Nuevo one shot, ahora con los nietos de Leo y Hana x3

Mellizos Judith e Ian: Judith es la mayor porque nació antes, Ian es el segundo. Raza mixta, afro-asiáticos, él tiene el cabello negro, ella castaño, ambos tienen complexión oscura. Judith tiene el pelo largo hasta los hombros y lacio e Ian lo tiene corto. Ambos tienen diecisiete años. (Son los primogénitos de Jay)

Jamie: Hermano menor de Ian y Judith, cabello negro corto y peinado hacia arriba, ojos marrones, complexión oscura, piercings en la ceja y orejas. Mide lo mismo que Ian, pero es más alto que Judith. Tiene quince años.

Lucas: Latino-asiático, cabello negro de mediana longitud, ojos marrones, complexión de canela. Siempre usa una gorra de béisbol. Tiene doce años. (Es el primogénito de Abby)

Damián Junior (DJ): Hermano menor de Lucas. Cabello marrón oscuro, complexión de canela, ojos turquesas. Tiene diez años.

Bowie: Hermano menor de Lucas y DJ. Cabello negro, ojos marrones, complexión de canela. Tiene un año.

Este episodio se llama: Entrometidos Pesados


Escuela Primaria de New Paltz

El timbre de la escuela sonó y Lucas abrió su casillero, cuando sintió algo de aire en sus piernas. Miró abajo y vio que alguien le bajó el pantalón.

-¡¿En serio?!

Todos los niños del pasillo que lo vieron se rieron y le tomaron fotos.

El timbre sonó otra vez.

Al salir de su clase, Lucas quiso levantarse de su pupitre, pero algo causó que apenas se levantara, se cayera al suelo... de cara. Miró sus pies y vio que los cordones de sus zapatillas estaban atados. Gruñó.

-¡Oh, qué original!

De nuevo, sus compañeros se rieron y le tomaron fotos.

El timbre sonó una vez más.

En la hora del almuerzo, Lucas se sentó en una mesa esperando a sus amigos, pero apenas se sentó, sonó un "pfffft". Lucas se sonrojó y miró su asiento, tomando un cojín de gases. Frunció el entrecejo.

-¡Esto es muy maduro!

Más niños rieron y le tomaron fotos a Lucas sosteniendo el cojín de gases.

Timbre una vez más.

De vuelta en su casillero, con mochila en la espalda, Lucas vigiló a ver si no había nadie a punto de hacerle otra travesura. Se encogió de hombros y abrió su casillero, pero contrario a sus expectativas, un montón de basura le cayó encima, aplastándolo. Más niños le tomaron fotos a Lucas y se rieron, y este salió de entre la basura con una cáscara de banana en la cabeza, cascarones de huevo en la ropa y un montón de mugre.

-¡Ya está! ¡Se acabó!

Y por última vez en el día, el timbre sonó.


De camino a casa de los abuelos Leo y Hana

-¿En serio confrontarse a ese bravucón? -preguntó Louis con inseguridad, acompañando a Lucas a su casa junto con David.

-Sí, le dije que me viera a las 3:30 en casa de los abuelos y vamos a resolver esto. -decretó el chico de la gorra.

-¡Wow, ¿van a pelear?! -preguntó Louis asustado.

-No soy un animal, chicos. Le diré un discurso inspirador, en cuanto lo escriba. -dijo Lucas, una vez llegaron los tres a casa de los abuelos de Lucas.

-Pues parece que ya te dejó una nota. -avisó David, apuntando al cabello de Lucas. Lucas se quitó la gorra y vio que en su cabello tenía un chicle pegado y un papelito amarillo. Quitó el papel y leyó que decía:

-"Lu-Cabeza Hueca". -leyó en voz alta, y gruñó, viendo el chicle en su cabello. Debió saber que cuando su bravucón le tiró la gorra en gimnasia hoy, iba a hacerle una travesura. David tomó la cabeza de Lucas y olfateó el chicle.

-Uuuh, sandía con lima.

-Mejor me deshago de esto rápido. Porque mí familia verá esto, se entrometerán y arruinarán las cosas. Cómo siempre lo hacen. -se quejó Lucas, rodando los ojos.

-¿Ninguno puede darte buenos consejos? -preguntó Louis.

-Te lo digo, no es recomendable...

Flashback

Lucas estaba en el sillón de la casa de sus abuelos, acostado, con una compresa fría en la frente, un termómetro en la boca y cubierto por una manta. Ian le quitó el termómetro de la boca y revisó en lo que se alejaba. Por alguna razón, vino Henry con una máquina ostentosa y le "disparó" con el rayo, haciendo que la piel le brillara como si fuera bioluminiscente.

Jamie y DJ vendaron a Lucas de la cintura para la cabeza, y el pobre no respiraba. DJ le abrió un agujero a los vendajes en la boca para que pudiera respirar. Lucas tomó aire. Judith vino con un plato de caldo de pollo con fideos, pero Bowie la hizo tropezar, derramó la sopa sobre las piernas de Lucas y de nuevo lo quemó.

-¡AAHH, ESO QUEMA!

Jamie y DJ lo volvieron a vendar, ahora en las piernas.

Fin del flashback

-Y solo me corté con papel. -Lucas mostró su dedo índice con una bandita.

-Bueno, mejor te quitas el chicle si quieres lucir intimidante ante los bravucones. -aconsejó David.

-¡Yo nací intimidante! -declaró Lucas. Quiso sacarse el chicle con la mano, pero le dio cosita- ¡Qué asco! -quitó su mano asqueado y la agitó, sacando la lengua del asco.

-Oye, creo que con crema de maní saldrá. -pensó David.

-¿Uso con trozos o la cremosa?

-Bueno, si usas con trocitos, luego tendrás que usar la suave para quitarte los trocitos.

-Buen punto, gracias, chicos. -sonrió Lucas- Deséenme suerte.

David y Louis se fueron por su lado y Lucas abrió la puerta de entrada con cuidado. Miró dentro, el único a la vista era Bowie, jugando en el piso con sus juguetes. Dejó su mochila junto a la puerta y entró con pasos sigilosos. Miró a la cámara y a su derecha apareció una pantalla para el servicio meteorológico.

-El Servicio Nacional del Clima presenta una alerta de veinte por ciento de probabilidad de familia entrometidas. Aconsejamos bloquear sus ventanas y tener sus paraguas a mano.

La pantalla desapareció y empezó a caminar con lentitud. Miró a Bowie y llevó su dedo a sus labios e hizo "shhh". Sin mirar, pisó un juguete chillón y este hizo un ruido. Lucas se congeló y miró alrededor. Levantó su pie del juguete y se posicionó en un lugar donde no hiciera ruido. Bowie llevó su dedo a su boca e hizo "shhh". Lucas miro aburrido a la cámara. Volvió a hacerle un "shhh" gentil a Bowie y siguió caminando, pero...

-¡Alto, detente ahora mismo! -exclamó Judith. Lucas miró asustado a dónde Judith estaba, quién salió de la cocina pero estaba hablando con alguien por teléfono- ¿Usó un pantalón de aviador en su primera cita? Debe ser de lo peor que he oído. -dijo Judith sin prestar atención a lo que pasaba a su alrededor. Lucas aprovechó que Judith estaba distraída y corrió al refrigerador.

-Crema de maní, crema de maní, ¿dónde está la crema de maní? -susurraba Lucas, queriendo encontrar el frasco de crema de maní. Escuchó unos tarareos acercarse: era Jamie.

Rápidamente abrió el cajón acrílico de los vegetales y metió la cabeza ahí.

-Hola, Lucas.

-Oh, hola, Jamie, ¿qué tal? -saludó Lucas casualmente.

-Buena forma de mantenerse fresco, Luke. -dijo Jamie con buena onda.

-Oh, sí, claro, jeje.

-Oye, ¿te molesto con un flan?

-Oh... no, para nada. -Lucas levantó la mano, tratando de no sacar la cabeza de la bandeja de los vegetales. Tanteó los estantes del refri. Pote de queso crema, una barra de mantequilla sin abrir, un plato de brócoli cocido- ¡Qué asco! -se limpió la mano y siguió buscando, hasta que sintió el potecito del flan. Lo sacó y se lo cedió a Jamie.

-Gracias, sigue fresco. -dijo Jamie, yéndose con el flan de vainilla.

Una vez Jamie se fue, Lucas sacó la cabeza con una lechuga pegada en el cabello. Se quitó la lechuga y luego vio lo que buscaba:

-¡Crema de maní! -tomó el frasco y lo abrió, pero estaba vacío. Gruñó- ¡¿Por qué guardan los envases vacíos en el refrigerador?! -cerró el envase y lo guardó de nuevo- Necesito un plan B. -pensó en voz alta. Entonces escuchó a Judith.

-¿Calcetines y sandalias? Córtalo.

-¿Cortarlo? -Lucas pensó, meditó y entendió- ¡Eso es!

El niño salió de la cocina con cuidado de que no lo escuchara Judith. Se escabulló al cuarto de sus abuelos y, de un porta lápices del cuarto de los abuelos, sacó unas tijeras. Luego fue a la escalera y quiso subir, pero justo estaba bajando Ian. Lucas rápidamente pegó la cabeza contra la pared para ocultar el chicle.

-Ah, hola, Ian.

-Oye, Luke, ¿necesitas ayuda con alguna materia hoy?

-Amm, no lo creo, ¿por qué?

-Saldré con Mara en un rato y quiero sacarme cualquier pendiente de encima antes de irme.

-Oh, no, descuida, puedo arreglármelas.

-Bueno, en cualquier caso, si llegas a necesitar ayuda, puedes buscar a Judith.

-Gracias, pero estoy bien. -aseguró Lucas.

-Bueno, por favor dile a los abuelos que no llego tarde. -y así, Ian se fue a otro lado.

Lucas se fue corriendo escaleras arriba, pero el chicle se pegó a la pared. Lucas siguió subiendo hasta que el chicle se estiró, se despegó de la pared, y de la elasticidad lo golpeó en la cara. El chico estaba a punto de entrar a su cuarto, pero Hana lo llamó desde abajo.

-¡Lucas, cielo, necesito que saques la basura!

-¡En cinco minutos, abuela!

-¡No en cinco minutos, ahora!

-¡Lo haré, solo dame tres minutos!

-¡Lucas, escucha a tu abuela! -ordenó Leo. Lucas gruñó, guardó las tijeras en su bolsillo y bajó rápida y cuidadosamente las escaleras hasta llegar a la cocina, antes de que alguien lo viera con el chicle en la cabeza y tomó la bolsa de basura. Llegó al bote de basura de afuera y tiró la bolsa dentro del basurero. Justo vio a DJ acercarse a él, así que tomó la tapa del basurero y se lo puso en la cabeza.

-Oye, Lucas, ¿viste mí lámpara de escritorio? No la encuentro en ningún lado. -preguntó DJ.

-Ehh... ¿buscaste en tu escritorio?

-... Qué listo. -admitió DJ. Vio la tapa de basura en la cabeza de Lucas y se le hizo raro- ¿Y ese sombrero?

-Oh, esto, eh... es lo último en moda de gala. -se inventó Lucas- Estoy sorprendido de que no lo supieras. -y con eso, Lucas se fue corriendo de vuelta a su cuarto. Cuando estaba a punto de abrir la puerta, alguien le habló, espantando a Lucas.

-Oye, Lucas, ¿qué tienes en la cabeza?

Lucas volteó y vio a Judith verlo confundida.

-Am, nada... -negó Lucas. Judith miró mal a Lucas y le quitó la tapa del basurero de la cabeza junto con su gorra y vio el chicle en su cabello.

-¿Eso es un chicle?

-Ehhh... -Lucas tomó su gorra, se metió rápido a su cuarto y fue al espejo a cortarse el mechón de cabello con chicle, pues ahora que Judith lo vio, probablemente le diría a todos. Con las tijeras cortó el chicle y justo en ese momento entraron sus dos hermanos y tres primos, mirándolo molesto.

-¡¿Te están molestando?! -se molestó Ian.

-¡Judith, esto no era asunto tuyo! -reclamó Lucas.

-Sí es asunto nuestro si se meten con alguien en nuestra familia. -objetó ella. Lucas tragó saliva.

-En serio, no pasa nada. -aseguró Lucas.

-Entonces, ¿qué es eso? -preguntó Ian, apuntando al chicle.

-Es mi chicle de sandía y lima... -Lucas quiso masticar el chicle, pero antes de hacerlo, le dieron arcadas y tiró el chicle al suelo con asco. Los otros cinco (o cuatro, porque Bowie aún estaba aprendiendo a hablar) empezaron a regañar a Lucas, y este, con su gorra de béisbol ya puesta, entrelazó sus dedos a modo de súplica.

-¡Chicos, chicos, no se metan por favor! -rogó el niño- ¡Sólo lo harán empeorar!

-Si con "peor" quieres decir "mejor", estoy de acuerdo. -dijo DJ.

-¡Tienes que ir con el director de la escuela! -exclamó Ian.

-No, olvida eso, deberías mandarle una foto vergonzosa de él a todos sus amigos. -dijo Judith con maldad.

-Escribiré una rutina cómica insultante que lo dejará llorando. -pensó DJ en voz alta. Judith decidió contribuir con sus habilidades de kunoichi y le dio una patada de ninja a Lucas en el estómago, estrellándolo contra la pared.

-Patada básica de ninja, así lo derribarás. -dijo Judith con autosuficiencia. Lucas se puso de pie sin aire y miró a la cámara con una nueva pantalla del servicio meteorológico, mostrando la cara de Lucas rodeado por nubes grises.

-Bueno, el servicio nacional del clima ha cambiado a emergencia categoría uno de "fami-ciclón". Aconsejamos proteger sus ventanas y preparar los suplementos de emergencia. -dijo Lucas a la cámara. Judith lo tomó de la ropa y ambos salieron rodando del cuarto hasta el pasillo en lo que Judith le jalaba de la cabeza.

-El jalón del cabello también es una buena opción. -dijo Judith, una vez se puso de pie.

-¡Oigan, yo no voy a- !

-Comenzaremos con chistes tontos básicos, como "Eres tan tonto que te encerraste dentro de tu auto", esa clase de cosas. -dijo DJ, revisando su cuaderno de chistes para tener un mejor enfoque al planear su venganza. Lucas notó que Judith estaba haciendo una pose rara y la miró con extrañeza.

-¿Qué estás- ?

-¡Ataque Mimo Sorpresa! -tomó la camiseta de Lucas e hizo como si le hiciera un "calzón chino" o... ¿"camisa china"?- Ese lo inventé yo misma.

Lucas se bajó la camiseta y miró a Judith.

-¡Jud, no voy a pelear!

-Agh, bien, yo misma me encargaré de eso. -Judith se fue, arremangando su ropa. Jamie se acercó a Lucas.

-Podrías probar esto. -sin aviso, Jamie golpeó unos platillos de batería cerca del oído de Lucas, casi reventándole los tímpanos- ¡Sus oídos quedarán zumbando por días!

-Oye, los chistes feos también funcionan, como ¡"Eres tan feo que tienes que hacer dulce o truco por teléfono"!

-¡¿Qué?! -al parecer Lucas no escuchó por culpa de los platillazos de Jamie. Judith volvió, tomando a un niño por el cuelo de la camisa como si fuese un gatito.

-¡Oigan, lo encontré!

Los otros cuatro se acercaron amenazadoramente al niño que Judith tenía.

-¿Cómo te atreves a molestar a Lucas? Solo nosotros hacemos eso. -dijo Ian. DJ tomó la muñeca de Lucas y escupió un chicle en su mano.

-¡Pégale el chicle de sandía en el cabello, Lucas! -animó su hermano, pero notó que Lucas no se veía seguro- Bien, yo lo hago...

-¡Esperen, no! ¡Él no es mi enemigo! -Lucas se acercó al chico- Aunque gracias a ustedes, tal vez lo sea ahora...

El niño, que parecía de octavo o tal vez noveno grado, miró mal a Lucas y apretó los puños. Judith se dio cuenta de su error y sacó al chico de en medio.

-¿Por qué sigues aquí todavía?

-No puedo creer que casi desperdicié un buen chicle en él. -dijo DJ, recuperando el chicle de la mano de Lucas y volviendo a masticarlo.

-Iré a traer a otro niño. -protestó Judith, y Lucas quiso detenerla.

-¡No, Judith, alto, ni siquiera es un niño!

-¿Es un perro? -preguntó DJ sin entender. Lucas miró abajo con vergüenza. No quería tener que haber acabado en esta situación, pero si dejaba que el entrometimiento de sus hermanos y primos continuara, mejor decirles la verdad de una vez. Además, con suerte las burlas dirigidas a su persona durarían poco. Suspiró.

-Es una niña.

El niño de doce años cerró los ojos, esperando cualquier cosa: risas, insultos, burlas, mofes, cualquier cosa, menos lo que ocurrió en verdad. Judith empezó a dar saltitos y a gritar como una fangirl de Harry Styles en un concierto suyo mientras que Jamie e Ian se abrazaban y saltaban como si estuvieran en un partido de fútbol y su equipo acabara de hacer un gol. Lucas estaba completamente sorprendido, y DJ también, y Bowie en brazos de DJ también, pero poco después los festejos se callaron en lo que los tres mayores abrazaban a Lucas.

-No tengo idea de lo que está pasando, pero... ¡aaahhh! -y con eso, DJ y Bowie abrazaron a su hermano mayor.

-Lucas, ¿por qué no nos dijiste que tenías novia? -preguntó Ian con ternura, lo cual para Lucas era incómodo.

-Suena a que es bonita. -continuó Judith.

-¿Qué está pasando? -se preguntó Lucas a sí mismo, completamente abrumado por las reacciones de su familia. Los demás lo soltaron.

-¿No lo sabes? Cuando una chica molesta a un chico, o viceversa, eso significa una cosa: le gustas.

Los adolescentes volvieron a celebrar, mientras que Lucas estaba boquiabierto. ¿Gustarle a esa chica que lo molestaba?

-¡Eso es ridículo! -interrumpió Lucas los festejos de su familia- ¡Ella me metió un sándwich en el pantalón! ¡Tuve que sacarme semillas de sésamo del trasero por días!

Judith suspiró como si estuviera enamorada e Ian y Jamie rieron ligeramente.

-Ay, es un clásico, ¿no?

-Qué romántico.

-¡Ustedes están locos! ¡Ella me odia! -siguió protestando Lucas, indispuesto a creer lo que decía su familia- Voy a verla hoy y decirle lo que pienso hoy mismo.

-Oye, lo que debes hacer es mostrarle que también le gustas, Romeo. -dijo Jamie, jugando al casamentero.

-Yo digo que debe besarla. -propuso Judith, y Bowie hizo sonidos de besitos en brazos de DJ.

Lucas se sintió rodeado por la expectativa y su familia, empezando a darle diferentes ideas y propuestas de lo que debía hacer con la chica, literalmente se formó un tornado con Ian, Judith, Jamie, DJ y Bowie, a quien con suerte no se le salieron volando los pañales. Lucas se acorraló a sí mismo contra la pared y mostró la pantalla del servicio meteorológico una vez más.

-Aviso del servicio nacional del clima: el fami-ciclón ha avanzado a emergencia de fami-ciclón. ¡Busquen refugio de inmediato!

Lucas quiso huir, pero los vientos huracanados del fami-ciclón lo arrastraron, haciéndolo dar un par de vueltas y causándole náuseas. Por suerte el niño de la gorra alcanzó a escapar y esconderse en el baño. Cerró la puerta y se metió a la bañera, sacando su walkie-talkie.

-¡Mayday! ¡Mayday! ¡Llamando a los PDZ, ¿alguien me escucha?!

-Roger. -dijo Louis con su walkie-talkie en su cuarto- Bueno, soy Louis, no Roger... pero sí, Roger, aquí Louis, y te escucho, Luke.

-¡Mi familia se ha vuelto loca! -exclamó Lucas espantado- ¡Creen que a la bravucona le gusto, quieren que la bese!

-No lo sé, Lucas... tal vez tengan razón. -dijo Louis sin estar del todo seguro. Lucas enfureció.

-¡Mi familia nunca tiene razón! ¡Sólo son entrometidos! ¡Especialmente mis primos!

-No quiero no tomar tu posición, Lucas, pero ellos son adolescentes. Saben más de estas cosas que nosotros, es un hecho científico. ¿No, David?

David estaba en el sillón leyendo el tomo cuatro del manga de Blue Lock, así que tomó su walkie-talkie sin quitar los ojos de la página, y le respondió a Lucas.

-Louis tiene razón, mira a Ben y Tess, ella le parecía insufrible al principio, pero cuando Ben se enteró que ella lo molestaba porque le gustaba, todo cuadró. -explicó David a Lucas. El niño de la gorra no quiso ceder.

-¡Pero no hay forma de que... ! -Lucas se detuvo a pensar y luego, por más que la idea le pareciera descabellada, sonaba agradable pensar que de verdad le gustaba a esa niña- Wow, ¿de verdad? ¿Creen que yo le guste? ¡¿Cómo puedo saberlo?! -esto último lo dijo con un tono que parecía de psicópata.

-Solo hay una forma de averiguarlo.

Lucas cortó la transmisión del walkie-talkie con Louis y David y abrió la puerta, encontrando el fami-ciclón todavía girando. Lucas se aclaró la garganta y todos se detuvieron.

-Entonces, ¿voy a besar a esta chica o qué?

Los cinco celebraron en sus lugares, Judith chillando, Jamie e Ian como fanáticos del fútbol y DJ celebraba levantando a Bowie, quien no entendía muy bien la situación, pero de cualquier forma estaba feliz.


Más tarde

Lucas miró su reloj de muñeca.

-Son las 3:30. Judith, bálsamo labial. -pidió el niño de la gorra, y Judith le puso algo de bálsamo de uva en los labios. Lucas miró a Ian- Ian, menta fresca. -y de su bolsillo, Ian sacó unos Menthos, y le dio uno. Lucas empezó a caminar en dirección a la puerta- Hagamos esto.

-Ve por ella, Romeo.

-Tú puedes hacerlo, Lucas.

-Ay, nuestro pequeño Lukie.

-Cuánto ha crecido. -Ian se sonó la nariz.

-Oigan, los padrinos y madrinas deberían usar estos sombreros en la boda. -propuso DJ con la tapa del cubo de basura en la cabeza. Lucas salió por la puerta y la cerró con confianza. Los otros cinco miraron emocionados por la ventana.

¡Muack!

-Awww.

¡Pow!

-Uhhh.

Lucas volvió a su casa a pisotones y abrió la puerta con el ojo derecho morado.

-Lo siento, Luke, culpa nuestra.

-Pero al menos lo intentaste.

-Traeré hielo para ese ojo.

-¿Quieres que llame a Henry?

Lucas empezó a subir con molestia las escaleras al piso de arriba y todos lo siguieron hasta el pie de las mismas para verificar si estaba bien. Al llegar arriba, Lucas explotó.

-¡Silencio! ¡Cada vez que se entrometen en mi vida empeoran las cosas! ¡¿Pues saben qué?! ¡Nunca más! ¡No! ¡Más! ¡Entrometidos!

Lucas fue al armario a encerrarse para tener privacidad, pues si DJ o Bowie iban a su cuarto, no iba a tolerar verlos, y tampoco a sus primos, así que lo único que pedía ahora era estar solo y enfurruñarse en privacidad. Los demás se vieron a sí mismos con culpa.

Más tarde

-Lo supe todo el tiempo. -se quejó Lucas, mirando a la cámara- ¡Nunca debí escucharlos! ¡Mi familia siempre se entromete!

Desde afuera sonó un chiflido y Lucas volteó a la ventana, viendo una piedra venir en su dirección. Se agachó y la misma entró al armario. Tomó el guijarro y vio una nota.

-"Lo siento, Lu-Cabeza Hueca. Aquí está mi número. ¿Escríbeme?"

Lucas sonrió y miró de nuevo por la ventana, cuando le llegó de lleno en la cara un filete. Y vio que tenía una nota también.

-"Para tu ojo. ¿Besos, Tami-Lynn?" -Lucas sonrió a la cámara y se puso el filete en el ojo- De acuerdo, tal vez mi familia sí tenía razón esta vez. ¡Pero no les digan eso!