Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, la historia sí.

—Abre la puerta. —Exigió sin verlo.

—Primero tienes que mirarme y aun así eso no será algo que pasé hasta que no hablemos.

Kohaku bufo aun mirando a un lado. Termino por cerrar momentáneamente los párpados y respirar profundo. ¿Qué rayos hacia él metido con ella en ese auto?

Kohaku recordaba tan vívidamente bien la última vez que lo había visto.

Una sonrisa y un suave "gracias", destruyeron cualquier ilusión que Kohaku se había formado antes de declarase. No imaginó lo mucho que la destrozaría por dentro el rechazo a pesar de saber que ese sería el resultado.

En su momento logro mantener el equilibrio, logro a duras penas que su voz saliera lo más normal que podía, logro ahogar el jadeo doloroso que amenazaba por salir de su boca, y, sobre todo, logro que ni una sola lágrima saliera en cuanto sintió como sus ojos se humedecían. —Debo irme ya.—Por supuesto no espero respuesta ni quiso regresar a verlo. Solo había dado la vuelta y comenzó a caminar intentando que no le temblaran las piernas, y una vez sabía ella ya no estaba al alcance de su vista, se echó a correr sin razón aparente. Termino dónde Ruri, y ella la abrazo mientras la consolaba.

Y desde esa horrible confesión ya había pasado algo más de un mes.

Todo había ido normal desde entonces en su rutina, había decidido que seguiría tan normal como siempre con Senku. Solo se había permitido a sí misma llorar una noche para después volver a lo suyo y superarlo. Sí, se había decidió a no dejarse afectar.

O eso había pensado hasta que, al día siguiente, justo cuando había divisado que estaba por toparse con Senku mientras caminaban y notará que terminarían irremediablemente por encontrarse en sus caminos, no dudo a unos metros de él cambiar la dirección de sus pasos para devolverse por dónde había vendió ¡Le había dado pánico de sólo verlo!

Se había sentido tan idiota cuando eso pasó. Y se seguía sintiendo aún más idiota cuando no tuvo control y siguió pasando.

Tenía entonces desde que él la rechazó que no lo había visto. Y de algún modo eso estaba ayudándole a sentirse mejor en cuanto a lo que sentía cuando pensaba en Ishigami Senku.

—Posiblemente sea una especie de forma de protegerte a ti misma que a creado tu subconsciente, Kohaku-chan—le había comentado Gen recientemente. El mentalista había notado ese breve cambio en la rubia, y no había tardado mucho en sacarle la verdad a Kohaku con sus trucos.

Las palabras del normalmente molesto mentalista se habían quedado repitiéndose un par de veces más en la mente de Kohaku ¿Qué ella se estaba protegiendo de Senku? ¡Ja! No es que lo quisiera, pero en cualquier momento podría tomar al científico entre sus manos y romperlo sin mucho esfuerzo.

Sólo hasta que casi se topa con Senku nuevamente al doblar en una esquina y volvía a sentir pánico ante la idea de estar cerca de él fue que Kohaku entendió lo que Gen le había querido decir. ¿Intentaba proteger a su lastimado corazón?

Mierda. Es que era idiota, nunca debió decirle nada a Senku. Todo era más fácil antes de eso. Pero había explotado lo que sentía por él después de reprimirse tanto tiempo. La confesión ese día la tenía ya en la punta de la lengua, y no pudo hacer nada para detenerse a sí misma cuando casi le gritó que le gustaba. ¡Y él maldito se había atrevido a sonreír y observarla atentamente como sí ya lo supiera!

Poco a poco y con el paso de los días sin verlo, simplemente se sentía mejor. Y a su vez entre más sentía que se sentía mejor, un pequeño rencorcillo hacia Senku había empezaba a nacer en ella.

Y últimamente, después de evitar toparse nuevamente con él, es que se preguntaba el por qué era que cada vez se lo encontraba más.

Un día era Senku hablando fuera del hogar de Chrome que estaba a un lado del de ella. Había alcanzado a salir breves segundos y en cuanto lo vio no espero a nada y volvió a entrar lo más rápido que pudo. No sé entendió a sí misma cuando cerró con candado la puerta, no volvió a salir por lo que quedaba del día.

Otro día era que Senku había enviado a Suika a buscarla para que se presentará en el laboratorio y le ayudará con algo. No, no podía. Se sentía mal de mentirle a Suika pero simplemente le dio el mensaje para Senku de que buscará a alguien más porque tenía planes de ayudar a Ruri con lo referente a la boda. Casi quiso echarse a llorar en cuanto Suika no había dudo ni un segundo en sus palabras y se había retirado alegremente.

Y el día siguiente era divisar a Senku en el campo de entrenamiento, eso no era normal, seguramente necesitaba la ayuda de alguien que se encontraba cerca. Lo que fuera, no espero a sentir pánico. Simplemente se fue como ahora ya era costumbre.

Oh es que se estaba comenzando a fastidiar. Nunca antes se lo topaba tan seguido y esa última semana ya era una constante huir de él. Se sentía tan patética de pensar que estaba huyendo.

Y justo en ese momento, en el presente. Dónde tenía a Senku que la había terminado encerrando en el auto, se sentía aún más patética de hacerse la molesta, cruzar los brazos y voltear hacia otro lado solo para evitar verlo. Tampoco podía evitar hundir los dientes en su labio inferior a ver sí así le dejaba de temblar. Estúpidamente patética ¡Esa no era ella! Tenía unas absurdas ganas de echarse a llorar al estar ahora frente a él y sentir su mirada. Así que era de estos nuevos sentimientos de los que se había estado protegiendo inconscientemente.

—Déjame salir, Senku.

—Ah ¿es que quieres volver a huir como has estado haciendo?

Kohaku no alcanzo a ahogar en su garganta el jadeo que terminó por salir en cuanto escucho a Senku, aun así, no regreso a verlo. Pero ya no tenía los brazos cruzados, dejarlos caer a sus costados era el signo de su derrota al saberse descubierta. —No estaba huyendo...—No conscientemente al menos. Con ese tono de voz sabía perfectamente que no convencía a nadie, menos al estúpido genio que tenía delante de ella.

Ella no lo estaba viendo, pero de haberlo hecho podría ser testigo de cómo al de pelos raros ya le temblaba la ceja que había arqueado.

¿Qué por qué no destrozaba él vehículo? Lo intentó antes de que el estúpido científico le dijera que era inútil. —Es a prueba de leonas—se había burlado de ella.

—Si no era eso entonces ¿cómo le llamarías al cambiar de dirección cada vez que estamos por encontrarnos?

¿Escapar? Obviamente Kohaku no contesto pero esa palabra le cruzó la mente. —Ya déjame salir.

Descubierta y muy molesta en la misma medida era todo lo que sentía la rubia en ese momento. ¿Cómo había terminado así? Pues debía estar en camino a la boda de Ruri-nee; y Francois y Ryusui pasarían por ella en auto. O al menos ese era el plan.

Ella había subido feliz de la vida en cuanto el dichoso auto llegó a recogerla. Hasta que dentro por fin termino por toparse con Senku y escucho como el auto se aseguraba. La había atrapado.

—Llegare tarde a la boda de Ruri-nee.

—Es correcto. Por eso entre más rápido te dignes a mirarme y hablar conmigo estarás halla antes.

Escucharle decir eso con ese tono tan despreocupado sí que le molestaba. Ya tenía el puño levantado y temblándole. Pero al final, simplemente se rindió y lo dejo caer. De algún modo, era absurdo, dejaría de huir. —¿Qué es lo que quieres hablar?

Por fin los ojos azules conectaban contra los escarlatas.

—Esto no tiene ni un milímetro de lógica. —El tono de Senku era un par de decibeles más bajo de lo normal cuando justo después de casi murmurar elimino la poca distancia que los separaba y la beso.

—¿Qué no tiene...?—Kohaku no había terminado de formular su pregunta en cuanto Senku la había callado al besarla.

Esa boca sobre la suya, la mano de Senku ajustándose a su cintura. El científico tenía labios ásperos. El corazón de Kohaku desbocado, ¿nuevamente era pánico? ¡Por supuesto que no! No sí se sentía tan bien que terminó por cerrar los ojos y dejarse envolver por la calidez que el aparente frío científico desprendía.

—Sí tan solo...—Senku dio una necesaria bocanada de aire en cuanto se separaron. —Sí tan solo me hubieses dado tiempo a responder no tendría que haberte estado buscando como idiota—Sí, Senku sabía que no era necesario revelarle sobre los intentos que había hecho por verla. Ah, pero eso lo había molestado tanto desde la primera vez que noto lo que ella hacía, el día justo después de que le gritó que le gustaba y se echó a correr.

Eso la descoloco—¿Me estuviste buscando? —¿Entonces cada vez que se lo topaba "por casualidad" era él buscándola?

Un bufido irritado salió de la boca de Senku—Y por cada una huías. En última instancia solo intenté estar cerca pero igual terminabas por escapar.

Kohaku enrojeció sintiéndose aún más idiota.

—Es que yo... no me sentía bien de verte después de que me rechazaras.

Senku golpeó su frente con la palma de su mano. —¿Se puede saber en qué momento dije que no me gustabas?

Kohaku abrió mucho los ojos al escucharlo—P-Pero tampoco dijiste que sí. —Y ella no entendía por qué levantaba su dedo índice acusadoramente para señalarlo.

—Te fuiste antes de que pudiera decirte como adolescente idiota que también me gustas. —A esta clase de malentendidos era a lo que Senku se refería cuando decía que las relaciones eran problemáticas. En su momento, después de que ella le gritara lo que ya sabía de antemano se dio un momento a sí mismo de pensar en lo que le diría, y por una mínima fracción de segundo la idea de pedirle tiempo hasta que la máquina del tiempo estuviera completamente en funcionamiento se pasó por su cabeza, pero tan pronto como apareció la desecho. Ya habían esperado mucho. En su caso prácticamente se había estado dando tiempo desde que la había despetrificado en la isla del tesoro. A la máquina del tiempo le faltaba tan poco ya ¿Que más daba? Además, había llegado a la ilógica/lógica conclusión de que lo distraía más no estar con ella y lo había comprobado cuando la rubia simplemente empezó a evitarlo.

—Te tardaste mucho en hablar y... ¿Qué?

—No pienso volver a confesar nada.

Mientras Kohaku aún procesaba sus palabras, Senku se había vuelto a inclinar para besarla, entre más volvía a repetir las palabras de él en su cabeza, más dichosa aún se comenzaba a sentir.

—Entonces te gusto.

Ishigami rodo los ojos—Si, sí. Me gustas. Ahora, ¿puedes dejar de pórtate como idiota y escapar de mí?

—Que no estaba escapando. —Un foquito imaginario se ilumino sobre la cabeza de Kohaku. —Era solo una retirada estratégica.

Una nueva ceja arqueada por parte del científico—Como digas—fue todo lo que alcanzó a decir justo antes de negar con la cabeza y sonreír al mismo tiempo. Leona ocurrente.

—Ne, Senku... ¿Entonces tú y yo?

—Si, sí. Somos un tú y yo.—Senku ya sentía que terminaría terriblemente agotado a causa de emociones a las que no estaba acostumbrado.

La azul mirada emocionada sobre él valía totalmente la pena aún sí terminaba completamente agotado emocionalmente.

—No vuelvas a tardar tanto. —Se lanzó a rodear su cuello para terminar abrazándolo.

La comisura del labio derecho de Senku se alzó al escucharla. —No vuelvas a jugar a la leona y al ratón. —Senku nunca imagino que el ratón pudiera atrapar a la leona.

Justo en ese momento, ahora, Kohaku se sentía la persona más plenamente feliz sobre la faz de la tierra. Solamente quizá Ruri podría sentirse algo más feliz que ella considerando que estaba por casarse. —¡Ruri!—grito el nombre de su hermana alejando al científico de ella. Maldición, iba a llegar muy muy tarde.

La risa de Senku la saco de sus casillas—¡No es gracioso, Senku! Mi hermana está por casarse.

—Tranquila, no llegaremos tarde. Ya saben que estás conmigo y Chrome y Ruri aceptaron sin problemas aplazarlo hasta que les marque.

Eso logro aliviar a la rubia que suspiro de alivio.

—Les llamaré para que sepan que vamos en camino.

—Gracias, Senku.

—No iba a dejar que te lo perdieras. Diez billones por ciento seguro de que me matarías.

Bueno, igual y no lo mataba, podía medirse con sus golpes después de todo.

Una rápida llamada de Senku a Chrome indicándole que iba en camino con Kohaku y Senku ahora sí encendió el auto.

Solo unos cuantos minutos después y Kohaku se sentía la persona más dichosa que pisaba la tierra en ese momento, además de Ruri claro. Ver a su hermana casarse con el idiota de Chrome solo complementaba la felicidad que sentía estando ahora con su abrazo enredado al de Senku.

—¿Sabes? Hay una manera más legal y efectiva de atraparte para siempre.

¿Kohaku alguna vez entendería a la primera lo que él decía? —¿Cuál? —Era mejor simplemente preguntar.

—Casémonos.

Boquiabierta regreso a verlo. ¿Hablaba en serio?

Sí no conociera a Senku podría pensar que era una broma. La forma desinteresada de decirlo mientras rascaba su oído sin mirarla aún podrían hacer parecer que era una broma. —¿Estás jugando?—Aun así como todo parecía un sueño se tenía que cerciorar.

Senku se encogió de hombros. —¿Que tal esto? Atrapa el estúpido ramo y te daré diez millones de puntos y responderé tu pregunta.

—¡Ja! Debes estar hablando en serio. Sabes que lo atrapare.

Exacto. El científico sabía perfectamente bien que no había quien tuviera oportunidad si la competitiva leona tenía el objetivo de atraparlo.

—Bien, lo haré.

Ruri lanzó el ramo con una sonrisa feliz, por un ínfimo segundo observó a Kohaku con su mirada determinada. Se dio la vuelta y lanzó fuertemente por los aires el ramo que todas las mujeres ahí querían atrapar. Digna hermana de la guerrera más fuerte, había sido un lanzamiento absurdamente fuerte y alto. El pobre ramo quedó varios metros sobre el suelo.

Pero claro, eso era algo que solo Kohaku podía atrapar con un salto tan fuerte como solo ella podía dar. Lo atrapó en el aire.

Muchos quedaron boquiabiertos, y muchos otros que la conocían por supuesto que no.

Con una sonrisa de autosuficiencia regreso con Senku mostrándole el ramo entre sus manos.

Senku ya la esperaba con las manos en las caderas—Diez billones de puntos para ti, leona.

—Que no me digas leona. —Oh primero tenía que reclamarle el absurdo apodo, claro sabía bien que era en vano. —¿Y bien?

La ceja derecha de Senku se arqueo—¿En serio no lo has visto con tu visión 11.0?

Y Kohaku no pudo evitar ladear la cabeza—¿Qué?

—No me lo dejas fácil.

Le quitó el ramo de las manos y le mostró lo que uno de los tallos de una bella flor tenía insertado.

Redondo y brillante—Un anillo...—Ahora Kohaku ya sabía lo que era y significaba eso, no reprimió el jadeo de sorpresa que salió de su boca cuando el término de sacar el anillo y mostrárselo.

—Casémonos.

Con el anillo entre los dedos del científico, sintiendo que solo se encontraban los dos en ese lugar más alejado donde todos los demás seguían felicitando a Chrome y Ruri, ella seguramente tenía ahora la propuesta de matrimonio más poco romántica de todas.

—Creo que definitivamente me atraparas para siempre con eso. —Extendió temblorosamente su mano.

Senku bufo para nada molesto mientras colocaba el anillo. —Ahora ¿quién se tarda en responder?

—¡Si, Senku!

Y se lanzó a abrazarlo.

Tras ellos Ruri, Chrome y sus amigos ya se acercaban. Todos metidos en el plan de Senku para atrapar a esa Leona.

Ruri era la más feliz por ver también a su hermana completando su felicidad. Y Kohaku era igual de feliz por el mismo motivo que ella.

—¿La siguiente boda es la de Senku y Kohaku? —pregunto inocentemente Suika observando a los mencionados con grandes ojos brillantes muy abiertos.

Senku regreso a verlos con su característica sonrisa de lado. —Diez billones de puntos para ti, Suika.—El debilucho ratón había logrado atrapar a la absurdamente fuerte leona.

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