Un comienzo es un comienzo.

Si puede que yo le haya dicho a Ron que haga equipo con Herm que no se preocupara por mí, también sabia con quienes iban a hacer equipo las demás personas, también puede ser que haya empujado a alguien yendo al banco de Malfoy, pero lo hago por su bien.

Está bien tenía intenciones ocultas, estoy aburrido y encuentro a Draco interesante, júzguenme. Nunca pude explorar estos sentimientos porque nos odiábamos pero ahora sin sus amigos de por medio y los míos ocupados chupándose la cara tenía mi oportunidad.

-Bueno ¿por donde quieres empezar?

-Por el principio. Planificar todo.

Comenzó a explicarme cosas que ya sabía, pero no quería interrumpirlo y sonar grosero. Una vez finalizada la perorata empezamos a buscar los ingredientes.

El trabajo era muy tardado, para lograr la poción y que fuese consumible se necesitaban 6 meses de elaboración, como no íbamos a estar todo el tiempo realizando la tarea de igual manera el profesor Slughorn creyó conveniente dejarnos sentados en parejas por el resto del semestre.

Me empezaba a caer muy bien.

De igual manera era necesario un trabajo exhaustivo para comenzarla, por ende incluso luego de terminada la clase quedamos con Draco de encontrarnos en la biblioteca semanalmente para realizarlo.

Lo vi sentado bajo un árbol cerca del lago, no fue una casualidad lo estaba buscando. Herms y Ron se fueron en una cita a Hogsmeade y yo huía de Ginny que escuche por los pasillos preguntaba por mí. Aun no estoy listo tal vez la próxima semana hable con ella.

Me dirigí a Malfoy sigilosamente.

-¿Qué lees?

Se sobresaltó por la repentina voz a sus espaldas.

-¿Me estas siguiendo otra vez?

-Esta vez no, casualmente pasaba por aquí

Levanto una ceja, seguro no se cree una palabra de lo que digo.

Resignado respondí

-Me escondo de alguien

-¿Tus admiradores?

-No, es solo…

Como si fuera invocada Ginny salió del castillo mirando para los lados buscándome, me agache y me senté junto a Draco, tratando de crear una cobertura con el árbol.

-¿Problemas en el paraíso?

-No sé de qué me hablas.

-Quizás la llame, parece muy concentrada buscando algo, podría ayudarla.- Sonrió burlonamente.

-Está bien, si me escondo de ella.

-El gran salvador del mundo mágico se esconde de su noviecita. ¿Perdiste el valor en la guerra Potter?

-Ex novia, y no, solo no quiero hacerla sentir mal.

-¿Escondiéndote de ella?

-Puede que no sea la persona más valiente ahora, el tema con ella lo resolveré después. Cuando se me ocurra que decir.

-Dile, ya no te quiero, piérdete. Conciso y al punto.

-No creo que esa sea la manera, pero gracias por el consejo.

Alzo el libro que tenía apoyado en el regazo en un ademan por volver a su lectura, que claramente había interrumpido.

-Ya debe estar lo suficientemente lejos para que puedas irte a otra parte.

-Pero disfruto tu compañía.

-Yo no vete.

-¿Qué lees?

Exasperado volvió a bajar el libro y me miro.

-Si te digo, ¿me dejaras es paz?

-No. Lee en voz alta para ¿Si?

-¿Y porque haría eso?

-Quieres volver a tu lectura y yo no me voy a ir. Es un buen punto intermedio. Haz de cuenta que no estoy.

Me acomode contra el árbol en una pose más relajada, con los ojos cerrados deje que el viento despeinara mi pelo. Para coronar el momento una voz suave, dulce y varonil comenzó a narrar. No importaba de que era el libro, francamente no entendía una palabra, ya estaba comenzado y me distraía constantemente al pensar en lo hipnotizante que sonaban las palabras.

Luche contra el sueño, sabía que si me dormía el momento se acabaría y no quería desperdiciar un segundo.

Han pasado ya dos semanas desde que comenzamos el proyecto de pociones, hemos pasado mucho tiempo juntos, haciendo la tarea, hablando de quidditch mientras deberíamos estar haciendo la tarea.

-¿No extrañas el quidditch?

-A veces, cuando no tengo nada que hacer, aunque extraño más montar en escoba.

-¿No tienes a alguien que juegue contigo un pequeño partido? Con Ron lo hacemos todo el tiempo, una vez logre que Hermione se uniera a mi equipo, ella es terrible, pero lo equilibre con mi gran habilidad.

-Qué curioso creo que nunca vi esa gran habilidad tuya para el quidditch, te la habrás dejado en otro pantalón en los partidos

-Discúlpame pero no recuerdo haber perdido contigo.

-Disculpa aceptada. – Y sonrió, y valió la pena haber perdido en la discusión, por dios habría valido la pena perder un partido contra Draco si eso lo volvía a hacer sonreír.

No quiero presumir pero hice reír a Draco Malfoy dos veces desde entonces, una vez fue gracias a mi increíble ingenio, en la otra me tropecé con un escalón y me caí de cara. Tal vez me sangro la nariz y rompí mis lentes, pero valió la pena, cuando termino de reírse me ayudo reparándolos.

-Harry no quiero ser quien te diga esto pero creo que eres masoquista. Es la única respuesta lógica que encuentro a tu fascinación con Malfoy.

Durante la cena Ron decidió que era momento de hablar conmigo.

-Puede que creas eso, pero yo siento que estoy haciendo un avance con él.

-En unos meses tal vez te invite a su casa y hagan una pijamada juntos o quien sabe Harry tal vez te cases con él y Lucius se convierta en tu suegro. Te convertirías en un Malfoy.

-Ja ja ja muy gracioso Ron. –Las estupideces que uno tiene que oír

-Cariño no te equivoques si se casan adoptarían el apellido Potter. – Contesto risueña Hermione. Traidora. Dos pueden jugar ese juego.

-Si me caso con Malfoy no los invito.

Se pusieron la mano en el pecho y abrieron mucho la boca fingiendo ofensa.

-Escuchaste eso, nuestro hijo no nos invitara a su boda. Después de todo lo que te hemos dado así nos pagas.

Negaron con la cabeza, decepcionados.

-Dejando el chiste de lado, has pasado mucho tiempo con él y no quiero que por querer ayudarlo termines dejando que te pisotee, estamos hablando de Draco, Harry. No tiene un buen historial con nosotros.

-Ya lo sé Herms, pero genuinamente me cae bien, si su personalidad es algo acida, si quieres ponerle un nombre, pero cuando no te insulta es muy divertido además de inteligente. Se parece a ti en ese aspecto. – Halágala deja que muerda el cebo.

-Tus halagos no me distraerán de mi sermón, se cómo eres no te callas ante las injusticias y eso te juega en contra a veces, muchas personas estarán felices de recibir tu ayuda, pero no creo que él entre en ese grupo. Ahora actúa bien y calmado pero recuerda que puede ser explosivo y temo que no puedas lidiar bien con esa situación sin llevarte al auto despreció. No creo que necesite recordarte sexto año y el príncipe mestizo.

-Advertencia recibida, tendré cuidado.

Y las cosas siguieron su curso hasta que un día todo exploto, temía que pasar. Deje que todo me resbalara y pensé que si no hacía caso solo pasaría pero no fue así. Fingí que no ocurría nada a nuestro alrededor los momentos que estábamos juntos pero podía oír los susurros, las miradas poco discretas, los silencios cuando me acercaba.

No me lo dirían a mí por supuesto que no, lo atacarían a él.

Fue una casualidad, esta vez sí, no lo buscaba, me dirigía a mi habitación por algo cuando escuche la conmoción.

Eran cuatro acorralándolo, dos Hufflepuff, un Ravenclaw y un Griffyndor.

-Puede que la ley te haya absuelto, pero todos sabemos que eres un cobarde. Le lloraste a Potter para que testificara a tu favor y que no terminaras donde perteneces. Azkaban con toda tu asquerosa familia. Porque no nos haces un favor y te largas.

No era la primera vez que pasaba, estaba seguro. La mirada en la cara de Draco lo demostraba, esto ocurría con la suficiente frecuencia para que ya no hiciera gesto alguno. Pero le dolía, lo se he estado en el lado receptor de los insultos.

Tenía que decir algo, no podía quedarse así. Sopese las palabras de Hermione, pero pensé que si ella se encontraba en mi misma situación haría lo que yo.

-Lo señalas a él como un cobarde cuando fuiste el primero en abandonar el gran comedor cuando evacuaron por la guerra. Tanta preparación en un grupo con la palabra ejército y no pudiste dar la talla Zacharias. –No lo esperaban, lo vi en sus rostros, cobardes. –Ni siquiera hablare del resto de ustedes que solo se esconden detrás de un idiota.

-No sabemos porque te pones de su lado, pero todos queremos que él se valla.

-No hables por todos, no todos en la escuela son la misma basura que tú. Ahora largo, la próxima vez llamare a McGonagall.

Se largaron, vi la humillación en sus rostros y la ira, esta vez espero dirigida a mí. Sinceramente no sé de donde salieron esas palabras pero que suerte que sirvieron.

No quería voltear, en un principio parecía una buena idea, salto en su defensa y ¿Qué? Me agradece, me abraza y me dice lo asombroso que soy. Pude haber fingido que pasaba por ahí y detener lo que decían, ellos se alejarían y Draco estaría a salvo pero ¿Por cuánto tiempo?

Sentí como una mano me tomaba el brazo y me arrastro al baño, estaba enojado lo sabía. Golpeo mi espalda contra la pared, me sujetaba del cuello de la camisa.

Su rostro estaba a centímetros del mío, podía sentir su aliento contra mis labios, estaba tan cerca.

-¿Que mierda te crees? No necesito tu ayuda. He estado haciendo las cosas bien por mi cuenta y tenías que aparecer tú con tu estúpido complejo de héroe a intervenir como si yo te lo hubiese pedido.

Existía algo de razón en eso, si probablemente saltaría a defender a cualquiera que sé que acusan falsamente, pero era diferente con él.

-No pensaste por un segundo que esto solo podría empeorar las cosas.

¿Cómo podría empeorarlas? Si lo defiendo las personas lo dejaran en paz ¿No?

Seguía despotricando pero siendo franco deje de escucharlo hace un rato. Solo podía pensar en que pasaría si me atrevo, podía ganarme una paliza y jamás me perdonaría. Pero ¿y si no?

Dios quería besarlo…

Hombre cobarde no conquista mujer bonita, o en este caso hombre bonito.

Me arriesgue a que me golpeara muy feo después, me arriesgue a convertirme en el hazmerreír del colegio si me rechaza y decide contarlo. Pero por Merlin que no me arrepentía de nada.

Lo bese

Lo sentí tensarse, rígido como una tabla contra mí, moví mis labios invitándolo a hacer lo mismo.

Por dios que no me pegue.

No paso eso, sentí como se relajó y correspondió el beso de forma agresiva.

El beso fue furioso, parecía un castigo de su parte. Mordía mis labios, su lengua recorría todo el interior de mi boca y su cuerpo presionaba el mío cada vez más contra la pared.

No sabía dónde poner mis manos, tenía ganas de recorrerlo todo, comencé enredándolas en su pelo y con la otra tire de su corbata aflojándola. Las suyas recorrían mi cuerpo, tirando de mi camisa para sacarla del pantalón, con una de ellas tocando mi torso la otra decisión desviarse y posarse en mi trasero, el cual estrujo.

Su boca es tan dulce, su pelo tan suave y por dios esta duro, Draco Malfoy tiene una erección por mi culpa, eso sí que puede levantarle el ego a alguien.

Me gustaría que este momento dure por siempre, quien necesitaba respirar, yo no si pudiera elegir. Pero se apartó maldita sea, de igual manera eso me dio una vista privilegiada de como quedo luego de nuestra sesión de besos.

Se veía hermoso así, despeinado con la corbata un poco floja y la camisa salida del pantalón. Sus labios estaban hinchados y rojos.

Estaba agitado, probablemente por la falta de aire, se veía un poco desorientado también. No me miraba, tampoco estaría seguro de que estuviera viendo algo concreto, parecía luchar con lo que había estado haciendo.

-Draco

Me miro finalmente. Debería ser un espectáculo como él, con la camisa salida y el pelo más despeinado que de costumbre.

Tomo sus cosas del suelo y se fue apurado.

Oh querido Draco espero que no pienses que puedes huir de mí ahora que pude probarte, no creo que seas tan tonto de pensar que dejaría ir una oportunidad como esta.

Ya veremos si no te dejas caer ante mis encantos, ya sé que no te soy indiferente, la prueba está en tu pantalón, delatándote por completo.