La teoría infundada de que pudiera haber algo amoroso entre la señorita White y él fue el motivo por el que se dejaron de hablar los hermanos Grimm otra vez. Milton no estaba dispuesto a ir a ver a su hermano menor hasta que le pidiera perdón por creer tremenda historia inventada por la reina Malvada. ¿Cómo iba a salir con alguien que era demasiado joven para poder beber vino aún? Apple White era una niña todavía y no comprendía cómo Giles siendo tan listo, había dado oídos a historietas cómicas que había desarrollado su examiga solamente para fastidiarle como le gustaba hacer.

Hasta le era algo gracioso a Milton, en la biblioteca se estaba muriendo de risa por dentro solamente al volver a pensar en la disparatada fantasía entre ellos dos. Mientras la princesa rubia conversaba afuera con su novio, recordaba: ¡ella tenía novio!

"No Daring, no quiero ir a la fiesta contigo. Sigo enfadada por lo ocurrido en el torneo y ni siquiera le has pedido perdón todavía" Apple no entendía cómo se podía vivir con tanta cara como la que tenía el rubio, estaban enfadados y llevaban días sin hablarse y él venía a buscarla justo cuando llegaba el 14 de febrero para hacer en la fiesta como si estuvieran bien delante de todos.

"¿Perdón por qué? Romperte un brazo o hacerte un esguince es normal en entrenamiento heroico, no seas una exagerada por eso"

"¿Exagerada? Le tiraste del caballo de malas maneras y me prometiste que no le harías daño" Había visto perfectamente su rostro de satisfacción cuando él cayó. "Hasta que no le pidas perdón no quiero hablarte y mucho menos ir contigo a ninguna fiesta"

"Pues muy bien, no vamos juntos" Sentenció marchándose enfadado.

Apple iba a explotar internamente, quería gritar, gritarle y gritarle que aparte de pedir perdón tenía que ser una persona humilde. Daring le ponía de los nervios con tanto egocentrismo en esa cabellera rubia que solo pensaba en sí mismo casi siempre, no solo no reconocía que se había equivocado, sino qué, además, no le importaba lo más mínimo haberle roto el brazo a otro compañero. Únicamente le importaba saber cómo iban a ir vestidos para San Valentín, y ella tenía claro que cuanto más pasaban los días y no le pedía perdón a Milo, no iba a ir de su brazo a la fiesta.

Se tomó unos segundos de relajación mental antes de volver a dentro, intentando ignorar el número que habían montado afuera de la biblioteca para oídos de las bibliomadrastras y Milo. Qué vergüenza tenía de que escucharan como tenía un novio justo y consecuente con lo que hacía.

"No he tardado mucho, ¿no?" Comentó a modo de pregunta cuando se volvió a sentar enfrente de él, después de haber recuperado la paciencia que le agotaba Daring.

"No tranquila, ha sido rápido, ¿ha sido agradable la conversación?" Preguntó dejando de leer.

La royal agradeció la mentira de Milo de qué no había escuchado la conversación a gritos que acababa de mantener afuera con su novio. Seguramente todo EAH habría podido escucharlos si hubieran querido. Le daba mucha vergüenza lo escandalosos que podían ser a veces, pero es que el príncipe no cedía nunca y ella se cansaba siempre de tener que hacerlo por él.

"Estábamos hablando de la fiesta de Corazones Sinceros y… ¡Oh, Dios! ¡Es tu primer día de Corazones Sinceros aquí!" De repente Apple se emocionó al recordar que era nuevo y nunca había celebrado la tradición que se hacía en EAH.

"Sí, es mi primera vez aquí" Le respondió, la primera con diecisiete años otra vez se decía a si mismo.

Aquella mención de esa fiesta le recordó a Milton que mañana era 14 de febrero, la festividad qué menos le gustaba a Milton: San Valentín. El día de los enamorados o, mejor dicho, el día en que por imposición debías demostrar tu amor a tu pareja porque si no, no la querías según la sociedad. Había que mandar frases cursis que ni existían entre tú y ella, escribir cartas de amor que perfectamente la gente copiaba y pegaba de internet, el regalo estrella eran las flores y él era alérgico al polen… Y luego todo tenía que estar de color rojo y en forma de corazón, cada esquina de cualquier lugar a donde miraba. Innecesaria, para él, tanta parafernalia para un día donde las empresas lo que querían en realidad era que fueran todos consumistas y gastaran cuanto más dinero mejor en regalos.

"Ay, te va a encantar la fiesta que suele organizar mi amiga Briar todos los años, este incluso le ha dejado el director Giles hacerla en el gimnasio. Al director Milton no le gustaba mucho este día" Recordaba ella.

"Normal, por qué le iba a gustar el invento comercial pastelero este. ¿Cómo le puede gustar a alguien tanto corazón, bombón y tanta tontería si luego la gente no aguanta ni soporta a sus parejas? El 14 de febrero es el día que más hipocresía hay y, además, en San Valentín no se puede estar solo"

La princesa rubia le miró extrañada, no sabiendo si compartir ahora su gran alegría por el día de los enamorados. "Pues es mi festividad favorita del año"

"Pues no lo puedo entender. Encima es tanto el bombardeo que es imposible poder escapar de él, lo sé, soy un amargado perdón" Respondió dando sus firmes pensamientos que le producían ese día, aunque sabía que era diferente a la opinión popular de la sociedad y la de ella.

"No, no creo que seas amargado, supongo que esta celebración puede ser un día muy distinto para cada persona. Y es respetable tu opinión de no celebrarlo, si no te provoca emociones bonitas"

"¿Y mariposas en el estómago y el corazón acelerado? Eso no es sano" Milton lo sabía bien.

"Supongo que no nos veremos mañana en la fiesta de Corazones Sinceros ¿no?" A Apple le daba pena que se la perdiera con toda la hermosa decoración floral que ponía su mejor amiga, hasta lanzaban pétalos por el aire y había para beber té Sakura.

"No voy a ir, no, pienso pasar el día quedándome en mi habitación" Dictamino, ahora que no tenía este año ninguna novia que le presionara para celebrarlo o si no le tocaba aguantar su enfado con él durante días. Se iba a pasar tranquilamente el día encerrado en su habitación, sin ser molestado ni viendo nada relacionado con esa festividad comercial de corazones.

"Comprendo" Respondió no juzgándole mientras retomaban sus respectivas lecturas.

Por unos instantes le dio pena que con Apple White no fuera ya el anterior Milton de diecisiete años al que sí le gustaba ese día, si le llegaba a emocionar esa fecha. Pero ahora, desde hacía veinticinco años, cada 14 de febrero le gustaba menos, producía en él recuerdos malos de la carta que escribió y dejo en la taquilla de la chica que le gustaba de su curso el día 13. Aquella noche no durmió, pensando en qué pensaría Blancanieves al leerla. Era la chica más solicitada de los chicos de secundaria y cada año le llenaban la taquilla de tarjetas, bombones, flores… Y por fin él se atrevió a expresarle en una carta lo mucho que le gustaba que pasara tiempo con él y le pedía si quería ser su San Valentín para la fiesta. Recordaba los nervios al día siguiente cuando de lejos veía como ella abría la taquilla, su tarjeta se cayó del montón de regalos al suelo y ella la piso sin siquiera prestarla atención.

Blancanieves fue con un chico atractivo y bastante imbécil, el Daring Charming de esos años recordaba, a la fiesta de Corazones Sinceros. Mientras él, recogía su carta del suelo manchada por pisadas y la rompía en pedazos antes de tirarla a la basura.

"Hora de cerrar estudiantes" Informó por el micrófono una de las bibliomadrastras.

La royal le ayudó como todos los días a recoger sus pertenencias y guardárselas, no le dejaba casi nada mover el brazo en su presencia. Y porque él se puso insistente y no le permitió que le llevara la mochila también, aunque ella dijera que eso le perjudicaría la espalda a largo plazo. Estaban saliendo juntos en dirección hacia los dormitorios cuando se encontraron a Raven y Madeline por uno de los pasillos.

"Hola, acabamos de ver la decoración de Briar ¡la fiesta de los Corazones Sinceros de mañana va a ser sombrerosa y con Melody de DJ! Mi locometro me dice que será mejor que cuando las violetas florecen" Saludo la chica bajita.

"Ay, Apple, te acababa de contestar a tu pregunta por mensaje. Perdona, pero voy con Dexter a la fiesta que me lo propuso hace unos días" Si no tuviera pareja ya, iría con ella.

Tampoco Raven podía, se estaba quedando sin amigas la royal para ir a la fiesta de San Valentín. Briar había aceptado la invitación de Hopper, Ashlynn hasta esta mañana solo sabían su relación con Hunter Hutsman el grupo de cuatro amigas y habían pensado ir juntas las dos, pero Duchess Swan les pilló ayer en una cita secreta y entonces tuvieron que contar su relación a todos y ahora podían ir como pareja.

"Oh, no te preocupes, iré sola creo" Podría ir con Blondie, que era su última amiga más cercana, pero Apple sabía que ella iba a estar ocupada toda la noche siendo la reportera de la fiesta y subiéndolo todo a la cuenta de Instagram del Blog del Espejo.

"¿Por qué no vais Daring y tú juntos? ¿O es que estáis enfadados, puedo notar?" Preguntó Maddie, antes de que Raven le diera un codazo en aviso de que no siguiera con ese tema personal y ella, entendiéndolo, cambio hacia Milo la pregunta. "Milo, corazón, será tu primer día de Corazones Sinceros en EAH ¿ya tienes con quién ir a la fiesta?"

"No voy a ir, no me gusta San Valentín" Volvió a compartir su opinión Milton.

"¡¿Qué?! ¿Es tu primer 14 de febrero aquí y no vas a venir a participar en la tradición de la fiesta de Corazones Sinceros? ¡No!¡No!¡Y no! ¡Tienes qué venir mañana!" Grito horrorizada la chica maravillana ante su respuesta de qué no iría a celebrarlo.

"Maddie, hay que entender que no a todos nos puede gustar San Valentín" Le explicó la otra rebel.

"¡Pero es qué no se puede perder su primera fiesta de Corazones Sinceros! Eso estaría muy mal. ¡Tienes qué venir! Si no tienes pareja, puedes ir con…ummm…¡Apple! Ella tampoco tiene acompañante y ha dicho que iba sola tal vez. Podéis ir juntos como amigos" De repente a Maddie se le encendió la bombilla y pensó en que fueran ellos dos de pareja a la fiesta, como se notaba que eran tan amigos.

"No Maddie, a Milo no le gusta esta festividad, no le puedes obligar a venir y conmigo" Habló Apple White muy sonrojada de que dijera que fueran juntos, cuando no creía que quisiera él y aparte, con su charla en la biblioteca había quedado claro que no le gustaba nada celebrar el 14 de febrero.

"¿Pero, de verdad, no tienes acompañante Apple?" Si no iba con Daring Charming, para Milton la princesa debía tener miles de pretendientes para elegir, queriendo ir con ella.

"No, iba a ir sola después de mi discusión con Daring, pero no me importa. En las fiestas siempre se hace amigos, rápido y aun así están Briar y Ashlynn con sus parejas, puedo ir con ellas perfectamente. No pasa nada porque vaya sola, en serio" Comenzó a argumentar la royal, no tenía ninguna necesidad de arrastrarle a la fiesta, que no le gustaba, y con ella.

Milton descubrió otro lado considerado de Apple White al escuchar todas las razones que le estaba dando para que no aceptara obligado la idea de Madeline de que fueran juntos porque no tenían pareja ninguno. No le gustaba celebrar San Valentín, hacía unos muchos años, y se lo había contado hacía unas horas en la biblioteca. Pero no podía quedarse el 14 de febrero encerrado en su habitación compartida mientras conocía que la princesa rubia no tenía un acompañante para ir a la fiesta de su festividad favorita del año. No podía permitir que fuera sola, la bondadosa royal que en su primer día no quiso dejar que él comiera solo en la cafetería y desde ahí le ayudaba en todo lo que podía sin esperar nada a cambio. No era para nada una obligación ser un buen amigo y acompañar a una chica siempre tan dulce y amable.

"Te recogeré a las ocho mañana, ¿vale?" Le informó a lo que ella aceptó sorprendida, antes de que Milton se despidiera de las tres chicas y se marchara ya hacia su dormitorio antes de ir a la cena.

Al día siguiente, el 14 de febrero, no solo fue el día de los enamorados, sino también el día en que Giles pareció recapacitar y disculparse por creer tal absurdidad de algo romántico entre Apple White y su hermano pudiera surgir. Le perdono, estaba olvidado aquel percance y prometieron no volverlo a sacarlo más. Y a la vez coincidió con la vuelta de Baba Yaga a EAH después de su viaje fuera.

Normalmente en este día a Milton no le gustaba nada la decoración, las flores bonitas, ni los bombones, ni nada relacionado con el día del amor, debido a los sentimientos negativos que le provocaba la fecha. Sin embargo, hoy se sentía bien, recordaba que solo eran 24 horas y este año no le daban tanto desagrado la gente a su alrededor que vivía hoy el amor desde un punto de vista romántico y edulcorado. Reflexionaba mientras iba al despacho a ver a Giles, hasta podría elogiar la decoración tan recargante de corazones y demás que había puesto su hermano en EAH.

Incluso cuando entró a su propio despacho había decoración de corazones rojos por las paredes y un jarrón con rosas rojas en el escritorio.

"Sabes qué me gusta decorar y celebrar San Valentín, pero este sigue siendo tu despacho. Lo quito todo si te molesta a la vista" Le comentó en cuanto le vio entrar por la puerta, sabía lo que opinaba su hermano mayor de la parafernalia innecesaria para este día. Y él, admitía que le encantaban tantos corazones y cosas rojas.

Milton le echo otro vistazo rápido antes de contestarle. "No déjalo, está bonito así, me gusta"

Giles parpadeo varias veces, no creyendo haber escuchado bien al Grinch de San Valentín, decir que le parecía bonito e incluso no le molestaba tener flores a su alrededor con lo alérgico que era él. Este no era su hermano Milton, ¿dónde estaba el de verdad? Se preguntaba interiormente segundos antes de que entrará Baba Yaga.

"Cuánto tiempo queridos, qué viaje más agotador, pero aquí os traigo esto" Saludó a ambos después de su semana ausente en EAH y les enseño una pequeña botella de un esqueleto.

"¿Has encontrado por fin el antídoto para envejecerme?" Preguntó curioso Milton.

"Esto es para curarte el brazo, es la poción crecehuesos. Aunque te advierto que tiene un sabor horrible" Le advirtió.

Y no se equivocaba, mientras Milton intentaba tomar la poción entera sabía horrible, como a: un gusano de tierra, cera de oído, un huevo podrido, un vómito… Casi prefería haber esperado las seis u ocho semanas normales que le informo la enfermera que tardaría en soldarse su hueso roto porque esto era lo más asqueroso que había probado.

"Ya te queda nada" Le animó Giles, esa poción parecía imposible de tragar, pero al menos solo tenía el brazo roto. A él una vez cuando se cayó desde muy alto un mago tonto lanzó un hechizo para ayudarle y le desapareció su hueso y no recomendaba la sensación de sentir tener grandes astillas en el interior del brazo mientras te crecía el hueso entero.

Al instante de bebérsela sintió cosquillas en su brazo antes de finalmente notar que volvía a estar como siempre y ya no necesitaba escayola más, por lo que Baba Yaga de un chasquido la hizo desaparecer. Aunque la extrañaría, ahí llevaba consigo siempre mensajes de todos sus amigos.

"Gracias" Agradeció Milton volviendo a poder mover su brazo sin que le doliera.

"De nada, aunque ahora viene un poco la mala noticia: mis amigas brujas de la Academia de las Artes Oscuras tampoco sabían de la posibilidad de rejuvenecer. Pero hemos hecho juntas muchas averiguaciones y hemos llegado a muy buenas conclusiones y respuestas como-" La bruja mayor estaba explicando sus grandes avances antes de ser interrumpida de repente.

"Perfecto, muy buen trabajo esas averiguaciones Baba Yaga. Te lo agradezco enormemente tu ayuda y la de Giles, ya veréis como encontraremos un antídoto pronto" Les agradeció a ambos, mientras comenzaba a levantarse para marcharse.

"Espera, ¿no quieres saber sobre la investigación?" Baba Yaga estaba muy desconcertada, ella pensaba que Milton estaría furioso de que no hubiera traído una solución a su cambio de edad. Que estaría echando humo y despreciando sus investigaciones con el aquelarre, ya que no había encontrado la cura definitiva.

"Oh, me encantaría, pero no puedo hoy. Tengo que arreglarme que voy a la fiesta de Corazones Sinceros esta noche" Les explicó Milton, dándoles a cada uno un abrazo en agradecimiento a su esfuerzo continuo por él. Sorprendiéndoles a ambos completamente. "Por cierto, Giles, ¿te importa si me llevó una rosa del jarrón? Son muy bonitas"

"No, llévatela si quieres" Respondió incrédulo de haber escuchado que Milton iba a ir a la fiesta de Corazones Sinceros, viendo cogerle una rosa de las que era alérgico y saliendo felizmente del despacho siendo el día de San Valentín mientras estornudaba. Y sin importarle lo más mínimo el problema de volver a su edad natural, esto no era normal, sabían Baba Yaga y él que cruzaron miradas de extrañeza en cuanto se marchó sonriéndoles.

Por unos instantes Milton tuvo sentimientos encontrados cuando Baba Yaga enseño la botella, sin embargo, no era su poción de envejecer aún. Así que sus crecientes nervios se fueron, porque no le hubiera gustado volver a tener sus cuarenta y dos años cuando le había dicho a Apple White que pasaría a buscarla a las ocho esta tarde. En entrenamiento heroico le habían enseñado a ser un caballero y que había que cumplir con las promesas. Así que hoy estaba contento de seguir teniendo diecisiete años aún. Pensaba mientras corría un poco de regreso a su dormitorio, tenía ya que empezar a arreglarse o no le iba a dar tiempo.

Cuando llegaron las ocho en punto, Milton llamó a la puerta de la habitación compartida de la royal y la rebel, vestido con un traje azul marino con camisa blanca acorde para la fiesta. Sin corbata mejor para no ser tan formal, seguía reflexionando hasta que se dio cuenta de que estaba la puerta abierta.

"Está abierta Milo, Raven acaba de salir y se la habrá dejado sin querer. Siéntate si quieres, y perdona, estoy terminándome de arreglar el cabello ¿puedes esperarme unos minutos más? No tardo nada" Pidió disculpas la princesa rubia desde el baño cuando notó su presencia, quería estar lista para la hora en que habían quedado, pero el cabello estaba tardando más de lo previsto.

"No te preocupes, te espero" Contestó, al tiempo que estornudaba por su alergia de nuevo.

Salud le dijo desde el baño terminando de arreglarse. Milton esperó unos minutos sentado, mirando la rosa que había cogido del jarrón de Giles e intentando no estornudar más, hasta que su mirada cambió en dirección al baño cuando escuchó los tacones de la royal acercarse.

Delante de él estaba Apple White con un vestido rojo de tirantes, que se adaptaba a su silueta femenina, y sobre unos stilettos negros. Iba simple y elegante, sin ningún otro complemento aparte de unos pendientes de perlas y no necesitaba de más. Su maquillaje también era natural, lo que destacaba más eran sus labios delineados y pintados de un rojo pasión. Ahora Milton entendía por qué había tardado en arreglar su cabello, habían quedado tan hipnóticos los perfectos rizos dorados cayendo por su espalda. Tenía delante una chica muy hermosa y dulce, no se merecía esto, pensó mirándola con ese vestido durante los instantes en que casi se olvidó que ella era una semilla de un brote en el proceso del ciclo de la vida.

"Vas muy mona esta noche" Halagó Milton, buscando un adjetivo que fuera un cumplido, pero muy muy suave para ella.

Apple le agradeció amablemente, esperando que no se notara su pequeño momento de confusión respecto al cumplido. Su outfit y maquillaje era hermoso, precioso, bonito o incluso sensual, podría decirse. Pero mono, no, eso hubiera sido si tuviera nueve años y llevara todavía sus dos coletas y un vestido de volantes rosa.

"Oh, ya tienes el brazo curado, ¿cómo es posible?" Habló fijándose en la ausencia de la escayola, mientras intentaba olvidar que la acababa de llamar mona.

"Poción crecehuesos, tiene un sabor horrible, no te la recomiendo. Por cierto, esto es para ti. Espero que te guste" Respondió entregándole una rosa roja, antes de girar la cabeza rápidamente hacia el otro lado para no estornudar delante de ella. En ese instante, mientras la princesa la olía, Milton considero que no debería haberla regalado justo esa flor, en clase de cortejo avanzado habían dado el significado de las flores y esta significaba romanticismo, pasión y sentimientos profundos.

"Es preciosa, ¡me encanta! No hacía falta, muchas gracias" Sonrió mucho, no era necesario que le trajera un regalo. Le pareció un detalle tan dulce, sobre todo después de deducir que debía ser alérgico a las flores, después de dársela ya no volvió a estornudar más. Ahora aún más Apple se sentía mal porque tuviera que venir con ella. "Ay Milo, lo siento de verdad, sé que no querías celebrar este día porque no te gusta y te ha tocado venir conmigo para no hacerle un feo a Maddie que te dijo que fuéramos juntos"

Era cierto que no le gustaba esta fecha y que solía pasársela aislado en su dormitorio de director, tampoco sus planes habían sido ir con alguien a la fiesta de Corazones Sinceros. Sin embargo, no había aceptado ser el acompañante de Apple White porque Madeline Hatter se lo dijera, lo había hecho porque tal vez con la royal le salían unas pocas ganas de pasar una linda noche diferente el 14 de febrero.

"Bueno, creo que en verdad me podría gustar celebrarlo, si tengo con quien hacerlo y a quién le guste también. En fin, ¿estás lista ya para irnos?" Terminó preguntándola y ofreciéndola su brazo.

[…]

Milton había olvidado hacía mucho tiempo lo bonita que era la historia del Árbol de Corazones y los frutos en forma de corazón que se cosechaban para San Valentín. Ya no recordaba que la tradición decía que tenías que seguir el deseo de tu corazón sincero y él lo siguió cuando decidió hacía veinticinco años antes, con esa misma edad, escribir una carta romántica.

Blancanieves, su primer amor que le rompió el corazón por primera vez, sentía que no había nadie que se comparara con ella. Le tenía volviéndose loco, sintiendo mariposas y latidos en su corazón continuamente, deseaba verla a cualquier hora porque sentía que era increíble, aunque su corazón se lo estaba rompiendo.

"¿Te ha gustado entonces la fiesta de Corazones Sinceros? ¿De verdad?" Apple White le preguntó mientras le acompañaba al dormitorio de ella.

"¡Ha sido una gran diversión!" Cuando Blancanieves ni siquiera leyó su carta, Milton decidió que no iría a la fiesta. Solo sería humillante y aburrido, aunque Giles le dijera que era divertido también ir con amigos porque era el día de la amistad y no solo del amor. Ahora debía darle la razón, ir con un grupo de amigos había sido muy divertido: había bailado, tomado té de sakura, lanzado pétalos… Había hecho todo lo que el Milton anterior se había perdido de vivir porque no podía pensar más allá de la chica que le gustaba y ya.

¡Cuántas cosas mal había hecho en sus diecisiete años anteriores!

La royal sonrió ante su respuesta, mientras llegaban a la puerta de su dormitorio con Raven y se despedían. "Qué bien qué opinamos igual, ha estado increíble esta noche. Gracias por acompañarme a la fiesta y aquí, eso es lo que debería haber estado haciendo mi novio. Supongo que seguirá en la fiesta buscando a la chica más bonita de EAH"

Mientras que bailaban en la pista de baile, en el otro extremo se veía a Daring Charming coqueteando con una chica y al rato con otra distinta. Debía de haber hablado con casi todas las chicas que había en la fiesta y a Apple se dio cuenta, aunque Milton notaba que intentaba guardar sus celos, sobre pensamientos y pasárselo bien, intentando ignorarlo. Los hermanos Charming eran tan diferentes: Dexter durante toda la noche solo miraba a la rebel mientras que Daring se encargó de mirar a todas las chicas que pudo y no era precisamente a los ojos.

"No la habrá podido encontrar porque yo iba con esa chica" Soltó Milton pensando en voz alta, sin darse cuenta, que le habría escuchado. Aún la princesa rubia no había terminado de abrir la habitación y cuando desbloqueó la cerradura, entró con las mejillas muy sonrojadas.

Finalmente Milton había tenido una noche divertida con Apple White y varios amigos más de este curso. Gracias a Madeline Hatter. Deseaba poder hacer algo por aquella rebel del País de las Maravillas para agradecerla.


Sé que queda mucho para San Valentín, pero en la historia tenía que ser ya. Espero que os haya gustado el capítulo (me ha quedado el más largo de momento) y cómo se desarrolla el MiltonxApple, estoy a punto de iniciarlo. Gracias por esperar y seguir aquí.