CAPÍTULO 2: Un sentimiento oculto

Snivy no podía dormir, todavía estaba pensando en qué decirle a Oshawott, su compañero de aventura durante el proceso de detener a Darkrai. Su mente estaba muy intranquila. ¿Qué debería decirle? ¿Era buena idea hacerle caso a lo que su corazón decía? No podía estar relajada en ningún momento cuando estaba acostada en su cama. La serpiente hierba estaba acostumbrada a dormir sola en su habitación, pero, por alguna razón, no se sentía como una noche cualquiera, se sentía más sola de lo que ya estaba. La princesa de la Zona Flora le faltaba compañía, compañía de alguien. Era una sensación que cubría de frío todo su cuerpo. Faltaba calor, como esa ocasión donde estuvo friolenta cuando estaba durmiendo en la casa de Oshawott. Snivy recordó esa ocasión donde le entregó una manta gruesa para que no pasara frío por esa noche. Él fue muy gentil al hacer eso, fue un bonito detalle que le gustó mucho. Fácilmente ella podía hablar con Leavanny para que haga una manta más gruesa para la serpiente hierba, pero faltaba algo.

Se sentía sola, pero cuando estaba con Oshawott, estaba disfrutando con él de las piyamadas que hicieron, fueron muy divertidas. Una bonita experiencia que ellos lo mantendrían guardado en sus memorias, y que lo iban a recordar siempre. Snivy recordó esas veces donde se peleaban por no estar de acuerdo en algo, pensaban que ya no serían más compañeros, pero ellos siguieron adelante con su aventura para detener a Darkrai. Snivy sentía frío por la soledad ahora, pero cuando estaba durmiendo al lado de su compañero, sentía una sensación agradable y cómoda que la hacía sentir bien. ¿Amor por Oshawott?, ¿cómo puede ser posible? La serpiente solo sabía del amor que su madre le daba, ¿pero la de su compañero? Se dio cuenta que sentía algo en lo más profundo de su corazón por él, que estuvo inactivo todo ese tiempo hasta que se abrió como una flor en primavera. Flor, como las que Oshawott estaba regalando a ella durante esos días.

Snivy quedó muy pensante por eso. ¿Qué podía hacer? Talvez mañana por la mañana tendría la respuesta a esa incógnita. Se durmió después de un rato.

Oshawott, en tanto, estaba muy ansioso, tampoco podía dormir por la respuesta que, según él, le dejaría marcado de por vida. ¿Qué pasaría si todo lo que había hecho fuera en vano? ¿Qué haría después si ella lo rechaza? ¿Snivy seguiría siendo su amiga después de todo? La nutria recordó lo que Samurott dijo a su alumno en una ocasión: que, a pesar de la posibilidad de ser rechazado por ella, ambos seguirían siendo amigos, ese lazo de amistad sería inquebrantable. Todavía él estaba inseguro, ¿de verdad podía nacer el amor entre Oshawott y Snivy, una nutria y una serpiente, un detective y una princesa, un plebeyo y una realeza? Parecía que todo iba en su contra, pero no quiso darse por vencido todavía. Solo había que esperar su respuesta cuando sea de mañana, ahora solo se dedicó a dormir lo más cómodo que podía.

Llegó la mañana y Snivy salió de su pequeña casa para ver a Oshawott, quien estaba en el mismo lugar de siempre. Él estaba expectante por la decisión de su compañera. La serpiente hierba se acercó, sin embargo, se detuvo por un momento. ¿Qué le pasaba?, pensaba la nutria. Después de hacer una respiración profunda, ella se acercó a él nuevamente.

—Hola… Snivy —saludó Oshawott de manera tímida.

—Hola… Oshawott —saludando de la misma forma que él.

—Emm… ¿has pensado en lo que te dije ayer?

—Sí, bastante.

—Entonces, ¿qué me dices, Snivy?

La princesa estuvo muy pensativa ese momento, pero ella tenía que conformarse con la decisión que tomó antes de acercarse a Oshawott. Ella dijo:

—Oshawott, podrás ser un Pokémon serio que siempre se enfoca en su labor de investigar cualquier cosa sospechosa, podríamos haber tenido algunos problemas al principio al conocernos por primera vez, pero… sinceramente… eh… Una cosa antes: ¿De verdad me amas?

—Por supuesto que sí, Snivy. Fue por eso que te he propuesto noviazgo con tantos intentos fallidos. Me ha costado obtener las mejores flores que podía regalarte, incluso buscando en áreas muy escondidas de la Zona Costera. Lo hago para que estés feliz, y porque te quiero mucho.

Esas palabras le hicieron pensar bastante. Oshawott tomó a Snivy de sus manos y continuó hablando:

—Todavía recuerdo las dos ocasiones que hicimos una piyamada en nuestras casas. Disfruté mucho estar al lado tuyo, jugar contigo, dormir contigo, hasta desayunar contigo. Sé que a nosotros dos no nos gustó el desayuno esas dos ocasiones, pero me gustó estar contigo. Eso es lo que realmente siento por ti.

—Oh, Oshawott…

Snivy todavía estaba en duda, pero vio el rostro de su compañero, esos ojos brillosos, esa bonita sonrisa, el hecho que la estaba tomando de las manos de manera gentil, su forma caballerosa y dulce de hablar con ella. ¿Qué podía decir?

—Snivy, ¿quieres ser mi novia?

Después de pensarlo por un momento, esa fue su respuesta:

—Sí, acepto ser tu novia, Oshawott.

Escuchar eso hizo a Oshawott muy feliz, le dieron ganas de gritar, de bailar, de celebrar con toda la alegría que tenía.

—Me alegra que sientas lo mismo que yo, Snivy. Te amo.

—Yo también te amo, Oshawott.

Oshawott cerró los ojos y se preparó para dar un beso, pero Snivy se sintió un poco incómoda y se alejó un poco. La nutria se dio cuenta y le preguntó:

—¿Ocurre algo?

La serpiente no sabía que decir respecto a la reacción que hizo. Ella dijo:

—Eeeh… yo… este… creo que…

—No estás lista para dar el beso, ¿no es cierto?

—Creo que es eso.

—No te preocupes, si eso te hace sentir incómoda, no lo hagamos, pero después de todo somos novios, ¿estás contenta con eso?

—Sí, eso sí.

Hubo un silencio de unos segundos, hasta que Snivy dijo:

—Yo ya me tengo que ir, tengo asuntos importantes que hacer, ¿eso no te molesta o sí?

—No para nada. Cuando tengas tiempo libre puedes estar conmigo si quieres.

—Sí, lo tendré en cuenta. Adiós.

—Adiós.

Snivy fue a su casa para hacer sus quehaceres. Oshawott, en tanto, celebró con mucha alegría. Después de muchos intentos fallidos, pudo decirle que la amaba, y no solo eso, ella también lo amaba. Era el mejor día de su vida. Tenía que contárselo a Samurott. El Pokémon nutria fue acelerando hacia el faro para decirle sobre su nuevo noviazgo. Todo lo que había hecho, valió completamente la pena.