Los personajes de esta historia pertenecen a la increíble Stephanie Meyer, la trama pertenece a la asombrosa autora CaraNo, Alepattz la tradujo, sullyfunes01 es nuestra prelectora, yo tengo el permiso para publicarla.

Thank you CaraNo for allowing us to share this amazing story in Spanish!

[Traducido por Ericastelo en apoyo a AlePattz]


51 - LONDRES EN AGOSTO

.

Through these fields of destruction

Baptisms of fire

I've witnessed your suffering

As the battles raged higher

And though they did hurt me so bad

In the fear and alarm

You did not desert me

My brothers in arms

.

Let me bid you farewell

Every man has to die (1)

Brothers in Arms ~ La versión de Celtic Thunder y Ryan Kelly

Whistler POV

"¡Neumáticos!" Grito, levantando mi Glock.

Por un segundo, parece que el coche -un magnífico concepto de Infiniti- viene hacia nosotros, pero justo cuando consigo reventar una de las ruedas delanteras, se desvía a la derecha, en dirección a la salida.

"¡No dejen que ese puto coche salga de aquí!" Grito, corriendo hacia el coche.

No soporto los gritos por la radio, así que me saco el auricular y me lo meto en el bolsillo izquierdo del pantalón.

Las balas vuelan, destruimos el parabrisas, otro neumático y la ventanilla del lado del pasajero.

Las puertas se abren lentamente y los tres nos colocamos detrás del coche, con las armas disparándose sin cesar.

"¡Maldita sea!" Sam gruñe.

Vamos, vamos, vamos.

Apunto al lateral del coche con mis dos armas y espero alcanzar el depósito de gasolina, aunque el ángulo dista mucho de ser el mejor, ya que aún estamos detrás de él, no junto a él.

Vamos, vamos, vamos.

El coche se ralentiza significativamente cuando todos los neumáticos han sido reventados.

Entonces, por fin, el coche se incendia.

Justo a tiempo; el coche estaba casi fuera del garaje.

Acortando distancias, vemos cómo se abre la puerta del lado del conductor.

"Ese chupapollas", escupe Kellan.

Aro sale volando y se arrastra lejos del vehículo segundos antes de que explote.

Supongo que no había mucha gasolina en el Infiniti, porque la explosión no fue muy grande.

"¡Eh! ¡Avellino!" Grito.

Con movimientos temblorosos, me mira. Está cubierto de sangre y la pierna le arde.

Sonrío y avanzo hacia él.

"Podemos", ronca. "Vamos a..." Moretones y cortes cubren su cara. Hollín, también, y le han disparado en el hombro y en el estómago.

Ladeo la cabeza y veo la sangre casi negra que brota de la herida de su estómago.

Si le dispararon en el hígado, no le quedan muchos minutos.

Levanto mi Sig -que, por cierto, está vacía de munición-, me pongo en cuclillas y me inclino sobre él, presionando el cañón del arma contra su frente.

Mi sonrisa se ensancha mientras aprieto el gatillo.

Un sonido ahogado sale de sus labios delgados y ensangrentados.

El hecho de que se orine en los pantalones tampoco se me escapa.

"¡Oh-ho! Lo siento", me río. "Olvidé que a esta no le quedaban balas". Levanto un dedo. "Dame un segundo". Apunto con mi Glock.

Luego le meto una entre los ojos.

La luz de sus ojos se apaga de inmediato y su cabeza cae al suelo.

La adrenalina sigue corriendo por mis venas mientras me pongo de pie y encaro a Kellan y Sam.

Se acabó.

"Se acabó". Kellan se hace eco de mi pensamiento.

Asiento y suelto el aliento. "Se acabó, mierda".

El agotamiento se instala en mi cuerpo, pero también el alivio y la felicidad.

"Larguémonos de aquí", bosteza Sam. "Creo que tenemos que visitar a un paciente internado en el hospital".

Me pongo sobrio al oír eso, sabiendo que le dispararon a Liam. En el pecho. Recuerdo que la herida no estaba cerca del corazón, pero por lo que sé, se le ha podido colapsar un pulmón o haber dañado la columna vertebral. Carajo.

Echo un último vistazo a mi espalda y asiento para mis adentros. El coche en llamas está rodeado de cemento u hormigón; el fuego no se propagará. Tenemos que apagarlo, pero no hay prisa inmediata.

"Ford, informa a los demás", digo mientras empezamos a caminar.

Asiente y saca el auricular de un bolsillo. Ni siquiera sabía que se lo había quitado, aunque no puedo culparlo. Más de quince personas informando por la misma frecuencia era imprescindible, pero era una puta locura.

"Aquí Kellan", empieza, restregándose una mano por la cara, "Edward eliminó a Aro. Murphy también está aquí, vamos de camino al frente".

Sam suspira cuando pasamos junto a un Ferrari Enzo, una belleza roja.

Y cuando veo el Bugatti amarillo de Aro, el cupé vintage del 37, llego a la conclusión de que realmente consiguió trasladar aquí todas sus posesiones más preciadas. Supongo que lo hizo después de que Liam incendiara el garaje que tenía en Copenhague.

La mayoría de sus coches conceptuales habían estado allá, salvo unos pocos.

"Si hay algo que los italianos pueden hacer..." Sam se detiene.

Asiento con la cabeza. "Coches. Te entiendo". Veo otro y muevo la barbilla. "Mira el Birdcage". Un elegante hijo de puta. Uno de los coches conceptuales de Maserati de 2005.

"¿Pero por qué está aquí este puto coche feo?". Sam señala un descapotable negro a unos cuantos sitios de distancia. Es un Panther 6.

Sonrío y aprieto el hombro de Sam. "Puede que sea feo, pero solo se hicieron dos: uno negro y otro blanco".

"Chicos."

Sam y yo nos giramos; Kellan ha retrocedido unos pasos.

"¿Qué pasa?" Pregunto. Estamos casi en las escaleras de nuevo.

"Es Eric", dice, con pena en los ojos. "Está muerto".

Se me cae la cara de tristeza y niego con la cabeza.

No.

Sin decir nada más, subo las escaleras de dos en dos o de tres en tres. Sigo vestido como un puto abogado y me quito la chaqueta sin preocuparme de dónde cae.

No.

Acelero.

Por todos esos malditos pasillos otra vez.

Era cercano de James, incluso de Seth, pero Eric...

Es mi hermano.

Hay gente agolpada fuera del despacho de Aro, y enseguida veo a Bella. Está hecha un ovillo en el suelo, apoyada contra una pared, llorando a lágrima viva.

No.

"¡Edward!" Emmett llama.

En ese momento, los ojos llorosos de Bella se clavan en los míos y se levanta del suelo en un santiamén.

Camina unos pasos, derrama más lágrimas, pero luego también coge velocidad.

Nos encontramos en medio del pasillo, me abraza y empieza a sollozar.

Exhalo temblorosamente y la levanto, rodeando mi cintura con sus piernas. Luego nos conduzco a la habitación contigua que recorrí antes y me siento en un sofá. Me escuecen los ojos. La vista se me nubla.

"Edward", gime.

Meciéndonos lentamente hacia delante y hacia atrás, cierro los ojos y lloro en silencio contra su hombro.

"Demonios", gimoteo.

Las náuseas me revuelven las tripas cuando abro los ojos y veo lo que queda de mi equipo.

Sam y Kellan se sientan en el sofá frente a nosotros, con las cabezas gachas.

"¿Liam?" Pregunto con voz temblorosa.

"Estará bien", dice Kellan, aclarándose la garganta. Mantiene los ojos bajos, con los codos apoyados en las rodillas. "Chris y Mac lo llevaron al hospital más cercano. La bala lo atravesó y Carlisle logró cerrar la herida por ahora".

Suelto un suspiro, esperando que nadie del hospital lo reconozca.

"Emmett también perdió a dos chicos", añade Kellan cansado. "Carlisle a uno".

Asiento con la cabeza, sin que eso me importe una mierda en este momento. Puede que eso me convierta en un pendejo, pero esos eran hombres con los que nunca he intimado. Eric, por otro lado...

"¿Alguien más?" pregunto con voz ronca.

Sacude la cabeza.

"Lo vi", grita Bella. Aprieto más a mi mujer contra mí, suelto un suspiro tembloroso y parpadeo para contener más lágrimas. "Edward, lo vi".

"Shhh, cariño". Le acaricio las mejillas manchadas de lágrimas y le limpio la humedad con los pulgares. Se me encoge el corazón; su cara refleja desesperación.

Sus manos cubren las mías y mira hacia abajo, con sus largas pestañas casi rozándole las mejillas. "Le dispararon en la cabeza", gime.

Se me vuelven a llenar los ojos de lágrimas.

Sentado aquí, me prometo a mí mismo alejar a Bella de esto.

Todo ha terminado y tenemos que irnos. Lejos.

"Hermano", oigo decir a mi hermano mayor en voz baja. Levanto la vista y lo veo de pie en la puerta. "Ed está abajo. Quería que lo supieras. Está..." Se estremece un poco. "Se pondrá bien, pero...".

Asiento con la cabeza, adivinando que no ha sido tratado como un ser humano en los últimos nueve meses.

"Mi equipo y yo nos quedaremos para limpiar", continúa y se pasa las manos por la cara. Todos parecemos agotados y... acabados. Estamos hechos polvo. "Dentro de un minuto, papá llevará al tío Ed a Londres. También se lleva a Rose y a Garrett, y tú también deberías volver".

Me limpio la nariz con la manga y vuelvo a asentir. "Entendido". Trago saliva.

*O*O*O*

El viaje en coche de vuelta a la ciudad es tranquilo.

Me froto las muñecas después de que me cortaron las esposas.

Bella llora en silencio mientras atiende la herida superficial de mi cuello.

Sam está conduciendo.

Kellan está mirando por la ventana.

Y yo estoy aquí atrás con Bella.

Me siento entumecido.

"Te amo". Bella solloza y me besa la mejilla.

"Siempre, princesa", grazno, inclinando la cabeza sobre el reposacabezas para mirarla. La gasa me tensa un poco el cuello. "Hermosa". Le toco la barbilla.

Apoya la frente en mi mejilla, se acurruca y sube las piernas.

La abrazo fuertemente contra mí.

Cada vez que cierro los ojos, veo la cara de Eric.

Nuestro último encuentro se repite.

Fue antes de dirigirnos a Hyde Park para vigilar a las chicas.

"Cuando todo esto acabe, la primera ronda va por mi cuenta", había dicho Eric con una sonrisa.

Ojalá, hermano.

Me atraganto y entierro la cara en el pelo de Bella.

*O*O*O*

Cuando el ascensor suena y llegamos a nuestra planta en el nuevo hotel en Notting Hill, lo primero que oímos son los desgarradores lamentos de Autumn.

"Carajo", escupo y tiro de Bella conmigo.

Con pasos rápidos, los cuatro nos apresuramos hacia la suite que compartiremos esta noche.

O, mejor dicho: pasamos de nuestra suite y nos dirigimos a la de papá.

"¡Abre!" Grito enfadado, golpeando la puerta.

No puedo creerlo.

Seguro que tenía las mejores intenciones, pero se equivocó.

Está equivocado.

"¡Abre la maldita puerta, Carlisle!" Bella grita.

Un segundo después, Garrett es el que abre.

Le empujamos y entramos, viendo inmediatamente a papá y a Autumn en la sala de estar.

"Aléjate de ella", me quejo.

Solo intenta consolarla, lo entiendo, pero no es su maldito trabajo hacer eso.

"¡Bella!" Autumn solloza y corre hacia mi mujer.

"Shhh, te tenemos", dice Bella tranquilizándola, levantándola. "Te tenemos, cariño".

"Hijo..." Papá se levanta, acercándose lentamente. "No tienes que preocuparte. Tu madre y yo cuidaremos..."

Le corté con una risita oscura. "Deja que te pare ahí, papá. Lo que sea que estés pensando, olvídalo. No va a ocurrir". Pongo la mano en la espalda de Bella y la empujo de nuevo hacia la puerta. "Vamos."

"¿Quiere que nos quedemos acá, jefe?" Kellan pregunta.

Sacudo la cabeza. "No, ustedes también. Vámonos".

Una vez dentro de nuestra suite, le digo a Bella que voy a darme una ducha rápida. Tengo salpicaduras de sangre por todo el cuerpo, y hay que quitarlas, demonios.

"Hay un baño en el otro dormitorio", les digo a Kellan y Sam.

*O*O*O*

Cuando salgo de la ducha, solo con una toalla alrededor de las caderas, veo una camiseta blanca, un bóxer negro y un pantalón de pijama de cuadros azules y rojos sobre la cama que compartiré con Bella. Y cuando compruebo las etiquetas, veo que todo es de la tienda de regalos del hotel. Solo a Bella se le ocurriría comprar esto, pero así es ella.

Cuando vuelvo al salón, esbozo una pequeña sonrisa al ver a Kellan vestido exactamente igual.

"Sam está en la ducha", menciona.

Asiento con la cabeza y me acerco al sofá donde Bella está consolando a Autumn.

"Princesa, tú también deberías ducharte", le susurro y me siento a su lado. Odio apartarla de Autumn pero, aunque Bella no ha sufrido ningún daño hoy en Midhurst, aún tiene restos de la noche infernal en la ropa. Con expresión dolorida, asiente y susurra algo al oído de Autumn. Son más de las tres de la mañana, así que no es de extrañar que todos tengamos el peor aspecto. Autumn moquea y asiente un poco antes de soltarse del cuello de Bella, y entonces se inclina hacia mí. "Hola, pequeña". Le beso el pelo y la abrazo fuerte mientras Bella sale de la habitación para darse una ducha.

"No quiero que tío Eric esté muerto", gimotea Autumn contra mi cuello.

"Lo sé", suspiro con tristeza y le froto la espalda. "Lo sé".

Solloza un poco más y me mira. "Bella dice que está con papá en el cielo".

Asiento con la cabeza y se me cierra la garganta.

No quiero decirle estupideces. No quiero inventarle la historia de que Dios necesitaba a Eric.

Si alguien necesita a Eric, es Autumn.

Por suerte para mí, no pregunta por qué murió.

Quizá lo haga algún día.

Pero ahora se conforma con abrazarme y llorar en silencio.

Me rompe el puto corazón.

"¿Qué pasará ahora?" Kellan pregunta en voz baja.

Sin tener idea, arrastro a Autumn conmigo mientras me tumbo en el sofá. Mis ojos cansados miran al techo. Oigo dos duchas abiertas. Siento los dedos de Autumn jugando con mi camiseta. También oigo sus sollozos y gemidos.

Respiro.

"Estoy harto de esto", susurro al techo. "No sé cuál es el siguiente paso, pero... Me voy a llevar a Bella por un tiempo. Lo necesitamos". Hago una pausa, ordenando mis pensamientos. "Supongo que quien vuelva a Estados Unidos tendrá a los federales esperando".

No habrá ningún arresto. De eso estoy seguro. Pero habrá interrogatorios.

Bella y yo nos enfrentaremos a eso cuando volvamos, pero no será ahora.

Lo que necesitamos es tiempo para reparar nuestro matrimonio. Yo no lo llamaría dañado, pero hay una grieta -una abolladura- y me duele físicamente la necesidad de arreglarla. Nos amamos con locura, pero hemos cometido errores y nos vendrían bien los próximos meses o lo que sea para volver a encarrilarnos: hablar y centrarnos en nosotros. Reconectar.

"¿A dónde vas con Bella?" Autumn raspa suavemente.

"Aún no lo sé", musito y beso su pelo. "Pero será mejor que creas que vienes con nosotros". En un intento de aligerar su humor por un segundo, le hago cosquillas en el costado y gruño juguetonamente en su cuello.

Se retuerce y suelta una pequeña risita. "¡Basta!"

El humor solo dura un par de compases, pero ha merecido la pena.

Vuelven las lágrimas y ella apoya la cabeza en mi pecho.

Pensando en Eric y en los otros chicos que hemos perdido, de repente me decido. Sé que papá y los demás no se opondrán; será nuestro cierre final de todo esto.

"Nos vamos a Dublín", le susurro a Kellan, ladeando la cara en su dirección. "Nuestros hermanos necesitan un lugar de descanso final".

Asiente solemnemente. "Me parece un buen plan".

Yo también lo creo. "Hablaré con los demás mañana. Esperaremos hasta que le den el alta a Liam y luego nos iremos". Como es muy tarde, me siento y le sugiero a Autumn: "¿Qué tal si intentamos dormir un poco, Ojos Azules?"

Le tiembla el labio inferior. "No puedo dormir con el tío Eric".

"Uh, no." Me aclaro la garganta. "Te vas a quedar a dormir con Bella y conmigo. ¿Te parece bien?"

Se muerde el labio y parece pensárselo un momento. "Cuando me quedo a dormir con Bella, nos pintamos las uñas con mi esmalte de Hello Kitty".

"Ajá", digo, sabiéndolo pero preguntándome a dónde quiere llegar.

Entrecierra los ojos y se limpia la nariz. "¿Puedo pintarte las uñas?"

Miro a Kellan con cara de "ayúdame o te arrepentirás".

Tengo una de esas miradas.

La mirada de Kellan es la de no me importa nada.

Le parece muy gracioso.

Suspirando, vuelvo a mirar a Autumn. "Nada rosa".

Resopla y sonríe. "No. Morado. Con purpurina".

¿Porque así es mejor?

"Sí, yo...", refunfuño y me levanto, con Autumn apoyada en mi cadera. "Nos vemos por la mañana, Ford".

"Buenas noches", se ríe.

Unos veinte minutos después, Bella está merendando unas uvas y una bolsa de papas fritas en la cama mientras Autumn me pinta las uñas. También estamos en la cama y yo solo quiero dormir. Sin embargo, si esto es lo que hace que Autumn no llore...

"¿Me das una?" Abro la boca.

Bella, apoyada en el cabecero de la cama, sonríe y me mete una uva en la boca.

Tiene los ojos enrojecidos de llorar, y seguro que lo ha hecho mucho en la ducha.

"Tienes que quedarte sentado quieto", susurra Autumn mientras forcejea con la uña de mi pulgar.

¿Sentarme quieto? Perdona, pero estoy tumbado. Demasiado cansado para sentarme, maldita sea.

Bostezo.

El dormitorio apesta, por cierto.

Me planteo brevemente soltarme un pedo para ocultar el hedor del esmalte de uñas, pero no estoy seguro de que las dos chicas lo aprecien.

"¿No es bonito, Bella?" Levanta mi mano.

Bella asiente. "Por supuesto. Tal vez puedas hacerle los dedos de los pies mañana después del desayuno".

La miro boquiabierto. "¿Por qué... por qué? ¿Por qué?"

"Lo estoy disfrutando. Inmensamente", responde, alargando la última palabra.

Resoplo. Dos veces. Y echo la cabeza hacia atrás sobre la almohada. Y vuelvo a resoplar.

"¡Quédate quieto!" Autumn me regaña.

"Vaya. Lo siento", murmuro y me tapo los ojos con el brazo libre. "Carajo, estoy agotado". Se me escapa otro bostezo. "¿Ya casi terminas, nena?"

"Terminaré cuando termine", responde con naturalidad.

Bueno, tengo mi respuesta, ¿no?

*O*O*O*

Cuando me despierto a la mañana siguiente, estoy solo en la cama.

Estoy acostumbrado a eso, a estar solo. Solo que esta vez hay una nota. Y estoy en una cama, no en un sofá.

Whistler,

No te levantes. Vuelvo enseguida con el desayuno.

~Princesa

Florece más esperanza en mi pecho y no puedo evitar sonreír. Whistler. Por desgracia, tengo que ignorar su petición, porque necesito orinar, mierda.

Pero una vez que lo he hecho y me cepillo los dientes, estoy más que feliz de volver a meterme bajo las sábanas. El reloj marca las diez, lo que significa que solo he dormido unas seis horas. Además, Autumn tiene un sueño salvaje. Sus patadas me han despertado más de una vez.

Un momento después, estoy mirándome las putas uñas moradas cuando se abre la puerta y entra Bella con una bandeja de comida.

"Hey..." Ella sonríe suavemente.

"Buenos días, nena", digo, estirando los brazos por encima de la cabeza. Me siento y me apoyo en el cabecero. "¿Dónde está Autumn?"

Se ríe, con los ojos mucho más brillantes que ayer. "Está pintándole las uñas a Sam y a Kellan". Coloca la bandeja entre nosotros en la cama. "Están en el salón".

"Jodidamente genial." Esto debería significar que mis chicos no me acosarán cuando los vea. "¿Pediste el desayuno?" Pregunta estúpida. No sé por qué pregunté, pero estoy un poco nervioso. Las últimas semanas han sido... ¿frías? No ha habido cariño el uno por el otro. Ella no me ha atendido, y yo no he hecho mi parte siendo el marido cariñoso que me gustaría decir que he sido en el pasado. No la he llevado a citas, ni la he mimado, ni la he felicitado, ni... he estado ahí en la medida en que ella me ha necesitado.

"Sí." Me pasa una taza de café. "Les he dicho a los chicos que si empieza a llorar, que nos busquen. Creo que es importante que la mantengamos ocupada, lo más feliz posible, pero si llora, tenemos que dejarla". Da un sorbo a su zumo. "No creo que sea sano si no la dejamos desahogarse. Necesita llorar".

Asiento lentamente; todo eso tiene sentido. Bella tiende a hacer eso. "Entendido. Gimo en voz baja en mi taza. "Dios, esto está bueno. Gracias, por cierto". Levanto la barbilla hacia la bandeja. "No tenías que hacer esto, sabes".

"Sí, lo hice. Me encanta hacer esto", dice seriamente. "Y quiero que volvamos a lo que teníamos y a lo que éramos antes".

"Yo también", respondo rápidamente. "Solo digo que soy yo quien la ha cagado. No me lo estás poniendo nada fácil cuidando de mí cuando no me lo merezco".

Ladea la cabeza y sonríe. "Oh, chico irlandés. ¿Quién ha dicho algo de ponértelo fácil?"

Me río entre dientes y asiento con la cabeza. "Touché".

"Dicho esto" -se pone seria de nuevo-," no voy a castigarte dando un montón de pasos atrás en nuestro matrimonio. Tenemos que hablar, resolver esto, pero no retirándonos a... ni siquiera lo sé. Lo que quiero decir es que seguimos siendo marido y mujer. Eso nunca va a cambiar, ¿sabes?"

La comisura izquierda de mi boca se vuelve hacia arriba. "No tienes ni idea de lo increíble que me suena eso, princesa".

"No estoy de acuerdo, lo sé, pero da igual". Hace un gesto con la mano. "Toma" -me tiende un plato con un panecillo y una pila de pancakes-, "come. Tenemos que hablar de lo de la comisaría. Mis anillos, Edward. Los chicos de Aro se los llevaron. Más vale que sigan ahí".

"No lo están", digo alrededor de mi panecillo. Mientras mastico, me acerco a la mesita y abro el cajón. Anoche puse allí los anillos de Bella y Rose. "Están aquí".

Ella jadea. "¡Oh, Dios mío! ¿Cómo has...?" Me mira con los ojos muy abiertos, asombrada.

Sonrío suavemente. "Sabía que se iban a llevar todo lo valioso, pero de ninguna manera se los iba a permitir. Los de Rose también están aquí".

Su propia sonrisa es amplia cuando vuelve a ponerse los anillos. "Esto está mucho mejor. Gracias".

No respondo, pero me siento como un marica por querer llorar. Lo siento, pero verla tan contenta de volver a llevar mis anillos es jodidamente glorioso.

El resto del desayuno dista mucho de ser tranquilo, pero sigue siendo silencioso y confortable. Le cuento mi idea y espero poder llevarme a ella y a Autumn una temporada, y Bella está de acuerdo de todo corazón. Y esto se convierte en una breve conversación sobre Autumn, pero afortunadamente estamos de acuerdo. Cuidaremos de ella, fin del asunto. Después de todo, ya somos familia y, sinceramente, no creemos que Autumn se sienta cómoda con nadie más, al menos no de inmediato. Pero ella nos conoce.

Con el desayuno terminando, Bella menciona suavemente, con una pequeña sonrisa, que ha sido un año salvaje.

Un año. Ha pasado un año desde que empecé a perseguir a Bella.

Cristo, las cosas por las que hemos pasado... Las cosas por las que la he hecho pasar...

Recuerdo, cuando aún estábamos en Forks, que prometí no involucrarla nunca en lo que hago.

¿En qué estaba pensando?

Como si pudiera leerme la mente, me dice que no me atreva a disculparme. Si lo hiciera, la insultaría, o eso dice. Porque ella no cambiaría esto por nada.

Asiento con la cabeza, pero espero que los años venideros no sean tan dramáticos.

*O*O*O*

"Estaba delicioso", digo, frotándome la barriga. Aunque creo que he comido demasiado. Como suelo hacer. "Gracias."

"Ajá". Bella aparta la bandeja y luego se sienta sobre las rodillas, con cara de reventar en cualquier momento. "¿Puedo darte la buena noticia ahora?"

Frunzo el ceño, confuso, hasta que recuerdo que ayer me dijo que tenía algo que contarme. "Por supuesto". Ahora yo también siento curiosidad.

"Bueno, quería decírtelo anoche, pero el día fue una mierda, y...". Su cara decae por un segundo, y aprieto su mano, también pensando en Eric. "No quiero que las cosas malas vayan de la mano de lo que voy a contarte", susurra. "Solo buenos recuerdos".

"Estoy al borde de mi asiento, cariño", me río nerviosamente.

Me sorprende chillando de repente.

"¡Estoy embarazada!"

La miro sin palabras, atascado en el puto estúpido Planeta de los Lentos.

Embarazada...

"Estás embarazada", afirmo.

Ella asiente furiosa. "¡Ni siquiera lo sabía! Me dejaste embarazada en Suecia. Ya estoy de doce semanas. Eso es lo que estaba haciendo ayer por la mañana", divaga. "Fui a ver a un médico para asegurarme. Tenía una corazonada, pero la verdad es que estaba más preocupada por mi menstruación irregular. De todos modos, me enteré. Sí. Estoy embarazada. El médico me hizo una ecografía, pero yo también quería que estuvieras allí, así que no pedí fotos ni nada. Lo haremos juntos". Ella suelta un suspiro.

Mis cejas se levantan, pero esa es la única reacción hasta ahora. Todavía estoy intentando entender... Quiero decir... comprender... ¿qué?

"Di algo", susurra. Su sonrisa radiante vacila y ahora parece nerviosa. "¿Edward...?"

¿Está embarazada? "¿De un bebé?" Pregunto, frotándome la nuca.

"¡No, de una puta jirafa!", exclama. "¡¿Qué te pasa?!"

"¡Estoy en shock!" Grito. "¡Mierda!" Salto de la cama y empiezo a pasear por el dormitorio. Tirándome del pelo, intento asimilar la realidad. No es un momento para ir despacio. Pero no puedo evitarlo, carajo. Llevo tiempo queriendo tener un hijo con Bella, así que oírlo así, y que esté tan embarazada... ¡Que me jodan!

"¡Estás embarazada!" La señalo.

"¡Eso es lo que dije!" Ahora está de pie en la cama. "¡Se supone que debes estar feliz!" Me da una mirada acusadora.

Abro la boca y la vuelvo a cerrar.

¿Feliz?

Oh, no creo que esa palabra lo cubra del todo.

"¿Voy a ser padre?" susurro.

Sus rasgos se suavizan y esboza una sonrisa, pero luego desaparece, como si ahora tuviera miedo de sonreír.

"Sí", susurra ella.

"Oh", digo.

Empiezan a escocerme los ojos.

Por instinto, miro su estómago, solo cubierto por un jersey blanco.

¿Hay un maldito bebé ahí?

Santo cielo.

"Princesa", grazno. Mis pies me llevan hasta la cama por voluntad propia y me subo a ella. Y Bella se arrodilla de nuevo. Y yo estoy allí. Y la aprieto contra mí. Y estoy completamente abrumado. "Oh, Dios mío." Exhalo una risita temblorosa. Acaricio las mejillas de Bella. Ahora sonríe un poco. "¿Vamos a tener un bebé?"

Con los ojos llorosos, asiente lentamente. "Sí..." Sus pulgares rozan la piel bajo mis ojos. "Más vale que sean lágrimas de felicidad, Whistler".

Ahogo otra extraña carcajada. "No tienes ni idea". Y entonces la beso. Besándola fuerte, besándola profundamente, besándola con todo lo que tengo.

*O*O*O*

(1) A través de estos campos de destrucción

Bautismo de fuego

He sido testigo de tu sufrimiento

Mientras la batalla se intensificaba

Y aunque me hicieron mucho daño

Con miedo y alarmado

No me abandonaron

Mis hermanos de armas

.

Déjenme despedirme

Cada hombre tiene que morir.