Aquí Saint 11 reportándose.
Es día del amor y la amistad… bueno, en casi todo el mundo obvio no porque fue el 14 de febrero, pero tenemos algo y es que en Colombia se celebra este sábado y bueno, es algo raro, pero de igual forma son cosas que se dan.
Por eso, este OS es especial y va dedicado y ella ya sabe que es para ella, aun así, disfrútalo.
Y sí, sigo sin PC y lo hice en la de mi hermano, pero si todo sale bien con los viajes, creo que no tardaría mucho en ahorrar el dinero para comprarme una de segunda que están vendiendo barato.
Feliz día del amor y la amistad Alejandra.
Sin más, comencemos…
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Me volví muchas cosas a lo largo de mi vida, pero esta vez no importaba el título que obtenía, solo era una chica la cual estaría con su pareja el día de hoy.
Nos reunimos en un sitio alejado en donde nadie nos molestaría, estábamos justo en una posada la cual pertenecía a la familia Takami en Numazu.
Este día era especial en mi país, puede que en Japón no, pero al menos Maki sabía que esto era verdad y me acompañó a estar juntas en esta aventura.
Las dos estábamos en las famosas aguas termales que tanto se da en Numazu, el agua era cálida, así como la temperatura la cual era tan rica que no podía quedarme en silencio disfrutando todo eso.
- ¿Qué vamos a hacer ahora Yuzu? – Maki-chan decía a mi lado, solo reí un poco mientras estiraba mis piernas.
- Bueno, estamos en un sitio en donde nadie nos molestará, así que creo que sabes que haremos ¿no es así?
- Tienes razón, aunque es genial que pudimos dar una vuelta por todo el sitio, pero siempre es bueno un momento de relajación – mi reina escarlata exclamó levantándose del agua dejándome ver su hermoso cuerpo, aquel que no paró de mirar cada vez que puedo, sus curvas, sus pechos, sus piernas, amo a esta mujer como no tienen idea.
Las cosas no parecían que acabarían bien, pero al final pasó y es que mi reina se sentó en mis piernas y pegó sus pechos con los míos, uf, eso me prende.
Sin perder más tiempo, decidí seguirle la corriente y estrechar mis manos contra sus duras, pero jugosas nalgas lo cual solo hizo que nos calentáramos más. Y así fue como nuestro momento siguió.
Esto me hizo recordar a cuando con Ren-chan y Mei estuvimos en un sitio similar en donde hicimos lo nuestro y aun no sé si Ren-chan está embarazada, pero bueno, entonces seguimos con lo nuestro.
Maki me tomó haciéndome ponerme de pie y antes de que preguntara que pasaba, ella se acostó delante de mí, con sus piernas abiertas dejándome su intimidad al descubierto.
- Ven por mí, amor – eso fue suficiente como para que mi interruptor se prendiera de golpe y ya sabiendo lo que debía hacer, fue a la intimidad de Maki hundiendo mi cabeza en ella, pero cuando estaba por hacer algo, me volvió a detener.
- ¿Qué pasa?
- Las dos juntas, hagámoslo – su petición fue buena, así ambas estábamos haciendo el 69 ahí mismo, aunque siempre estaba la amenaza que alguien viniera a vernos, pero por el momento solo nos importaba estar en nuestro placer.
La lengua de Maki estaba invadiendo mi zona, tocaba mi vulva de forma muy rica, el placer recorría mi cuerpo, eso era algo que siempre me encantaba ya que era una forma de unirnos y por lo que escuchaba, le gustaba por como gemía.
Luego de estar así en esa posición, llegó un punto en donde ya sabíamos lo que seguía, juntar nuestras partes íntimas en la posición que en sí se llama tribadismo, pero que nosotros conocemos obviamente como las tijeras, tortilla o como se le llame.
Maki-chan me tenía en el piso y sin perder tiempo, unió sus partes íntimas con las mías, ambas gemimos al encontrarse nuestros sexos y sin perder tiempo, mi reina escarlata inició el movimiento, rápido y placentero.
Los gemidos de ambas iniciaron y es que no podía negar que esto era lo mejor del mundo, demonios, sentía que me corría cada vez que los roces se daban, pero debía aguantar para que al final se fuera todo fuerte.
Maki-chan seguía con su ritmo rápido y era peor sabiendo que nuestras partes se estaban humedeciendo haciendo el roce fuera mejor, hasta el punto en que ya no podía más.
- P-Por Athena, Maki-chan… y-ya estoy…
- Y-Yo también Yuzu… ah… ya no… ya no puedo… - las dos estábamos a nada de acabar por lo que el ritmo era cada más fuerte y violento, podría decirse que, si lo hubiéramos estado en una cama, esta no habría aguantado tanto movimiento brusco.
Aunque lastimosamente las cosas no duran siempre y al final la acumulación de sensaciones fue tanto que terminó desbordándose en un fuerte clímax que roció nuestras intimidades con los jugos de la otra, todo eso fue maravilloso.
El cuerpo de Maki-chan cayó encima de mí estando sudado al igual que el mío, ni que decir que eso fue muy lindo ya que nuestros cuerpos repletos de sudor solo dieron a conocer como estábamos de extasiadas.
- ¿Quieres ir al cuarto a seguir?
- Tomemos un descanso… mi reina.
- Mi gatita hermosa, la más hermosa de todas – sus labios volvieron a mi uniéndolos, nuestras lenguas estaban enredándose en una batalla sin piedad en la cual nos dejamos un poco después.
Nos aseamos de nuevo en las aguas para limpiar todo rastro de nuestra actividad intima, pero eso no quitaba que cuando volvimos a nuestro cuarto desatamos un poco de lo que realmente deseábamos con la otra.
Y así fue hasta que amaneció y nuestros cuerpos solo estaban envueltos por la sabana del futón, eso solo nos hizo sonreír y despertarnos con un beso apasionado, lo que selló aún más el amor que nos poseíamos.
Esa sí fue una buena velada con mi reina escarlata y tengo que decir que repetiría esta noche las veces que mi mujer lo desee.
Aunque digo que con Kiva-kun y Akari-chan es suficiente… quien sabe si llegamos a tener más hijos, solo el destino me lo dirá jaja.
