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CAPÍTULO XXIII:
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Blaise se apareció dentro de su habitación y se internó en el baño con premura.
Analizó su reflejo frente al espejo y la ira volvió con fuerza al notar un desgarro de mediano tamaño en la parte superior de su frente, cerca al nacimiento del cabello.
Resopló rabioso mientras rebuscaba en el estante por un poco de Díctamo, abrió una botellita y vertió un poco de líquido sobre la herida. Cerró los ojos y su cabeza dio unas cuantas vueltas mientras la piel regeneraba.
Había dolido como el infierno.
Ese miope se las iba a pagar...él y su cola de lameculos; el enano descerebrado y el de rizos que...
¿Quién era ese tipo? No parecía idiota.
No pudo vapulearlo, no había tenido de dónde cogerlo y ni se le movió un pelo cuando grazno en su cara. Se había quedado con ganas de pincharlo y hacerlo sulfurar igual que a los otros.
Parpadeó frente a su reflejo.
Ya no había nada en su oscura y perfecta piel.
Se arrancó la ropa sin inmutarse por los pasos resonaron de improvisto fuera de la estancia. Para cuando la puerta de su habitación se abrió, ya estaba desnudo bajo la corriente de agua fría.
—Los acabo de ver juntitos en el Atrio.
—Yo mismo despedí a Draco.
Unos segundos de silencio
—Eso era lo que querías, supongo que ¿Ya estas contento?...
—Ni un poco.
—Entonces...las cosas están cayendo por su propio peso—se acarició el mentón—ya que no me pides nada desde hace un tiempo.
—Es como dices...se acabo el juego—Blaise desbloqueó el grifo—¿Escaqueándote del trabajo?
—No soy como tú—Theo se encogió de hombros—me escape para darte esta última y evitar tenerte tras la nuca, preguntando. Tengo los minutos contados.
—¡Te he dejado en paz últimamente!
—Soy precavido, aunque...veo que no tuvo sentido venir.
—En el fondo te encanta el jaleo, y te las das que no.
—Admito que le he agarrado gusto, por tu culpa, por cierto—suspiró.
Blaise soltó una risa ladina mientras esparcía espuma por todo su torso.
—¿Puedes hacerme un favor?
—Depende.
—Cuando tengas a Potter cerca, jódelo por mí.
—Tengo planes con Nev y quiero vivir muchos años con la finalidad de cumplirlos, así que no.
—¿Que quieres a cambio? Te lo daré.
—Estas con la cabeza caliente ¿Paso algo?
—Me abrió la frente, lo quiero matar.
—¿Solo eso? —Theo se recostó contra la pared, incrédulo—Eres un suertudo de mierda
—Por ahí no, Theo, no estoy de humor.
—Es que, conociéndote, lo pinchaste un poco y solo "te abrió la frente"—se encogió de hombros—Algunos no vuelven abrir la boca para contarlo o quejarse.
—Tú y Draco lo ponen en un pedestal, son patéticos—Blanqueó los ojos—solo falta que lustren todo lo que pisa con sus rodillas y muevan la cola.
—No me metas en el saco de ese idiota—replicó—Solo piso tierra, lo he visto desnucar gente por menos, sin varita o ayuda de nadie—enfatizó—sobre todo, y especialmente, sin el primo de Weasley cerca.
—¿Quién es ese tipo? —se enrollo la toalla.
—Es su pareja de equipo, y también amigo de Nev.
—Entonces andan pegados.
—Generalmente, y es el único que le sigue el ritmo al cuatro ojos.
—¿Tanto así?
—Antes de él, Potter cambiaba de pareja como cambiar de calzoncillo.
—Curioso...
—Es algo así como su sombra, incluso salen de vez en cuanto, me los he cruzado.
—Su nombre.
—Kerry Kenny ¿Por?
—Curiosidad.
—¿Te hizo algo? —se respondió a sí mismo—No creo, es de perfil bajo...y no parece idiota.
—Lo mismo pienso...
Blaise asomó por la puerta y Theo lo observó detenidamente.
—¿Por qué pensativo?
El otro sonrió.
—Ya que no vas a fastidiar a Potter, me las arreglaré.
—Fue un gusto haberte conocido, iré cavando tu tumba ¿La quieres al lado de tu madre?
—No seas fatalista.
Theo alzó una ceja y bufó.
—Te encanta tentar tu suerte.
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Ya sin el italiano presente, el ambiente se aligeró de manera considerable.
Harry torció el cuello intentando pulverizar esa destructiva sed de sangre que aún no lo abandonaba, suscitada principalmente por la escenita entre el rubio y su amigo. Pasó saliva, a ver si la humedad combatía la acidez en su tráquea.
—¡Al fin se largó! —Collin se enroscó en su brazo derecho, sacándolo de trance—Es un idiota.
Un bufido desde su izquierda, muy cerca de su sien, fue toda respuesta para Collin. Vislumbro por el rabillo que Malfoy estaba plantado ahí, justo a su otro costado. No lo había sentido, al parecer se había movido cerca de forma sigilosa.
—Kerry—Metió sus puños en los bolsillos y evitó mirarlo a como dé lugar, lo cual fue toda una proeza: el hombre no dejaba de repasar su rostro con insistencia—el traslador.
—Vale—Su colega comenzó a rebuscar en sus bolsillos.
Alguien se aclaró la garganta.
—Como dije esa vez—Sin permiso, su rostro giró hacia el rubio que ahora miraba la punta de sus negros y elegantes zapatos—Blaise y yo no tenemos ese tipo de relación—Se encogió de hombros, casualmente, antes de disparar su mirada hacia él, de nuevo—ahora mismo no tengo a nadie...
Harry se atragantó con su saliva y parpadeó inmóvil, sin dejar de mirarlo. Tenerlo muy cerca estaba vaciando su mente de a poco, no solía pasarle eso con otras personas. ¿Qué decir? Por un lado, el rubio no le debía ninguna explicación, y por otro...
—Eso es un uhm...—alivio—es-es algo muy—tragó cuando la nariz del pálido se balanceo un milímetro más cerca—in-interesante—¿Que carajos estaba diciendo?
—¡Ja! ¡Por favor! —Collin asomó su cabeza por la derecha, haciéndolo que Malfoy corte la conexión para fruncir el ceño, irritado—¡Acaba de comerte la boca!
—Nadie está hablando contigo.
—¿Y eso que? te oigo perfectamente.
—¿Se te subieron los humos luego de tu salidita con el elegido? —torció la boca—...eres patético.
Harry frunció el ceño.
—Yo no soy-
—¡Solo digo que no tiene caso negar lo evidente! —Se disparó casi de inmediato.
—Collin, no deberías-
—¿Lo evidente? —Draco cortó la débil interrupción—¿Como el chasco que eres para mezclarte entre muggles? Porque, esmoquin de rayas y corbata rosada en pleno verano...—recalcó asqueado—casi me arranco los ojos yo mismo.
Harry se olvidó de lo anterior y saltó de un lado a otro, curioso ¿Se habían visto o algo?
—¡Eso es lo de menos a la hora de cumplir una misión!
—Pasándote por la raja las lecciones de sigilo y camuflaje—arrugó la nariz —deberías hacerle un favor a la comunidad mágica y dimitir.
—No desvíes el tema ¡Todo el mundo está enterado de tus saliditas nocturnas con Zabini!
—Por lo visto, la perspicacia te persigue—Collin sonrió—pero tú eres más rápido.
—Por favor ¡Los rumores dicen que lo de ustedes-
—Es evidente, claro—sonrió cínico—como que fuiste abandonado por Potter anoche para—Malfoy elevó una comisura de su boca—atender un "imprevisto"...
Vale, la conversación se había puesto repentinamente incomoda con eso último. Harry dejó de rebotar entre ambos en silencio, y miró al pelirrojo con las mejillas calientes, suplicando telepáticamente por ayuda. Dio con éste violando todos sus bolsillos, profundamente concentrado en la búsqueda de la diminuta monedita, ignorante de la conversación a dos pasos de distancia.
Maldijo interiormente.
—o tal vez... ¿cómo tus sentimientos por Potter? —El más bajo soltó al pelinegro como si quemara.
Harry regresó a Collin como una flecha y alzó las cejas.
¿Sentimientos? ¿A qué clase de sentimientos se refería Malfoy? ¿De camaradería o algo así? ¿Y por qué tan rojo?
—Ahí vas de nuevo con eso, ya te estabas tardando.
—Las disculpas del caso.
—¡No te disculpo! ¡Y deja de burlarte de mis sentimientos por Harry!
—¿Sen-sentimientos?
—Es sarcasmo—Alzó una ceja albina—No te emociones
—Siempre haces lo mismo, y ahora también Zabini, no sé quién es peor.
—Sucede que la realización esta en ti, solo falta que circule por tu sistema. Te estoy dando una mano—Alzó las cejas doblemente—de nada.
—Como si tú y Zabini pudieran entender lo que siento, apuesto que nunca te has enamorado—Harry alzó las cejas ¿Enamorado? ¿Que tenía eso que ver? — es más ¡Ni sentimientos tienes! ¡Solo te importa ridiculizar a los demás!
—Err...Collin ¿A qué te refieres con-
—No negare que me encantó hacerlo en cada ocasión y sobre lo otro—su expresión se endureció—cierra el pico: no sabes una mierda sobre mí.
—¡Se lo suficiente!
Harry suspiró y se aclaró la garganta.
—¿Podemos simplemente parar y-
—¿Te refieres a tus infalibles deducciones?
—Afirmativo.
—¿Cómo podré conciliar sueño ante increíble despliegue de suspicacia?
—Ya para... ¡Eres insoportable! ¡Te detesto!
Se inclinó hacia el por sobre el moreno, alegre de verlo sulfurar.
—Me regocija saberlo.
—Ya es sufi-
—Siempre creyéndote la gran cosa sólo por—Apretó los dientes—ser alto y rubio-
—No te agradeceré los cumplidos, Creevey.
—¡No te hacía uno!
—¡Suficiente! —exclamó Harry canjeando la mirada de un lado a otro.
El más bajo saltó en su sitio y retrocedió de inmediato con la cabeza gacha, luciendo enfurruñado.
El rubio se enderezó para mirarlo sobre su mentón, desdeñoso.
Harry giró hacia Malfoy, lo escaneó unos segundos, y luego volvió a Collin, negando con la cabeza.
¿Quién era él para cuestionar al rubio? No estaban ahí para aclarar chismes, y no debería importarle a nadie (se incluía en el saco) lo que sea que Malfoy tenga con...cualquiera. Era un civil y ellos aurores, era su deber mantener la postura y el decoro.
Kerry estaba, como siempre, en lo cierto. Nadie debía pisar el palo, ni él sentirse afectado por lo que hizo Zabini, porque ellos no tenían...eran nada.
Nada de nada.
Lo que los unía era el literal y polisémico significado de esas cuatro letras unidas, tal cual; carencia, inexistencia, vacío absoluto,
Nada por aquí, nada por allá-
—Collin...—Harry detuvo esa línea abruptamente y le hizo un gesto a su colega con la cabeza.
El más bajo lo miró sonrojado por un segundo, antes de asentir lentamente y soltar con renuencia:
—Lo siento.
No miraba a nadie, pero al menos había cedido. Harry se dirigió ahora al rubio.
—Estamos aquí por un tema de prioridad, yo...—se aclaró la garganta cuando el otro correspondió, indescifrable—lamento profundamente la actitud de Collin, por favor acepta mis sinceras disculpas por...por todo esto.
—No hay remedio cuando andas rodeado de gentuza, Potter—fulminó al otro.
—No hubo oportunidad de decirlo antes—Sonrió hesitante y extendió una mano—pero me alegra tenerte aquí, gracias por venir.
El rubio descuadro los hombros y estrecho la suya con firmeza.
—Ese era el trato, Potter—Afirmo la nudosa mano, apartando al vuelo el recuerdo de ésta serpenteando por su piel desnuda, mimosa y firme, mientras se lo follaba...
Tragó cuando el pulgar del moreno trazó un circulo invisible en su dorso, y se apresuró en apartarla, antes que los hormigueos de su mano se extiendan hacia otras zonas de su cuerpo.
El otro bajó la suya despacio, sin dejar de observarlo, hasta que alguien más se paró al lado de ambos.
—La tengo.
—Genial—Harry se obligó a arrancar sus ojos del hombre frente a él y le sonrió a su colega.
—Ya nos habíamos visto antes, pero recién me presento—Kerry le extendió una mano a Malfoy, que dejó de atravesar al ojiverde y relamer su labio inferior, para posarse en él—un gusto, soy Kerry.
Harry le sonrió a su colega, complacido por la interacción. Kerry era bueno para hacer migas y romper el hielo, le alegraba que no se inmutara con el rubio.
Draco bajó la vista hacia la mano extendida, muy lentamente, su corazón brincando luego de escuchar las dos últimas palabras.
Así que Killi...el amiguito de Potter, el que solía quedarse en su casa para "dormir", solo dormir, Potter le dijo que "no se acostaban"...
Sí, si, claro...
Apretó los labios y tragó grueso, reprimiendo unos inaguantables deseos de extirpar la extremidad, dolorosamente...
—...gracias por venir—Kerry tragó con el brazo extendido cuando a continuación, el rubio lo escaneó de cabo a rabo, luciendo mortal, casi sediento de sangre, como con ganas de destazar su cuerpo en miles de diminutos pedacitos antes de aventar sus restos a...
—Como sea—Draco hizo una mueca, que esperó, se parezca a una falsa sonrisa, y apretó la mano con fuerza.
Volvió a los ojos castaños sin aflojar el agarre.
—Estamos justos de tiempo.
—S-si—El hombre hizo una mueca extraña antes de escabullir su extremidad y romper la conexión—Ya estamos.
El pelirrojo puso la monedita en su palma, esperando.
—Collin—Harry extendió un brazo al más bajo, que asintió en silencio y lo tomó docilmente.
—Malfoy—Harry ofreció su otro codo al rubio—por favor...
Draco afianzó la extremidad en silencio y miró al frente.
—Bien—Kerry toco un pedazo de la túnica del rubio, quien no se dio por enterado, y cerró los ojos.
Se aparecieron en el Atrio al segundo siguiente.
Draco, aun apresado por el moreno (que se movilizo hacia adelante de inmediato), recorrió el lugar con curiosidad. Habían pasado varios años desde la última vez que pisó ese recinto, y todo lucía tal como recordaba, solo que repleto de presurosas personas moviéndose de aquí para allá, rozando descuidadamente su costado.
—¡Hey chicos! —Ryan, que acababa de llegar también, levanto una mano a la distancia—¿Cómo es-espera... ¡¿ES ESE MALFOY?!
Harry apretó los dientes y paso de largo, sin corresponder.
Generalmente, el lugar andaba medio vacío a esa hora, pero justo en ese momento, estaba abarrotado de gente, como nunca.
—¡Si! ¿Puedes creerlo? —Respondió Collin a gritos, negando con la cabeza y blanqueando los ojos.
La multitud interrumpió su andar para mirarlos con descaro, en especial las personas que estaban casi rozándolos, y de pronto, los cuchicheos en voz alta comenzaron a llover.
"Es el desterrado" "El hijo de Lucius" "Esa escoria ¿Aquí?" "Sáquenlo de mi vista..."
—Más rápido—Kerry le hizo un gesto al más bajo sin dejar de avanzar.
Harry a la cabeza, frunció el ceño, molesto. Aferro el tembloroso brazo de Malfoy con más fuerza y enfrentó las miraditas escandalizas que le llovían de a gratis por todo el camino hasta el ascensor.
Empujo sin cuidado a dos tipos que estaban bloqueando la entrada del cubículo, mirándolo boquiabiertos, e ingresó, seguido por sus colegas de inmediato. Uno de ellos, el que había caído sobre su trasero, dejó escapar un "Maldito mortífago, debería estar muerto". Al segundo siguiente, su cuerpo voló descuidadamente varios metros hacia atrás, antes de caer desmadejado.
Había sido despedido por los aires.
Kerry se encogió de hombros y se recostó en su lado del metal.
Las compuertas se cerraron.
Draco miró al moreno de refilón y recorrió su perfil en silencio, su estómago cosquilleando agradablemente. Miraba al frente sin expresión, cejas distendidas, mandíbula apretada y labios tensos. Suspiró internamente, comprendiendo dos cosas: Estaba asado a morir, y hacer volar a la gente sin escoba, era su otro deporte favorito, aparte de violar protecciones ajenas.
Se obligó a no babear frente a las ocho personas que a continuación entraron al cubículo.
—Como que algo ajetreados ¿No?
Harry hizo una mueca, que esperaba, parezca una sonrisa despreocupada.
—Tú lo has dicho.
Draco viró el rostro y se ganó con Longbottom apretujado entre dos tipos que no dejaban de mirarlo y apartarse al máximo, como si fuera peste.
Estrangulo el brazo del ojiverde.
—Aun no te desplomas—Kerry le guiño un ojo—me tendrás que dar un poco de esa milagrosa poción.
—No soy un entendido, pero yo mismo le hice un arreglo ¡y esta de maravilla! —Le tomo un momento notar la compañía extra—¡Malfoy! ¡Que sorpresa! —Sonrió cálidamente.
—Ho-hola—Draco destensó los hombros, aun incómodo.
"¿Es él?" "Si, es el, el mortífago" "¿Que hace aquí?" "¡No puedo creer que le- "
Harry los había callado con un movimiento de cuello, sin dejar de repasar sus rostros de uno en uno. Los tipos tragaron acojonados y salieron apresurados en la siguiente parada.
Draco uso su mano libre para acomodar sus calzoncillos bajo su túnica, sigilosamente, lo más discreto que pudo dentro del reducido espacio. De pronto sus interiores apretaban.
—¿Cómo así estas por aquí? —Ahora solo estaba Neville con ellos, mirándolo muy curioso.
—Voy a…echarle una mano a Potter.
—Tenemos un puto quebradero de cabeza—Kerry se recostó contra el metal—Malfoy nos ayudara con eso...
—Lo lamento, chicos—Se dirigió al moreno—Aun llevas ese caso de alta prioridad, es ese ¿No?
—Sí, obtendremos cierta información de la cabeza de Hoffman. Bueno, lo hara él.
—Oh—Abrió los ojos en dirección al rubio, asombrado—¿Puedes hacer eso? Es increíble...
—Lo es—Kerry asintió, recordando aquella noche.
Draco sintió calor en sus mejillas.
—No es para tanto—Collin se cruzó de brazos e inflo las mejillas—Sigo creyendo que-
Un leve codazo lo hizo trastabillar.
—¡Kerry!
—Te estoy estabilizando—Se encogió de hombros.
Las puertas se abrieron.
—¡Claro que no! estaba perfecto y tu-
—Avancen—Los cortó el moreno.
Salieron del ascensor, el primero sin dejar de apresar al rubio, los otros cerrando la marcha.
—¡Suerte! —Se despidió Neville antes que las puertas se cerraran de nuevo.
Un largo y lúgubre pasillo les dio la bienvenida. Draco escaneó el serpenteante trecho a medida que avanzaban. Todo estaba en semioscuridad, y el aire era casi gélido. Correderas y puertas de metal nacían de las paredes de piedra, separadas entre sí por aproximadamente seis metros de distancia a lo largo de todo el corredor.
Supuso que eran las celdas.
Procuró mantener el calor corporal, la marcha e ignorar los graves lamentos que se filtraban de las celdas (todo al mismo tiempo) a través de esas rendijas que eran el espacio entre el suelo y la base de las compuertas.
Un escalofrío lo recorrió de pies a cabeza cuando distinguió la cara de alguien aplastada contra el suelo, mirándolos desde su celda a través de una estrecha abertura.
¿Así habría estado él de haber sido sentenciado a Azkaban?
—Es-esto es tétrico—Collin se abrazó a sí mismo, sin dejar de pegarse al moreno, sacando al rubio de sus pensamientos. Nunca antes le habían encargado interrogatorios o visitas a los reos. Con Mclaggen y Kerry, solo se había dedicado a misiones de baja índole y simple papeleo.
Harry se encogió de hombros, ya estaba acostumbrado a bajar y participar de los interrogatorios.
—Te acostumbrarás—Sintió que el brazo del rubio perdía calor, por lo que se apresuró en aplicar un hechizo calefactor—¿Mejor?
Draco volteó hacia él y se mordió el labio.
—Si—Tragó—Gracias...—Una hilera de simétricos y blancos dientes casi lo ciega.
Suspiro y volvió al frente con las mejillas calientes.
Kerry, dos pasos por detrás y acariciando su nuca con las manos para no perder calor, se mordió el labio para no estallar en risas. Ese par no había dejado de babearse mutuamente desde que se habían encontrado.
Y luego Potter se cascaba la cabeza con el dichoso tema...de veras no tenía remedio. ¡Y era un afortunado de mierda por ser tan majo! Su torpeza con lo emocional no le quitaba ventaja, solo lo hacía más atrayente.
Sacudió la cabeza, resoplando por lo bajo. Algunos sí que tenían suerte, si él fuera Malfoy...o Potter (total el rubio estaba hecho a la medida) no habría dudado en-
—Kingsley.
El pelirrojo asomo por detrás del trio.
—¡Señor! —Collin se plantó muy recto—¡Buenas tardes!
El Jefe de Departamento ya los estaba esperando fuera de la celda de Hoffman.
—Buenas Tardes—El hombre extendió su mano primero hacia el rubio—Aprecio tu colaboración con nosotros, Malfoy, y lamento hacerte venir con tan poca antelación.
—No hay problema—Draco la estrecho con firmeza.
El hombre oscuro tenía una mirada amable y toda su aurea transmitía seguridad absoluta.
—Supongo que Harry ya proveyó los detalles necesarios—Kingsley repaso sus rostros con seriedad antes de apuntar con su varita a la compuerta—darán inicio en unos minutos.
Esta se descorrió.
Collin, muerto de curiosidad, se despegó del moreno y asomó.
En el medio, sentado y encadenado de pies a cabeza, había un hombre muy rubio, enfundado en una túnica negra que solo dejaba a la vista sus blancas manos y sus tobillos. Su cabeza caía hacia adelante, haciendo que los cabellos cubran su rostro por completo.
Lo que había dicho Kerry era cierto, aun sin verle la cara, era calcadito a Malfoy. Escudriño la inmóvil figura.
—Serán los primeros en entrar luego del ataque, por ello, es de vital importancia que tomen en cuenta lo siguiente: Hoffman está asegurado en extremo a su asiento, no le será posible despegarse ligeramente de él o deslizarse—tomó aire—Además, esta amordazado ya que, según las declaraciones, suele engatusar a sus víctimas con palabras con el fin de hacer contacto visual.
Kerry y Harry tragaron en silencio.
—Lleva puesto un recubrimiento facial capaz de limitar la visión de seres excepcionales, como, por ejemplo, sirenas, licántropos y demás—informó sin dejar de repasarlos, deteniéndose unos segundos más en el rubio, que lo miró impasible—...pero este no había sido probado con un sin rostro, a la fecha, así que—Malfoy alzó una ceja, conteniéndose de bufar—existe la posibilidad que no sea suficiente y cause problemas. Los del departamento de Misterios estarán presentes en-
—No los quiero rondando, no los necesito—Draco alzó el mentón—no va a funcionar conmigo, ya que yo-
—Ya que Malfoy es legeremante nato—Fue atropellado por el moreno—Confío ciegamente en sus capacidades.
Draco alzó una ceja.
Los ojos verdes no reflejaban nada mientras miraba a su superior, pero los del pelirrojo brillaban con alarma.
...Claro, aquella escapada debió ser una travesura, Kingsley no parecía del tipo "Ofrezco favores sexuales a cambio de cooperación".
—Es como dice—Concordó con una torcida sonrisa.
—Excelente Harry, entonces—Kingsley se apartó unos pasos—no los retengo más tiempo—Inclinó la cabeza y giró.
—Gracias señor—Harry asintió hacia la espalda del hombre, quien ya se alejaba por el pasillo, antes de encarar al rubio—Necesitamos las restricciones de acceso a su base central, está ubicado en las faldas del Eiger.
Draco asintió en silencio, intentando centrarse en la información proveniente de sus labios y no en la sugerente manera con que se movían.
—Es un ritual de magia negra que se realiza, según las coordenadas, en la cara norte de la montaña. La entrada es visible para los muggles—continuó el pelirrojo que también había girado hacia el—que desaparecían en masa cerca de la zona.
—Anotado—Arrastró las sílabas, monótono y sin mirarlo.
—Entraré contigo por si-
—No, lo haré solo—Lo cortó—No te quiero cerca, Potter.
—¿No? Pero-
—Si te pasa algo, tendré que vivir escapando de tus fans, querrán romperme el cuello—se encogió de hombros—además, no me fío de la chuchería que le han puesto en la cara.
Harry asintió, renuente.
—Entiendo, dado el caso—sacó su varita del bolsillo (casi ni la usaba) y tomó una mano pálida entre las suyas—Necesitarás esto—hizo que los largos dedos se cierren alrededor.
El rubio respingó de inmediato, sin dejar de mirar al ojiverde con ojos desorbitados. Se había sonrojado de golpe y apretaba la madera con inusitada fuerza, tiritando imperceptiblemente sobre su sitio.
Kerry alzó las cejas, divertido. ¡No lo culpaba! Eso también le había pasado una vez, cuando tomó la varita del moreno en medio de una redada: La abrumadora magia que había sentido lo había puesto cachondo a morir, en cuestión de segundos.
Seguro estaba teniendo una erección.
—Va-vale—Draco tragó, intentando reprimir los temblores de su cuerpo. Su pecho subió y bajo, agitado.
Podía sentir la cruda esencia de Potter inundándolo sigilosamente, poseyéndolo de a pocos como suaves ondas de energía que se expandían desde la palma de su mano hasta cada rincón de su sistema. De pronto, se sentía algo así como "embriagado" de él hasta la médula, llenecito de su magia, increíblemente cálida y excitante, tan...como él.
—Bien—Harry sonrió, ignorante de sus revoluciones y giró—... ¿Dónde está Collin?
Kerry se despegó del par para husmear sus costados. No había rastro del otro a lo largo del oscuro corredor, lo que significaba que...
—¿Esta dentro?
—¿Que...? —Harry se impulsó hacia la entrada, pero fue detenido ahí mismo por un firme brazo.
—Iré yo, Potter.
—Pero-
—No me hagas golpearte, déjamelo a mí.
El ojiverde entrecerró los ojos, visiblemente inconforme.
—Déjalo ir primero, Potter—Instó su colega.
Draco ignoro al pelirrojo, y dándole una última mirada de advertencia, habló.
—No asomes, Potter—Alzó un pálido y acusador dedo—Ni un puto cabello.
—Está bien...
Sin más, Draco giro sobre sus talones e ingresó por la abertura.
Ni bien asomó, dio con Creevey tirado en el suelo, sudando y retorciéndose en silencio frente al rubio en la silla, que movía la cabeza de izquierda a derecha, casi animadamente. El sonido de sus pasos, lo puso en alerta, por lo que detuvo el cabeceo y elevo su rostro.
—Esta aquí—informó Draco desde adentro.
—Mierda...—Lo alcanzó la voz del ojiverde—Voy a-
—No te molestes, lo sacare yo.
Draco agitó la varita del moreno y soltó un "Wingardium Leviosa". El cuerpo del Creevey flotó suavemente hacia la salida. Logró escuchar una preocupada exclamación (seguro el pelirrojo) cuando desapareció de vista, y un "Deberíamos llevarlo a San Mungo..."
—¿Para qué? ¿Para que lo droguen o que se yo, y termine igual o peor? —Espetó desde adentro, sin dejar de pasear delante del reo, que estaba muy quieto en su sitio. Negó despacio—Reténganlo en algún lugar, hasta que salga.
—Kerry, llévalo a la enfermería.
Un suspiro resignado y presurosos pasos alejándose.
Draco bufó y se acercó a Hoffman hasta quedar a un palmo de distancia.
—Mira que perdedores como tú—se agacho y escudriño el contenedor de magia que cubría su rostro. Era como la parte superior de una oscura y compacta mascara, los círculos que iban sobre los ojos eran de un material oscuro y brilloso. No podía ver a través, en absoluto—...dando tantos problemas al Ministerio—pasó un dedo por sobre la dura superficie—no me habría importado en lo más mínimo ¿Sabes? —susurró muy bajo—si no tuviera que ver con Potter...desnudo o con ropa.
La cabeza del hombre comenzó a temblar, amordazado, imposibilitado de decir algo.
Draco se tomó unos segundos antes de decidir.
—Te quitaré esta porquería...—La cabeza rubia se agito de arriba hacia abajo, frenética—No te emociones tanto, escoria—escupió con veneno—va a ser lo mismo que nada para ti...
De un tirón, liberó al hombre del dispositivo mágico. Los ojos del sin rostro quedaron a la vista, la niña dilatada en extremo y los irises azules disminuidos a ,casi, lo inexistente. Desde el instante que se posaron en él, sintió como si alguien empujara sus barreras agresivamente, pero no fue suficiente.
—Que cliché—Ladeo el rostro, y sujeto el pálido mentón—Me toca—agregó socarrón antes de apuntar a la frente de Hoffman, que entrecerró los ojos, furioso.
"Legeremens"
Alzó una ceja un segundo antes de internarse en la oscuridad, la resistencia había sido tan pobre como la última vez.
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Luego de unos momentos, a solas y en silencio, en medio del desierto pasillo, Harry frotó la advertencia del rubio contra su sobaco.
Sencillamente no soportaba estar ahí sin más, parado en la nada, sin ver lo que estaba aconteciendo dentro.
Asomó medio cuerpo y dio con la ceñida espalda de Malfoy.
Recorrió la silueta y se acercó despacio, concentrado en descifrar eso inexplicable que le causaba verlo así, totalmente quieto bajo la tenue iluminación, arrodillado a medias, coronado por esa platinada, sedosa y tupida melena que había repasado hasta el cansancio con sus propios dedos.
Era la primera vez que lo veía hacer eso, y los detalles que le había otorgado Kerry, no rozaban ni de cerca lo extraordinario que era verlo entrar en acción, subyugando la mente de otro con sorprendente naturalidad.
Se plantó a su lado y su ingle palpitó.
Malfoy tocaba el suelo con su rodilla izquierda mientras que la derecha iba en flexión para mantenerlo en equilibrio. Su postura resaltaba sus caderas, cuádriceps y pantorrillas bajo la oscura tela de manera casi obscena. Su espalda en perfecta rectitud hacía que sus ceñidos pectorales amenacen con reventar los botoncitos delanteros de su solapa.
"Que se rompan" dijo una vocecita en su cabeza.
El rubio sujetaba el mentón de Hoffman con una mano, mientras la otra presionaba la blanca frente con la punta de su varita. A esa distancia podía percibir las leves ondas de energía que envolvían ambos cuerpos; como una barrera fría, acerada y culebreante. La sensación se parecía mucho a una firma mágica ¿Era su firma mágica?
De pronto le entraron ganas de penetrar la barrera invisible y sentir a Malfoy en su piel. Retuvo el aire en sus pulmones, y se contuvo de acercarse más. No quería que el rubio note su presencia.
Lamió la superficie de su rostro en su lugar.
¿Cómo hacia Malfoy para mirarse todas las mañanas frente al espejo y no terminar prendido de su propio reflejo? Todo su perfil gritaba distinción y arrogancia, sus inexpresivos ojos grises bajo las serenas cejas aguijoneaban los casi negros de Hoffman en absoluta quietud, sin parpadear, absorto en lo que solo él podía ver.
Esa naricita respingona y los pómulos altos le provocaban unas tremendas ganas de agarrarlo del mentón, girarlo y...
—¿Potter? —Saltó cuando la voz vacilante de Kerry llegó desde afuera.
Metió las manos a sus bolsillos, le habían comenzado a hormiguear.
—Estoy aquí—Respondió con medio cuerpo girado y las manos bien apresadas bajo la tela.
Su colega ingresó en silencio y se paró a su lado.
—De solo ver, mi cuerpo se escarapela...
—A mí...—me la pone muy dura—también—Tragó.
Draco navegó en la oscuridad, grácilmente, en busca que aquello que Potter le había pedido. Había borrones de colores por doquier, los pasó de largo entendiendo que los recuerdos estaban segmentando; hasta que, de la nada, una opaca escena se plantó delante. Por un segundo, estuvo por desdeñarla, hasta que se dio cuenta que en ella estaba Potter, desnudo.
Su subconsciente decidió por él y sin percatarse, ya estaba dentro, en ese cuarto de hotel.
La escena era mejor de lo que recordaba, porque ya no la veía a través de una puerta, sino desde los ojos de Hoffman, quien estaba boca arriba sobre la cama, frente a un Potter desnudo a punto de clavarse en su polla.
Sus tripas se retorcieron de celos como la primera vez. Apretó los dientes cuando el amargo de la bilis amenazo por ahogar su cuerpo físico, e intentó controlarse.
Potter se posicionó cara a cara, y Draco enfrentó los orbes verdes desde abajo, se miraron por unos segundos, hasta que...
"Supuse que no eras tú"
¿Quién?
La mente de Hoffman lo arrastró con el moreno hacia un hoyo negro y sin fondo.
Draco se dejó llevar, repasando la frase de atrás hacia adelante y viceversa, intentando asimilar su real significado, mientras desconocidas y vividas escenas bailaban frente a sus ojos a gran velocidad.
Habían penetrado la mente de "esa persona" que no era Potter. Draco fluyó con la danza y luchó contra el vértigo, hasta que los recuerdos comenzaron a ceder.
De pronto todo se detuvo y uno se plantó.
Un niño de rizos rojos practicaba con la varita dentro de su cama en medio de la noche. La oscuridad bañaba el lugar, sin embargo, Draco aún podía definir su concentrada expresión y la decoración de la habitación bajo la palpitante luz del Lumus. Reconoció el ambiente de inmediato y lo atacó una punzada de nostalgia. Ese no era cualquier dormitorio, esa y las demás camas enfundadas en verde y plata le decían que estaban dentro de la mazmorra de Slytherin.
No tuvo tiempo de nada, la escena duro tres segundos antes de desaparecer, y al instante apareció otra, donde esa persona, ya adulta, tomaba licor sobre su silla, en un bar de ambiente. Había alguien junto a él, con el cabello negro y alborotado. El acompañante inclinó la cabeza hacia el pelirrojo, errático, diciendo algo, y Draco procuró nitidez sin mucho éxito, hasta que, de un momento a otro, el hombre ladeo el rostro y le sonrió.
La imagen cobró vida de un segundo a otro, era Potter.
El pelirrojo se quedó prendido de los vidriosos ojos verdes por unos segundos, muy cerca, intentando comprender las palabras sin dejar de torcer una sonrisa, para luego...repasar el moreno de pies a cabeza con evidente deseo. Este no se dio enterado.
El cuerpo físico de Draco sufrió un espasmo.
Cuando el ojiverde calló, el pelirrojo sacudió sus rizos y se levantó para bailar con alguien que lo acababa de invitar. El moreno quedo solo en la mesa, emborrachándose.
Esa escena se desvaneció y se presentó otra.
El pelirrojo de nuevo, subiendo las escaleras de un segundo piso. Sacó al tiro el lugar, estaban en la casa Potter. El pelirrojo cargaba al dueño sobre sus hombros, tambaleándose, evidentemente ebrio, pero no por eso trastabilló. Alcanzó la habitación de invitados con éxito e ingresó. Aventó al pelinegro sobre el colchón, y este al caer, sujetó al otro torpemente, provocando que pierda balance y le caiga encima.
Potter balbuceó algo, frunciendo el ceño, borracho como cuba, con el otro recostado sobre él, muy quieto. Vio a Killi levantar la cabeza unos centímetros y quedarse mirando la nariz frente a él, bizqueando y tragando saliva. Su manzana de adán subió y bajo repetidas veces por unos segundos...
Una puta eternidad.
Draco se tensó frente a la escena. No quería verlo, no quería ver un beso entre los dos sobre "esa cama". Pero tampoco quería salir de allí. ¿Se iban a acostar?
A ese punto, estaba seguro de no tener más órganos que sus ácidos celos puedan pulverizar.
Vio a Killi vacilar sobre el inconsciente pelinegro y acercar sus labios lentamente.
"No, no lo beses, hijo de…"
Quiso gritar cuando la imagen de desmoronó de improvisto y se presentó otra. El comedor de Potter, ambos sentados frente a la mesa servida, cenando.
"Esta de puta madre, tienes buena mano, Potter ¡Te ataría a mi cocina de ser posible!" vio al moreno sonreír con ironía "No exageres..." unos segundos más y otra le siguió.
Era un despacho de regular tamaño, el pelirrojo estaba sentado en su escritorio y Potter parado frente a él, gesticulando. Vio al moreno cruzarse de brazos y los ojos del pelirrojo volar a sus contraídos músculos por un segundo antes de volver a enfocar su cara y sonreír torcido.
"Ofrécele sexo" El otro se negó en el acto "De ninguna manera"
El cuerpo físico de Draco comenzó a temblar.
—¿Malfoy...? —Harry toco el hombro del rubio, pero nada pasó, Malfoy siguió taladrando a Hoffman.
—Potter—Kerry llamó su atención—Sugiero que no lo toques mientras está dentro.
—V-vale.
Harry lo soltó de inmediato, pero sus manos hormiguearon por volverlo a hacer y corroborar que estaba bien.
Se contuvo con esfuerzo.
Draco vio a Potter sobar su sien con renuencia y al otro agregar "Bueno, es eso o-", la oración fue interrumpida con un "Kerry, no", la réplica no demoró "¡Pero déjame terminar al menos! No sabes lo que iba a proponer", vio a Potter bizquear nervioso "¡Ya dijiste suficiente! además, no soy gay".
Harry se retorció las manos cuando Malfoy apretó los dientes sin dejar sujetar a Hoffman, los dedos del agarre repentinamente blancos.
Draco siguió la escena, conmocionado "¿Y cuál sería el problema? Tu no terminaras acostándote con él, después de todo", el de rizos viró los ojos antes de agregar "Estoy dispuesto a tomar multijugos y hacerme pasar por ti"
De un tirón, Draco fue expulsado.
Estrechó los ojos, boqueando, y parpadeó con el corazón a galope.
Su vista se clavó en el pelirrojo a su derecha, que conectó con él de inmediato, cauteloso.
—Malfoy ¿Estas bien? —Harry se agachó a su lado y toco su hombro—Si necesitas parar, solo dime-
—Estoy bien... ¿Qué hacen aquí? —Cortó la conexión y se enfocó en Potter que lo miraba a centímetros de distancia con sus vehementes ojos verdes.
—Solo quería confirmar que todo esta bien—respondió suavemente y levantó una mano con la intención de tocar su rostro.
—Te dije que no entres—Esquivo el contacto reclinándose hacia atrás.
—Lose, pero estas pálido-
—Así es mi cara ¡Ahora largo! —Miró al otro—Los dos.
Kerry se removió en su sitio, indeciso.
—Aunque lo digas, no me parece prudente—El moreno se mordió el labio, muerto de angustia. Malfoy estaba extremadamente pálido y con el corazón agitado.
—Potter, estoy bien—Blanqueó los ojos y se levantó, intentando disimular los temblores de su cuerpo—...aunque, si tanto insistes, aceptaré tomar un poco de aire.
—De acuerdo, entonces —Harry tomo la mano de Malfoy, pero esa se escurrió de inmediato. Su pecho se encogió con aflicción—Ven.
Se enfilo a la salida y el otro lo siguió, errático.
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Kerry se quedó solo, evitando mirar al hombre en la silla, cavilando en silencio.
No era entendido con temas sobre legeremancia, pero a juzgar por la mirada de Malfoy, seguro había escarbado en sus recuerdos a través de Hoffman. En otras palabras, acababan de ser pillados.
Bien, lo había visto venir, casi lo había estado esperando y no le importaba en absoluto. A fin de cuentas, el rubio se había ofrecido, con o sin Harry falso. No tenía caso preocuparse por eso.
Lo que sí lo traía de las bolas, era que Malfoy lo quiera asesinar de verdad por lamerse a Potter y fantasear con su escultural figura a cada oportunidad. Lo había leído en sus ojos...que era todo un celoso de mierda.
—Todo esto es tu culpa—Pateó la silla de Hoffman sin mirarlo—que "mírame mientras te clavas"—No supo si el hombre elevó el rostro en su dirección o no, solo se alejó de nuevo—Por eso no sigo fetiches de mierda... ¡Mierda!
Tal vez plantarse tras Potter fuera lo más seguro, solo por si acaso, el no dejaría que el rubio lo haga puré. Uno no sabía con lo que podía saltar un slytherin, especialmente uno como Malfoy.
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Se recostó contra la fría piedra, frente a un moreno muerto de preocupación, y cerró los ojos, ignorando el silencioso escrutinio. Tragó saliva perdiendo un poco más de color, resistiendo a la opresión en su pecho.
Tan solo necesitaba un segundo, o dos, para comprender la nueva figura. Su mente comenzó a encajar las piezas a toda velocidad.
El nunca salvó a Potter de nada.
Un escalofrío lo barrió en su sitio.
No había sido él, sino ese depravado pelirrojo, quien le había coqueteado luego de salvar su vida, porque...lo había agarrado con la guardia baja (y notado su atracción por Potter) o porque se había dado cuenta que le sería útil.
Una de dos.
Luego, el listillo había corrido a contarle todo a su colega, quien, a pesar del desagradable encuentro en su primer día de gimnasio, decidió cumplir con lo propuesto porque...era parte del "plan".
Apostaría por ello.
Tal vez, en el fondo, Potter lo llevo por ese café sin reales ganas de hacerlo, incluso, puede que nunca haya querido su participación. A su mente vino el momento en que el moreno se levantó de la mesa y quiso abortar, así como su reacción cada que sacaba a colación lo ocurrido esa noche: Potter no era gay y NO le gustaba recibir ¡Ni siquiera había estado ahí!
Tenía sentido, fue forzado, al menos al inicio, no había otra explicación. Ya que nunca fue su iniciativa, pero tenía que cumplir...
El de rizos era un orquestador.
Sacudió la cabeza, levemente mareado, sus engranajes trabajando furiosamente.
Si el moreno nunca había estado en la liga, entonces... ¿Porque había cedido a su provocación? ¿Ya había estado enterado de sus sentimientos y quiso mantenerlo interesado? No, no podía ser eso. Fue él quien tomo su muñeca y casi rogó por ser usado.
Entonces, le siguió el juego porque...ya había tenido sus experiencias (se adaptaba al sexo anal sin problemas) y él se había servido en bandeja. ¿Quién desdeña un poco de sexo fácil?
Como sea, sus motivos ya no importaban. Sus posibilidades bailaban en contra de nuevo. El desafió ya no era dejar de ser su polvo ocasional, ahora, además, era su orientación sexual.
Buscó en su interior ese sentimiento de derrota que lo poseía cada que pensaba en el imposible de Potter, el de toda la vida, ese que lo hacía rumiar su desdicha, pero brilló por su ausencia.
"Potter no tendría algo con un hombre" se repitió en internamente, pero nada cambio.
Quiso reírse de sí mismo. Era gracioso empecinarse en lo mismo y sentir como si el moreno se le escurriera entre sus dedos, cuando en realidad nunca lo había tenido.
¿Cómo tener a Potter? Era inconquistable.
Harry junto las cejas con preocupación cuando la respiración de Malfoy fluctuó y sus labios se estrecharon con esfuerzo.
¿Que había visto dentro de Hoffman? Quería preguntar, pero parecía a punto de quebrarse, no quería ser imprudente.
—Malfoy...—posó una mano en su mejilla.
Draco abrió los ojos, y su corazón dio un vuelco. Potter estaba rozando su nariz, mirándolo intensamente, preocupado.
—Se acabó por hoy.
—¡No! —Se despegó de pared, y la mano cayó—Volvamos.
El otro frunció el ceño.
—Sé de lo que eres capaz, pero te ves...—tragó—no quiero exponerte en ese estado.
—No fue nada, solo un bloqueo—Draco blanqueó los ojos y quiso ingresar, pero fue sujetado del brazo.
—Dije que no—Su semblante se suavizó—Por favor...
Draco capto el brillo terco en sus ojos y supo que era una batalla perdida.
—Bien—Resopló—lo que le plazca al nene salvador —Extendió la varita prestada.
Harry la tomó, y una corriente de energía lo saludó.
—No empieces con eso—No pudo sonar severo, no con el rubio tan cerca y oliendo delicioso. Probablemente, no hubiera reaccionado aunque soltara las peores palabrotas de su remilgado repertorio.
—¿O qué?
El moreno sonrió con la garganta seca.
—O te castigaré muy duro.
Draco lo miró unos segundos.
—Sigue soñando, Potter—Torció una sonrisa cínica y se soltó.
El otro resopló sonriendo idiotamente
—Te voy adelantando que trataré al idiota de Creevey antes de irme.
—Estará encantado de verte cuando vuelva en sí.
—Tú lo has dicho, Potter.
Giró, dispuesto a cruzar el umbral, pero antes de lograrlo, fue apresado por dos brazos. El firme agarre en torno a su cuerpo y el calor del torso contra su espalda lo congelaron en su sitio.
—Gracias por todo—una cálida corriente de aire acarició su oreja—Draco...
Su polla despertó de inmediato.
Cerró los ojos amortiguando un gemido y respingó, rebasado, temblando.
"Draco..." "Draco..." "Draco..." "Draco..." "Draco..." "Draco..." "Draco..." "Draco..." "Draco..." "Draco..."
Nada podía detener el eco de esa voz percutiendo en su cabeza.
¿Ilusionar gais desdichados era su otro deporte favorito? Porque ese había sido un movimiento impecable, su nombre envuelto en ese grave tono era simplemente...perfecto.
—Dé-déjate de—Tragó—ridiculeces—susurró débilmente.
Una risa grave acarició su oreja.
Merlín.
—Solo doy las gracias—canturreó el moreno sobre su oreja, sin soltarlo—¿Tiene algo de malo?
¿Le estaba coqueteando? ¿Ahí? ¿Fuera de una puta celda?
—Lo tiene—Se removió ligeramente—Si clavas tu polla entre mis nalgas mientras lo haces.
Harry se petrificó por un segundo, antes de soltarlo torpemente. Kerry le había dicho que se deje de guarradas con Malfoy y lo conozca un poco más. Aplastar su pene contra su culo no sonaba correcto si se interesaba por ese camino.
—Lo- lo siento...uhm, tienes razón.
Intentó poner distancia y no ceder al impulso de desnudarlo con los dientes. Era un pecado verse tan bien bajo esa puñetera túnica, lo estaba volviendo loco.
Cuando salió de esa línea, el rubio ya se había escurrido dentro de la celda.
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Kerry tragó saliva cuando el rubio se plantó frente a él con los brazos cruzados.
—Tú—siseó entornando los ojos—llévame dónde Creevey.
¿Los dos? No sonaba a manada.
—Sin problemas—Sonrió, pero no fue correspondido. Miró a Harry parado detrás, buscando aprobación—entonces... ¿Abortamos por hoy?
—Sí, guíalo a la enfermería—sonrió amablemente el moreno—por favor.
El rubio alzó una ceja sin dejar de acribillarlo.
—Genial...
—Los esperaré con Kingsley en el Atrio, tengo un tema muy breve.
Cabeceó y se dirigió al rubio.
—Es por aquí.
Salió al pasillo con el otro a su lado, el moreno se despidió brevemente.
—Los veo luego, no tardo—Se disparó por donde Kingsley había desaparecido rato atrás.
Ahora estaban solos.
Carraspeó junto al rubio, que arrugó la nariz en su dirección, y decidió avanzar hacia la dirección contraria. A mal paso darle prisa. Miró tentativamente a Malfoy, que frunció el ceño sin perder el ritmo ni dejar de mirar al frente.
Estaban rodeados de un silencio muy gélido, que no pudo aguantar por mucho tiempo.
—... ¿Te sientes mejor? —lo vio hacer una mueca irritada con la boca.
No obtuvo respuesta.
Suspiró cuando llegaron a las puertas del ascensor, e ingresó. Se recostó en el metal opuesto al rubio, repasándolo en silencio.
—No estoy igual de ciego que Potter—siseó el otro casi de inmediato—Si sigues frotando tus ojos en mí, te los arrancaré.
Se encogió de hombros.
—Solo pensaba en-
—Ahórratelo, no me interesa.
—¿Qué tal si cortas la agresividad conmigo?
—¿Qué tal si no?
—Solo…deja de mirarme así.
—Nadie me dice que hacer.
—Potter si ¿No? —Se arrepintió cuando la puntiaguda nariz se disparó hacia él de inmediato.
Malfoy se despegó de su sitio y se acercó despacio. Kerry tragó en su sitio, inmóvil contra el metal, con el rubio ya reclinado sobre él y apuntando su garganta con esa varita que no era suya.
—Repítelo—Soltó entre dientes.
—Es que, no lo tomes a mal ¿Vale? pero...—Alzó las manos apaciguadoramente, eligiendo sus palabras con cuidado—cuando me miras, se me erizan los vellos del cuerpo.
Malfoy alzó las cejas.
—Así miro a la gente—Soltó monocorde sin dejar de fulminarlo—Confórmate.
—No—tragó—así no miras a Potter.
La varita lo pincho con más fuerza.
—¿Que mierdas quieres? —siseó.
—So-solo me preguntaba—Malfoy enojado, no era como Potter o Zabini, no desprendía abrumadora energía. Su magia era sutil, fría y serpenteante e intentaba penetrar su cuerpo, mandando escalofríos por toda su columna—...si tienes algún problema conmigo, porque yo no lo tengo— Se apresuró en agregar.
—Problema...—Repitió Draco, aguijoneando las nueces frente a él.
¿Un problema? Tenía varios problemas.
No solo se quedaba a dormir con Potter-no-soy-gay, sino que también iban juntos por café, por tragos, se lo comía con los ojos a cada oportunidad, le revoloteaba cerca a todo el tiempo y se tocaban...no. Él tocaba a Potter con familiaridad, hasta lo había besuqueado, y quién sabe qué más le había hecho estando inconsciente. Pondría sus manos al fuego a que, como mínimo, el ojiverde llamaba su atención.
En parte, entendía esa atracción, la vivía en carne propia. El moreno no era "olvidable" como otros, pero, aun así…
Le jodía.
Porque el pelirrojo parecía agradarle a Potter, y mucho; ya que no dudaba en sonreírle ampliamente mientras se balanceaba peligrosamente sobre esa fina línea que era ser y no ser gay.
—Si, como—Se encogió de hombros y continuó ante el silencio—no sé, tal vez... ¿celos de que ande cerca de Potter?
Draco palideció.
—No sé qué carajos hablas.
—Lo sabes—Kerry se desinfló, cansino—Y también que soy gay, porque viste mis recuerdos ¿No?
Entrecerró los ojos, sin mover un músculo.
Ahí iba el listillo.
—Lo repetiré de nuevo: No sé qué hablas.
—Me viste mirando a Potter y crees que me gusta, pero no es así ¡Siempre lo hago! Repaso a cualquier tío bueno que se cruza en el camino.
—¿Y?
—Por la puta... ¡Qué dejes de mirarme así! ¡No pasa nada entre nosotros! —Empujó la varita con su cuello cuando se inclinó hacia adelante—No sabes lo duro que fue tener a Hoffman en mi cabeza, y ahora te tengo cerca, asesinándome con los ojos por respirar cerca de Harry.
—La tienes bien grande para dirigirte a mi luego de intentar verme la cara, auror de pacotilla—escupió en su boca.
—Me disculpo por eso, si de algo sirve, no sabía que aparecerías de la nada. Todo fue fortuito, un error de cálculo o como quieras llamarlo.
—Debí dejar que te sancoche el cerebro.
—Gracias por salvarme, te debo mi vida.
Draco blanqueó los ojos.
—Corta tu mierda.
—Vale, pero antes, quedemos en que no quiero nada con Potter y ¿por favor me dejas de acribillar?
—Lo que quieras me trae sin cuidado.
El rubio alejó la varita.
Kerry respingó de alivio y se acomodó las solapas.
—En serio, si hubiera querido, ya me habría colado en su cama a como dé lugar—Malfoy apretó los dientes, respirando pesado contra el metal—Por supuesto no pasara, ya que valoro nuestra amistad.
Y mi vida
—Cierra el hocico, me estás dando jaqueca.
—Bien.
Las puertas se abrieron frente a un blanco e iluminado pasillo, y Kerry se internó en él, buscando el ala que ponía "Primeros auxilios", donde solían retener a algunos aurores antes de ser trasladados a San Mungo dependiendo de la gravedad de sus heridas.
Draco lo siguió en silencio, mosqueado.
Ese tipo era muy perspicaz para su gusto, al igual que sinvergüenza. Se detuvo tras él, frente a una estancia con cuatro camas, donde solo una estaba ocupada, por Creevey por supuesto.
—Está...aquí—Kerry se sentó junto a la cama luciendo preocupado, no apartaba los ojos del más bajo cubierto por las sabanas—no se ve bien.
Temblores y palidez extrema.
Jaló otra silla baja y se acercó a la cabecera. Sin perder tiempo, Draco apuntó la sien del más bajo con la varita de Blaise, mientras que, con la otra, acarició los cabellos delanteros, justo sobre la parte superior de la frente.
—¡Legeremens!
Dentro, había vividos recuerdos partidos en fragmentos, como deformes trocitos de pergamino, dispersos en el infinito vacío, flotando por aquí y por allá. Serpenteó alrededor y se concentró en juntarlos uno por uno, como un rompecabezas. Dio vuelta y vuelta a cada fragmento, visualizando su forma y color a detalle, buscando reconocer y clasificar cada pedazo a montar.
La voz de Collin resonó en lo lejano, como un triste lamento. Era entendible, había sido desgarrado con saña.
Casi le dio pena, casi
Una vez que le agarró el truco a sus pedazos, estos se arremolinaron unos sobre otros a toda velocidad.
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Kingsley y un cuerno.
Harry se había encerrado dentro de los baños para masturbarse como animal. Lo necesitaba, con urgencia.
Nunca le había antojado hacer guarradas en el pasillo subterráneo de los calabozos, pero con el rubio cerca...le fue imposible no entrar a tono y ponerse duro. Había tenido que huir o habría terminado asaltando a Malfoy frente a Kerry. Y no se lo iba a permitir, era un auror, estaban en las instalaciones, no habría sido correcto.
Recordó la sensación de su trasero contra su polla bajo la tela y su sonrisa engreída. Envolvió su falo tirando la cabeza hacia atrás, gimiendo ronco, frotando su dureza animadamente, ansiando venirse de una vez.
Desesperado por desfogar
No tardo en lograrlo, pero aún estaba medio duro.
Suspiró.
Tendría que hacerlo de nuevo, no confiaba en su autocontrol.
Serían dos, dos rondas.
Luego de media hora, y con la polla casi seca, abandono los servicios a toda velocidad.
Ese apretado rubio sería su perdición.
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"Esto fue como un puzzle para niños"
"¿M-Malfoy?"
"Quien más, Creevey"
"Oh no"
"Tu cerebro es lo más simple que he armado en mi vida"
"E-esto es una pesadilla..."
"Esa es mi línea"
Lo escuchó sollozar.
"Deja de moquear, no seas patético"
"¡Déjame en paz! Y no te burles..."
"Cosa difícil cuando lloriqueas como crup apaleado"
"¿Sabes qué? Largo, prefiero quedarme aquí, por siempre..."
"Sería un placer, pero lamentablemente, Potter te quiere de vuelta"
"Harry"
"¿See...lo vas a dejar esperando?"
"Quiero verlo"
"Entonces, sígueme..."
"¿Cómo?"
Cuando Collin abrió los ojos, dio con Kerry por un lado y con Malfoy por el otro, mirándolo casi con aburrimiento.
—Collin ¿Cómo te sientes? —Los ojos castaños lo repasaban insistentes.
—Mucho mejor…—Se sentía como flotando sobre nubes y levemente mareado, pero bien—¿Qué…qué me paso?
—Hoffman te picó el culo por chismoso—Arrastró la voz el hombre a su derecha.
Se sonrojó y frunció el ceño.
—So-solo lo miré un segundo, y luego...—Se encogió—sentí mucho dolor.
—A ver si eso te cura lo cotilla—replicó el rubio, desapasionado.
—Ya lo entendí—Respondió compungido, negandose a mirar al rubio creído. Tomo aire—Gra-gracias—susurró muy bajo.
—¿Que dijiste? —Malfoy alzó su mentón, torciendo el gesto burlón—No te escuche, mas audibles fueron tus patéticos-
—¡QUE GRACIAS! —Gritó poniéndose mas rojo, avergonzado de haber sido pillado llorando—No lo repetiré de nuevo ¡No lo haré!
—Como si tu gratitud me importara.
Kerry blanqueó los ojos.
—Bien, a volver, Harry nos espera en el Atrio.
El pelirrojo se contuvo de exclamar sorprendido cuando vio a Collin saltar de su cama exudando vitalidad, sonriendo.
—¡No hay que hacerlo esperar!
Se recompuso y se levantó sin más, encabezando la marca hacia el ascensor, tratando de ignorar las pullas entre ambos.
—Menudo auror estas hecho, tuve que arrastrarte de vuelta.
—Cierra la boca.
—"Mejor me quedo" Querías convertir ese vacío en tu nueva morada.
—En serio, nunca me dejarás en paz.
—No te creas importante, solo estoy mortalmente aburrido.
—Odioso, eres odioso.
—¿Pueden parar?
—No te metas, Weslette.
—¿Cómo me llamaste?
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¡Muchas gracias por sus comentarios Taeko, Murtilla! Una disculpa por la demora, tuve que viajar y no lleve mi laptop. Ni modo –Se arrodilla por perdón.
Como se nota, Kerry es un libidinoso, así que no hay nada que hacer xd Hahahaaahah (Si se chapo a Harry, pero Harry no lo sabe, el tontillo) L
Espero les guste la actualización, la hice mas larga, y nos vemos prontito.
