Después de aquella batalla mental y el encuentro con mi madre... me siento capaz de hacer todo... sé que suena bastante altanero... pero estar con mi Ka-chan me revitalizó las ganas de querer cambiar el mundo... de querer hacerlo un lugar mucho mejor de lo que es.
Pero todo lo bueno acaba y de la peor manera... luego de dominar el modo Chakra del Kyubi me encontré que tanto yo como Killer Bee... estábamos confinados porque éramos los "Valiosos" Jinchuriki... otra vez se nos trataba como simples armas que debían salvaguardar de lo que ahora sé que es una maldita guerra... declarada por el ser enmascarado que atacó a la aldea años atrás... causando la muerte de mis padres y marcando mi destino como Jinchuriki... supe que por órdenes de la mismísima Abuela Tsunade me encerraron junto a Killer Bee por órdenes del Raikage... incluso hasta Iruka Sensei estaba cuidando de que no saliera e hiciera algo estúpido, por él fue que me enteré de todo, esta guerra era por el control de los Jinchuriki y ya que solo quedábamos vivos solo Killer Bee y yo se decidió encerrarnos y que todos los Shinobis del mundo se enfrentarían a ese tipo, eso me pareció lo más estúpido que pudieron decidir; cierto es que escondernos les quitaría las llaves de la victoria al enemigo y que presentarnos ante él solo pondría en peligro todo, ¿Pero cómo diablos pretenden que yo acepte que todos se sacrifiquen por mí? No puedo aceptar eso, simplemente no puedo aceptarlo...
Recuerdo que eso le dije al Raikage mientras se enfrentaba a mí y al Viejo Pulpo... me atacó con una velocidad inhumana... pero logré esquivarlo, y me dijo:
-Eres la segunda persona capaz de esquivar mi ataque a máxima velocidad... cuentas con mi permiso...-
Luego de eso llegamos a uno de los campos de batalla... estando en este modo puedo sentir muchas malas vibraciones... por todas direcciones... supe en ese instante que tenía que dividirme... tenía que estar en todos los frentes de batalla... así que junte una cantidad de Chakra descomunal para hacer el Tajuu Kage Bushin no Jutsu... algo así como 30 copias exactas mías salieron en direcciones distintas buscando los puntos donde se desarrollaron las batallas de esta brutal e inútil guerra... al sentir de manera palpable el miedo, el odio, y la mismísima muerte... no pude evitar recordar las palabras de mi Hermano discípulo Nagato:
"La Guerra ocasiona muertes, heridas y dolor para ambas partes, la muerte de alguien es difícil de aceptar, de alguna forma nos convencemos de que nunca podrán morir... muertes sin sentido, un odio eterno y un dolor que nunca sana, eso significa la guerra"
Cada vez me hacen más sentido esas palabras dichas por mi hermano... que palabra, ¿no? Siempre quise tener un hermano y cuando lo tuve solo nos dedicamos a pelearnos, igual que con el idiota de Sasuke.
Cada frente que visitaba estaba rodeado por esos sentimientos mencionados por Nagato y ahora se sumaba la desconfianza, vi que esas masas blancas, Zetsu los llamaron o algo así, tomaban la forma de aliados y se mezclaban entre los Shinobis causando que se pelearan y desconfiaran de ellos... pero a mí no podían engañarme... no señor, sentía sus repulsivas intensiones y me lancé sobre ellos dándome cuenta que cuando los golpeaba con un Rasengan o un golpe se transformaban en árboles, supongo que ha de ser el Chakra del Kyubi reaccionando sobre sus cuerpos, no le di mucha importancia la verdad, solo quería acabarlos para llegar tranquilo contra el enmascarado, era mi deber acabar con esta guerra y con ese sujeto.
Dentro de esos frentes de Batalla me encontré con quizás las últimas 2 personas que jamás pensé que cruzaría caminos nuevamente.
Itachi Uchiha... y Nagato... los vi de frente abrazados caminando a paso lento y se detuvieron al vernos a mí y a Killer Bee, frenamos y los quedamos observando, no sabía cómo reaccionar realmente, por un lado estaba el hermano de mi mejor amigo, la causa de su venganza, quizás Sasuke cambio el destinatario de su venganza pero la causa seguía siendo la misma, y Nagato, mi Hermano y más difícil rival al cual me pude haber enfrentado, el único que hizo que mi vista del mundo cambiara y me preguntara si mi camino era realmente el correcto, fue Itachi quien rompió el silencio que se formó en esa mañana... seguido de Nagato diciéndome que se sentía orgulloso de que haya superado el odio en mí mismo... de la nada comenzaron a batallar en contra de nosotros... según me dijo Killer Bee eso era el Edo Tensei... una técnica prohibida utilizada para revivir a los muertos y prácticamente convertirlos en marionetas... me hirvió la sangre al saber que la gente se enfrentaría a sus difuntos, ahora entendía tantos sentimientos encontrados en aquella guerra... ahora se explicaba porque sentía felicidad dentro de aquella guerra... era la felicidad de volver a ver a un ser querido... por un momento pensé que sería genial volver a ver al Ero Sennin... pero rápidamente quite esos pensamientos ya que Itachi me pregunto por Sasuke... y yo le dije que se había enterado de su misión secreta y que ahora él buscaba venganza en contra de la Aldea de la Hoja, vi su decepción y como la ira contra el tal Madara se apoderó de él... de la nada invoco su Mangekyo Sharingan... aparte mi mirada de la suya advirtiéndole a Killer Bee, pero al terminar de decir mis advertencias siento una presión dentro de mí y como algo queriendo salir desde el interior de mi cuerpo, nada grata fue mi sorpresa al darme cuenta que un Cuervo salida de mi boca y recordé brevemente nuestro primer encuentro donde me preguntaba hasta qué punto estaba dispuesto a llegar para salvar a Sasuke y luego de mi respuesta me confiaba parte de su "Poder" supongo que a poder se refería a este cuervo... miro al cuervo a lo que este reacciono mostrando un Sharingan en el ojo azul y después de unos segundos muy tranquilo dijo que ya no era manejado por el tipo del Edo Tensei, en eso Nagato nos interrumpió, vi que ya no estaba demacrado sino que recobró su figura joven e invocó su técnica más poderosa el Chibaku Tensei, supuse que era el fin, pero Itachi me dijo que: "Todo Jutsu tiene su punto débil", por algo era catalogado genio en la Aldea, en segundos preparo una estrategia contra el ataque que teníamos y logramos vencer a Nagato, de la nada Itachi atravesó a Nagato con una enorme espada salida de su Susano creo que así se llama esa técnica ocular, Nagato se despidió de mi dándome a entender que todo dependía de mí y que confiaba en mi éxito, yo solo pude agradecerle por todo lo que hizo por mí y antes de desaparecer vi la silueta de él y Jiraiya Sensei... sonriéndome, confiándome sus sueños, solo lleve mi mano a mi pecho prometiéndoles éxito en mi misión.
Luego de otra conversación con Itachi, él nuevamente me encargo a Sasuke y como última misión tomó la responsabilidad de detener el Edo Tensei, yo le refute, le dije que era el único que podía detener esta guerra, que era mi deber... dije seguro de mí mismo... pero mi cuerpo no me acompañó esta vez... no pude mantener mi forma de Chakra del Kyubi ya que estaba exhausto por la batalla sostenida... y por los clones que aún estallaban en los frentes, Itachi solo me miró de forma comprensiva y me dio una enseñanza que jamás olvidaría:
"Ciertamente eres mucho más fuerte que en el pasado, eso está haciendo que olvides algo importante, la razón por la cual la gente de la aldea que antes te odiaba comenzó a reconocerte y considerarte como compañero, fue porque tú los tomaste en cuenta y te esforzaste porque todos te reconocieran, afirmaste que llegaste tan lejos por ellos ¿no es así? Ahora que eres tan fuerte... si te olvidas de ellos te volverás arrogante y egoísta... por más fuerte que seas no trates de cargar con el peso tu solo... sí lo haces solo fracasaras... tu padre Minato fue Hokage gracias a tu Madre Kushina y a los demás que lo apoyaron... tú que tienes el mismo sueño que tu padre, entonces, recuerda esto: El hecho de que seas Hokage no significa que todos te reconocerán... aquel que es reconocido por todos se convierte en Hokage... NO OLVIDES A TUS COMPAÑEROS"
Esas palabras me hicieron darme cuenta de un error que cometía... y que no quería entender en ese entonces... sentía que podía hacerlo todo solo... pero no era correcto... este no es solo mi mundo, es el de todos y por eso luchan en esta guerra, por proteger el mundo en que crecemos y vivimos, donde soñamos y luchamos día a día por cumplir dichos sueños... gracias a Itachi comprendí que esta no era solo Mi Lucha... sino que la de todos los que querían vivir en libertad... gracias a él comprendí que la fuerza individual nunca superará a la fuerza colectiva... ya que el mismo usa su caso al explicar que intento salvar a Sasuke solo sin confiar en nadie y fracaso... pero que ahora confiara en sus compañeros...
Luego de aquella batalla me encontré con el 3er Raikage venciendo con inteligencia más que con poder... y confiando en mis compañeros Shinobis, confiando en sus consejos, fue cuando las palabras de Itachi tuvieron mucho más sentido... me dicen que aún quedan un antiguo Mizukage y un Tsuchikage y veo como un anciano chiquito vuela por los aires y lanza unos poderes extraños de sus manos, cuando de pronto la atmósfera cambió, pude sentir un Chakra inmenso a la vez de siniestro como jamás pude sentir... sin siquiera estar con el modo Kyubi activado, era tal la presencia de ese sujeto que logró infundirme temor y mucho desconcierto... fue cuando el anciano temeroso y con sus ojos desencajado dijo que él era el verdadero Madara Uchiha... a lo que todos incluido yo refutamos que el Madara que estamos enfrentando lleva una máscara, no pude ser ese sujeto, a lo que el viejecito nos miró y nos repitió que ese sujeto encima de esa colina era el verdadero Madara Uchiha, al ver sus ojos entendí que ese viejo no mentía... pero no fue suficiente para los demás que haciendo caso omiso a las advertencias del abuelito... se lanzaron sobre el sujeto siniestro que bajo de esa enorme colina como si no significara nada... y ante mí se desveló una macabra danza de muerte y destrucción que jamás había siquiera soñado... el tipo se deshizo de más de 50 Shinobis como si de muñecos se tratara, los mato sin mostrar remordimiento alguno, solo disfrutaba "Bailar" esa danza frenética de muerte... el espectáculo fue dantesco... y la imagen una pesadilla hecha realidad... ante mí se mostraba ese sujeto parado sin rasguño alguno en su ropaje, con una sonrisa siniestra y con su kunai bañado con la sangre de los Shinobis que asesinó... con sorna y burla dijo si aun los que quedábamos podíamos "bailar" me estremecí ante ese comentario y solo podía mirarlo con un desprecio inmenso... y sin darnos tiempo siquiera a reaccionar junto sus manos e invoco un Jutsu Mokuton del elemento madera... el mismo que ocupaba Yamato Taichou... pero este no eran tablas o ramas... era un verdadero bosque, el que increíblemente se nos venía encima como si de un inmenso tsunami se tratara... ante eso junte todo el Chakra que le quedaba a mi cuerpo y me lancé sobre el bosque viviente que se aproximaba raudo a encontrarnos, hice centenares de clones con Rasengan todos ellos y juntos fueron al encuentro con ese bosque, logramos formar una especie de pared de Rasengan y logré frenar el ataque por muy poco, logre llamar la atención del sujeto ya que me miro con un leve dejo de sorpresa al ver como detuve su Jutsu... a lo que volvió a mostrar esa asquerosa sonrisa y acto seguido volvió a invocar dicho bosque pero con mayor volumen de árboles... era el fin, no tenía de dónde sacar fuerzas ni Chakra y lo peor es que todos los que están conmigo ahora morirían, ante mi sorpresa resonó la voz del zorro dentro de mí y decidió prestarme su apoyo ante el ataque de Madara, yo exhausto le agradecí el acto a lo que solo giró si cabeza y dijo que lo hacía únicamente por que odiaba más a Madara que a mí, acepté con gusto su propuesta es la primera vez que el Zorro muestro algo de preocupación por mí, quizás lo motivó el odio que siente por el sujeto... pero era un avance y no podía venir en mejor momento, volví a hacer la barrera de Rasengan, salvé a todos por segunda vez, pero ya no me quedaba Chakra y al Kyubi tampoco ya que solo era un clon, Madara seguía erguido sobre todos cuando detrás de mí aparecen los 5 Kages de las 5 naciones ninjas... las 5 grandes sombras Shinobis se juntaron y a viva voz proclamaron que esta batalla era de ellos, era el deber de ellos solucionar el problema del pasado, y que el deber de los otros Shinobis incluido yo, era enfrentar al enmascarado y luchar por nuestro futuro, no podía estar más de acuerdo con las palabras de la abuela, la mire con decisión aceptando la misión encomendada, mire a Gaara como pidiéndole que regresaran sanos y salvos, y sin más que decir desaparecí.
Ese recuerdo del clon me llegó a la mente y por fin había alcanzado el último frente de batalla, vi como Neji, Kiba, y Shino se enfrentaban aún a los últimos Zetsu blancos, de la nada vi como un enorme tipo estampaba a Hinata contra una muralla, mi corazón se detuvo un instante, pero antes de que le diera el golpe supe que solo era uno de esos malditos tubos de ensayo del enmascarado, revisé todo el campo buscándola, si un Zetsu tomó su forma debe estar aquí... mi corazón volvió a estremecerse como antes... como esa vez que me despedí de ella siendo un cobarde, me detuve un segundo viéndole la espalda, sin duda era ella... la dueña de mi corazón, luchando por un mundo mejor, con personas como ella estoy seguro que este mundo será mucho mejor... sonrío como bobo al verla batallar con esa gracia y elegancia que solo ella tiene, veo que sus puños de León ahora son más fuertes y más feroces, eso me hace feliz, sin duda avanzó y eso solo le daba alegría a mi corazón... pero todo se me derrumbo cuando vi que venían a por ella... me moví como jamás lo había hecho, sin duda hice honor al pseudónimo de mi padre... fui un destello naranja que se interpuso en el ataque en contra de mi princesa.
Bloquee el ataque de los Zetsu y con ira los aleje de mí y de mi Hinata... el mundo se detuvo... cuando escuche su angelical voz pronunciando mi nombre:
-Naruto-kun- suspiro mi Ángel... me sorprendió que me reconociera aún con el manto de Chakra del Kyubi sobre mí, sin duda alguna ella me conocía mejor que nadie. Ni Sakura ni Kakashi-sensei se dieron cuenta que era yo sin antes hablarles, pero ella solo con verme un segundo ya sabía que era yo.
-Hinata... ¿estás bien? - pregunté galantemente sin girarme aún... no sé qué haré sin la veo a los ojos... tengo dudas de si me contendré... de besarla... o de por fin confesarle lo que siento... pero ¿Será el momento adecuado? Estamos en medio de una guerra y yo llegando con mi sentimentalismo...
-Yo... yo estoy bien...- me dijo Hinata con esa voz tal dulce que ella tiene... me decidí darme vuelta para admirarla nuevamente.
Lo que vi fue una Hinata fuerte y decidida, pero conservando esa esencia que solo ella tiene... se sonrojo al verme y yo también, aunque agradecía que mi color de ahora no le permitiera darse cuenta que me parecía a un tomate, viéndola a esas perlas hermosas que lleva por ojos...
-Yo... Naruto-kun... yo la he cuidado bien como prometí- indico con sus delicadas manos la banda que tenía en su cuello... ahí estaba mi banda... todas esas dudas que tenía de que si la había cuidado... o que si le había parecido raro que le dejara mi banda reguladora... se esfumaron en ese instante.
Sin poderlo evitar la abracé con fuerza, pero sin llegar al extremo... la aferre a mi pecho sintiendo como su respiración se aceleraba por mi impetuoso e inapropiado acto... aunque sabíamos ambos que estaba mal en medio de una batalla mostrarnos esa clase de afecto, lo que me hizo inmensamente feliz fue como como sus delicadas manos se cruzaban en mi espalda y cerraban el abrazo que con ímpetu y torpeza inicie...
-Te extrañé como no tienes una idea... pensé en ti cada momento de mi viaje... tengo el valor para decirte lo que se supone que debía decir esa vez que arranqué de tu lado...- confesé culpable.
-Na... Naruto... kun- dijo mi pequeña aún pegada a mí con su cabeza fundida en mi hombro.
-Lamento reencontrarnos de esta manera, Hime-chan- susurré cerca de su oído viendo como su cuerpo se tensaba ante mi susurro, casi a desgana de mi parte la aparte un poco de mi hombro tomándole su mentón suavemente para que mirara mis ojos y le dije:
-Hablaremos de esto cuando acabemos esta guerra Juntos... Hinata... te necesito a mi lado... para terminar esta guerra... y podamos tener un futuro juntos...- termine de decir cuando lágrimas caían de su rostro.
-No... no tendría que ser así... esta guerra es para protegerte... y aunque quise protegerte aun así soy tan débil que la persona más preciada por mí me termina salvando a mi- me dijo bajando su mirada oscureciendo su vista mientras sus ojos se cristalizan y soltaban lágrimas de culpa y tristeza.
-Hinata... esta guerra... no es para protegerme a mí...- dije para volver a tomarle su mentón y con mi otra mano limpié sus lágrimas. -Esta guerra es para proteger nuestro mundo... este mundo donde nosotros somos libres de soñar y cumplir esos sueños... por eso no podía permitir que mis compañeros... se sacrificaran por mi sin siquiera darme la oportunidad de luchar a su lado... esta guerra unió a todas las naciones, mira a tu alrededor... hoy no somos solo Shinobis de la Hoja o de la Roca o de la Neblina, hoy somos todos ninjas que luchan por mantener sus sueños vivos... Hime-chan yo también lucho por mis sueños... en esta guerra... y quiero que tú también lo hagas... y lo haremos juntos.- le asegure mirándola como siempre quise hacerlo, perdiéndome en esos ojos, hermosos y misteriosos, aunque se mantenían cristalinos vi como poco a poco se iluminaron, vi que la esperanza de un mundo mejor le devolvió la confianza perdida.
-Tienes razón Naruto-kun, yo quiero luchar a tu lado- me dijo sin dudar... esa es la Hinata que siempre está dispuesta a hacer el bien... esa es la Hinata de la cual me enamore perdidamente.
Se limpió sus lágrimas me dio la más hermosa de las sonrisas que he visto en mi vida, me lleno de confianza en mí mismo y solo sujete su mano con firmeza la mire de reojo y grite a viva voz:
-Muy bien... Compañeros Shinobis... aquí comienza la batalla final por nuestros sueños y nuestro mundo- solté rebosante de confianza y sentí como Hinata apretó mi mano sutilmente al escucharme decir aquellas palabras mientras a nuestro alrededor todos eran vítores y algarabía estábamos llenos de confianza en lo que nos deparará aquella difícil batalla... pero íbamos con convicción y juntos como compañeros corrimos hacia el frente de la batalla final donde el enmascarado nos esperaba.
