11 - Abadía Valkov
Castillo Jurgens
Los Europeos habían recibido una extraña invitación a Rusia. Al parecer se trataba del presidente del torneo, Boris Valkov, quien los invitaba a presentarse en el Campeonato Mundial, adjuntando en cada sobre un boleto de tren acompañado por la dirección de la Abadía Valkov. Según lo escrito, invitaba a los Majestics y a los Bladebreakers a conocer las instalaciones de la prestigiosa abadía donde se entrenaban los representantes del equipo Ruso, llamados los Demolition Boys. Sin embargo, había un problema, los Majestics no podrían asistir al día fijado, salvo por la ojiazul quien había aceptado la invitación dispuesta a acompañar al equipo japonés en su travesía, lamentaba marcharse sin su equipo o la mayor parte, pues Enrique no podría acompañarla hastarecuperar el vínculo con Amphilyon, Oliver tenía que inaugurar un nuevo restaurante de su padre en Francia, Robert tenía negocios familiares impostergables, Johnny era el único que había aceptado ir, aduciendo que no la dejaría sola con unos proletarios.
— Estás celoso — bromeó Oliver ganándose una mirada asesina por parte del escocés, quien lo observaba iracundo
— Nosotros iremos antes de la final. — sentenció Robert, aduciendo que debían arreglar unos pendientes, pero sin dudar estarían para la primera ronda del torneo ruso.
— Los esperaremos — exclamó un emocionado Tyson antes de partir con su equipo al bus mandado por la BBA
— ¿Estarás bien? — preguntó con preocupación la europea al ver a su hermano presionar con fuerza su blade, por lo regular siempre se mostraba relajado. Sin embargo, este sólo asintió aduciendo que si alguien podía recuperar el vínculo con Amphilyon, era él. — Estaré esperándote — dijo dándole un cálido abrazo.
A lo lejos el escocés se encontraba a punto de subir al bus pero fue detenido por la voz de Oliver.
— ¿Qué ocurre? — preguntó con tono arisco Johnny
— Eres tan impaciente.
El escocés frunce el entrecejo ganándose una divertida mirada por parte de su compañero, quien se limita a decir "Díseloo nunca se dará cuenta" Ante lo dicho, el mayor no pudo evitar ruborizarse, sabía que Oliver se refería a la ojiazul. Por lo que se limitó a hacer un chasquido para posteriormente subir al bus junto a la europea.
— Por cierto, ella no lo ve de esa forma — añadió Oliver refiriéndose al bicolor, quien se encontraba sentado al otro extremo de la ojiazul — Lo admira, pero...— advirtió con una severa expresión — incluso eso podría cambiar si no se lo dices.
Abadía Valkov
En un cuarto de entrenamiento, los Demolition Boys se encontraban preparándose para la apertura del torneo ruso, eliminado con rudeza a sus contrincantes, en especial un pelirrojo de gélidas orbes azuladas, quien arrasaba sin piedad con los blades que tenía a su paso, esto no pasó desapercibido para cierto pelilavanda, que por momentos observaba con intriga a su capitán, quien era más agresivo de lo usual.
— Objetivo 112, eliminado — espetó con tono sombrío el pelirrojo.— Objetivo 115, eliminado.
Algo no iba bien, el semblante del pelirrojo era aterrador, parecía querer destruir todo a su paso.
— Objetivo 120, eliminado.
En aquellos días, el capitán del equipo ruso había experimentado terroríficos sueños acerca de su pasado, el escuchar aquella melodiosa voz había despertado en él recuerdos que debían permanecer en el olvido, de cuando aún era Yuriy Ivanov.
— Objetivo 125, eliminado.
"Aria Tornatore, su voz." pensó, aquella voz traía tanto paz como caos a su mente.
«Último nivel, finalizado — espetó un hombre encargado de monitorear sus ataques —Retírate, Tala. »
El pelirrojo se negó aduciendo querer continuar, necesitaba descargar la rabia contenida pero su pedido fue denegado por el encapuchado hombre, quien ordena que se retire, por lo que al pelirrojo no le quedó otra opción que obedecer. Sin embargo, una vez que estuvo fuera de la habitación, no pudo evitar golpear con fuerza la pared.
En el centro de Rusia, los Bladebreakers habían terminado de instalarse en su hotel, lo único que hacía falta para culminar su llegada era conocer al presidente del torneo, quien los esperaba en la Abadía Valkov, el cual también era el centro de entrenamiento de los Demolition Boys, según Kenny no había muchos datos del equipo ruso, lo único que se sabía era que jugaban rudo.
— Faltan pocos días para que inicie el torneo mundial — advirtió el de lentes — Debemos estar preparados.
— Lo estamos, Jefe — afirmó Tyson
— ¿Estás bien? — cuestionó el escocés al recabar en la forma en que la ojiazul se abrazaba
— Sólo es el frío. — admitió frotando sus finos guantes sobre su abrigo, el cual no parecía ser lo suficientemente cálido como había creído.
Tras lo dicho, el escocés exhaló procediendo a colocar su grueso abrigo sobre los hombros de la europea, aduciendo quedebido a la vestimenta que portaba no era necesario, por lo que podría usarlo sin inconveniente. Para el equipo japonés resultaba extraño ver al escocés ser amable con alguien. Sin embargo, la ojiazul parecía ser la excepción.
— ¿Nos perdimos de algo? — enunció con gesto divertido el de gorra
— ¿A qué te refieres? — preguntó la ojiazul
— Últimamente parecen muy unidos — bromeó provocando que un fuerte rubor se posara en los pómulos de ambos europeos
— Métete en tus asuntos — espetó el escocés regresando su atención al camino
Unas horas después, el equipo japonés trataban de ubicarse siguiendo el mapa que leía el de lentes, pero este no parecía seguro de la dirección que debían tomar, por lo que no dudó en pedir ayuda a los europeos, pero para su decepción el ruso de ambos no era muy bueno.
— Lo siento, el ruso nunca fue mi fuerte — lamentó la europea
— No te disculpes — regañó el escocés, aduciendo que hablaban más de 7 idiomas, era natural que fallaran en alguno.
— Pues a Kai se le da bien — acotó observando como el bicolor seubicaba con perfección en el mapa que le había quitado de las manos a su compañero.
— Es por aquí — indicó el bicolor caminando hacía una calle cercana, por lo que inmediatamente lo siguieron. Sin embargo, para la europea pasó desapercibido el hecho que no observaba el mapa para guiarse, era como si conociera el trayecto.
— ¿Ya has estado en Rusia, Kai? — preguntó con curiosidad
Ante lo dicho, la mirada del bicolor cambió de inmediato, era como si aquella pregunta resonara repetidamente en su cabeza.
"¿Ya has estado en Rusia, Kai? "
Pequeñas imágenes vinieron de golpe a su mente, recuerdos quizás, no había un orden cronológico, lo cierto es que se sentía muy real.
Un lúgubre lugar
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Un fuerte deseo de ganar
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Un Fénix negro
El bicolor guardó silencio, era poco lo que recordaba, pero sin duda había estado en Rusia. ¿Cuándo? Ni siquiera él lo sabía, de alguna forma era como si sus recuerdos estuvieran parcialmente bloqueados.
— ¿Kai? — llamó la europea poniendo una mano sobre su hombro para hacerlo reaccionar. — ¿Te encuentras bien?
— Es aquí — dijo señalando una lúgubre casona a pocos metros, en verdad no se encontraba bien pero prefería evadir la pregunta.
Una vez que llegaron a la abadía, los Bladebreakers observaban a unoschicos jugar sobre un nevado patio, compitiendo arduamente entre sí. Cuando uno de los blade sale disparado producto del ataque, Tyson logra agarrarlo en el aire impidiendo que se pierda en la nevada. Sin embargo, al percatarse de la presencia de los extranjeros, uno de los chicos se marcha corriendo hacía el interior de la abadía, todo era sospechoso.
— ¿Por qué nos observan de esa manera? — cuestionó interrogante la europea
— Quizás es porque no ven a muchos extrajeros por aquí — comentó Kenny
Ante lo dicho, Tyson procede a mostrar su blade, aduciendo que no querían problemas, eran los representantes del equipo Asiático. No obstante, los chicos frente a él se tornaron más serios, sus miradas eran similares a las de un soldado fijando su objetivo.
— Ustedes deben ser los famosos Bladebreakers — esbozó un hombre de oscura vestimenta y hebras púrpura, acercándose con uno de los chicos que había huido anteriormente.
Al recabar en la presencia de aquel misterioso sujeto, el bicolor no pudo evitar palidecer.
Blades destrozados
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Miedo
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Una sonrisa malévola
Muchas imágenes venían a su cabeza.
— Bienvenidos al Campeonato Mundial, mi nombre es Borís Valkov. Soy el presidente del torneo — se acercó a ellos dispuesto a estrechar la mano del equipo japonés — hemos oído tanto de ustedes, es bueno poder conocerlos formalmente. Por favor, permítanme mostrarles las instalaciones.
El bicolor se mostró tenso, aunque nadie podía culparlo, aquel lugar daba escalofríos. Por momentos, Valkov se aproximaba a los europeos para preguntar acerca del resto de su equipo, a lo que el escocés indicó que llegarían para la primera ronda del torneo Ruso, por lo que no tenía de qué preocuparse.
— Es un gusto oír eso — esbozó al entrar a la abadía seguido por sus invitados, quienes no podían evitar mostrase tensos. No obstante, ante aquella tétrica atmósfera que rodeaba el lugar, la europea procede a sujetar parte del abrigo del escocés, quien la observa expectante.
— ¿Ocurre algo? — cuestionó
— Este lugar me pone nerviosa. — expresó tomando su brazo para caminar junto a él, reconociendo que se sentía segura a su lado. Sin embargo, a medida que se adentraban en las instalaciones, logra sentir a su bestia bit vibrar con inquietud dentro de su blade, como si temiera a algo.
Una vez que llegaron al patio principal, el equipo japonés observa con atención a un pequeño grupo de entrenar arduamente, según Valkov, eran un grupo de futuros bladers que se preparaban para el siguiente campeonato Mundial dentro de dos años.
— Yo elijo personalmente a los bladers a temprana edad — acotó con orgullo — ellos entrenan arduamente y sólo los mejores sobresalen en la abadía
— ¿Su vida es entrenar? — cuestionó la europea al reparar en las gélidas miradas en aquellos niños, parecían soldados.
—Entrenar todo el tiempo debe ser muy aburrido — comentó con cierto reproche Tyson
— ¿No estás de acuerdo con nuestros métodos? — cuestionó aquel lúgubre hombre, esbozando una perversa sonrisa— Quizás una batalla te hará cambiar de opinión, estoy seguro que a uno de nuestros chicos le gustara luchar contra un extranjero.
El equipo japonés no dudó en aceptar el desafío, por lo que fueron llevados a un salón de entrenamiento con aquel primer grupo que entrenaba en el patio. Al verlos, Valkov procede a presentar a los Bladebreakers informando que aceptaron su invitación para luchar contra uno de ellos. Sin embargo, nadie parecía responder al desafío, no cuando conocían las consecuencias de perder, por esta razón, Valkov decidió escoger personalmente al adversario, aproximándose a un chico de mirada baja, hasta posicionarlo frente a su rival.
— Mi nombre es Alexander y vas a perder — bramó señalandoamenazante al de gorra — eres mi enemigo y voy a liquidarte en batalla.
—Oye relájate, es sólo un juego — tranquilizó un perturbado Tyson
— El beyblade podrá ser sólo un juego para ti, pero para nosotros es un motivo para vivir — espetó señalando a todos los chicos de la abadía que se encontraban observando fijamente al equipo japonés, como si se tratara de una presa, sin duda aquel lugar daba escalofríos.
— Habla en serio — reconoció el escocés
— Parecen soldados — susurró con incomodidad la ojiazul
A lo lejos el bicolor no podía dejar de observar a aquel lúgubre hombre, quien daba indicaciones a su grupo"Deben observar y aprender. No cometan los mismos errores en batalla"
—¿Te ocurre algo, Kai? — preguntó Rei al notar la brusca reacción del mayor en el momento que chocó su mirada con la de Valkov — No luces bien.
— No es nada — espetó centrando su atención en la batalla donde Valkov sería el árbitro, había algo en ese hombre, lo conocía pero por alguna razón no recordaba bien.
Una vez que la batalla inició, el blade de Alexander procede a girar a un gran velocidad, tanto que Tyson no podía aproximarse a su oponente, pues la tormenta que había creado impedía que pudiera atacar con normalidad. Por otro lado, la europea no podía evitar sentirse observada, no comprendía la razón, pero mientras más tiempo permanecía en aquel lugar, esta sensación incrementaba haciéndola sentir asechada, como si de una presa se tratara. Al fijar sus profundos orbes azulados por aquellos oscuros rincones, pudo divisar la misteriosa figura de un joven pelirrojo de penetrantes orbes árticos observándola fijamente desde las sombras.
Lo conocía
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Conocía esos ojos
Quiso decir algo, pero fue interrumpida por una gélida voz.
"Aléjatede este lugar"
— ¿Yuriy? — susurró antes que una peligrosa ventisca producida por Alexander cegara por completo su visión. Sin embargo, al abrir nuevamente los ojos, aquel misterioso joven ya no se encontraba observándola desde las sombras.
"¿Qué fue eso?" pensó
Tras unos segundos, el japonés procede a usar la misma estrategia que utilizó el rubio del equipo en el torneo regionalcontra el bicolor para deshacerse delviento que había creado aquel chico, por lo que no dudó en ingresar al ojo de la tormenta para atacar desde dentro, invocando un potente huracán para acabar con Alexander, cuyo blade había caído a los pies de Valkov.
— Alexander, hay consecuencias que pagar por tu fracaso — espetó con severidad Valkov destruyendo su bladede un fuerte pisotón — no me di cuenta que eras inferior, eres un desperdicio de mi tiempo y energía.
—¡No, no puede abandonarme! — le rogó aquel joven — haré lo que sea, ¡lo que sea!
Lejos de inmutarse, Valkov únicamente se limitó a tronar los dedos, provocando que un grupo de celadores apareciera para llevarse a aquel muchacho.
—Por favor, no me haga esto — imploró Alexander — ¡POR FAVOR! Si me deja quedarme prometo que nunca volveré a perder.
Los presentes observaban perplejos la escena, no podían entender tal frialdad en aquel hombre. Sin embargo, esto únicamente era la punta del iceberg, había más perversidad dentro de esa abadía de la que podían ver.
—Lo siento, deben pensar que soy muy cruel — sentenció con tranquilidad Valkov
— Es sólo un niño — espetó la europea al ver la brusquedad con la que se lo llevaban.
— Señorita Tornatore, son ustedes los que no entienden lo que significa el beyblade para los que viven aquí.— dijo con falso pesar — Bien, esta fue una exhibición muy dramática, pero creo que deberían irse
— ¿Qué pasará con ese niño? — cuestionó con indignación, siendo detenida por el bicolor, quien la toma del hombro — Kai...
— Olvídalo — acotó con seriedad, aquella batalla había logrado desbloquear sus recuerdos o parte de ellos — haz de cuenta que esto nunca pasó.
—Es mejor aceptar lo que pasó y continuar, ¿no es así, joven Kai?— sentenció de forma maliciosa Valkov, sin duda aquella abadía era el lugar más siniestro que habían visitado.
Una vez fuera, el equipo japonés se dispuso a retornar a su hotel. Sin embargo, la ojiazul parecía no querer marcharse de ese lugar, no podía omitir lo ocurrido durante la batalla, pero sobre todo no podía quitarse de la mente a aquel pelirrojo. Ignoraba si se trataba de la misma persona, lo único cierto eraque nunca pudo olvidar aquellos gélidos orbes árticos.
— Yuriy... — susurró al recordar sus palabras
"Aléjatede este lugar"
Continuará...
