But I'm in so deep
You know I'm such a fool for you
You got me wrapped around your finger
Do you have to let it linger?
Do you have to, do you have to, do you have to let it linger?
Linger - The Cranberries
Miles no recuerda cuando fue la última vez que se sintió feliz. Los últimos rastros de felicidad quedaron atrás cuando era un niño. Las risas infantiles, las grandes sonrisas donde mostraba todos los dientes, el humor tonto y la personalidad soleada habían sido enterradas junto a su padre esa tarde lluviosa. Luego todo se había vuelto gris, oscuro… hasta que la vio a lo lejos con sus ojos color océano y el cabello rubio alborotado. Un resquicio de luz se había colado en el corazón de Miles ese breve momento que estuvieron juntos en el cementerio hasta que ella se marchó y todo volvió a ser gris.
Pequeños momentos de alegría se habían colado a través de los años junto a su madre y su tío, pero los colores no llegaban a él. Aún todo era gris. Miles sentía que le faltaba algo, alguien.
Entonces ella había vuelto a su vida. Su cuaderno de bocetos volvió a tener color, los días eran más brillantes, las noches más cortas, los días eran más felices…
Gwen lo había cambiado todo. Se habían acercado de la forma más absurda posible, pero en cada encuentro, cada risa que compartieron solo había confirmado que ella era lo que él necesitaba. Ella era el color que pintaba su mundo y sin ella todo era gris. Él sentía una conexión inexplicable con ella. Miles la amaba.
Miles nunca había sentido nada parecido por otra chica. Ella iluminaba cada habitación donde estaba, ella lo alejaba de la horrible realidad. Miles la amaba tanto que le aterrorizaba la idea de perderla.
Miles no quería ser un novio posesivo o estar siempre aterrorizado de que algo o alguien podía alejar a Gwen de él, pero era imposible para él no tener esos sentimientos oscuros cuando la misma chica corría tras los problemas.
Verla casi morir lo había aterrado. La sola idea de que si hubiera llegado tarde un segundo más ella no estaría con él lo molestaba de sobremanera, le dolía como una herida sangrante. Su lado sobreprotector se había activado y se había prometido protegerla de cualquiera incluso si debía arriesgar su propia vida.
Él no dejaría que nadie la lastimara incluso mataría al que se atreviere a tocarla.
Él quería apartarla del dolor y la tristeza.
Miles estaba loco por ella.
Él la miró mientras ella entrecerraba los ojos echando la cabeza hacia atrás. Ambos se movían al unísono de forma cadenciosa. El vaivén de caderas solo aumentaba con cada embestida.
Miles se preguntó si Gwen podía sentir el mismo calor subir por su cuerpo cada vez que él la tocaba, si ella podía ver los colores que él veía en ella cada vez que se besaban.
Gwen atrajo a Miles en un beso casi desesperado. Miles se hundió en la boca de la chica absorbiendo todo los gemidos.
Él la envolvió con ambos brazos apretándola contra su pecho. Las embestidas se volvieron erráticas, casi brutales. Los sentimientos de Miles por la chica debajo de él eran abrumadores. Lo estaban desbordando.
-Mi…Miles – gimió Gwen con pasión arqueando su cuerpo cautivo por los brazos de Miles.
Miles hundió su rostro en el cuello pálido de la rubia sin dejar de moverse dentro de ella.
-Joder…Miles – gimió nuevamente Gwen con la voz rota. Miles la sintió temblar sin control. Ella había llegado a su orgasmo. Miles se movió con más fuerza.
-Mírame Gwen – gruñó Miles con la voz ronca. La rubia abre los ojos llenos de lágrimas de placer. Una gota salada cae por la mejilla sonrojada. Miles lame la gota. El sabor salado le supo a gloria.
Ella enreda los brazos en el cuello de Miles y lo besa. Miles sigue penetrándola hasta que él llega a su propio pico de placer. Ninguno deja de besarse. Miles sigue moviéndose. Gwen vuelve a convulsionar bajo de él, llegando por segunda vez al orgasmo.
Miles se mueve un par de veces más antes de detenerse. Separan sus labios. Ambos respiran con dificultad.
Miles observa el rostro sonrojado de Gwen. Los labios hinchados, los cabellos rubios alborotados y los ojos azules brillantes por la pasión. Nunca se había visto más hermosa. Él la amaba tanto.
Miles se preguntó si ella lo amaba de la misma forma en que él la amaba. Si ella podía sentir al menos una pequeña parte de lo él sentía por ella.
Ella le sonrió cansada, acarició el rostro moreno del chico. Miles besó los dedos de la chica haciéndola reír.
-Te amo – susurró Miles besándola en los labios. Ella sabía a miel y fresas. Gwen se une a la danza de labios.
Ambos se separan nuevamente. Miles esconde su rostro en el pecho desnudo de la chica. Ella acaricia la cabeza de Miles.
-Te amo, Miles – susurra la chica casi en un suspiro.
Miles sonrió. Él lo supo, ella lo amaba de la misma forma.
La habitación se sintió cálida, las burbujas de alegría golpeaban su pecho, el cielo de Brooklyn era brillante…
Todo era perfecto. Miles sentía que estaban destinados a ser.
Nota de Autor:
Este capitulo es corto porque necesitaba expresar los sentimiento de Miles por Gwen.
