Alguien apague el interruptor de esto que se esta descontrolando!
Sayaaaaaaaaaaaaaaa!
Bueno, las cosas pueden empeorar en cualquier momento, este capítulo termino saliéndosenos de las manos (nada raro, casual) y pues, tuvimos que dividirlo, así que disfrútenlo en lo que vemos como avanzan las cosas.
#tengomiedo
Comparado con la intensa tormenta del día anterior, el clima ese día era un poco más frío, aunque se sentía levemente menos abrumador gracias al amuleto mágico, sintiéndose únicamente los gélidos vientos a pesar de estar más despejado. Continuaría usando el amuleto que Sir Starrk le había otorgado, luego del incidente de Saya con las flores, no deseaba arriesgarse a utilizar su magia de fuego y activar nuevamente las esporas de alguna flor que anduviera por ahí.
Era raro salir a explorar sin su melliza, después de todo, ellos siempre solían encargarse de eso juntos. Sin embargo, a pesar de su insistencia en que ya se sentía mejor para salir nadie la dejó.
-Enserio que están exagerando- Dijo cruzándose de brazos -Estoy en perfectas condiciones para al menos caminar
Claramente se veía mejor, pero no solo Sato, el resto tampoco quería arriesgarla.
-Te recuerdo que es una flor que hace mucho tiempo no está presente en el reino, por lo que es mejor que te quedes en el castillo y con algún tipo de atención mágica- Dijo él peli azul caminando a su lado, ambos se dirigían hacia una bifurcación, un camino conducía a la habitación designada para Saya y el otro a pasillo a más habitaciones que conectaba con el pasillo central -Se que tú y Satoshi son muy temerarios, pero en estos momentos, no necesitamos que preocupes a los tuyos
Él sabía que, si esa chica salía del castillo, Asami iba a preocuparse y, por ende, su hermano tampoco estaría tranquilo.
- ¿Y que se supone que haga? - Refuta abriendo los brazos para reforzar su cuestionamiento y volviéndolos a cruzar con fuerza sobre su pecho, molesta porque su propio mellizo saliera a las exploraciones sin decirle nada luego de que habían quedado de hacer aquel reconocimiento juntos -No me siento tal mal como para estar en cama todo el día
Grimmjow suspiró, sabía lo terca que podía llegar a ser la chica, sobre todo, porque su cuñada se lo había dicho, reconocería a todos los Caelestis únicamente por lo que la chica le contara en los días en que hablaba con él.
-Descansar- Remató el mayor, haciendo a Saya hacer un puchero, apretando aún más sus brazos contra su pecho -Puedo escuchar tu respiración agitada, tu pulso sigue siendo inestable, así que descansa hasta que de verdad tu cuerpo se sienta bien, no porque tu creas que te sientes bien, significa que tu cuerpo lo esta
- ¡Argh! Que tedio- Resopla, dejando caer los brazos a los costados -No recuerdo la última vez que tuve que estar en cama todo el día, estoy acostumbrada a entrenamientos cada vez más intensos y sabes de lo que hablo
Sato le había contado que el hermano mayor de Tōshirō, al igual que ellos, no tenía interés en el trono y se volvió general.
-Puedo comprenderte, pero ser el mayor llevo consecuencias- Afirmó el mayor, ya estaba dándole la espalda a la chica, por lo que se giró levemente -Luego de la muerte de nuestra madre, el rey se concentró en el trabajo del reino y por ende, tuve que hacerme cargo de la mayor parte y crianza de mis hermanos, no era un padre amoroso o dedicado como lo era el suyo, pero al ser yo el mayor y Tōshirō el de en medio, nos llevó una mayor carga el educar a Riruka, aunque en general, era una chica lista y aplicada, el carácter fue el problema
Sato tenía razón al decir que Grimmjow era alguien agradable pese a su apariencia tosca y con razón dijo que Asami estaría en buen cuidado teniendo a Grimmjow y a Riruka. Su hermano era bueno juzgando a las personas.
-Bueno, es algo parecido con nosotros- Continua, comenzando a sentir confianza a con el peli azul -Un tiempo nos acercamos mucho a Asami, la protegíamos para que no se angustiara de que nuestro padre y hermanos mayores estuvieran en guerra
-Y esta agradecida, te lo puedo asegurar- Afirmó, sintiendo una extraña sensación de confianza con la morena, algo curioso, porque sintió lo mismo al conocer a Sato aquella primera vez que visitara a la princesa -Me gusta pensar que las cosas tienen un curso natural, y que solo se verán afectados por los factores externos a ese cauce, y justo ahora, en tu propio cauce, está el seguir el camino correcto o bifurcarte en algo más complicado
Alzo una ceja, como queriendo darles peso a sus palabras, porque tenía razón, y solía tenerla la mayor parte del tiempo.
-Una manera enredada de decir que no me agite demasiado hoy- Se lleva las manos a la nuca, ignorando la risa de Grimmjow -Supongo que puedo darles una ojeada a las investigaciones de Asami por lo menos ¿Verdad?
Dejo escapar una sonrisita con aquella sutil petición.
-Si ella te lo permite, creí escuchar por ahí que ya se levantó de cama, por lo que ha decidido trabajar y mi hermano le ofreció su oficina- Quizá para él mismo, era una señal clara para rectificar que debía descansar -Insisto, deberías descansar, pero no pierdes nada con preguntarle a ella
Y esta vez continuo su camino, porque tenía trabajo y mucho que hacer, porque Sato y Riruka habían partido antes de que saliera el sol aun con el clima después de la tormenta y sinceramente, quería alcanzarlos. Pero tenía un pendiente con la princesa, y es que la flor seguía en su posesión, que ella estuviera en la oficina de su hermano, facilitaba las cosas.
Fue así como tuvo que salir del castillo de la manera más sigilosa posible, sin decirle nada. La conocía perfectamente, y es que insistiría en ir con él, pero Okikiba había asegurado que lo mejor era mantenerla vigilada y el calma, después de todo, hacía muchos años que no tenían ese tipo de casos provocados por aquella flor, así que debían ser precavidos.
Seguramente estaría enojada con él, ya se estaba previniendo un golpe de parte de su hermana en cuando regresara al palacio.
-Parece ser que no hay más de esas flores- Comenta hacia su acompañante, Riruka -Al menos no cerca del pueblo o en las zonas bajas de las montañas
Habían estado recorriendo los alrededores, tenían como prioridad el asegurarse de que aquellas flores no estuvieran al alcance de las personas. Riruka no salía del castillo más que para hacer alguna investigación que le surgiera de la nada, salidas que usaba para despejarse de estar encerrada en su habitación o en el castillo; y Grimmjow estaba ocupado, por lo que, al ver mayor de los Caelestis, se ofreció como voluntaria para acompañarlo a recorrer las montañas.
-Siento que alguien planto y cuido esa flor, es extraño, tenían mucho tiempo de no verse en el reino- Afirmó la pelirroja, quien llevaba un moño alto para evitar que su cabello se enredara con el viento -Casi nadie las conoce, pero obviamente, su llamativo color no va con los tonos fríos del reino, el blanco y el azul no se llevan con el rojo, ironías de la vida
Tal comentario de la chica hizo a Sato inevitablemente soltar una sonora carcajada, aliviando un poco la tensión que había entre ellos, pero haciendo que la aludida volteara a verlo con el ceño fruncido que no disimulo en absoluto.
-Lo siento, lo siento- Se disculpa aun entre risas -Pero inevitablemente me imagine a Grimmjow, Toushiro y a ti cuando dijiste eso, y si, es irónico, yo quisiera ser pelirrojo ¿Cómo crees que me vería?
No tenía el punto de vista de Saya que le informara que veía desde lo alto, pero se las estaba arreglando para agregar más detalles al burdo mapa en su libreta, por lo que al decir aquello, le guiñó un ojo a la chica, mostrando su usual comportamiento coqueto y desgarbado.
Riruka entendía siempre que su aspecto no encajaba con el de sus hermanos, quienes encajaban perfectamente con el aspecto de Glacies, pero ella, con su cabello rojo no lograba encajar por completo en aquel mundo tan frío.
-Si, generalmente la gente me pregunta por qué tengo el cabello así, pero no sé cuál sea la razón por la que mi genética me hizo así- Explicó la chica, ignorando el comportamiento de su acompañante y señalando unos metros más adelante -Huellas de animales, suelen comerse las flores del reino, podría haber semillas o señales de ellas
-Todos tenemos un poco de la genética de otros reinos- Comentó mientras seguía las huellas de los animales que había señalado la princesa -El color rojo en el cabello no es muy común, no lejos de Ignis, tiene una genética poco usual pero distintiva a mi parecer- Sonríe con nostalgia, recordando a Hanako y como solía sentirse insegura por su color de cabello del mismo tono que aquellas flores que encontraron, y solo terminó por agregar unas cuantas palabras al evocar aquel recuerdo de su hermana -Sobresales, es todo
-Creo que alguien de mis antepasados vivió en Ignis, y no lo dudo- Riruka estaba orgullosa de su cabello, por eso lo cuidaba y le dedicaba el tiempo suficiente para que no se le maltratara con el frio, pero ante las palabras dichas por el chico, sintió que había un poco de nostalgia en él, y sabía por qué -La doncella de la sonrisa triste. Es ella ¿verdad? Tu hermana desaparecida
-Sí, ella también tenía el cabello rojo, al igual que tú, era la única de nosotros que lo tenía de ese color, pero se sentía fuera de lugar por ello- Vira a la derecha precitadamente al ver otro tipo de huellas, parecían de conejo -Aunque pudo sacarlo de nuestro tío, el rey Cross de Ignis- Luego se tomó el mechón de cabello rojo, agregando -Aun así, tenía algo de complejo por ello y Saya y yo nos teñimos un mechón rojo por ella, por eso lo tenemos así de manera permanente y no solo cuando usamos nuestra magia de fuego
Escucharlo hablar sobre su hermana y sus complejos solo la hizo rodar los ojos, y es que nunca se había sentido diferente o acomplejada, al contrario, había aprendido a defender sus orígenes y a aceptarlos sin problemas, probablemente el haber crecido con dos brutos sinceros le había hecho fuerte y ruda.
-Amable de su parte, sin duda, teniendo en cuenta la cantidad de hermanos que eran- Las huellas había rodeado un plantío pequeño de flores -Los tallos de estas flores fueron arrancados de raíz, no fue un animal quien lo hizo, y probablemente, los conejos solo fueron una distracción. No sé si estás pensando lo mismo que yo, pero aquí hay alguien queriendo perjudicar al rey, alguien no parece estar muy de acuerdo con la nueva alianza
Sato se inclinó para ver más de cerca aquel plantío. Por su mente corrían todas las posibilidades, desde la más lógica a la más absurda por así decirlo, era una manera de llegar a una conclusión coherente. La princesa tenía un punto, ningún animal arrancaba las flores de raíz, buscaban las hojas o los tallos, pero no la flor completa.
Las huellas eran de conejo, sin duda ¿Cómo las plantaron para poner una distracción? Eran muy simétricas, dudaba que alguien se diera el tiempo de hacer tan limpio trabajo si lo que buscaba era llevarse las flores y plantarlas en lo más alto de las montañas para que germinaran.
-Me pregunto...- Escarba para sacar una de esas flores de raíz, comenzando a verla minuciosamente- Definitivamente la temperatura es mucho más baja allá arriba- Mira en dirección a la montaña donde Saya se encontró con las flores y soltando un pensamiento en voz alta - ¿Serán las mismas?
Las huellas seguían hacia el norte, en dirección a las montañas, los conejos comúnmente hacían sus madrigueras cerca de los huertos, y curiosamente no había huertos cercanos, solo había bosque y nieve, no estaba segura de quien pudiera haber intentado hacer aquello.
-No podemos asegurar que sean las flores de ayer, están muy lejos de la montaña, pero podríamos consultarlo con Okikiba, él podría darnos más detalles en caso de ser necesario- Afirmó la chica, notando la falta de patrón en aquellas huellas -Sigamos explorando, la mañana está muy bonita y pacífica como para perder el tiempo en cosas que solo nos distraen
-No está mal pensar en varias posibilidades- Se alza de hombros antes de guardar la raíz que arranco en uno de los bolsillos internos de su abrigo -Pero si esto lo hicieron deliberadamente para sacar conclusiones erróneas, eso significa que hay más de uno tramando algo en contra de Glacies. Me pregunto de que nos quieren alejar
Los enigmas eran algo del pan de cada día en su pueblo, en su hogar, a veces ni siquiera sus hermanos mayores sabían lo que se avecinaba por un lado o por el otro, por lo que habían comenzado a ser precavidos en ese aspecto, sin embargo, que fuera el príncipe de Caelestis quien tuviera aquella conjetura, solo reafirmaba lo que ella y su familia venían descubriendo con el paso de los años.
-Vayamos hacia el sur, no he visto que tengas la ubicación de los pueblos que se dedican a la agricultura, podríamos encontrar cosas interesantes si abrimos bien los ojos, además, que después de las tormentas, hay más actividad en ellos debido a que intentan asegurarse de no haber perdido cosechas- Comentó la chica, señalando un sendero, el mismo que Grimmjow le había dicho la tarde anterior -Aunque estoy segura que los granjeros están más tranquilos luego de que la princesa utilizara su magia de fuego y proporcionara el calor suficiente a los plantíos para poder sobrevivir y germinar, eso nos ha ayudado bastante en los últimos meses
-Bien, te sigo, efectivamente necesito registrar los campos de los agricultores- Se encaminan entonces rumbo a dicho sendero.
Las exploraciones estaban siendo fáciles a pesar de tener que adecuarse a un ritmo diferente del que estaba acostumbrado con Saya, pero estaba teniendo avance. Riruka por su parte no tenía problemas ni dificultades con el príncipe de Caelestis, estaba resultando ser igual de trabajadora y centrada que Asami; y claro que Riruka había sobreestimado al hermano de su cuñada demasiado pronto…
No habían pasado ni diez minutos de pisar el pueblo cuando varias de las mujeres del pueblo se acercaron a Satoshi cual abejas a la miel. Y es que las ropas de todos los reinos, especialmente de la realeza, eran sumamente distintivas, especialmente la de los Caelestis, provocando que el príncipe sobresaliera bastante, especialmente por que aquella sonrisa galante al estar rodeado de tantas mujeres que clamaban por su atención, ofreciéndole diversas cosas.
-Pruebe nuestro vino caliente, majestad- Ofrece extasiada una mujer con una botella y copa -La preparación de Glacies le encantara
-Coma un poco de nuestros dulces- Agrega otra más.
-Pruebe algunos vegetales cocidos de la región, están recién hechos- Decía una mujer que llevaba un platón con unos cuantos vegetales, a los cuales aún les salía vapor.
- ¿No quiere una capa de piel? Es muy cálida- Agrega una más, llevando entre sus manos una humilde tela.
-Calma, calma, probare todo- Habla Sato con una extensa sonrisa -Una por una por favor, todas son muy amables y encantadoras
-Majestad ¿aún no tiene prometida? – Escuchó a una preguntar, pero no pudo identificar de donde provenía aquel cuestionamiento al estar rodeado por completo.
-Aún no- Responde, halagado -Pero nunca está de más tener prospectos a prometida- Guiña un ojo sonriendo de lado, incluso uno de sus dientes brilla, provocando gritos agudos por parte de todas las mujeres que seguían insistiéndole en que probara lo que le ofrecían.
Probablemente había cometido el error más grande de su vida, y es que haber llevado al príncipe de Caelestis solo había provocado que quedaran estáticos en el mismo lugar por un buen rato.
-No puedo creer que de verdad estén tratando de cortejar al príncipe- Gruñó la pelirroja, de brazos cruzados y admirando aquella escena - ¡Satoshi, tenemos que avanzar!
Esta vez gritó, permitiendo que su voz se esparciera en eco por los alrededores y haciendo que las chicas se cubrieran los oídos, no podía permitirse el perder tanto tiempo en un pueblo cuando aún les faltaba de recorrer un par de kilómetros más. Así que, sin pensarlo, se acercó a la multitud, alcanzando la oreja de Satoshi y jalándolo para poder sacarlo de ahí mientras el moreno trastabillaba con sus pasos y se quejaba del dolor.
-Vamos, solo estaba siendo amable con las señoritas- Se queja sobándose la oreja -Ya veo por qué tu y Asami se hicieron tan buenas amigas
En el rostro de Riruka, pareciera que las cejas estaban intentando fusionarse en una sola, la expresión que tenía era más de incredulidad, por lo que a pesar de ser ligeramente más baja que Asami, su postura de reclamo le causo al moreno un déjà vu.
- ¿Amable? Estabas coqueteando con ellas, las chicas de Glacies no están acostumbradas a ver gente de fuera, si por ellas fuera, ya te hubieran llevado al altar en este mismo momento- Esto se lo dijo con las manos en puño sobre la cadera, estirando el cuello y dejando ver lo molesta que estaba -No estamos aquí para turistear y mucho menos conseguir pareja, eso puedes venir a hacerlo en el momento que tú quieras, pero no ahora que estamos trabajando
Definitivamente estaba segura de que la alianza con Caelestis era más benéfica que perjudicial, y es que, desde entonces, su cuñada había estado trabajando en posibles alianzas, tenía una que otra que necesitaba poner en marcha para hacer que la economía del reino fluyera, y mantener los campos agricultores en funcionamiento era esencial. Ella no había tenido la educación de un Caelestis, pero intentaba hacer su mejor esfuerzo siempre por su pueblo.
-De acuerdo, de acuerdo- Intenta calmarla, subiendo las manos -Te sigo- Riruka deja salir una fuerte exhalación, prosiguiendo su camino -Gracias por todo, guárdenme un poco para el regreso
Termina por despedirse con un movimiento de su mano, lo que provoca un montón de cotilleo incomprensible por parte de las mujeres, que lo miraban alejarse.
A la pelirroja le agrado el hecho de que se tomara las cosas con seriedad, aunque seguiría molesta por el hecho de que las mujeres de su reino no negaban la necesidad de un hombre que las sacara de ahí.
-Llevan una vida llena de carencias, ¿crees que no serían felices contrayendo matrimonio con un hombre que vive en un castillo? - Cuestiono la chica, desplegando sus alas -Lamento decirlo, pero eres la comidilla de este reino, supongo que el resto de los varones son igual de apuestos, tienes más hermanos ¿no?
- ¿Me estás diciendo que te parezco apuesto? – Pregunta con una sonrisa socarrona, acercándose a la pelirroja para molestarla, pero inmediatamente se aleja al ver la amenaza de muerte emanando de su pequeño cuerpo. Carraspea un poco antes de responderle -Takeshi, es el mayor de todos y quien actualmente se quedó en el trono de Caelestis- Responde a la pregunta de su interlocutora un poco más serio -Tenía otros dos hermanos, Asahi era el menor de los varones y solo era mayor que Asami, desapareció antes de que Hanako y Haruki, mi otro hermano mayor. Asami nos ha mantenido informados sobre las carencias en el reino, queremos ayudar, tengo planes para que no pasen fríos y las cosechas no se pierdan; Ignis posee unas rocas que podrían ayudar, pero para eso, necesitamos que Glacies tenga algo que aportar u ofrecer a otros reinos, por eso estamos aquí mi hermana y yo
Aquello lo había dicho totalmente apacible, volviendo a su labor de explorador y como Caelestis, hablando con más conocimientos.
Pero las mejillas de Riruka se tiñeron de un color rosa intensa, al final, su pregunta no estaba dirigida a ese punto.
- ¡¿Que?! ¡No! - Exclamo, aunque luego cambió su expresión una más amenazante para alejar cualquier malentendido, escuchando al moreno hablar sobre sus hermanos -Quiero pensar que tu hermano, el rey ya ha de tener a su prospecto a reina, es más, creo que ya debe estar comprometido mínimamente, lo vi cuando vino a ver a Asami, pero si él era atractivo, no puedo imaginarme a los otros dos y…
Terminó por aclararse la garganta, zanjando el tema y volviendo a las alianzas.
-Quiere implementar la primera alianza, pero para eso, necesitará la ayuda de los elfos, ella deberá mostrar la manera correcta de manejar el producto, al parecer, es algo que ayudará en el campo de batalla
-Eso será de mucha ayuda, a muchos reinos les interesará tener un as bajo la manga en caso de haber alguna guerra- Al parecer lo siguiente de la exploración seria por aire, así que también extiende sus alas -Quizá tengamos la primera alianza con Ignis, el rey Cross es nuestro tío y no creo que ponga objeción en intercambiar las rocas de calor- Aquellas palabras parecen aliviar a la princesa -Y te apuesto que cuando Glacies este en su auge de prosperidad seguiré siendo igual de popular
Sato finaliza aquello al llevar su cabello en un movimiento lento y sexy hacia atrás, haciendo a sus rebeldes mechones menearse con el viento. Riruka ponía atención a sus palabras, porque a pesar de parecer algo bruto, sabía lo que hacía, aunque termino rodando los ojos al escuchar que seguiría siendo popular.
-Habrá alguien que te ponga la soga al cuello niño, y no seré yo- Y alzó el vuelo, un poco más arriba para que él pudiera ver los campos -Cada granjero mantiene dos o tres alimentos de importancia, por lo que será raro que alguien regatee precios con los mismos alimentos, es un sistema que mi hermano creó para mantener el orden y que no subieran los costos de lo poco que ya teníamos
Aun al vuelo, Sato se las arregló para ir tomando nota de lo que la peli roja le iba informando y ubicarlo de forma burda en el mapa. Esto era más fácil con Saya mandándole mensajes de viento mientras él tomaba las debidas anotaciones en tierra, pero tenía que trabajar con lo que tenía bajo las circunstancias.
-Hay un tipo de fruta que una de las mujeres me dio a probar- Ve como Riruka tuerce los ojos, por lo que se apresura a explicarse mejor -Quiero decir, es algo que no he visto en ningún otro reino, otros reinos podrían interesarse en ese fruto si tienen propiedades nutritivas, especialmente si duran lo suficiente para expediciones largas y que mantenga los nutrientes suficientes- Ve que Riruka le presta más atención, por lo que prosigue con su explicación -Era redonda y roja, me la dieron partida a la mitad, pero pude notar que la cáscara era gruesa, y lo que me llamó la atención, es que su fruto era más bien en forma de semillas, me gustó bastante
-Granada- Alcanzó a decir la chica al momento de frenar el vuelo -Los árboles sobreviven las bajas temperaturas, pero es poco lo que podemos cosechar, el jugo de granada es utilizado para mantener vivos a nuestros infantes, así como a las crías de animales- Suspiró, aquello era lo mejor que tenían para nutrir y mantener vivo al pueblo -Las granjas lo producen de manera más efectiva, pero preferentemente, las familias tienen sus propios árboles para su fácil acceso y bajo costo
Señaló una granja que mantenía a lo mucho, una siembra de poco más de cincuenta árboles.
-No son suficientes, no podemos expandir los campos por falta de dinero
-Entiendo- Anoto la ubicación de los campos - ¿Entonces utilizaban el jugo de granada como suplemento alimenticio?
-Es difícil mantener los almacenes con suficiente fruto para dicho uso, a veces hay más pérdidas que bocas llenas, pero en general es una manera de sobrevivir aquí- Afirmó la chica señalando las granjas de animales -Vivimos de gallinas, cerdos y bisontes, pero es difícil mantener vivas a las crías, las últimas camadas tuvieron un porcentaje de vida ligeramente más alto, pero siguen siendo muy jóvenes para sí quiera pensar cocinar con ellos
-Bueno, Caelestis estaría más que dispuesto a invertir en los campos de granada- Afirma muy convencido mientras seguía anotando en su libreta todos los detalles, aunque, por los ojos del moreno, la pelirroja pudo ver que ya estaba trazando una estrategia comercial -Si dices que ayudaban a mantener vivos a los niños entonces seguramente incrementaría el rendimiento de los soldados, necesitan una dieta balanceada y no solo tomar cerveza. Creo que podré traer algunas rocas de Ignis cuando vuelva, veremos qué tal funcionan para que los vientos fríos no afecten a las cosechas y a los animales
Riruka continuo por aire señalando partes importantes de esa parte del reino, el aire cálido proveniente del otro lado de la cascada no era mucho, pero hacia el frío aún más tolerable para la gente que no estaba acostumbrada a las temperaturas bajo cero que moraban el castillo y las colinas.
-Odio admitirlo, pero no eres tan bruto como pensé que podrías serlo- Riruka esbozo una sonrisa al mirar a su acompañante, notando que los conocimientos de ese Caelestis en específico no eran tan malos -Has hecho un trabajo muy bueno con los bocetos del mapa y, aun así, te falta por explorar
-Sí, falta demasiado, pero creo que por hoy eso fue suficiente- Satisfecho por la labor de ese día, hasta el calificativo de la Glacies paso por alto, cerrando su cuadernos y soltando un suspiro de satisfacción propia.
Tenían prácticamente todo un mes de permiso para explorar minuciosamente el reino de Glacies, por lo que no había prisa de recorrer todo. Sin embargo, antes de regresar al palacio, Sato pidió hacer parada en uno de los campos de árboles de granada, en donde fue con uno de los dueños. Riruka permaneció a la distancia para poder observar que haría aquel príncipe.
-Buenas tardes, señor- Saludo de manera casual al hombre, interrumpiendo el trabajo del pueblerino que cortaba las granadas maduras.
- ¡Oh! Majestad- El hombre freno su trabajo para hacer una reverencia al notar el ropaje de aquel joven - ¿En qué puedo ayudarle?
-Me parece que podríamos ayudarnos mutuamente, me gustaría llevarme algunas granadas si no le molesta; me han gustado bastante y obviamente le pagare por ellas- Dice aquello mientras sacaba de una de las bolsas de su saco, una pequeña bolsa con monedas que le entrega al hombre.
-Pero…. Majestad…- El hombre queda atónito al abrirla y ver las cantidad de monedas de oro que ésta contenía -Esto es demasiado, temo que la cosecha que tengo no cubre su pago
-Oh, descuide, con una docena será suficiente
-Majestad, sigue siendo mucho dinero por una simple docena- Insiste el humilde hombre.
-Tómelo como una inversión, así podrá cultivar más. Como dije, me han gustado bastante y pienso volver por más- La sonrisa de Sato le regreso a aquel hombre la compostura.
-Muchas gracias, majestad- Los ojos de aquel hombre estaban llenos de lágrimas que intentaba contener para no soltarse a llorar de felicidad frente al príncipe de Caelestis -Enseguida le traeré una bolsa, espere por favor
El hombre se va rápidamente por el encargo del príncipe, desapareciendo velozmente en el interior de su casa.
-A alguien parece agradarle Glacies- Mascullo la pelirroja, cruzada de brazos y viendo la emoción del señor -Espero te haga feliz saber que tendrán noches tibias y alimento en casa durante un tiempo, no dudes que el granjero tomara tu consejo, muchos desean mejorar
-Asami estuvo dispuesta a aguantar y…- Se detiene al caer en cuenta que estaba a punto de hablar del hermano mayor de la pelirroja -Bueno, tú sabes… sé ha sacrificado por este reino, obviamente busco también ayudarlos. Además, que es el trabajo de los Caelestis
Ensancha su pecho, demostrando su orgullo y su postura ante aquella situación. Riruka sabía por las dificultades que había pasado su cuñada al inicio, la había apoyado y distraído cada que podía, ahora estaba más tranquila al saber que su hermano estaba poniendo de su parte, molesta con la peli verde y atenta ante cualquier anomalía.
-Si el antiguo rey retraso la alianza y el matrimonio fue por algo, podemos entenderlo ahora con todo lo que está pasando- No era ajena a las cosas que pasaban en el reino, misterios que no podían resolver de manera sencilla debido a su nivel de poder en fuerza militar -Todo lo que ha pasado desde que Asami llegara nos tiene desconcertados, es... extraño, por no decir misterioso
-Lo primero es que Glacies se una a los demás reinos- El agricultor volvía con el pedido del príncipe, entregándole la bolsa y haciendo una serie de reverencias, por lo que solo se despide del hombre con una sonrisa colgándose la bolsa al hombro -Y estar atentos a cualquier anomalía. Ahora volvamos, debo pasar en limpio el mapa para mostrárselo a Takeshi mañana que vuelva a Caelestis
[Kalevala (epic folk metal) Part III. The Northland Trials. Min 06:07]
Riruka asintió, sabía del deber de los generales y, a parte el de ser los que exploraban los reinos les confería hasta cierto punto, bastantes deberes. Era mejor volver, porque a pesar de ser temprano, las nubes de tormenta comenzaban a ser amenazadoras.
Se alzaron al vuelo de vuelta al castillo. Aun cuando ya en si no iba anotando nada en su mapa y era un camino que ya habían pasado, Satoshi iba atento a los alrededores por cualquier detalle que se le hubiese pasado, fue por eso por lo que una figura extraña y oscura caminando por la nieve, cerca de los límites de los bosques, llamó su atención, al no parecer alguna especie de animal en común.
-Hey, sostenme esto por favor- La pasa al vuelo la bola de granadas a la pelirroja, quien apenas alcanza a reaccionar para evitar que cayeran cuando el príncipe se lanzó en picada a una velocidad impresionante hacia tierra firme.
- ¿Eh? ¡Ah! – Vio entonces en tierra algo o alguien de color negro profundo que caminaba en tierra - ¡Oye!
La chica trataría de darle alcance, pero claramente era algo imposible, por lo que avanzó a su ritmo.
Por otro lado, al momento en que aquella criatura sintió la presencia de Sato, ésta aumentó su velocidad de forma abrupta y huyó hacia el bosque, impidiéndole a su persecutor tener una imagen clara al estar corriendo entre los árboles. El moreno solo había visto una forma humanoide y oscura que corría sobre dos patas, lo que le aseguraba a éste que aquello no era completamente humano. Parecían más las de un lagarto, y podía alcanzar a divisar que tenía cola.
No solo era rápido, también era muy ágil, demasiado para ser un animal cualquiera de Glacies o de cualquier otro reino, pero el competir contra su hermana y en contra de los dragones de viento habían rendido frutos y podía al menos seguirle el paso al vuelo para no perderlo de vista, aunque dudaba en poder atraparlo, considerando que cambiaba contantemente de dirección usando los cientos de árboles para escabullirse.
Pero entonces una idea surco su mente. Al menos podría tratar de herirlo en una pata para hacer que disminuyera su velocidad, así que empuño su espada, sacando menos de la mitad del filo para estar preparado y atacarlo en cuanto se le diera la oportunidad. Solo necesitaba tener un mínimo de campo abierto para acertarle, pero aquella criatura seguía escabulléndose entre los árboles, aunque Sato confiaba que en algún punto se le acabaría el bosque, tan solo se tenía que concentrar en seguirle el paso y tendría su oportunidad.
Esquivaba árbol tras árbol, aquella criatura tenía una agilidad asombrosa pues a milímetros de aparentemente chocar con un tronco cambiaba de dirección, obligando a Sato a frenar abruptamente y retomar su persecución. Esto era fácil para el príncipe de Caelestis, cuya sonrisa confiada no desapareció en ningún momento. Literalmente era cosa de juego el estar ladeándose para pasar entre dos árboles, frenar y retomar el vuelo, cerrar sus alas para pasar por debajo de un tronco caído por donde la criatura paso por arriba impulsándose. Todo eso solían hacerlo Saya y él como mero juego desde hace cientos de años.
¡JA! Eso no lo detendría, no lo perdería de vista, no importaba cuantos trucos hiciera o cuanto se esforzará.
La persecución se mantuvo igual por quien sabe cuántos kilómetros en los que aquel animal lo mantuvo zigzagueando al vuelo entre los árboles, haciendo maniobras aeróbicas cuando lo ponía ante un obstáculo para perderlo. Era difícil calcular la distancia que habían recorrido debido a la velocidad que ambos mantenían, incluso Sato comenzaba a sospechar que ya habían rodeado el bosque varias veces. Pero no le importaba, él podía aguantar el ritmo por varias horas.
En un punto, Sato sonrió victorioso al ver su oportunidad, la criatura se estaba dirigiendo a una zona abierta, estaba saliendo del bosque, lo sabía porque los árboles comenzaban a despejarse, ya no estaban tan juntos uno del otro conforme avanzaba.
-Ahora…- Susurra Sato sacando por completo su espada.
Su mechón rojo comenzó a tomar una tonalidad más incandescente, señal de que usaría su magia de fuego. Ante sus ojos todo se tornó prácticamente en cámara lenta; tenia a la criatura en un campo abierto para un ataque directo, su espada comenzó a arder en llamas y, sin pensarlo más, una llamarada fue directo a la criatura, siendo en esos microsegundos de ataque el único momento en que la perdió de vista durante su larga persecución.
Al momento en que la llamarada desapareció, Sato esperó encontrar el cuerpo incinerado de la criatura, sin embargo, lo único que se topó abajo suyo al estar sobrevolando fue un precipicio con una cascada de aguas heladas de varios metros de altura.
- ¿Acaso saltó? - Se preguntó, intrigado y sobrevolando el área, mirando hacia abajo por donde el agua helada caía y desaparecía en una brisa helada.
Busco minuciosamente por donde desembocaba el agua y siguiendo el rio, pero nada, no estaba el cuerpo de aquella criatura. Era imposible que se hubiese desvanecido, su fuego no fue tan fuerte como para que ni las cenizas quedaran y se evaporara. Además, si la caída lo hubiese matado estaría el cuerpo flotando en el rio.
¿Fue tan inteligente como para saltar deliberadamente y durante la caída huir a otro lado?
Riruka había intentado darle alcance, pero le fue imposible, por lo que terminó esperándolo en la copa de un árbol y comenzando a enviarle mensajes de viento gritándole. Estaba cansada, llevaba los puños en la cintura y esperaba a que él se acercara.
-Podría escucharte aun sin los mensajes de viento- Aparece sobrevolando detrás de ella con el dedo dentro del tímpano -Vaya que haces escándalo, princesa ¿Dónde dejaste mis granadas? - pregunta al ver las manos vacías de la pelirroja.
Riruka frunció el entrecejo, claro, tenían que preocuparle sus granadas antes de notificarle que era lo que había pasado.
- ¿Qué demonios era esa cosa? Nos encontramos con algo sumamente desconocido y raro y tú vienes y preguntas por tus granadas ¡¿en serio?!
Exasperó, alzando el vuelo, recogiendo la bolsa de la rama de un árbol y lanzándoselas en la cara cuando esté comenzará a seguirla.
-Volvamos al palacio ¿de acuerdo? - Propone como si nada, llevándose la bolsa a los hombros- Hay que hablar de esto con todos
-Hay que hablar de esto con todos- Arremedo la chica, haciendo la mímica con la mano, rodando los ojos -Pues claro qué hay que hablarlo, Grimm y Shiro no van a dormir después de esto
-Vaya, cuanto estrés en un cuerpo tan pequeño- Dice aquello con una sonrisa burlona, no dándole tiempo a la Glacies de replicar ya que éste termina adelantándosele.
Riruka entrecierra los ojos al verlo adelantarse, por lo que no hace el más mínimo esfuerzo por tratar de alcanzarlo, a pesar de no haber intentado ni siquiera seguirle el paso en aquella persecución, estaba cansada, hacía mucho que no volaba tanto y mucho menos recorriendo el reino.
-Disculpe su majestad, no todos tenemos la resistencia que usted tiene para volar
Soltó la chica, esperando que aquello lo hiciera aminorar el paso.
…
No estaba completamente de acuerdo con que trabajara, sobre todo, porque aún no estaba del todo bien, pero mantenerla vigilada sería lo mejor. El pequeño sofá en su oficina estaba ocupado y, al mismo tiempo atiborrado de libros que iban y venían de la biblioteca a petición de la chica.
Su hermano había aprovechado el momento para mostrarle la flor, había dimitido de su deber de acompañar a su amigo a explorar, pero él también era un general, por lo que debía ocuparse de sus hombres por lo menos en periodos cortos. Sin embargo, tomarse el tiempo de mostrarle a la princesa la flor aprovechando que estaba en la oficina de su hermano.
-Así que esta es- Dijo ella al ver la flor entre las manos de su cuñado, Tōshirō se había acercado para admirarla también, notando el parecido con la flor del infierno que crecía en Ignis -El boceto que Sato me mostró le hace honor, ¿crees que pueda hablar con Okikiba para preguntarle un poco más sobre ella? Necesito toda la información que conozca
-Puedo llevarte más tarde, luego de que tomes un descanso y comas algo- Grimmjow alzó una ceja, extrañado por el comportamiento de su hermano, aunque claro, ya habían hablado y desmantelado el hechizo de Candice -Okikiba no se moverá de la torre de los Elfos
-Acepto el trato- Y de quien sabe dónde sacó unas pinzas y una bolsa de tela, extrayendo algunas semillas y guardándolas en ella, una etiqueta con su pulcra letra y la dejó en una bolsa que tenía a su lado -Gracias por traerla, sé que no la llevaste a la habitación por la diferencia de temperaturas, de todas maneras, me gustaría guardar este espécimen, podría ser de utilidad a largo plazo
Tōshirō esbozo una sonrisa, alejándose un poco y mirando a su hermano ponerse de pie, quien lo miraba con una ceja alzada. Quiso hacer una pregunta en ese momento, pero se abstuvo, sobre todo, al ver lo cómoda que estaba la chica en la oficina de su hermano.
-Veré si logro alcanzar a Riruka y Sato, no quisiera que nuestra hermana acabe por volver loco a ese pobre hombre- Escuchó a Asami reír a sus espaldas, y esbozo una sonrisa - ¿La princesa sabe algo que nosotros no?
-En absoluto- Dijo con un deje de burla, cerrando el libro de las flores y dejándolo sobre su regazo -Solo creo, que Satoshi está muy bien entrenado para lidiar con alguien como Riruka
Grimmjow negó con la cabeza, se contuvo de burlarse de su amigo frente a su hermana, porque sabía que ella le daría más motivos para reírse, así que prefirió salir de la oficina de su hermano despidiéndose con un simple movimiento de mano y cerrando la puerta tras de sí al momento de salir.
Sus ojos se encontraron, un escalofrío había recorrido su cuerpo, ¿desde cuándo la menor provocaba eso en él? Cuan agradecido estaba de haberse librado del hechizo de Candice, y sus dudas crecieron, porque no sabía desde cuando pudo haber estado bajo su hechizo ¿hacerla reina? ¿A ella? No estaba tan loco para llevar a su pueblo a algo tan peligroso, pero estaba seguro de que, si hubiera estado en el lecho de su boda, aun y con Grimmjow tratando de hacerlo entrar en razón, él seguiría dispuesto a casarse.
Ahora estaba conociendo a la joven Caelestis, a paso lento y con un poco de ayuda de Grimmjow y Riruka había aprendido un poco sobre ella. Sabía que era una fanática de las bibliotecas, que amaba los libros, sabía que las mujeres cultas eran mejores gobernantes, pero ella en especial había sido criada para ser desposada por un rey o, en su defecto, ser la soberana de su reino natal.
La vio cerrar el libro, dejándolo sobre su regazo y luego su mirada posarse sobre. Una nueva sacudida corporal casi imperceptible lo invadió, lo que le provoco una intensificación en su pulso cardiaco, algo que lo dejó momentáneamente sin aliento.
-No has parado de trabajar desde que volvieras de Caelestis- Asami entendió aquellas palabras como una manera cortés de decirle que necesitaba un descanso - ¿Puedo preguntar por el libro?
Señaló el libro que ella acababa de cerrar, por lo que terminó mirando el libro con algo que el interpreto como algo que valía mucho para ella, por lo que esperaba o más bien, sabía que terminaría explayándose en explicar cómo había nacido aquel grueso libro. Sus dedos recorrían la portada realzada en piel, un trabajo tan pulcro y detallado que solo podía ser hecho por los elfos.
-Este libro era de mi padre, él lo inició, aunque por cuestiones de mí abuelo, mi padre no pudo continuarlo y cuando crecí y comenzó a enseñarme cosas, me llamo tanto la atención que comencé a preguntarle por qué lo había iniciado- Una sonrisa cargada de sentimiento se acentuó en sus labios, verla recorrer los relieves le decía lo mucho que aquello valía para ella -Amé ver la emoción en el rostro de mi padre al explicarme las maravillas de la botánica y la herbolaria…
Una joven Asami se encontraba sentada en la biblioteca, una extensa mesa de madera cubierta de libros la rodeaban de orilla a orilla, su padre la había puesto a estudiar diversos temas respecto al reino y sus alianzas, por lo que la pequeña había tomado y separado los libros por reino y clase (Plantas, animales, costumbres, alimentos, etc.), por lo que ahora se encontraba centrada en el reino de Ignis.
-Te pedí que estudiaras a los reinos, no que asaltaras cada estantería de la biblioteca- Su padre dejó escapar una sonora carcajada, divertido por la motivación que su hija más joven tenía hacia sus estudios, porque claro, no había visto a ninguno de sus hijos mostrarse tan entusiasmado por el conocimiento como ella lo mostraba en ese momento -Tu método de aprendizaje sigue siendo muy extraño para mí
-De hecho, ya leí sobre el reino de Aqua, Ventus, Terra, las Hadas y estoy con Ignis- La sorpresa inundo al hombre, hacia apenas el día anterior que le había dado aquella tarea a su hija y ya había leído más de la mitad de aquellas pilas de libros - ¿Puedo preguntarte algo? – El hombre asintió, y ella señalo un libro regordete que en general estaba como nuevo, solo unas cuantas paginas usadas -Ese libro, no tiene más que unas cuantas páginas escritas, tú nombre está en la contra portada, pero no entiendo porque o para que sirve
Kai sonrió con ternura, tomando el libro de la mesa y entregándoselo a ella, confundiéndola aún más.
-Cuando tu abuelo comenzó nuestro adiestramiento, tuve un frenesí de curiosidad por las plantas, en nuestros viajes conocí tantas y tan variadas, así como sus propiedades naturales, que decidí iniciar un libro sobre ellas- Y aquella expresión de felicidad se esfumó, sintiendo en su interior que lo que venía a continuación no serían cosas bonitas, no luego de saber que aquel libro estaba inconcluso -Tu tío Aizen nunca fue contemplado como candidato, acá entre nos, es muy ambicioso y sus planes seguramente llevaría a los reinos al desastre, y tú tío Cross nunca estuvo interesado en el trono, por ende, sólo quedaba yo como candidato viable, así que tuve que concentrarme en otras cosas desde muy joven, y abandone mi sueño de poder recaudar la información de todas las plantas del reino
-Entonces yo lo hare- Su voz entusiasta provoco una nueva oleada de risas por parte de su padre, haciéndola inflar los cachetes a manera de queja por aquella risa -Voy a hacerlo, y este libro será la mejor compilación de herbolaría de todo Caelestis, tendrá todas las plantas de todos los reinos y de cada lugar que se atraviese en mi camino. Recolectare también sus semillas para hacer uso de esas plantas en caso de ser necesario, hare que te sientas orgulloso
Los brazos de Kai terminaron por rodearla, aquellas palabras solo lo hicieron sentirse aún más orgulloso de lo que ya estaba, porque, aunque todos sus hijos conocían de herbolaría, nunca nadie se había interesado por aquel viejo libro. La magia élfica hizo resplandecer los bordes dorados, vigorizando el color y haciendo que incluso el cuero se viera nuevo, el sentimiento de ser algo importante y valioso había hecho rejuvenecer aquella posesión tan valiosa para el rey.
-Y sé que lo terminarás…
Aquellas fueron las últimas palabras que su padre le dijera, siendo ese día el momento en que el libro abandonara la biblioteca, viajando siempre con la chica a todos lados, junto con una bolsa donde ella acostumbraba a depositar las semillas y etiquetarlas.
-Estoy cumpliendo mi promesa, aunque él no este voy a terminar este libro a como dé lugar- Afirmó la joven luego de terminar la historia, Tōshirō había terminado por sentarse a un lado de ella, pasando su brazo por detrás de sus hombros, e instintivamente la había apoyado sobre su costado -Aún me faltan algunas plantas, pero de momento estoy concentrada en las que Glacies posee, ya me daré el tiempo necesario para terminar con el resto de los reinos
-Te ayudaré en lo que pueda, primero hay que estabilizar el reino, luego podremos hacer cosas diferentes- Aquellas palabras aun no tenían un significado en específico para ninguno de los dos, sobre todo, porque recién comenzaban a conocerse y para ella, era solo reinicio de toda aquella travesía -Se que no iniciamos con el pie derecho, pero enmendare mis errores poco a poco, ahora lo primordial es tu íntegra recuperación
Pudo sentir a la chica aún más pegada a él, apoyada sobre su costado y que comenzaba a cerrar los ojos.
-Vamos, es hora de tomar un descanso- Y pasando su brazo libre por debajo de sus piernas, logrando acunarla entre sus brazos, se puso de pie para llevarla a la habitación, no sin antes, tomar la manta que la reina de Caelestis había puesto en el carruaje -Yo también cumpliré mi promesa
Cubrió a la princesa con la manta, quien estaba ya dormida y caminó por los pasillos hasta la habitación, depositándola en la cama con sumo cuidado al momento de llegar ahí.
La servidumbre estaba conmocionada, ver el repentino cambio en su rey los había dejado mayormente perplejos a todos, sin embargo, las órdenes habían sido no comentar nada al respecto, por lo que, sin dudarlo, sus súbditos habían obedecido.
Pero hubo alguien en las sombras que seguía sus pasos, alguien a quien no parecía agradarle en absoluto el contacto tan cercano que esos dos tenían, algo que definitivamente no había podido evitar por el rompimiento de su hechizo, seguido de un enamoramiento fugaz que estaba segura pronto terminaría. Terminaría ¿verdad? No creía verdaderamente que el rey se habría enamorado de ella, porque era una niña, ella podía ser mucho mejor partido que aquella princesa.
Y ahora con su plan en movimiento, haría hasta lo que fuera porque aquello funcionara.
…
Llegaron a Glacies, y Saya pareció sentir a su mellizo, así que les dio alcance y él simplemente no dijo nada, Riruka y él estaban esperando llegar a donde Tōshirō, pero apenas llegaran a la oficina, pareciera que todos sintieran que había sucedido algo extraño. Stark y Grimmjow habían aparecido por su cuenta.
- ¿Como ha ido la exploración? - Pregunto el rey, mirando a su hermana, quien solo terminará por cruzarse de brazos -Satoshi…
-Bueno, al parecer Riruka sigue un poco molesta de mi popularidad en el pueblo- La venita de enfado de la aludida solo crecía y crecía -Me regalaron bastantes cosas, las granadas son realmente deliciosas, nunca las había probado
La sonrisa petulante de Sato solo delataba que estaba diciendo todo eso para molestar a la pelirroja, cosa que estaba logrando. Grimmjow contuvo la risa, recibiendo una mirada de su hermano y mirando a su cuñado.
-Las granadas son la mejor fruta que nuestro pueblo tiene, sin ella, definitivamente abríamos muerto hace muchos siglos- Afirmo el rey, apoyando las manos sobre la madera y mirando a su hermana -Riruka, podía escuchar tus gritos en el viento desde aquí ¿ha pasado algo?
Riruka frunció el entrecejo, pero suspiró.
-El que tiene que explicarte es el- Y señaló a Satoshi, con una mano en la cadera y el pulgar de la otra mano en dirección al moreno -Él tiene mejor noción de lo que vio, creo…
-Al parecer alguien hizo una nueva amiga- Comenta Saya con sorna al ver la molestia de la Glacies a con su hermano. Ese era el extraño encanto que Sato tenia, solía exasperar un poco pero extrañamente eso también les hacía serles de agrado.
-No estabas en la exploración, tenía que molestar a alguien- Sato se alza de hombros, procediendo luego a aclararse la garganta cuando ya sintió las miradas impacientes tanto de Grimmjow como de Tōshirō. Entendía la razón de porque la pelirroja se entendió tan bien con su hermana -Volábamos de regreso al castillo cuando alcancé a ver algo muy extraño- Comenzó a explicar finalmente con un poco más de seriedad -Era una figura negra, muy extraña, no parecía ser humano, pero tampoco algún animal conocido, así que lo seguí; en cuanto sintió mi presencia huyo al bosque. Utilicé toda mi velocidad, y aun así no pude darle alcance
Sato miró a su melliza, sabiendo que ella entendería el peso de aquellas palabras. Y por supuesto que Saya se alarma al escuchar eso, porque eran más veloces que cualquier criatura, los únicos con los que se equiparaban en velocidad eran los dragones de viento y, aun así, podría decirse que les hacían competencia.
- ¿Quieres decir que esa cosa que viste fue más veloz que tú? - Pregunta Saya más que nada para confirmar las palabras de su hermano.
-No solo era veloz, quisa en un campo abierto hubiese podido atraparlo, en especial era sumamente ágil, se movía fácilmente entre los árboles, nunca había visto a una criatura desplazarse entre el bosque de esa manera
Riruka infló los cachetes, desviando la mirada al tiempo que se cruzaba de brazos.
Tōshirō puso especial atención a las palabras de su cuñado, ignorando por completo el resto, irguiéndose en su asiento, mostrando sorpresa, mirando a Grimmjow a su lado.
-No parece ser la primera vez que esas cosas entran en el reino- Afirmó el albino, suspirando -Un soldado de baja categoría se topó con una cosa similar hace algunos años, de no ser por el resto de sus compañeros, probablemente no hubiera vivido para contarlo
-No encontramos rastros o indicios de donde procedía- Agregó sir Stark, suspirando -Pero una vez se vio amenazadoras por nuestros soldados, desapareció sin dejar rastro alguno
-Era como cualquier criatura que se ve amenazada- Siguió explicando Sato -Simplemente huyó al bosque, no sentí que tuviera intensiones agresivas, ni siquiera de defenderse. Sin embargo, me atrevo a deducir que conoce el reino, por lo menos el bosque, pues escapó precisamente hacia las cascadas, fue ahí que desapareció
-Alguien que solo está observando- Fue más un pensamiento dicho en voz alta que un cuestionamiento.
-Podría ser- Respondió Sato a aquel pensamiento -Ahora, encontramos huellas que según Riruka no son las de un conejo, aunque las vi muy parecidas, alguien o algo quiere desviar la atención, el problema es saber de que
Tōshirō frunció aún más el entrecejo, confundido ¿quién estaría planeado algo en contra del reino? En general, Glacies nunca fue un reino que quisiera atacar a otro, actualmente era visto como amenaza debido a los anteriores acontecimientos relacionados con la princesa, pero nunca había mostrado actos hostiles.
-Necesitamos reforzar la vigilancia, corrieron con suerte, pero no podemos bajar la guardia- Ese había sido Grimmjow, quien ya estaba planeando el despliegue de sus hombres por grupos -Sea quien sea que esté tramando esto, va a toparse con hielo, mis hombres no permitirán que entren más al reino
-Estábamos por la zona sur, los pueblos de ese rumbo están muy desprotegidos y son ajenos a lo que sucede de este lado del reino- Afirmo Riruka, demostrando sus conocimientos sobre el reino -Podrían estarse escondiendo en los límites del bosque
-Yo diría que efectivamente están saliendo de los límites del bosque- Afirma Sato -Perdí a esa cosa en la cascada que delimita a Glacies con Ignis al fondo del bosque, es un lugar bastante espeso. Seguramente te gustaría explorarlo Saya
Sato conocía el gran sentido de la aventura de su hermana y lo mucho que le gustaba adentrarse a las zonas boscosas de los reinos.
-Ten por seguro que mañana explorare esas zonas- Dice entusiasta, ansiosa ya de estirar las alas -En mi encierro obligado de hoy estuve repasando los libros de investigación de Asami y hablando con Lilinette. Tengo los conocimientos suficientes de la flora y fauna actualmente conocida de Glacies
-Y seguro deben existir más – Agregó sato, mirando a su hermana aún un poco preocupado -Mañana regresaré a Caelestis, debo detallar el mapa que estuve sacando de Glacies para pasar el reporte a Takeshi. Saya, te encargo la zona de la cascada, presiento que debe haber una cueva o algo por ese lugar, pero lleva el medallón que nos dio el señor Stark para que no uses mucho tu magia de fuego y corras el riesgo de activar las esporas de aquellas flores
-Tranquilo hermano, tomare todas las precauciones- Les resta importancia a sus advertencias con un aspavientos de su mano -Investigare a profundidad esa zona, suena que hay algo interesante por ese lugar
Aquello llenaba a Saya de adrenalina, ansiosa por poder salir. Tōshirō intercambio la mirada entre un mellizo y el otro, suspiró, porque no podía detener a ese par, pero no podía permitir que un Caelestis anduviera por ahí con tanto peligro.
-Necesito un favor, por parte de Saya- Agregó el albino, a sabiendas de que aquello sería muy difícil para ella -Antes de ir a explorar el día de mañana, necesito que pases primero a la torre de los elfos, Okikiba necesita revisarte antes de que hagas cualquier otra cosa ¿entendido?
-Su reino, sus reglas- Responde Saya llevando una mano al pecho, a la altura del corazón. Se trataba de una acción militar de respeto -Tampoco deseo preocupar a Asami, así que descansare el resto del día y mañana iré con Okikiba. Pero no tienes que preocuparte, sabemos defendernos ante cualquier situación- Afirma con tenacidad y confianza.
-Grimmjow irá contigo, terminara de organizar a los soldados y de ahí tendrá el día de mañana libre para que puedan explorar- Afirmó el albino, respaldado por un asentimiento del mayor - ¿Algo más que quieran decir respecto a ese monstruo?
-La verdad es que no me permitió verlo claramente para sacar una descripción detallada- Habla Sato, cruzándose de brazos -No era humano, eso es seguro, o quizá una mutación de un humano con alguna especie de lagarto. Tampoco estoy seguro de que mi ataque de fuego lo haya herido, pero de ser así, tendrá una quemadura en la espalda
Stark había anotado cada una de las palabras del muchacho, tenía algo más concreto respecto a esas cosas, por lo que una vez terminaran ese tema, prosiguió con lo que realmente les acontecía.
-Terminando con el tema del monstruo majestad- Inició el castaño, palomeando algo en sus documentos - ¿Hubo algo en su recorrido que llamara su atención? Podemos iniciar a hacer los papeleos respecto a alguna clase de alianza
-Oh, claro que si- Inmediatamente alza la bolsa que había estado cargado desde que llegaron, de la cual, saca una grabada -Definitivamente Caelestis pagara muy bien por un dote de estas delicias, nuestros soldados necesitan una dieta más balanceada y me sentí con mucha energía comiendo una de estas
- ¿Esas son las granadas? – Saya se acerca para verla con detenimiento, intentando tomar una de la bolsa que su hermano sostenía, pero siendo retirada al instante -Dame una, tacaño
-No, tú te quedaras en Glacies, pueden darte más
-Sato, no seas envidioso, déjame probar una
Y tal como si fueran niños discutiendo por un juguete nuevo, empiezan a forcejar aquella bolsa con tales frutas de Glacies.
Tōshirō tuvo que aclararse la garganta al escuchar a los hermanos discutir por la bolsa de granadas. Grimmjow contuvo la risa apretando los labios y Riruka solo rodó los ojos, fastidiada del comportamiento de ambos hermanos.
-El único inconveniente es que no tenemos los recursos suficientes para ampliar nuestros huertos y abastecerlos a ustedes y a nuestro pueblo, a menos que estén dispuestos a invertir en ellos, no habrá problemas con realizar el intercambio comercial- Dijo el albino como si aquella escena infantil no hubiera sucedido nunca frente a él -Stark, anota eso en la lista de intercambios que la princesa ha hecho, hablaremos de ello cuando despierte
-Estoy seguro de que Takeshi no tendrá inconveniente en invertir, no solo en los campos de granadas- Afirma Saya tras darle un pisotón a Sato para que soltara la bolsa de granadas, quien suprimió un grito de dolor agachando la cabeza -Por lo que leí en los registros de Asami, ayuda al rendimiento físico, eso les servirá a nuestros soldados- Dice tras agarrar una granada de la bolsa.
-Aunque el problema también son las heladas- Farfulla al momento en que le arrebata la bolsa a su hermana -Pero estoy seguro de que las piedras de calor de Ignis ayudarían, tienen una rara propiedad física que las hace irradiar calor
-A Ignis podría interesarle las flores con propiedades venenosas- Sugiere Saya, diciendo lo siguiente con algo de ironía -Hay muchas flores con propiedades toxicas, ahora sí que lo sé en carne propia
Tōshirō se recargó en la silla, miró a Starrk y le dio una afirmación con la cabeza.
-Una vez Asami despierte, Starrk y yo hablaremos con ella al respecto, ha estado encerrada en la biblioteca y en la oficina de mi mano derecha trabajando en las plantas, sin duda alguna, las flores que siempre pensamos eran inútiles, podrán salvarnos en muchos aspectos- Interiormente estaba orgulloso de la esposa que tenía, y más en el fondo, culpable y arrepentido de lo que había hecho en los últimos meses -La cocina está abierta y disponible para ustedes, vayan y sacien su hambre, si acontece algo nuevo se los haré saber
Los mellizos hicieron una reverencia, tal cual mostrando su diciplina militar. Yéndose luego a aceptar el ofrecimiento del rey, después de todo, ambos estaban hambrientos, especialmente Sato al estar explorando y haber tenido aquella larga persecución.
-Hay que ir preparando la documentación, no dudo que Asami aceptara la propuesta de su hermano, pero aún debe ser muy persuasiva con su hermano el rey- Dijo Tōshirō a su mano derecha -Debo ir con ella
- ¿Relegará tareas para estar con la princesa? - Tōshirō lo miró de mala manera -Era una duda mi señor
Y Tōshirō se puso de pie, saliendo de su oficina y dirigiéndose a donde Asami.
…
Tras llenar sus estómagos con la generosa comida que les ofreció el cocinero de Glacies, el resto del día Sato y Saya estuvieron trabajando en el mapa en la oficina que Stark les ofreció para que pudiesen trabajar con más comodidad, quien, además, les proporcionara varios pergaminos y demás materiales.
Eso les tomo casi la mitad del día, había muchos detalles que fueron sacando al trabajar en conjunto, pero al final, pudieron tener un mapa bastante bueno de una buena parte de aquel desconocido reino con todos los detalles posibles que habían visto en apenas dos días.
Era un poco entrada la noche cuando terminaron, pero alcanzaron a ir un rato con Asami y terminar de ponerla al tanto de lo que pasó, así como sus planes para el siguiente día en el que Sato regresaría a Caelestis mientras Saya exploraría la parte del bosque donde encontraron a la criatura.
A primera hora de la mañana, Sato partió a Caelestis, no sin antes despedirse de sus hermanas y asegurarse de que Saya fuese con Okikiba antes de irse a la exploración, esta únicamente emitió un bufido fastidiado cruzándose de brazos mientras le prometía que iría a la torre, pero que no tenía que preocuparse. Sato sabía lo resistente que era su melliza, era parte de su entrenamiento diario el resistir la fuerza de la naturaleza, pero claro, su lado protector no le dejaría irse tranquilo sin asegurarse.
En poco menos de una hora, Sato ya se encontraba de vuelta en Caelestis, yendo primeramente a la oficina de Takeshi, donde sabía que su hermano estaría trabajando desde antes de que el sol saliera. Efectivamente, ahí estaba, rodeado de varios documentos apilados alrededor de su escritorio, tan sumido en su trabajo, que ni siquiera se había percatado de su presencia.
-Espero que al menos salgas a que te de la luz del sol hermano- Solamente oír su voz bastó para tener la atención de Takeshi. El mayor alzo la vista, viendo a su hermano frente a él ¿Cuánto tiempo llevaba trabajando?
-No creí que volverías tan pronto- Dice el rey, estirándose y permitiendo que sus articulaciones tronaran por el exhaustivo entumecimiento que tenía - ¿Y Saya? ¿Cómo esta Asami?
Claro, tenía que ignorar el comentario de su hermano para que aquello sonara más familiar, una costumbre de él.
-Bueno, es precisamente por eso que decidí volver antes- Toma asiento delante de Takeshi -Hay demasiadas cosas de las cuales tengo que ponerte al corriente- Takeshi no logra disimular su preocupación, por lo que prosigue -Relájate, nada grave, pero sucedieron unas cosas que definitivamente nos hicieron alterar nuestros planes
Suspiró, tenía que ponerle atención a su general cuando se trataba de una exploración, así que tomando las pilas de papeles las dejó en el piso, pudiendo ver a su hermano con más claridad.
-Detalles hermano, detalles- Dijo el mayor acomodándose en su silla y haciendo sonar su campana, solicitando unas bebidas para hacer aquello más ameno -Estamos ante algo muy importante, un acontecimiento histórico, finalmente Glacies forma parte de la alianza y aun no terminamos la exploración y ni siquiera han iniciado las alianzas
-Sobre las alianzas, bueno, me tome la libertad de decir que Caelestis gustoso podría invertir en los campos de estas frutas- Le lanza una de las granadas, la cual Takeshi atrapa al vuelo -No solo son exquisitas, según me conto la hermana menor de Tōshirō tienen los suficientes nutrientes como para auxiliar a los pueblos a sobrevivir a la escasez de alimentos. A nuestros soldados les haría bien en su dieta
Takeshi se sobresaltó al ver volar la fruta hacia él, observándola con curiosidad. Miró a su hermano con una ceja alzada, como si dudara de lo que éste decía.
- ¿Tienes información al respecto? - Había sacado el cuchillo corto que cargaba en el cinto, comenzando a pelar la fruta -Confío en el buen juicio del rey, pero de momento solo tomo ideas y palabras de Asami, ella es la experta y no, no desconfío de ti, pero necesito más información
-Takeshi...- Empieza, inclinándose a él y poniéndose un tanto más serio -El reino muere de hambre. Los esfuerzos de Asami los han ayudado, pero no como podríamos ayudarlos nosotros. Quisa me esté yendo más por el lado compasivo que por mi gusto y beneficios de esa fruta, pero si podemos empezar por algo…
-Tenemos que ser cautelosos, tienen años sobreviviendo a su suerte, empezar con algo como esto no va a cambiar las cosas de la noche a la mañana, Asami debe saber eso mejor que nadie. Me alegra saber que está haciendo lo que puede con lo que tiene de magia, pero no podemos apresurar nada- Dijo Takeshi sin mirarlo, concentrado en pelar la granada y disfrutando los granos internos, dulces y ácidos, dejándola sobre el escritorio y mirando a su hermano -La próxima vez, quiero un documento de la futura reina de Glacies con toda la información de la fruta y su firma, si me convence, la aceptare de inmediato. Y lo reitero, no desconfío de tu buen juicio, ni el de mi hermana, pero una vez aceptado un intercambio, no dejaran de llegar, y mi trabajo será más difícil ¿lo entiendes?
-Rey ante todo ¿verdad? - Sonríe con orgullo ante la postura de su hermano, que era primeramente hacer las cosas con el debido acuerdo -De acuerdo, se lo hare saber a Asami la próxima vez que vaya a Glacies. Por el momento, hay otras cosas sobre la exploración- Saca del interior de su chaqueta un pergamino enrollado, el cual, extiende delante de Takeshi -Aún falta mucho por explorar, pero esto es lo que tenemos por ahora, es bastante considerando que solo hemos estado ahí poco menos de dos días
Mientras Takeshi pasaba minuciosamente su vista por el detallado mapa, Sato le relataba zona por zona todas las características de aquel desconocido reino, desde sus cambiantes climas, las cosechas, por donde provenían los vientos, la ubicación exacta de algunos ríos, en fin, todo lo que pudieron notar en apenas unos días de haber explorado. Y, por supuesto, cuando paso a las zonas montañosas no pudo pasar por alto las flores que enfermaron a Saya, asegurándole primeramente que se encontraba ya totalmente fuera de peligro cuando se fue de Glacies y que incluso Tōshirō estaba muy al pendiente de que de todos modos fuera a checarse con los elfos del reino.
Takeshi sonrió, tomando algunos granos para llevarlos a su boca, observó el mapa aún incompleto, ubicando de mejor manera la localización de los pueblos y los campos.
-Aún falta bastante, y dejo eso en sus manos- Luego puso atención a lo que mencionara sobre Saya - Hace mucho escuche de una flor que se adaptaba al clima en que se encontraba- Mencionó el mayor, atento a la ubicación donde saya enfermo -Hace mucho que no escuchaba sobre algo similar ¿Asami ya la registró?
-Le hice un boceto de la flor y Grimmjow tomo una muestra, ya debe haberla registrado- Responde Sato también llevándose unas semillas de granada a la boca- Es un reino con más misterios de los que me imagine
Hace una pausa, como no queriendo llegar al siguiente tema, pero se trataba del reino donde vivía Asami y era prudente que estuviera enterado de lo sucedido.
-Estábamos sobrevolando el área de vuelta al castillo, y pude percatarme de una extraña criatura que se encontraba por los límites del bosque- Señaló la zona en el mapa -No se trataba de ningún animal que hayamos visto, y tampoco nada de la región, intente atraparlo y lo perseguí por buen rato por el bosque, pero no pude capturarlo y terminó por esfumarse cuando llegara a la cascada que divide Ignis y Glacies, en lo más espeso del bosque- Coloco un dedo en el mapa, señalando el área a la que se refería -Al parecer, no es la primera vez que ven una criatura así, pero tampoco han podido identificarla
Sato alzó la vista hacia su hermano para ver su reacción ante el descubrimiento. Takeshi frunció el entrecejo al escuchar aquello, masticaba algunos granos de granada, por lo que se quedó pausado mientras analizaba.
-Esta algo alejado del reino, los bosques han de tener bastante espesura en esos lugares donde la civilización no llega aún- Miles de ideas se arremolinaban en su mente, bestias, monstruos, ¿qué más iban a encontrar en el camino a la paz? -Tenemos que…
Llamaron a la puerta, Yuriko entraba con una expresión de preocupación en el rostro.
-Lamento interrumpirlos, pero llegó esta carta de Aqua en calidad de urgencia- Dijo la reina al entregarle la carta a su hijo, quien la leyera de inmediato -Hola Sato
-Hola, madre- Responde por inercia, pues estaba más inquieto por la expresión de Takeshi al leer la carta, quien se puso de pie por inercia y miró a su General.
-Acompáñame a Aqua- Yuriko miró a su hijo con sorpresa, no entendiendo por completo lo que sucedía -No hay tiempo, vamos
Y fue el primero en salir de la oficina, dejando a su madre y hermano sin saber cómo reaccionar.
- ¡Satoshi! - Gritó desde el pasillo - ¡Para hoy!
-Ya voy- Respondió más para sí mismo que para alguien más, poniéndose de pie y mirando fugazmente a su madre, haciendo un inclinación -Lo siento, madre
Apenas salió de la oficina, tuvo que darle alcance a su hermano, y estando a las afueras del palacio, Takeshi desplego las alas y despegó sin si quiera ver si Sato ya lo estaba siguiendo, aunque no era necesario, su desconcertado general fácilmente pudo darle alcance a pesar de que estaba volando a una velocidad bastante apresurada considerando que Takeshi rara vez usaba sus alas. Nunca lo había visto con tanta prisa.
-Muy bien, será mejor que me pongas al tanto- Se empareja al vuelo con él. Takeshi estaba bastante concentrado para mantener el ritmo, hasta que escuchó la voz de Sato.
-Aqua ha sido atacada, no están seguros de que fue lo que los atacó, Kanda ha tenido muchas bajas- Esto era lo que más le sorprendía, ya que era un general muy estricto y centrado -Evaluaremos y llamaremos por soldados, sé que Saya está en Glacies, pero me alegra que hallas llegado hoy
-Sabemos que no podemos dejarte solo- Bromea un poco, sonriendo de lado -Apresurémonos, majestad
Poco antes de arribar a Aqua, pudieron ver al pueblo organizado y en defensa, algunos lugares estaban desprotegidos aún, pero ya había gente trabajando. Descendieron lentamente, hasta que divisaron al general de Aqua tratando de organizar a los pocos hombres que tenía.
-Tsch, le dije al rey que no era necesario pedir refuerzos- Apunto el espadachín, llevaba un brazo vendado y un parche en la mejilla -No debería arriesgarse así, alteza
-El bienestar de mi pueblo es imperativo, reporte, general
-Veinte hombres caídos, tres criaturas de dudosa procedencia, figura amorfa y de color negro iniciaron el ataque al centro del pueblo, los soldados a cargo del área respondieron al ataque, pero fue inútil
-La descripción es parecida a lo que vi en Glacies- Dice Sato, dirigiéndose a Takeshi -Pero esa criatura no me atacó y de inmediato huyó
-Diferentes tipos de encantamiento, vigilancia y ataque, debe haber una ofensiva- Murmuró Takeshi, estaba analizando la situación desde su punto de vista -Son ágiles, necesitamos reforzar las defensas
-Estamos bien, podemos continuar defendiéndonos- Insistió Kanda, molesto por el hecho de que el rey no escuchara sus palabras.
-Un poco de ayuda extra no está de más- Expresa Sato con una extensa sonrisa -Es una buena oportunidad para unir fuerzas entre generales ¿no crees? – Se acerca al general de Aqua con bastante confianza, algo que solo hace gruñir al peli azul mientras el moreno le palmeaba el hombro -No he tenido la oportunidad de colaborar contigo
Una vena saltó en la frente de Kanda, odiaba los contactos físicos, sobre todo, de aquellos que consideraba con poca materia gris.
-Más te vale no volver a hacer eso- Mascullo entre dientes, con los ojos cerrados y los puños apretados, tanto que las venas podían marcarse en sus brazos -El rey podría estar esperando por ustedes, deberían ir a hablar con él
-Iré a ver al rey, Sato se quedará contigo para ayudarte en lo que haga falta y mandar a pedir hombres en caso de ser necesario- Y jalo a su hermano, hablándole al oído -Contrólate, no seas irrespetuoso
-Solo intento hacer esto más ameno- Gruñe, cruzándose de brazos, cambiando inmediatamente su actitud al ver la amenaza en el rostro de su hermano -Ayudare en lo que pueda a don simpatías, quédate tranquilo, no causare problemas- Alza las manos en símbolo de paz, yendo a donde el general -Entonces ¿Cuál es tu plan? Tuve oportunidad de enfrentarme a algo parecido, puedo seguirle el paso en caso de que aparezcan más
Takeshi miró de manera recriminatoria a su hermano, suspirando y alejándose, aquel comentario de su hermano estaba siendo egocéntrico, altanero.
-Estamos reforzando la seguridad de las casas, desalójanos a la mayoría, pero no podrán estar en el refugio mucho tiempo- Afirmó el general, viendo pasar a un par de soldados para reunirse con un grupo e ir a vigilar -Tenemos que averiguar cómo acabar con esas cosas
-A mí nunca me atacó- Repite Sato, con la mano en la barbilla, analizando la situación -Quisa es distinta a la que encontré en Glacies ¿Cómo es su ataque?
-Desenfrenado, no mide a quien ataca o lo que golpea. Impredecible, desde el punto de vista de los hombres que lo enfrentaron y sobrevivieron- Respondió el general, comenzando a caminar hacia los cadáveres de sus soldados enfilados a la orilla del pueblo sobre la arena -No tenían oportunidad, los elfos no pudieron hacer nada con sus heridas
Era un escenario devastador el ver a tantos fieles soldados muertos en fila. Es decir, habían pasado cientos de años desde la última guerra y que tuvieran tantas bajas, fuera de algunos ladrones comunes, desacuerdos por algunos intercambios mercantiles y de más cosas que fácilmente se pudieron solucionar, habían tenido tiempos de paz. Ahora, de la nada, aparecían estas criaturas.
-Lamento lo de tus hombres- Continúan caminando -Es lamentable tener tantas honorables perdidas
Kanda pareció calmarse, tenía poco menos que el general de Caelestis, pero había tomado el puesto por recomendación y no había fallado. Si bien los tiempos de paz habían sido lo suyo, nunca había bajado la guardia y, aun así, perder veinte hombres lo preocupaba de sobremanera.
-No somos inmortales, viviremos años, siglos si quieres verlo de esa manera, pero moriremos- Las aguas del mar estaban agitadas, el viento soplaba con ímpetu, alborotando el cabello de ambos hombres -Averigüemos que está pasando en este lugar
Kanda avanzó hacia el lugar del ataque, guiando al príncipe al origen de todo.
-Mis hombres dicen que surgieron de la nada, atacaron a la familia y comenzaron a destruir las viviendas aledañas- Cinco o seis casas más estaban dañadas, considerablemente y podrían ser pérdidas totales para la familia que ahí viviera -Se arremolinaban sobre el objetivo, los gritos podían escucharse varios kilómetros a la redonda, y de pronto desaparecieron en las lejanías, sin dejar rastro alguno
- ¿Se llevaron algo? - Pregunta Sato adentrándose con cuidado a los escombros – Objetos de valor, joyas…
-Nada, solo mataron y destruyeron- Respondió él peli negro, mirando por el camino que habían desaparecido -Algunos de mis hombres siguieron a aquellas cosas, pero casi al llegar al límite con Glacies desaparecieron
-Es muy extraño, conmigo solo pareció estar jugando al gato y al ratón al tenerme persiguiéndolo por todo el bosque- Comento el moreno, terminando de observar las viviendas a su alrededor -Me mantendré al tanto desde los aires, claro, si no tienes inconveniente o algún otro plan
-Puedes hacer lo que te plazca, tengo que organizar a mis hombres- Kanda le dio la espalda, comenzando a caminar en dirección opuesta al príncipe, luego de ver que esperaba su respuesta para comenzar a actuar.
-Que agradable sujeto- Comenta Sato con burla antes de extender sus alas y alzarse en vuelo.
La situación era muy extraña, primero Glacies y ahora Aqua. Quien sabe de donde estaban saliendo aquellas criaturas extrañas, pero si hubo bajas con soldados como los de Aqua entonces si necesitarían más apoyo, aunque el general dijera lo contrario.
"Renji estoy en Aqua junto con mi hermano, hubo un ataque, ponte alerta, quisa necesitemos apoyo"
Envío el mensaje de viento en dirección a Ventus, quizá era mejor contar con refuerzos de alto rango.
Takeshi había llegado a donde el rey Jūshirō se encontraba, hablar del asunto y darle los descubrimientos de Glacies, la dudas estaban ahí, implícitas en cada palabras dicha por el Caelestis, sin embargo, no podían culpar al nuevo integrante de la alianza solo por haber tenido en sus tierras una criatura similar. Takeshi había reafirmado su papel en aquel asunto, aseverando que cualquiera que estuviera detrás de lo que fuera que estuviera pasando, pagaría con su sangre.
Ahora que Glacies y Aqua tenían al mismo enemigo, y que ambos colindaban con fronteras, las dudas lo invadieron, conjeturas y misterios que tenía que resolver.
-Takeshi...- La voz de la princesa lo sacó de sus cavilaciones al andar, y es que no podía comportarse molesto o grosero con aquella hermosa mujer que solo le acelero el corazón -Gracias por venir a auxiliarnos
-Ah, no Isane... perdón, princesa- Se corrige a sí mismo, aunque sabía que la chica podría reprocharle el mantener las formalidades -Para mí es un honor servir a mi reino y a mis alianzas, me quedaré en Aqua en lo que mi general termina de examinar el área
La mujer sonrió, aunque terminó por darle un toquecito en la frente con los dedos por el hecho de haberla llamado princesa.
-Nada de formalidades- Dijo ella finalmente, tomando el brazo del rey y acompañándolo a las afueras del palacio, donde podía verse la playa -Los gritos de la gente podían escucharse hasta acá, pero no había nada que pudiéramos hacer, los soldados ya estaban ahí
Takeshi entendía que la mayor preocupación de aquella joven era su pueblo, al igual que Asami, su corazón lleno de bondad y pureza, las hacia las candidatas a reinas más benevolentes que cualquier reino en general pudiera tener. Coloco su mano sobre la de ella, afianzando el agarre de ésta y acompañándola a cruzar el puente que unía al reino con el palacio, dirigiéndose hacia el lado opuesto de donde se encontraban los cadáveres, donde Kanda ya estaba haciéndose cargo.
-No me voy a rendir hasta saber que está pasando con el reino, con los misterios que parecen querer consumirnos- Isane le había volteado a ver, enternecida por aquellas palabras -No estoy seguro de que hubiera hecho mi padre al respecto, pero el quizá si tendría una noción de lo que está pasando
-Tu padre fue un rey muy sabio, gobernar y dedicarles tiempo a sus siete hijos en tiempos de guerra, ofrecerles el amor de un padre, todo lo que hizo por ustedes- Suspiró, mirando hacia el mar -Un hombre admirable
Escucharla decir aquello le hizo sentir algo inexplicable, había sido flechado no hace mucho por ese corazón, por la belleza de la mujer ante él y por su sabiduría, ¿debía dejar pasar aquello?
"Tonto"
Escuchó la voz de su pequeña hermana en la cabeza recriminarle aquello, abofeteándose mentalmente para espabilar y ponerle atención a la peli blanca.
-Voy a esforzarme por ser tan bueno como él, sé que mi padre es un ejemplo que seguir para muchos- Isane asintió, la princesa de Aqua siempre había sido muy unida a ellos en la juventud, el Rey Jūshirō había sido partícipe de algunos enfrentamientos junto al rey de Caelestis, así que la joven terminaba pasando temporadas en el castillo -Por ahora, la prioridad es proteger a tu pueblo
-Y siempre estaré agradecida por... - No pudo terminar sus palabras, no cuando una enorme bestia surgió del agua, un monstruo de una cabeza y medianas extremidades que le hacían moverse de manera veloz sobre la tierra, así como una larga cola con la cual destruía todo a su paso - ¿Qué es eso?
[Two Steps From Hell - Protectors of the Earth]
Y justo en ese momento, el monstruo fijo su mirada en la princesa, apresurándose a llegar hasta ella, por lo que Takeshi, sin tener otra opción, tomó a la princesa con un brazo y desenvaino la espada con la otra, alcanzando a cortarle la lengua viperina que salía de su hocico.
-La próxima vez no fallare en cortarte la cabeza- Masculló el hombre, apresando a la chica contra su pecho para que no cayera - ¿Estas bien?
Asintió, pero la bestia únicamente tuvo tiempo de tomar el impulso necesario para volver a arremeter contra la pareja. Takeshi alcanzó a cortarle un ojo, por lo que la bestia profirió un chirrido, y los soldados de Aqua se acercaron para tratar de auxiliar al rey de Caelestis, pero sus ataques eran nulos, no mostrando afectación por ellos.
Repentinamente, la cabeza del monstruo cayó, seguido de un golpe seco del cuerpo contra el suelo. Kanda había aparecido de la nada, enfundando su espada velozmente y acercándose a inspeccionar aquello, sin embargo, el cuerpo se puso de pie, y al segundo siguiente, dos cabezas habían aparecido.
Sato había visto a aquella criatura de dos cabezas desde las alturas, no se había percatado del primer corte de Kanda así que paso de largo el momento en que surgieron de la decapitación del general las otras dos cabezas.
Traía ya su espada desenvainada cuando volaba en picada hacia aquella cosa, apareciendo de la nada, a lado suyo, el general de Ventus quien también ya estaba listo con su arma para dar un certero ataque.
-Eso sí que fue rápido- Alaga Sato, Renji solo dio un bufido junto a una orgullosa sonrisa -Podemos decapitarlo en un solo golpe ¿listo? – No necesitaba escuchar una respuesta de su acompañante, sabía que estaba listo, por lo que dio la orden - ¡Ahora!
Ambos blandieron su arma, dejando salir varias ráfagas de viento que cortaron ambas cabezas de un tajo.
-Eso fue demasiado fácil- Exclamó Renji con soberbia.
Sin embargo, sus palabras fueron dichas con bastante rapidez, pues habían surgido otras dos cabezas de ambas decapitaciones, volviéndose ahora un monstruo de cuatro cabezas que rugían y se movían con amenaza.
- ¡¿Pero qué demonios?! - Expresa con pánico y estupor Renji, igualando las de Sato en el momento.
- ¡PERO QUE NO SABEN OTRA COSA MAS QUE CORTAR CABEZAS! - Grito el mayor al ver que el problema comenzaba a agravarse, sobre todo, cuando una cabeza se abalanzo sobre cada uno de ellos, siendo él mismo el que intentara no cortarla, pero por instinto, Kanda solo hizo su trabajo al tratar de proteger a la princesa - ¿Podemos evitar el tener que cortarle la cabeza?
-Tsch…- Kanda solo chasqueo la lengua la ver como aquella cabeza se convertía en dos más, dando por sentado ahora el que aquella cosa tuviera cinco cabezas.
Lidiar con el monstruo no era fácil, habían tenido que cortar una que otra cabeza y ahora parecía tener más de veinte. Takeshi intento otra cosa, y es que tal vez hundiéndola es que podrían tratar de mermar sus movimientos, así que, sin pensarlo mucho, toco el suelo con la palma de su mano, haciendo que la tierra vibrara y terminara abriéndose en un hoyo hasta que el monstruo cayera, pudiendo así mantenerlo en un solo lugar, aunque no a sus cabezas.
Y una cabeza se acercó a ellos, siendo la lengua la que arrebatara esta vez a la princesa de sus brazos, y sin mantener la calma, se abalanzo a luchar contra aquel monstruo, cortando un par de cabezas más.
- ¿Qué estabas diciendo de solo saber cortas cabezas, hermano? - Cuestiona Sato manteniendo en lo posible a raya a dos de las cabezas lanzándole una serie de llamaradas.
Ya eran tantas que no podían contarlas, menos al estarse moviendo tan frenéticamente. Los otros generales también luchaban en lo posible, sin embargo, esa lucha parecía no tener fin, parecía que no había forma de vencerle.
Odiaba admitir que el mismo contradecía sus propias palabras, pero tenía que mantener a Isane a salvo, y es que verla entre las fauces de aquella cosa solo hacían que la desesperación lo invadiera. Alcanzaba a quemar algunas cabezas, pero cuando estas se aproximaban a el de manera amenazante, no le quedaba de otras más que la de cortarla.
-Esto se está saliendo de control- Masculló para sí mismo, siendo alcanzado en el brazo por una de las cabezas, con su extremidad entre sus fauces, solo atino a expulsar un poco de fuego, logrando que le soltara y quemándole la lengua.
Por ese microsegundo Sato se distrajo al ver que habían herido a su hermano, pero su entrenamiento lo hizo volver la atención a la batalla contra esa cosa. Cada uno de los generales y hombres de Aqua estaban a la defensiva en contra de más de una cabeza y haciendo lo posible de no cortarla. Sin embargo, a veces por la propia defensa al ser casi atacados era inevitable no blandir el arma para atacar y cercenar la cabeza en el acto.
-Tenemos que inmovilizarlas de algún modo- Grita Sato al tiempo que blandía una y otra vez su espada lanzando llamaradas, hasta el momento, era lo único que mantenía a raya a esa cosa.
- ¿Y qué sugieres? - Pregunta Renji golpeando con la Su Yari las cabezas que intentaban capturarlo.
-Estoy pensando- Pero era difícil idear un plan con tantas cabezas atacando por todos lados.
- ¡Satoshi, a tu izquierda! – Advierte Renji a su amigo.
El Caelestis apenas y reacciona, alcanzo a protegerse de los afilados dientes de una de las cabezas con un escudo de piedra que logra crear, pero el impacto contra este lo manda a volar. Fue un golpe tan fuerte, que no alcanza a estabilizarse en el aire y se estrella en el suelo, donde se toma el brazo izquierdo y haciendo un marcada mueca de dolor. Había golpeado su brazo izquierdo fuertemente contra el suelo y, quizá se había dislocado.
Mientras los soldados se desvivían por intentar salvarla, Isane tenía las manos atadas por la lengua de aquel monstruo, pero la impotencia y su debilidad en ese momento avivaron la magia interna que le otorgaba el ser legítima princesa de Aqua.
A lo lejos, el agua había comenzado a burbujear, pero nadie podía darse cuenta por lo enfrascados que estaban en aquella batalla.
