el meneo del redondo trasero de la milf.

Que ese delicado pantalón apretado lo destacaba tan bien.

-...Ahora pervertidos...-, Kushina chasqueo los dedos al voltear a una altura considerable, y darse cuenta a dónde estaban mirando sus estudiantes.

Que avergonzados, se pusieron firmes.

-...El control de chakra es la base fundamental para todo ninja...-, kushina cruzo los brazos para empezar la explicación. -...Deberán canalizar el chakra en la base de sus pies, pero ni muy alto ni muy bajo. Más bien, medio. Si no son capaces de controlar su chakra, no son madera para ninja...-. termino tajante.

Los genin tragaron saliva.

-...Entendido sensei, y en el caso de lograrlo... ¿Podemos tener una recompensa?...-, Hiroshi reunió todo la valentía disponible en el.

Kushina quedó inmóvil ante la petición del pequeño rubio, la conversación con el kyubii volvió a tomar forma para cuestionarla.

Ahora sería un buen momento para ponerle un alto definitivo al asunto y dejar aquella experiencia con Kiba en el pasado.

Pero devuelta a la realidad, sintió las intensas miradas de los chicos sobre ella. Cómo tiernos perros esperando un trozo de pan.

-...Ugh...-, Kushina soltó un ligero quejido. Minato ayer la había dejado con las ganas. Un par de toqueteos por aquí y allá no contaría como engaño.

¿Verdad?

Una ligera sonrisa se pinto en sus labios por la pequeña chispa de emoción que empezó a surgir dentro de ella.

-...Bueno mocosos...-, Kushina coloco las manos en sus caderas. -...El que logre terminar primero, tendrá su premio~~...-, la pelirroja, en un tentador movimiento, sacudió sus grandes pechos dándoles todo un espectáculo.

A los ahora excitados y ansiosos genin.

-...¡Si kushina-sensei!...-, gritaron al unisono, lanzándose al árbol con sonrisas tontas en sus rostros.

Lo que hizo que la dama Uzumaki se riera con gusto al ver a los niños, ser maestra no es tan aburrido.

Sentándose en una de las ramas gruesas del árbol para observar el avance de los chicos.

El primero en caer fue Kiba, que trato de hacer algo de trampa saltando con todas sus fuerzas. Erróneamente, forzando más chakra del necesario en la planta de los pies.

El resultado fue muy obvio, la madera se agrietó por la presión y el moreno fue devuelto al suelo dónde reposaba con un chichón en la cabeza.

-...Nada mal Kiba...-, kushina dijo con sarcasmo y diversión en su tono, mirando a su estudiante que tenía espirales en los ojos. -...Pero el chakra tiene que estar equilibrado...-. aconsejo.

-...Entendido sensei...-, Kiba se levantó avergonzado mientras sobaba la cabeza.

-...Pff...-, Makoto, que estaba aun lado del Inuzuka, se burló del pobre perro.

-...¡Pues hazlo tu!...-, Kiba gruño molesto en dirección al castaño.

-...Hehe, será fácil...-, Makoto se mostró confiado, solo era moldear chakra. ¿Que tan difícil podría ser?

El aspirante a Espadachín levantó uno de sus pies sobre la corteza.

-..."Aqui vamos"...-, se preparó para caminar sobre el roble.

No avanzo ni un centímetro cuando su pie simplemente se resbaló.

La risa burlona de Kiba y la mirada concentrada de Kushina hizo que rápidamente las mejillas del castaño se pusieran rojas.

-...¡Solo estaba tanteando el terreno!...-, Makoto no tardó en excusarse para evitar la burla de Kiba, no lo conseguio.

-...¡Kushina-sensei! ¡Mire!...-, la alegre voz de Hiroshi llamo la atención de todos.

En especial a la jounin, mirando con algo de orgullo como el muchacho daba pasos sobre la corteza, temblorosos, pero mucho mejor que sus compañeros.

-...¡Genial Hiroshi! ¡Sigue así!...-, kushina alentó con una sonrisa de ojos brillantes.

-...Y-ya casi...-, Hiroshi estaba nervioso, había visto a sus dos compañeros fallar y siguió los consejos que les dió su maestra.

Controlando a duras penas el chakra, pero con la recompensa que le esperaba. Sentía que podría cruzar el mismo infierno.

No tardó mucho en llegar hasta estar al lado de ella.

-...¡Lo logré!...-, Hiroshi vitoreo feliz con sus brazos al aire.

-...Me alegro que lo hayas hecho a la primera...-, kushina le sonrió.

-...¿Yo gane?...-, Hiroshi pregunto ansioso.

-...Si, supongo que si...-, respondió con simpleza.

-...Entonces...-, Hiroshi estaba emocionado.

-...Vamos...-, kushina le dió una sonrisa pícara antes de bajar del árbol y aterrizar con elegancia sobre el suelo.

-...Solo tienes un minuto, ¿Vale?...-, Kushina bajo el cierre de su chaleco para darle un mejor acceso al rubio a sus senos.

No le importo mucho que el resto estuviera viendo, ayer fue igual.

-...De hecho, kushina - sensei...-, Hiroshi estaba frente a ella, y bajo la atenta mirada de sus compañeros. -...Me preguntaba, si podía pedir otro tipo de recompensa...-, su voz empezó a ser más silenciosa.

Pero no tanto, ya que Kushina lo escucho.

-...Si no es muy atrevido, podría considerarlo...-, Kushina cruzo sus brazos, en su mente. No pudo evitar sentirse intrigada.

-...Bueno... yo... ¡Quería saber si podía besarla!...-, Hiroshi lucho contra sus nervios y exclamó acaloradamente.

Tomando por sorpresa a sus amigos y sobre todo a Kushina.

Una cosa es unos simples manoseos. ¿Pero un beso? Eso era algo que solo Minato tenía derecho.

Antes de tan siquiera poder rechazar la propuesta, los brillantes orbes esmeralda de Hiroshi la esperaban expectantes.

Pasaron solo unos segundos de silencio para que Kushina finalmente hablara.

-...Hiroshi...-, el susodicho se preparaba para el rechazo. -...Esto es algo que quedará entre nosostros...-, advirtió acortando la distancia entre ellos.

-...Si, ¡Por supuesto sensei!...-, Hiroshi estaba nervioso y emocionado, nunca espero que su primer beso fuera con una milf del calibre de alguien como Kushina.

-...Nada de lengua, ¿De acuerdo?...-, Kushina empezó a bajar un poco para estar a la altura de su alumno que movió la cabeza afirmativamente.

Hiroshi estaba feliz, pero su rostro no parecía demostrarlo. Demasiado nervioso de comenzar y sobre todo, decepcionar a su sensei.

Kushina noto eso.

-...Tranquilo, yo me encargo...-, kushina unió sus labios con los del rubio.

Que sintió una corriente eléctrica surcar su espalda, pero rápidamente disipó todo rasgo de nervios y comenzó a bailar con los suaves labios de kushina.

Solo pudo descubrir la sensación como divina, los labios de la milf eran muy suaves. Aparte que sintió un ligero sabor a cereza de su lápiz labial que lo hipnotizó en una bruma de pasión.

Kushina se dejó llevar por los torpes labios de Hiroshi tratar de seguirle el ritmo. La verdad, le pareció tierno por la forma en la que el niño trataba de dominar el momento.

Le daría algo de gusto y simplemente se dejó.

Hiroshi estaba tan fascinado en el beso. Cada caricia de los húmedos labios de su maestra, hacía que descubriera sensaciones tan placenteras ; que a su cuerpo apenas entrando a la adolescencia llevaba sus hormonas a un nuevo nivel.

Sin dejar de besar a la ardiente pelirroja, coloco las manos en su cintura para profundizar el contacto. Pero no quería detenerse ahí, su instinto quería más.

Lento pero seguro, empezó a subir por el abdomen tenso de la milf. Cada centímetro que avanzaba lo llenaba de nervios por un posible rechazo por parte de Kushina.

Pero nunca llegó, Hiroshi contuvo la respiración por unos instantes cuando sintió que las manos por fin habían llegado a su objetivo.

Las enormes y redondas tetas de Kushina estaban a solo milímetros sobre sus manos, en un audaz movimiento. Dejo que su palma se posara en uno de los senos suaves, notando como Kushina soltó un casi inaudible quejido que solo el pudo oír.

Eso le dió una señal de que podía avanzar, sin dudar estar vez. Levantó su otra mano para atrapar el seno restante. Una sensación de poder y deseo lo lleno al momento de sentir el cuerpo de Kushina a su disposición.

No podía creerlo, estaba besando apasionadamente a la esposa del hokage. Y si bien, el título del hombre provocó miedo. Dejo de importarle cuando sus manos, casi manejando solas.

Empezaron a moverse de manera valiente sobre los pesados pechos de Kushina.

Dejando que sus palmas se arrastrarán lentamente por cada rincón del amplio cofre de la Uzumaki, asegurándose que la sensación se arraigara en su sistema por si no volviera a tener la oportunidad de sentir tan angelical satisfacción.

El duo, perdidos en su pequeño momento de placer. No le prestó atención a su alrededor.

Ni siquiera a la cámara en manos de Makoto, que si bien estaba celoso. No perdió la oportunidad para grabar, haciendo el acercamiento suficiente con la lente para que se notara el profundo beso del par y las traviesas manos de Hiroshi apretar y manosear sin recelo las tetas de la milf.

-...Ah~~, creo que fue suficiente...-, Kushina regreso a la realidad, no podía creer que fuera a perderse tanto.

Rompiendo el contacto con el niño rubio mientras retira amablemente las manos de sus pechos.

Debía mostrar moderación.

Makoto, a velocidad sorprendente, escondió la cámara entre sus ropas. El video no duró más que un minuto, pero fue suficiente para el y Kiba.

-...Si, yo... Muchas gracias sensei...-, Hiroshi tenía una mirada perdida, dando una reverencia a su maestra.

Apenas podía asimilar bien la idea de lo que acaba de pasar, y se limito a regresar a dónde sus compañeros con la frialdad de un robot.

-...*Hump*...-, Kushina se recuperó de inmediato, tosiendo intencionalmente para cortar el aire denso que empezaba a formarse.

-...Ustedes dos...-, Kushina apunto a Kiba y Makoto, estos se pusieron nerviosos por miedo a que su pequeño proyecto haya sido descubierto.

-...No se queden ahí, aún tienen que dominar el ejercicio. No tomaremos una sola misión hasta que no controlen su chakra...-, Kushina esta vez ordeno con voz seria.

El duo se puso en marcha para terminar el ejercicio.

-...Y tu, igual...-, Kushina también ordeno a Hiroshi sentado en la hierba. -...Pero si ya pude...-, El rubio se quejo pero rápidamente cambio su actitud al ver la mirada filosa de Kushina.

-...Aún te falta práctica, ve...-, Ordeno una vez más e Hiroshi salió disparado al árbol para terminar el ejercicio.

Kushina suspiro para si misma, ¿Que rayos estaba pasando? Por un momento, realmente estaba tentada dejar que el beso subiera de nivel al dejar que la lengua de Hiroshi entrara en ella.

-...NO ES TAN DIFÍCIL DE ADIVINAR. SOLO ERES UNA SIMPLE PUTA SIENDO FIEL A SU NATURALEZA HEHE...-, Kushina frunció el ceño por la odiosa voz del kyubii sonar en su mente.

-...Mejor cállate bestia, a menos que desees los barrotes atravesando tu carne de nuevo...-, Kushina amenazó sin reparo, ahora no tenía paciencia.

Lo único que recibió de respuesta fue un gruñido molesto pero no hubo más.

Eso le dió algo de tranquilidad para poder reflexionar en paz.

Por suerte, a el día aún le faltaba mucho para terminar. Paso la siguientes dos horas dando pequeños consejos para que los genin controlarán su chakra.

Algo que consiguieron, con un par de golpes aquí y allá. Pero lo consiguieron. Aunque no sentían tanta satisfacción por ello, sobre todo porque perdieron la oportunidad de tener su recompensa.

Una vez terminado el ejercicio, Kushina les dió un pequeño consuelo a su equipo en forma de un delicioso bento.

Después del rico refrigerio, la Uzumaki los llevo al edificio hokage. Era hora de empezar con las misiones.

-...Mmm veamos...-, Minato murmuró, su mirada divagando en las hojas en busca de una misión para asignarle al equipo de su esposa.

Que ahora estaba de pie en la oficina en compañía de sus pupilos, esperando pacientemente su decisión.

Mientras Minato se concentraba en lo suyo, tanto Kiba e Hiroshi miraron a su compañero castaño con miedo y sorpresa por lo que estaba a punto de hacer.

Makoto tenía su mirada fija en la forma de Minato escarbando entre documentos, pero su mano traviesa tenía un mejor objetivo.

Una que para el, era justo, Kiba e Hiroshi ya tuvieron lo suyo. Era injusto que solo el no haya podido disfrutar nada.

El aspirante a espadachín sonrió con picardía, sabía que si lo atrapaban lo matarían pero no le importo. Lo único que ahora le importaba era el como sus dedos se hundían en la suave carne de las nalgas de la milf que se tenso visiblemente por el repentino toque.

Pero no hizo nada para tratar de alejarlo, el resto del equipo miraron envidiosos cómo makoto con una sonrisa de oreja a oreja manoseaba sin recelo alguno el culo redondo y firme de kushina que no hacia nada más que mirar al frente con un leve sonrojo en sus mejillas.

-...¿¡Pero que demonios!?...-, Kushina ahogo un grito, sintiendo su intimidad calentarse de apoco por la mano del alumno acariciando sus carnosas nalgas, moviendo las toscas palmas por todo lo ancho de su amplio parachoques.

A pesar que su orgullo le rogaba que le torciera la mano al atrevido castaño, ningún músculo de su cuerpo se movía para hacerlo.

Solo se limito a disimular para no despertar sospecha de Minato, realmente no podía creer lo que estaba sintiendo.

Sabía muy bien el peligro que corría ahora, pero a pesar de tener eso presente. Un tinte depravado de placer surgió dentro de ella, ser manoseada de esa manera delante de las narices de su marido.

¡Era estúpidamente excitante!

-...¡Muy bien! ¡La encontré!...-, la voz de Minato alertó a todos, Makoto alejo de mala gana la mano del trasero de Kushina.

-...Veran...-, Minato concentro su vista al frente, sin darle mucha importancia a las mejillas levemente ruborizadas de su esposa.

Pero si le intrigo un poco el hecho de que los chicos parecían bastante agitados. Se rió por lo bajo, lo asoció a los nervios de la primera misión.

-...En esta lista están todas las misiones que realizarán hoy...-, Minato extendió el archivo a las manos de Kushina. -...Por hoy, están fuera...-, ordeno amable para volver a trabajar en el papeleo.

Aunque algo más alegre ya que hoy no tenía mucho y eso significaba que podría llegar temprano a casa.

-...Si hokage - sama...-, Kushina dió una reverencia seguida de sus alumnos.

Para rápidamente salir de la oficina.

[Un par de minutos más tarde ; En las afueras de konoha]

-...Supongo que es aquí...-, Kushina lanzo una mirada al sitio, era una cabaña algo grande de aspecto simple.

Más atrás había un lago, volvió a leer el contenido de la primera misión.

-...¿Ayudar a pescar?...-, Kiba, que estaba aun lado de Kushina, aprovecho para leer el archivo.

Su tono disconforme dió a entender que la idea no lo alentaba.

-...Si, aún son carne fresca como para ir afuera. Todo ninja pasa por esto...-, Kushina alzó sus hombros, y camino hasta la cabaña, tocando la puerta un par de veces.

Un anciano fue el que los recibió después de unos minutos. -...Oh, ustedes deben ser el equipo que solicite...-, hablo emulando una sonrisa amable.

Kushina asintió.

-...Por favor, síganme...-, el anciano se apoyo en un bastón para empezar a rodear la cabaña.

El equipo de ninjas lo siguió por un rudimentario camino de piedras que los llevo a el lago que vieron hace rato.

-...Tengo un pequeño negocio de venta de carnes...-, el anciano se paro frente a el lago. -...Pero mi cuerpo ya no es el mismo de antes, y no puedo hacer tanta fuerza...-, explico su situación.

-...No se preocupe señor, mi equipo y yo nos encargamos. Descanse un rato...-, Kushina le dió una palmadita en la espalda al viejo.

Que se retiró a su cabaña, no sin antes enseñarles dónde estaban las canastas para guardar a los peces.

-...Bueno chicos, quiero terminar esto rápido...-, Kushina llamo a su equipo. -...Así que, quitense la ropa...-, ordeno.

Ni bien termino de hablar, el trío se deshizo rápidamente de sus prendas. El más rápido fue Makoto para presumir sus músculos, aún no había nada.

Kushina reprimió la pequeña risa al ver el burdo intento de impresionar.

-...Como sea, serán más rápidos al atrapar a los peces si se meten al agua. Andando...-, Kushina señaló el lago a su espalda a los niños que ahora no vestían más que un simple boxer.

-...¿Por qué solo nosotros?...-, Kiba cuestiono. -...¿No debería usted cómo nuestro sensei enseñarnos cómo se hace?...-, sonrió pícaramente por la idea de ver a la milf en paños menores.

Hiroshi y Makoto apoyaron la idea.

-...Hehe Kiba...-, Kushina lo llamo alegremente pero el aura roja que la rodeaba mando un escalofrío al pequeño Inuzuka. -...Aún te falta mucho si quieres aplicar esos trucos...-, poso una mano en el hombro de este.

-...Ahora, fuera...-, sin previo aviso, empujó a Kiba al lago. -...Ustedes...-, Kushina se giró para ver a los nerviosos genin.

No necesito decir más para que el mensaje se entendiera.

-...¡Fuera bomba!...-, Hiroshi se lanzó sin más al agua.

Makoto lo siguió.

Ya en el agua, el castaño salió a la superficie para tomar el aire.

Noto como Kiba e Hiroshi ya tenían un par de peces en las manos, ¡El no se quedaría atras!

Después de un par de minutos, Makoto levantó el quinceabo pez con algo de asco en su cara.

-...Esto apesta...-, se quejo depositando el animal en la canasta.

-...¿De que te quejas? no te puede ir peor que a mí...-, Kiba murmuró al lado de su amigo, colocando el otro pez.

Su agudo sentido del olfato era una bendición para el rastreo pero también tenía sus desventajas.

-...Dah, ya estoy cansado...-,Hiroshi se unió a sus compañeros, depositando el último pez para llenar la canasta.

La primera canasta.

Kushina estaba sentada cerca del río observando el avance de la misión, debían llenar tres de esas canastas y recién terminaban de llenar una.

Una peculiar idea cruzo su cabeza para terminar más rápido el trabajo.

-...Chicos~~...-, Los genin giraron su atención ante la conocida voz de su maestra.

La sangre no tardó en subir a sus mejillas por el magnífico espectaculo frente a ellos.

Kushina estaba de pie a unos cuantos pasos del lago, con una sonrisa traviesa. Comenzó a bajar el cierre de su chaleco dejando solo su camiseta ajustada que no demoro mucho en levantar.

Kiba y compañía miraron fascinados las enormes tetas de Kushina rebotar suavemente, solo cubiertas por un sostén deportivo que no hacia mucho para restarle puntos.

-...Ya que tenemos el tiempo corto, pensé que podrían terminar más rápido. Así habría algo de tiempo para~~...-, Kushina insinuó mordiendo su labio inferior.

Ni siquiera se molestó en terminar la frase, ya que los genin sabía muy bien a lo que se refería.

-...¡ENSEGUIDA!...-, Makoto se lanzó ansioso al agua, sin duda que quería su recompensa.

A pesar de que hace unos minutos pudo tocarle el culo sin morir, quería más.

Hiroshi y Kiba no fueron tan diferentes a el.

Kushina tomo asiento en el prado, entretenida por la repentina energía que tenían sus alumnos.

Después de unos 15 minutos, los genin estaban tirados sobre el prado. Jadeos de cansancio salían de sus cuerpos cansados, a su lado. Las tres canastas yacían llenas de peces.

-...Nada mal~~...-, la alegre voz de Kushina obligó a los chicos a levantar la mirada.

-...Bueno sensei... ¿Ya puedo?...-, Kiba se apoyo en sus brazos, a pesar del cansancio, tenía una mirada ansiosa al cofre de Kushina.

-...¡Oye! Yo también llené la canasta. No es justo que solo seas tu...-, Makoto no tardó en reclamar.

-...¡No jodan! ¡Yo fui el primero en terminar de llenar la canasta! Es justo que sea yo...-, Hiroshi aclaro.

Ahora los tres genin se miraban como perros apunto de pelear por un trozo de carne.

Kushina, pre viniendo la acalorada discusión que tendría lugar si no intervenía, decidió cambiar de planes.

-...¡Oigan!...-, Kushina chasqueo los dedos cortando la pelea verbal de sus alumnos. -...Todos ustedes se esforzaron por igual, así que está vez tendrán que compartir...-, sonrió por la idea.

-...La única condición que tengo es, solo ver, no tocar...-, La uzumaki se paro frente a ellos.

-...¿Que cosa?...-, Hiroshi cuestiono por sus amigos.

La respuesta que recibió, no fue una que esperaba.

Los párpados de Kiba y Makoto se extendieron en sorpresa absoluta por lo que estaban por presenciar.

Kushina, sin mediar palabra, levantó en un solo agarre el sostén deportivo.

El trío sentía que el calor tomaba forma en sus mejillas y cierta parte suya se levantaba emocionada.

Las enormes y redondas tetas de la milf quedaron desnudas para su total disfrute. Rebotando ligeramente de manera hipnótica, unos dulces pezones rosas coronaban aquellas montañas de carne que los instintos de los chicos suplicaban por probar.

El espectáculo no duró mas que unos segundos cuando Kushina volvió a bajar su sostén, pero a pesar de ser solo unos segundos.

Todos ellos guardaron muy bien aquella erótica imagen en la caja de Pandora de su cerebro.

-...Muy bien, vayan a secarse en la cabaña y vestirse. Los estaré esperando afuera para nuestra siguiente tarea...-, Kushina se despidió de los niños en un tono burlón, halagada por las miradas embobadas.

Alejándose mientras se vestía.

Los chicos se vieron entre si, sin duda tendrían mucho material entre las manos está noche.

[Medio día : Konoha ; Puerta Norte de la Aldea]

Kushina arrugó el ceño de manera disimulada, leyendo la información de la segunda misión.

Avanzaba seguida de su equipo por los caminos hacia la puerta, debían de ayudar a un consejero y comerciante a cargar la mercancía.

Eso no era una tarea que le molestara, si no el hecho de a quien había solicitado dicha misión.

Era de Kumo.

Sobra decir que la Uzumaki nunca tuvo una buena relación con la gente de ahí. Debido a una serie de problemas hace tiempo, como cuando trataron de secuestrarla a penas siendo una niña de academia.

Y sepa Dios para que fin, solo sabía que no hubiera sido lindo.

Ni que decir los varios roces que tuvo en la tercera guerra ninja.

Suspiro cuando finalmente llegó a al destino, solo esperaba que sus alumnos terminarán más rápido el trabajo antes que su paciencia.

Que por suerte ya habían recuperado suficiente energía después de la pesca, ya que los invito a un pequeño refrigerio.

-...Buenas tardes, somos el equipo que solicito...-, Kushina se presento formalmente ante un hombre afro, como era de esperarse, vestido con una simple yukata blanca que dejaba ver su descuidada figura.

-...Por fin llegan...-, El consejero de kumo se dió la vuelta al oír que lo llamaban, molesto por esperar, pero rápidamente su ceño se relajo al ver a la sexy pelirroja.

-...Me alegro que estén aquí, me llamo Kadou...-, el hombre extendió su mano a Kushina que devolvió el saludo por mero profesionalismo, disimulando muy bien la molestia al notar como los intrépidos ojos del viejo vagaban por su cuerpo.

-...Bien ¿Nos podría indicar dónde está la carga?...-, Kushina soltó la mano del viejo de inmediato.

Que ni siquiera le tomo importancia.

-...Oh por supuesto...-, el recién nombrado Kadou señalo a un almacén al otro lado de la calle. -...Quisiera que las suban a mis carruajes, con cuidado ya que es material delicado...-.

Kiba y compañía miro sin ganas el almacén, era de un tamaño promedio pero lleno de cajas grandes que solo de verlas se les quitaba las ganas.

-...Bueno, niños. Ya lo oyeron...-, Kushina le sonrió a su equipo.

El resto fue al almacén a regañadientes, Kushina estaba por seguirlos para terminar rápido el trabajo.

Pero Kadou hablo.

-...Si no es molestia. ¿Podría saber su nombre? Raras veces soy capaz de ver a una Kunoichi tan hermosa...-, Kadou halago dando una sonrisa.

Kushina, sabiendo que el hombre era consejero de una aldea cuyo tratado con la suya era tan estable como una cuerda floja, decidió fingir para mantener las apariencias.

-...Oh, le agradezco el cumplido...-, forso una sonrisa. -...En cuánto mi nombre, me llamo Kushina...-, se presento con la esperanza de que ese sea el fin de la charla.

-...Kushina ¿Eh?...-, Kadou pareció inspeccionar el terreno. -...Un lindo nombre, como tú...-.

Kushina suspiro por dentro ante el burdo intento de cortejarla.

-...Sabiendo eso...-, Kadou acortó la distancia entre ellos, no muy cerca, pero lo suficiente. -...Estaré está semana por Konoha en unos negocios, me preguntaba si habría la oportunidad para que me acompañes a una cena. Por lo que veo, Konoha tiene restaurantes muy atractivos...-, propuso sonriente.

-...Vaya, yo... lo siento. No puedo, estoy casada...-, Kushina se mordió la lengua para evitar enviarlo al demonio.

-...Oh que lastima...-, Kadou retrocedió un poco. -...Tu esposo es un hombre muy afortunado...-.

-...Si, soy muy feliz con el y nuestro hijo...-, Kushina sentenció para reducir las esperanzas del viejo.

-...De todas formas, considera mi propuesta...-, Kadou no pareció rendirse.

Kushina controlo el enojo al ver la insistencia del viejo.

-...Si, claro. Quizás...-, Kushina respondió de la forma más sarcástica posible.

Después de esa pequeña conversación, pasaron unos 20 minutos dónde observó como su equipo acomodaba las cajas en los elegantes carruajes.

Y también para su molestia, Kadou seguía tratando de formar una conversación para conocerla mejor, cosa que ella solo le seguía la corriente soltando de ves en cuando pequeñas indirectas para terminar la charla.

Indirectas que Kadou no se daba cuenta o bien ignoraba.

Por suerte ya no tenía que seguir soportando más al insistente consejero cuando miro a Kiba colocar la última caja en el carruaje.

-...Parece ser que el trabajo está hecho...-, Kushina anuncio con una sonrisa.

-...Si, eso parece, los mocosos son trabajadores...-, Kadou respondió sin muchas ganas, quería conseguir más de la sexy pelirroja.

-...¡Chicos!...-, Kushina llamo a sus estudiantes. -...Bien hecho, podemos irnos...-, ordeno a los cansados alumnos que solo asintieron para ir a una tienda a por unas botellas de agua.

-...Bueno, Kadou - san. Que tenga un buen viaje...-, Kushina se despidió ansiosa de largarse.

Al darse la vuelta, no pudo darse cuenta de la fija mirada del hombre pegada en su redondo trasero. Que sonrió con picardía ante la idea que atravesó su mente.

Al menos se llevaría algo.

-...Lo mismo digo, preciosa...-, Kadou murmuró.

-...¡Hyah!...-, Kushina tapo su boca, sonrojada por el sonido vergonzoso que hizo cuando sintió la dura mano del viejo soltar una bofetada en su trasero.

Un escalofrío recorrió su espina dorsal en una fracción de segundo cuando al vejete no le basto con azotarla, sino también le regaló un fuerte apretón a la carne suave de sus nalgas antes de soltarla.

-...A-ah si...-, Kushina no sabía cómo reaccionar, quería enojarse por el atrevimiento pero una sonrisa nerviosa fue lo único que salió.

Kadou se fue satisfecho a su carruaje.

Con Kushina sola en el lugar, soltó un suspiro por lo que acaba de pasar. Agradecía que sus estudiantes no estuvieran cerca ahora.

Fue en busca de ellos para despedirles, por suerte esta era la última misión del día.

Necesitaba ir a casa urgentemente para una buena ducha fría.

[En la tarde]

-...Kushi-chan, ya llegué...-, Minato anuncio mientras entraba a la casa, esperaba que su esposa le haya ido bien el primer día con su equipo.

Estaba feliz ya que termino el papeleo temprano, y también porque cenaría en familia. A pasado un tiempo desde la última vez.

-...¡Minato!...-, Kushina apareció en el pasillo, una sonrisa plasmada en su rostro.

A penas hace unos minutos que llegó después de despedir a su equipo.

Ya iba preparar para ducharse y calmar un poco el calor entre sus piernas por todas las peculiares situaciones que le tocaron hoy.

Pero no se esperaba que su marido llegara más temprano de lo usual, pero no le molesta.

-...¿Cómo te fue con tu equipo?...-, Minato dejo su gabardina colgada en la pared mientras se quitaba las sandalias.

Acercándose a su esposa para darle un suave beso en la frente.

-...Nada mal, es interesante ser maestra...-, Kushina sonrió abrazando a su esposo, evitando obviamente los detalles sobre sus recompensas.

-...Me alegro...-, Minato acaricio el sedoso cabello rojo que tanto le gustaba. -...Por cierto ¿Dónde está Naruto?...-, preguntó algo curioso al no oír la animada voz de su único hijo.

-...Mmm, debe estar con Kakashi y su equipo entrenando...-, Kushina le resto importancia, no es que no le preocupará.

Sino que tenía suficiente confianza en el, despues de todo, le enseño a defenderse muy bien desde pequeño.

Aparte estaba en la aldea, no corría ningún peligro. Nadie con más de una neurona atacaría al hijo de un hokage en su propia casa.

Sería básicamente suicidio.

-...Estamos solos entonces...-, minato dijo algo decaído.

Le hubiera gustado cenar en familia.

En ese momento, Kushina se dió cuánta de la situación.

-...Bueno, ya que estamos solos~~...-, sin mediar palabra, Kushina beso con fervor a Minato.

Que le tomo unos segundos procesar el repentino cambio antes de dejarse llevar de buena manera por las caricias de su ardiente esposa a la habitación.

Kushina sonrió complacida mientras la pasión subía y las manos de Minato comenzaron a deslizarse por su cintura.

Sin duda, esto era mejor que una ducha fria para calmar el calor.