-¡Aquí está bien, Kirara! – exclamó Towa, reconociendo las calles por las imágenes que vio en internet.
La gran pantera la obedeció, aterrizando cerca de una casa e inclinándose para dejarlos bajar de su lomo. Sin embargo, mientras Hisui se reacomodaba su gran boomerang negro en su espalda, escucharon de repente el grito de un hombre.
Corriendo por el callejón a su derecha, e internándose a un par de calles más, se toparon con una escena que hizo que sus corazones latieran desenfrenados por el miedo y la angustia. En una pared de ladrillos, se hallaba un cuerpo recién explotado, quedando, únicamente, sus piernas y pies.
Towa tragó saliva, al mismo tiempo que Kirara empezaba a gruñir y a señalar hacia arriba. Al voltear, los jóvenes imitaron a la pantera, encontrándose con una niña que flotaba varios metros por encima del suelo.
Tenía alas de murciélago y su vestido negro y sus brazos estaban cubiertos de sangre. Poniendo una sonrisa siniestra, pasó volando rápidamente entre ellos, provocándolos para que la siguieran.
PPPPP
Reborn and lost.
El conjuro de Tsubaki.
Sentado frente a la computadora de su escritorio y usando con más libertad sus lentes; teniendo que hacer a un lado su flequillo con un pasador, Sasuke investigaba en internet las palabras que Boruto dijo hace un rato.
"Mariposa invertida".
Luego de unos minutos, había encontrado que se trataba de una serie de cómics, cuya adaptación se estaba transmitiendo actualmente en la televisión. No obstante, la protagonista presentaba ciertas características que la hacían similar a Sarada.
Por ejemplo, la chica de las historietas también tenía el cabello negro, solo que era más largo. Además, con sus ojos rojos, era capaz de inmovilizar a los villanos.
Un detalle que lo hizo recordar el inesperado y, aterrador, encuentro de la noche anterior, al quedar paralizado solo con una mirada de parte de "Sarada".
Eso le resultaba extraño. Se supone que la niña estaba dormida con Hinata en su recámara. Y si hubiera dado indicios de bajar al primer piso, para seguirlo, la hubiera escuchado o visto por las escaleras.
Sin embargo, las cosas no pasaron así. Y en menos de unos segundos, consiguió saber mejor el por qué. Al voltear un momento hacia los asientos detrás del escritorio, vio de nuevo a la misma niña de anoche, parada junto a su archivero.
¿La gran diferencia? Tenía alas de murciélago que le salían de su espalda.
Impresionado, se levantó de golpe y juntó su espalda con la pared, enchuecando, por equivocación, un reconocimiento que le habían dado hace años.
-¿Quién eres? – se atrevió a preguntar, frunciendo el ceño y retirándose sus lentes de su rostro. - Eres igual a Sarada, pero no eres ella.
Permaneciendo en silencio, como en su encuentro anterior, activó la habilidad en sus ojos, encerrándolo en otra ilusión.
En medio de un campo abierto, y debajo de un gran cielo azul, con pocas nubes blancas, fue capaz de escuchar a lo lejos una canción.
Guiado por ella, pasó entre el conjunto de flores silvestres, dando con un gran árbol sobre una colina. Conforme la canción subía más de volumen, más rápido iba.
¿Dónde había escuchado aquella canción? ¿Por qué le parecía tan familiar?
Entonces, al llegar al árbol y rodearlo, su ojo derecho se abrió de par en par.
Tsubaki, encontrándose en sus veintitantos años, se hallaba arrodillada, tarareando aquella canción, al mismo tiempo que tenía a una niña, sonriendo, en su regazo.
Se parecía a Sarada. Igual que la niña que lo tenía encerrado en la ilusión.
¡Uchiha-sensei! ¡Uchiha-sensei!
-¡Por favor, reaccione! – le pidió Towa Taisho entre lágrimas, encontrándose arrodillada a su izquierda y zarandeándolo del hombro.
¿Cómo había terminado acostado boca abajo? ¿Y por qué una sirena se escuchaba a lo lejos? Entreabriendo los ojos y los labios, inhalando, las manchas de colores a su vista se convirtieron en dos identidades.
Una conocida y una desconocida. La conocida, era Kagura. La desconocida, un joven que portaba las mismas ropas que Sango, aquella noche en la que creyeron que todo había terminado.
Qué ilusos habían sido.
Tsubaki guardaba tanto rencor en su corazón, que incluso hizo un plan de respaldo, para cuando el principal fracasara. Un plan en el que, después de todo, tanto a él, como a Hinata, los seguía llevando a la locura. A ser miserables.
Frunciendo el ceño por ello, apretó con fuerza la mandíbula e intentó levantarse. Sin embargo, al sentir un horrible dolor punzante en su costado, resbaló. Por fortuna, Towa se dio cuenta a tiempo, auxiliándolo en todo momento.
-¿Qué sucedió? – preguntó en voz baja, volteando confundido de un lado a otro.
La fachada del edificio, que funcionaba como su consultorio y su departamento, se encontraba destruida por un gran agujero, lo que explicaba los escombros tirados a su alrededor.
Towa quería responder su pregunta. No obstante, un repentino dolor en su ojo izquierdo la detuvo, ayudándolo a arrodillarse de nuevo en el suelo, para luego ver angustiada como se desmayaba.
PPPPP
-¡¿Q-Qué?! – cuestionó Kushina, viendo atónita a Sakura, al igual que Nagato. - ¡¿Q-Q-Qué has dicho?!
Mientras Boruto miraba le televisión, los tres conversaban con tranquilidad en el interior de la cocina.
-¡C-Cuando entré al consultorio de Sasuke con Boruto, una niña muy parecida a él bajó del departamento junto a Hinata! – explicaba la pelirrosa en un ataque de histeria, caminando de un lado a otro. - ¡Como ella no puede quedar embarazada, de inmediato pensé que Sasuke le había sido infiel! ¡Pero viendo a Hinata, ella parecía estar demasiado tranquila, así que volví a pensar en que eso no sería posible!
-¿Entonces...? – la interrogó Nagato. - ¿...a qué conclusión llegaste?
-¡ADOPCIÓN! – bramó Sakura. - ¡Pero...! – quedándose quieta unos segundos, suspiró y se cruzó de brazos. - Luego pensé que no tenía sentido porque la niña se parece demasiado, MUCHO, a Sasuke.
-Así que... ¿Es obra del rey del inframundo? – preguntó la pelirroja, arqueando una ceja. - ¿Se habrá apiadado de ellos porque no podían formar una familia?
-¡Oh! ¡Esa es una buena posibilidad!
-¡Mamá, abuelita, tío Nagato! – en eso, Boruto gritó del otro lado de la puerta, empujándola para entrar con los adultos. - ¡El consultorio del tío Sasuke está en la tele, en serio!
Al escuchar aquello, los tres salieron de la cocina, siguiendo al menor y viendo con él las imágenes transmitidas por la pantalla.
-¡Acabamos de recibir un informe sobre un atentado llevado a cabo en un consultorio local del distrito de Suginami! – dijo la presentadora del noticiero, parada frente a una colapsada clínica Uchiha. - ¡En este momento, los heridos están siendo transportados al hospital Shikon...!
-Hay que ir para allá. – dijo Nagato.
-Nosotros volveremos a casa. – comentó Sakura seriamente. - Naruto tiene que saber lo que pasó.
Al escucharla, la pelirroja recordó la última declaración que le dio Jiraiya, antes de marcharse con Konohamaru.
FFFFF
-¡No lo olvides, Kushina! ¡Nunca me doy por vencido con mis objetivos! ¡Siempre, sin importar el método, consigo lo que quiero!
FFFFF
-Te llevaremos. – habló de pronto, llamando la atención de Sakura y de su hermano menor. – Si lo que pasó en el consultorio Uchiha fue un ataque efectuado por un ser sobrenatural, también estamos en peligro.
PPPPP
SSSSS
-¡Lady Kagura! ¡Por allá! – Koryu señaló a lo lejos, volando con la aludida sobre una de sus enormes plumas.
Entre las nubes, podían observar con claridad la figura de una niña con alas de murciélago. Al identificarla, la mujer de ojos carmín recordó la explicación que su majestad Naraku le dio sobre las marionetas humanas.
Eran seres creados artificialmente. Pueden lucir como humanos o cómo demonios. Sin embargo, al final, no dejaban de ser "cosas" que solo servían a su creador.
Frunció el ceño. Aun después de todo lo que había pasado; de conocer la traición y la verdad detrás de su pasado, Tsubaki seguía empeñada en atormentar sin piedad a Hinata y a Sasuke.
Llegando a la clínica Uchiha, deshizo la transformación de su pluma y se dejó guiar por Koryu, quien, por 17 años, había vigilado a la pareja, familiarizándose con todo lo que interactuaban en su día a día.
Las puertas de cristal, la recepción, el pasillo... al atravesarlo, entrando al consultorio como tal, vieron atónitos a una niña de corto cabello negro y piel pálida, usando un vestido negro que le llegaba por debajo de las rodillas.
Portaba el sharingan en sus ojos, lo que explicaba porque Sasuke se hallaba al otro lado del lugar, sin poder moverse.
-Maldito engendro. – musitó enojada, desplegando su abanico. - ¡LIBERALO AHORA! - moviendo su brazo derecho un par de veces, invocó del objeto varias cuchillas de luz.
Pero, para su gran sorpresa, la niña se protegió con un campo de fuerza, reteniendo las cuchillas unos segundos frente a ella... antes de cambiarlas de dirección.
Asustados, Kagura y Koryu corrieron hacia Sasuke, resguardándolo como pudieron de las cuchillas, las cuales, explotaron la fachada del consultorio, tirándolos a la calle y obligándolos a perder el conocimiento.
Después de eso, la niña desapareció.
SSSSS
-¡AH! – abriendo sus ojos e inclinándose hacia adelante, Kagura invocó su abanico para atacar. No obstante, al encontrarse con Sango Higurashi, se quedó helada.
-Cielos, qué susto... - dijo la antigua exterminadora, tomando aire y sacándolo despacio, mientras llevaba una mano a su pecho.
La subordinada de Naraku se relajó y bajó su arma.
-¿Dónde estoy? – preguntó, inexpresiva.
-Hisui, el chico que viste con nosotros en el pueblo de bambú...
-¿Tu hijo?
Sango asintió.
-Te trajo aquí con la ayuda de Kirara. – agregó con una sonrisa.
-Ah, sí. El mononoke del mundo astral.
-Cómo tenía prisa, solo te dejó con nosotros para que te atendiéramos y luego volvió a Tokio. – explicó, tomando asiento en una silla de madera, acomodada al lado derecho de la cama.
-Así que no sabe lo que le pasó a Sasuke. – pensó, mirándola fijamente.
-A propósito, lady Kagura... - al escuchar de nuevo su voz, despertó de sus pensamientos. - ¿Obtuviste información sobre los agujeros que vimos en la cabaña de Tsubaki?
Ella asintió.
FFFFF
-¿Un conjuro que funciona como si fueran dos? – interrogó Kagura.
Naraku afirmó con la cabeza, volteando su mirada de ella, hacia los agujeros hechos detrás de la cabaña, iluminados por los primeros rayos del sol de esa mañana.
-Tsubaki combinó el conjuro de las marionetas humanas, con el conjuro de la resurrección impura. Con el primero, creó cuerpos artificiales. Con el segundo, trajo de vuelta las almas.
-Dos pedazos. Dos almas. Dos mechones de cabellos. – comentó Kanna.
-¡P-Por eso les arrancó a Hinata-sama y a Sasuke-sama una parte de sus cabellos! – recordó Koryu. - ¡Cuando Tsubaki los secuestró y los trajo aquí hace 17 años, ella estaba preparando ese conjuro en su caldero! ¡Al terminar, la mezcla se convirtió en dos masas de carne que palpitaban!
-Pero, ¿A quién traería de vuelta? – preguntó la mujer de ojos carmín.
-Si en un principio, Tsubaki se obsesionó con "resucitar" a Madara... - respondió el rey. - ...lo más lógico, es que le haya dado una segunda oportunidad a su hija.
FFFFF
Fin del capítulo.
