El atardecer en el infierno era evidente cuando el color naranja estaba presente en el cielo. La criminalidad aumenta ligeramente conforme la luz va en picada y los ojos de algunos habitantes comienzan a brillar levemente para ir ajustando sus ojos a las sombras de la inevitable noche para poder maniobrar en ella.

La excepción a esta es el lugar donde cierto semi demonio, en su disfraz de imp estaba disfrutando de su balde de nuggets de pollo, varias salsas y una soda grande. Un restaurante de comida rápida, alumbrado por las luces de neón con el olor de la freidora en el aire.

Denji se lamió los dedos cubiertos por una salsa agridulce con mango y jalapeño que lo estaba volviendo loco, esta fue su pequeña forma de celebrar que tenía un trabajo ahora, comiendo como cerdo.

-Tengo que felicitarte, amigo.- Dijo la voz profunda de Pochita en el asiento se enfrente a su amigo sosteniendo un vaso con gaseosa de limón.- No todos pueden conseguir un trabajo apenas mudarse de ciudad, ya casi eres un adulto funcional.

-Si, tengo que agradecerle a mamá y papá.- Dijo Denji antes de darle un mordisco a su pieza de pollo.

Cerró los ojos unos segundos disfrutando del sabor antes de percatarse de algo.

-Oye, ¿cómo estás aquí?- Preguntó al darse cuenta de que estaba frente a frente a su "Corazón"

El demonio en su pequeña forma dio un sorbo a su bebida antes de responder.

-Fácil, estás soñando.- Respondió antes de levantar sus patitas haciendo un gesto a todo el local.- Todo esto es un producto de tu mente.

-Pero ni siquiera recuerdo haberme ido a dormir.- Replicó el rubio.

-Y no lo hiciste.- Contestó el demonio.- Te desmayaste luego de tener una intoxicación con la salsa agridulce en la sala y esto es un subproducto del Mal del puerco.

El motosierra se quedó congelado unos momentos y luego se encogió de hombros como si no fuera nada, fue una experiencia interesante llenarse de comida chatarra hasta que se le blanqueara la conciencia, aunque como todo le parecía tan real.

-No puedo creer todo lo que me estás contando.- Dijo Denji antes de tomar de su vaso descartable de soda del McFestofetes, al escéptico.

Frente a él, Pochita lo miraba con una gota de sudor en la sien, preguntándose qué más podía hacer para que le creyera.

-No se que decirte, amigo.- Contestó el perro levantando ambos hombros.

En eso una bandeja vino volando para llevarse el vaso vacío del demonio.

-Esto es muy raro, incluso para ser un sueño.- Comentó el joven, siendo que en su experiencia si supera un cierto nivel significa que estaba bajo el ataque de otro demonio.

El demonio motosierra vio una oportunidad para eso.

Este salió de su asiento para sentarse justo al lado de su amigo.

Denji no le dio importancia hasta que un brazo con el bicep tan grande como su cabeza se posicionó muy cerca de él, solo en ese momento vio la cabeza estándar de su amigo... en el cuerpo de un fisicoculturista aceitado, cubierto solamente por un traje de baño.

-Y esto puede ser aún más raro.- Dijo Pochita Mamadisimo.

El joven rubio lo miró de arriba abajo, convencido ahora de que estaba soñando, pero una creciente duda no lo dejaba en paz.

-¿Esto significa que soy gay?

Pochita se levantó de su lugar para volver a su lugar en el asiento de enfrente.

-No lo creo, además, no es como que solo por gustarte los músculos te hace gay, todo es cuestión de porcentajes…- Haciendo unos gestos con sus manos como dividiendo una barra imaginaria.- Como los bros del Gym que ven a otros tipos musculosos, no los quieres a ellos, quieres verte como ellos.

Denji asintió.

-Admito que me atraen Jason Momoa y Herny Cavil.

Pochita río.

-¿A quién no?

En eso negó con la cabeza.

-Nos estamos yendo por la tangente.- Comentó para centrarse en un tema.- Te traje aquí para advertirte de algo.

Denji parpadeó unos segundos, pero cuando su cerebro hizo un "chispazo" volvió en sí a escuchar lo que tenía que decir.

-Te escucho.

-Te encuentras en el infierno, o mejor dicho en la parte civilizada de este, pero aún así estás aquí.- Dijo con seriedad.- Deberás tener cuidado con tus poderes.

-¿Por qué?

-Al estar aquí, tu verdadera forma… nuestra verdadera forma no podrá ser ocultada debido al miedo que nos tienen los demonios.- Comentó el demonio dejando de lado su forma amigable para pasar a forma real.

Sus antebrazos se separaron y entre los dedos surgieron las cuchillas, una bufanda de tripas se hizo presente mientras que su rostro pasó a ser una auténtica motosierra con cuernos.

-Puede que experimentes algunos cambios en tu forma, pero casi lo mismo.- Comentó haciendo una Jojo Pose.

-¿Miedo?- Preguntó sin inmutarse por la verdadera forma de su amigo.- Pero si en la tierra nos aman.

-Tu lo has dicho, en la tierra.- Respondió volviendo poco a poco a su modo de perro.- Pero las leyes de la realidad y sentido común muchas veces difieren aquí. Aquí somos temidos y nos alimentamos de ello para nuestro poder, mientras que en la tierra es la admiración de los humanos la que nos da nuestra fuerza.

Pochita suspiró.

-Mira, se que es mucho para asimilar.- Se acercó a su amigo.- Solo te pido que tengas cuidado, ha sido un buen tiempo desde que te vi tan feliz y no quisiera que todo se fuera al caño tan rápido que ni puedas saborear el momento.

El demonio apuntó al contenedor que solo le quedaban unas pocas piezas de comida.

-Igual que ese balde lleno de pollo picante.

Esta vez fue el turno de Denji de suspirar, pero no fue un suspiro de cansancio ni exasperación fue uno de alivio mezclado con otra cosa que el demonio no pudo describir con seguridad, pero que sí pudo sentir.

Los ojos de Pochita se abrieron un poco cuando sintió los brazos del humano ahora en su forma real alrededor de su cuerpo acercándose en un abrazo igual a aquellos días en la casucha.

-Te lo agradezco.- Dijo el humano genuinamente agradecido por la preocupación incluso ahora.- Tendré cuidado con los demonios, pero hey, la mayoría de mi familia lo son.

El perro motosierra cerró los ojos disfrutando del contacto entre ambos, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que pudieron abrazarse mutuamente, puede que no sea real, pero era lo que tenían en ese momento.

-No olvides nuestro contrato.- Dijo el demonio.- Seré tu corazón y a cambio tú vivirás todas las experiencias que puedas… y yo las viviré a través de ti, ya sean buenas o malas.

-Nunca lo olvidaré.- Respondió cerrando los ojos y reclinándose un poco hacia atrás para hacer que Pochita descanse sobre su pecho.

-Je, has madurado.- Dijo el demonio.

-Oye, incluso alguien como yo sabe que hay momentos donde las tetas deben pasar a un segundo plano.

-Hasta la próxima, mi amigo.- Fueron las últimas palabras de Pochita mientras el paisaje mental se desvanecía poco a poco.


-Ahhhhhhgggg

Denji abrió los ojos mientras sus labios producían un quejido desde el fondo de su ser, más específicamente su estómago el cual había sido el agraviado principal la otra noche y aquel que habia provado los sueños vividos de hombres musculosos, salsas y una advertencia en forma de epifanía.

Lo primero en notar fue el balde de nuggets de pollo con algunas manchas de salsa que tenía abrazado sobre su pecho, lugar donde había soñado a su amigo. Lo segundo en notar fue el dolor de estómago y la tortícolis en su cuello por haber dormido en la sala de una mala manera en lugar de su habitación.

Lo otro, fue el olor de los panqueques de su padre.

-Buen día, muchacho.- Dijo Moxie sirviendo un plato del desayuno a su esposa, la cual estaba sentada en la mesa de la cocina.

El departamento en el que vivían era pequeño, de dos habitaciones al lado de la otra y un baño, todas conectadas por un área central que era usada como una mezcla de cocina/comedor con sala, siendo que la mesa estaba detrás del sofá.

Denji se levantó, tronando su cuello se acercó a la mesa dejando su balde de nuggets sobre el mueble y tomando el vaso de agua que estaba disponible para su persona. Su garganta estaba tan seca que no podía emitir palabra alguna hasta que se volvió a hidratar correctamente.

-¿Qué pasó anoche?- Preguntó el muchacho luego de beber todo el líquido.

-Comiste hasta que no pudiste más.- Dijo su madre bebiendo un poco de café.- Entiendo que estés feliz por tener ya un trabajo, pero creo que exageraste.

El medio demonio dejó su vaso sobre el mueble y miró su desayuno, un espléndido plato de panqueques esponjosos con una salsa de arándanos que caía sobre la pila de panificados con una sensual gracia, coloreando de un intenso morado todo lo que tocaba.

Se le hizo agua a la boca, el intenso dulzor con ese toque ácido al final sería espectacular, podía oler la vainilla de los panes y un leve toque cítrico además de las moras, limón, quizás.

Pero no debía, aún le dolía su estómago.

A su lado su padre se acercó sonriente.

-¿Un poco más?

Denji miró su plato notando que ya había comido más de la mitad.

-Maldita sea.- Maldijo por debajo.

Moxie lo miraba esperando una respuesta, subiendo y bajando sus cejas.

-No, no, no, no, no, no…- Pasaron unos segundos.-... Bueno, si.

El adulto rio un poco antes de servir un poco más del desayuno.

-Deberías preparate, hoy tenemos un trabajo.- Dijo su madre.- Sera nuestro primer asesinato en familia.

-Normalmente eso no es algo que esperas hacer en familia.- Comentó Moxie

-Solo las divertidas lo hacen.- Respondió la mujer sacándole la lengua a su esposo en broma, el cual solo rodó sus ojos.

Una curvatura apareció en la comisura de los labios del joven hasta que se convirtió en una pequeña sonrisa, ¿Hace cuanto no había podido disfrutar de un momento como este?

Ambos adultos de piel roja, de cabellos blanco y negro respectivamente, demonios en un sentido literal. y el un joven adulto humano, con el corazón de un demonio aun consciente.

Si, era una cosa rara. Pero esta era su normalidad y la había echado de menos.

-Yo estoy feliz de que estemos juntos, otra vez.- Fue un comentario al aire que dijo, suave como un susurro.

-¿Dijiste algo?- Pregunto Millie.

Denji negó con la cabeza.

-No, yo… voy a prepararme.- Con eso dejó la mesa y se encerró en el baño

La habitación se quedó en silencio por unos instantes antes de que un sonido parecido a una pequeña risa escapara de las comisuras del hombre en la habitación, su esposa la miró y no pudo evitar hablar al ver este gesto.

-Se que estas pensando en algo, Moxx.- Comento esta apuntando con su cuchara.- Lo noto en su mirada.

-Solo estoy feliz de tenerlo de vuelta con nosotros. - El demonio giro el jugo de naranja en su vaso.-...Y que él se sienta igual.

Por unos instantes la vista del Imp se agrió cuando pensamientos sobre su propia familia llegaron a su mente, su introspección se vio interrumpida cuando su esposa la tomó de la mano evitando que fuera más profundo en ese tema.

-Ahora, escúchame bien.- Dijo Millie.- Hemos criado a un buen chico, quizás algo diferente a los demás, pero nadie es perfecto.

La mujer lo miró con cariño.

-Eres un buen padre.

Moxie le devolvió el gesto apretando las manos de su esposa.

-Somos grandes padres.

-Y no te pareces en nada a tu padre, ¿Entiendes, Mox?- Dijo ella tomándolo del rostro con ambas manos y sacudiendo levemente.

Cerró los ojos y puso su mano derecha sobre las manos que sostenían sus facciones.

-Sí.-Respondió.- Tengo que dejar de pensar en eso.


De vuelta en las oficinas de IMP, sus trabajadores estaban haciendo de todo menos prestar atención real al caso presente, más que nada porque la cliente aún estaba en reunión con Blitzo. Esto a su vez era algo necesario pero de cierta forma contraproducente, pues hasta Deji reconoció que había personas más capaces para Recursos Humanos.

-ELLA NO ES UNA HEROÍNA.

El muchacho en disfraz de demonio se limpio la oreja al escuchar el grito que vino de la oficina de su jefe, no pasaron ni dos segundos cuando una luz roja parpadeó varias veces.

BEEP BEEP BEEP BEEP

Una clara señal de auxilio.

-Hey, chico nuevo, te llaman.

El semi demonio miró al otro lado a su compañera de trabajo, un sabueso infernal de pelaje negro y gris que sostenia perezosamente la foto de una familia estereotipada con la unica intencion de que su padre le disparase a cada uno de ellos.

Había visto a Moxie disparar con una precisión ridícula, esto no sería un problema para él de no ser porque había niños en la imagen.

El muchacho de cabello blanco en disfraz suspiro teniendo que hacer de la "Perra de la Oficina", osea hacer todos los recados hasta que haya algo que matar, por lo que mientras simplemente mataría el tiempo y el aburrimiento.

Tomó una pequeña agenda de bolsillo y comenzó a encaminarse hacia la oficina donde estaba el cliente, de paso escuchando la conversación que tenían sus padres.

-¿Bajo qué circunstancias tendríamos que matar una familia humana?- preguntó Moxie dejando la ballesta sobre la mesa, recibiendo primero un encogimiento de hombros por parte de su esposa.

-Fue lo que el cliente nos pidió.

-Tal vez un padre de mierda, quizás una familia de la mafia.- Pensó tratando de enumerar algunos casos.

-Tal vez ninguno es humano y son solo poseídos que usan su fachada de familia para atraer gente.- Comentó Denji enumerando con uno de sus dedos llamando la atención de sus padres y también de Loona, la cual bajó su teléfono para verlo.

El siguió enumerando.

-Tal vez todos están locos y les hayan lavado el cerebro, tal vez todos sean cultistas, tal vez vendan Herbalife, tal vez sirvan a otro demonio por voluntad propia, tal vez sean simple carnada…

Denji siguió enumerando una serie de razones plausibles aunque la mayoría giraban en torno a los Demonios Naturales. La mayoría con la que se había enfrentado mientras estaba en el mundo humano, ya sea como cazador solitario o como miembro de la Seguridad pública, en todo caso, por experiencia propia.

Finalmente se rasco la cabeza dando a entender que no tenía más razones en mente por el momento.

-Bueno, supongo que no mataría de primera a una chica linda.- Pensó en voz alta eso último.

Loona buffo por el comentario..

-Como si una chica quisiera salir con un psicópata.- Comentó.

-Te sorprendería la cantidad de chicas a la que les gustan los asesinos seriales.- Replicó.- Y tomando en cuenta dónde estamos…

Ella estaba a punto de contestar pero el muchacho salió de la habitación hacia la sala de su jefe que aun estaba en reunión con su empleadora.

-¿De verdad, ese es su hijo?- Preguntó la Sabueso Infernal.

Su respuesta vino cuando un perno de ballesta atravesó la habitación e impactó contra la foto que aún sostenía en su mano, un vistazo más cercano se pudo ver como esta había quedado clavada en medio de la frente del padre de la familia.

Con su boca ligeramente abierta se giró para ver a Moxie el cual no tenía ni el más mínimo temblor en su mano cuando jalo el gatillo.

-Lo es.- Respondió la pregunta.

El Imp de cabello blanco preparó otra ronda de munición para la ballesta, pensando sobre una frase que le había contado su hijo hace unos días. Una que había sido compartida por uno de los mejores cazadores de demonios de su campo.

"En esta línea de trabajo, los cuerdos son los que mueren primero"


Las conversaciones salieron relativamente mejor una vez que alguien más y que parecía genuinamente interesado por saber del caso llegó para tomar notas reales sobre el caso, lo cual permitió a Blitzo escaparse un poco de las garras de su contratista y salir a estirar las piernas.

Dejando a su subordinado resolver el problema.

Delegar, eso es lo que hace un buen líder.

Denji tomaba los puntos que le parecían interesantes y cada poco volvía a preguntar alguna cosa si no tenía total claridad, pero cada poco levantaba su mirada simplemente para observar.

Ella es aproximadamente del tamaño de Blitzo, con piel violeta, orejas puntiagudas, ojos rojos con pupilas amarillas y dientes amarillos afilados. Con una cola de diablillo, pero tiene rasgos notables parecidos a los de una cabra, como cuernos y pezuñas de color púrpura oscuro.

La Sra. Mayberry, como se presentó, luce el cabello blanco desordenado, con una diadema negra como una bufanda. Tiene una camisa de color rosa oscuro, una joya en forma de lágrima roja al revés en su pecho y una falda negra rasgada, aretes rojos y lentes rosas.

-¿Que, tengo algo en mi cara?- Preguntó la cliente un poco molesta porque el muchacho se quedó viéndola fijamente.- ¿Acaso te gusto?

-Solo pensaba que aún parece una maestra.

La mujer abrió los ojos por el comentario, no tenía malicia ni doble sentido, era hasta inocente. Lo cual era raro y hasta sorprendente tomando en cuenta donde se encontraba y con el tipo de ser que trataba, aunque bueno, ella era casi igual.

-He sido una por más de 15 años, no es algo que desapareciera de mi ser solo porque morí.- Ella se acercó a la mesa donde había un termo con café y se sirvió una taza antes de mirar nuevamente al empleado.- ¿Y qué hay de ti?

-¿Yo?- Se preguntó señalando a sí mismo.

-Si, de alguna manera entre todos los jodidos en este lugar, tu te ves como "menos jodido" o quizás simplemente "Estás acostumbrado" y francamente no se que es peor.

-Bueno.- Se encogió de hombros.- Digamos que puedo decir que por lo menos tengo la primaria completa.

La demonio de pelo banco y piel rosa rio divertida.

-Eso es más de lo que el 50% en este lugar puede decir.

Denji se quedó callado por un momento.

-He cazado demonios por un tiempo cuando viste la tierra.- Se encogió de hombros.- Parte del trabajo de investigación lo hacen otras personas, pero sin ese anciano cerca alguien tiene que hacerlo.

Agradeció que al menos esta vez no hubiera un alcohólico lanzando cuchillos en medio de los ojos o para romperle el cuello.

Volviendo a anotar algunas cosas en su cuaderno pensó que sería más fácil lanzarse directo a matar esa loca, ya que esto es algo de lo que se habría encargado Aki. Denji dejó de escribir y su cabeza giró hacia la ventana en la que se podía ver la ciudad infernal, con un extraño sentimiento de melancolía.

Por su parte la maestra encendió un cigarrillo, mirando cuidadosamente al demonio frente a ella y pese a sus toscos intentos, intentaba ser profesional en su primer trabajo. Le recordó sus años cuando aún era asistente de maestra en un jardín de infantes antes de que la anterior se jubilara.

Esa disposición, esa ligera sumisión ante una figura de autoridad laboral, no estaba mal. Sonrió para sus adentros mientras pensaba algunas cosas interesantes tomando en cuenta dónde estaban, no puedes ir al infierno si ya estás en el.

-Denji, ¿Verdad?- Preguntó la ex maestra al joven.- ¿Quieres ganarte una propina extra?

El muchacho asintió, feliz ante la posibilidad de obtener algo extra.

-Cuando estés por matar a esa perra, quiero que…


Pasaron alrededor de una hora hasta que se decidió el plan principal y el grupo de IMP hizo su viaje al mundo humano. Atravesando un portal hecho en medio de la oficina se encontraron a las afueras de la ciudad en un área boscosa cerca de un lago.

Los rayos anaranjados del sol comenzaban a ser cada vez más débiles ya que pronto darían lugar a la noche estrellada. El humano disfrazado levantó su mano en relación al horizonte y al sol, haciendo uso de un pequeño truco que había aprendido de vivir en la casi intemperie.

Según pensaba, tenían como unos 30 o 35 minutos de sol.

-Muy bien, comencemos con esto.-Comentó el muchacho sacando sus notas, esperaba que esto le hiciera ganar unos puntos, se hubiera puesto sus lentes de genio si no los hubiese olvidado en casa.

Denji se dio la vuelta con la intención de comentar lo que había descubierto en su trabajo de detective, para ver que solo su madre se encontraba ahí.

-¿Dónde están?- Preguntó el chico a su madre.

-Tu papá fue arrastrado por Blitzo para terminar el encargo lo más rápido.

El muchacho suspiró antes de volver a sus notas.

-¿Qué encontraste?- Preguntó su madre subiendo a su espalda para mirar sus notas.

-Nuestra cliente, una maestra por más de una década pasó a ser una agresiva y amargada demonio.

-Siii… ¿Y?- Preguntó de forma retórica la IMP.

-Tengo la teoría de que el objetivo puede ser un poco más peligroso del que nos anticiparon, tomando en cuenta la historia que escuche.-Comento tirando el cuaderno al lago para eliminar la evidencia.

-¿Qué tanto?- Pregunto Millie bajándose de la espalda del muchacho.

-Lo suficiente como para saber manejar armas de fuego.

BANG

Su conversación se vio interrumpida cuando escucharon resonar el sonido de una escopeta que resonó a lo largo del bosque, haciendo que los pájaros que se encontraban en las inmediaciones emprendieran vuelo intentando alejarse del peligro. La escena era espeluznante, teniendo en cuenta que se supone que ellos deberían haber sido quienes tenían que ser los asesinos.

-Carajo.- Maldijo el humano disfrazado.

-Mox!- Dijo Millie preocupada yendo en busca de su esposo.

En unos breves momentos, los dueños de la casa salieron empuñando sus armas. Sus expresiones eran de dicha con unas grandes sonrisas llenas de malicia, no notaba que disfrutaban de la cacería y que hace tiempo no han tenido algo de este estilo.

Mientras que su madre tenía mayor agilidad para esquivar los disparos, el humano no tenía tanta suerte aunque pudo esquivar uno que otro que hubiera sido letra en un principio. Siseo y maldijo cuando sintió como algunos de los perdigones impactaron contra su hombro dejando una herida abierta la cual lo obligaron a cubrirse detrás de un árbol.

Durante su tiempo en Japón, no había podido tener suficientes encuentros con armas de fuego para poder desarrollar una estrategia para lidiar con este tipo de situaciones.

-Estos tipos tienen más armas que derechos.-Maldijo por debajo mientras corría a buscar mejor cobertura.

Se adentro en el bosque siendo seguido por una figura humanoide mucho más grande, si bien podría superarlo en fuerza bruta con facilidad. El muchacho quería evitar que le dispararon en su rostro, después de todo, no quería arruinar el asiento de la damas.

Sus pensamientos lo distrajeron lo suficiente para que con otro disparo perfectamente hecho, lo terminan guiando a la zona de una trampa. Una que fue diseñada para la supervivencia, capturando varios tipos de presas, pero ninguna humana.

El sonido de la cuerda tensandose como si fuese un resorte llamó su atención antes de que esta se aferró a su pierna y lo levantase en el aire, haciendo que se sacuda violentamente. Subiendo y bajando con velocidad, podía sentir como la sangre que iba a su cabeza se iba a convertir en un smoothie dentro de poco.

Miro al frente tratando de orientarse como pudo tomando en cuenta de que estaba con las patas al cielo.

-Hijo de puta.- Fue lo que pudo decir antes de que uno de sus objetivos lo golpeara con la culata de la escopeta.


El dolor de cabeza y el aturdimiento fue lo primero que sintió cuando comenzó a volver en sí, no estaba seguro de cuánto tiempo había estado fuera, pero supuso que el hecho de que aún estaba vivo era un hecho muy importante. Además de eso, noto el sabor metálico en su boca mezclado con la tierra, algo que recordaba bien de tantas veces que había mordido el polvo, pero el olor a gasolina era nuevo.

-Ngggg- Gruño mientras intentaba darse vuelta y terminar boca arriba, teniendo cuidado con su nariz, la cual era la responsable de que su boca tuviese ese tan característico sabor a hierro.

Logró llegar a medio camino, haciendo que su cuerpo quede de lado, fue lo mejor que puedo hacer tomando en cuenta de que estaba atado desde los bíceps hasta su cintura en cuerdas para inmovilizarlo. Unas leves gotas de un líquido oloroso lo obligaron a abrir los ojos con cuidado, luchando contra el inutil impulso de tratar de limpiarse la cara.

Al hacerlo vio a una pareja de adultos.

-Satan, regresamos a tus inmundas criaturas a los pozos del infierno.- Dijo la mujer rubia con camisa blanca de lunares rojos, rápidamente la identificó como el objetivo.- Que la raíz del mal permanezca honrada mientras continuamos el trabajo.

Ella levantó una antorcha y la lanzó hacia una pila de madera.

Solo en el momento que las llamas consumieron la gasolina y explotaron con una gran fuerza, el muchacho humanoide se dio cuenta de que no era un simple montón de palos, era una hoguera sacrificial, con su madre y su jefe en ella. El chisporroteo de las brasas llegó a sus oídos junto con lo que se hubiera esperado que fueran gritos…

-Si, así no es como funcionan las cosas señorita, el fuego no nos hace nada.-Fueron las palabras divertidas de Blitzo el cual estaba más que agusto de estar entre el fuego.- Pero puedo fingir si eso te excita.

Denji intentó zafarse, pero las cuerdas estaban demasiado apretadas como para poder intentar jalar el cordón de su pecho, pero incluso así, le sería muy difícil llegar a él. Tenía que pensar en alguna otra alternativa para poder solucionar esta situación, no tenía idea de donde estaba su padre y estaba seguro de que pronto iban a comer plomo.

En medio de sus forcejeos logró ver bien a su objetivo gracias a la luz que producían las flamas, su boca se abrió ligeramente cuando vio al bombón rubio con la escopeta. El ligero sudor por la actividad física hacía resaltar las secciones de piel expuesta, en especial la zona del escote que iba en perfecto conjunto con su figura.

-Mmmm.- Denji hizo un pequeño ruido cuando sintió algo moverse bajo las cuerdas y tuvo una idea.

Se movió más cerca del grupo y habló.

-Si, señora. No debe creer todo lo que lee en internet.- Dijo haciendo que la atención vaya hacia su persona.- Es más, es un lugar peligroso para los niños si no cuida donde se meten.

-¿Tu que sabes?- Preguntó el adulto llamado Ralph.

-¿Sabías que si los niños consumen mucho de Sonic pueden volverse furros?- Comentó el Imp disfrazado con una sonrisa, cosa que noto su jefe.

La mujer rubia levantó una ceja.

-Eso es mentira, mis hijos están bien.- Dijo el hombre de camisa a cuadros.

-Por ahora, quien sabe si en el futuro se vuelvan los nuevos Chris-chan.- Cometo Blitzo con una sonrisa y levantando las cejas sugerentemente.- Ese diablillo tiene un lugar asegurado, aquí.

Mientras que ambos padres se metieron en una discusión sobre los nuevos controles y restricciones que tendrían sus hijos referentes a cierto erizo azul y cierta rata amarilla. El muchacho le susurró al imp mayor para que le siguiera el juego y así evitar una muerte segura.

Blitzo había aprendido la increíble habilidad de leer los labios, pues había pasado mucho tiempo besándolos y conviviendo con ellos, bueno también los de la boca. Este pudo entender a grandes rasgos lo que estaba necesitado el muchacho en estos momentos, no pudo evitar levantar una ceja por la petición.

Luego, eso se volvió en una sonrisa pícara cuando levantó su cola e hizo un gesto obsceno, claramente indicando para que la usaría.

El muchacho negó fuertemente queriendo proteger a toda costa su integridad anal. Blitzo buffo decepcionado por su mente estrecha y rechazo de nuevas experiencias, pero aun así puso en marcha la idea de su empleado.

-Escucha, muñeca.- Dijo el demonio llamando la atención de la mujer.- No puedes matarnos así sin más, solo enviarnos de vuelta al infierno a través de un ritual muy simple.

-¿Por qué nos estás diciendo esto?- Preguntó el hombre.

En medio de las flamas fue visible como si tuviese luz propia la sonrisa llena de colmillos del demonio junto con el brillo siniestro de sus ojos amarillos, los cuales también eran compartidos por la imp más pequeña que estaba atada a su lado.

-Fallamos nuestro objetivo, llevar el alma de esta mujer al infierno.- Los ojos se entrecerraron.- Pero tampoco podemos volver por nuestra propia cuenta.

Durante los siguientes momentos Blitzo procedió a explicar una serie de movimientos raros para el ritual los cuales tenía que seguir al pie de la letra para que funcionase, este ritual solo podría ser efectuado por una mujer ya que de otra forma sería totalmente inutil. El mismo demonio no estaba seguro de la razón, pero explicó todo con tanta seguridad que era sumamente creíble.

La pareja decidió usar a Denji como su primer sujeto de prueba, ya que los otros dos seguían en el fuego. Lo que siguió a continuación quedará grabado a fuego en la mente del muchacho mientras tuviera uso de la razón.

Boing Boing

La mujer humana seguía las instrucciones del ritual en su perspectiva, pero a perspectiva del muchacho estaba recibiendo su propio baile privado.

Sus ojos no paraban de seguir los movimientos de la rubia, de arriba a abajo y de izquierda a derecha. Todo bajo la atenta mirada de su marido el cual se notaba cada vez más furioso. Pero poco le importaba pues todo esto era parte de su plan, así como también la baba que salía de su boca y los jadeos como perro.

-(Ya casi… ya casi…)- Pensaba mientras veía la carne sacudirse frente a sus ojos.

Pero sin que supiera, Blitzo tenía otros planes.

-Ahora tienes que pisarlo.

-¿Qué?- Preguntó el muchacho.

Antes de que pudiera decir otra cosa sintió como el calzado de la mujer se ponía sobre su pecho y lo empujó hasta quedar nuevamente contra el suelo, solo que esta vez estaba boca arriba. Podía sentir todo el peso de la mujer que aplicaba sobre su pie con la suficiente fuerza para que le sea un poco difícil de respirar.

-Y ahora tienes que ahorcarlo.

Denji enfocó los ojos por un segundo antes de que el calzado de la mujer viajase de su pecho hasta su cuello, donde se alojó con fuerza en un intento de asfixiarlo. Su boca se abrió y cerró con la desesperada búsqueda de oxígeno, infructífera una y otra vez, levantó la vista en contra de su atacante.

Pelo rubio esponjado, ojos rojos peligrosos, una sonrisa retorcida, pechos grandes y firmes con unas caderas anchas. Este bombón lo estaba asfixiando, y le encantó.

Y esa fue su perdición.

ROOOOOOOOOOOOM

El sonido de una motosierra llenó el ambiente, proveniente del lugar menos esperado. Las cuchillas giran con fuerza cortando todo lo que tuvieran enfrente, unas simples cuerdas no eran rival para los dientes de metal de esta herramienta de corte que se elevaba hacia el cielo.

La mujer se apartó sorprendida, cosa que el rubio aprovechó para hacerla retroceder mientras se ponía de pie y usaba su fuerza sobrehumana para quitarse las cuerdas superiores, quedando nuevamente libre al mundo. Su mano derecha viajó hasta su camisa donde reveló el cordón que nacía desde su pecho, mientras que la mano izquierda cerraba el cierre para contener a Pitochita.

Su pulgar se colocó justo en el límite de la pequeña cuerda, más que dispuesto a terminar la misión y cobrar su recompensa. Pero pensó que iba a lucirse un poco primero por lo que se permitió sonreír mordazmente.

-Me encantan las tetas.- Fueron sus palabras mirando a la loca frente suyo.- Es una lastima que vengan pegadas a una maldita.

Con eso, jalo el cordón haciendo resonar el motor.

RUUUUUUUUUUUUUUUMMMMMMMM

La cuchilla broto justo en su frente con una explosion sangrienta mientras que el resto de su cabeza era cubierta por piezas mecanicas de color anaranjado, sus ojos fueron cubiertos por unas rendijas oscuras haciendo que brillasen fuertemente en las sombras. Una larga lengua se balanceaba entre los dientes de metal que posee en su mandíbula de la cual nacen una serie de cables que cubren el cuello hasta su base.

Por su lado, las otras cuchillas repletas de estos comenzaron a girar con fuerza pudiendo sentir entre sus dedos la vibración sutil de su motor interno.

Era una monstruosidad, incluso para los demonios como lo era Blitzo. Pues esta no era la primera vez que veía a uno de estos sujetos, en algunos casos no son más que bestias sin mente que atacan a lo que sea que tengan enfrente, por otro lado seres que finalmente harían cagarse en los pantalones a Stolas.

Estos sujetos eran problemas tanto para humanos como para los propios demonios, más entes encarnados como fuerzas de la naturaleza con sapiencia, todos los involucrados terminan mal.

El muchacho ahora en su forma híbrida se permitió poner una sonrisa con sus enormes dientes metálicos como si fuese publicidad para una marca de pasta dental, pero esto se vio contrastado cuando levantó el dedo del medio a la pareja con una risotada.

-JAJAJAJAJAJA.- La risa del humano sonaba como si se hubiera pasado por un filtro metálico.- La Señorita Mayberry manda saludos.

Con eso la pareja de adultos comenzó a correr hacia el bosque.

-!Vamos, vamos, no me darán mi premio si los dejo escapar!- Con un movimiento de sus brazos las cadenas de las sierras de sus extremidades salieron en abundancia de las comisuras de sus brazos.

Como si fuesen los lazos de arreo en una película de vaqueros, comenzó a girar con una mortal maestría haciendo de estos unas dentadas sogas de la muerte. Las cuales fueron lanzadas al frente, donde se aferraron a los frondosos árboles siendo así unas perfectas anclas improvisadas las cuales usó para catapultarse por los aires.

Por su parte al verse solos, los imps intentaron zafarse de las cuerdas que aún los sostenían al tronco en llamas. No pasó mucho tiempo para que un gruñido saliera de Blitzo y por supuesto, no pasó mucho más para que éste expresara lo que le estaba molestando.

-No puedo creer que su hijo sea uno de ellos, ¿Acaso metieron una motosierra en su juego previo antes de concebirlo?- Preguntó el habitante del infierno más alto intentando salir.

-Mira, es casi la misma situación con Loona y no me ves diciendo nada.- Dijo la más pequeña levantando su rodilla, logrando así acceder a su bota donde guardaba un pequeño cuchillo que usó para cortar sus ataduras.- Además. ¿De qué te preocupas? Todo estaba bien hasta que supiste que era un verdadero demonio.

Blitzo salió y se apretó el puente de la nariz.

-Es diferente.- Defendió el jefe con algo en el fondo de su voz, puede que sea nerviosismo.- No es buena idea involucrarse con ninguno de ellos, demasiado peligrosos.

Había algo en su tono que denotaba cuán serio era el tema, pero en los oídos de Millie esa información no llegó, solo fue recibida a aquella que tenía relación con su hijo. Nunca había sido la persona más tranquila a la hora de responder insultos o ataques, pero cuando se trataba de su niño no dejaba pasar ni una.

La pequeña imp, sostuvo la corbata de su jefe y lo obligó a mirarla directamente a los ojos.

-Peligroso es meter tu pito en una lechuza casada.- Espetó la madre.- He limpiado las heridas de este muchacho y lo he arropado hasta que ya no pudimos vernos cuando el portal se cerró. Mixie y yo lo criamos, yo sé perfectamente que tan peligroso es.

Con eso, la dama soltó la prenda indicando que no iba a tolerar más palabras hacia su bebe en esta ocasión por lo que prefirió dejar a su jefe antes de hacer algo que pudiera arrepentirse y en su lugar comenzó a caminar hacia donde escuchaba el sonido del motor.

Blitzo por su parte no respondió de manera inmediata, pero se permitió volver a erguirse mientras se acomodaba su corbata. Fue una sorpresa como se desarrollaron los hechos y no podía decir que estaba contento en tener a uno de esos sujetos en su equipo, pero al parecer tendría que darle una oportunidad si quería mantener al 90% de su personal.

Mantendrá un ojo abierto ante esta nueva información. Solo esperaba no terminar como el último jefe de este muchacho, convertido en una milanesa.


El muchacho cayó varios metros hacia el frente, bosque adentro siguiendo los rastros de la pareja asesina. No tardó mucho en encontrarse con un pequeño camino de tierra que conducía a un área más grande donde sabía perfectamente que lo esperaban con armas en mano.

A medida que el joven recorría el camino pudo percatarse de algunas manchas de sangre secas alrededor de algunos árboles e incluso de la presencia de moscas oscuras, aquellas de las que tanto aman la carroña, aquellas que solo verías en un matadero.

Las cuchillas rozaban el suelo el cual poco a poco pasó a obtener más suciedad, hasta que finalmente llegó a un área abierta donde lo estaba esperando la atractiva mujer con una motosierra en sus manos.

El olor de la gasolina llegó hasta sus fosas nasales cuando el otro motor comenzó a ganar vida y fuerza, casi como si le rugiera a su persona. Los brillantes ojos del demonio debajo de las rendijas dieron contra la herramienta la cual tenía manchas de oxido, dientes gastados y una leve capa de grasa.

Y como él pudo atestiguar con las suyas propias, esas características solo se ganaban cortando una gran cantidad de seres vivos.

-Así que aquí es donde trocean a sus víctimas.- La afirmación salió sin emociones viendo en el fondo del claro los tinacos donde podía sentir algo dentro de estos, era como una sensación ominosa, casi como si pudiera sentir el resentimiento.

La rubia sonrió locamente.

-Pecadores y fariseos, todos ellos.- Le aseguro.- Yo solo limpio las malas hierbas.

Ella volvió a estirar la cuerda de la herramienta, haciendo que esta vuelva a la vida con fuerza. Ella esperaba algún tipo de reacción ante su claro intento de provocación, en su lugar fue recibida por una postura de guardia del demonio.

-Si, pues yo solo veo una loca.

Con eso ambos se enfrascaron en un impresionante choque de sierras, haciendo que las chispas volarán con intensidad teniendo que separarse cada tanto debido a que los dientes se quedaban trabados unos con otros, pero esto a su vez tenía una fácil solución.

El rubio retrajo la sierra de su mano derecha, mientras hacía uso de su mano izquierda para desviar el consiguiente ataque de la mujer y crear una brecha con la que pudo conectar un certero golpe directo contra la nariz de la mujer produciendo un crujido.

Ella se tambaleo, soltando la herramienta que cayó al piso mientras llevaba su mano a su nariz en un intento de apaciguar el dolor de esta. Sus dedos hicieron un intento de palmar la gravedad del daño, pero esta estaba demasiado sensible para saber la magnitud de la herida, pero sabía perfectamente que esta estaba rota y en un ángulo raro.

-¿Acabas de golpearme?- Preguntó ella.

El demonio retrajo la otra cuchilla de su brazo y se tronó los nudillos.

-Mis padres me enseñaron a no hacer diferencia entre hombres y mujeres.- Luego se tronó el cuello.- Y tu intentaste quemar a mi mami.

Martha gruñó en molestia mostrando los dientes, los cuales luego pasaron a ser una pequeña sonrisa cuando había logrado su objetivo. Atraer a los demonios a la zona del matadero, la cual tenía una ubicación perfecta para un disparo limpio.

Convencida de que su esposo estaba en su ubicación, levantó el brazo indicando la señal para que abriera fuego contra su oponente.

BANG

El atronador sonido de la escopeta resonó fuertemente en sus oídos haciendo que cierre los ojos por reflejo. Cuando los abriera, esperando ver caer al demonio con un agujero en alguna parte de cuerpo, puede que incluso sin cabeza, si lograse eso, esta noche Ralphie iba a recibir una recompensa tan jugosa como su trasero.

Pero al abrirlos se encontró con el mismo demonios sin daño alguno, el cual con un movimiento de sus brazos había sacado nuevamente las sierras de sus antebrazos.

La mujer se dio la vuelta en busca de su marido, encontrando que su cuerpo estaba bien, sin heridas aparentes. Fue cuando vio su cara cuando comprendió de dónde había venido el disparo y la clara falta de acción de su esposo.

Pues seria dificil poder hacer uno con la falta total de la cabeza.

La base del cuello aun estaba humeante y se contrae junto con los restos de la lengua en una serie de espasmos involuntarios, la sangre brotaba a presión de la que una vez había sido la vena carótida en intervalos de tamaño cada vez más débiles.

Al final el cuerpo se desplomó al frente dejando ver a sus espaldas con una escopeta levantada a un pequeño demonio con traje y pelo blanco.

Martha retrocede por instinto y se dio la vuelta, solo para que su cuello se topará con dos cuchillas de sierras puestas a modo de X. Denji no necesito mucha fuerza para empujar ambas cuchillas cortando todo lo que tuviesen en frente.

Un leve sonido de peso muerto, amortiguado por el pelo fue lo último que escucharon de este asesinato en famila.

El joven soltó sus suspiró viendo los restos de la mujer, mientras que las características de motosierra caían como si fuera una brea en una capa de vapor antes de desintegrarse a la nada dejando como resultado quedando su apariencia humana normal. Miró a su padre el cual aún sostenía la escopeta humeante.

-¿Queda alguien más?- Preguntó el muchacho.

Moxie pareció un poco inseguro antes de responder.

-Yo.. tengo que hacer una llamada.- Soltó un suspiro mientras caminaba nuevamente hacia la casa.- Sígueme en unos 10 minutos, no antes.

Denji asintió ante su padre, no queriendo preguntar demasiado ya que hay pocas cosas con las que si su padre no está dispuesto a hablar abiertamente, no lo hará. Puede que haya visto algo serio en esa casa, miro a la mujer pensando que puede que ella y su marido…

Oh, si… niños.

-Diablos.- Murmuro sabiendo cómo puede joderte algo así de pequeño.

Por su parte dejo de pensar en eso y miro la cabeza de la mujer ahora decapitada antes de tomarla entre manos pudiendo apreciar a la mujer más de cerca, notando que era bastante atractiva incluso miró el cuerpo que aun seguía caliente.

Sonrió un poco, subiendo y bajando las cejas con picardía mientras se acercaba a la tiesa.

-Naaahhh.

Luego de eso, pateó la cabeza tan fuerte como pudo hacia el bosque.

-Ni que estuviera tan desesperado.