CAPÍTULO 23:
EL PRINCIPIO DE UNA LUCHA
Agradecía que la mitad de su rostro estuviera cubierta por su máscara, aunque no hacía falta ver toda su cara para notar su descontento. Pero es que no daba crédito a lo que esos malditos tramaban, apretó sus puños en señal de impotencia, todo aquello era absurdo, odiaba como habían resultado las cosas, pero sobre todo no tener el poder suficiente como para parar esa locura.
Él era el Hokage, debería tener la potestad absoluta como para poder ser quien decidiera el resultado de ese tipo de cosas, pero parecía que su influencia no era tan fuerte, no entendía porque esos dos ancianos aún tenían tanta autoridad. Se preguntaba si hacía se habría sentido el Hokage cuando se tomó la decisión de acabar con el clan Uchiha.
Negó, no quería pensar el algo así en esos momentos, menos cuando Sasuke se convertiría otra vez en víctima por decisiones de otros. Tal vez no se equivocaba y esta aldea podría merecía un final.
Cuando le habían propuesto ese loco plan la primera vez había podido hacerlo ir marcha atrás, pero esta vez le había resultado imposible. Ni siquiera Shikamaru, con sus dotes de diplomacia había sido capaz de contradecir lo que esos malditos proponían.
—Siento no haber podido hacer más—dijo Shikamaru, pero Kakashi negó.
—Sin ti estuviéramos en una peor situación—dijo seguro.
Debía hablar con Sasuke cuanto antes, no deseaba que las cosas se complicaran más de lo que iban a ser. Estaba seguro de que cuando su exalumno se enterara de lo que planeaban hacer los ancianos del clan Hyuga iba a entrar en colera y esta vez entendería perfectamente su ira.
—Voy a ir a la casa de Sasuke, necesito hablar con él. Si alguien quiere hablar conmigo diles que tengo mucho papeleo—dijo para luego marcharse.
Con paso presuroso se dirigió a los dominios Uchiha, debía hablar cuanto antes con él y también advertir a Hinata de lo que su familia proponía, sabía que la chica tenía sentimientos por Naruto desde hace mucho tiempo, seguramente ella también saldría muy afectada.
Por más que lo pensaba no comprendía que es lo que esperaba el clan Hyuga con la unión de Sasuke y Hinata, era más que claro que no congeniaban y mucho menos sentían algo el uno por el otro. Estaba seguro de que antes de que ella fuera su guardiana ni siquiera habían hablado.
Al llegar a la mansión ni siquiera se molestó en tocar la puerta, seguramente solo estarían ellos dos allí, pero grande fue su sorpresa cuando al entrar por la ventana vio que Naruto, Kiba y Sasuke estaban sentados en la mesa mientras Hinata les servía comida a los tres.
Pestañó un par de veces para comprobar que sus ojos no lo engañaban, pero es que la escena que tenía frente a él resultaba tan hogareña que lo hacía sentir como si estuviera en un genjutsu, incluso se veía a Sasuke muy relajado.
¿Es que se había perdido de algo?
—¡Kakashi-sensei! —dijo a todo pulmón Naruto llamando la atención de los demás.
—Hola—dijo Kakashi un poco desubicado.
Hinata pronto se acercó y le ofreció una correcta reverencia, para luego preguntarle al Hokage si necesitaba algo de ellos, haciendo que el mayor reaccionara un poco.
—Necesito hablar a solas con Sasuke—dijo serio. Sabía que Hinata también tenía derecho a saberlo, pero temía la reacción de su antiguo pupilo, prefería enfrentarlo a solas primero. Con lo impulsivo que era a veces temía que canalizara su ira contra Hinata, cuando ella al igual que él era otra víctima circunstancial de lo que esos ancianos tramaban.
La chica solo se limitó a asentir, mientras que el Uchiha lo miraba con más escepticismo, conocía muy bien el carácter de su maestro sabía que escondía algo y por su tono de voz se podía imaginar que no era nada bueno.
Naruto y Kiba por su parte entendieron la indirecta y llevándose el plato de comida que Hinata les había servido se marcharon junto a la chica a otra habitación dejándolos.
Una vez estuvieron solos tomaron asiento, mientras Sasuke no dejaba de mirar ni un momento a su exmaestro. Por su comportamiento sabía que lo que fuera a decirle no era bueno.
—Suéltalo—dijo Sasuke, brusco como siempre.
Kakashi soltó un largo suspiro, ese niño como siempre carecía de tacto. —Los ancianos del clan Hyuga quieren un compromiso entre Hinata y tú, para así asegurase de que no pienses en volver a dañar la aldea.
El Hokage esperó que en cualquier momento el chico entrara en colera, pero a medida que pasaban los segundos y el Uchiha no daba el menor indicio de algún atisbo de ira su preocupación fue en aumento. Tal vez estaba pensando seriamente de qué manera acabar con todos los ancianos.
—Sasuke, escucha. Tal vez aún no sepa como arreglar este asunto, pero encontraré la forma para—pero se vio interrumpido por el menor.
—No importa, además ya lo sabía. Hanabi me lo dijo hace ya un tiempo—dijo como si nada, dejando lelo a Kakashi.
—¿Como? —preguntó sin entender.
—Que Hanabi me lo dijo. Además, ya se lo dije a ella, pero no importa o, mejor dicho. No me importaría. Es cierto que hubiera preferido un poco más de tiempo para afianzar mi relación con Hinata, pero hemos convido juntos por un buen tiempo y me siento cómodo a su lado—dijo, haciendo que Kakashi entendiera cada vez menos. —Además, no hay nadie más que ella si me imagino rehaciendo el clan Uchiha.
Aquello era lo último que Kakashi necesito escuchar para saber que algo pasaba entre Sasuke y Hinata. ¿De verdad los rumores de que ambos salían juntos eran ciertos?
—¿Quieres casarte con Hinata? —dijo algo incrédulo.
—Me molesta que otros decidan por mí, pero no me importa—dijo como si nada, logrando que Kakashi negara.
—Sasuke el matrimonio es un asunto muy serio, no puedes decir que no importaría y aceptar como si nada—dijo el Hokage, logrando que el menor soltara un largo suspiro.
—Creo que ya lo he dicho antes pero no me imagino a nadie más que Hinata para rehacer mi clan. Y tú debes saberlo mejor que nadie. Los Uchiha aman para siempre, tarde o temprano habríamos terminado de esa manera—dijo logrando que el mayor lo mirara con incredulidad.
—¿Y qué opina Hinata de todo esto? ¿Ella se quiere casar ahora? —dijo logrando que Sasuke por fin se percatara de lo complicado de la situación.
oOoOoOoOo
Hiashi no se movió ni un ápice cuando los ancianos le notificaron sobre su decisión de casar a Hinata con Sasuke, pero aquello no era nada nuevo para él, podía haberse hecho el loco, pero sabía muy bien todo lo que tramaban en silencio.
Los miró como si lo que acaban de decir no significara nada, pero solo lo hacía porque debía mantener las apariencias. Sí, tal vez él era el líder, pero no tenía el poder absoluto del clan, más si todo el consejo viejo estaba de acuerdo con la decisión. Esos ancianos eran muy listos sobretodo Toki, tal vez era mayor, pero su ambición no había disminuido ni un ápice, seguía siendo ese mismo viejo zorro que conocía cuando era niño.
—El Uchiha es un criminal, mancharía la reputación del clan—dijo con palabras calculadas haciendo que Hanabi soltara un pequeño suspiro de alivio, ella pensaba que si su padre se oponía no obligaría a su hermana a casarse.
—Es cierto que el Uchiha fue un criminal, pero también es un héroe de guerra. Además, es el último de su clan, el último Uchiha, el único poseedor del sharingan, sus genes son únicos. Podría engendrar a un ser los ojos más poderosos—dijo Toki con una pequeña sonrisa.
Sin que lo pudiera evitar la cara de Hiashi se tensó ligeramente, pero nadie fue capaz de percibirlo. Esos malditos no solo intentaban casar por obligación a su hija, sino hacerse con el hijo que ellos fueran a engendrar. Cuan equivocados estaba si pensaban cumplir con su plan.
—Es una interesante propuesta, no tengo nada en contra—dijo como si nada.
Hanabi volteó a ver a su padre con incredulidad, no podía creer la frialdad con la que se comportaba su padre frente a lo que los ancianos habían propuesto.
—¡Padre! —dijo ella indignada.
—¡Guarda silencio mientras los adultos hablan! —dijo feroz logrando callar a la menor, que quería replicar, pero aun así se mordió la lengua hasta que solo quedaron ellos dos en la habitación.
—¿De verdad estás de acuerdo con lo que están planeando? —dijo dolida, al ver la indiferencia de su progenitor.
—No es para tanto, si intento hacer algo solo complicaré las cosas—dijo intentando tratando de tranquilizar a Hanabi, pero esta presa de la ira interrumpió sus palabras.
—¡¿Que no es para tanto?! ¡¿Acaso no te importa Nee-san?! ¡Solo vas a mirar como esos malditos intentan usarla! —bramó molesta Hanabi.
—Hanabi cálmate—dijo Hiashi sorbiendo un poco de su té. —No tengo porque preocuparme por Hinata—dijo con parsimonia solo haciendo que la sangre de la menor hirviera de ira, no podía creer lo indiferente que era su progenitor. ¿De verdad no le importaba su hermana?
Hanabi totalmente enfada se levantó y se encaminó hacia la puerta.
—Regresa aquí ahora mismo, no hemos terminado de hablar—dijo Hiashi con tono autoritario deteniendo por un segundo el caminar de la menor.
—No lo haré, no dejaré sola a Nee-chan. ¡Si tú no estás dispuesto a hacer nada por ella yo misma lo haré! —dijo para luego marcharse malhumorada.
Hiashi soltó un largo suspiro cuando su hija menor se marchó, de verdad que a veces era toda una entrometida. Tal como le había dicho a Hanabi él no estaba preocupado por Hinata, y no era por indiferencia. Amaba a su hija y haría cualquier cosa para protegerla, pero ahora mismo todo lo que fuera hacer era innecesario y como le había dicho solo lograría complicar más las cosas.
Ahora los ancianos creían que tenían el sartén por el mango, pero estaban muy equivocado. De verdad no se creía que nadie se hubiera dado cuenta, la solución al problema que presentaban los ancianos era muy fácil de tratar. Además, por lo que él había podido escuchar de la conversación entre Sasuke y su hija menor la idea del chico era volver a Hinata una Uchiha.
Si el Uchiha hacia bien su pantomima y daba a entender a los ancianos que Hinata iba a ser una Uchiha tal vez podría hacerlos retroceder. Era cierto que no dudaba de los sentimientos de Sasuke por su primogénita, pero aún eran muy jóvenes para casarse, además prefería que se conocieran más antes de dar dicho paso.
Porque, quisiera o no, estaba más que claro que en algún punto su hija dejaría de ser una Hyuga y un abanico estaría detrás de su espalda.
El problema es que seguramente los ancianos no se quedarían conforme con la situación y como Sasuke era el último del clan Uchiha, pero no su primogénito optaría por esa salida para apelar que él no era el verdadero líder de su clan y que no podía volver a Hinata una Uchiha.
Pero eso solo pasaría si el padre de Hinata no daba el consentimiento.
Los ancianos creían que, por como siempre se había mostrado lo primero para él sería el beneficio de su clan, pero se equivocaban. No negaba que durante la infancia de Hinata no se había comportado como su padre y que tal vez su preocupación por ella lo había cegado, no dejándole notar el crecimiento de su primogénita. Pero es que Hinata se parecía tanto a su difunta esposa qué sin poder evitarlo la había querido proteger a toda cosa, incluso si en medio conseguía el odio de su hija, mientras se volviera fuerte e independiente no se quejaría.
Pero como siempre pasaba con Hinata lo volvía a sorprender, porque no solo no lo odiaba por como la había tratado, sino que aún lo considera como su padre. Se había vuelto una chica mucho más fuerte de lo que se podría haber llegado a imaginar.
Por eso esta vez era su turno para poder hacer algo por ella.
Notas de la autora: Espero que les guste, muchas gracias por el apoyo, ya nos leemos.
