THE LORD AND THE LADY OF THE BUILDING

DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.

Capítulo 18. El lord y la lady son el uno para el otro en todo.

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Sasuke no pensó que algún día tendría que agradecer a Chiyo por exagerar una situación que para él y todos los demás vecinos no se trataba de algo más que una mera paranoia.

La anciana mujer decía haber visto merodear dentro y fuera del edificio a un desconocido y se temía que se tratara de un ladrón con cierto grado de peligrosidad.

Claro que además aprovechó para echarle toda la culpa de la situación a Madara, argumentando que al formar parte de las fuerzas policiales se suponía que debía prevenir que esas cosas pasaran y aunque el ambiente en la sala se volvió incómodo por los gritos y reclamos que ambos se profesaron, el Uchiha supo perdonar a la señora cuando ésta sugirió que Sakura se quedara con él para que estuviera segura mientras atrapaban al maleante.

Un plan que se le antojaba de lo más agradable y conveniente y al que a su novia también tuvo buena recepción. Así que esa tarde del viernes ambos se encontraron en la sala de estar disfrutando de la rutina diaria de relajación de Sasuke con la variante de que ambos estaban abrazados bajo el calor de una manta, leyendo un libro.

—Ya puedes pasar la página — la pelirrosa murmuró al tiempo que se acurrucaba más en la clavícula del hombre. La época de frío acababa de comenzar por lo que el ambiente sólo era soportable si tenían el calor corporal del otro.

—¿Podemos pasarnos al cuarto si quieres? — aunque fue una sugerencia inocente, Sakura soltó una traviesa risa que él interpretó de inmediato que significaba —. E-es que allá es más cálido y...

—Aquí estoy bien, es mucho más funcional estar junto a ti en este estrecho espacio — la mujer ronroneo en su oído para después comenzar a besarle el lóbulo con deliberada lentitud —. ¿No crees?

—Sí... — su voz se volvió ronca debido a la creciente excitación que los besos de su novia estaban provocándole. No era la primera vez que tenían ese tipo de juegos de seducción, pero esta vez auguraba que podrían terminar diferente y él pensaba poner todo de su parte —. Aunque creo que hay una mejor manera de entrar en calor.

—¿Cuál?

—Ésta.

Y en un veloz movimiento él intercambió posiciones, recostándola sobre el sillón para quedar encima de ella y comenzar a besarla de lleno en los labios.

Aquel interesante libro que habían estado leyendo quedó olvidado en algún lugar de la alfombra y poco a poco el silencio de la habitación se vio remplazado por los ruidos acuosos de sus bocas y sus lenguas encontrándose, así como de los suspiros y jadeos que se les escapaban furtivamente.

El Uchiha tenía una forma específica de besarla cuando sus más bajos instintos estaban encendidos que hacía sentir a Sakura como si estuviera cayendo en picada y a la vez, elevándose hasta alturas desconocidas.

—Me enloquece tu aroma — él susurró roncamente en su cuello al tiempo que sus labios se posaban sobre esa zona y sus manos comenzaban a vagar por su cintura, acariciándola por debajo de la tela —. Y lo suave que eres en todas partes.

—A mí me encanta lo grande que eres en comparación a mi — ella sonaba igual de excitada —. Siempre que estoy entre tus brazos pienso que encajamos a la perfección.

—Me pasa lo mismo. No tengo duda de que estas hecha para mí... — Sasuke ahueco con sus palmas su mejilla, su cuello, su cintura, las caderas y sus piernas. Mostrándole que todo cabía a la medida en sus manos. Aunque para disgusto de Sakura le faltaron un par de lugares que verificar —. Lo he pensado desde la primera vez que te vi.

Ambos jugaron de esa manera durante lo que pareció una eternidad. Adorándose explícitamente con el contacto de sus bocas y pasando las manos por lugares poco asertivos, aunque todavía renuentes de ir a los puntos principales que su excitación debía apresurarse en atender.

Estando debajo de él y sintiendo como la lengua masculina comenzaba a bajar todavía mas allá de su cuello, la pelirrosa no pudo evitar arquearse, provocando así que cierta parte de la anatomía de su novio se rozara con su ya demasiado húmedo núcleo.

Sentir lo duro y grande que estaba por tenerla de esa manera, la hizo sonreír perversamente, aunque su amante no pudo darse cuenta de lo que ella estaba pensando hasta que la vio incorporarse para invertir las posiciones y sentarse en su regazo.

De esa manera le fue mucho más sencillo mantenerlo a raya y mirarlo con un travieso brillo en los ojos.

—Dime Sasuke-kun... ¿Qué harías si te dijera que me he sentido rencorosa contigo por todas las veces que hemos estado justamente así y no has querido llevarme hasta el final? — usó un falso tono afectado y con su mirada llena de deseo le rogó que le respondiera con las palabras que tanto necesitaba escuchar.

—Me arrastraría ante ti para que me perdones y me dejes hacerlo si eso es lo que en verdad deseas...

—Con que me demuestres que me deseas igual que yo a ti es más que suficiente.

Habiendo dicho eso, la pelirrosa se abalanzó nuevamente para besarlo, apenas separándose a una pequeña distancia y por un par de segundos cuando él le quitó la blusa de seda del pijama por encima de la cabeza.

Debajo de ésta no tenía nada más que un bralette de encaje blanco que no cumplía en lo absoluto con la función de cubrir sus pechos y tampoco era tan necesario pues a los pocos segundos, sintiéndose demasiado caliente y abrumada por la fricción del duro miembro de su novio contra su vagina, Sakura se deshizo de él.

Acto seguido, ella se incorporó dejando que admirara detenidamente la cremosa piel de su torso cuyo espectáculo principal eran los pechos altos y llenos, coronados por sus rosados pezones.

Sasuke no demoró demasiado en tomar uno en la palma de su mano y dejarse llevar por la maravillosa sensación de su peso y suavidad, así como de la inmediata reacción que eso tuvo en su dueña, al hacerla suspirar y cerrar los ojos, encantada.

El hombre se incorporó hasta sentarse en la superficie acolchada y se quitó la camisa dejando al descubierto su bien trabajado pecho y abdomen por tantos años de ejercicio, para después, necesitado de más contacto con ella, estrecharla entre sus brazos para que sus cuerpos desnudos se tocaran por primera vez.

—Eres tan cálido, vas a quemarme — ella gimió sin abrir los ojos y abrazándose a su cuello mientras el Uchiha comenzaba a besarla otra vez.

—Voy a hacerlo, por fuera... — pasó de acariciarle superficialmente la espalda desde la base del cuello hasta sus caderas, para luego tomar con fuerza las vastas mejillas de su trasero y apretarla aún más contra la dureza de su miembro —. Y por dentro.

En ese momento el control abandonó sus sistemas por completo y la ropa que aún tenían puesta comenzó a ser desechada con ansiedad. Esto hasta que la única barrera tangible que quedó entre ambos fue la tela de los boxers de Sasuke, la cual estaba empapada por los fluidos que Sakura había dejado por estar tanto tiempo montada y meciéndose sobre él.

No podía evitarlo, el pelinegro le había estado comiendo la boca y torturando su lengua con una lujuria que no hizo más que crecer cuando pasó a devorar sus pechos, hasta dejarlos rojos por tantos mordiscos y succión. Y para nada ayudó la manera tan ruda en que le quitó las bragas rompiéndolas de un firme jalón que las dejó totalmente inservibles.

Muchas veces imaginó lo que sería tener sexo con él, incluso cuando no era nada más que su vecino, y siempre tuvo la erótica fantasía de verlo usar con ella toda la fuerza de su trabajado cuerpo masculino. Aunque definitivamente Sasuke estaba sobrepasando todas y cada una de sus expectativas.

Por su lado, el Uchiha también había albergado muchas ideas sobre lo que le gustaría hacer con Sakura cuando ese día llegara y no iba a desperdiciar la oportunidad para cumplir una de las que más lo excitaban de solo imaginar cómo sería. Asi que se separó de sus labios, recargó la cabeza hacia atrás en el respaldo del sillón y aprovechando que era bastante pequeña y delgada, la tomó por la cintura para levantarla y sentarla sobre su cara. Sacándole una exclamación de sorpresa seguida de una de completa rendición cuando comenzó a hacerle sexo oral.

Como pudo, la mujer se levantó ligeramente para que él pudiera hacer su labor sin morir ahogado, aunque mantener esa posición se volvió bastante complicado cuando la lengua de su novio empezó a hacer maravillas con su clítoris.

—Sa-Sasuke-kun~... — gimió bastante alto cuando sintió que él empezaba a ingresar un dedo en su interior sin dejar de atender su sensible perla con la lengua. Estimulándola al punto que ella misma comenzó a acariciarse los pechos entre sus manos para hacer aún más abrasador el placer los largos minutos que su actividad se extendió —. Mi amor y-yo...

Aunque quiso avisar que iba a correrse, no pudo lograrlo a tiempo y se sacudió violentamente contra el rostro de su amante, quien esbozó una abierta sonrisa por lograr llevarla a su primer (aunque no último) orgasmo de la noche.

Cuando el arrebatador efecto pasó, mucho más excitada que nunca, la pelirrosa bajó rápidamente para besarlo en la boca con ansías, siendo recibida de la misma manera.

—Eres exquisita, la mujer más hermosa que ha existido y yo el hombre más afortunado del mundo por estar contigo — Sasuke jadeó para después volver a atrapar sus pechos en su boca y humedecer con su ávida lengua sus ya demasiado enrojecidos pezones.

Los siguientes días, Sakura iba a tener que usar ropa extremadamente cubierta, pues tenía mordiscos y chupetones marcados en el cuello, el pecho e incluso en el vientre. Sin mencionar las marcas que las manos masculinas habían dejado en sus muslos y su trasero.

Mientras él le hablaba tanto con palabras dulces como sucias al oído, la traviesa mano de la Haruno había ido a parar al duro miembro que aún estaba atrapado entre la tela de su ropa interior y que clamaba por ser liberado. Deleitándose con como él se estremecía por su toque.

—Atrás Sasuke-kun... — ella le dio un pequeño empujón para que se relajara sobre el sillón y se irguió en toda su corta altura frente a él. Dejándolo así admirar su cuerpo completo.

Toda su pálida y suave piel tenía marcas por la forma en que la había tratado y haciendo sus salvajes rizos rosados hacia atrás, la mujer comenzó a delinear su cuello, sus pechos, la sinuosa curva que unía su cintura con sus caderas e incluso se atrevió a posar sus pequeños dedos en su húmeda hendidura.

Al Uchiha le estaba doliendo ya demasiado su erección por lo mucho que la deseaba, pero, aunque ello era notorio por el brillo de lujuria en sus ojos oscuros y la manera en que su boca estaba entreabierta necesitado de tomar aliento, Sakura se dio la vuelta para provocarlo más, elevando su trasero al tomarlo entre sus manos como si se lo estuviera ofreciendo.

—Sé sincero Sasuke-kun... ¿Quieres tener esto? ¿O aún puedes aguantar que primero te dé esto? — como si su tono de voz no hubiera sido lo suficientemente perverso, la chica le mostró su húmeda lengua por encima del hombro, encendiendo aún más su pasión.

—Dudo que ni tú ni yo podamos esperar más, así que ven — con ansias, la tomó por la cintura y la giró para besarla al tiempo que volvía a sentarla sobre él.

Fue un esfuerzo conjunto el mandar al demonio la última prenda que aún usaba el pelinegro y cuando por fin los ojos verdes de la chica cayeron sobre el perfecto miembro de su novio se sintió arrepentida de haber tardado tanto tiempo en conocerlo. Erguido y orgulloso. Tan largo como ancho y adornado por gruesas venas. Brotando de un exuberante nido de vello oscuro que subía hasta convertirse en una fina línea hasta su ombligo.

El efecto visual de verlo fue tan enloquecedor que su interior se contrajo de pura anticipación.

—Hazme el amor, Sasuke-kun... Necesito que me llenes de ti y hagas tuya en este instante — suplicó sin dejar de ver su pene y acariciándolo con la punta de sus dedos. Quería explorarlo con las manos y su boca, pero, teniendo mucho tiempo para hacerlo después, lo más importante en ese momento era albergando por fin dentro de ella.

—De aquí hasta que me muera no haré otra cosa que complacerte Sakura... Así que aquí me tienes.

Teniéndola sobre su regazo, solo bastó que se posicionará en su entrada y diera un firme empuje para estar completamente en su interior y el resultado de por fin estar unidos fue tan abrumador que ambos gimieron al unísono.

La lujuria era inconmensurable e indescriptible y no dejó de crecer gracias a la maravillosa danza que el veloz y grueso miembro hizo al entrar una y otra vez en la pequeña y húmeda cavidad vaginal. Ninguno había tenido esa clase de acoplo perfecto con ninguna de sus parejas anteriores y eso lo comprobaron los largos minutos que estuvieron en esa posición, los que pasaron cuando cambiaron a otra, estando ella debajo de él, así como los que disfrutaron cuando Sasuke la tomó de lado y en las otras maneras que le siguieron a esa.

—No pares Sasuke-kun, te lo ruego — ella suplicó mirándolo con los ojos entornados y lagrimeantes mientras era sometida a una vertiginosa y veloz penetración desde atrás —. No quiero que se acabe nunca.

—No lo hare, voy a hacerte esto cientos de veces, siempre que quieras y sea cual sea el momento en que me lo pidas — el hombre le respondió al tiempo que le daba un largo lametón en la espalda y apretaba sus nalgas con fuerza, manteniendo el ritmo de sus embestidas.

Él también estaba por perder el control y la última de sus acometidas fue la más fuerte y prolongada de todas al ser la que los llevó a ambos al orgasmo definitivo de esa noche.

Los agudos gemidos de Sakura seguro que pudieron escucharse desde el exterior del departamento y se fundieron a la perfección con el ronco gruñido que él soltó en su oído mientras se corría dentro de ella. El placer desbordante hizo que ambos se sacudieran y que tuvieran que recurrir a besarse para contenerse y no caer en la locura luego de haber hecho el amor de esa manera.

Para cuando ambos estuvieron satisfechos y cansados, el frío del invierno volvió a hacerse presente, por lo que se pasaron a la cama del Uchiha para descansar.

En todo momento el hombre la mantuvo abrazada contra él, acariciando y dejando pequeños besos en sus delicados hombros. Sakura se había dormido apenas tocó el colchón, pero Sasuke se mantuvo despierto para admirarla un largo rato y fue en ese momento de calma que se dio cuenta de lo mucho que llenaba su corazón la imagen de su pequeña pelirrosa acurrucada contra su cuerpo.

Esa preciosa mujer con la que acababa de fundirse y encajar de una manera tan ideal que estaba seguro de finalmente haber encontrado al amor de su vida como nunca lo había estado de ninguna otra cosa en toda su existencia.

—Te amo... — susurró con dulzura en su oído creyendo que no podía escucharlo.

—Me alegra, porque yo a ti también — aunque ella lo sorprendió de buen grado respondiendo a su declaración con voz somnolienta, aunque auténtica.

Ese fin de semana que pasaron juntos gracias a la paronia de una irritante anciana hubo dos cosas a las que se dedicaron totalmente: hacer el amor y declarárselo sin cesar, el uno al otro.

...

NOTAS FINALES:

¿Pero que ha pasado? Yo todavía tenía planes antes de que pasara esto jajajaja. Aunque apenas empecé a escribir ya no pude detenerme. Ya nos merecíamos todos que llegara este momento y de cierta forma esto es un regalo para todxs los que me han estado leyendo y apoyando desde el principio.

Muchas muchas gracias.

Plis no se olviden de decirme qué les pareció este cap y nos vemos en la siguiente actualización. BYE!