¿Después de tanto tiempo?
─Always.
Solo en eso me parezco a Severus Snape.
Espero que este punto aun sigan disfrutando de mis MB. Y si gustan pueden escuchar: Bootylicious - Destinys Child, Envolver - Anitta, Making love out nothing at all - Air Supply, Dont Blame Me - Taylor Swift, I See Red - Everybody Loves An Outlaw.
Capitulo veintiuno: Frágil como una bomba.
─Madre, nuestro hermano se metió con las personas equivocadas ─declaró Luca intentando hacer entrar en razón a su anciana progenitora, procurando usar un tono respetuoso.
─Lo protegimos hasta donde pudimos ─Lo apoyó su hermano Nino.
─No fue suficiente ─exhaló con voz rasposa la anciana sentada en una poltrona individual de cuero negro.
Por un lado sacudía las cenizas de su cigarrillo mientras que por el otro una sirvienta le arreglaba el bigote que le suministraba oxigeno.
─¡Maldita sea! No éramos sus niñeros ─Soltó Nino golpeando el mueble en el que estaba sentado Luca, estaba empezando a perder la paciencia con su madre.
─No me levantes la voz, Nino.
─Perdón ─masculló dejando salir el aire con fuerza por sus grandes fosas nasales.
─Nuestro apellido esta enlodado. Nuestras sociedades arruinadas. Mi hijo muerto ─enumeraba Lara Di Tella sus desgracias sintiendo una amargura e impotencia inimaginables.
─Arreglaremos lo que hizo Paddy y levantaremos el negocio mamá.
─Y eso no cambiara en nada lo que acabo de decir. La vida después de la muerte de un hijo trascurre en el purgatorio, no quiero dinero, no necesito invitaciones a más fiestas, lo único que quiero ahora es vendetta.
Los dos hermanos Di Tella se miraron a los ojos con severidad.
─Paddy esta muerto, mamá, y eso solo es la consecuencia de sus propias acciones y estúpidas decisiones.
─Tenemos una familia que proteger mamá, debemos guardar nuestro luto con dignidad.
La vieja rumio.
─¿Cuál dignidad? ¿Qué dignidad le queda a una familia que permite que paseen a sus muertos como porquería y luego se los tiren en el porche? Mañana puede ser tu hija…
─¡MAMÁ!
─¿Y si mi hijo no les pareció suficiente? ¿Qué mensaje estamos dando sino hacemos nada?
─Que somos sensatos.
─Débiles, unos monigotes. Nos tendrán ahí a su servicio.
─Jamás volveremos a tratar con esas personas.
─Termina con esas tonterías Nino, eres muy ambicioso, y Luca tan comedido, solo tendrán que amenazar a sus esposas, quizás meterse conmigo, a lo mejor ni eso, solo tendrá que ofrecerles dinero y volverán como perros falderos.
─No tienes idea de lo que estabas hablando madre.
─Si que lo sé. Quieres una paz que jamás ha existido Nino, yo quiero reventarles la cabeza a esos hijos de la gran puta, y no me importa si ustedes están de acuerdo o no. ─aseguró sin levantar la voz.
Mientras tanto afuera del despacho se llevaba acabo una gran reunión familiar motivada por la muerte de Paddy, desde el día que apareció su cuerpo al pie de las escaleras de la entrada su familia había llevado acabo una cantidad de reuniones, parte de sus viejos rituales que consistían en charlar, fumar, comer, y tomar café o alcohol.
Kristen no hacia más que suspirar aburrida viendo su celular en un sillón de la sala mientras que los vejestorios parloteaban.
─Principessa, potresti mettere giu quel teléfono per un momento? ─pidió su padre colocándole la mano en el hombro.
Sus ojos azules impulsados por la fuerzas de hastió fueron hacia arriba.
─Odio venire in questa casa.
La mejor forma de despistar a la muerte es mantener la mente ocupada. Una mente ocupada no extraña a nadie. No padece; progresa.
Como correr al fondo de una piscina con el agua resistiéndose a tus esfuerzos por vencerla; una alegoría a la vida misma. Los soldados luchan por ganar fortaleza, llevan pesas que les obstaculizan llegar a la meta, y no debe existir mente más diligente que la intenta ignorar la falta de aire. No hay mejor sensación que dar esa vuelta con la libertad que el agua le da al cuerpo, soltar el peso y por fin tener el premio de respirar. "Ganaste, quizás sobrevivas esta guerra" era lo que pensaba Victor cada vez que cumplía con el riguroso entrenamiento militar.
Decidió enlistarse por muchas razones, pero la primera fue la autosuperación. En su vida existía un antes y un después, en el después tuvo que construir su fortaleza.
La vida militar es dura, pero al menos es una elección. Imaginen la vida de una madre soltera, un anciano abandonado, un chico en pobreza, un discapacitado. La experiencia le hizo entender a Victor que el campo de batalla no quedaba en el desierto sino que se desplegaba ante él todos los días al abrir los ojos, y que la disciplina que obtuvo en ese lugar le serviría para toda su vida. Fue cuando entendió que los límites estaban solo en su mente.
El deporte siempre lo había hecho sentir en sincronía con su cuerpo, sensación de la que se vio privado por largo tiempo y no quería volver a repetir. Estaba seguro que la molestia en su pierna pasaría como veces anteriores. Que sintiera algo de dolor no significaba nada comparado con salvar una vida. Una vida que lo tenía hecho añicos, pero una vida a fin de cuentas.
«No eres ningún caballero de brillante armadura, cariño, esa pose guárdala para Sarah».
Necesitaba sacarla de su cabeza, su voz hacia eco en ella como una letanía que lo terminaría por enloquecer, el no poder quitarle los ojos de encima ya le había valido que Krall lo tacleara empezando el entrenamiento.
─¡¿Qué fue eso Gran Vic?! ¡Concéntrate!
Detestaba que el entrenador lo reprendiera, más aun cuando Krall era la causa.
─¿Distraído Stone?
Por toda respuesta a su burlona insinuación Victor lo envistió tan fuerte que no se enteró en que momento termino en el suelo, el rubio le lanzo una mirada matadora mientras apretaba la mandíbula de rabia.
Victor le sostuvo la mirada de forma arrogante, pero un repentino tirón en su cadera derecha lo hizo flaquear en su pose de superioridad.
─¿A dónde vas chico? Apenas estamos empezando.
─Solo necesito un poco de agua.
Trotó hasta su maleta y rápidamente rebusco entre sus cosas hasta sacar el termo y muy disimuladamente un frasco con pastillas. Lo pensó un segundo asegurándose que nadie estuviera husmeando, pero luego de unos segundos decidió volverlas a guardar, sería solo agua en aquella ocasión.
Karen quería sacar de su cabeza la idea de que era otra más que caía en esa trampa (Por Dios, solo estaba bebiendo agua). Kory hablaba de mil cosas a la vez que a ella honestamente no le importaban, estaba muy ocupada haciéndole zoom al flow violento que se cargaba el moreno al caminar.
─¡Es suficiente! ─reclamó Rachel a Kory apartando de su rostro la brocha cargada de color carmín con la que su amiga arremetía.
─Aun estás muy pálida.
─Perdona, pero es de nacimiento.
─Relájate Zanahorias, la vas a dejar como Pennywais ─bromeó Karen devolviéndole la atención a sus amigas.
En contestación Kory volvió a analizar a la morena, encontrando un rizo fuera de lugar que con delicadeza devolvió a los moñitos de Karen.
─Perfecto ─apuntó con una gran sonrisa.
Rachel y Karen intercambiaron miradas aburridas.
Era tal el tedio que sentía la morena que lo trasmutaba a todo. Andaba en piloto automático, 50% hot y 50% deprimida, lo que significaba que quería tener algo encima y no le importaba si era una persona o un camión, cualquier cosa que la distrajera de sus constantes pensamientos intrusivos le servía.
«—Te propongo un trato: Me dices quien fue el bastardo que te dejo el ojo así para darle una monumental paliza, y jamás le comentas nada a Sarah sobre lo que sucedió.
—¡NADIE ME GOLPEO!»
Apretó el puño con fuerza enterrándose las uñas en la carne.
«―Karen ¿Cómo te hiciste eso en la espalda?
─¿De qué hablas?
―Habló del coñazo monumental que tienes en la espalda ¿Fui lo suficientemente claro?»
Ella sabía que a Victor le importaría tres kilos de mierda su vida sino anduviera tras su culo, así eran todos, sin embargo; una pequeña parte de ella quería dejar un margen de duda. Quizás si se hubiera bajado del auto cuando se lo pidió como le había dicho Kory no lo tendría dando vueltas en su cabeza volviéndola loca. No obstante, prefería pensar en su dilema con Stone en lugar de recordar su cara bañada con la sangre de Paddy.
Sus ojos pasaron de Victor a Sarah, quien cruzaba el campo al encuentro con Heraldo. Ni siquiera les había dicho a sus amigas sobre la nueva encomienda del jefe. Pero claro, no era un tema que podría evitar por siempre. También estaba la pelirroja y sus repentinas ideas anarquistas; que compartía por completo si tenía que ser muy sincera consigo misma, y la manera de que aquella locura fuera posible era parte del rompecabezas desbaratado al que iba cuando ya no le veía sentido a nada. Bostezó por enésima vez en aquellos escasos minutos, su cansancio más que físico era mental.
─Hola ─saludó Sarah a Aldo rodeándolo en un cariñoso abrazo. ─¿Cómo estás? ¿Cómo ves a las novatas?
─Todo bien Srta. Johnson ─respondió jugando con un tono de voz solemne ─Algunas se ven un poco ansiosas, pero por lo demás no hay nada fuera de lo común. Las puse a calentar.
─Y… ¿Ella aun no ha llegado? ─inquirió componiendo un gesto picaron.
─¿De quien hablas? ─inquirió el moreno distraído en buscar la música en su celular.
Sarah le abofeteo el hombro para que espabilara, él la siguió ignorando, la chica repitió la acción un par de veces más hasta que consiguió hacerlo reír.
─Anda por ahí con sus amigas, ya la vi.
─¿Cómo va todo? ─interrogó disimulando sus ansias por saber.
─Puedes dejar de preguntarme eso, solo estamos hablando.
─¿Cuándo la volverás a invitar a salir? Lo del otro día fue terrible, seguro fueron esas ostras…
─Sarah, por favor.
─Por eso las evito ¿Sabes?
─Sarah.
Ella lo miró como si no supiera que él prefería que no tocara el tema, ya que él era un hombre adulto capaz de manejar su vida amorosa muy bien.
─Sé lo que intentas, y lo aprecio, pero tengo trabajo, no tengo tiempo para rodar la comedia romántica que quieres.
─No exageres solo quiero que tengan una cita de verdad, que hablen.
─Hablamos mucho.
─¡En persona!
─Eso esta sobrevalorado hoy en día ─bromeó componiendo una pequeña sonrisa incomoda.
─¡Tú detestas hablar por mensajes!
─Por el momento nos esta funcionando.
Sarah dejó salir un bufido de frustración ante aquel ultimátum de la conversación.
─No te soporto ─soltó sin poner ninguna connotación que indicara una molestia genuina en sus palabras. ─Iré con las chicas.
─Me parece la decisión más razonable ─concordó mientras continuaba con su actuación de indiferencia para que la chica lo dejara en santa paz escoger su pista.
Las novatas calentaban reunidas un poco aparte de las integrantes originales del equipo, entre ellas se encontraban Karen, Rachel y Kory, entretenidas con el tema de costumbre entre chicas.
─Hace casi 7 años que estoy soltera, y no es que sea algo que me moleste ─hablaba una muchacha de pelo castaño en un tono cansino mientras se abría de piernas ─Lo que ya no me está gustando es la soledad del pozo, nadie ha bajado en bastante tiempo, se va secar.
Su honesta declaración fue recibida con risas.
─¿Temes volver a ser virgen? ─Se burló una chica junto a ella quien parecía ser su amiga.
─Lo veo posible, creo que una sacudida cada tanto no me vendría mal. El problema es que cada vez tolero menos a los hombres ─manifestó poniendo los ojos en blanco ─Pero qué más da, ya estoy en plan: Si te interesa tener sexo conmigo solo no seas tan idiota, juro que jamás tuve la vara tan baja.
─Cariño la vara ya es imperceptible al ojo humano, nadie ha visto la vara en el ultimo tiempo ¿Sabes? Así que no sufras por eso ─intervino Karen sin pena alguna.
Ganándose con eso más carcajadas por parte del grupo.
─Ellos siempre encuentran la manera de sorprendernos… pero para mal ─agregó otra chica rubia mientras se limpiaba la tiza de las manos.
─Qué tanto hablas Anna si cuando estas enamorada eres de lo peor ─Llegó Sarah burlándose sin reparos.
─Pero no me dejes en la calle, Capitana ─Se quejó entre risas saludándola de beso en la mejilla. ─Estamos hablando de dos personas distintas, la Anna enamorada y yo no nos conocemos.
Luego de otra carcajada Sarah volteo hacia las tres amigas que estiraban juntas y las saludo con un gesto de la mano y una sonrisa.
─Anna tú eres como… ¿Cómo era el meme este de nunca has tenido una relación toxica si no te ha hecho llorar en tu cumpleaños o en navidad? ─añadió otra integrante del grupo.
─Exacto, toma un poco de crédito, los elijes siempre así ─continuó Sarah haciendo un poco de abogada del diablo ─Siempre te he dicho que antes de llegar más lejos con un h0mbre debes pararte, meditarlo…
─Preguntarte ¿Por qué elijo siempre al psicópata que parece que me va a enterrar? ─volvió a intervenir la del comentario del meme, volviendo a destornillar de risa a sus amigas.
─No soy tu payasa, Padgett ─protestó Anna.
─Deberías tomarnos algo luego, tendríamos mucho de que hablar ─opinó Karen ganándose un pequeño golpe de Rachel en el hombro.
Anna le sonrió.
─Creo que lo Sarah quiere decir es que estamos tan acostumbradas al drama y la persecución, que nos cuesta mucho salirnos de eso, es lo que conocemos e inconscientemente nos sentimos inc0modas cuando las cosas van muy bien con alguien. ─intervino a Kory hablando un poco más en serio.
El grupo enmudeció y la miro, esto hizo que sus mejillas se colorearan.
─¿Insinúas que estamos locas? ─preguntó una chica de rasgos asiáticos un poco a la defensiva.
─No, no, no… ─balbuceo la pelirroja.
─Te entiendo, a mí ahora me pasa ─Fue salvada por Padgett ─Con mi novio estamos genial, pero sin aviso me dan unos ataques de pánico que te cagas, en plan de: ¿Qué esta pasando? ¿Por qué no te enfadas? ¿No me quieres? O sea, yo le he llegado a decir: Gracias por no enfadarte.
El grupo volvió a reír con Anna diciéndole a Padgett que estaba enferma y que se hiciera revisar.
─¿A esto es a lo que ahora llaman calentar? ─preguntó Aldo haciendo comillas con sus dedos.
─Empezamos por el musculo más fuerte del cuerpo humano ─contestó Sarah siguiéndole el juego. ─Chicas para las que no lo conocen el es Heraldo, Capitán de las bases.
Heraldo saludo a todas amablemente antes de dirigir su atención a Karen.
─Hola señorita ─saludo con su dulzura característica acuclillándose junto a sus pies ─Recuerda elongar bien, odiaría que te lesionaras. Hola chicas.
Kory y Rachel respondieron con un asentimiento gentil.
─Me conmueve tu preocupación ─Se burló Karen, no podía simplemente dejarlo ser galán por un segundo. ─Deberías ayudarme, siento las pantorrillas un poco agallonadas ─sugirió con coquetería. La sonrisa del moreno no se hizo esperar.
−¿Practicaron las técnicas que les dije? –averiguo en voz baja de forma picara.
−Puedes estar tranquilo, Triunfos Robados jamás nos permitiría no hacerlo –respondió Rachel con las manos entrelazadas sobre su pecho dedicándole a Kory una satírica expresión de agradecimiento.
En una profunda muestra de cariño sincero la pelirroja le saco la lengua y ella le mostro el dedo medio volviendo a su faz habitual.
−Niñas, niñas ¿dónde están sus modales? –intervino Karen imitando el tono medieval usado por Rachel.
Heraldo negó bajando la cabeza.
−Yo lo intento, de verdad Aldo, pero es difícil que todos tengan tanta clase como yo –hablo sobreactuando como una esnob bastante irritante.
−Lo entiendo perfectamente, Madame. Ahora ¿Me permite asistirla? –Pidió sujetando el tobillo de la chica.
Esta solamente asintió sonriendo al verlo darle suaves vueltas a su tobillo.
Kory y Rachel se recogieron el cabello tras la oreja sintiendo que sobraban en aquella escena.
−Y… ¿Cuándo pensabas contarme que te dieron una plaza en el Proyecto Tecnológico USS? ─inquirió tranquilamente extendiendo su masaje a la pantorrilla de Karen.
Ella sintió cosquillas ante su toque y recogió su pie como acto reflejo.
─Lo siento, dijiste que estabas agallonada ─Se justifico con rapidez, entretenido con la expresión desprevenida de Karen.
−Que rápido corren los rumores ─dijo ella para desviar la atención de la situación.
−¡Es una increíble noticia, Karen! ─resaltó Heraldo mostrando una genuina alegría y orgullo ─Es de los programas más exclusivos a nivel nacional, y que tu trabajo sea admitió te abre muchísimas puertas.
−Lo sé, lo sé, todavía trato de procesarlo –dijo Karen contagiada por la emoción de Aldo –Es como que ¡BUM! Voy a trabajar con los grandes ─exclamó acomodándose en piernas de chino.
−¿Cuando empiezas?
−La siguiente semana me asignaran al taller del Proyecto, tendré mi propio cubículo, material ilimitado, Dios, en mi antigua universidad no podía hacer nada, pero ahora… −Se quedó callada al no encontrar palabras para expresar su abanico de posibilidades.
−Esta tan emocionada que le da la garrotera cada vez que le tocan el tema –agregó Kory.
−¿La qué? –preguntó Aldo por lo cómico que sonaba eso.
−Pues la… la garrotera –repitió la pelirroja como si fuera algo que todos deberían conocer. Rachel la atajo con un gesto para que simplemente lo dejara así. ─Luego te cuento ─respondió Kory para mantenerlo simple.
−Me debes esa –señalo a la chica riéndose. –Y tú me debes una salida ─Le recordó a la morena.
─¿Te debo? ─cuestionó esta haciéndose la desentendida.
─¿Qué te parece si para celebrar salimos a cenar esta noche? ─Propuso seguro de sí mismo y con una radiante curva en sus labios.
─¿Cena? ¿Hoy? ─repasó Karen a pesar de que había entendido perfectamente. Volteó a ver a sus amigas, las cuales la acompañaban en esa extraña expresión en su rostro de sorpresa, preocupación, algo de diversión.
─¿Y bien? ¿Qué dices?
─Debo pensarlo ─Fue la suspicaz respuesta de la muchacha.
Continuaron con su conversación sin que Heraldo insistiera más en el tema. Y es que, con las mujeres en general nunca se sabía. Como Tara, por ejemplo; igualando el outfit de varias esa tarde con lentes oscuros y gorras se debatía entre si seguir con la práctica o marcharse, sus piernas y brazos estaban cruzados igual que sus humores.
─Hasta que al fin llegas ─reclamó al ver a Kristen acercarse a ella.
─Las reinas nunca llegan tarde Tari, los demás siempre se adelantan. ─fue la respuesta de Kristen, volvió a ver a las nuevas y su sonrisa cambio a una expresión de desagradó ─Las detesto, todas son mediocres.
Tara levantó una ceja escéptica ante ese comentario.
─Bueno amiga, nosotras no vamos a estar aquí eternamente. Yo por lo menos no veo la hora de largarme.
─Por el camino que vas…
─No vayas a empezar Kitten, tengo una horrible resaca, no estoy para bromas ─resopló.
─La resaca no me sorprende, pero la hora me inquieta un poco ¿quieres que hablemos de algo? ─investigo mientras contemplaba su reflejo en el espejito de su polvo compacto, asegurándose de que todo estuviera en su sitio.
─No.
─ ¿Ya comiste? Te pones de malhumor cuando no comes ─insinuó devolviendo el compacto a su bolso y buscando una barra de cereal integral para darle a su amiga.
─¡Ya te dije que tengo resaca! no tiene nada que ver con la comida, Kristen.
─¿Problemas con Gar? ─decidió obviar la galleta pero continuar con el interrogatorio.
─Dios ¿tú qué comiste? ¿filet de Ellen? ─soltó fastidiada ─¿Dick te ha estado llevando al trabajo?
─Jamás acompañaría a Dick a esa pocilga, ni siquiera entiendo para qué va él ─respondió rascándose detrás de la oreja como un pequeño desahogo porque la pregunta obviamente era una puya ─Seguramente a Sarah sí le contarías lo que te pasa, pero como soy yo siempre debo enterarme de última.
─Discutí con mi madre ¿bien? ─revelo antes de que Kristen continuara con su melodrama.
─Por el espectacular de tu novio ¿Ves como tenía razón?
─No.
La rubia puso los ojos en blanco ante la negación en la que vivía sumida su amiga.
─Entonces haremos lo siguiente: Te acompañaré a tu casa después de la práctica, merendaremos juntas y conversaré con ella, sabes que Tíndara me adora, veras que logro calmar los ánimos ─Le aseguró mostrándole una sonrisa confiada. ─Desde que volvimos no hemos hecho nada juntas.
En su interior Tara pensaba que esa era una terrible idea, pero no tenía manera de decírselo a Kristen sin parecer una perra, y cualquier excusa que inventara seria en vano porque la conocía perfectamente y no se la quitaría de encima tan fácil.
─ ¿Tara?
─Perfecto, gracias. ─dijo para no alargar más la conversación.
Su vista se detuvo en Rachel, quien platicaba con Kory sentadas en el césped junto a Karen y Heraldo, no podía dejar de pensar en que ya le había contado a todo el mundo de su incidente en el baño, su parte más racional insistía en que ella no parecía de ese tipo de persona, que era una escena que tranquilamente pudo presenciar cualquiera y le iba a dar igual, sin embargo esa parte racional era eclipsada por un monstruo ansioso que le gritaba que ya todos lo sabían y murmuraban sobre ella a sus espaldas, era como estar de nuevo en preparatoria.
─Seamos sinceras, sabes igual que yo que no va aguantar.
─¿De qué hablas? Es buena ─respondió sabiendo que Kristen la había descubierto viendo a su querida amiga Rachel.
─Se aprendió una coreografía, gran cosa, cualquiera puede hacer eso, yo hablo de que no tiene lo necesario, la actitud, el carisma. Por ejemplo, esta Karen, le encanta el escandalo y es muy resbalosa, tiene muchas posibilidades de lograrlo, ya esta en boca de todos, y la otra, la perrita aduladora ─comentó usando un gemido desganado que buscaba imitar la voz de Kory, rodando los ojos a más no poder ─Me recuerda a Kole, son igual de insoportables te quieren caer tan bien que se cuelan como la humedad.
─Que fuerte, a mí me llegan a comparar con la sosa de Kole y me mato. Dale una oportunidad a Kory, es buena gente.
─Amala todo lo que quieras, pero te vas a acordar de mí, es una fichita.
Tara se levantó de su asiento para colgarse del cuello de Kristen.
─Vamos con Sarah, "fichita'', en el camino me sigues contando de tus análisis de personalidad ─bromeo invitando a Kristen a ir con los demás.
─Cuando las cosas son verdad, mira quien viene llegando ─indicó Kristen guiando con los ojos a Tara a ver una caballera rosada que atravesaba el campo apurada.
Las rubias compartieron miradas de maliciosa complicidad.
−Lamento la tardanza, el examen se demoró más de lo que esperaba –Se disculpó Kole al llegar al entrenamiento respirando hondo para recuperar el aire perdido.
−Tranquila, aun no hacemos nada –Le dijo Tony con una sonrisa relajada –Solo hablamos y nos hacemos las lindas para los chicos –bromeo pestañeando de forma risueña.
−En eso caso voy a cambiarme y ya regreso –aviso arrojando la maleta sobre su hombro.
─Ok.
Luego de haberse puesto su uniforme, al salir de los vestidores se encontró con Tara esperándola afuera.
−¿Y bien? –interpelo la rubia sin molestarse siquiera en saludarla.
−Todo excelente, como siempre –respondió con antipatía y sarcasmo.
Tara avanzo unos pasos hasta quedar frente a ella manteniendo una pose intimidante.
−No espero menos de ti Weather, no me sales nada barata –fanfarroneo Tara jugando con uno de los mechones rosa de la pequeña.
Ella se retiró del alcance de las manos de Tara y le devolvió una mirada inexpresiva.
−Te agradecería que no te retrasaras con eso esta vez, tengo planes, no trabajo por gusto –demandó imitando el descaro de su interlocutora.
Tara bufó mostrando aburrimiento por cada palabra que salía de su boca.
−Por favor corazón que no se te vea lo hambrienta.
Kole apretó los puños tratando de contener su indignación.
−De eso me encargo más tarde, por ahora apurémonos a practicar –y con eso dio por terminaba la conversación, dándose media vuelta y empezando a caminar hacia donde estaban las demás.
Kole esperó unos minutos a que su respiración se normalizara luego de tal disgusto. En eso le echo un vistazo al entrenamiento de futbol, Victor celebraba junto a los demás que había anotado, una leve sonrisa se asomó en el rostro de Kole, y fue con si este hubiera sentido sus ojos sobre él, giro la cabeza encontrarse con su pequeña humanidad a lo lejos haciéndola sentir avergonzada de que la descubriera mirándolo, y empezó a hacer gestos extraños hasta por fin decidirse a agitar la mano para simplemente saludar, pero su patético saludo fue ignorado por Stone quien en un parpadeo ya estaba viendo en otra dirección, y probablemente ni siquiera la había visto en un principio.
Se encogió de hombros sintiéndose entre aliviada y ridícula, y desfilo por donde antes lo había hecho Tara. Paso por al lado del par de rubias quienes tenían atrapada a Sarah en un abrazo, para reunirse nuevamente con Tony.
─¿Sera que si me voy te enojas? ─insinuó Tara dedicándole a Sarah aquel berrinche.
─Pero… Es la primera practica de la temporada ─Se quejó como una niña desilusionada.
─No temas cariño, hoy hago parecer descuidadas a las coreanas con la cantidad exorbitante de protector solar que me aplique, si yo voy a estar bajo este sol créeme que ella también lo hará ─dictaminó Kristen sin dejar espacio a que Tara continuara quejándose.
«No sé en qué momento perdí el control sobre mi vida» pensó Tara a la par que mostraba una sonrisa conforme y radiante.
─Además… alguien tiene que poner orden en este circo ─expuso Kristen echando un vistazo al equipo.
─Pensé que podíamos comenzar con…
─Bootylicious ─determinó la rubia sin dejar que Sarah terminara de hablar. Como siempre.
─¿Esa? ─protestó Tara ─Ay Kitten, madura.
─Habla con la mano ─colocó su mano frente al rostro de Tara por toda respuesta.
Sarah se cubrió la boca sutilmente para disimular la risa.
─¡Anda! puede que esta sea la ultima vez que hagamos Bootylicious ─habló llena de nostalgia.
─Y le haríamos un favor a la humanidad ─manifestó levantando las manos hacia el Señor. Esa rutina era una oda al ego de Kristen, la creó cuando audicionaron para el equipo, pero en su opinión no había envejecido bien.
─Ya la Capitana hablo, no hay que cuestionarla ─determinó Kristen sin dejar derecho a replicas. ─Antonia.
El llamado desató un tic en el ojo de Tony.
─Dime… Cristiana ─contestó con una sonría para helar la sangre provocando que su prima arrugara los labios disgustada.
─Haremos Bootylicious, avísales a las demás.
La chica le respondió con una expresión odiosa antes de ir hacer lo encomendado.
─Mi hermana esta embaraza y me acoquina el teléfono a diario de mensajes sobre sus quejas, a veces la quiero bloquear… ─charlaba Kory con Padgett animadamente recostadas en la grama.
De repente se sintió un cambio en el ambiente, todas se quedaron en silencio para poder escuchar la coordinada marcha que se acercaba a ellas.
─Kory ¿Puedes manejar esto?
La pelirroja se puso alerta al escuchar su nombre con aquel tono desafiante, observó como algunas chicas del equipo se habían agrupado frente a las nuevas y como Kristen veía en su dirección exhibiendo una sonrisa presumida.
─¿Ok? ─alcanzó a decir Rachel viendo a Karen con una ceja levantada.
Karen respondió a su mirada con un clásico "Y la perra seguía, y seguía".
─Rachel ¿Puedes manejar esto? ─Tara le siguió el juego a su amiga, apuntando su reto hacia la pelinegra.
La gótica agregó mentalmente "Y seguía" compartiendo una mirada hastiada con la morena.
─Beecher ¿Puedes manejar esto? ─soltó por ultimo Sarah a la cabeza de las lideresas de la escuadra, mirando con diversión a la aludida. ─¡No pienso que puedan manejar esto! ─exclamó haciendo que todas la siguieran en fluido movimiento de vaivén.
─Oh oh cariño, la pregunta aquí es si tú podrás manejarlo ─habló Karen sacando a relucir su competitividad.
Muévanse, hemos llegado
Luciendo sexys y fabulosas
Las chicas malas hacen su entrada
Todas siguieron la porra encabezadas por el par de rubias y la morena, quienes bailaban con todo el estilo frente a las novatas.
─Un segundo, no escuche bien ¿Las chicas malas? ¿Dónde? No las veo ─Se burló Karen afinando el oído, poniéndose adelante del grupo de su grupo.
¡DJ, PON NUESTRA CANCIÓN!
Heraldo apretó la pantalla de su celular para que la pista empezara, tomando por sorpresa a las novatas las cuales dejaron su conversación por completo y prestaron atención a Karen.
─Te crees muy tierna ¿O muy audaz? ¡Ven aquí! Aprende a bailar ─recitó Kristen moviendose en dirección a Kory, pasos que el resto repetía. ─¿Qué dices novata? ¿Captaste o lo dejas pasar? ─dijo lo suficientemente fuerte para que todos escucharan.
Kory le dio una mirada de refilón a la morena y esta solo rodó los ojos acompañándola en el sentimiento de cringe por ese intento de flow de la leche light, lo bueno es que ese día tenía mucha ira para drenar.
Para impresión y fastidio de la rubia, Kory no le supuso ningún trabajo imitar sus movimientos y ponerle algo de su cosecha antes de pasarle la batuta nuevamente.
─Tienes que hacerlo mucho mejor ─salió Tara a por Rachel, la cual sí la veía con un tanto de preocupación porque Tara era rápida, parecía hecha de plastilina ─En este terreno mando yo, pon ese trasero a trabajar, que llegue hasta el suelo, si me quieres ganar.
Tara bajo hasta rozar el césped con su falta, se sostuvo con una mano haciendo que su pelvis subiera y bajara de forma convulsiva, y de un salto volvía a estar en pie. Rachel hizo el intentó por copiar a la flaca, sin embargo, fracaso rotundamente, su mente no estaba para nada en el juego. Tara con presunción se volteo hacia Kristen chocando los cinco con esta.
«¿Qué fue eso?» Le indicó con un gesto Karen a su amiga, ella solo se encogió de hombros con fastidio.
─Lee mis labios cuidadosamente si te gusta lo que ves, muévete y pruébame que lo puedes hacer ¡Vamos a despegar!
Sarah se movía muy bien, Karen la detallo con presión, al instante de terminar Karen interpreto sus movimientos sin equivocación, Sarah le sonrió satisfecha y dispuesta a ver hasta donde llegaría Karen continuo con la coreografía.
No creo que estes lista para esta delicia, no creo que estes listo para esta delicia, porque mi cuerpo es muy delicioso para ti.
─¡Hey chicos comenzó el espectáculo! ─advirtió uno de los jugadores de Americano a sus compañeros.
El resto de los jugadores pararon en seco lo que estaban haciendo para dirigir su atención a las cheerleaders ignorando el ruido del silbato del entrenador. Solo por esa vez, a Vic le hubiera gustado pasar de ver aquello.
─Kristen ¿Puedes manejar esto?
─Tara ¿Puedes manejar esto?
─Sarah ¿Puedes manejar esto?
─¡No pienso que puedan manejar esto! ─exclamó Karen extasiada con la situación.
─Estoy apunto de romperte, mi ciudad natal se ve fuerte ─dijo la pelirroja flexionando su bíceps ─Ve mis caderas, mi pelo arder, no te van a dejar responder.
Protagonizo un choque de puños con Karen que culminó en una explosión de dedos volando.
─Luciendo sexy, oliendo bien, presumiendo como si fuera del barrio ─Le mando Karen un beso a sus tutoras sobre su hombro siendo replicada por la pelirroja ─No nos puedes resistir.
No creo que estes listo para esta mermelada, no creo que estes listo para esto porque mi cuerpo es muy delicioso para ti.
Mueve tu cuerpo de arriba abajo, haz que tu trasero toque el suelo, es inevitable pero me pregunto por qué… Mi vibra es muy deliciosa para ti.
Sacudo mi mermelada en cada chance, cuando muevo mis caderas entras en trance, espero que aguantes todo lo que tengo, ahora pongámonos en la alfombra y bailemos JAZZ…
Poco a poco las novatas dejaron de intentar seguir el paso, simplemente no podían, y se dedicaron a observar en que acabaría la batalla en la que solo cinco de ellas quedaban en pie, y había algo que llamaba particularmente la atención y lo hacia más interesante aun, y era la forma increíble en la que Karen imitaba a Sarah como si fuera su espejo, hasta los dedos mágicos de jazz eran perfectos. Detalle que no paso desapercibido por Victor.
Había algo muy excitante en verlas una contra la otra, respirándose frente a frente, la forma en la que Karen recorría a Sarah casi como si la estuviera seduciendo, jugando con la imagen inocente de su chica, lo hacia tragar grueso. El compas de las faldas tableadas, el arcar de la espalda, todo propicio para el desastre.
De golpe y porrazo el song transicionó envolviéndolo en una atmosfera intrigante, a su alrededor todos se congelaron y en medio del campo de futbol, como una visión, un espejismo en medio del desierto, Karen venía hacia él con tan solo una camisa de hombre blanca abotonada, su cabello suelto, labios rojos y pies descalzos.
─Dime ¿Cómo hacemos? Si tú me desea' y yo a ti también. Hace rato te quiero comer. Di qué vas a hacer. ─interrogó la morena parada a unos metros de él señalándolo con los dedos, como la endemoniada fantasía que era.
De repente Heraldo apareció junto a ella con una expresión perdida.
─Así que ponme un dembow, que ese no respeta. Tengo pa ti la combi completa, que no duro mucho soltera ─dijo acariciando la cara de Heraldo con la cabeza posada en hombro ─¡Aprovéchame!
Corrió hacia él con decisión para coger impulso y dio una voltereta para caer en sus brazos, a lo cual Victor respondió tomándola por los muslos para que ella enroscara las piernas a su espalda.
Y no te voy a envolver
Sé que lo hacemo' y tú vas a volver (volver)
Un perreíto en la pared
─Yo soy un caso que hay que resolver ─Le susurró al oído provocando que a Victor se le erizara el bello de la nuca. Él bien que lo sabía.
Pero no te voy a envolver
Karen se bajó con la misma velocidad que se había subido, poniéndose de espaldas para deslizarse por el cuerpo del moreno lentamente, para a continuación dejar el trasero pegado a su pelvis y que este la tomara por las caderas en movimiento.
Sé que lo hacеmo' y tú vas a volver (volver)
Un perreíto pa bеllaquear
Pegaíto a la pared (pegaíto a la pared)
─Botelleo y fumeteo. Contigo en un capsuleo, porque siempre que te veo tú me quiere' perrear y yo quiero partirte ─Volteó violentamente para encararlo y tomarle el rostro entre sus uñas.
Victor sonrió extasiado.
─Cógelo a chiste y en cinco minuto' ya vas a venirte ─musitó sobre sus labios haciendo que el moreno casi pudiera saborear su aliento ─Me tiene' como pa derretirte. Solo Dios sabe lo que me hiciste.
Y no te voy a envolver
Sé que lo hacemo' y tú vas a volver (volver)
Un perreíto en la pared
Yo soy un caso que hay que resolver
─Sexo y alcohol. Lo que pase, aquí se va a quedar ─Victor de una patada terminó semisentado en la grama con Karen subiéndose a horcajadas ─Yo sé que no me vas a olvidar si te hago el amor ─Su voz hizo eco en la cabeza de Victor mientras la imagen de la chica desabotonando su camisa se iba difuminando en la luz de sol.
La canción empezó a sonar más fuerte a su alrededor, cayendo en cuenta que todos la coreaban, los chicos en primer lugar "¡Y NO TE VOY A ENVOLVER! SÉ QUE LO HACEMO' Y TÚ VAS A VOLVER"
Animando a su novia y ese maldito desastre a hacer el maldito paso de Anitta entre tanto todos gritaban "Eh, eh, eh".
─Di qué vas a hacer ─Karen saltaba abrazanda a Kory celebrando junto con las demás que se unían al abrazo mientras espiaba de soslayo y adivinaba la incertidumbre de Stone.
El barullo de los jugadores de futbol por las porristas devolvió a Victor a la realidad cruda realidad, y también lo hizo correr en busca de un lugar donde pudiera tener paz, en su retirada tropezó con el hombro de Krall sin dar cuenta y obviamente sin pedir ninguna disculpa.
«Maldito imbécil» rumió soltando aire con fuerza por su nariz aguileña.
Sarah debía retirarse temprano para cumplir con unos compromisos de trabajo. Se despidió de las chicas que continuaban con el entrenamiento y fue a las duchas a cambiarse. Karen la vio marcharse y supuso que terminarían pronto con la practica, ella estaba concentrada en una asignación que le había dado Heraldo, el entrenamiento había valido la pena; siempre se sentía mejor después de ponerse en movimiento. Kory no paraba de compartir miraditas y saludos con Leo, y Rachel sentía que iba a morir de calor en cualquier momento, intentó sin éxito quedarte el cabello de la cara, pero a ella no le salían cebollitas sino cabecita de ajo, y sus mejillas y frente estaban como un tomate reluciente.
Sarah confiando en que tenía la suficiente privacidad se tomó su tiempo para desvestirse, cubrirse con la bata de baño mientras acomodaba su ropa sudaba en una bolsa. Viéndose al espejo se ataba el cabello lo suficientemente alto para no mojárselo en la ducha, pero al instante su corazón se detuvo.
Una mano grande acarició su cintura hasta llegar a su vientre exclusivamente cubierto por la bata, desde ese punto él la llevó hacia atrás con fuerza pegándola a su cuerpo.
─Suéltame ─Le ordenó Sarah, estaba asustada, pero su voz no lo demostraba ─Suéltame o grito.
─Sé que no lo harías, la Sarah Jonson que conozco preferiría morir antes de verse en vuelta en habladurías ─habló muy convencido de sus palabras.
─No me conoces en lo absoluto Christoffer ─repitió con firmeza, pero este solo la apretó aun más contra sí. Maldijo el día que deposito su confianza en ese hombre.
─Quiero que me escuches, y si esta es la única forma en la que podamos hablar a solas, la tomare.
─Entre tú y yo no hay nada que hablar Christoffer Hills, entiéndelo ─Lo intentó hacer entrar en razón con la distancia que marcaba en su entonación ─¿Por qué insistes en ponerte en ridículo?
Se cortó en seco cuando su cuerpo fue girado bruscamente quedando cara a cara con Krall.
─¡No me vengas con esa basura! Tú me querías Sarah ¡Aun me quieres!
─¡No! ¡No! ─negó desesperada.
Krall golpeó el casillero junto a ellos a lo que Sarah sobre los ojos apretándolos con fuerza.
─Yo tengo un compromiso ─dijo como si esas palabras mágicamente fueran a formar un escudo protector.
─Pero dudaste…
─Te aprovechaste de mí, de las cosas que te conté, él que se hizo una película fuiste tú ─Le reclamó forcejeando para liberarse ─¿Qué te hizo pensar que yo podía tener algo contigo? Y menos después de enterarme de todas tus porquerías.
─Tu noviecito no es mejor que yo, y lo sabes ─replicó de forma venenosa ─¡El gran Stone! No es más que un fraude, una buena publicidad para esta universidad de mierda, en lo que lo tiren al campo lo van a destrozar y lo saben, pero solo les importa el dinero que esta metiendo en sus bolsillos…
─Victor es brillante, algo de lo que tú distas mucho lamentablemente.
─¡ES UN MALDITO MINUSVALIDO! Si tú no quieres no tienes porque estar amarrada a ese imbécil, él no te quiere, no te conoce como yo.
Sarah se removió con más fuerza, lo empezó a golpear en el pecho y cachetearlo para hacerlo callar, pero todo era inútil.
─¡NO!
Su puño volvió a impactar con el casillero, abollándolo esta vez. Sarah respiraba con agitación componiendo una faz de inmenso terror.
─Krall basta ─Le suplicó ─dejémoslo así, vete ahora, no pienso decir nada sobre esto, solo quiero que te vayas.
─Siempre estuve ahí cuando Stone no, a él no le importas.
Christoffer la aprisionó más entre su cuerpo sudoroso y las taquillas, la punta de su nariz llego a rozar la mejilla de Sarah produciéndole escalofríos, él inhalo profundamente el delicioso aroma de su piel; y de su miedo. Se sentía bien tenerla así, solo para él, hacerla saber cuanto la deseaba.
Depositó un beso en su mandíbula empezando a buscar unir sus labios, ella rehuía de sus besos y caricias, y eso lo excitaba más.
─¡Déjame! ¡SUELTAME!
Krall se vio obligado a cubrirle la boca, pero esta le mordió el interior de su gran mano.
─Tantas ínfulas, y muerdes igual que todas las perras ─concluyo tomando por completo la cara de Sarah con su mano y apretándola como si quiera hacerla añicos.
Lo peor de todo eso era que Sarah se sentía culpable. Como si de alguna forma mereciera eso que le estaba pasando.
─Me estas haciendo daño ─Le dijo en un gimoteo casi inaudible.
─Suéltala maldito.
Krall sintió un cuerpo adherirse al suyo a la vez que su manzana de Adán era amenazada con un objeto punzante.
─¿No escuchaste? ¡TE ESTA DICIENDO QUE LA SUELTES RATA! ─bramó Karen en su oreja, afincando un poco más su puñal.
─Karen no vayas a cometer una locura ─hablo Sarah aterrada usando el hilo de voz que le quedaba.
─Él único loco aquí es este maldito ─dictaminó Beecher hablando cerca del oído de aquel desgraciado, poco hombre. ─Creí que un Narciso tendría más dignidad ─Se burló con sorna.
─Desquiciada ─gruñó entre dientes Krall separándose lentamente de Sarah, siendo dirigido en retroceso por Karen, quien no apartaba la navaja ni un milímetro.
─Cierra tu sucia boca o te la hago tragar.
El corpulento platinado la encaro una vez separado de Sarah, la cual permanecía parada detrás de Karen atónita, superada por la situación, mientras que su defensora no tenía intenciones de bajar el arma ni la cabeza ante Krall.
─Te crees muy valiente apuntándome con eso, que estúpido de tu parte.
─Podría decir lo mismo de ti intentando conseguir sexo.
─Karen ─jadeo Sarah intentando hacer que Karen contuviera su boca y no lo hiciera enojar más.
─¡ESTO NO ES ASUNTO TUYO! Sarah dile.
─¡Solo vete Krall! ─Fue la respuesta exasperada de Sarah volviendo a recuperar la voz.
Karen no comprendía en lo que se había metido, pero fuera como fuese sabía que algo en esa situación estaba terriblemente mal, y ella prefirió actuar primero y preguntar después.
─¡¿Qué parte no terminas de entender?! ¡LARGATE! ─Lo gritó Karen al sujeto que se había quedado mirándolas con odio como si fuera una estatua.
─Esto no se va a quedar así Sarah.
─Te doy tres y llevo dos para que salgas por la maldita puerta antes de que te corte, enfermo ─Le amenazó Karen afincando más la navaja en su carne. ─¡LA IBAS A VIOLAR!
─Las cosas… no son… así… ─gruñó apretando muchos los dientes por la rabia.
─Uno…
Habiendo dicho eso Karen en cuestión de un parpadeo hizo un corte en el pecho del Krall, este rápidamente se cubrió la herida con la mano al sentir el escozor, sus ojos se abrieron como platos ante el asombro, destapo la cortada y se miro la palma con sangre.
─ERES UNA MALDITA ZORRA LOCA.
─VAS A NECESITAR MANDARME ALGO MÁS FUERTE QUE TUS LLORIQUEOS.
─Yo sé quien eres, Karen Beecher ─escupió su nombre volviéndose a cubrir la herida ─Eres una sucia puta, que se mete con cualquiera en un baño publico, esta actuación de superpoderosa te saldrá cara ─sentenció mirando a Karen como su fuera basura repugnante.
─FUERA DE MI VISTA.
Krall salió como alma que lleva el diablo de aquellos vestuarios, las chicas se quedaron inmóviles hasta que escuchar el portazo a lo lejos, entonces Karen cayo en cuenta en lo que acababa de hacer.
Gruñó ─¡Maldita sea! ─gritó pateando la banqueta frustrada. Eso no era parte del plan pensaba agarrándose la cabeza.
─Karen…
De repente recordó que Sarah estaba ahí con ella.
─Yo… no quería hacerle nada, él me obligo ─empezó a justificarse.
─Lo sé, lo sé ─dijo abrazándola ─Lo lamento ─agregó acariciándole el cabello.
─No linda, no digas eso, no fue tu culpa ─La consoló Karen abrazándola también, incluso con más fuerza, temerosa de que fuera a desvanecerse de un momento a otro. ─Gracias a Dios llegue a tiempo.
«Siempre llegas a tiempo» Fue lo que se vino a la cabeza de Sarah.
─Te prometo que no va a pasarte nada ─dijo Sarah.
Victor veía el interior de maleta deportiva, cargaba una farmacia ahí dentro, no sabía que le había pasado ese día por la cabeza al traerse todo eso, pensaba mientras manoseaba su rostro de forma ansiosa.
─¡Hey, Gran Vic! Nos abandonaste, viejo.
Al escuchar la entrado de algunos chicos al vestuario cerro de ipso facto la cremallera de la maleta. Se dio la mano con el joven negro que lo saludaba.
─Es que me llamó mi papá, debo ir a casa, ya sabes asuntos familiares ─respondió sin basilar mostrando una actitud despreocupada.
─Vaya lata ─dijo el chico soltándole la mano para continuar su camino.
─Espero que todo este bien, Vic.
─Sí hermano, te necesitamos atento.
Fueron los comentarios que compartieron el resto de los chicos los cuales venían desde un lugar de camaradería, pero a Vic solo le daban una buena razón para largarse pronto de ahí. Se dio cuenta que Krall entró al vestuario caminado rápido y cubriéndose el pecho con la mano, le pareció una actitud extraña, pero antes de pensar en algo más recibió un mensaje en su celular.
"¿Puedes venir a los vestidores del Ala B?"
Leyó con una ceja levantada por la intriga.
Karen vigiló que Krall hubiera desaparecido del lugar, ni siquiera noto que a los poco minutos de su salida Stone accedió a los vestidores.
─¿Sarah? ─Llamo al entrar cautelosamente en aquel lugar, cerrando el pestillo de la puerta a sus espaldas.
─Hola ─recibió a su novio con la mayor de las sonrisas plantándole un beso que él no se esperaba para nada.
─¿Estás bien? ─inquirió preocupado, sin prestarle atención a la bienvenida.
─Todo está bien ─respondió abrazándolo por la cadera, imaginado que ya estaban solos ─Y pensé: Él está muy sudado, necesita una ducha ─reveló mientras que sus dedos jugaban con el cuello de la camiseta del número 07.
Le dio otro beso, este captó su atención.
─Oye no, no… Sabes que no debería estar aquí ─Le recordó usando un tono juguetón ─Nos meteremos en problemas ─Trataba de sonar convincente, pero Sarah no paraba de besarlo y acariciarlo.
─Nadie vendrá.
Victor levantó una ceja y le dedicó una mirada lasciva acompañada de su sonrisa preferida.
─¿Quién te está mal influenciando, linda? Apuesto a que es Markot.
─Puedo ser muy divertida cuando me lo propongo.
Se besaron, ambos sonrieron sobre los labios del otro.
─Lo sé.
Victor tomó a Sarah en brazos y la llevó al interior de los vestidores, donde se encontraban las duchas. Ya conocía el camino.
Karen tuvo que dar media vuelta y volver porque de tantas palabras que se dijeron, nunca hablo con Sarah de lo que de verdad interesaba.
«Quizás deba hacerlo en otro momento» sopeso antes de volver a entrar a los vestuarios.
Sin embargo cuando estuvo frente a la puerta se dio cuenta que estaba trabada nuevamente, sus alarmas volvieron a activarse y sin perder tiempo forzó la cerradura con su navaja como había hecho antes y se adentró a toda prisa a buscar a Sarah preocupada de lo que la ira de ese hombre podría ocasionar, aunque pensaba que sería más inteligente; más sensato al menos. Corrió entre los pasillos de casilleros buscando a la chica sin éxito, se apresuró a ver en las duchas, pero lo que encontró no se lo imagino jamás.
El vapor inundaba el espacio encubriendo aquella escena. Karen dio un paso atrás, su primer instinto fue irse por donde había llegado, su boca se humedeció al instante. Retrocedió otro paso, pero un segundo instinto, más indiscreto que el anterior, fue el de quedarse a ver el espectáculo, mordió su labio inferior recorriendo los cuerpos de arriba abajo, y espero un minuto antes de entrar en razón e irse por donde vinó.
. . .
─Hola Leo ─Se acercó Kory a saludarlo al ver que había dejado el campo de juego para tomar agua.
─Kory ─fue lo único que atino a decirle cuando retiro el termo de su boca.
«Okey, tú llevas lo de reservado a otro nivel ¿No?» cavilo confundida rascando su cabeza.
─Juegas muy bien ─comentó amablemente para hacer conversación.
─La practica ya terminó ─indicó sin saber a donde mirar, con expresión de estarle dando vueltas a algo en su cabeza ─¿Te gustaría ir por un café? ─dijo al fin ─Conozco un buen lugar y… así podría revisar tu… tus apuntes de Penal.
«Al chile no sé qué dije, pero ¡tenemos una cita! ¡Sí!» celebró Kory internamente.
─Claro que sí, déjame cambiarme y vamos ─respondió mostrando una amplia sonrisa.
─Voy a lo mismo, te espero en el estacionamiento ─repaso antes de retirarse.
Esto decanto en Kory poniendo a todo volumen una lista de canciones compuesta mayoritariamente por pop de los 2000 en los vestidores mientras trataba de versé lo más interestelar posible, algunas la veían con expresiones que decían "¿A esta que le pasa? Que se ponga unos audífonos", pero a ella en su mundo Coca cola le importaba un comino y prefería quedarse con las chicas que escuchó coreando los temazos de NSYNC. De salida gritó "Mi cuerpo dice quiero" siendo despedidas por sus nuevas amigas respondiéndole como la misma Christina Aguilera "PERO MI ALMA TIENE MIEDO".
─¿Nos vemos más tarde en casa? ─preguntó deteniéndose un momento en el casillero de Rachel.
─A menos que prefieras pasear en alfombra mágica ─bromeó quitándose la toalla de la cabeza.
─Ojala ─fantaseó la pelirroja con las manos en el pecho ─¿Y Karen?
─No la he visto, quizás tenía otra clase después de esto.
─Dale ─Se despidió de ella con un beso en la mejilla ─Las veo luego.
Iba caminó al aparcadero tarareando aun Como un genio liberado, hasta que su celular empezó a sonar y al ver que era Wally se detuvo para responder la llamada.
─Kory, mi estrella, te necesitamos ─gritó del otro lado del teléfono.
─¿Qué paso Wally? ¿No puede esperar hasta mañana? Estoy ocu…
Pero el interlocutor la cortó en seco con su explicación.
─¿QUE HIZO QUÉ? ─chilló conmocionada ─¿SE ENCUENTRA BIEN? Voy para allá.
Después de trancar arrojo un gruñido de impotencia al aire.
. . .
─Gracias por traerme ─Le dijo a Leo sacándose el cinturón de seguridad.
─No hay de que.
─De verdad lamentó cancelar nuestra… merienda, pero es una emergencia.
─Podemos estudiar otro día, Kory, descuida, sé lo importante y lo complicado que puede ser sacar estos proyectos adelante ─convino Leo muy comprensivo.
─Eres un amor ─Lo halago con sinceridad envilecida por su empatía ─Tú, yo, desayuno mañana en la feria de comida ─agendo de una vez en un tono casi amenazador.
─Jajaja… Como quieras Kory, te voy mañana ─Se despidió de ella con un choque rápido de mejillas.
Ella asintió aun apenada antes de bajarse rápidamente del auto. Caminó, no, voló por los pasillos de la comisaria hasta encontrar a Wally en la oficina caminando de un lado al otro, parecía que su intención era abrirle una zanja al piso, mientras se desordenaba el cabello con desesperación.
─Wally.
─¡Kory! Por fin llegas ─La recibió con expresión de alivio.
─¿Cómo esta Richard? ─preguntó sin perder tiempo.
─En términos de la pelea… Rancid quedo peor ─contestó con total seriedad tomando por los hombros a su compañera.
Kory compuso un gesto fastidiado.
─Oye Kory, comprendo que la perdimos pero…
─¿Dónde esta Richard? ─insistió empezando a perder la paciencia.
Wally la llevo hasta la habitación de descanso de la jefatura, compuesta por varias literas en fila, casilleros, baño, todo envuelto en un gris aburrido.
─¡ES UN SUPER MOTIVO PARA SACARLO DEL CASO! ¡MOTIVO DE SUSPENSION! ¿Qué pensabas al agredir a un detenido? ─encaró la pelirroja al aprendiz de agente.
Dick estaba sentado en una banca, con la mejilla inflamada, el labio roto, y la mano derecha cubierta por una bolsa de hielo, obviamente molesto, y mudo ante los aspavientos de la chica.
─Kory, bonita, me linda princesa fuera de este mundo…
─Te golpeare si continuas con eso West ─Le advirtió apuntándole con el dedo acusador, usando un tono severo, como el que usaría una madre.
─Rancid dijo algunas cosas muy ofensivas y un tanto incriminatorias.
─No existe nada como "un tanto incriminatorio", algo es incriminatorio o no Wally. ─zanjó pinzándose el puente de la nariz.
─Pero estas cosas pasan todo el tiempo, casualmente apagan las cámaras, no hay testigos, desaparecen todos; es decir, no estamos hablando del hijo del Vicepresidente ─continuo Wally con su perorata intento encontrar una justificación a los acontecimientos.
─Eso es… muy clasista de tu parte, aunque cierto ─Le concedió mirando hacia otro lado de forma pensativa ─Miren chicos, ustedes no son los más populares del barrio, entienden eso ¿Verdad? Y gracias a ti y tú rabieta tienen la excusa perfecta para archivar el caso y reprenderlos ─expuso para los muchachos con toda la calma que la caracterizaba ─Estuve autoconvenciéndome todo este tiempo de que eras alguien más prudente Richard, pero veo que tienes un problema grave con el manejo de tus impulsos.
─Ese tipo es una basura ─habló Dick por primera vez desde que Kory llego.
─¿No me digas? ¿El consumidor de crack una basura? ¡Jamás lo habría imaginado! y eso que trato de no dejarme llevar por las primeras impresiones. Por Dios deje de ir a una cita por esto ─Se lamentó agarrando la taza de café que Wally le extendía.
─¿Con quién? ─saltó Dick de desubicado.
Kory no respondió se limitó a mirando cansada de él mientras pensaba «Este pendejo preguntando pendejadas».
─Estas un poco acida ¿no? ─mencionó devolviendole una mirada amargada.
La pelirroja quiso mostrarle lo acida que podía ser a ese cavernícola, pero Wally la detuvo llevándosela del brazo para hablar con ella lejos de Dick.
─No había terminado.
─Oye puedes torturarlo después, juro que lo amarrare en una silla para ti y vigilare la puerta mientras lo haces, pero por ahora concentrémonos: Dick se peleo con Rancid, están estropeados, pero nadie morirá, esto es una investigación importante y él es una pista clave, Kory, he trabajado mucho en esto y Dick también, además si cierran el caso tendrán que buscar otro tema para su proyecto y para eso tendrás que esperar el siguiente semestre, y eso es una lata.
Muy sinceramente a Kory le daba igual cambiar de tema y empezar otro proyecto el siguiente periodo, la burocracia universitaria eran gajes del oficio, lo que realmente le angustiaba era que la alejaran del caso. A pesar de lo que dijeran sus amigas ella albergaba una esperanza. La oportunidad de una revancha. Y le gustase o no, necesitaba a los chicos.
─En sí la Unidad no tiene ningún poder para correr a Richard ─comenzó a decirle a Wally viendo pensativa a un punto muerto, tras una pausa agregó ─Él no trabaja acá, en cuyo caso lo pertinente sería que se eleve una nota a la universidad y que el docente encargado del proyecto sea quien decida la cuestión ─Ese era el mejor argumento que se le ocurría.
─Excelente, eso suena convincente, y obviamente iras tú a hablar con el capitán porque nosotros no somos tan lindos.
Kory puso los ojos en blanco intentando sin éxito no reírse.
─Y otra cosa ─Hizo una pausa y miro a los lados asegurándose de que no lo pudieran escuchar ─Sí las cosas se ponen tensas, menciona al tío de Dick, el Sr. Grayson.
─¿Y eso? ─indago extrañada.
─Dick es demasiado orgulloso como para jugar la carta de los privilegios, pero yo no ─resaltó con algo de descaro ─Y estoy 99% seguro de que nadie quisiera tener problemas con su tío, ni con nadie de su bufete.
─Esas cosas me resultan de mal gusto Wally ─opinó la pelirroja cruzándose de brazos.
─Y mi compañero estaría completamente de acuerdo contigo en eso, pero yo no ─repitió con histrionismo ─Me interesa más resolver este caso, poder ayudar de verdad a alguien, y demostrar que no soy ningún incompetente, que el que Dick quiera hacer una lucha heroica por ganarse su lugar en el mundo sin ayuda de nadie ─manifestó haciendo como si se estuviera dando unos latigazos en mofa a la ideología de su amigo.
Ella tenía que aceptar que aunque no lo compartiera del todo Wally tenía un punto a su favor.
─Obviamente Dick no se puede enterar de nada, y si tienes que usarlo, luego muere callada.
Kory ingreso a la oficina del Capitán Buchanan con eso en mente, y cierto nerviosismo, pero enfocada en ganar la batalla.
─Le partió la cara y fracturo las costillas de un detenido, no puedo permitir ese tipo de comportamiento por parte de mis agentes Srta. Anders. ─dictamino el Teniente vociferando con una exageración que caía en lo cómica ─¿Maní? ─Le ofreció a la pelirroja en un brusco cambio de actitud.
─Sí, gracias Señor ─dijo tomando un puñito de maníes ─Y bueno, en eso tiene toda la razón Capitán, sí se paso de la raya, sin embargo creo que expulsarlo y archivar el caso sería más contraproducente que beneficioso para la Unidad, es decir ¿Qué clase de imagen publica quieren dar? ¿Acaso la policía de San Francisco no apoya a sus jóvenes en formación? ¿No quieren hacer justicia por las victimas? ─expuso la pelirroja con maestría.
─Por supuesto que no ─respondió alarmado el hombre de barriga prominente.
─Tristemente estas situaciones pasaban todo el tiempo, y no echan a nadie del trabajo, apagan convenientemente la cámara, no hay testigos ─enlisto recordando las palabras de Wally ─No obstante Dick no es un empleado, es un pasante…
─¡Me va a sacar canas verdes ese chico! ─exclamó reclinándose en su enorme sillón marrón ─Y el otro, West. Theo compra buenas rosquillas ─sopeso en voz alta mirando sus dedos como si Kory no estuviera ahí ─Estamos hasta el cuello de expedientes inconclusos, y ellos reabrieron otro y con eso solo han causado que me suba la presión, tienen que aprender que no puede trabajar cada caso así o nunca terminará nada, pasará la vida jugando al gato y al ratón.
─La justicia aplazada también es justicia, Señor, solo hay que ser pacientes.
─¡La gente necesita que la policía sea rápida, hija!
─Ok, es cierto, la eficiencia ante todo, pero que se les este haciendo fastidioso no es un motivo valido para desestimar su trabajo, en realidad es discriminatorio.
─Nunca dije que me fastidiara, Richard tiene un buen instinto, es talentoso el muchacho, pero no puede ser que vaya por ahí haciendo lo que le de la gana, tomando la justicia por mano propia, ese no es el punto.
─Ese Rancid se lo merecía jefe ─agregó un guardia que para la suerte de ellos no parecía estar muy a favor de los derechos humanos.
Kory agradecía por la existencia de los policías promedio sin muchos escrúpulos.
─Su opinión es muy valiosa Capitán, nos hace ver que hay fallas en las cuales podemos mejorar ─hablo haciéndole la barba al hombre, la mejor defensa a veces era una ofensiva engañosa ─Usted mismo lo ha dicho, Richard es bueno ¿Por qué no darle otra oportunidad?
─Es que no solo soy yo, la orden viene de arriba ─Se escudo.
─¿Entonces su opinión no vale? ─Lo puyo viendo hacia otro lado componiendo un semblante decepcionado, con la ternura de una cándida damisela en apuros.
─¡Por supuesto que sí! ─contestó autoritario al ver los ojos vidriosos de Kory.
─Pero por lo que me dice debemos dirigirnos a otra instancia, y ya sería decirle que la universidad es quien debe hacerse cargo, legalmente corresponde a eso porque Richard esta acá tercerizado, haciendo trabajos de observación, además es su trabajo de grado, ustedes no tienen jurisdicción para decidir su Richard permanece aquí o no, eso corresponde a nuestros profesores
Al Capitan lo confundió que una persona que estaba al borde del llanto hace un segundo le soltara tal cantidad de palabras rebuscadas.
─Esta en esta institución haciendo un trabajo de investigación, y nos podemos reservar el derecho de admisión y permanencia del Sr. Grayson, Srta. Anders ─dijo el Señor con un tono más sereno, como el de un papá explicándole a su pequeña que el perro murió.
Kory se mantenía inexpresiva, aunque el jefe había dado una buena estocada.
─Según la Ley de Pasantías y Prácticas profesionales, y los estatutos de nuestra universidad, apartado 112, inciso 50, en caso de haber un conflicto en el ámbito de la práctica profesional final, para el trabajo de tesina, debe de resolverse con las autoridades del campus.
─¡Agr! Me duele la cabeza, Sonia tráeme mi pastilla de la tensión y un hot dog ─ordenó por el intercomunicador en su escritorio. Estaba exhausto del caso de los muchachos, nadie hablado de otra cosa en toda la tarde.
─Jefe sé que estamos en un país garantista, y entiendo por completo su enojo, usted intenta mantener todo en orden y vienen los cachorritos a alborotarlo todo después de su duro trabajo.
─Así es hija. ─suspiró frotándose la sien.
─Pero ¿No podemos llegar a algún acuerdo? Algo que nos convenga a todos, por favor ─hablo de forma conciliadora y dulce.
Él jefe respiro profundo, le ofrecía el perfil a la vista de Kory y la miraba por el rabillo del ojo, moviendo su pie ansioso bajo la mesa.
─¡WUJU! Sabía que nuestra chica lo lograría ─celebraba Wally dando puños al aire enérgicamente ─Esta noche yo invito las cervezas ─remató dándole una palmada en la espalda a Dick que le saco el aire.
─Mis costillas West ─Se quejó el pelinegro.
─¿Vas a querer eso para almorzar? ¿O cenar? No sé, solo sé que no hemos comido nada, iré a pedir una alitas picantes para mí ¿Tú qué quieres, Kory? Ya que arruinamos tu cita.
─Nada Wally, tranquilo, ya me voy a casa.
Le hizo un gesto a la chica que le daba entender que lo había "¿copiado'" y luego salió de ahí cantando «Move bitch, move get out the way»
─¿Cómo te sientes, Richard? ─preguntó Kory al escucharlo quejarse una vez que estuvieron solos.
Él intentaba ser disimulado, pero se notaba que la estaba pasando mal, y ella no tenía corazón para ver a la gente en minusvalía.
─He tenido mejores días ─contestó persistiendo en su amargura.
─Rancid también se sobrepasó, mírate, podemos usar esto en su contra, no eres él único que tiene que pasarla de la chingada.
─Que al menos mi error sirva de algo ─ultimó sin entender del todo a qué se refería Kory ─Debo agradecerte, supongo… por lo que hiciste hoy…
─Somos un equipo ¿no? Nos ayudamos entre todos ─manifestó mientras en su mente daba vueltas a lo que debía decirle a Dick.
─Sí.
─Richard ─Se quedo un segundo en silencio antes de volver a hablar ─Hay algo más ─vislumbro ligeramente inquieta por la reacción que fuera a tener Dick ─Que no quise decir frente a Wally, de todas formas es algo que no le incumbe…
─Por favor ─La interrumpió con gesto cansino ─Solo dilo, en este punto ya nada puede empeorar más.
─Tu permanencia en el caso fue dada a cambio de que tomarás terapia para el manejo… de los impulsos.
─¿Qué?
─Ese fue el trato ─aclaró guardando las manos en los bolsillos traseros de su jean.
En su mente Dick se retractaba de lo que acababa de decir, la humillación que sentía no había forma de medirla.
─Richard yo soy nueva aquí, no conozco bien tu situación, pero por lo que dijo el capitán no es la primera vez que protagonizas este tipo de eventos.
─Creo que él más que nadie debería saber lo difícil que es lidiar con escoria diariamente, pero claro, ya el colesterol no lo deja ni pensar ─escupió intentando contener su molestia. ─Si ya se burlan de nosotros, no quiero imaginar cuando se enteren de esto.
─Nadie tiene porque saberlo.
─Los chismes corren rápido aquí, Anders. No puedes dejar que vean tus puntos débiles porque todos los usarán en tu contra.
─Que no te importe lo que piensen los demás, esto es por tu bien.
─¿Quién lo dice? ¿Un viejo que ya no puede atarse los zapatos por la mañana? él no quiere ayudarme, Kory, me quiere castigar.
─Pues era eso o dejar que todo tu trabajo se fuera a la basura ─expuso enojada con la comportamiento de Dick ─¿O era eso lo que querías? Bienvenido al mundo real, Richard, donde tus acciones tienen consecuencias cuando estás abajo en la escalera de privilegios ─dijo recordando lo que le había dicho Wally antes de entrar a la oficina del Capitán, porque quizás Richard no quería estar haciendo alarde ellos, pero por su forma de actuar estaba muy consciente de que los tenía.
─¿No crees que es injusto que desquiten su incompetencia conmigo?
─¿Entonces las leyes están mal? ─replico Kory.
─Theo, Wally y yo nos esforzamos por hacer las cosas bien, pero es duro cuando todos están en tu contra.
─Entonces no son las leyes ¿Crees que es algo personal contra ustedes?
─Así parece. ─resoplo resentido con el tono irónico que estaba usando Kory, quien se creía para juzgarlo.
─Sin embargo el único castigado eres tú, porque Wally y Theo bien gracias ¿no crees que eso debería decirte algo?
Dick se dio la vuelta y caminó hacia su casillero sin decir nada más, de todas formas ya todo estaba dicho. Kory miró al techo y suspiró extenuada, luego recordó que aquel era el mismo sujeto al que le parecía una excelente broma tomarla en la calle y besarla a la fuerza, de repente ya no le resultaba tan increíble que actuara así. Entonces lo escuchó quejarse de dolor nuevamente, y a regañadientes se asomó a las taquillas a ver qué le pasaba, estaba en una silla frente a su casillero abierto, con la camisa de botones a medio quitar a causa de una fuerte contractura que lo había privado por el dolor, respiraba con fuerza y apretaba los dientes, su instinto fue acercarse a ayudarlo, terminó de sacarle la mustia camisa tironeaba y con manchas de sangre, parecía ser su hombro, estaba bastante inflamado, Kory lo tocó y se sentía caliente, Dick quiso alejarse porque le dolía el simple contacto, sin mencionar que le incomodaba que lo vieran en esas condiciones, pero ella lo retuvo y sin previo aviso lo agarró con una mano del brazo y con la otra del hombro, realizando un movimiento seco redujo el hombro de Dick provocando un breve, pero sonoro crujido.
─¡PUTA MADRE! ─gritó sin ningún pudor, con la cara ruborizada, había sentido como si le hubieran intentado arrancar la mitad del cuerpo. Aunque, increíblemente, ahora se encontraba mucho mejor.
─Deberíamos conseguir algo de hielo para colocarte ─sugirió ignorando las maldiciones antes dichas por el joven.
─En la neverita hay una de esas cosas con gel azul ─Le indicó señalando hacia el pequeño refrigerador.
Kory fue y se hizo con ella para luego ponerla con cuidado sobre la lesión.
─Esto debe hacerte mucha gracia.
─No, no disfruto del mal ajeno ─respondió con aires de superioridad mostrando una sonrisa gentil. ─Pero considera que ahora sí estamos a mano ─dejó caer como ofrenda de paz.
─De verdad pensé que ya no hablaríamos de eso ─respondió con un ojo entrecerrado sabiendo perfectamente a que se refería Kory.
─Wally me dijo que Rancid quedó peor, uff no quiero imaginármelo ─comentó sin poder contener más la risa.
Una carcajada tan espontánea que contagió al magullado aprendiz.
─Creo que arruine su carrera en el modelaje ─bromeó.
─¿Qué te dijo para hacerte enfurecer tanto? ─preguntó llena de intriga.
En eso el celular de Dick empezó a sonar, se levantó como pudo y lo saco del bolsillo de su pantalón alejándose un poco de la chica para hablar, no obstante ella escuchó claramente cuando le decía a Kristen que estaba bien.
─Como supiste que… Ah claro, sí, sí, ya te dije que estoy bien ─contestaba con monotonía.
Ignorando la llamada Kory llevo sus ojos hasta la taquilla abierta. Estaba el vaso térmico negro que siempre usaba, en un gancho colgaba otra camisa de botones en color rojo, en ese punto ella asociaba poderosamente ese color con Richard, lo usaba el día que se conocieron y era una constante en él desde entonces, quizás era una señal de advertencia. También estaba el frasco de colonia responsable de ese aroma tan… rico. Sonrió para sí misma pensando en el rojo y el perfume, y lo extrañas que eran las descripciones de las fragancias masculinas, usaban palabras como "adrenalina", "maderoso", y el siempre confiable "peligro", como si encubrir el olor a bolas fuera una tarea enigmática. Echo otro vistazo, Dick se había ido al otro lado de la habitación, su conversación parecía haberse vuelto más acalorada, Kory decidió ver más a fondo, llamó su atención una cadena de cuentas en la cual colgaban un par de placas de acero que tomó para examinarla.
«U.
Richard J. Grayson.
RAMBO
O+
Medal of honor»
─Ne parleremo quando torno a casa, Kristen. Sento che la mia testa sta per esplodere dal dolore e non sono qui per sopportare le tue urla! ─cortó la llamada de forma tajante.
Regresó a terminar de vestirse para llegar a tiempo a la comida que había olvidado por completo con la familia de su novia, actividad que no le apetecía ni un poco, se echo encima la camisa que colgaba en su casillero y luego hizo lo mismo con la cadena.
─¿Quieres un ibuprofeno? Te ayudara con el dolor de cabeza… y con todos los dolores.
La pregunta lo sobresalto, había olvidado que la pelirroja continuaba ahí.
─No, no, gracias, estoy bien ─dijo por salir del paso, pero de repente una duda lo interpelo y volvió a verla de forma interrogante.
─También sé mandarín y un poco de alemán ─Le informó encogiéndose de hombros adivinando el pensamiento de Dick.
Dick la analizó con una ceja levantada.
─Ella solo se preocupa por ti ─agregó intentando apaciguarlo un poco.
─Sí.
Fue lo único que consiguió de él quien continúo con la laborar de abotonar su camisa.
─Bueno, creo que me iré…
─Lamento haber arruinado tu cita…
─Dick ─Lo interrumpió al instante ─Descuida, pero déjame darte un consejo: Si pararas de mandarte cagadas no tendrías que disculparte tanto. Capisci? ─Concluyó recogiendo sus dedos en un puñito provocando que Dick bajara la mirada negando con la cabeza entre la leve risa y el bochorno. ─Nos vemos mañana ─Se despidió compartiendo la risa del muchacho.
Caminó por los pasillos de la jefatura rumbo a la salida, sopesó la idea de llamar a Leo, aun podían hacer algo, pero parecía querer llover, quizás a eso se debía que calor que había hecho aquel día. No obstante ahora había otra cosa con la que debía lidiar. Sustrajo del bolsillo trasero de su jean un pendrive rojo metalizado que había visto en el casillero de Richard, percibió un nudo en su estomago.
Si el rojo era una señal de advertencia lo lamentaba, pero ella iba sin frenos.
Karen salió como una exhalación de los vestuarios, y transformada en una bestia hambrienta de labios hinchados y vientre ansioso fue tras su presa. Sabía que lo encontraría pavoneándose. A Atlas le encantaba ser admirado. Apretaba los brazos para mejorar el espectáculo a las chicas que iban saliendo del campo y se detenían a verlo sin ninguna sutileza. Una media sonrisa y mirada pícara se instalaron en el rostro de la morena.
Atlas dio un trago largo a su botella de agua, y luego empapó su cabello con la misma antes de tomar la toalla que colgaba en su hombro. Un siseó lo distrajo, guindo la toalla en su cuello sostenido las puntas con ambas manos mientras buscaba de dónde provenía el sonido. Se dio la vuelta y encontró un par de enormes olivas brillantes que lo veían entre las gradas.
─¿Qué haces ahí? –Preguntó de forma sugerente, adoptando una pose más erguida.
Karen lo invitó a acercarse enroscado su dedo índice, el rubio inflo el pecho, se aseguró de que nadie los estuviera viendo y se acercó a las gradas, apoyó un pie en el asiento y se asomó por el espació entre las tablas, sus pupilas se ensancharon de forma sobrenatural al ver a Karen emprender una pasarela seductora dejándole ver su trasero cubierto, si es que se ponía considerar así, por el hilo casi imperceptible de su tanga. Atlas tardó un minuto en creerse lo que estaba ocurriendo, pero al momento de comprenderlo buscó las maneras de ir al encuentro con su alocada amante.
Encontró la reja abierta que daba a un cobertizo de mantenimiento debajo de esos maravillosos asientos de estadio. Apenas lograba ver algo con la luz naranja que emitía el único bombillo en lo alto de aquel diminuto espacio abarrotado de cosas, herramientas de todo tipo, utensilios de aseo, un par de viejas botas de jardinería arrumadas en una esquina, y sobre el escritorio Karen de piernas abiertas con la tanga ahora colgando de sus dedos.
Atlas cerró la puerta tras él y se acercó con cautela a la chica, disfrutando a cada segundo de la vista relamiendo los labios, cuando estuvo lo suficientemente cerca para tocarla está lo detuvo colocándole la punta del pie en su frente volviendo hacer exhibición de su flexibilidad.
─Ah ah ah ─Le advirtió balanceando el dedo índice frente a su rostro ─Puedes ver, pero sin tocar.
Él sonrió de forma bobalicona, y se dejó caer en la silla con ruedas que había justo detrás, tomó el pie de Karen y lo beso con fervor en el dorso, pasando la lengua hasta su tobillo. Karen no mostró ninguna emoción ante sus caricias, recuperó su pie y lo pateó en el pecho obligándolo a alejarse un poco.
─Quiero ver ─Le ordenó con la vista clavada en su entrepierna dónde ya empezaba a crecer un abultamiento.
El rubio como siempre muy orgulloso de sí mismo deshizo el nudo de sus shorts y liberó lo que toda la sangre de su cuerpo había hecho crecer rápidamente.
Karen en una actuación magistral jugaba consigo misma para el atleta, emitiendo unos sutiles gemidos, cadentes y casi infantiles. Con sus dedos salía y entraba de sí misma humedeciéndose de a poco, Atlas hacía lo propio masturbándose mientras la veía embelesado, más todo acabo rápidamente cuando Karen retiro parte del top deportivo para masajear uno de su senos, arqueó la espalda dejando salir un suspiró placentero.
En ese momento escuchó como Atlas la acompañaba en aquel suspiro, sin embargo intuyo que para él no era buena señal, se había corrido.
─Eso fue rápido ─señaló con toda la intensión de ser cruel.
Él no dijo nada, trataba de recuperar el aliento tras esa descomunal descarga. No reparaba en la mirada despectiva de su acompañante, para no sentirse más avergonzado de lo que ya estaba.
─Es que…
«¿Que vendría ahora? El típico "Me gustas mucho" o algo más vulgar ''Estas muy rica"» pensó la morena.
─Me tomaste desprevenido ─soltó en medio de la risa nerviosa con los ojos cerrados aún disfrutando lo que quedaba de cosquilleo.
La morena puso los orbes en blanco.
─¿Y si mejor te callas? y haces algo mejor con la boca aparte de decir estupideces.
Atlas con los ojos bien abiertos la observaba en esa pose tenaz que se gastaba, se hinco para meter la cabeza entre los muslos de Karen procurando la diligencia suficiente para hacerla estremecer y compensar la embarazosa situación anterior.
Los chispazos en su vientre no se hicieron esperar luego de unos cuantos segundos. En su opinión aquel hombre sólo debía emplear su lengua para el sexo. Lo sostuvo con fuerza del cabello y lo precioso más contra ella, está vez sin fingir sus gritos, sin embargo Atlas antes de que terminara en su rostro se levantó y aprovechándose de su vulnerabilidad la tomó por las piernas, las guindo encima de su hombro como si se tratara de otra toalla y así juntas como estaban la penetró sin más. Se afincó a embestirla en aquella incómoda posición para ella en la que sentía que su coxis iba a colapsar.
De seguir así Atlas ocasionaría que se perforará el plexo solar con su mentón, Karen podía sentir las embestidas en su cervical, está crujía, no podía respirar, sin embargo la idea de acabar desnucada se le antoja excitante, aunque nunca tanto como la imagen de Victor haciéndole el amor a Sarah en las duchas, en su mente cada entrada del rubio realmente provenían de ese maldito.
No supo cuando tiempo fue, 15, 20, 30 segundos, nunca duraba suficiente tiempo aquella oleada de abandono de la conciencia y el cuerpo, ver borroso el mugroso foco del techo lleno de telarañas. Su columna había sobrevivido, sonrió como si acabará de volver de uno de los viajes más psicodélicos.
Atlas por otro lado había quedado tendido sin fuerzas en la silla, Karen en su viaje se arregló la ropa sigilosamente, y bajo del escritorio a recolectar la ropa de él. No le debía nada a ningún tipo que se atreviera a hablar porquerías de ella, así que trabo la puerta del depósito al salir y desecho la ropa del rubio en un canasto de basura. Se colocó los lentes de sol y salió desfilando por el campo.
─¿Nos vamos?
Alcanzó a escuchar a Heraldo acercarse.
─Sí, acompáñame por mis cosas y nos largamos, estoy exhausta ─dijo capturando su cuello en un abrazo que para él fue inesperado.
─Yo igual, pero tengo ensayo más tarde, así que te llevo, me pegó una ducha y regreso.
─¿Y si te escapas del ensayo por hoy?
─Entonces… ¿significa que aceptaste mi invitación? ─preguntó esperando fervientemente un sí.
─Tengo que trabajar ─Le respondió tras un suspiró, haciendo un poco más su pecho al de él.
─Vaya problema ─bufó.
De repente un ruido extraño se coló en su pequeña burbuja, un grito inentendible se escuchaba a lo lejos.
Karen quería quedarse a mirar, pero concluyó que lo más sensato sería huir.
─Escuchaste es…
Antes de que Heraldo pudiera deshacer su abrazo está lo beso, haciéndolo olvidar por completo el ruido.
─¡PAREN DE REIRSE IMBECILES!
─¿Qué mier… ─Heraldo estaba intentado de comprender lo que estaba ocurriendo.
Atlas, salió de la nada, hecho una fiera cubriéndose la cintura con lo que parecía ser un trapo viejo llego de mugre y manchas de grasa.
Los que presenciaban aquello no cabían en ellos entre las risas y la sorpresa viendo desfilar al atleta gritando groserías con las venas marcadas en el cuello.
─Y a ti ¿Qué rayos te paso? ─preguntó Adonis tratando de contener la risa.
─¡Fuera de mi camino! Dame algo que ponerme, esa maldita mujer.
Krall se unió a sus amigos quienes enfilaban detrás de Atlas a los vestuarios masculinos, se dio la vuelta un segundo para ver a Karen colgada del brazo del músico con la cabeza recargada en su hombro, ambos entretenidos con el desfile de Atlas, el rubio gruñó con fuerza llevando su mano a la herida en su pecho que ya estaba cubierta.
Y justamente coincidió con la salida de Victor al campo, luciendo "muy fresco", observó todo sin entender nada de lo que ocurría, ¿Por qué Atlas parecía un Tarzan de taller? Y al igual que Krall sus ojos se posaron en Karen, quien lucia estremecedora al lado de Aldo, con una sonrisa triunfante. Existían personas que al pasar por un gran dolor adquirían una belleza estremecedora, como si se les transparentara el alma, y la suya no era frágil como una flor, más bien como una bomba.
Nota de la Autora: Si llegaste hasta acá te doy 122 gracias por tu lectura: Eres lo máximo.
Tanto tiempo sin pasar por acá merece dejar agradecimientos especiales.
ZimmerG: Saludos, muy apenada por tal retraso, es que el tiempo pasa demasiado rápido y entre una cosa y otra cuando nos damos cuenta se fue el ano... Otra vez. Te agradezco mucho tu bello comentario después de todo te tomaste el tiempo de escribirme algo muy significativo, me hace feliz leer todas las opiniones de los lectores. Yo amo por completo todo lo relacionado con la serie de Los Jóvenes Titanes, amo a todos sus personajes, pienso que de todos se puede sacar algo muy bueno, son completamente aparte de mí y de lo que hace que ame escribir. Respondiendo a tu incógnita: Teo, el novio de Toni, es Trueno del episodio Fuerzas de la Naturaleza. Lamentablemente a Miserables Bellezas aún le falta mucha tela por cortar, los problemas apenas se están asomando. De nuevo, gracias por comentar, espero que haya gustado la nueva entrega.
NoelleHerrera0128: Mi bella, acá estoy, lista para que me golpes, quizás te cansaste de esperar, pero igual siempre te extiendo un agradecimiento por tu perseverancia y por no abandonarme. Espero esta entrega haya calmado tu ansiedad, mi intensión jamás ha sido torturarte jajaja... Sabía que ibas a amar el RxCB, yo moría por publicar esa parte del laboratorio, me divertí muchísimo escribiéndola. Ya el 8 de agosto culmino la carrera oficialmente.
MoonGoth: Como le dije a Noedrian, querida, el 8 de agosto por fin seré medico oficialmente. El Internado me ha consumido la vida. Y créeme que aún sin título ya todos los vecinos vienen a tocarme la puerta para que los ayude con sus problemas de salud. Obviamente el internado me dijo sin tiempo para escribir y publicar, es ultra difícil. Mi mejor amiga me regalo una cadenita con el 11:11, así que lo tengo más presente que nunca. Claro, claro, las recomendaciones musicales se disfrutan es después de leer el capítulo, así tienes contexto. En esta historia las ganas están a la orden del día, amiga, y sobre la lesión de Victor... Sigue leyendo jajajaja... Debo hacerte la aclaración (Aunque tu gimnasia mental estuvo genial, y acá sí tocaremos temas de desórdenes alimenticios) Que Kory no come algodón, y Dick tampoco la vio comiendo algodón, Dick solo estaba bromeando, para hacerle ver a Victor lo exagerado que estaba siendo con su obsesión con Karen y las chicas, y quieres saber de dónde saque eso? del episodio Hermanas, cuando Robin y Starfire están en la noria este le ofrece a ella algodón de azúcar y ella primero no quiere porque dice: La última vez que comí un algodón era blanco, y no sabía muy bien. De esa escena nació el chistecito que hace Dick, pero para que estés tranquila: No es nada lo que imaginaste. De vez en cuando le agregare modismos mexicanos a Kory, ella está muy orgullosa de esa parte de ella, hacerla de dos culturas fue mi forma de traducir a Starfire en esta historia, y te preguntaras: ¿Por qué no la hiciste venezolana?, sabes que esta historia comenzó a gestarse hace algunos años y por aquel entonces en mi mente estaba la absurda ideología gringa de que todos los inmigrantes son mexicanos, y así se quedó, ¡pero que vida México!
Gracias por tu lectura, reina, espero que hayas disfrutado el nuevo capítulo.
RavenYaz: 2023 y todavía sin revelación de sexo, genial. Sé lo corta de tiempo que andas, igual que yo, pero no me cansare de decirte lo mucho que me alegro que de sigas creyendo en mí y en mi historia. Cada vez que Juli y tú quieran a Dick lo tomare como una victoria personal, porque yo a Robin lo quiero muchísimo. Obviamente te iba a gustar la escena del laboratorio, obviamente te quieres casar con Rachel, todos estamos detrás del mismo objetivo JAJAJA... Y también sé que amas a Karen, amas su caos (Yo también) la adoro, es mi joya. Espero que te haya gustado este capítulo, ya sabes que hablar de cualquier cosa solo tienes que textear.
Coockie: No importa cuando leas esto: Te espero en WhatsApp. Recuerdo que el día que leíste el capítulo anterior lo hiciste mientras comías un dulcito en una linda cafetería y yo estaba estresada porque pronto presentaría la tesis.
Espero poder leerlos nuevamente en la siguiente entrega.
