Capítulo XXXI: 4 de Enero, 2004

-¿Cómo pudiste esconder dulces en todos estos lugares?-le preguntó Frankie a Justin mientras un rompe mandíbulas salía rodando de su camiseta.

-No tengo idea, simplemente lo hice y ya-respondió Justin quitándose la camiseta y tirándola al piso del baño-ayúdame con esto ¿quieres? me pica mucho-

Frankie simplemente obedeció y comenzó a quitar trozos de dulces que se habían quedado adheridos en la espalda de su novio dejando granos de azúcar en el camino , curiosamente, sintió la irresistible tentación de querer acercarse a Justin más de lo debido y pasar su lengua por su espalda con la intención de lamer aquellos granos de azúcar pero intentó contenerse como pudo y siguió quitándose el resto de su ropa.

Al cabo de unos minutos, ambos chicos estaban ahora en bóxers, Justin se había metido a la ducha y estaba distraído lavándose los brazos, así que el chico aprovechó la oportunidad para acercarse y lamer los granos de azúcar que aún quedaban allí, pudo escuchar a Justin riéndose mientras arqueaba la espalda ante ese ligero toque, Frankie tomó aquello como una invitación para avanzar un poco más que, sin dudarlo, se posicionó detrás y besó el cuello de su novio al tiempo que sus manos apretaban su trasero, provocando que soltara un gemido de forma inconsciente, enseguida Frankie cubrió su boca con una mano mientras observaba que no hubiera nadie cerca y tampoco alguna cámara encendida grabando por accidente lo que estaban haciendo, no sabría cómo manejar esa situación si algo así llegara a pasar.

Algunas horas atrás...

Después de dos semanas, las vacaciones de invierno llegaron oficialmente a su fin, lo que indicaba que una vez más todo el mundo tenía que volver a su rutina, los adultos a sus trabajos, los niños y algunos adolescentes a la escuela, y los estudiantes universitarios a su tediosa vida llena de complejos ensayos y a prepararse para los exámenes que se aproximan tras pasar un par de semanas con sus familiares o seres queridos por Navidad y Año Nuevo.

Por desgracia, el personal y el equipo de "Malcolm in the Middle" no hicieron excepción a esta regla y, una vez finalizado el último día de vacaciones, todos tuvieron que volver al trabajo y grabar un nuevo episodio, el primero del año 2004.

Al comienzo del episodio, podemos ver a la familia en la van, volviendo a casa de sus vacaciones unos días antes de lo previsto.

-Todos los años durante los últimos cinco años, pasamos una semana en una cabaña en un lago-dijo Malcolm a la audiencia desde su asiento mientras miraba a la cámara-este año se arruinó y tuvimos que volver tres días antes-

-Todo lo que digo es que no pido mucho. Una vez al año quiero sentarme en un porche, mirar fijamente un aparato mata insectos y hacer s'mores sobre un cubo de basura-dijo Lois.

-El problema es que los chicos se han vuelto débiles-le dijo Hal mientras conducía-Dios no quiera que tengan un poco de contacto con la naturaleza-la escena cambia a un breve clip de Malcolm, Reese y Dewey en el lago con sanguijuelas arrastrándose sobre ellos mientras gritan-culpo a los videojuegos-

Al llegar a donde viven, la familia se sorprende al ver que su calle ha sido bloqueada con barreras para dar lugar a un festival.

-¿Qué está pasando?-preguntó Lois mientras el auto se acercaba a su calle.

-Lo siento amigos, la calle está cerrada-les dijo un agente de policía.

-Vivimos aquí ¿qué es todo esto?-preguntó Hal señalando el festival de la calle.

-¿Viven aquí y no lo sabían? es la Fiesta Anual de la Cuadra.

-¿Anual?

-Todos los años durante los últimos cinco años-les dijo el oficial de policía.

Mas tarde, los Wilkerson estaban de vuelta en casa descargando su auto, cuando en eso un vecino llamado Mort se les acerca.

-Oh, hola Mort. ¿Qué está pasando?-preguntó Hal.

-Oh, Hal. Regresaste temprano-dijo el hombre fingiendo sorpresa por su pronta llegada.

-¿Qué es todo esto? ¿por qué no lo sabíamos?-preguntó Hal aún confundido con toda la situación.

-Bueno... salimos esta mañana, y el sol brillaba, y la gente empezó a hablar. Fue algo improvisado-explicó Mort. Sin embargo, los carteles en la calle indican que se trata de la "Quinta fiesta anual de la cuadra".

-En la pancarta dice "Quinta fiesta anual"-dijo Hal fijándose en las pancartas.

-¿Eh?-dijo Mort un poco estupefacto.

-¿Hacen una fiesta en la cuadra todos los años cuando nos vamos?-preguntó un consternado Malcolm.

-¿Saben? no se me puede consultar sobre la programación, hay todo un comité que se encarga de... no, pero los estoy aburriendo-dijo Mort mientras él y su esposa se alejaban rápidamente.

Malcolm vio unos baños portátiles colocados junto a su casa y se dio cuenta de la implicación después de oír lo que Mort les dijo: siempre que la familia se va de vacaciones el resto del vecindario celebra su ausencia.

Dentro de la casa, Hal miraba por la ventana de la sala de estar mientras Lois hablaba por teléfono con la niñera de Jamie.

-Polly, sí, llegamos temprano a casa. Escucha, ¿estaría bien si nos acercamos y dejamos a Jamie un par de horas?-le preguntó Lois a través del teléfono mientras cargaba a Jamie-hay una fiesta de la cuadra aquí y queremos disfrutarla. Ok, genial. Gracias.-

-¡¿Disfrutarla?! ¿nadie además de mí lo entiende?-preguntó Malcolm a sus padres, al parecer era el único que se daba cuenta del motivo de esa fiesta-¡todo el vecindario nos odia! tanto, que hacen una celebración a lo grande solo porque no estamos-

-Malcolm, eso no es ninguna novedad. Sólo me sorprende que sean tan organizados-comentó Lois.

-¿No te molesta que todo el mundo nos odie?-le preguntó Malcolm.

-No. Esa gente necesita a alguien con quien enfadarse. El hecho de tenernos a nosotros para odiarnos le da a todo el vecindario algo por lo que unirse-le contestó Lois mientras colocaba a Jamie dentro de su carrito.

-Tu madre tiene razón, hijo. Las comunidades buscan un enemigo en común. Si no fuéramos nosotros, se unirían contra otro. Probablemente una minoría-dijo Hal mientras guardaba las cosas de Jamie dentro de una bolsa para llevarlas a casa de Polly.

-Malcolm, no puedes pasarte la vida preocupándote por lo que la gente piense de ti. Todos te quieren, todos te odian, todos piensan lo que les da la gana, y al final te mueres-concluyó Lois.

-¿Se supone que eso debe animarme?-preguntó Malcolm.

-No sé por qué necesitas que te animen. Eres un adolescente con una fiesta de la cuadra justo delante de su puerta-dijo Lois-ahora, puedes quedarte aquí y sentirte mal si quieres, pero tu padre y yo vamos a ir a pasarlo bien-

-Vamos, cariño-le dijo Hal a Lois-oh, Dios mío ¡hay un desfile de cortadoras de césped!-

En la Fiesta de la Cuadra, Hal y Lois deciden disfrutar de la diversión, mientras Malcolm se hunde en su miseria y Reese idea un diabólico plan para ganar dinero con Dewey en conjunto. Los vecinos están molestos por el temprano regreso de la familia a casa, pero sólo pueden soportar su presencia, ahora todos estaban reunidos en un pequeño escenario donde una clase de baile llamada "The Squaredy Cats" está realizando una presentación mientras suena música de bluegrass.

-¡Un aplauso para la clase de la señorita Michelson!-Ed, que parece ser el anfitrión de la fiesta, dijo a través del micrófono, y el público aplaude-hablo en nombre de todos los vecinos de Maple y Jefferson cuando digo que el vecindario se vuelve mucho más agradable en esta época del año-

Algunos chicos estaban teniendo una tonta guerra de serpentinas, la cual se detiene inmediatamente cuando Malcolm se acerca.

-No, no. Adelante, continúen-dijo Malcolm pero todos los chicos lo miran fijamente.

-Ya terminamos, de todos modos-le dice uno de ellos a Malcolm y se van.

Por otro lado, Reese y Dewey caminan por la calle.

-¿Sabes? sinceramente nunca había pensado que fuéramos las personas más odiadas del vecindario-comentó Dewey mientras camina junto a su hermano.

-Bueno Dewey, la mayoría de la gente pasa desapercibida por la vida. Sus nombres nunca salen en los periódicos, no tienen leyes que lleven su nombre. Eso está bien para la mayoría de la gente, pero yo quiero más-explicó Reese, en eso ve a un grupo de niños sentados en la acera, intercambiando cartas de algún tipo-¡hey!-los niños salen todos corriendo, gritando-no siempre es fácil. No se hacen muchos amigos siendo impopular-rompe las tarjetas.

-¡Algún día todos nos vengaremos de ti, Reese!-dijo un niño en un intento de amenazarlo y luego salió corriendo.

-Huh.

-¿Qué pasa?-preguntó Dewey.

-¡Ese niño acaba de darme la mejor idea de mi vida!

La escena cambia a Hal y Lois que caminaban tomados de la mano.

-¿Sabes? no hacemos esto muy a menudo-comentó Hal a su esposa-sólo pasear por el vecindario-

-Es agradable, ¿verdad?-dijo Lois.

-¿Te recuerda a otra feria de hace veinte años?

Lois se rió.

-Te gastaste setenta dólares para conseguir un peluche de tres dólares.

-Bueno, hacen esos aros demasiado pequeños a propósito. Si no hubiera jugado hasta ganar, nunca habrían aprendido la lección-dijo Hal-además, no estaba intentando ganar un peluche. Intentaba ganarte a ti-

-Oh, Hal-dijo Lois un poco conmovida mientras colocaba su cabeza en el hombro de Hal se alejaron mientras todos los miraban fijamente.

-Les pido a todos que mantengan la calma y traten de disfrutar de la feria a pesar de todo-le aconsejó Ed a la gente de la fiesta a través de su micrófono-de lo contrario, ¡ellos y sus horribles hijos habrán ganado!-

Por otro lado, Malcolm caminaba por la calle, donde ve a un hombre cargando cajas en su auto.

-Oh, déjeme ayudarle-le dijo Malcolm que se acerca a ayudarlo.

-Oh, no tienes que hacer eso-dijo el hombre.

-No me importa, lo haré con gusto-insistió Malcolm.

-Oh, gracias. Es muy amable por tu parte-le agradeció el hombre.

-¿En serio? ¿hay algo más que pueda hacer por usted?-la escena se traslada ahora al garaje de la casa, donde Malcolm está ayudando al hombre a cargar las cajas en su auto, ahora completamente lleno-sólo digo que no se debería culpar a los niños de lo terribles que son sus padres. Quiero decir, si Saddam Hussein tuviera un hijo... bueno, quizás no sea el mejor ejemplo, pero ya sabes…-

-Hijo, no me importa lo que digan-interrumpió el hombre mientras subía a su auto-eres un joven muy agradable y considerado-

-Gracias. Me alegro mucho de haberte conocido.

-¡Oye! ¡¿qué estás haciendo?!-preguntó una mujer que casualmente estaba en la misma calle donde Malcolm estaba no hace mucho y ahora caminaba hacia la casa con su esposo.

-¿Eh?-dijo Malcolm confundido.

-¡¿Quién era ese hombre?!-preguntó el hombre que vivía en la casa al ver un auto lleno de cajas que se alejaba a gran velocidad.

-¿Qué quiere decir?-le preguntó Malcolm sin entender la situación, ambos, el hombre y la mujer entraron al garaje solo para encontrarlo vacío.

-¡Dios mío! ¡nos han robado!-exclamó la mujer con pánico en la voz. Más tarde, Malcolm estaba sentado en la acera mientras los dueños de la casa le regañaban-¡¿y te quedaste ahí parado mientras nos robaba?!-

-¡Pasaba por ahí, necesitaba ayuda!-explicó Malcolm.

-¡¿Lo ayudaste?!-preguntó el hombre.

-¡Estaba sudando!

-¡¿Y le creíste cuando dijo que esta era su casa?!-le preguntó el hombre mientras señalaba hacia su casa.

-No, no dijo eso exactamente. Quiero decir, estaba implícito-Malcolm intentó explicarse mientras el hombre entraba de nuevo en su casa-¡tengo muchas cosas en la cabeza!-

-Oh, eres de la familia de aquella casa, ¡¿verdad?!-preguntó la mujer conociendo el tipo de familia de la que provenía Malcolm.

-¡Sí, pero yo no soy como ellos!-respondió Malcolm.

-¡¿Te das cuenta de lo que hiciste?!

-¡¿En qué estabas pensando?!-preguntó enfadado el hombre.

-¡Sólo quería agradarle a alguien!-exclamó Malcolm, para luego echarse a llorar.

De vuelta en la casa Wilkerson, Dewey entra en el patio trasero con un grupo de niños del vecindario detrás de él.

-Es un lagarto o una cría de caimán. Lleva un mes en nuestro pozo negro. Creo que sobrevive a base de excrementos-les contó Dewey a los niños mientras caminaban.

-¿Dónde está?-preguntó uno de los niños.

Justo en ese momento, Reese entró en el jardín.

-Hola a todos-todos los niños jadean-no teman. Si quisiera golpearlos, ya estarían todos colgando de sus calzoncillos-Reese los tranquilizó-los he reunido aquí para hacerles una oferta-

-¿Qué clase de oferta, Reese?-le preguntó Dewey a su hermano.

-Me alegro de que lo preguntes, Dewey. No es ningún secreto que los he torturado a todos a lo largo de los años. Algunos de ustedes tienen cicatrices por fuera-le quita el gorro a un niño para revelar una mancha afeitada en la parte posterior de su cabeza-algunos de ustedes-pone su mano en el hombro de otro niño que gimotea al contacto-están dañados en lugares que no podemos ver. Cada uno de ustedes quiere venganza ¿y saben qué? tienen derecho a ella-

-Caramba, Reese. La venganza me parece bien-comentó Dewey-¿pero cómo podemos llevarla a cabo?-

-Otra buena pregunta, Dewey. Por veinte dólares, dejaré que cada uno de ustedes me dé una paliza durante treinta segundos-propuso Reese.

-Caray, Reese. Eso es tentador. Pero ¿cómo sabemos que no nos dejarás golpearte hoy, y luego te desquitarás con nosotros mañana?-preguntó Dewey continuando con el plan.

-Esa es la parte bonita. Estaré atado y con los ojos vendados todo el tiempo que me golpeen. La fila se formará en el garaje dentro de una hora. No les diré cómo conseguir el dinero. Todas sus mamás tienen bolsos. Excepto por ti, Freddy. Tu madre lleva un cinturón de viajes-

De vuelta en la feria, todos están en el escenario observando a un hombre que estaba imitando unas aves.

-Gracias, Jim-habló Ed a través de su micrófono-ahora, dentro de unos minutos, tenemos nuestro Quinto Concurso Anual de Comer Kielbasa patrocinado por los Hermanos Stavis. La Kielbasa que te hace decir "¡mmmm!"-

Todo el mundo se ríe.

-¿Concurso de comer Kielbasa?-dijo Lois mirando a Hal con una sonrisa en la cara.

-Recuerdo a cierta chica con coletas que podía zamparse una docena tamaño king-size-comentó Hal refiriéndose a su esposa que estaba a su lado.

-Eso fue hace mucho tiempo, Hal.

-Vamos, Lois. Una mujer alcanza su pico gastronómico más o menos a tu edad. Me apuntaré contigo-la motivó Hal-a menos que tengas miedo de que te derrote-

-Hal, eres bueno en muchas cosas, pero esto es Kielbasa. Vamos.

Sin más preámbulos, ambos, Hal y Lois se unen al concurso de comida.

Volviendo al vecindario de los Wilkerson, Malcolm está llorando sentado en la acera mientras es regañado por los dueños de la casa a la cual acababan de robar hace un rato, algunas personas pasaban mirando la escena, preguntándose qué había sucedido.

-¿Quieres intentar calmarte, por favor?-le preguntó la mujer.

-No es sólo el vecindario, ¡es el mundo entero! y la forma en que la gente se trata, quiero decir, ¡¿por qué tiene que ser así?!-sollozó Malcolm-¡hay tanto odio!-continúa sollozando mientras una pequeña multitud se reúne a su alrededor.

-¿Vas a estar bien?-preguntó la mujer y Malcolm asintió-va a estar bien, por ahora-la multitud comienza a alejarse, pero se detiene cuando Malcolm comienza a llorar de nuevo.

En la casa Wilkerson, la mayoría de los niños del vecindario están alineados en la ventana de la habitación de los chicos, depositando su dinero y contándole a Dewey sus planes de venganza contra Reese.

-¿Y si le arrancamos el cabello a Reese?-le preguntó uno de los niños a Dewey.

-No, su cabeza estará cubierta-respondió mientras tomaba el dinero del niño-mira, estás pensando demasiado. Deja que tu odio le diga a tu cuerpo lo que tiene que hacer-

Reese entra en el dormitorio.

-¿Cómo vamos?

-Hasta ahora, veintitrés niños se han inscrito. Hemos recaudado cuatrocientos sesenta dólares-dijo Dewey.

-¡Dios mío!-exclamó Reese mientras tomaba el dinero.

-Sólo recuerda que tenemos que ahorrar veinte dólares para el viaje en taxi al hospital.

-¡Me van a dar una paliza por dinero! ¡esta es la mejor nación del mundo!-comentó Reese mientras miraba el montón de dinero.

De vuelta en la feria de la fiesta de la cuadra, el concurso de comer Kielbasa está a punto de comenzar, algunos asistentes están sirviendo las salchichas en platos desechables mientras suena música polka por los altavoces.

-¡Es un hermoso día en el vecindario, mientras comenzamos nuestro Quinto Concurso Anual de Comer Kielbasa de los Hermanos Stavis!-anunció Ed a través de su micrófono, el público aplaude mientras los asistentes sirven un poco de chucrut en un bowl aparte como acompañamiento para las Kielbasas.

-Intento alinearlas como si fuera una salchicha continua. Es el espacio entre Kielbasas lo que le dice a tu cuerpo que está lleno-le explicó Hal al asistente.

-Con nosotros este año, tenemos a nuestros viejos amigos: Louie, Jerry, Jackson, Lois y Hal, y el campeón del año pasado, ¡Big Tony!-dijo Ed mientras nombraba a los competidores-¡y comensales, a sus puestos!-suena la campana y comienza el concurso. Uno a uno, los competidores van abandonando a medida que se consume un número récord de salchichas. Una peculiaridad especialmente divertida es la de Lois, que utiliza delicadamente un cuchillo y un tenedor mientras los demás se comen las Kielbasas a mano, y aun así consigue seguir el ritmo de los demás.

La escena se traslada ahora a un puesto de dulces, donde Reese empuja a un niño más pequeño para llegar a los dulces.

-¡Oye!-exclamó el encargado del puesto al ver lo que había hecho Reese.

-¡Tengo prisa! me van a dar una paliza en quince minutos ¿cuánto quieres por todo esto?-preguntó Reese mientras sostenía un fajo de billetes.

-¿Qué?-dijo el encargado un poco confuso.

-Me llevaré todos los dulces que tengas-dijo Reese mientras le entregaba parte del dinero.

-¡Quítate de en medio!-le dijo el encargado del puesto a otro niño mientras lo apartaba de un empujón y luego le volvió a hablar a Reese-déjame que te traiga una bolsa para eso-

-No necesito una bolsa-le contestó Reese, a continuación empieza a verter los dulces dentro de su camisa, algunos de ellos caen a la calle-pero me gustaría oírte cantar-sujeta más dinero.

Volvemos al Concurso de Comer Kielbasa, y dos concursantes ya han sido eliminados.

-Bien, damas y caballeros. Hemos perdido a Jerry y Jackson, ¡pero Louie ha eliminado a seis! Sin embargo, tiene un largo camino por recorrer para alcanzar a Hal y Tony, que han comido nueve cada uno. ¡Un momento, Lois también se ha comido nueve!-exclamó Ed a través del micrófono.

-¡Eres magnífica!-le dijo Hal a Lois con la boca llena de Kielbasa.

Ed continúa hablando a través de su micrófono mientras todos ven como Louie se rinde.

-Y acabamos de perder a Louie ¡parece que sólo quedan tres!-

-¡Increíble!-comentó un hombre del público que miraba el concurso.

-¿Qué pasa?-le preguntó una vecina entre el público.

-¡Hal y Lois están superando a Big Tony salchicha a salchicha!

-Oh, espera un momento-anunció Ed al ver que Lois parecía a punto de rendirse-¿es este el final del camino para Lois?-

-¿Hmmm? no, sólo quiero más chucrut-respondió Lois, rápidamente la asistente sirvió un poco más de chucrut en un bowl.

La escena se trasladó de nuevo a la casa del robo, donde Malcolm sigue sentado en la acera, alterado y continúa sollozando. El dueño de la casa se arrodilla junto a él.

-Escucha muchacho, ¿podrías irte a casa, por favor?-le preguntó a Malcolm de la forma más amable posible.

-¿Hay algún problema aquí?-preguntó un agente de policía que paseaba por la zona.

-No pasa nada, oficial. Podemos encargarnos-le respondió el hombre.

-Hubo un robo. Y yo ayudé-explicó Malcolm.

-No vamos a presentar cargos, simplemente nos gustaría olvidar todo el asunto-le dijo la mujer al oficial.

-Bueno, aún tienen que venir a la estación y llenar algunos formularios-les dijo el oficial de policía.

-¿Sabe? si revisamos la casa, no creo que haya mucho. Sólo un montón de chatarra del garaje-dijo el hombre.

-Sí, es bastante difícil decir lo que se llevó-coincidió su esposa.

-Yo se lo puedo decir. Tengo memoria fotográfica. Puedo ver todo lo que metí al auto-le dijo Malcolm al agente de policía.

-¿Qué le parece si lo llamamos más tarde?-le preguntó el hombre al agente.

-Había nueve cajas. Catorce por doce por veintiuno. Un ordenador y dos impresoras en color de alta definición. Una máquina de firmar, una máquina de gofrar, dos botellas de disolvente. Tres resmas de papel de algodón con textura de lino y fibras de seguridad fluorescentes, que podrías utilizar para falsificar dinero. Pero para eso no necesitarías una máquina de estampar. A menos que fueras a falsificar certificados de acciones-Malcolm deja de hablar al darse cuenta de lo que el ladrón había robado y se vuelve hacia los dueños-¡oh dios mío! ¡son unos criminales!-más tarde la pareja de criminales estaba entrando en la patrulla de la policía mientras Malcolm los observa-¿y saben qué es lo más triste? antes me importaba lo que pensaban de mí-mira de nuevo a la cámara-de hecho, aún me importa un poco-

En el garaje de los Wilkerson, una fila de niños estaba de pie frente a la puerta, listos para golpear a Reese.

-Muy bien. Todos conocen las reglas. Cada uno tiene treinta segundos. Absolutamente nada de armas de ningún tipo-advirtió Dewey, todos los niños soltaron sus diversas armas-bien, déjenme ir a ver si está listo-entra al garaje-Reese, es hora de empezar. Aquí está tu primer cliente anónimo secreto-se agacha-es Bobby Markovitch-simula dejar entrar a Bobby pero vuelve a cerrar la puerta del garaje y en su lugar empieza a patear al propio Reese-¡no tan fuerte! ¡no le hagas daño a mi hermano! ¡muy bien, tú! se acabó el tiempo-sin embargo, por azares del destino, el plan se trunca y el verdadero Reese acaba suspendido del mecanismo de una puerta de garaje-¡¿Reese?! ¡¿qué haces ahí arriba?!-al quitarle la bolsa a la persona en el piso, ve a un niño con ropas similares a las de su hermano mayor tirado en el suelo-¡¿quién es este?!-

-Un niño que encontré en la calle. No sé su nombre-respondió Reese.

-Chad-dijo el niño.

-Chad. Lo siento, viejo. ¡¿Cómo pudiste golpearme así?! ¡eres mi hermano! ¡mi compañero en el crimen! ¡y no pagaste!-Reese lucha por bajar, pero Dewey pulsa el botón de la puerta del garaje. La puerta se abre y Reese se queda atorado.

-¡Vamos por él!-dice uno de los niños, todos corren hacia el interior y los niños del vecindario comienzan a golpearlo como si fuera una piñata. Los dulces que llevaba dentro de la camiseta se desparraman en el suelo y todos se apresuran a recogerlos.

De vuelta al concurso de comer Kielbasa, ahora sólo quedaban tres competidores en pie mientras la multitud seguía animando para ver quién iba a ser el ganador oficial.

-¡Señoras y señores, esto es asombroso! Hemos superado el récord del año pasado-dijo Ed a través del micrófono; no obstante, no pasó mucho para que Big Tony se rinda-oh ¡por dios! ¡Big Tony está al límite! maldición ¡ahora todo depende de Hal y Lois!-

-¡Vas a caer, cariño!-le dijo Hal a su esposa en tono burlón.

-Ya veremos, cariño-dijo ella con la boca llena.

Con sólo ella y Hal de pie [además de sólo una Kielbasa restante] se convierte en un duelo con tenedores para devorar la salchicha final.

-Ha sido todo un día de comer salchichas. Tanto Hal como Lois están superando las veintiún marcas. Es un espectáculo increíble-dijo Ed por el micrófono-dos grandes competidores empujándose mutuamente para alcanzar una mayor altura-

Justo en ese momento, Malcolm llegó a la feria donde estaba el escenario, Reese y Dewey también lo hicieron.

-¿Qué está pasando?-preguntó Malcolm y miró hacia la cámara-¡oh dios mío! ¡están animando a mi familia! quiero decir, es por una razón totalmente patética y ridícula, ¡pero los están animando!-

-¡Sólo queda una Kielbasa, y está en el plato de Hal!-anunció Ed-el título será suyo, si es capaz de terminársela-Hal lanzó la Kielbasa al aire y Lois la atravesó con su tenedor. Lo que pasó a continuación fue una escena digna de una película de comedia romántica: en el momento culmine, la pareja locamente enamorada se come la Kielbasa por la mitad... hasta que ambos llegan al centro y se besan-¿saben? no podríamos haber imaginado todos los finales posibles-añadió mientras lloraba un poco conmovido.

-¿Cómo pudimos equivocarnos tanto con ellos?-comentó una mujer entre el público.

-Son buenas personas-le respondió un hombre.

-¿Se siente extraño ya no odiar más a Hal y Lois?

-Pero Dios, me encanta vivir aquí. Es un gran vecindario-comentó Mort.

-Siento no haber podido ayudar con ese ruido, el viernes por la noche. ¿Alguna vez cesó esa música?-preguntó el agente de policía a otra pareja.

-Espere... ¡¿fuiste tu quien llamó a la policía en mi fiesta?!

-¿Hiciste una fiesta y no me invitaste?-preguntó Mort al hombre entre la multitud que había hecho esa pregunta.

-Oh, no digas eso. ¿Por qué eres un gran bebé?

-¡No lo llames bebé! ¡al menos no tengo que pedirle que pode su césped cada dos semanas!-le dijo la mujer entre la multitud tratando de defender a su vecino.

-Bueno, por lo que he oído ¡te ha estado podando tu césped! si sabes a lo que me refiero...-dijo el hombre enfatizando esas palabras mientras la miraba a ella y a Mort.

-¡No le hables así!

Tal vez en una suerte de karma, los conflictivos vecinos [que ya no odian a Hal y Lois] acaban volviéndose uno contra el otro por diversas indiscreciones triviales. Pronto, la propia antipatía del vecindario hace que vuelvan a sus casas, dejando a los Wilkerson solos en la calle, durante unos minutos, hubo un silencio incómodo en el lugar donde estaban los actores, hasta que Levi Isaacks [el director del episodio] habló en un intento de romper la tensa atmósfera.

-Muy bien, esto se puso un poco incómodo-dijo Levi llamando la atención de los actores hacia él-les sugiero que tomen un pequeño descanso para despejar sus mentes, luego regresen para terminar la grabación, no hay muchas escenas por hacer-miró a Justin-y Justin, por favor, ve a tomar un baño o algo, te ves horrible-

-Sí, señor-contestó Justin mientras se alejaba mientras Frankie lo miraba.

-El resto puede volver a sus camerinos y relajarse hasta que los llame para grabar las últimas escenas-les dijo Levi a los cuatro actores que quedaban allí en la calle, haciendo que Frankie dejara de seguir a su novio con la mirada por un momento. Siguiendo sus órdenes, Bryan, Jane y Erik se retiraron a sus camerinos para tomarse un descanso hasta que los llamaran para volver, Frankie, por su parte comprobó que ni el director ni sus compañeros lo miraban para entrar de nuevo en la casa Wilkerson, suponiendo que tal vez Justin había ido allí a darse un baño.

Y no estaba equivocado con ese pensamiento.

Entró en la casa lentamente, cerrando la puerta principal tras él, procurando no hacer ruido alguno que pudiera llamar la atención de su novio, cruzó la sala de estar, la cocina y atravesó el pasillo hasta las habitaciones y el baño, entró en la habitación que compartía con Justin y Erik y oyó el grifo de la ducha abierto, hizo algunas exhalaciones profundas, dejó que el aire saliera de su sistema y llevó la mano al pomo de la puerta.

Mientras esto sucedía, Justin estaba dentro del baño, ya había abierto el grifo de la ducha y ahora se estaba quitando la ropa mientras esperaba a que el agua fría se calentara o al menos lo suficiente como para bañarse. Apenas comenzó a quitarse la camisa que llevaba sobre la camiseta amarilla de manga larga cuando de repente escuchó el pomo de la puerta y giró la mirada al notar como éste giraba en un intento por dejar pasar a quien estuviera al otro lado.

Justin decidió restarle importancia y prosiguió con su tarea, se sacó las zapatillas con una patada y se dispuso a desabrocharse los jeans cuando, una vez más, pudo oír cómo la puerta del baño se abría. Unos pasos se acercaron a donde estaba, Frankie logró interceptar a su novio que no estaba lejos de él, se acercó lentamente y lo abrazó por detrás, deslizando sus brazos alrededor de su cintura, se movió un poco solo para depositar un pequeño beso cerca de su ojo, logrando por un momento llamar su atención.

-¿Frankie?-Justin reaccionó y giró un poco la cabeza en cuanto vio a su novio detrás de él, abrazándolo fuertemente por la cintura.

-Hasta que por fin me notas-dijo Frankie con una sonrisa mientras apoyaba su cabeza en la curvatura del hombro de su novio lo mejor que podía debido a la obviamente notable diferencia de estatura entre ellos-por un segundo creí que te habías olvidado de que seguía aquí-añadió dramáticamente y a la vez queriendo coquetear con él.

-Eso nunca, siempre estoy pensando en ti amor-dijo Justin correspondiendo a la sonrisa de su novio y queriendo seguirle el juego.

-No parece, ni siquiera te diste cuenta de que entré.

-Sí lo hice.

-Entonces... ¿no crees que deberíamos aprovechar esta oportunidad?-preguntó Frankie moviendo una de sus manos para pasar sus dedos por el pecho de su novio-quiero decir, tenemos algo de tiempo antes de que nos vuelvan a llamar para grabar, y nadie va a venir aquí, estamos completamente solos, ¿no crees amor?-

-Sí, por supuesto-asintió Justin-pero antes-tomó las manos de su novio retirándolas de su cintura, deshaciendo a su vez aquel tierno abrazo-¿me ayudas a quitarme el resto de la ropa? creo que será más fácil hacerlo si primero me tomo un baño-

Frankie accedió de mala gana y ambos comenzaron a quitarse la ropa, bueno Justin continuó donde se había quedado, mientras que Frankie apenas comenzaba. En cuanto Justin comenzó a quitarse los jeans, Frankie no pudo evitar echarle un rápido vistazo al trasero de su novio, un sonrojo apareció en su rostro al recordar las imágenes de esa parte específica del cuerpo de su novio y la forma en que su trasero rebotaba cuando buscaba su ropa para poder vestirse después de la increíble noche que compartieron en el garaje.

-Que lindo trasero-comentó Frankie en voz baja pero lo suficientemente alta como para que Justin se percatara.

-¿Eh? ¿qué dijiste?-preguntó dándose la vuelta.

-¡Nada, nada!-dijo Frankie, Justin optó por ignorar eso, y ambos continuaron con lo suyo, hasta que de nuevo Frankie se atrevió a hablar-¿cómo hiciste para esconder dulces en todos estos lugares?-le preguntó a Justin mientras un rompe mandíbulas salía rodando de su camiseta.

-No tengo idea, simplemente lo hice y ya-respondió Justin quitándose la camiseta y tirándola al piso del baño-ayúdame con esto ¿quieres? me pica mucho-Frankie simplemente obedeció y comenzó a quitar trozos de dulces que habían quedado adheridos en la espalda de su novio dejando granos de azúcar en el camino, curiosamente, sintió la irresistible tentación de querer acercarse a Justin más de lo debido y pasar su lengua por su espalda con la intención de lamer aquellos granos de azúcar pero intentó contenerse como pudo y siguió quitándose el resto de su ropa. Al cabo de unos minutos, ambos chicos estaban ahora en bóxers, Justin se había metido en la ducha y estaba distraído lavándose los brazos, así que Frankie aprovechó la oportunidad para acercarse y lamer los granos de azúcar que aún quedaban allí, pudo escuchar a Justin riéndose mientras arqueaba la espalda ante ese ligero toque, Frankie tomó aquello como una invitación para avanzar un poco más que, sin dudarlo, se posicionó detrás y besó el cuello de su novio al tiempo que sus manos apretaban su trasero, provocando que soltara un gemido de forma inconsciente, enseguida Frankie cubrió su boca con una mano mientras observaba que no hubiera nadie cerca y tampoco alguna cámara encendida grabando por accidente lo que estaban haciendo en aquel baño, no sabría cómo manejar esa situación si algo así llegara a pasar. Justin giró la mirada hacia su novio pero no dijo nada, simplemente se relajó dejando que el agua caliente cayera sobre su cuerpo mientras Frankie continuaba masajeando su trasero con sus manos; no obstante, no resistió más las ganas de querer hacer lo que por dos largas semanas había estado esperando que pasara, acorraló a su novio contra la pared de la ducha, presionando su cuerpo con fuerza contra los fríos azulejos, acercó su erección a su espalda baja, restregándolo varias veces por esa zona-aah... ¡F-Frankie~! ah~ ¿q-qué crees que haces?-

Frankie dejó de manosear el trasero de Justin para arrodillarse, apartó cada nalga con ambas manos dejando al descubierto su rosada y estrecha entrada. Empezó a lamer, la punta de su lengua rozó la entrada virgen e intacta del menor, la sensación totalmente abrumadora hizo que Justin se retorciera contra la pared de azulejos, no importaba cuánto lo experimentara, podía sentir su ahora erecto pene gotear por la inesperada intrusión, sus caderas presionaron contra el rostro de Frankie en un intento por conseguir más.

De pronto sintió la lengua de su novio jugueteando contra sus paredes internas y se estremeció lo suficiente como para casi desbordarse, sintió también que su orificio anal se dilataba a medida que Frankie introducía su lengua más profundamente en su interior. Por un momento pensó que el otro chico también había introducido sus dedos, pero su lengua era la única parte de su boca que estaba dentro de él, luego se dio cuenta de que las manos de Frankie seguían presionando sus nalgas y jalando para separarlas. La punta de su lengua se introdujo más profundamente, lamiendo su próstata y Justin gimió ante la súbita e intensa sensación.

-¿Te gustó?-preguntó Frankie apenas apartó su rostro del trasero de Justin. El menor estaba completamente abrumado por la sensación y no podía hacer otra cosa que respirar entrecortadamente, pero intentó responder.

-¿Cómo... qué demonios, Frankie?-dijo Justin entre jadeos-¿cómo... cómo es que...?-

-¿Cómo supe qué hacer?-dijo Frankie terminando lo que su novio le iba a preguntar, Justin no habló pero asintió esperando su respuesta-digamos que he estado pensando en esto durante mucho tiempo, desde el momento en que me di cuenta de lo que sentía por ti-

Justin no habló pero irradiaba felicidad por saber aquello a lo que Frankie reanudó su tarea de estimular la entrada de su novio. Su lengua volvió a contonearse dentro de sus paredes internas, lamiendo alrededor, estirando ese apretado pasaje, haciéndolo resbaladizo, podía sentir las paredes internas de Justin apretándose alrededor de su lengua y golpeó la próstata una vez más con la punta, queriendo que se corriera sin ser tocado, queriendo que alcanzara su orgasmo alrededor de su lengua.

Justin estaba cada vez más cerca, lo que impulsó a Frankie a pasarle las uñas por la espalda, lo bastante fuerte como para dejarle marcas rojizas. Con ambas manos sujetó las caderas del chico frente a él y metió y sacó tortuosamente la lengua de su entrada, a lo que Justin emitió balbuceos y ruidos incoherentes mientras seguía moviéndose encima de su novio.

Dejó escapar un agudo gemido mientras su cuerpo se estremecía, sintiendo que su orgasmo se aproximaba y que no iba a tardar mucho en correrse, por desgracia, eso no estaba en la mente de Frankie... al menos no por ahora, así que sacó lentamente la lengua una vez que notó que las paredes de su novio estaban más que estiradas y dilatadas.

-¿Qué... por qué te detuviste? Estaba a nada de correrme, Frankie ¡no es justo!-protestó Justin, sintiendo su trasero vacío luego de que su novio sacara la lengua de su interior. Sin embargo, sus protestas fueron interrumpidas por un nuevo balbuceo incoherente mientras los dedos de Frankie se deslizaban dentro de su ahora dilatado orificio haciéndolo temblar, deslizó un segundo dedo, luego un tercero, para este punto Justin estaba completamente perdido en su propio placer que Frankie no podía dejar de hacer lo que sea que estuviera haciendo para mantenerlo gimiendo de la forma en que lo hacía.

-¿Quieres mi pene, Justin? ¿estás listo para eso?-bromeó Frankie-¿estás listo para que te folle?-

-Sí, ¡sí, por favor!-suplicó Justin elevando sus caderas y moviéndose hacia atrás contra sus dedos tratando de que Frankie los deslizara hasta sacarlos de su más que dilatado orificio. Frankie lo miró fijamente, su sonrisa pervertida se volvió algo sádica, le dio un codazo a su novio para que se diera la vuelta y Justin obedeció ansiosamente, colocando las piernas alrededor de la cintura de Frankie.

Jugueteó con él unos minutos más, simulando que iba a penetrarlo antes de retirar su pene, era una provocación deliciosa, y disfrutaba de los gemidos desesperados que provocaba en él. Cuando vio que Justin no podía aguantar más, lenta pero profundamente, Frankie se introdujo dentro de él, manteniendo un ritmo regular, besándolo mientras metía su lengua dentro de su boca. Algo era diferente, Justin no podía deducir lo que era, pero pudo percibir que había algo diferente, una presión extra contra sus paredes internas y estaba íntimamente cerca de Frankie en este punto, por un momento, Frankie pensó seriamente en añadir un dedo más junto a su pene pero ambas manos sostenían el cabello en puntas de su novio, jalándole su cabeza hacia el costado de sus dientes para poder morder los tendones de su cuello.

Justin dejó escapar un jadeo que hizo sonreír a Frankie contra su cuello que, sin perder un segundo más, comenzó a moverse lenta y suavemente dentro de él, dejando que se adaptara lo mejor posible, Justin ya casi no quería dejar de acostumbrarse a la intrusión, era demasiado buena, demasiado abrumadora. Levantó sus ojos verdes para observar a su novio, cuya mirada azul plateada estaba más concentrada entre sus cuerpos. Justin no pudo evitar imaginarse la visión que Frankie estaba teniendo de sus cuerpos presionados, de su trasero siendo penetrado tan ampliamente, y la increíble presión sobre su próstata haciendo que su espalda se arqueara. Frankie pudo sentir el inevitable orgasmo llegar a Justin una vez más, así que tomó su miembro y lo masturbó rápidamente al ritmo de sus embestidas, hasta que Justin se corrió sobre sus abdomen, gritando estridentemente, todo su cuerpo temblaba de asombro, Frankie le mordió el labio inferior lo suficientemente fuerte como para hacerlo sangrar, sintiendo la estrechez de las paredes internas de su novio alrededor de su pene cada vez más. Esperó a que Justin terminara de moverse y entonces empezó a acelerar sus embestidas lentamente, pero con suavidad.

Justin soltó una serie de palabras en un idioma que el mayor no pudo reconocer, también pudo sentir las manos de Justin alrededor de su cintura incitándolo a continuar.

-¿Qué fue eso? ¿qué fue lo que dijiste, amor?-preguntó Frankie esperando una explicación.

-Estaba diciendo que... ¡oh, mierda! que eres muy bueno conmigo... eres jodidamente bueno, amor mío-respondió Justin.

Frankie se sonrojó ante el cumplido mientras mantenía sus embestidas suaves pero firmes, era bueno con Justin, jodidamente bueno.

Y no podía estar más de acuerdo con ello.

Empezó a entrar en una espiral de fuertes sentimientos y se sintió impotente para poder detenerlos. Salió de sus pensamientos cuando escuchó a Justin retorcerse debajo de él, cerca de la hipersensibilidad, Frankie se acercó y lo besó, reduciendo su ritmo un poco, con la necesidad de disfrutar de este momento, Justin suspiró de placer contra su boca, pasando sus manos por la cabeza de Frankie, y apoyando sus talones en la espalda baja de Frankie. Frankie contuvo un gemido, su cuerpo tembló mientras se movía un poco más rápido, perdiendo el autocontrol al rebosar de emoción, ¿cómo había podido soportar tanto tiempo sin sentir esto? Recientemente había llegado a la conclusión de que a estas alturas su vida no tendría sentido sin Justin a su lado. Descendió por el lado derecho hasta presionar con sus labios el omóplato de Justin, dándole una pequeña mordida, Justin dejó escapar un gemido desesperado ante el contacto, su respiración se entrecortó una vez más.

Frankie pudo sentir como la resistencia en el cuerpo de su novio se iba disipando poco a poco y aumentó sus embestidas adecuadamente, escondiendo su rostro en el hombro del menor, si pudiera ser posible, se quedaría para siempre envuelto en las piernas de Justin, presionando su pene contra su próstata, haciéndolo gemir y correrse una y otra vez hasta que no pudiese más.

Pero, por desgracia, sabía que ese no era el caso y que no les quedaba mucho tiempo.

Justin, por su parte, estaba perdido entre sensaciones, lo único que le quedaba por percibir era el resbaladizo pene presionando su interior, las yemas de sus dedos recorrían la piel de la espalda de Frankie, memorizando los contornos de sus omóplatos, descendiendo para acariciar las curvas de su cintura notablemente pronunciada.

-Frankie...-jadeó Justin-Frankie, por favor... quiero...-

-¿Qué quieres?-preguntó Frankie murmurando a medias contra la piel de su cuello.

-Quiero... quiero correrme, por favor~¡ahh!-suplicó antes de que su voz se apagara por otro jadeo y una embestida particularmente aguda contra su próstata.

-Lo que quieras, amor. Haré lo que sea por ti-respondió Frankie, todavía escondiendo su rostro contra su hombro, sus movimientos se volvieron más escalonados mientras su cuerpo se debatía entre embestir la carne estrecha y húmeda y la sensación de tener los dedos de Justin clavándose repentinamente contra su piel. No estaba seguro de lo rápido, de lo fuerte que su novio podría resistir más sabiendo que también era su primera vez. Justin soltó las manos de la espalda de Frankie y le tomó de la cintura, acercándolo más, incitándolo a continuar más rápido y con fuerza, Frankie accedió felizmente y embistió con más fuerza, haciendo escapar gemidos de su boca, Justin gimió en respuesta y una de sus manos recorrió desde la cintura de Frankie hasta aferrar su cabello marrón claro, jalándolo bruscamente-¡ah~! joder, Justin, estoy a punto de…-

-Sí, yo también... quiero... hagámoslo juntos, mi amor-susurró Justin y eso fue todo lo que necesitó, las caderas de Frankie tomaron el control mientras se movía más fuerte y profundo, un gruñido salió de su pecho mientras se corría, desplomándose contra el cuerpo de Justin, su concentración desapareció, y su pene volvió a su modo flácido tras derramar su esencia dentro de su novio. Justin suspiró ante la sensación pero no se separó, Frankie volvió a elevar la mirada hacia él rápidamente, dispuesto a sacar su miembro pero Justin lo sujetó con su tobillo alrededor de su cintura para mantener su pene dentro-no te muevas, al menos no todavía. Se siente... muy bien. Quédate así un minuto más, no me importa-

-Desde luego, cariño-dijo Frankie con una risa cansada. Justin suspiró una vez más, sintiéndose totalmente satisfecho, exhausto pero al mismo tiempo aliviado. Durante ese minuto en el que Frankie mantuvo su ahora flácido pene dentro del trasero de su novio ninguno de los dos habló, aprovecharon ese tiempo para recuperarse un poco de su intensa actividad, hasta que Frankie habló para romper el silencioso ambiente dentro de esa ducha-así que... ¿cómo estuve?-

-Increíble, quiero decir, aún tienes muchas cosas que aprender para ser primerizo pero lo hiciste bastante bien, me dejaste satisfecho, amor-dijo Justin sonrojado por lo que acababan de hacer, movió ligeramente sus caderas y Frankie hizo una mueca de hipersensibilidad mientras aún trataba de recuperarse de sus espasmos post-orgásmicos, entonces Justin movió su tobillo hacia abajo y empujó suavemente contra sus caderas, permitiéndole así remover su miembro.

Frankie se dejó caer exhausto contra la pared opuesta de la ducha frente a Justin, casi se quedó dormido antes de volver a incorporarse.

-Te dejaré terminar tu baño-dijo Frankie mientras abría la cortina de la ducha y se asomó a través de ella dispuesto a salir, pero Justin rápidamente lo tomó del brazo y lo jaló de regreso adentro de la ducha.

-No tiene sentido que te vayas y se desperdicie así el agua-dijo Justin-¡báñate conmigo!-agregó riendo feliz y emocionado de pensar que su novio se bañaría ahí con él.

Después de que ambos chicos se ducharan en los últimos minutos de su merecido descanso, se secaran y se vistieran, todos volvieron a la calle para grabar la escena final del episodio, al volver a la calle todos los vecinos que disfrutaban hace un rato de la fiesta de la cuadra ya se habían ido a sus casas y sólo quedaban los Wilkerson deambulando por allí.

-Cariño, mira, no hay fila para el tobogán gigante-le dijo Hal a Lois mientras observaba el tobogán al final de la calle.

-Está bien, cielo. Sólo voy a recostarme aquí en la acera-dijo Lois quién se sentía un poco enferma luego del concurso de comer Kielbasa y luego de comer tantas salchichas y compartir una con su esposo al final. Lentamente se recostó en la calle mientras Hal se unía a ella en un intento de calmar su también adolorido estómago.

-Bueno, supongo que mamá tenía razón. Estábamos sirviendo a un propósito en el vecindario todos estos años-dijo Malcolm mientras miraba a la cámara.

-Oye, Reese ¿quieres venir a ayudarme a llenar el castillo inflable con esto?-le preguntó Dewey a su hermano mayor mientras se acercaba con dos bolsas llenas de palomitas en las manos.

-Nah, voy a ir a poner perros en la rueda de la fortuna-contestó Reese rechazando la invitación del niño, una vez que la cámara se apagó, Justin salió de su personaje y le preguntó a Erik-¿quieres venir?-

-Nah, estoy bien-respondió el actor más joven.

Ambos chicos se separaron para hacer lo que tenían planeado, mientras caminaba, Erik no pudo evitar notar que su compañero de trabajo caminaba raro, como si algo le molestara mientras caminaba, además, pudo notar que el cabello de Frankie estaba ligeramente mojado y unas marcas rojas se asomaban por debajo del cuello de su camiseta azul pero, al final, optó por ignorarlo y se dirigió al castillo inflable para llenarlo con las palomitas que llevaba en sus manos.


Bueno, con esto sería el último capítulo del fanfic en el que incluyo una escena hardcore... por ahora.

Ni crean que lo voy a dejar así, obviamente tengo pensado escribir más pero tan solo denme un respiro, tampoco quiero aburrirlos con tanto contenido hardcore, el siguiente capítulo lamentablemente no va a tener hardcore pero si hablará de uno de los episodios más escandalosos y por primera vez censurado con "beeps" en la serie.

Volviendo a este capítulo, sinceramente me costó mucho escribirlo, no por tener que transcribir toda la trama del episodio "Block Party" en sí, sino porque esta será la primera y única vez que invierto los roles de Frankie y Justin en una escena hardcore dejando a Justin como el pasivo de la relación. Es que... se me hace raro e incómodo imaginar a estos actores invirtiendo sus papeles en cuanto a cuestiones de S.E.X.O, lo mismo ocurre con el Wilkercest, si bien no tengo problema en otros ships con que los personajes se turnen... simplemente no puedo concebir la idea de ver a Malcolm como el dominante de la relación.

Espero sepan entender la razón de porque no hago esto seguido al momento de redactar fanfics Wilkercest, y que este cambio de roles de los actores en una escena hardcore fue cosa de una ÚNICA vez y nada más.

En fin, supongo que eso sería todo, nos vemos pronto en una próxima actualización.

N3k00-Ch4n.