Capítulo 2: La heroína +18.

Durante su camino a casa, Izuku estaba perdido en sus pensamientos. Ni siquiera notó las miradas ni los comentarios de los transeúntes, que lo observaban sorprendidos por el estado de su uniforme.

El chico siguió caminando, con la cabeza en alto y paso firme. Sus ojos llenos de esperanza.

Llegó a su casa, abrió la puerta, y fue recibido con…

—¡Izuku! ¡¿Eres tú?! ¡Llegas tarde! ¡¿Por qué no me llamaste?!

Un regaño de su madre.

Maldita sea, lo había olvidado por completo. ¿Cómo le explicaría la ropa a su mamá?

Una mujer bajita y delgada, con cabello verde lacio, salió de la cocina rápidamente, y se congeló al ver el estado en el que venía el chico.

—Mamá, no te asustes, no es lo que pa-

—¡Izuku! ¡¿Qué te ocurrió?! ¡¿Estás bien?! ¡¿Estás herido?!

La mujer prácticamente se había lanzado hacia el chico y comenzado a examinarlo de pies a cabeza.

—No me digas… ¡¿Ocurrió de nuevo?!

Inko había tomado el rostro de su hijo y se lo había acercado a su cara, con una expresión seria; una mezcla entre preocupación y enojo.

Izuku tomó las manos de Inko y las separó lentamente de su rostro.

—Mamá, tranquilízate, no ocurrió nada malo.

El chico procedió a contarle lo ocurrido con el villano a su madre. No comentó el incidente en la escuela. Al terminar la explicación ambos se encontraban en la sala de estar, sentados e Inko tenía una taza de té en la mano.

—Entonces… fuiste atacado por un villano en el camino de regreso a casa.

—Sí.

—Y te defendiste usando tu quirk, por eso tu ropa está así.

—Ajá.

—Y al final, All Might apareció y derrotó al villano.

—Exacto.

Ambos se quedaron quietos por un instante. Inko tomó su té, le dio un largo sorbo, y terminó dando un suspiro. Izuku mantuvo una expresión alegre durante ese largo momento, esperando que su madre no estuviera enajada.

La respuesta de Inko fue darle un fuerte manotazo en el hombro a su hijo.

—¡¿Y por qué no me llamaste?! ¡Me alegra que estés bien, pero ¿Tienes idea de lo preocupada que estaba?! ¡Casi me da un ataque al verte entrar vestido así!

Ese tipo de reacciones se habían vuelto comunes en la casa Midoriya con los años. Su madre era mucho más permisiva y suave cuando era niño, pero desde que el quirk de Izuku había despertado su carácter se había vuelto más fuerte y algo estricto. Aun se preocupaba por su hijo como cualquier madre, y lo amaba mucho, solo que lo demostraba de esa manera.

—Tranquila mamá, solo lo olvidé. ¡Conocí a All Might! ¡Incluso tú hubieras olvidado avisar que llegarías tarde!

—Puede ser, pero eso no evita que cometiste una falta, estás castigado.

—¡Mamá!

Inko observó a su hijo por un largo momento. El chico la veía con ojos de perrito.

—…Bien, lo dejaré pasar SOLO está vez, ¿Entendido?

—Gracias mamá.


Tras la cena, Izuku estaba acostado en la cama de su habitación. Ya había pasado por su ritual diario de cerrar su puerta con candado y solo le faltaba encadenarse a la cama, y ahora veía al techo, perdido en sus pensamientos.

En su cabeza repasaba el incidente de la tarde una y otra vez, al principio quiso imaginar una forma de pelear contra un enemigo como aquel villano de lodo, pero termino repitiendo una y otra vez aquel momento en su cabeza, cuando All Might le dijo que podía ser un héroe.

—…puedo serlo.

Sabes que no puedes.

—Cállate.

Niño, sabes que no tienes lo necesario para ser uno de esos "héroes".

—Como si tu supieras qué se necesita.

Conozco todo lo que tú conoces, y por eso sé que no eres más que un debilucho y patético cobarde.

—…no me llames así.

Ni siquiera has tenido el valor de enfrentar a ese imbécil de Katsuki.

—No querer matar a alguien no es cobardía ni debilidad.

¿Quién dijo algo de matar? En todos estos años no has tenido el valor de enfrentarlo, porque tienes mucho miedo de tu propia debilidad. Estás aterrado de lastimar a la gente. No puedes soportar la idea… de… ¡DEJARME! ¡SALIR!

Las palabras de la bestia resonaban en el cuerpo de Izuku como si alguien lo estuviera golpeando. Su pulso se aceleró, comenzó a sudar y sentía la boca seca. El último grito de la criatura lo hizo temblar con rabia e impotencia. Apretó sus puños fuertemente, casi haciéndolos sangrar.

Por mucho que odiara admitirlo, la bestia tenía razón. Había permitido el abuso de Bakugo debido al miedo que tenía de perder el control. Durante todos esos años se tragó su orgullo debido a su miedo. Él siempre se dijo que era porque no quería poner a nadie en peligro, pero la razón principal fue su preocupación…pero no podía seguir pensando en eso, necesitaba tranquilizarse.

Primero comenzó a controlar su respiración, calmando sus nervios y aclarando su mente. Cuando su pulso por fin se estabilizó se levantó y comenzó a examinar su cuerpo. Por suerte ninguna anomalía había aparecido; nada de garras, plumas ni escamas. Al terminar de examinarse y de comprobar que todo estaba en orden, Izuku soltó un largo suspiro y se sentó en su cama, tapándose la cara, a punto de llorar.

La bestia siempre tenía ese efecto en él. Había intentado terapia, meditación, yoga, ejercicios de respiración, y aunque ayudaba no podía evitar que cuando quería, las palabras de la bestia lo ponían al borde de un ataque. Con los años había aprendido a controlar su reacción, no a evitarla.

Odiaba eso. Odiaba como no podía evitar sentirse así. Odiaba que la bestia lo conociera tan bien. Odiaba que pudiera aparecer y decir las palabras exactas que lo pusieran así, pero lo que más odiaba es que siempre tenía razón.

El chico se abofeteó a si mismo para alejar ese pensamiento. Que tuviera la razón no significaba que siempre sería así. Necesitaba encontrar una forma de callar definitivamente a la bestia, pero ¿cómo? Ya había intentado de todo, y nada funcionó realmente. ¿Qué podía hacer? ¿Qué-?

En ese momento un pensamiento irrumpió en su mente violentamente. La tarjeta.

Inmediatamente Izuku saltó de la cama, encendió la luz y comenzó a buscar entre sus cajones. Necesitaba encontrar la tarjeta.

Cuando su quirk despertó, la heroína Midnight fue quien lo ayudó a detenerse, pero no pudo evitar que saliera herido. Esto hizo que la heroína se sintiera responsable, e insistió en ayudarlo durante su recuperación. La última vez que la vio (el día que salió del hospital) ella le dio una tarjeta con su número. Dijo que si alguna vez necesitaba ayuda la llamara, y aunque estuvo tentado a llamarla antes, nunca lo hizo porque estaba seguro de que ella tenía mejores cosas que hacer.

Finalmente, tras varios minutos de búsqueda, encontró la tarjeta. Era un trozo de papel encerado, viejo y arrugado, pero todavía era leíble.

¿En serio piensas que aun te recuerda?

Nuevamente, la voz de la bestia apuñaló la mente del chico.

Han pasado años, si el número aún es el mismo, ¿qué te hace creer que siquiera recordará tu nombre?

Eso era verdad. Habían pasado casi 10 años desde aquel incidente. Lo más probable es que el número ya no funcionara. Lo más probable es que no lo recordara. Lo más probable es que-

Otra bofetada detuvo ese tren de pensamiento de golpe. Todo el punto de buscar la tarjeta era intentar mejorar la influencia que la bestia tenía sobre él.

El chico miró la tarjeta con una mirada decidida. Vio el reloj, aun no era muy tarde.

Izuku tomó su celular y comenzó a marcar el número. Con mucho nervio presionó el botón para comenzar a llamar, y con mucha duda acercó el aparato a su oído.

Se escuchó un tono.

Lo más probable es que el número ya no funcione.

Se escuchó un segundo tono.

Lo más probable es que no te recuerde.

Se escuchó un tercer tono.

El chico estaba a punto de soltar el celular o de darse otra bofetada cuando los tonos cesaron y alguien respondió.

—¿Bueno?

La voz era de una mujer. Era suabe e Izuku podía reconocerla un poco.

—H-h-hola, b-b-buenas n-noches ¿E-es la heroína M-midnight?

—Mmm… ¿Cómo conseguiste este número?

Aun con la pregunta la voz no sonaba molesta ni irritada, aunque eso no evitó que Izuku se pusiera aún más nervioso.

—B-b-b-bueno, e-e-ella me lo dio hace un tiempo.

—¿En serio? — la mujer sonaba curiosa, casi juguetona — ¿Hace cuánto?

—U-unos diez años, tal vez.

—Pues vaya que te tardaste en llamarme jovencito, tienes mucha suerte de que aun conserve este número. Refréscame la memoria ¿Con quién hablo?

—M-mi nombre es Izuku, Midoriya I-

Antes de que el chico pudiera terminar, la mujer soltó un grito de emoción que obligó a Izuku a alejar su celular de su oído.

—¡Izuku! ¡Cariño, ¿Cómo has estado?! ¡Pensé que nunca oiría de ti de nuevo!

—He estado bien, gracias.

—¡Vamos chico! ¡No hemos hablado en años, platícame como te ha ido! ¡¿Por qué tardaste tanto en llamarme?!

—Bueno…

La siguiente media hora consistió en Izuku contándole su vida a Nemuri, obviamente evitando temas embarazosos y los incidentes con la bestia.

Tras la amena charla, que había ayudado a Izuku a relajarce, Nemuri soltó la bomba.

—Entonces, cariño, ¿Qué te hizo llamarme después de tantos años?

Izuku se tomó un momento para responder. Quería formular su siguiente frase de la mejor forma posible. ¿Cómo podía transmitir sus sentimientos de forma fácil y rápida? Eso era imposible, entonces ¿qué haría? ¿Explicar todo de golpe? No, eso no solo sería complicado, sino que podría hostigar a Midnight.

—¿Izuku?

Tras una larga meditación, Izuku decidió transmitir no sus problemas, sino su objetivo.

—Quiero convertirme en un héroe…y necesito ayuda.

Nemuri se mantuvo callada, lo que le dio pie a Izuku para continuar.

—Recordarás los problemas que tuve para controlar mi quirk cuando nos conocimos.

—Sí.

—…Aun los tengo.

Los nervios del chico lo estaban comiendo vivo, pero continuó.

—Yo…mi sueño es convertirme en héroe, pero esta…condición mía no me lo pone nada fácil. No es incontrolable, como antes, es solo que…cuando me estreso puedo sentirlo, intentando salir.

Nemuri se mantenía en silencio.

—Yo…la contacté porque, y discúlpeme si me estoy pasando de la raya, pero quería ver si usted podría…ayudarme con esto.

No hubo una respuesta del otro lado, solo silencio. Las esperanzas de Izuku, que ya eran bajas, lentamente se hundían.

Con una mirada triste, Izuku decidió terminar con esto.

—Discúlpeme por molestarla tan tarde. Por favor olvide lo que le acabo de-

—Dos cosas.

La voz de Midnight sorprendió a Izuku. Sonaba alegre y emocionada.

—Primero, no me digas señora, me haces sentir vieja.

—¿O-ok?

—Segundo, te espero en mi agencia mañana después de tu escuela.

—¿Eh? Pero

—Sin peros, quieres convertirte en un héroe ¿no? Pues te ayudaré. Será a mi modo y no hay espacio para quejas ni dudas. ¿Entendido?

—Es que-

—¡¿Entendido?!

—¡Sí señora!

—¡¿Cuál fue el primer punto?!

—¡Sí ¿se…ñorita?!

—¡Excelente! ¡Nos vemos mañana! ¡Descansa!

Midnight terminó la llamada con una despedida alegre y despreocupada, dejando al chico con el celular pegado a la cabeza y mirando al vacío.

—… ¿Dónde está la agencia de Midnight?


—Muy bien…ya estoy aquí.

Era la media tarde del día siguiente. Izuku estaba frente a un edificio de color violeta con letras enormes que formaban la frase "Agencia Minuit". El chico la había buscado en internet y terminó yendo allí inmediatamente después de la escuela (avisó a su madre que se iba a quedar en la biblioteca haciendo un proyecto).

Izuku no sabía qué hacer. Nunca había estado en una agencia de héroes a excepción de una excursión escolar. ¿Entraba? ¿Llamaba a Midnight? El chico estuvo indeciso de qué hacer durante unos minutos hasta que se decidió por entrar.

El interior de la agencia tenía una estética similar a un club hostess, aunque el chico no sabía esto. Las luces eran tenues y la indumentaria daba un aire lujoso. En el medio de la recepción había un escritorio, donde se encontraba una joven con ropa formal, trabajando en una computadora, la recepcionista. Cuando el chico entró, la puerta soltó un pequeño sonido avisando de su llegada, al que la recepcionista respondió sin levantar la mirada.

—Bienvenido a la agencia Minuit, ¿En qué puedo ayudarle?

—B-buenas tardes… em… creo que tengo una cita con Mid- la señorita Midnight.

—¿Crees?

Al voltear la mirada, la mujer pudo ver a un jovencito de no mas de 15 años, con un rostro muy nervioso. Parecía que ante el menor ruido inesperado saltaría del susto. Esto desconcertó a la recepcionista, era normal que Nemuri buscara reclutar chicos jóvenes, pero nunca tan jóvenes, y siendo honestos el chico no parecía del tipo de la heroína.

—B-bueno, hablé ayer con ella, y me dijo que viniera aquí.

—Mmm, ella no me lo mencionó…espera un momento.

La mujer extendió la mano y presionó un botón en su comunicador.

—Jefa, aquí hay un chico que dice que tiene una cita contigo, perdón ¿cómo te llamas?

—¡Izuku Midoriya! — respondió el chico, lo bastante fuerte para que lo oyeran del otro lado del comunicador.

—¡Izuku! — al instante, la voz de Midnight salió disparada del aparato — ¡Por supuesto! ¡Déjalo pasar, Carol!

—Ok, va para allá.

Carol terminó la llamada y se volteó para ver al chico.

—Sigue por el pasillo a mi derecha, hay un elevador. Segundo piso, al salir gira a la derecha, su oficina está al fondo.

—O-ok, muchas gracias.

—No te preocupes. Suerte.

Al subir y salir del elevador, Izuku siguió las instrucciones de Carol y terminó enfrente de una puerta cerrada, con una pequeña placa que ponía "Midnight" en letras grandes y cursivas. El chico tocó la puerta.

—Entra — se escuchó del otro lado.

Aun nervioso Izuku tomó el pomo de la puerta y entró a la oficina.

El cuarto tenía la misma estética elegante que el resto del edificio. En las paredes estaban colgados varios cuadros, algunos con títulos y reconocimientos, pero la mayoría eran fotos de la heroína luego de algún rescate o en una situación importante. Del lado izquierdo habían varios archiveros y una televisión que estaba apagada, a la derecha había un pizarrón con varias anotaciones, y al fondo había un ventanal que dejaba ver la calle. En el medio del cuarto había un escritorio sobre el que había una montaña de papeles, y aunque no estaba desordenado parecía que alguien lo acabara de arreglar.

Al entrar, Izuku se encontró cara a cara con Midnight, quien ya lo esperaba de pie, recargada en su escritorio. La mujer estaba vistiendo su uniforme de heroína.

—¡Izuku! ¡Qué bueno verte! ¡Como has crecido!

La mujer no perdió el tiempo y se lanzó a abrazar al chico.

—¿¡Eh!? ¡Ah! ¡Gracias!

El chico no supo como reaccionar, así que se limitó a esperar a que la mujer terminara. No estaba acostumbrado a ese tipo de contacto con otras personas, especialmente con una mujer tan atractiva como Nemuri, por lo que se concentró en no hacer la situación más incómoda para él.

Cuando Midnight estuvo satisfecha de abrazar al muchacho se alejó, regresando a su asiento tras su escritorio.

—Bien, quiero que me expliques con todo detalle tu situación.

Izuku se sentó frente al escritorio y soltó un largo suspiro. Ya había pensado en qué decirle a Midnight, y decidió que decir toda la verdad sería lo mejor en esta situación.

—Aquella…cosa que me atacó cuando nos conocimos no fue solo mi quirk descontrolado, es una conciencia aparte, que vive en mi cuerpo. Con los años he aprendido… intentado aprender a controlarlo, pero sigue siendo muy difícil.

—Cuando dices conciencia ¿Es como otra personalidad?

—Algo así. Escucho su voz en mi mente. Me habla cuando quiere, y siempre está intentando que lo deje salir. A veces incluso me muestra visiones de lo que haría si saliera.

—¿Y qué haría?

—…Es violento. MUY violento. No es un animal, no busca matar por hambre o por defenderse, solo quiere lastimar. Por supuesto que quiere comer, pero es más por satisfacer su ansia de lastimar a los demás que por alimentarse.

—¿Has intentado hablar con él?

—Sí, al principio, incluso intenté darle un nombre, pero rechazó todo intento de mi parte por tener un trato cordial. Dejó muy en claro que solo quería salir para hacer de las suyas.

—Mmm… suena como algo muy serio.

—Lo es. He perdido el control contadas ocasiones, la última vez fue hace años, y solo se me salió de las manos unos segundos, pero solo eso le bastó para casi alcanzar a un compañero de clase.

Midnight observó al chico detenidamente por uno momento.

—Dime, ¿Has tenido algún entrenamiento en combate?

—¿Eh? Bueno, hago ejercicio regularmente, y he tomado varias clases de defensa personal y boxeo, más que nada intentando controlar mi quirk, pero siempre termino abandonando.

—¿Por miedo a lastimar a alguien?

—…Sí.

—¡Bien! — repentinamente Nemuri se levantó de su escritorio — ¡Ya decidí qué haremos!

—¡¿Ya?!

—Sí. Sígueme.

Izuku acompañó a Nemuri de vuelta al elevador.

—La verdad, luego de nuestra plática de ayer comencé a planear como podría apoyarte. Por suerte tu situación se ajusta al entrenamiento que tenía planeado.

—¡¿Entrenamiento?!

—Obvio. ¿Qué esperabas, algún remedio mágico? Un quirk funciona igual a un musculo. Quieres fortalecerlo, tienes que usarlo. — ambos ya habían llegado al elevador y Midnight había presionado el botón del tercer piso — En tu caso tu musculo está atrofiado, por lo que necesitas un entrenamiento especial.

Cuando las puertas del elevador se abrieron Izuku pudo ver que el tercer piso era un gimnasio entero, con todo el equipo que podrías pedir, con un amplio ring de combate en el fondo, similar al piso de un dojo. Ahí ya se encontraban 4 jóvenes con ropa deportiva.

—Te los presento. Estos son los Midnight Boys. Son mis sidekicks, y les pedí que me ayudaran con tu entrenamiento.

—¡¿Eh?! No quisiera ser una molestia, y ustedes héroes deben tener cosas más impor-

—No te preocupes — Nemuri lo interrumpió con una palmada en la espalda —, si ocurre una emergencia acudiremos de inmediato, ahora ve a cambiarte, debería haber ropa de tu talla en los vestidores.

Tras cambiarse, Izuku regresó al ring, donde ya lo estaban esperando.

—Muy bien Izuku, Yuto y tú van a combatir mientras nosotros los observamos.

—¡¿Eh?!

—Tranquilo, ya le expliqué a mis chicos tu situación. Si llegas a perder el control te detendremos de inmediato.

—¡¿Está segura de esto?!

—Dices que sabes pelear, y aunque Yuto ya es un profesional no será duro contigo, mientras te concentres no debería haber problema.

—¡Claro que habrá problema! ¡Si esa cosa llega a salir-!

—¡Oye niño!

El grito vino de Yuto, el contrincante de Izuku. Era un hombre joven, de no más de 25, con el cabello corto en un corte de tazón. Estaba usando lentes aun cuando iban a tener un combate, por lo que se le veía confiado.

—No menosprecies la amabilidad de la señorita Midnight. Ella arregló todo esto solo por ti, y tus dudas son un insulto para ella, además que para nosotros. Somo cinco profesionales, podemos manejarlo.

Estas palabras le cayeron como un balde de agua fría a Izuku. Era cierto que Midnight había preparado todo eso para él, y aunque no sabía porqué era tan considerada con él, debía ser agradecido.

—…Tienes razón, lo siento.

—No te disculpes, pero si ya terminamos con tus dudas hay que comenzar.

—¡Sí!

Yuto se había recogido las mangas de su chaqueta, mientras que Izuku había optado por quitársela, quedándose con su camiseta de manga corta.

De los antebrazos de Yuto comenzaron a crecer rocas que terminaron por cubrir hasta sus puños. Izuku respondió cubriendo sus antebrazos con escamas y creciendo garras de sus manos. Sus brazos también crecieron en tamaño, al igual que su espalda.

Yuto fue quien comenzó el ataque, acercándose rápidamente a Izuku lanzando varios jabs y golpes cruzados, a los que su oponente respondió cubriéndose y esquivándolos con relativa facilidad.

—Tienes mejores reflejos de lo que pensaba.

—No solo puedo mejorar mi fuerza.

Yuto observó los ojos del chico, se veían diferentes a antes, posiblemente había alterado su visión cinética para reaccionar mejor a su oponente.

Tras un par de minutos en los qué ninguno tenía la ventaja sobre el otro, Midnight habló.

—¡Alto!

Los dos peleadores se detuvieron.

—¡Izuku, por lo que sé de tu quirk y por lo que me has dicho no solo deberías poder mejorar tus habilidades físicas de esa forma!

—B-bueno-

—¡Me lo creería de un chico sin imaginación, pero alguien que guarda diarios de investigación de héroes no me parece que le falte creatividad!

Ese fue un golpe para Izuku. No pensó que contarle eso a Midnight sería usado en su contra.

—Pero-

—¡Ya te lo dijo Yuto! ¡Deja tus inseguridades de lado! ¡Este es un combate serio!

Al ver los ojos de Midnight, que lo veían con autoridad, Izuku supo que no podría engañarla más, si es que la había engañado en algún momento.

Tomando un profundo respiro el cuerpo de Izuku volvió a cambiar, ahora su piel cambió ligeramente de color a un tono más oscuro, sus piernas crecieron un poco y también se engrosaron, y sus brazos se alargaron, su complexión ahora era más imponente.

Yuto e Izuku retomaron el combate, pero esta vez Izuku mostró mayor velocidad y fuerza desde un principio. Sus golpes eran rápidos y precisos, si no fuera por la experiencia de Yuto varios hubieran conectado de lleno. Ambos seguían igualados, pero era claro que Izuku estaba tomando lentamente la ventaja.

En cierto momento Izuku soltó una poderosa patada que tomó desprevenido a Yuto. Hasta ese momento el combate se había limitado a puñetazos y zarpazos (de parte de Izuku). Fue una patada alta que Yuto apenas pudo bloquear, pero la fuerza del ataque lo derribó, haciéndolo rodar sobre si mismo. Aunque Yuto recuperó su guardia casi al instante, Izuku continuó atacando de la misma manera, alternando patadas y golpes, aprovechando su mayor velocidad. Izuku estaba comenzando a arrinconar a su contrincante.

—¡Yuto, deja de ser suave!

Este grito sorprendió a Izuku, era Midnight, ¿él no era el único que se estaba conteniendo?

Yuto reaccionó inmediatamente a las instrucciones de Midnight. De un momento a otro su guardia cambió sutilmente, deberías tener un muy buen ojo y entrenamiento para notarlo, y su reacción hacia los golpes de Izuku se hizo más rápida y precisa.

Izuku, que se había comenzado a confiar, no pudo ver el gancho al estómago que lo detuvo en seco, este era el primer golpe que conectaba directamente del enfrentamiento. Este golpe sacó a Izuku completamente de ritmo, y en un instante una lluvia de golpes cayó sobre Izuku. En menos de un segundo Izuku pasó de tener la ventaja a solo poder defenderse.

En un descuido de Izuku, uno de los golpes de Yuto rompió completamente su guardia, lo que Yuto aprovechó para conectar un fuerte izquierdazo en el rostro de Izuku. Esté golpe lanzó al chico al suelo y lo hizo rodar.

A Izuku todo le daba vueltas. Estaba mareado, en el suelo, y su boca sabía a sangre. Se levantó lentamente, observando a su oponente, cuando sintió su pulso aumentando. Era un combate de entrenamiento, pero no pudo evitar enojarse por haber recibido un golpe como ese. No solo era su pulso, su respiración se hizo más rápida y errática, y su mente comenzó a moverse a mil por hora. Los sonidos de alrededor comenzaron a difuminarse y su vista comenzó a nublarse. Su percepción cambió. Ante sus ojos, el mundo no era más que él y su presa. Pudo sentir sus colmillos y garras creciendo, al igual que su pelaje. Saboreó la sangre en su boca, no era mucha, pero le abría el apetito. Sintió su espalda arquearse, dándole un mejor apoyo en cuatro patas.

Y en ese momento recuperó la conciencia. Rápidamente se llevó las manos al pecho y cayó de rodillas. Giro la cabeza hacia el espejo en la pared y pudo verse. Su cuerpo ya mostraba pelaje gris en casi todos lados. No solo le crecieron colmillos, sino que también le empezó a crecer un hocico. Sus manos y dedos se habían alargado, y sus piernas habían crecido aún más.

—¡Esto…yo! — Su voz era mucho más grave que antes.

¡Vamos!

—Yo…

¡VAMOS!

—Yo no soy…

¡DEJAME SALIR!

—¡Yo no soy un-!

—¡IZUKU!

El grito hizo que el chico volteara la mirada, encontrando a Midnight, con los brazos cruzados y con una mirada decidida.

—¡Jamás podrás controlar tu fuerza si estás demasiado asustado para usarla! ¡Nunca lo lograrás si no te atreves a intentarlo! ¡Déjalo! ¡Salir!

Izuku no sabía qué hacer. Por un lado, estaba ese horrible monstro que toda su vida había mantenido bajo control. Por el otro estaba esa heroína, que le inspiraba confianza y seguridad, y que ya se había tomado la molestia de ayudarlo hasta ese punto.

—¡¿Quieres ser un héroe?! ¡¿O todo lo que me dijiste por teléfono fueron solo fantasías vacías?!

Ella tenía razón. No podía seguir huyendo. No si quería ser un héroe, y él sería un héroe.

Izuku tomo un largo respiro, y luego habló.

—Oye, bestia.

Su voz sonó más parecida a su voz original. Su llamado despertó algo dentro de sí mismo, pudo sentirlo.

—¿Quieres salir?

Al instante, algo similar a una boca se formó en el antebrazo izquierdo del chico. No tenía labios y estaba repleta de colmillos. Aquel intento de boca dijo una sola palabra.

¡SÍ!

Su voz era profunda y gutural. Al oírla todos los presentes sintieron asco y un escalofrío cruzo sus cuerpos. Midnight recordó aquella noche en el callejón y no pudo evitar apretar el puño.

—Bien ¡Pero será con mis términos! — dijo Izuku — ¡Intenta cualquier cosa y regresas adentro! ¡¿Entendiste?!

¡SÍ!

—¡Bien…Vamos!

Nuevamente el cuerpo de Izuku comenzó a cambiar, pero esta vez no era nada parecido a las anteriores. No era una mejora en sus atributos físicos, ni tampoco una mutación violenta. Era un cambio drástico pero controlado.

Yuto observó a su rival una vez su transformación terminó. El chico ahora era irreconocible. No solo la forma de su cuerpo había cambiado, su rostro se había modificado completamente. Izuku, el chico que no debía medir más de 1.70 metros, ahora medía más de 2 metros. Sus brazos y piernas habían crecido, y sus piernas ahora presentaban una doble articulación, y aunque ahora sus extremidades se veían más delgadas se notaba que poseían una gran fuerza. Su cara ahora tenia un hocico y todo su cuerpo estaba cubierto de pelaje gris oscuro. La única forma con la que podrías llegar a reconocerlo era por su cabello. Sobre su cabeza sobresalía una melena de cabello verde alborotado. Izuku se había convertido en la viva imagen de un hombre lobo.

Yuto no se quedó quieto al ver la transformación de Izuku. De sus brazos comenzaron a caerse las rocas que los cubrían, y debajo de estas comenzaron a crecer rocas de un color más metálico con partes brillantes, además de que su abdomen, hombros y piernas se inflaron, pues rocas habían comenzado a crecer ahí de igual forma, pero no se veían por su ropa.

—Muy bien niño, ¿estás listo? — preguntó Yuto.

Izuku no contestó, se limitó a arrancarse la camiseta y a asentir sin romper contacto visual con su adversario.

Ambos arremetieron contra el otro al mismo tiempo, sus golpes cargados con un mayor peso y velocidad que antes.

La forma de pelear de Izuku había cambiado. Ahora se centraba en zarpazos más que en golpes, y aún con la defensa de su oponente, sus garras no parecían dañarse. También se movía mucho más rápido que antes, al punto que Yuto había tenido que empezar a pelear en serio para no ser superado, sin embargo, no parecía que los golpes de Yuto siquiera afectaran a Izuku.

Izuku constantemente retrocedía y observaba a su oponente, analizándolo, solo para volver a atacar casi de inmediato. Yuto pudo notar que estaba buscando descuidos o aperturas en su guardia, y no le permitiría tomar la ventaja.

En otra de las arremetidas de Izuku, Yuto encogió su cuerpo, posicionándose debajo del brazo de su contrincante y propinando tres rápidos golpes al abdomen y pecho de Izuku, quien parecía que apenas lo había notado. Esto desconcertó a Yuto, quien rápidamente soltó otro golpe directo al rostro de Izuku. Midoriya lo esquivó, para luego hacer algo que ninguno de los presentes pudo anticipar. Al tener el brazo de Yuto a centímetros de su cara, Izuku abrió ampliamente su hocico y propinó un fuerte mordisco al brazo cubierto de rocas.

Yuto forcejeó, jalando y tirando, intentando liberarse de las mandíbulas de Izuku, pero nada funcionaba, ni siquiera parecía poder mover al chico.

Rápidamente Izuku se irguió por completo, levantando a su oponente del suelo, y comenzó a agitarlo en el aire, como un perro jugando con un hueso. El plan de Izuku era terminar azotando a Yuto contra el suelo, pero cuando lo intentó se sorprendió al descubrir que ya no lo tenía atrapado. En su boca solo había una coraza de rocas en forma de antebrazo, mientras que su oponente había salido volando, giró su cuerpo en el aire y aterrizó cómodamente sobre sus pies.

—Bien niño, me disculpo por subestimarte — dijo Yuto, limpiándose el sudor de la frente mientras rocas volvían a salir de su antebrazo desnudo.

Izuku escupió el guante de rocas y continuó su ataque. No lo admitiría hasta después, pero el chico estaba disfrutando como un niño de ese combate. Nunca pensó poder soltarse de esa manera. Por fin podía relajarse y dejarse llevar, sabiendo que no lastimaría a nadie, y ese cambio de humor fue notado por Midnight.

Así que así es como pelea — pensó la heroína, viendo como del pecho de Izuku salían varios cuernos en forma de lanza, que Yuto tuvo que esquivar rodando hacia un lado —, no se limita a movimientos convencionales, utiliza todos los recursos a su disposición, y con su quirk, cualquier cosa que imagine la puede crear.

Yuto había sido tirado al suelo nuevamente, esta vez una cola que no vio aparecer lo tomó por su tobillo y lo derribó. Rápidamente retomó la compostura, rodando para evitar a Izuku, quien había saltado para caerle encima, pero el ataque del chico no se detuvo ahí.

Sin moverse de dónde estaba, en cuclillas y encorvado tras el aterrizaje, Izuku comenzó a usar su nueva cola como un látigo, atacando a Yuto a la distancia.

—¡Vamos Yuto! — gritó otro de los Midnight Boys, el más pequeño en estatura; tenía el cabello rubio alborotado —¡Es solo un niño, no puedes dejar que te gane!

—¡Es complicado pelear con él! ¡En el momento en que quito mis ojos de él, sale con otro truco!

La pelea se alargó hasta que terminó durando unos cuarenta minutos, momento donde Midnight decidió detenerlos.

—¡Muy bien! — gritó Midnight, dando aplausos para que le prestaran atención — ¡Eso es todo por hoy! ¡Descansen!

Ambos contrincantes se detuvieron en ese momento relajándose y bajando la guardia. Las rocas en la piel de Yuto comenzaron a reabsorberse en su cuerpo, mientras que el cuerpo de Izuku comenzó a cambiar y a encogerse lentamente.

—¡Yuto, ¿Cómo pudiste dejar que un niño te tratara así?! — nuevamente el joven rubio estaba molestando a su compañero.

—La próxima vez tu te enfrentarás a él, para que veas lo que digo.

El ambiente era tranquilo, tanto que Midnight se distrajo solo un momento, momento en el que lo escuchó, aquel gruñido que despertó sus recuerdos sobre ese callejón por segunda vez en el día.

¡No!

Quien reaccionó a tiempo fue uno de los Midnight Boys, el más alto de ellos; tenía el cabello negro con un flequillo que le tapaba el ojo izquierdo. Usando su quirk, el chico creó una barrera invisible que detuvo el poderoso coletazo que iba dirigido a ellos, especialmente a Midnight.

El sonido del golpe llamó la atención de todos. Al instante el resto de los héroes y la heroína giraron a encarar a Izuku.

—¡¿Qué diablos te pasa?! ¡El encuentro terminó! — dijo otro de los Midnight Boys; un chico de cabello castaño.

—¡¿Izuku?! — gritó Midnight, desconcertada.

Izuku estaba de pie en medio del ring, paralizado y sosteniendo su brazo izquierdo con fuerza. Su cuerpo estaba cambiando constantemente; apareciendo y desapareciendo multitud de rasgos, aunque la base era una forma incompleta del hombre lobo que era hace un momento, pero su cola había crecido varias veces.

—¡No! ¡Regresa! — gritó Izuku.

¡No! — se escuchó nuevamente esa voz gutural. Midnight y los jóvenes buscaron la fuente, encontrando un hocico que se asomaba desde la melena de Izuku.

Aunque Izuku estaba quieto y su cuerpo mutaba erráticamente, su cola se mantenía atacando todo a su alrededor con una increíble fuerza. Sus golpes eran aun más fuertes que durante su pelea; cuando golpeaba el suelo este se desgarraba, y el techo ya mostraba varias grietas. Sus ataques parecían descontrolados, como una manguera con mucha presión que nadie está sujetando.

—¡Izuku, contrólate! — gritó Midnight.

—No…puedo — balbuceó el chico —. Es esa cosa. Es la bestia.

Apenas fue nombrada, la bestia estiró el hocico que salía de la espalda de Izuku hasta que fue casi otra cabeza, asomándose de la melena.

¡DÉJAME SALIR! — gritó. Su voz fue tan fuerte que hizo vibrar el suelo del gimnasio.

Midnight entendió la situación.

—¡Chicos, tenemos que detener a Izuku! ¡Usaré mi quirk! ¡Haruto, necesito que detengas esa cola!

—¡Considérelo hecho! — respondió el joven del flequillo.

—¡Yuto, Shun, Touma! ¡Ustedes cúbranme y vigilen a Izuku! ¡Esto será rápido!

—¡Sí! — respondieron al unísono los tres jóvenes.

Todos tomaron posiciones mientras la barrera de Haruto aun los protegía.

Apenas la barrerá fue desactivada, una fuerza invisible paralizó la cola de Izuku. Una leve luz violeta se podía ver rodeándola. Al instante los otros cuatro héroes (Haruto se había quedado quieto, sosteniendo algo invisible con ambas manos) arremetieron contra Izuku. Cuando estaban a punto de alcanzarlo, del cuerpo del chico crecieron varios cuernos de distintas formas y largos, obligándolos a retroceder. Algunos eran tan largos que incluso se incrustaron en el suelo. Antes de que pudieran reagruparse, la cabeza de la bestia había terminado de salir del cuerpo y giró encarando a Haruto. El chico notó esto, y vio como de la boca de la bestia salían disparadas varias espinas en forma de aguja. Haruto tuvo que esquivar el ataque, lo que liberó la cola de la criatura.

Apenas se liberó, la criatura atacó nuevamente a los héroes con su cola, pero Yuto interceptó el ataque con su cuerpo. Yuto había cubierto su tronco con rocas, lo que le permitió soportar el ataque y retener los movimientos de la cola con sus brazos. La bestia reaccionó a esto, intentando arremeter contras Yuto, pero Izuku se lo impidió, paralizando su cuerpo.

—¡Izuku, debes detenerlo! — gritó Midnight.

—¡E-eso intento, pero-! ¡AAA!

Antes de que Izuku pudiera terminar de hablar, varias extremidades salieron violentamente de su cuerpo, haciéndolo gritar de dolor. Un par de brazos y piernas extras habían aparecido. Estas extremidades no poseían piel, y sangraban de varias heridas que tenían, presumiblemente causadas al formarse forzosamente a partir del cuerpo del muchacho. Estas extremidades comenzaron a luchar, intentando obligar al cuerpo del chico a moverse.

—¡¿Qué diablos es esa cosa?! — gritó el chico rubio, Shun.

—¡Tranquilícense! — gritó Midnight — ¡Tenemos que noquearlo, pero sigue siendo Izuku, así que cuiden sus golpes!

¡Suéltame!

La voz de la bestia resonó a lo largo del gimnasio. Los brazos sin piel se habían alargado hasta alcanzar el suelo, y comenzaron a tirar, arrastrando el cuerpo del chico hacia una posición cuadrúpeda, desde la cual las piernas sin piel impulsaron el cuerpo en una arremetida contra los héroes.

Todos se prepararon para el combate, pero algo detuvo a la bestia. De la espalda de Izuku crecieron extremidades similares a tentáculos de pulpo, que atraparon todos los brazos y piernas del chico. Esto hizo que el cuerpo de Izuku cayera como un costal al suelo, arrastrándose un momento debido a la inercia.

—¿Pero que-? — el chico de cabello castaño, Touma, expresó su desconcierto ante la situación.

—¡Escuchen! — gritó Yuto — La cola perdió toda su fuerza. Ahora parece solo una extremidad inerte. — dijo, sosteniendo la cola con una mano y agitándola un poco.

—¡Ahora es el momento perfecto, señorita! — gritó Haruto.

Midnight observó al Izuku. Su cuerpo se mantenía sometido por los tentáculos, y estaba encogido en un ovillo boca abajo. Temblaba con varios espasmos, y distintas características animalísticas aparecían y desaparecían sin control por su cuerpo. Las mandíbulas de la bestia estaban prensadas sobre si mismas con tanta fuerza que podrían romper sus propios dientes; en ese estado no podía articular palabras. Izuku estaba peleando contra su propio cuerpo; contra la bestia, para tomar el control, y el chico había logrado llevarlo a un punto muerto, donde su lucha lo convertía en un ser incapaz de moverse.

La heroína se acercó al chico y se arrodilló frente a él.

—Izuku, ¿puedes oirme?

La respiración del chico era pesada y entrecortada, pero logró articular una palabra con mucho esfuerzo, una petición, casi una súplica.

—Deten...ganme.

—No.

—¿Eh? — todos los Midnight Boys tuvieron la misma reacción.

—Izuku, mírame. — exigió Midnight.

No hubo respuesta, solo una respiración pesada de parte del chico. Pasados unos cuantos segundos, Midnight volvió a hablar.

—Izuku, mí-ra-me. — esta vez, la voz de Midnight era más fuerte y autoritaria.

Izuku respondió con un bufido. Estaba usando toda su fuerza intentando mover su propio cuerpo. Con mucha dificultad, Izuku se dejó caer a un lado para poder ver a Midnight. La heroína giró su cuerpo para verlo de frente.

—Izuku, tienes que contenerlo por tu cuenta.

Izuku quería responder; decirle que no podía, que necesitaba ayuda, pero estaba usando toda su concentración para no soltar a la bestia, especialmente ahora que los demás estaban tan cerca de él.

—Izuku, no puedes permitir que esa cosa tome el control cuando quiera. Debes aprender a retomar el control en estas situaciones. Podría ponerte a dormir ahora mismo, pero este problema persistiría. ¿Qué harás cuando no haya nadie capaz de detenerte cerca? Eso pondría en peligro a todos a tu alrededor. Pensé que querías ser un héroe. Pues un héroe no es solo alguien que salva a los demás con su fuerza.

Midnight se inclinó y tomó el rostro de Izuku con sus manos, levantándolo un poco del suelo, viendo a los ojos al chico.

—Un héroe es responsable de cuidar de si mismo primero, para así poder cuidar de los demás. Así que considera esto como tu primer acto heroico, y sálvate a ti mismo de esa cosa. Sé que puedes hacerlo.

Izuku vio a la heroína, y no pudo evitar que las lágrimas comenzaran a salir de sus ojos.

…jajajaja.

Una riza ominosa comenzó a sonar. Venía de la bestia, quien había recuperado el control de su boca.

Palabras muy bonitas, pero mentiras al final.

Todos se mantuvieron expectantes, sin saber como reaccionar ante lo que decía la bestia.

No lo entienden, nadie lo entiende. No soy un mal a vencer. No soy un monstruo qué controlar. No pueden deshacerse de mí.

Los cambios en el cuerpo de Izuku se hicieron más violentos, y la expresión del chico mostraba que estaba haciendo un mayor esfuerzo por contener a la bestia.

Yo seguiré aquí, no importa lo que hagan. Este cuerpo es mío tanto como del mocoso, y un día se lo quitaré. Estaré aquí en sus momentos más vulnerables, listo para hundirlo en lo más profundo de su psique, y obligarlo a ver como MATO A TODOS.

Ese grito sacudió el gimnasio entero nuevamente. Todos los Midnight Boys estaban listos para atacar y noquear a Izuku en cualquier momento, pero Midnight se mantenía con una mirada seria, observando el rostro de Izuku.

Los odio. — continuó la bestia — No importa cuanto lo intenten o cuanto rueguen, no pueden cambiar el hecho de que los odio. Odio todo lo que se mueve. Odio todo lo que respira. Lo odio todo, y algún día mataré todo lo que odio, solo esperen.

—…cállate.

Se escuchó un leve reclamo, casi imperceptible; solo alcanzó a los demás porque ninguno estaba hablando además de la bestia.

¿Eh? ¿Qué fue eso, niño? ¿Un patético intento de súplica?

—Dije…que te… ¡CALLES!

Ese grito fue potente, aun más potente que los gritos de la bestia. Como atendiendo a una orden, las extremidades del chico se tensaron y los cambios erráticos en su cuerpo se detuvieron, lentamente desapareciendo.

—¡No te dejaré hacerlo! ¡No permitiré que lastimes a nadie!

¡No puedes deshacerte de mí, niño!

—¡Pero puedo evitar que salgas! ¡Puedo usar este poder contra ti! ¡Puedo obligarte a nunca estar cerca de nadie nunca más!

Izuku se había puesto sobre sus cuatro, viendo hacia el suelo y apretando la mandíbula.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAA!

—¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

Ambos, Izuku y la bestia, gritaron al unísono, sin embargo, la voz de la bestia comenzó a apagarse. Al mismo tiempo, todas las modificaciones en el cuerpo de Izuku comenzaron a desaparecer. Sus garras se contrajeron, sus dientes y su hocico se encogieron, su pelaje comenzó a caerse, y su cola comenzó a desaparecer.

—¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

El grito de Izuku perduró mientras su cuerpo volvía a la normalidad. El proceso fue lento y evidentemente doloroso, pero no se detuvo hasta haber recuperado por completo su cuerpo.

Cuando terminó, el chico estaba sudando y jadeando, con los codos en el suelo y la espalda arqueada. Lentamente se irguió, aun de rodillas, encontrándose con los ojos de Midnight.

—Lo logré. Lo…logré.

Apenas terminó esas palabras, Izuku se desmayó del cansancio. Su cabeza no golpeó el suelo porque Midnight la atrapó gentilmente y la colocó en su regazo.

—Lo hiciste bien, Izuku. — murmuró Midnight mientras observaba el rostro dormido del chico.


Izuko abrió los ojos y solo pudo ver oscuridad. No, eso no era correcto, había algo frente a él, algo oscuro, y tan grande que ocupaba todo su campo de visión. Izuku se encontraba flotando en un espacio extraño, lleno de luces y sombras, frente a aquella cosa.

Un momento después, la cosa frente a él reaccionó, notando su presencia y girando para encararlo. Esa cosa poseía ojos enormes de color rojo sangre, y, aunque no tenía forma definida, Izuku pudo notar grandes colmillos brillantes. Cualquier otra persona estaría aterrada ante esta figura, pero Izuku estaba calmado. Aunque era la primera vez que lo veía de frente siempre lo imaginó con una apariencia similar.

La bestia se lanzó a atacarlo, pero algo la detuvo. Siguió forcejeando y gruñendo, haciendo evidentes grandes cadenas que rodeaban su cuerpo, deteniendo sus movimientos. Las cadenas se originaban desde algún lado en la inmensidad de ese lugar, y sujetaban fuertemente a la bestia.

Tras un momento de observar a la bestia, Izuku le habló.

—No te esfuerces, no puedes romperlas.

Esto provocó una reacción violenta por parte de la bestia, que terminó en el mismo resultado; un ataque detenido en seco por las cadenas.

La bestia por fin se detuvo, jadeando por el esfuerzo inútil. Sus ojos se posaron sobre Izuku con un profundo odio.

Estas cadenas no me detendrán para siempre.

—Cierto.

El chico respondió de inmediato, viendo directamente a los ojos de la bestia.

—Pero ya me harté de huir de ti. Ya no te tengo miedo.

Hubo otro ataque de la bestia. El sonido de las cadenas inundó aquel espacio, pero Izuku ni se inmutó.

—Y cuando te liberes — continuó — te detendré con mis propias manos.

Ambos se vieron a los ojos mientras aquel espacio se inundaba de luz. El chico estaba despertando.


El chico lentamente recuperó la conciencia. Se notó acostado sobre algo suabe, con el rostro hacia arriba. Su visión estaba borrosa, pero pudo reconocer a alguien frente a él, o más bien sobre él.

—¿…donde…? — preguntó el chico todavía medio dormido.

—Tranquilo cariño, estás seguro. Quedaste inconsciente luego del…incidente. — contestó Midnight.

—¿Qué…que hora es?

—Son casi las 10 de la noche, dormiste un buen rato. — dijo, con una sonrisa.

instantáneamente Izuku saltó del regazo de Midnight y se puso de pie, con un rostro alarmado.

—¡Maldición, mi mamá va a matarme!

—Tranquilo, yo misma le explicaré lo que pasó.

—¡Pero ella no sabe que estoy aquí!

Ante este comentario Midnight se puso de pie, con una cara de desaprobación.

—¿No le dijiste a tu madre que estarías fuera hasta tarde?

—Bueno, le dije que estaría en la biblioteca haciendo un proyecto.

—¡Jovencito ¿Le mentiste a tu madre?!

—No lo entiendes, jamás me hubiera permitido venir.

—¡Esa no es escusa, jovencito! ¡Tienes que decirle a tu madre lo que vas a hacer para que ella pueda estar tranquila!

—¡Es que ella es muy estricta, y apenas ayer me salvé de un castigo!

Midnight vio a Izuku un momento, y luego dijo.

—¡Bien, dame tu dirección!

—¿Eh? ¿Para qué?

—Mañana es domingo ¿no? Iré mañana a explicarle personalmente tu situación a tu madre.

—¡¿Qué?! ¡No! ¡Esa es una pésima idea!

—¿De qué otra forma podremos discutir tus horarios de entrenamiento?

—… ¿horarios?

—Por supuesto. A partir de ahora y hasta que sea el examen de admisión a la Yuuei vas a venir aquí después de clases para entrenar.

—…pero…perdí el control— el chico estaba desconcertado, las pocas personas que habían visto a la bestia no querían volver a verlo nunca (a excepción de su madre y Bakugo, aunque este último más por rencor que por otra cosa). Ya había asumido que no regresaría.

—No muchacho, perdiste el control y luego lo recuperaste. Eso por si mismo es una gran hazaña, especialmente teniendo en cuenta contra qué te enfrentaste.

El chico no sabía como reaccionar. Nadie nunca lo había elogiado antes de esa forma. Todos los que conocían la naturaleza de su quirk lo veían con recelo y lo trataban con cuidado, la única excepción a eso era su madre, y aún así ella se había vuelto tan estricta como una forma de evitar que la bestia saliera.

Midnight vio al chico pasmado frente a ella y soltó una pequeña risita.

—Ahora, si no quieres tener más problemas, te recomiendo que vayas a cambiarte para no atrasarte más.

—¡Cierto!

Izuku se apresuró a los vestidores, dando tropezones. Midnight no pudo evitar sonreír al ver como aquel chico, quien poseía un poder monstruoso y un conflicto personal mayor a la de la mayoría de los adultos, aun podía dar muestras de inocencia tan sinceras.

—¿Señorita?

Los Midnight Boys se habían mantenido al margen mientras Izuku estaba dormido, pero ahora Haruto se acercaba a Nemuri con un rostro preocupado.

—¿Sí?

—Discúlpeme si estoy fuera de lugar, pero ¿por qué está haciendo esto por ese chico? Digo, es evidente que tiene un gran potencial, y es más que obvio que necesita toda la ayuda posible, pero ¿Por qué usted? ¿Cuál es su relación con el chico?

Midnight observo a Haruto, y luego al resto de sus sidekicks.

—Bien, supongo que todos merecen una explicación. Cuando era una novata; creo que fue en mi primer mes como profesional, nos llegó un llamado sobre un quirk descontrolado en vía pública. Cuando llegamos, varios héroes ya habían sido heridos, y lo que sea que fuera lo que lo causaba estaba en un callejón.

—¿El chico? — preguntó Touma.

—Sí. Despertó su quirk mientras caminaba en la calle con su mamá, y no pudo controlarlo. Me ofrecí a detenerlo. Fue una decisión tonta el ir sin un equipo, pero igual lo hice. Encontré al pequeño Izuku llorando y pidiendo ayuda. ¿Vieron la cicatriz que cruzaba su torso?

Todos asintieron. El chico estuvo dormido sin camisa varios minutos, era difícil no haber notado su cicatriz.

—Sufrió esa herida por mi culpa. Aquella vez la…bestia fue demasiado para él y no pudo controlarla. Si hubiera reaccionado a tiempo lo habría evitado. El ver a ese pequeño en el suelo, ensangrentado, me hizo sentir vergüenza de mí misma, así que juré que lo apoyaría en lo que me pidiera, cuando me lo pidiera.

Los Midnight Boy observaron a Nemuri, mientras los ojos de la heroína se perdían en el infinito, recordando aquella noche.

—Ayer, casi 10 años después, ese niño por fin se contactó conmigo, pidiendo ayuda, así que no puede rechazarlo.

Midnight se giró para ver a los ojos a los chicos.

—Me disculpo si estoy siendo egoísta, pero necesito su ayuda con esto, ¿me la darían?

Después de un momento de silencio Haruto habló.

—Señorita, discúlpeme por hacerla recordar algo como eso, y me parece que hablo por todos cuando le digo que la ayudaremos en lo que necesite para que el chico… para que Izuku pueda controlar su quirk a la perfección.

Los otros tres chicos confirmaron esto con un enérgico "Sí". Midnight vio a sus chicos y sonrió.

—Gracias muchachos, los amo.

Después de unos minutos, Izuku salió de los vestidores, agradeció la ayuda de Midnight y de los chicos, le dio su dirección a Nemuri y se retiró a gran velocidad. Le esperaba un fuerte regaño llegando a casa.