Disclaimer: los personajes le pertenecen al mangaka Kazuki Takahashi. Sólo los uso para escribir mis ideas.

Advertencia: este fanfic contiene temas sociales que abarcan el matrimonio y la sexualidad desde el punto de vista de distintas mujeres. Las opiniones expuestas son subjetivas y no están sujetas a ninguna persona en especial.

Canciones reproducidas: "Escape" tercer ending del anime "Kaleido Star". Cuando vi la traducción de la letra junto con algunas de las escenas de la serie lo primero que pensé fue en la Mana de este fanfic gracias a su similitud con Sora, la protagonista de "Kaleido Star".

"Nuestro amor" tema de la película "Todos los perros van al cielo" interpretado por Jade.

Capítulo 24

Sus miradas estaban fijas el uno en el otro, con las mejillas rojas por el calor que inundaba sus cuerpos al sentir la conexión extraña y confusa que ambos compartían.

Mana irguió su espalda encorvada poco a poco sin quitar la mirada del hombre atractivo que se encontraba frente a ella. Hacía mucho tiempo que no veía a un hombre que le resultara guapo a primera vista dejándola cautivada.

Por otro lado, Yami también estaba conmovido al ver a la chica de tez morena que estaba en la entrada de la oficina de su jefa. El rostro de la joven era de facciones dulces, con ojos verdes que tenían un brillo muy particular. Había visto muchas chicas bonitas, pero ninguna era tan bella como aquella chica desconocida.

-Mana…

Su nombre siendo pronunciado por Ishizu sacó de la ensoñación a ambos provocando que la nombrada diera un brinco con sobresalto.

-¿Sí?

-Deja de andar jugando y ven a trabajar de una vez-regañó la mujer egipcia con autoridad.

-Ah, lo siento.

Mana se dirigió a ellos, con la cabeza ligeramente abajo para evitar en la mayor medida posible el contacto visual con el hombre de cabellera tricolor. Aún así, le lanzó una mirada mientras se colocaba en medio de los dos hermanos quedando frente a Ishizu.

Yami la observó detenidamente, volviendo a cruzar su mirada con la de ella, su cara seguía estando roja más tuvo que recuperar su compostura cuando se giró hacia su jefa.

Yugi también miró fijamente a Mana, pero su observación tenía un enfoque distinto al que la chica morena compartía con su hermano mayor. Abrió los ojos con una expresión sorpresiva al ver de perfil a la chica egipcia.

-¡Eres tú!

Mana, Ishizu y Yami giraron hacia Yugi confundidos por la exclamación del menor de los hermanos.

-¡Eres la chica de hace rato allá abajo!

Mana arqueó una ceja mostrando confusión, más Yami no tardó en comprender a lo que se refería su hermano cuando empezó a recordar la forma del cuerpo y la ropa de la chica que lo golpeó en la entrada de la empresa.

La miró con la misma sorpresa.

-¡Es verdad! Tú me golpeaste en la entrada.

Mana giró hacia Yami fijando su mirada en la de aquel hombre que llamaba su atención. Nuevamente sus mejillas morenas adquirieron una tonalidad rosada al estar tan cerca de ese hombre que, al tenerlo cara a cara, podía notar que era mayor que ella y tenía un porte muy atractivo, de complexión delgada, pero sus facciones eran finas y bien definidas; exactamente lo que le gustaba a Mana en los hombres.

Yami también observó la cara de la joven notando que era más joven que él. Con un semblante más dulce e infantil que el de Tea, además de que sus ojos verdes tenían un brillo muy bonito y particular que atrajo a primera vista a Yami.

-¡Mana!

Su nombre, acompañado de un golpe en el escritorio gracias a la mano de su amiga, volvió a sacar de su ensoñación a Mana que, después de dar un brinco por el susto, miró a Ishizu.

-Le diste un golpe a Yami mientras corrías para acá porque venías tarde, ¿verdad?

Los ojos de Mana se abrieron anonadados, con un toque infantil que delataba su personalidad.

-¿Cómo lo supiste?

Ishizu lanzó un suspiro recargando su sien en la mano del brazo apoyado en el escritorio, cerrando los ojos, indicando cansancio con dichos movimientos.

-¿Crees que no te conozco lo suficiente como para predecir tus comportamientos?

-Ahora que estaré contigo no me reconocerás a como soy normalmente-afirmó Mana alzando los hombros con mucha seguridad.

La manera tan natural, alegre y viva con que Mana hablaba provocó, inconscientemente y sin que pudiera notar ese cambio repentino, que Yami esbozara una sonrisa divertida.

-No creo que cambies con un empleo de vacaciones-comentó Ishizu abriendo los ojos, aún con la cabeza recargada en su mano.

-¡Te escuché, Ishizu!-reclamó Mana enojada haciendo pucheros y formando puños con sus manos.

Yami sonrió aún más e, inconscientemente, se cubrió la boca para evitar soltar la carcajada. El movimiento de sus hombros acompañado de una risita alertó a todos los presentes de que se estaba riendo.

-¿Yami?-pronunció Ishizu incrédula.

Aunque su relación Yami era profesional, a veces los empleados reían entre ellos haciendo bromas sobre la oficina, los juegos e incluso del jefe Seto cuando no estaba presente, pero entre todos Yami era el menos sonriente, no mostraba alegría en ningún momento aunque era amable con todos. Para Ishizu fue nuevo ese comportamiento, nunca lo había visto reír con nadie.

Mana miraba a Yami fijamente sabiendo que se reía de ella, pero sus oídos habían captado el nombre que salió de los labios de su amiga.

"Yami…así se llama".

-Lo siento, señora-dijo Yami después de respirar para calmar la risa.

-Veo que te sientes cómodo con Mana-afirmó Ishizu esbozando una sonrisa animada.

Yami no respondió, sólo bajó la mirada sin dejar de sonreír; porque siendo honesto, hacía tiempo que no se sentía feliz ni siquiera en su trabajo.

-Bueno, creo que ya está muy claro lo que nos corresponde hoy-afirmó Ishizu con una aptitud de jefa-. Como les había comentado, yo llevaré a Yugi a recorrer KC para que conozca el lugar y tú, Yami, le enseñaras sobre tu empleo a Mana.

Los dos abrieron los ojos incrédulamente, sorprendidos de la tarea que fue asignada a ellos.

-Mana trabajará de la misma forma que tú, Yami. Por eso necesito alguien de confianza que la instruya y la guíe ya que, como verás, es algo despistada.

La última palabra fue afirmativa, en un tono burlesco y resignado provocando que Mana hiciera otro puchero cruzándose de brazos de forma ofendida.

-De acuerdo, señora. Lo haré.

Yami aceptó, pero una parte de él estaba nervioso al imaginarse estando solo con Mana.

-Entonces comencemos antes de que se haga más tarde.

Ishizu se levantó de su asiento, abandonando su escritorio, para dirigirse a la salida acompañada de Yugi, que la siguió contento de iniciar su tan esperado trabajo. Antes de salir de la oficina, Yugi lanzó una mirada a Yami guiñándole el ojo mientras su rostro mostraba una gran felicidad que, para Yami, también era algo nuevo en Yugi después de mucho tiempo buscando trabajo.

Yami sonrió satisfecho al ver que había logrado ayudar a su hermano menor; al menos podía considerarse útil en algo. Más sus pensamientos fueron interrumpidos cuando volvió a notar ese calor en su cuerpo, algo curioso que llevaba tiempo sin sentir.

Giró ligeramente la cabeza hacia el lado donde estaba Mana, vio de reojo como ella juntaba sus manos y movía sus dedos unos con otros; un tick nervioso.

Yami tragó saliva; el sentimiento era mutuo. Él también estaba nervioso por la presencia de esa chica bonita.

.

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-Como verás cada departamento de la empresa es muy estricto con sus reglas y funciona de forma precisa, tal cual le gusta a mi marido.

Ishizu explicaba las funciones de los distintos departamentos que visitaba con Yugi conforme recorrían el enorme edificio que representaba la Corporación Kaiba. Para Yugi era sorprendente la disciplina con que cada oficina y personal mantenía el orden, la limpieza e incluso los horarios y rutinas laborales.

Por un momento se sintió inseguro ya que no creía ser capaz de llevar el ritmo con que se trabajaba en dicha empresa puesto que nunca antes había visto tal forma tan ordenada de trabajar y organizarse sin cometer el más mínimo error.

Ishizu lo miró de reojo y notó ese temor en Yugi, a lo que sonrió servicialmente.

-Si Seto te contrató tan fácilmente es porque sabe que tienes capacidad para estar a la altura de lo que él considera digno de la compañía.

Yugi se sobresaltó al sentirse descubierto por la que sería su jefa desde ahora. La miró con una expresión boquiabierta y avergonzada, sorprendido de que ella hubiera casi leído sus pensamientos y supiera lo que lo acongojaba.

Nuevamente, Ishizu volvió a sonreír esta vez con ternura ante el chico nuevo.

-Nuestra empresa es exigente, pero también capacitamos a las personas recién llegadas. Además…-Ishizu hizo una breve pausa para girar la cabeza completamente hacia Yugi-…mi esposo es muy asertivo cuando selecciona a alguien como empleado por lo que nunca se equivoca.

A Yugi le causaron impacto esas palabras, pero no por el hecho de que Ishizu intentaba hacerlo sentir importante, sino porque en la voz de ella había un dejo de aprecio y admiración por Kaiba.

Mientras continuaban caminando por los pasillos largos de KC, Yugi la observó detenidamente recordando lo poco que sabía sobre ella.

Kaiba le había dicho que Ishizu y él fueron obligados a casarse; aunque no especificó el motivo, Yugi podía suponer que tenía algo que ver con asuntos empresariales ya que, según sus pocos conocimientos del área, había familias que debían unirse para realizar fusiones de empresas a largo plazo.

Al principio pensó que la relación de ambos era similar a la de su hermano y Tea, donde la convivencia parecía una vida como de perros y gatos en la que persistía más el rechazo, odio y aborrecimiento por parte de los dos integrantes de la pareja.

Más en el caso del matrimonio Kaiba parecía que el desprecio sólo era unilateral, ya que Kaiba se expresó con total desagrado de su unión con Ishizu mientras que ella parecía sentir afecto por el CEO.

Aquello le resultaba extraño a su forma de ser y pensar. Por un lado existían parejas como Yami y Tea que sólo estaban juntas por hábito o costumbre y otras parejas como Kaiba e Ishizu que estaban obligados por un interés económico y de posición social.

Entonces, Yugi se fijó en algo que jamás había prestado atención en nadie; retrocedió un poco sus pasos para caminar atrás de Ishizu permitiéndose así mirarla de espaldas y notar la figura de su cuerpo bien formado a pesar del paso de los años. Luego se colocó casi al lado de ella para mirar su perfil desde un ángulo donde pudiera observarla con atención.

Su rostro era bello, su cabello negro lacio estaba bien cuidado y, alcanzó a notar, los pechos grandes que adornaban su cuerpo haciendo que resaltara su belleza de origen egipcio.

Inesperadamente, las mejillas de Yugi adquirieron un color rojo muy ligero que, si Ishizu hubiera estado más al pendiente del hombre, podría haber notado ese enrojecimiento por parte del empleado.

Fue entonces que Yugi reflexionó sobre algo que durante la mayor parte de su vida hizo en automático: jamás se había fijado en ninguna mujer que no fuera su esposa.

Y es que Yugi amaba con todo su corazón y alma a Rebeca Howkins a tal punto que, desde que se convirtió en su novio cuando los dos tenían 16 años, no había quedado cautivado con ninguna otra mujer.

Físicamente los años hacían lucir más bella a Rebeca haciendo que Yugi se sintiera fascinado por ella, sexualmente lo complacía y atraía como cuando eran adolescentes y, por supuesto, en la parte emocional estaba muy enamorado aún de ella.

De allí que, desde los 16 años hasta ahora que tenía 33, no había puesto sus ojos ni sentimientos en ninguna otra mujer. Si bien consideraba bonita a Kisara, a Mai e incluso a la misma Tea, ninguna lo cautivaba como en esos momentos se sentía así por Ishizu.

La egipcia por alguna razón parecía haberlo hechizado al punto que, como una estrella fugaz, pasó por su pensamiento la idea de una fantasía sexual en que se vio a si mismo junto a Ishizu en la cama completamente desnudos y entregándose mutuamente.

Los ojos de Yugi se abrieron de par en par perturbado por su propia mente que, desde su visión, era sucia. Sacudió la cabeza varias veces y se dio una ligera cachetada en la mejilla.

El sonido del golpe, aunque no fue agresivo, alertó a Ishizu haciendo que mirara sobre su hombro para observarlo atentamente.

-Un mosquito.

La sonrisa nerviosa de Yugi acompañada de una risita hizo que Ishizu volviera a girarse al frente para seguir avanzando, pensando que Yugi le decía la verdad y que realmente había ahuyentado a un mosco.

No se fijó en la mirada de Yugi para con ella. En cómo los ojos de Yugi la seguían fijamente al tiempo que sus mejillas permanecían rojas.

Por primera vez en muchos años, Yugi estaba cautivado por alguien que no era Rebeca. Y, aunque en su fuero interno lo negaba, le gustaba fijarse en otra mujer aunque fuera sólo en pensamientos.

"Kaiba no se da cuenta lo afortunado que es. Ishizu es realmente hermosa".

Nuevamente la recorrió con la mirada de arriba abajo deteniéndose por momentos en el trasero de Ishizu, teniendo una ligera tentación de tocarlos y sentirlos. Una nueva fantasía sexual despertó en su mente y volvió a sacudir la cabeza.

"No, jamás haría algo así. Jamás traicionaría a Rebeca".

-Me gustaría mostrarte el proyecto en el que Seto está trabajando con tanto fervor.

La voz dulce, pero profesional, de Ishizu lo sacó de sus pensamientos pecadores.

-¿El proyecto?-expresó desconcentrado del tiempo presente.

Ishizu notó que Yugi andaba despistado por lo que sonrió con comprensión fraternal; suponía que sus nervios se debían a que estaba por trabajar en una de las compañías más grandes de Japón.

-Mi esposo está realizando un proyecto que será el futuro del duelo de monstruos.

Al oír el tema de su juego de cartas favorito, Yugi sonrió abiertamente llenándose de felicidad, olvidando sus fantasías con Ia esposa de su jefe y amigo duelista.

-¡Es cierto! Kaiba me mencionó que está trabajando en un proyecto que revolucionará el duelo de monstruos.

La alegría con que Yugi se expresaba del proyecto por alguna razón logró conmover el corazón cerrado de Ishizu.

-Veo que Seto te habló de algo muy valioso e importante para él-sonrió complacida-. A eso me refiero con que Seto sólo contrata gente capaz de estar en esta compañía.

Yugi la miró con la misma complacencia; algo que percibió en primera instancia es que Ishizu estaba dándole ánimos hablando con subtextos. No sabía si era la forma de ser Ishizu o si estaba tratando de evitar alguna interacción más personal con él al momento de brindarle apoyo, pero fuera como fuera para Yugi resultaba agradable sentirse validado por una mujer tan bella y, para su criterio, inteligente.

Los dos llegaron al final del pasillo por el que llevaban algunos minutos caminando, había una puerta doble metálica con una pantalla pequeña al lado llena de botones de los cuales Ishizu apretó algunos haciendo que la puerta se abriera de par en par.

Cruzaron el umbral de la puerta entrando a una enorme habitación donde varias personas monitoreaban información que, por lo que Yugi pudo notar al observar el lugar con detenimiento, estaba relacionada con una gran caja de cristal ubicado en el centro donde dos personas estaban sentadas frente a frente en una mesa que parecía contener un tablero de juegos.

Yugi estaba sorprendido con lo que sus ojos y oídos captaban en aquel lugar; su boca y ojos estaban abiertos admirados por lo que percibía.

-Sistema holográfico activado.

-Frecuencia de las ondas establecida con normalidad.

Yugi prestaba atención a las palabras de los empleados, aún sin poder imaginar qué tenía que ver esa caja de cristal con el supuesto "gran" proyecto que Seto tenía preparado. Su mirada estaba absorta en la escena, sin percatarse de que Ishizu estaba más concentrada en él y en sus reacciones que en el proyecto en sí.

Para Ishizu la presencia de Yugi era algo agradable a su ser e incluso placentera. Yugi irradiaba para ella un carisma particular que hacía tiempo no sentía por alguien.

Sonrió más para sí misma que para el hombre de cabellos tricolores.

-¿Te llama la atención?

-No entiendo aún de qué se trata todo esto-comentó Yugi girando hacia ella.

-Pronto lo verás. Justo hoy toca realizar una nueva prueba al sistema de realidad 3D.

-¿Realidad 3D?

Yugi frunció el ceño mostrando confusión por el comentario de su jefa. Ishizu hizo un movimiento de cabeza para señalar en dirección a la caja de cristal, a lo que Yugi decidió mirar obedeciendo la sugerencia de Ishizu.

-Simulador virtual ¡listo!

-¡Sistema holográfico completo! ¡Iniciando simulación!

Las últimas indicaciones fueron dadas por el personal, dando inicio al proyecto más reciente de KC.

Uno de los hombres que se encontraba sentado frente a la mesa grande de en medio, colocó su mano en el mazo de cartas encima del tablero de juego y sacó la primera carta de arriba. Esbozó una sonrisa nerviosa.

-Invoco a Gaia, el feroz caballero en modo de ataque.

El hombre colocó la carta en posición vertical en el tablero indicando el modo de ataque, del cuadro que abarcaba la imagen del monstruo en la carta salió un humo extraño que llenó el ambiente cerrado de la caja y se materializó un caballo morado con un hombre cubierto por una armadura montado sobre él.

Yugi quedó con la mandíbula caída al reconocer que se trataba de la imagen de Gaia, el monstruo del juego que habían invocado en posición de ataque.

-¡Se materializó el monstruo!-comentó Yugi, estupefacto.

Ishizu sonrió con orgullo al ver que la idea de su marido había impactado al que parecía ser el empleado en el que Seto tenía puesta su confianza plena.

-Veo que te gustó.

-Estoy impactado en verdad-agregó Yugi con la vista fija en la caja de cristal.

Sus ojos amatistas y su boca estaban abiertos enormemente debido a la sorpresa.

-¡Caballero Gaia, ataca directamente sus puntos de vida!

La voz del joven resonó en las paredes de la caja cristalina al igual que el sonido del caballo relinchando, el jinete colocó su lanza frente a él, con la punta puntiaguda apuntando hacia el contrincante, y avanzó hacia el enemigo galopando con precisión.

No tardó en llegar con el otro joven que estaba del lado contrario de la mesa y la punta de la lanza golpeó al chico en el pecho.

El rostro de Yugi reflejó un semblante horrorizado, cubriéndose la cara con ambas manos y retrocediendo unos pocos pasos.

-La…la lanza…lo…-tartamudeó con dificultad.

-Observa bien, Yugi.

Las palabras pronunciadas en tono calmado por parte de Ishizu tuvieron un efecto positivo en Yugi, que continúo mirando la escena y su cuerpo tenso fue relajándose poco a poco mientras comprendía lo que pasaba.

El contrincante atacado por la lanza de Gaia se había tambaleado ligeramente en su sitio por el impacto del "golpe", su cuerpo se dobló ligeramente, pero volvió a erguirse rápidamente mirando, desafiante, al que lo había atacado.

Sin más, agarró también una carta del mazo y tras observarla hizo un movimiento seguro y firme.

-Convoco al mago oscuro en modo de ataque.

El chico colocó la carta en el tablero y se materializó la imagen del mago oscuro de la misma forma que lo había hecho el monstruo Gaia.

-Esa carta es mi favorita-comentó Yugi hablando para sí, admirado.

Ishizu lo miró complacida al ver el gusto que Yugi compartía por el juego de cartas más popular de los últimos años. Era un gusto muy similar al que tenía su esposo por ese juego.

Siempre veía a Kaiba coleccionar cartas de dicho juego, aunque según su conocimiento, hacía años que Kaiba no jugaba y había guardado su mazo principal en una habitación secreta subterránea escondida en el sótano de la mansión donde ambos vivían. Ishizu no podía acceder a ella, pero conocía de su existencia por Roland, el empleado al que Kaiba más confianza le tenía.

Pero a pesar de ya no jugar en ligas profesionales desde hacía muchos años, siempre podía notar ese brillo en los ojos de Kaiba cuando se trataba de hablar, diseñar, preparar o conversar con alguien sobre el duelo de monstruos. Era uno de los pocos momentos donde Ishizu lo veía feliz y para ella, ver a Kaiba sonreír era algo que también la llenaba internamente de felicidad.

La concentración de Ishizu se dirigió al juego nuevamente donde la imagen materializada del mago oscuro, un hombre cubierto por un traje de color morado y sombrero, liberó de su cetro verde una descarga eléctrica que llegó a Gaia, provocando el relincho desesperado del caballo antes de desvanecerse por completo.

La boca de Yugi estaba totalmente abierta al igual que sus ojos que reflejaban la gran sorpresa, e incluso miedo, que sentía ante lo que acababa de presenciar. Los monstruos de las cartas que jugaba en su adolescencia habían cobrado vida y luchaban entre sí como en una pelea real.

-Es…es incre…increíble…no puedo creerlo.

Ishizu volvió a sonreír con complacencia ante la estupefacción del hombre de cabellos tricolores. Giró hacia él para contemplarlo mejor y cruzó sus brazos en su pecho haciendo una pose un tanto empoderada.

-¿Qué te pareció?

Su voz dulce sacó de sus pensamientos a Yugi que, después de sacudir ligeramente la cabeza, dio media vuelta para mirar a los ojos a la que ahora sería su jefa.

-¿Qué piensas del proyecto más avanzado que creó mi esposo?

Ishizu hablaba con tal orgullo que no le permitió a Yugi dudar de sus suposiciones anteriores con respecto a que la egipcia parecía sentir atracción por su esposo aunque Kaiba no le correspondiera.

Giró completamente para quedar frente a frente de su jefa.

-Es un proyecto verdaderamente asombroso.

Su comentario fue sincero, pero con un tono serio.

-Estoy segura que Seto quiere que trabajes con este proyecto tan importante para el crecimiento de la compañía-respondió Ishizu con un tono orgulloso y una sonrisa muy abierta que adornaba su bello rostro.

Yugi se percató que esa sonrisa poseía honra a Kaiba, se enorgullecía de los logros de Kaiba como si fueran de ella misma.

Entonces Yugi supo que la relación de Kaiba con Ishizu era muy diferente a la de su hermana con Tea. Mientras que Yami y Tea no se amaban realmente, la relación del matrimonio Kaiba estaba envuelta en un amor unilateral que, por lo que podía intuir, jamás sería recíproco.

Sólo se dedicó a contemplar a Ishizu que parecía sentir simpatía por Yugi.

CONTINUARÁ...

Mientras escribía el capítulo por partes me tocó leer la primera aparición de los duelos holográficos en el manga original de YGO, de ahí que los introdujera de esta manera.

MarBere123: Jajajaja sí, la historia de Yami es bastante interesante aquí. Admito que me costó un poco organizar la idea para que el Vaseship se conociera por fin en la historia (sabía que pasaría, pero no creí que llegaría ese día). Me alegra que te guste mi fic ;) En cuanto a lo que mencionas, pues es un proceso; te sugiero no presionarte a escribir o mientras puedes leer sobre otros ships u otras cosas (yo aprovechando para hacerme publicidad multishipper ;) jajajaja). De hecho sí, hay varios triangulos amorosos en este fic muajajaja (risa malvada de Bakura)