Disclaimer: Ni Evangelion ni sus personajes me pertenecen.
Amanecer nocturno
Silencioso, abrazándose a sí mismo en un intento desesperado por generar calor, Shinji no conseguía mirar ni su propia mano ante su rostro gracias a la espesa negrura que lo rodeaba. Su cuerpo desnudo, de pies a cabeza, no dejaba de temblar y titiritar de frío al estar en esa cápsula por casi cinco horas. A pesar de eso, manteniendo la calma y el sosiego, Shinji se limitaba a seguir esperando por su rescate.
– ¿Qué estará sucediendo allá afuera?
Hablando con él mismo, olvidando, por un segundo, que la comunicación continuaba abierta entre él, Asuka y Rei, Shinji se cuestionó qué era lo que estaba ocurriendo en la base de Nerv. El trío de niños, al verse interrumpida la prueba que la Doctora Akagi lideraba, se vio evacuado de inmediato al ser catapultado de regreso a la superficie acabando por flotar en uno de los lagos dentro del Geofrente.
– ¡No puedo salir de esta maldita cosa porque estoy desnuda! ¡Qué alguien me traiga una toalla!
Asuka, hallándose en el extremo opuesto del espectro, gritó con rabia sin importarle que Shinji y Rei la oyesen al ya no soportar las bajas temperaturas que, al no tener nada con que abrigarse, la estremecían. Ayanami, como era normal en ella, no se quejaba ni protestaba al no mostrar ningún mínimo interés por su desnudez ni por la congelante oscuridad que la aprisionaba en su diminuto rincón del universo.
En tanto la pelirroja proseguía expresando su enojo al blasfemar en su idioma natal, Shinji, reclinándose en la silla de su cápsula, encogió sus piernas para apretarse más en un nuevo esfuerzo por calentarse. Así, al cerrar los ojos también, Shinji, abrazando sus rodillas, se vio a sí mismo dirigiéndose hacia Nerv en compañía de Asuka y Rei, antes que acabasen atrapados, sin ropa, en aquel bochornoso aprieto.
Hubo una época en la que los caminos ante él le resultaban incomprensibles y laberínticos, miles de pasillos se extendían por doquier en todas direcciones temiendo perderse al equivocarse de ruta; sin embargo, actualmente, con una seguridad que él mismo envidiaría en su primer día en Nerv, Shinji era capaz de viajar por tales caminos sabiendo hacia dónde se dirigía sin que necesitase indicaciones.
Así, cuando se trataba de las rutinarias pruebas de sincronización a las que eran sometidos los pilotos una vez al mes, Shinji, ya conociendo de memoria qué rumbo seguir, podía caminar con los ojos cerrados al orientarse a su correspondiente cápsula. No obstante, esta tarde, sintiéndose otra vez como aquel Shinji que daba sus primeros pasos en Nerv, las circunstancias lo tomaron desprevenido.
En un principio, habiendo salido de la escuela al concluirse la jornada escolar, Asuka, como era común en una situación como esta, les aseguraba a Ayanami y Shinji que romperá su puntuación anterior al superarse a sí misma consolidándose como la piloto con la mayor calificación en las pruebas. Ayanami, guardando silencio, no le prestaba atención ignorando cada una de sus palabras al seguir caminando.
Shinji, siendo él mismo, tampoco se atrevía a decir nada al no importarle la posición que ocupará al terminarse las pruebas, solamente quería acabar pronto para volver a casa y descansar en su cama al tumbarse en ella. Empero, una vez que los tres estuvieron ante la Doctora Akagi, la científica rubia les informó que las pruebas que realizarán serán diferentes al ser llevadas a cabo en un sitio distinto.
Cambiar de ubicación no produjo ningún descontento en nadie, especialmente Asuka, pero cuando Ritsuko les explicó que se estaba desarrollando un sistema de piloto automático para los Evas, Soryu, viendo amenazado lo único que le daba sentido a su vida, no se tardó en protestar al argumentar que una máquina jamás igualará el talento ni la habilidad que un piloto humano puede ostentar.
Para Shinji, quien seguía sin hablar al preferir no hacerse notar, una parte de él miró con buenos ojos liberarse del peso de pilotear, si se creaba un piloto automático que se encargará de combatir contra los ángeles, entonces él no volverá a sufrir ni a sentir dolor alguno. Por otro lado, al imaginarse sin aquella responsabilidad, su padre, al ya no necesitarlo, no dudará en desecharlo otra vez como una basura.
Pese a que tal dilema planteaba una dualidad de sentimientos en Shinji, los gritos de Asuka, haciéndolo olvidarse de ello, lo hicieron preocuparse e inquietarse por una cuestión anteriormente insospechada.
– ¿Qué acaban de decir? –Asuka, alzando la voz con vehemencia, logró que todos en las instalaciones de Nerv la escucharan– ¿Quieren que nos desnudemos? ¡Se han vuelto locos!
Misato, quien tenía más experiencia que nadie lidiando con la germana, suspirando y cruzándose de brazos, no vaciló en responderle con rapidez y monotonía.
– La prueba se llevará a cabo en una habitación esterilizada, no es suficiente cambiarse la ropa ni darse una ducha, para realizar la prueba no debe haber ningún objeto además de ustedes tres.
– ¿Sólo para una estúpida prueba quieren que me desnude ante todos? –Soryu, recurriendo a tu típica postura desafiante, se negaba a acceder a una exigencia de tal naturaleza.
– La tecnología de los Evas continúa evolucionando cada día mejorándose y perfeccionándose con una velocidad impresionante, ante esto, nos vemos en la necesidad de recopilar nuevos datos.
Una vez más, Misato, replicando a los reclamos de Asuka, dejó en claro que ni la teutona ni ninguno de los otros pilotos conseguirán negarse a las órdenes de la Doctora Akagi. Ante eso, susurrando un par de palabrotas en alemán, Asuka no tuvo más remedio que callarse y tragarse sus quejas. Ayanami y Shinji, sin oponer resistencia, sólo se conformaron con preguntar dónde podían dejar sus uniformes escolares.
Ritsuko, cansada de los berrinches infantiles de Asuka, sonrió con alivio al oír que los otros dos pilotos no pretendían estropear el experimento; por ende, explicándoles que cada uno de ellos entrará en un área de duchas descontaminantes, les apuntó con un dedo las salas que ya les habían sido asignadas. Así pues, dirigiéndose hacia allí sin poder escapar, las puertas metálicas se cerraron detrás de ellos.
Para consuelo de Asuka y Shinji, ya que a Ayanami no le hubiese importado desnudarse frente a todo el equipo de asistentes de la Doctora Akagi, al ingresar en su correspondiente vestidor, tuvieron ahí la confortable privacidad de desvestirse por completo sin que nadie los viese. Más adelante, siguiendo las instrucciones que recibían por medio de altoparlantes, entraron en la primera de las muchas duchas.
A diferencia de darse un cómodo baño en casa, aquella cabina estrecha y poco iluminada, los recibió con potentes chorros de agua helada que provenían de diversos ángulos. Tanto Shinji como Asuka, sobresaltándose al verse golpeados por tales ráfagas, disonaban con la total afonía que emitía Ayanami, quien, como si fuese un cadáver, no movió ni un músculo al ser mojada y aseada con hostil rudeza.
Una tras otra, atravesando lo que parecía ser un salón de torturas mecanizado, fueron siendo llevados a la siguiente ducha que, como las anteriores, los bombardeó con nada amigables torbellinos de agua que eliminaban cualquier impureza y suciedad que alterase las cifras y los datos que, con notoria impaciencia, la Doctora Akagi deseaba recolectar para el desarrollo del piloto automático para los Evas.
Así pues, al término de un recorrido que sumó diecisiete ciclos consecutivos de lavado, encontrándose empapados y goteando sin parar, un ruidoso ventilador de proporciones industriales sopló por encima de sus cabezas, azotándolos, como un huracán en miniatura, que los secó al instante. Enseguida, ya hallándose totalmente esterilizados y listos para la prueba, las compuertas frente a ellos se abrieron.
– Me duché diecisiete veces y estoy desnuda, espero que esta tontería termine pronto.
Soryu, fiel a su estilo, fue la primera en hablar comentando el martirio que, al unísono, cada uno de ellos debió atravesar previo a llegar a esa etapa. Shinji, pensando que así debía sentirse la ropa sucia que acostumbraba depositar en la lavadora cada fin de semana, al notar que podía mirar a sus compañeras, entendiendo que también podía ser visto, no dudó en cubrir sus genitales con las manos al cruzarlas.
Encorvándose hacia el frente, muy avergonzado de estar expuesto casi a simple vista, Shinji no se percató de las actitudes tan dispares de Asuka y Rei que, al compararlas, no se compaginaban en absoluto con la suya. Mientras él se moría de vergüenza por dentro, Ayanami, sin ningún pudor, mantenía una postura erguida esperando que le diesen órdenes las cuales acatará sin cuestionarlas.
Asuka, con las manos apoyadas en sus caderas, miraba desafiante sus alrededores al no querer perder aquella fachada de arrogancia y superioridad que la hacía lucir como el eslabón más fuerte de la cadena. Por ende, en tanto cada uno de ellos, expresaba, a su manera, lo que sentía en aquel momento, la voz de la Doctora Akagi resonó en la espaciosa recámara tomándolos a los tres con la guardia baja.
– Muy bien, ahora caminen por el pasillo y entren en sus respectivas cápsulas para dar comienzo a la prueba.
Y demostrando, sin desearlo, que su ruda apariencia exterior no era más que una máscara, la pelirroja, siendo la primera en reaccionar ante lo dicho por Ritsuko, dejó de reprimir la incomodidad que guardaba en sus adentros al vociferar su rotunda negativa al respecto.
– ¡Tienen que estar bromeando!
– No se preocupen, las cámaras estarán desactivas para respetar su privacidad. Les prometemos que no los miraremos.
Si no fuese porque Ritsuko las mencionó, Shinji, quien no dejaba de proteger su desnudez, no hubiese detectado las cámaras de vigilancia que se ubicaban en las esquinas superiores del recinto donde se hallaban. Dichas cámaras, al ser dirigidas remotamente desde el cuarto de control, se movieron hacia ellos enfocándolos con sus lentes, lo cual, agrandando el pánico de Shinji, lo hizo encogerse aún más.
– ¡Me niego completamente a que me vean desnuda, especialmente el estúpido Shinji! –Asuka, comportándose como la niña que era en realidad, renunciando a su usual actitud soberbia, no deseaba que nadie la mirase caminar sin nada puesto cubriéndola.
– El propósito de la prueba es verificar el nivel de armonía y sincronización de sus cuerpos sin la interferencia de sus trajes–Ritsuko, hablándoles por medio de los altavoces, cansada de las quejas de Asuka, solamente quería dar por iniciada la prueba que el Comandante Ikari le ordenó realizar.
– ¡Asuka, ya compórtate como una piloto profesional y deja de quejarte! –Misato, si bien comprendía la horrible situación a la que se enfrentaban los niños, debiendo darle prioridad a su trabajo, reprendió a Asuka al hablarle con autoridad y liderazgo– ¡Es una orden!
– ¡Bien, de acuerdo! –Asuka, como una chiquilla, susurró al rendirse no sin antes recalcar que nadie más la mirase sin su permiso– ¡Pero no quiero que miren!
Segundos más tarde, desactivándose, aparentemente, las cámaras de vigilancia, las puertas que los mantenían encerrados en sus respectivas cabinas se abrieron dándoles vía libre para cruzar hasta al otro lado. Tal recorrido era de unos diez metros, el camino se hallaba totalmente despejado de paredes o divisiones que les dieran la comodidad de no verse desnudos entre sí a medida que lo transitaban.
De repente, mientras Asuka y Shinji seguían reacios a dejarse ver ante los demás, Ayanami, al no poseer ni entender el decoro, fue la primera en dar un paso hacia el exterior caminando tranquilamente sin percatarse que les robó el aliento a sus colegas pilotos. Shinji, quien ya la había contemplado desnuda por accidente varios meses atrás, se ruborizó al recordar aquel suceso y cerró sus ojos en el acto.
Soryu, quien odiaba ser superada, máxime si se trataba de Rei, sintió una mezcla explosiva de vergüenza y furia al observar a la piloto de la Unidad 00 completar el trayecto con facilidad, al colocarse, sin sobresaltarse, en su cápsula de simulación para efectuar el experimento. Ante eso, padeciendo una ardiente rabia, Asuka no se percató que dio un paso al posar su pie derecho en el frío piso de metal.
No obstante, al sentir la helada superficie del suelo en la planta de su pie, la alemana, recuperando la lucidez mental, se detuvo al comprender que estaba a punto de dejarse ver ante Shinji. Por ello, girando la cabeza hacia él, Asuka lo vio mantener sus párpados firmemente apretados al estar sonrojado por haber visto a Rei, tal cosa, como si se encendiese una bombilla en la mente de Asuka, le dio una idea.
– ¡Será mejor que no se te ocurra abrir los ojos, estúpido Shinji! –Asuka, sospechando que Misato volverá a reprenderla si no se daba prisa en entrar en su cápsula, decidió tomar las riendas de la situación al darle sus propias órdenes a Shinji–los dos caminaremos con los ojos cerrados hasta llegar al otro lado, entre más pronto lleguemos; más pronto terminaremos con esta maldita estupidez.
– Está bien.
Shinji, quien casi abre los ojos al escuchar el llamado de Asuka, entendiendo que no tenían modo alguno de huir de aquella encrucijada, acabó por acceder a los planes de Asuka al no hallar una mejor solución. Así pues, tragando saliva, Shinji se aventuró a levantar una pierna al dar un paso tal y como la pelirroja lo había hecho un minuto antes, y al hacerlo, para su desgracia, se dio cuenta de un nuevo problema.
Si continuaba encegueciéndose a sí mismo para no mirar a Asuka, Shinji, sin poder ver por dónde iba, se vio forzado a extender sus brazos hacia adelante para así saber cuándo llegase al final del pasillo. Tal cosa implicaba, para tormento de Shinji, renunciar a cubrir su entrepierna como lo había estado haciendo desde que completó cada una de las extenuantes diecisiete duchas descontaminantes.
A pesar que ambos compartían el deseo de cruzar aquel trecho con rapidez, al no ver por dónde iban e intimidados por la vergüenza, no fueron capaces de caminar con prisa avanzando a un ritmo muy lento. Alargándose más de lo esperado, lo que debía ser una efímera caminata de un minuto de duración, Asuka, ante esto, perdiendo la paciencia, se sorprendió a ella misma entreabriendo los ojos para mirar.
Fue gracias a eso, al romper el pacto que ella misma le propuso a Shinji, que la teutona descubrió que él se había adelantado poco más de un metro con respecto a ella, lo cual, sin que ninguno de los dos lo quisiese, le permitió a la germana darle un vistazo al trasero de Shinji, quien, todavía caminando con lentitud, palpaba con las manos sus alrededores buscando la puerta que marcaba el fin del camino.
Sin necesidad que estuviese desnudo, al usar su ropa de escuela o su traje para pilotear, quedaba más que claro que Shinji era un jovencito de contextura delgada y escuálida, todo lo contrario, a la imagen de perfección masculina que Asuka veía en Kaji. Aún así, por más que lo negase si fuese cuestionada al ser pillada mirándolo, la pelirroja sostuvo su mirada sobre Shinji por un breve instante al espiarlo.
Ikari, quien ignoraba que Asuka le observaba a sus espaldas, fue aproximándose cada vez más al costado opuesto del pasillo aún manteniendo sus ojos fuertemente cerrados. Shinji, temiendo que tuviese pesadillas al dormir por protagonizar tan vergonzoso evento, no imaginaba que Asuka, al estar completamente enmudecida, yacía perdida en sus pensamientos al verlo caminar un paso tras otro.
Habiéndose hallado en un escenario distinto, principalmente, en uno donde ella estuviese vestida, Asuka hubiera bromeado al respecto riéndose de Shinji por no poseer la apariencia física de un galán de cine; empero, al contemplar su aspecto natural y normal de un niño de su edad, ella, mirándose a sí misma, sintió como si un camión la arrollara al verse atropellada por un fuerte y duro golpe de realidad.
En tanto Shinji, al usar sus manos, examinaba la pared frente a él en busca de la puerta que le correspondía, Asuka, haciendo lo propio con su cuerpo, corroboraba que su fisionomía era la correcta para su juventud y niñez. Todavía se encontraba muy lejos de tener los atributos que Misato ostentaba, sus pechos y caderas, por el momento, carecían de la madurez que una mujer en plenitud podía lucir.
Tal descubrimiento y razonamiento era más que obvio; sin embargo, al ser alguien que ha pasado gran parte de su vida sumergida en la oscuridad, entender aquella verdad, fue como ver al sol aparecer en medio de la noche. El alba había llegado para Asuka a una hora que le fue inesperada, y Shinji, en total desnudez e indefenso como lo estaba ella, fue la luz entre las tinieblas que brilló como una estrella.
– ¡Encontré mi puerta! –Shinji, manteniendo en firme la promesa que le hizo a la pelirroja, apretaba sus párpados con fuerza para no verla– ¿Encontraste la tuya, Asuka?
Asuka, quien ya no experimentaba la apabullante vergüenza que la agobió un santiamén atrás, levantó la vista al escuchar la pregunta de Shinji dirigida a ella. La taciturna germana lo miró por un fugaz segundo previamente a desviar su atención a las cámaras de vigilancia que, según Misato y la Doctora Akagi, se mantenían desactivadas al respetar su privacidad ante su absoluta escasez de vestimenta.
Con su creciente disconformidad por su falta de maduración que, irónicamente, reafirmaba su inmadurez infantil, Asuka se convenció que las cámaras debían de seguir en funcionamiento y que la alcohólica empedernida de Misato y la fumadora compulsiva de Ritsuko, se hallaban riéndose de ella. Si bien aquello era una mera especulación sin fundamentos, Soryu, enfurecida, la creyó sin cuestionarla.
Asuka no lo intuyó, pero su odio y envidia hacia Misato, que se habían mantenido dormidos hasta entonces, comenzarán a escalar en intensidad desde ese día hasta llegar al punto, en un futuro no muy lejano, de hacerla vociferar con libertad su desprecio contra ella en el departamento antes de escapar de ahí, y acabar desnuda, una vez más, en una oxidada y abandonada bañera repleta de agua sucia.
– ¿Asuka?
Oyendo a Shinji llamándola por segunda vez, la pelirroja, quien ya no le importaba que la mirasen como vino al mundo, caminó con prisa hacia la puerta que le fue asignada colocándose al lado de Shinji. Y al estar junto a él, sin ladearse para verlo, Asuka se limitó a responder con una simple y escueta respuesta que dio por concluida su conversación antes de cruzar el umbral que los hizo ir por sendas separadas.
– Sí.
Shinji, atreviéndose a abrir los ojos finalmente, sostuvo su vista siempre hacia el frente al sentarse en la silla que era una réplica exacta de la que usaba cuando piloteaba la Unidad 01. Pronto, escuchando las voces de Misato y Ritsuko por medio del sistema de comunicación, la tan esperada prueba dio comienzo al ser insertadas las tres cápsulas en unos llamativos cuerpos de simulación muy similares a los Evas.
A pesar que un principio los pilotos comenzaron a experimentar extrañas sensaciones como hormigueos y adormecimientos en sus extremidades, más allá de eso, las cosas continuaban con relativa calma y normalidad, hasta que, sin aviso, las alarmas de emergencia se hicieron notar al estremecer los oídos de todos los presentes. Shinji, sin que pudiese parpadear, oyó como el experimento era abortado.
Ignorando lo que ocurría, Shinji y sus amigas no imaginaban que la base estaba aislándose y cerrándose por completo al haberse detectado la presencia de un ángel dentro de las instalaciones. Ante esto, sintiendo una vertiginosa e imprevista aceleración, el trío de pilotos se vio disparado hacia el exterior al ser evacuado lejos del invasor que, como si se tratase de un virus, fue extendiéndose por doquier.
Así pues, por varias horas, los pilotos que regularmente ponían sus vidas en juego al enfrentarse a los ángeles, se hallaron sumergidos en la negrura congelándose de pies a cabeza al no ser ellos quienes confrontaron y eliminaron a la amenaza. Y con el pasar del tiempo, impacientándose e inquietándose más y más, el temor de que algo terrible haya acontecido carcomía la mente de un solitario Shinji.
Sin embargo, para su alivio, la imagen apocalíptica que se formaba en su imaginación se esfumó cuando escuchó gritos y golpes en las afueras de su cápsula. Tal y como pasó cuando él rescató a Ayanami tras la derrota del quinto ángel, la escotilla lateral de acceso, abriéndose al cabo de unos cuantos segundos, permitió que un brillante y enceguecedor rayo de luz entrase hasta chocar con su rostro al iluminarlo.
– ¡Shinji!
La voz de Misato, siendo inconfundible para el hijo del Comandante Ikari, rugió en las cercanías al ganarse la atención del entumecido chico que; pese a quedar temporalmente ciego por la brillantez de la linterna que apuntaba a su cara, no dejó de utilizar sus manos y piernas para proteger su desnudez.
– ¡Gracias al cielo todos están bien!
Misato, quien recordaba que los pilotos yacían en sus cápsulas sin sus trajes, tuvo la gentileza de acercarse a Shinji con una gruesa manta para que él pudiese abrigarse y cubrirse. De tal forma, sintiendo un poco de confortable calor extendiéndose por su piel, Shinji se aventuró a asomarse fuera del cilindro metálico que lo mantuvo en cautiverio desde que el caos se apoderó de las instalaciones de Nerv.
– ¿Qué ocurrió, Misato? –Shinji, mirando como otros equipos de rescate hacían lo mismo por Asuka y Rei, le consultó a Misato mientras ponía un pie en el bote que flotaba junto a la cápsula.
– Es una larga historia, pero la crisis se solucionó gracias a Ritsuko. Ojalá pudiéramos derrotar a todos los ángeles escribiendo comandos en un computador.
Shinji, tomando asiento dentro de la balsa que fue en su rescate, no pudo imaginar lo que sucedió al resultarle incomprensible que un ángel fuese derrotado de tal modo. No obstante, dejando las preguntas al respecto para después, Shinji se giró a su derecha viendo como Ayanami y Soryu eran rodeadas por médicos que inspeccionaron sus signos viales justo como comenzaban hacerlo con él.
Ayanami, como era normal en ella, como si todo lo sucedido no hubiese pasado, se veía complemente tranquila y sin problemas. Asuka, por el contrario, exhibía una expresión facial endurecida y marcada por el enojo que, a diferencia de oportunidades anteriores, no la mostró gritando ni quejándose como lo haría una niña berrinchuda cuyos caprichos y exigencias no eran cumplidos como los quería.
Notando cómo la embarcación iniciaba la marcha hacia la costa, Shinji, sintiendo el frío viento alborotando sus cortos cabellos al incrementarse la velocidad, desconocía que Asuka ya había emprendido un autodestructivo viaje en espiral al hundirse en lo peor de sí misma que, al estar todos conectados por hilos invisibles, tendrá repercusiones en él y en los demás de maneras insospechadas.
Así, viendo el agua estremecerse al ser sacudida por el bote que avanzaba, Shinji, escuchando a varios helicópteros de Nerv sobrevolando la zona al iluminarla con potentes luces, no sabía que muy pronto él también empezará su propia travesía hacia el abismo.
Fin
Hola, les agradezco por haber leído esta historia. Sinceramente no tenía planeado este fic, pero mientras revisitaba la serie original, al mirar el Episodio 13, no pude evitar preguntarme qué sucedió en la escena cuando Asuka, Rei y Shinji debieron desnudarse para uno de los experimentos de Ritsuko. En el capítulo se insinúa que debieron caminar desnudos, pero obviamente, tal escena no fue mostrada en pantalla.
Así que, aprovechando ese agujero en el episodio, fue que intenté imaginar lo que pudo haber ocurrido en esos cortos minutos que la serie no nos mostró. Muchas gracias por leer y hasta la próxima.
