Fugitivo

Prólogo.

Sasuke apretó los ojos, mientras su vista se enfocó en la pequeña luz que iluminaba el largo pasillo del bloque. Pudo escuchar a los huéspedes de este grupo de celdas gemir en agonía. Al parecer, el haz luminoso resultaba lacerante para sus pupilas; según su anfitrión, un hombre bastante alto, delgado y de tez pálida, este es el denominado pudridero, y la única razón para bajar hasta el sótano del bloque de celdas E, además de llevar ocasionalmente agua y comida a los reclusos, es para reclamar los cadáveres putrefactos de los prisioneros. De aquí, nadie debe salir con vida, al menos en teoría, por lo que cualquier clase de visita es inusitada.

Aun así, después de un rato, se empiezan a escuchar los susurros delirantes, y aunque trata de desterrar la idea de la mente, se nota que estas personas estaban ansiosas por verlo, como si hubiesen intuido su inoportuna visita. Después de todo, no importa el lugar ni las circunstancias, a menudo se le trataba como a la atracción de un circo, el último Uchiha vivo que camina sobre la faz de la tierra; la aprehensión se palpa en el aire cuando observan el sharingan brillando cual carmesí en la penumbra, y se preguntó seriamente que han oído hablar de sí tras rejas, ya que aquí los murmullos y los rumores siempre abundan, aún cuando la mayor parte de todos esos reclusos simplemente evocaron su nombre e imaginaron una representación burda, la imagen típica de un asesino sin escrúpulos. No obstante, el apellido Uchiha siempre viene acompañado con un espectral manto helado de horror cuando se ha de pronunciar al aire.

-No eres tu, eso debes creerlo. Ya te lo había dicho antes, simplemente resulta bastante peculiar recibir visitas en este pabellón- aquel hombre le sonrió, o al menos lo único que pudo ver, fue el blanco de la mueca de su sonrisa -Suponen que eres quien creen que eres, pero la persona a la que buscas hace tiempo que ya no está aquí-

-Su cautividad fue revocada, y Konoha me ha enviado a por él. Es tiempo de que regrese a casa, al menos esa es todavía mi misión-

Aquel hombre negó con la cabeza.

-Pues llegaste tarde. Sinceramente, después de todo este tiempo no se que tratas de remediar al venir aquí- le dijo, mientras empezaron a subir por unas largas escaleras estrechas; se escuchaban los pasos ruidosos en un entorno lúgubre lleno de susurros y lamentos, no obstante, el alcalde casi podía escuchar los pensamientos del joven Uchiha. Seguro que él sospechaba algo del paradero de la caja de la felicidad suprema.

O quizás solo fue la cruel ironía de la vida, ya que antes de ir a prisión, Uzumaki Naruto había desperdiciado una buena parte de la suya buscándole incansablemente para liberarlo de las garras de Orochimaru; y ahora Uchiha Sasuke ha probado mucho de la angustia de saber si la persona que te importa sigue o no con vida, el alcalde no lo sabe con certeza, ya que sus ojos rojos le parecieron insondables, dos gemas color ópalo que brillaban como la luz de una luna enrojecida -Un dia, tu amigo Naruto voló como las mariposas, y nadie volvió a saber de él- le instó -Créeme, también lo buscamos, pero no dejó pistas de su paradero-

-Algunos dicen por ahí que él no se ha marchado en solitario -

El alcalde sonrió.

-A esta gente desde hace mucho que se le ha ido la olla, han pasado tanto tiempo en cautividad que ya no recuerdan detalles de su propia personalidad. Dudo que puedan ser de utilidad en tu búsqueda. Pero en fin – Aquel hombre detuvo su andar y dio la vuelta para mirar a Sasuke frente a frente -Hemos llegado al lugar que ha demandado el joven Uchiha Sasuke- le indico con la mirada y Sasuke asintió volviendo la cabeza.

-Tu amigo tuvo una condena de 7 años, pero debido a su peculiar conducta paso los últimos 3 años en segregación, muchos lo llaman el "pudridero". Puedes entender el porqué-

Sasuke se quedó observando el pequeño espacio frente a él, la que se supone fue la celda de Naruto. Hay tantas preguntas que quiere hacer, pero ni siquiera sabe cómo formularlas. Costaba respirar en estas condiciones, ya que el aire era crepitante y había un fuerte olor putrefacto proveniente del retrete. Cuán difícil habrá sido sobrevivir 3 años en aquella precariedad, a caso Naruto estaría tan loco como todos los demás residentes de este pabellón del infierno o fue capaz de conservar la cordura durante todos esos años.

¿Qué fue de la caja de la felicidad suprema? ¿A dónde se supone que fue? ¿Dónde está Naruto en este momento?

-Pero sabes...- La mueca de aquel hombre se ensombreció ante el recuerdo. A Sasuke le pareció que aquella sonrisa hizo juego con las miradas y gestos delirantes de aquellos reclusos, fue inquietante de alguna forma enrevesada -Hace tiempo hubo un motín, y como puedes imaginar tu amigo estuvo involucrado. Aunque llamarlo un motín sería poco-

-Una batalla-

-Si, ese sería un mejor término. No obstante, los detalles y hechos previos a este acontecimiento son un misterio en sí mismo, ya que también terminaron involucrando al antiguo alcalde de la prisión. Debo decir que gracias a tu amigo es que estoy en su lugar, y eso se lo agradezco infinitamente-

-¿A qué te refieres?-

-Esos son detalles en los que por política de la prisión no voy a ahondar, espero logres comprender- Sasuke frunció el ceño por una fracción de segundo, pero su interlocutor pudo percibirlo -Me parece irrisorio el que aún no puedas creerlo, hablo del hecho de que tu amigo Naruto se haya ido, y te haya dejado atrás con un mar de infinitas interrogantes sin respuesta, justo como tú hiciste con él. Pero sabes, 7 años aquí no son cualquier cosa, tan solo mira a estos hombres, algún día fueron shinobi del más alto nivel, criminales de gran renombre, asesinos sin escrúpulos, guerreros de clase S inscritos en el libro bingo; y ahora míralos en su miseria y en su necesidad, las circunstancias cambian a cualquiera, incluso a ti ¿No?, solo que tú nunca fuiste juzgado por tus errores y oscuras maquinaciones-

Sasuke refunfuñó como de costumbre ante el mordaz comentario.

-¿Ya te vas?-

-Debes saber que volveré- Sasuke dio la vuelta.

-Eso es de esperarse, no has dejado de hacerlo-

Salió caminando tranquilamente dejando al alcalde y a sus hilarantes reclusos en aquella penumbra. Había confirmado sus sospechas, el alcalde podía decir lo que quisiera. Pero en cuanto a Naruto, no supo en qué pensar, sobre todo cuando se abrió paso entre aquel laberinto de pasillos y emergió la luz, la misma luz cálida del sol que posiblemente vio Naruto al fugarse. Casi se le cae el corazón al pensar en aquel gesto estremecedor, ese primer gran respiro de ansiada libertad en años.

¿Será Naruto la misma clase de persona después de tanto tiempo de no verlo? Sasuke no pudo evitar pensar en ello, esa era la pregunta del millón.

...

Incluso en medio de la nada no podía derrotar u ocultar a su enemigo eterno, la pesadilla infernal llamada papeleo. Había pensado que, puesto que ella no estaba en Konoha no tendría que hacer frente a esta amenaza. Carajo, ella solo había venido a esta parte del mundo para alejar el estrés de sus cansados hombros. Pero, lamentablemente, el trabajo de la Hokage nunca vence y su liderazgo es crucial, especialmente durante este periodo prolongado de paz. La paz había comenzado después de que Akatsuki, básicamente, desapareció. Cuando la organización criminal había caído en manos de una nueva organización de mercenarios denominados así mismos como "Yuurei", Amegakure había caído con ella. Ella no podía creer todavía que la organización se había hecho cargo de ese país o que los Akatsuki habían caído tan fácilmente. Esto como consecuencia, llevó indirectamente a la vuelta del hombre que ahora es el mejor ninja en el campo de batalla, Uchiha Sasuke. Mientras que todavía guardo resentimiento a ese idiota, ella no podía negar que era bueno en su trabajo.

Por lo menos él todavía no se rindió en la infructuosa búsqueda de Naruto, aún cuando ella de a poco había comenzado a perder las esperanzas de volver a verlo.

El, había sido la luz más brillante en su vida. Pero cuando lo envió a Hōzukijou y otros cinco habían sido enviados en secreto para la recopilación de información respecto a Gokūraku no Hakō, por algún motivo ajeno a ella, la misión conjunta con Kumo concluyó desastrosamente. El equipo de recuperación nunca volvió, y tanto los de Kumogakure como ella misma, se quedaron sin poder de acción en una nación extranjera. Tsunade perdió todo contacto con Naruto, había peleado con uñas y dientes por su liberación, no obstante recurrir a una guerra por un solo hombre estaba fuera de contexto, al menos Gaara estuvo de acuerdo en su razonamiento. Él debió de cumplir forzosamente su condena, 7 años para ser precisos.

Colocó la última firma en el documento que estaba leyendo y lo guardó. La rubia suspiró y tomó una botella de sake, hallado vacuamente en un cajón de su escritorio de nogal. Ella gimió al escuchar golpes en la puerta. No necesitaba responder al remitente para saber de quién se trataba.

Un suspiro escapó de su boca de nuevo, han transcurrido diez años desde los acontecimientos que enuncian a Naruto siendo enviado por ella en una misión secreta al castillo de Hōzukijou; solo hubo un pequeño problema, él nunca llegó a cumplir su tiempo de condena. A solo dos semanas de poder ser liberado, decidió por cuenta propia que ya había tenido suficiente. Desde entonces, el mundo entero le perdió la pista.

-¿Alguna novedad?-

-Nada que comentar al respecto Tsunade sama- Kakashi se envaro ante el tono monocorde de la mujer. Últimamente con ella no había mucho margen de maniobra para los errores, puede sentirlo desde el día en que perdió a Naruto, ella desde entonces perturba el chackra a su alrededor.

-Si, eso me temía- no intercambiaron miradas, la de ella estaba enfocada en la botella, el pequeño vaso de cristal y una vieja fotografía -¿Y Sasuke?-

-Acaba de volver-

-Creo que les había dejado bastante claro que las visitas recurrentes a ese lugar se terminarían si no había resultados favorables, Kakashi. No les pago por ir a visitar una celda vacía-

-Pero Sasuke tiene razón Hokage sama- respondió el de cabello plateado, como acto reflejo, los ojos color avellana de Tsunade tuvieron como remitente a los oscuros de Kakashi -Ellos no son inocentes-