Julio paso en un abrir y cerrar de ojos, Tom cumplió sus 13 años, compraron los útiles para el nuevo año, las túnicas de gala quedaron listas, etc. Agosto llego, los chicos descansaban tranquilamente, hasta que un día de esos, más en específico, el 13 de agosto, Liam recibió una carta. Estaba en su habitación, veía un poco de internet, algo de música tranquila se reproducía en la computadora. A su lado, Aura, una gata naranja que acompañaba a Liam, se revolcaba de un lado a otro sobre unos papeles. Aura había tenido gatitos, Liam le dio uno a Emma, pero los otros 4 gatitos tuvieron que ser regalados, muy a pesar de que aura se negara. Liam acariciaba a aura, quien ronroneaba agradecida, cuando de pronto una lechuza toco a su ventana, Liam se levantó y la abrió, la lechuza le entregó una carta y se fue. Al abrirla, Liam se quedó atónito, era de su profesora de transformaciones, Amelia Forker, antes Amelia Scott, pues se había casado con su profesor de defensa contra las artes oscuras, Anthony Forker. Ambos profesores eran muy buenos amigos de Liam, incluso lo habían nombrado padrino de su futura hija. Y, hablando de ella, acababa de nacer, Liam leyó en la carta aquella información. El 10 de agosto del 2019, nació la hija de la profesora Amelia y el profesor Forker. La profesora Amelia había invitado a Liam a visitarla en el hospital mágico San Mungo, la fecha de visita era en dos días. Liam salió de su habitación, camino un poco hasta que se encontró con una puerta blanca, toco la puerta.

-sí? Ah, hola huroncito – sonrió Raine, dentro de la habitación sonaba música electrónica a alto volumen

-hola Raine, oye, la profesora Amelia me invito a ir a san Mungo, su hija acaba de nacer, me preguntaba si querías venir conmigo? – dijo Liam con la carta en la mano

-ah San Mungo? – Raine vio a Liam y se quedó pensando – claro, así aprovecho y veo a papá

-bien, perfecto, es en dos días – sonrió Liam – hmmm, quieres jugar un rato?

-claro, solo déjame apagar la música – Raine entro a la habitación y la música paro – bien, vamos, te apetece un Final Emblem?

-oh, la otra vez nos quedamos en donde llega el malo a el pueblo, ¿no? – dijo Liam recordando

-si! Y teníamos que ir a ver a el mago anciano – contesto Raine

-ok, vamos, quieres palomitas? – Liam guardo la carta

-si jeje

-perfecto, avisa a Tom mientras las preparo! – Liam camino hacia su recamara, dejo la carta en el escritorio y bajo a la cocina.

Se divirtieron mucho jugando, hicieron chistes sobre el sistema de magia del juego y comieron un montón de palomitas. Los días pasaron, y Liam finalmente saldría a san Mungo. Su madre los cito en el patio trasero, una vez ahí los 3 se tomaron de mano y acto seguido, desaparecieron, literalmente. Liam sintió ese mareo intenso y desagradable, en cuanto se volvió a aparecer, la sensación se intensifico. Después de sacudirse un poco y recobrar el sentido, Liam vio a su alrededor. Estaban en un viejo almacén, no sabía de donde, pero aparentemente la madre de Liam si lo sabía. Salieron del establecimiento, afuera había montones de gente pasando de un lado a otro, ignorando la existencia de su madre, Liam y Raine. Ahí Liam pudo leer un cartel, decía "Purge y Dowse, S.A". Había un montón de maniquíes en los escaparates, todos bastante viejos y con ropa de hacía unos cuantos ayeres. Llegaron a una ventanilla, en donde se hallaba un maniquí muy viejo. A su lado había un cartel que rezaba "Cerrado por reformas".

-hola – dijo la madre de Liam – venimos a ver a Amelia Forker

Liam, muy confundido, vio a su madre, a lo mejor era una jugada de aquellas del mundo mágico, pensó, o simplemente era una broma de su madre. Pero Liam quedo boquiabierto al ver que aquel maniquí les indicaba con el dedo que entraran. La madre de Liam tomo a los chicos y atravesó el cristal. Liam sintió como si le tiraran un buen cubo de agua fría, sorprendido, se miró por todos lados, pero estaba completamente seco. Vio a todos lados, no volvió a el almacén, ahora estaba en una sala de recepción bastante grande, infinidad de magos con diferentes desfiguraciones y malestares se hallaban ahí.

-ah, san Mungo, es como estar en casa, cuantas veces eh venido aquí en mi juventud – la madre de Liam suspiro nostálgica – en fin, me pregunto en donde quedaran esos servicios

La madre de Liam los guio a un cartel, en donde arriba rezaba "información" Liam leyó con atención, se nombraban todos los cuartos especializados.

-papá está en la segunda planta – dijo Raine apuntando a el cartel – ves? Virus mágicos, ahí está, viruela de dragón

-ejem, disculpe, señorita – dijo la madre de Liam en una fila – venimos a ver a Amelia Forker

-ah, si – contesto la recepcionista, una bruja con apariencia de cansada – está en la sexta planta

-oh, sexta planta? – dijo la madre de Liam sorprendida – pensé que solo había cinco plantas

-es algo reciente, señora, tiene unos dos años que la fundamos – suspiro la bruja cansada

Liam volteo a ver aquel cartel, en donde venían los pisos. Se encontró con el sexto piso. Decía:

Sexta planta

SERVICIOS CONVENSIONALES

Enfermedades Muggles, Heridas convencionales, Salas de parto, Defectos Muggles, etc.

-oiga… disculpe – dijo Liam dirigiéndose a la recepcionista – a que se refieren con Defectos Muggles?

-ah, ya sabes, para corregir la vista, el oído, la voz, etc. – explico la señorita – cosas que se generan por simple biología

-vista? ¿Me está diciendo que se puede hacer que un ciego vea? – dijo Liam sorprendido

-sí, a te podemos arreglar la vista – dijo la bruja – si no está ocasionado por algo mágico, no vamos a tener ninguna dificultad

-santo cielo… - dijo Liam asombrado, tenía que hacer una llamada

-y en que sala esta Amelia Forker? – pregunto la madre de Liam, la bruja le dio respuesta, pero Liam no escuchaba

Se aparto un momento. Saco su celular, la señal no paraba de subir, por alguna extraña razón, pero esto a Liam le beneficiaba. Entro a sus contactos, y toco el que decía "Erika Rose". No tardo en recibir respuesta.

-b-b-beno? – dijo una voz femenina torpemente

-Erika! ¿Recuerdas que trataste de curar tu problema de oído? – dijo Liam emocionado

-s-si – respondió la voz

-Erika! ¡Tienes que venir a san mungo! ¡Ven de inmediato! ¡Voy a decir a mamá que vaya por ti! – dijo Liam animado

Así lo hizo, Liam le mostro a su madre una fotografía de la calle de Erika, la madre de Liam salió del hospital. Unos 20 minutos después, la madre de Liam volvió, con una chica castaña, que veía todo muy asombrada.

(Nota de autor: Erika es un personaje que utiliza lenguaje de señas, para diferenciar este de los diálogos normales, el lenguaje de señas será puesto entre [], continuemos)

-[Hola Liam] – dijo Erika en cuento vio a el muchacho

Erika era una chica que Liam conoció en su primer año, era sorda, y tenía que usar aparatos para la audición, eso también la llevo a hablar con dificultad. Erika era de pelo castaño y rebelde, con un estilo de cabello corto.

-Erika! ¡Ven! ¡Tenemos que ir a la sexta planta! – dijo Liam emocionado

-[que pasa? ¿Por qué?] – dijo Erika confundida

-pueden arreglar el problema de tu oído! – dijo Liam contento

-[Liam, es enserio?] – dijo Erika abriendo los ojos

-lo es! Erika! ¡Vas a poder oír! – Liam movía los brazos animadamente

Así que los chicos se dirigieron a su destino, subieron escaleras y escaleras, Raine se quedó en la segunda planta, y Liam junto con Erika continuaron. Finalmente llegaron a la sexta planta, ahí se encontraban cuartos con placas de todo tipo en ellas. Liam se acercó a una recepcionista, que le indico la puerta en la que un mago con uniforme del hospital entro.

-así que, problemas de oído – dijo el mago, viendo a los dos chicos detrás de su escritorio

-sí, no oye, es de nacimiento – explico Liam

-ok, bueno, no deberíamos tardar mucho – dijo el mago con una pluma en la mano, rellenando algunos papeles – su nombre?

-Erika Rose – respondió Liam – ah, y tampoco puede hablar muy bien

-ok, ok, le haremos un estudio – dijo el mago y anoto en otra parte de la hoja – bien, pase por aquí

El mago se levantó y guio a Erika a una sala, a donde Liam no pudo entrar, lo mandaron a la sala de espera. Una vez ahí, Liam vio sillas por montones, magos y alguno que otro muggle, que Liam no sabía por qué estaban ahí, esperaban sentados pacientemente ahí. No vio a muchas personas sentadas, así que se sentó directamente en alguna de aquellas sillas aleatoriamente. Pasaría a ver a la profesora Amelia en cuanto Erika saliera, al fin y al cabo, el mago dijo que no tardarían tanto, y el día era joven. Liam estaba muy entretenido tratando de ver el diario El profeta de un mago que se sentaba a la derecha del asiento del frente, cuando de repente alguien le toco el hombro y le dijo algo.

-eh… oye – dijo una voz femenina

-sí? – dijo Liam apartando la vista del periódico, a su lado, Liam vio a una chica de pie, pelirroja y de cabello corto – Emma?!

-hola – saludo Emma contenta

-wow, Emma, que haces aquí? – dijo Liam poniéndose de pie rápidamente y abrazando a su amiga

-oye, yo también estoy aquí, eh – dijo un chico atrás de Emma, un chico de pelo azabache y ondulado

-Jack! – Liam se lanzó a saludar a su amigo de un choque de manos

-qué tal? – sonrió Jack

-que hacen aquí – dijo Liam emocionado

-venimos a ver a la profesora Amelia – dijo Emma

-ah… yo también – Liam se sintió un poco tonto

-wow, sí que has crecido – dijo Emma viendo a Liam

Como era natural, Liam crecía, con una estatura normal en un chico de 14 años. Vio a sus amigos, ellos también habían cambiado. Emma, como siempre, tenía su cabello rojo cereza, y su corte de cabello era corto, Liam la había visto así solo en su primer año, y se alegró de volver a ver a Emma con ese corte de cabello. El pelo de Emma era muy lacio, por lo que cuando Emma movía la cabeza, todo su cabello se movía a la par, de una forma bella e hipnótica. También creció en estatura, esta vez siendo un poco más alta que Liam, pero solo un poco, y su cuerpo presentaba cambios notorios, como sus rasgos finos, y ese aumento en su busto, que Liam no tardo en darse cuenta, apartando la mirada lo más rápido posible. A su lado, Jack, con el cabello negro azabache y ondulado, había crecido, de igual manera, ahora compartía estatura con Liam. Emma miraba a Liam, sorprendida. Su cabello castaño y lacio estaba muy largo, con su copete tapando su ojo izquierdo y Liam apartándolo constantemente. Había algo en lo que Emma no había cambiado, eso eran sus sentimientos hacia Liam, seguía enamorada de él.

-se ve bien, ¿no? – dijo Jack apuntando al cabello de Emma

-sí, sí, me recuerda al primer año jaja – Liam rio tímidamente

-gracias – sonrió Emma – y tú, cuando te vas a cortar el cabello?

-planeaba hacerlo antes de regresar a Hogwarts – dijo Liam apartando su copete

-Acompañante de… Erika Rose? ¡Acompañante de Erika Rose! – dijo una bruja vestida con el uniforme de san mungo. Liam y Jack voltearon

-Erika rose? – dijo Jack

-sí, ven conmigo – dijo Liam emocionado y se acercó a la bruja – sí, soy yo

-bien, acompáñenme por favor – dijo la bruja y comenzó a caminar

Liam, Jack y Emma siguieron a aquella señorita, hasta que los dejo en el mismo cuarto en el que el mago se había llevado a Erika. Erika no presentaba ningún cambio a primera vista, pero cuando Liam la vio mejor, se dio cuenta que sus aparatos auditivos ya no estaban, y Erika volteaba a todos lados.

-listo, la paciente está perfectamente – dijo el mago sentándose en su escritorio, Erika lo vio impresionada

-Erika? ¿Qué haces aquí? – dijo Jack sorprendido

-j-Jack! – dijo Erika contenta y se lazo a abrazarlo – Jack! ¡P-puedo o-oír! ¡Y ha-hablar!

-que?! ¡¿Enserio?! Erika! ¡Por merlín! – Jack no podía ocultar su felicidad

-ejem, disculpen – dijo el mago – hay algo que me gustaría decir, miren, la señorita tendrá que tomar esta poción – dijo sacando una poción de su escritorio – con esto mejoraran sus cuerdas bucales, debe de tomarlo cada día hasta que se acabe, la medida ya la conoce la señorita, cuando se termine, su voz será normal

-gracias doctor – dijo Liam contento y tomo la poción

-doctor? ¿Qué es eso? – dijo el mago – yo soy un sanador, y, si me disculpan, tengo otros pacientes, gracias por venir

-claro, vamos afuera – dijo Liam y los chicos salieron

-l-Liam mu-muchas gracias! – dijo Erika con una voz que Liam no había escuchado nunca

-no me agradezcas a mí, agradece a los sanadores – dijo Liam apenado

-p-pero t-tu m-me ll-llamaste! – a Erika todavía le costaba un poco hablar

-enserio escuchas bien? – dijo Jack impresionado

-si! ¡P-puedo o-oír m-muy b-bien! – sonrió Erika – m-mamá v-va a e-estar m-muy con-tenta!

-yo estoy muy contento! – Jack abrazo a Erika

-j-Jack, p-puedo o-oír t-to-do! – dijo Erika con lágrimas de felicidad – t-t-te p-puedo o-oír!

-pues quiero que escuches algo – Jack se puso enfrente de Erika – Te amo!

-y-yo ta-tambien! – sonrió Erika

-qué bonito – sonrió Liam orgulloso

-sí, sí que lo es – dijo Emma, con voz dulce, acercándose a Liam y acostando su cabeza en su hombro

-ah, ojalá Amanda estuviera aquí – suspiro Liam

-sí, aja, ojalá – Emma se separó de Liam, molesta

-oigan, por cierto, donde está la profesora Amelia? – dijo Liam

-ah, está por aquí, ven – le dijo Emma y lo tomo de la mano

-ok… - Liam se dejó guiar confundido

Caminaron por entre la gente, Liam vio habitaciones con camas, y magos dentro de ellos, cada cual, más raro que el anterior. Hasta que llegaron a la sala que les competía. Emma toco la puerta, y el profesor Forker la abrió.

-oh, hola chicos – dijo el profesor

-hola! – dijo Liam contento

-oh, Liam, a ti te estaba buscando – sonrió el profesor – ven, pasa

Liam entro a la habitación, seguido por Emma, Jack y Erika. Dentro había una cama, la profesora Amelia descansaba tranquilamente, con algo en brazos.

-ah, Liam – dijo la profesora Amelia sonriendo – ven, ven

-hola – dijo Liam curioso

-mira – dijo la profesora suevamente y le mostro a Liam una bebe, perfectamente envuelta y dormida – es mi hija, puedes creerlo?

-oh, que chiquita… - Liam miraba curioso a la bebé – y como se llama?

-July, July Forker – sonrió la profesora

-July? – dijo Liam sorprendido

-sí, teníamos planeado que naciera en julio, pero pasaron unas cositas y, bueno, terminamos en agosto – rio un poco la profesora

-July… es un bonito nombre – sonrió Liam

-awww, esta dormida – dijo Emma acercándose a la bebé

-sí, mírala – susurro Liam – se parece a su mamá

-es verdad! – notaba Emma

-ay, yo quiero tener uno! – dijo Liam emocionado, pensando en el futuro

-oh, tú puedes hacerme los que quieras – susurro Emma

-cómo dices? – Liam miro confundido a Emma

-no, nada – dijo Emma con una sonrisita inocente

-jaja, ay niños – sonrió la profesora Amelia

-ah, profesora, va a estar aquí mucho tiempo? – dijo Liam poniéndose de pie

-hmmm, un rato – sonrió la profesora – no te preocupes, voy a regresar para las clases

-bien! – sonrió Liam

-este año va a ser algo movido – dijo el profesor Forker – tal vez te guste un poco quedarte en casa

-en casa? – Liam miro confundido al profesor

-sí, compramos una casa! – dijo la profesora contenta – en hogsmeade

-oh, felicidades! – sonrió Liam

-gracias – sonrió la profesora, de repente, la bebé se despertó y empezó a llorar – oh, creo que es hora de comer

-sí, bueno chicos, hora de irse – suspiro el profesor Forker

-y donde está la comida? – dijo Liam viendo a todos lados

-es una buena pregunta – dijo el profesor – yo quisiera que July me compartiera de su comida

-Anthony! – dijo la profesora Amelia – ya lo hablamos

-sí, lo supuse – suspiro el profesor – bueno, nos vemos chicos

-adiós… - dijeron los chicos confundidos y salieron de la sala

-que comerá aquel bebé? – dijo Jack una vez estuvieron fuera de la sala

-bueno, pues los bebés no comen, más bien… beben – dijo Emma – cuando James era más pequeño, mamá lo que hacía era…

James era el hermano menor de Emma, tenía apenas un año de edad. Emma estaba bastante contenta por tener un hermano. Liam no había visto recientemente a James, pero la última vez que lo vio, los dos se llevaron muy bien.

-qué asco – dijo Jack mirando a otro lado – tenías que decirlo con tanto detalle?

-ustedes preguntaron – suspiro Emma – además no tiene nada de asqueroso

-no, no sé, no me quiero imaginar… no – dijo Liam intentando no imaginar que estaba pasando adentro de aquella sala

-entonces sirven para eso… - dijo Jack

-pues sí, pensaban que eran de adorno o qué? – gruño Emma

-yo que se! – dijo Jack sin mirar a Emma