Capítulo 19

El nerviosismo que había sentido al estar frente a la tumba del director había desaparecido por completo, ahora estaba tranquilo, no sólo por su no tan nueva compañera, sino porque la varita se le había sido otorgada, él no tuvo que hacer nada para que pudiera recuperarla, algo había dicho o hecho que la protección cedió ante su petición. Tras echar una última mirada al sepulcro blanco, caminó unos metros oculto entre los árboles hasta que consideró que había suficiente distancia y se detuvo para analizar su situación actual. Ya no llovía y su ropa estaba seca, la capa de Neville lo cubría lo suficiente para no tener que preocuparse por ocultar su distintiva ropa de la prisión y aunque sentía que su pierna no estaba por completo curada, le permitía moverse. Sus lentes estaban torcidos y estrellados del lado izquierdo, así que se los quitó y procedió a probar la varita.

- Reparo - el resultado fue limpio y efectivo, comprobando que tenía el control de sí mismo de nuevo o que la varita en verdad era tan poderosa que lograba hacer todo por sí sola.

No podía hacer nada por las quemaduras, pero se agachó para revisarse la pierna que no se veía tan mal como pensaba, o Neville le había ayudado bastante y la verdad es que a él tampoco se le ocurría qué más hacer por ella. Analizó de nuevo la varita en su mano, todavía sin creer que tenía la varita de sauco, una de las tres reliquias de la muerte. A pesar de que a los diecisiete logró conseguir las tres, nunca las tuvo en su poder al mismo tiempo, descartando la capa de momento porque la tenía James, pero la piedra… Miró alrededor para ubicarse dentro del bosque, pero estaba oscuro y ya no estaba tan familiarizado con el lugar que no recorría desde hacía años. Con un nuevo propósito impulsándolo, comenzó a caminar al interior del bosque, buscando, agudizando sus sentidos para sentir el llamado de la piedra, pero recordó que no había una conexión con la piedra, no era como ocurría con los horcruxes porque no había algún tipo de enlace entre ellos. Mientras caminaba no pudo evitar que su mente formulara planes para esa piedra, una vez que la recuperara, daría lo que fuera por un minuto más… Aceleró el paso y su respiración era tan agitada como sus latidos que no podían contenerse ante la expectativa. Con desesperación cambió de dirección una y otra vez porque no lograba reconocer el lugar, por más que trataba de hacer memoria para recordar, no podía. El cielo comenzaba a aclararse y el sol se asomaba al horizonte, amenazando con iluminar todo en unos minutos y sería un blanco muy visible con todo y los árboles.

- Accio piedra - apretó la varita con fuerza, concentrado - Accio piedra - lo intentó de nuevo apuntando en otra dirección - Accio piedra de la resurrección - pero el resultado fue el mismo.

Repitió el proceso por varios metros sólo para fracasar en cada uno. Desesperado decidió buscar sin ayuda, tirándose en el piso y removiendo las hojas del suelo para encontrar la piedra. La necesitaba, la deseaba, era lo que más quería en ese momento y dudaba que alguna vez deseara algo tanto como esa piedra. Pasaron los minutos o las horas, la luz iluminaba el bosque, la sombra de los árboles no lograban cubrirlo por completo y no tardaría en comenzar la actividad del castillo. Ahogó un grito de frustración y con furia estampó los puños en la tierra. No podía quedarse ahí más tiempo y debía mantener la mente fría por más que su corazón quisiera arrastrarlo hacia otro lado. Se puso de pie, se acomodó la capa para cubrirse bien y sacudió un poco la tierra y las hojas húmedas, evaluando todavía el terreno con la mirada, como si lograra localizarla en un último intento desesperado. Odiándose por haber fallado, se dispuso a caminar.

Mientras se alejaba despejó su mente de lo que pudo haber sido el poseer la piedra de nuevo y se enfocó de en su plan original, en lo que tenía que hacer. Una parte de él quería buscar a Lily, a Albus y a James, sin ponerlos en riesgo, sólo era verlos a la distancia por última vez, antes de que… consideraba a la muerte como la primera opción, pero también podría darse que fuera capturado antes de enfrentarse a Azure y sería encerrado en una diminuta celda sin derecho a visitas. Descartó esa idea antes de que terminara de madurar. Se colocó la capucha de la capa sobre la cabeza, ocultando su rostro y continuó caminando hasta la salida del colegio que para esas horas ya estaba abierta, como había dicho Neville y abandonar los terrenos no fue tarea difícil.

Caminó en dirección a Hogsmeade pero fuera del camino, oculto entre las sombras de la noche, atento a cualquier sonido o movimiento a su alrededor. Cuando se hubo alejado lo suficiente del castillo, cambió la dirección de sus pasos hacia unas cuevas más allá del pueblo para poder resguardarse por unas horas y descansar un momento, no porque sintiera que lo necesitara, pero sabía que debía hacerlo si tenía intención de permanecer entero para la noche. La sensación que había tenido en los terrenos de Hogwarts después de que Bane lo dejara se hizo presente de nuevo y como entonces, supo que no era alguien que quisiera hacerle daño. Siguió su camino sin voltear ni dar señales de haber descubierto a su espía, pero bastaron pocos metros para rendirse, porque en realidad quería y necesitaba verlo de nuevo.

- ¿Vas a quedarte ahí todo el día? - dijo Harry en voz alta, sin dejar de caminar ni de apretar la varita con fuerza en el interior del bolsillo. Se imaginó que Neville había dado aviso y no lo culpaba, había dicho que todos estaban muy preocupados -Sé que tienes la capa invisible, pero puedo sentir tu presencia.

Hubo un momento de silencio donde sólo se escuchaba el viento moviendo los árboles y una que otra ave a la distancia. Se detuvo finalmente para ejercer un poco de presión hasta que se escucharon unos pasos acercándose, haciendo crujir las hojas caídas y la tierra húmeda.

- ¿Siempre supiste que estaba aquí? - dijeron detrás de él y Harry volteó justo para ver a James quitarse la capa invisible de encima.

- No desde el principio, has mejorado bastante, pero no lo suficiente para engañarme - James hizo bola la capa entre sus manos, como culpándola por haber sido descubierto - ¿Qué haces aquí? - sin duda sentía emoción de ver a su hijo al fin sin una reja con muchos encantamientos de por medio, pero no le gustaban las circunstancias - Deberías estar en el cuartel, o en casa, o con tu novia - James desvió la mirada en cuanto mencionó a la última, pero volvió a mirarlo segundos después - No siguiendo a un fugitivo.

- Sí, si el fugitivo eres tú - se acercó hasta él y Harry pudo analizarlo mejor. Estaba delgado, con ojeras pronunciadas y su físico en general reflejaba estar llevando una pesada carga, pero ya no lucía nervioso ni al borde del colapso como hacía unas semanas.

- Me da gusto verte - algo similar a una sonrisa apareció en su rostro y terminó de cerrar la distancia entre los dos. James correspondió a su abrazo y a Harry nunca le había importado menos el escozor de las heridas por el contacto. No podía recordar con claridad cuando había sido la última vez que había abrazado a su hijo, pero en ese momento significaba mucho.

- ¿Cómo supiste que vendría aquí? - los ojos de James también lo escanearon cuando se separaron.

- A eso me dedico - dijo por respuesta, la misma que Harry le daba cuando lo descubría en cualquier travesura o aprieto - Luces terrible.

- He tenido días mejores - agradeció estar cubierto con la capa para que James no lo viera por completo - ¿Tus hermanos?

- Con un par de aurores en sus puertas, no he podido hablar con ellos, no hubo tiempo - tal como lo había imaginado - ¿Me dirás cómo escapaste de Azkaban? - había sorpresa y admiración en su voz.

- Es mejor que no lo sepas - le dijo lo mismo que a Neville.

- Bueno, estás afuera que es lo importante, ahora ¿Cuál es el plan? - dijo con determinación irguiéndose en toda su altura, sobrepasando a Harry por un par de centímetros. A Harry no le sorprendió que se estuviera invitando a su misión y que se mostrara dispuesto a seguir hasta las últimas consecuencias, después de todo, era determinado como…

- ¿Alguien más sabe?

- Pues…

En ese momento, con un ligero plop, su mejor amigo apareció unos metros más allá. Harry lo apuntó con la varita antes de que fuera consciente de su entorno y en cuanto lo vio, levantó los brazos.

- Tus calcetines favoritos son lo que te regaló Dobby, los usaste hasta que ya sólo eran unos cuantos hilos - Harry bajó la varita.

- ¿Dónde has conseguido otra varita? - señaló James con asombro.

- Es bueno verte - Ron llegó hasta ellos abriéndose paso entre los árboles - ¿Cómo…

- Ya habrá tiempo - se apresuró antes de que lo volvieran a cuestionar sobre cómo había escapado de Azkaban - Necesito ocultarme, comienza a salir el sol y aumentará la actividad.

- ¿A dónde te diriges exactamente? - preguntó Ron.

- Me ocultaré en las cuevas que están más allá, al menos durante el día y después… - pero se detuvo, no quería compartir los detalles porque insistían en acompañarlo.

- Vamos a las cuevas entonces - coincidió Ron, extendiendo su brazo hacia él, dejando ver sus quemaduras bastante mejoradas.

- También los estarán buscando a ustedes, no deberian…

- Hermione se ha encargado de eso, de momento contamos con tiempo - Harry no quiso preguntar a qué se refería con que Hermione se había encargado de eso porque no quería sentirse con más responsabilidad encima y suponía que implicaba que se metería en problemas por ellos. Respirando profundo, imitó a James y tomó el brazo que ofrecía su amigo.

La aparición no le había causado tantos estragos como hacía unas horas, lo que significaba que se encontraba mejor o que el simple hecho de estar acompañado por su hijo y su amigo le habían renovado sus fuerzas. Las cuevas estaban algo escondidas entre árboles y enormes rocas, lo que las convertía en un buen escondite y en cuanto se refugiaron dentro de una, Ron se ocupó de poner encantamientos protectores y silenciadores. El ambiente estaba húmedo y más al fondo, en lo alto, dormitaban murciélagos cobijados por sus grandes alas sin notar su presencia. Harry se sentó en una piedra lisa y se permitió sentir un poco de alivio, sabiendo que de momento estaba seguro. James lo imitó.

- Bien - al cabo de unos minutos, Ron se acercó a ellos - ¿Qué sigue?

- Soy un fugitivo, Ron, pero eso no impide que podamos planear las próximas vacaciones.

- Ja, ja, salir de ahí no te ha regresado tu sentido del humor - rebuscó en sus bolsillos y sacó un paquete pequeño - Come algo, no es gran cosa, pero lo necesitas a gritos - le extendió la comida y Harry la aceptó, no porque tuviera hambre, pero efectivamente, lo necesitaba.

- Entonces - lo intentó de nuevo Ron - Ya estás afuera que era el paso más importante, pero ahora necesitamos planear lo que sigue con lo poco que tenemos.

- Necesito ir a ese bosque - después de pensarlo mucho y analizar el caso en sus infinitas horas tras las rejas, supo que lo que sea que hiciera esa mujer, sería en el mismo lugar porque había quedado inconcluso.

- Ya no está en vigilancia por el ministerio, pero hay otra cosa peor, dementores - no debería sorprenderse por aquello, esas criaturas se refugiaban en lugares oscuros y solitarios, pero no tan lejos de la gente para que pudieran alimentarse - Comenzaron a llegar hace unos días y antier Sanders me dijo que ya había más de lo que uno sólo podría controlar y el ministerio no hará nada para quitarlos porque así se aseguran que no haya curiosos.

- Mejor así, mientras menos gente, mejor - terminó de comer y guardó la envoltura en el interior de la capa.

- Con todo el equipo reunido, podemos con ellos, no habrá problema - le aseguró - Podemos organizarnos en unas horas.

- No quiero a nadie más en esto, Ron, debo hacerlo yo sólo - tanto su amigo como James lo miraron sin comprender.

- ¿Qué? Después de todo lo que ha pasado insistes en querer valerte por ti mismo - dijo James en un tono de reproche.

- No van a ser mis cómplices, eso les puede costar muy caro.

- No nos vengas con ese remordimiento, no ahora - coincidió Ron - Necesitas ayuda, nos necesitas.

- Necesito que ustedes se mantengan al margen - insistió - La ayuda ya la tengo - sacó la varita del bolsillo y la sujetó con las dos manos de extremo a extremo, todavía sin creer que la tenía en su poder.

- ¿Esa es…? - Ron parecía asombrado y se acercó un poco más para verla con más detalle - ¿Cómo la conseguiste? Pensé que habías desarmado a algún guardia en Azkaban y que estabas usando esa varita.

- Ella vino a mí prácticamente, no tuve que hacer nada en realidad, sólo atravesar los terrenos.

- ¿De dónde ha salido esa varita? ¿De qué hablan? - James estaba interesado y a la vez algo resentido porque ellos hablaran de algo que parecían entender a la perfección y él no tenía idea de nada, pues Harry había decidido mantener esa parte de su historia en el pasado - Yo tengo tu varita - rebuscó en sus bolsillos y sacó la varita de su padre. Harry la miró por un momento, tentado, pero se sentía incapaz de volver a tomarla, no después de que lo último que había realizado con ella había sido…

- Me enfrento a magia que jamás había visto, la magia oscura en esencia es poder, mucho poder, y me temo que incluso con esta varita estoy en desventaja - una sombra de miedo pasó por los ojos de James y aunque a Harry le hubiera gustado decirle unas palabras lo suficientemente buenas para tranquilizarlo, se había quedado sin ellas desde hacía mucho.

- Así que los rumores de la varita de sauco eran ciertos - James fijó la vista en la varita con más desconfianza que asombro - ¿Por qué nunca me lo dijiste?

- Estaba decidido a dejar todo eso en el pasado, esta varita ha sido la responsable de muchas muertes por querer tener el poder y no la hubiera recuperado de no ser porque ahora la necesito - James ya no insistió, pero le dio la impresión de que se estaba conteniendo de decir algo más.

- ¿Qué hay de la piedra? - preguntó Ron en un susurro. Harry se limitó a negar con la cabeza.

- Ya han estado mucho tiempo aquí, deberían volver antes de que resulte sospechoso - para su sorpresa, James se puso de pie.

- Veré si puedo comunicarme con Lily y Albus - dejó la varita de Harry sobre la piedra en la que estaba apoyado - No te muevas de aquí, volveré en un par de horas.

- No tienes que…

Pero James hizo caso omiso, caminó hasta la entrada de la cueva, se echó la capa encima y desapareció de vista, dejando un silencio extraño detrás de él.

- No la ha pasado tan bien estos días - dijo Ron después de un momento - Pero en todo momento ha estado pendiente de ti y no dudó ni un segundo en venir cuando Neville nos comunicó que estabas aquí.

- Quiere hacer más de lo que le corresponde.

- Me recuerda a alguien.

- ¿No has hablado con Chiara sobre él?

- No desde que lo dio de alta, Ted es el que está más informado la verdad - se le enrojecieron las orejas un poco.

- Necesito que hagas algo, Ron, sé que soy el menos…

Pero unas pisadas al exterior de la cueva lo interrumpieron y supo de inmediato que no correspondían a las de James. Ron y él se pusieron de pie inmediatamente, con las varitas listas para enfrentar al desconocido si es que los encantamientos protectores fallaban. Se acercaron más a la salida de la cueva, cada uno en un extremo para no quedar acorralados y que pudieran defenderse. Se escucharon voces dando indicaciones y más pasos, calculaba que eran alrededor de cinco personas que sin duda estaban tras él porque las posibilidades de que el ministerios se estuviera movilizando para dar con Azure eran mínimas. Los sonidos se acercaron más a ellos y a pocos metros de distancia reconoció a los cinco aurores que buscaban entre los árboles y las rocas, con las varitas en alto, pronunciando algunos encantamientos. Ron y él intercambiaron miradas, uno era Ford y otra era Yung, mientras que los restantes no tenían mucho de haberse incorporado a la oficina. Ford miró en dirección a la cueva y de no ser por lo encantamientos protectores, hubiera parecido que miraba directo a Harry.

- Revisaré esas cuevas - dijo uno de los jóvenes cuyo nombre no recordó en ese momento. Apretó más la varita.

- Ya lo hago yo, abarquen más terreno hacia el noreste - indicó Ford, que sin duda estaba a cargo de ese equipo - Debemos apresurarnos porque faltan zonas que buscar. Los otros cuatro obedecieron y siguieron caminando. Ford se detuvo un momento mirando la cueva y alrededor. Era un buen elemento y seguramente podía distinguir los encantamientos protectores o podría recurrir a un hechizo para comprobarlo, pero no hizo ningún intento. Si los descubría, Harry no estaba seguro de cómo debía actuar, si intentaría hablar con su compañero o si debía aturdirlo sin pensarlo mucho, pero después de unos segundos, Ford siguió al resto y Harry se permitió respirar de nuevo.

- Eso estuvo cerca, si no hubiera sido Ford, nos habrían encontrado - dijo Ron aliviado - ¿Crees que sabía que estábamos aquí?

- Tal vez lo sospechó pero no quiso comprobarlo, así tampoco se ve afectado – aunque en realidad Harry estaba seguro que su compañero lo había dejado pasar.

- De todos modos siento que aquí estamos muy expuestos, será mejor que nos movamos pronto.

- Necesito una distracción, Ron, el grupo de Ford no es el único que me busca, así que necesito que me quites de encima al ministerio por unas horas para que yo pueda… seguir.

- ¿Seguir a dónde exactamente? - lo miró con los ojos entrecerrados - Cuenta con la distracción, pero necesito que me digas más para saber cómo ayudar.

Harry respiró profundo, todavía sin estar seguro de querer contar sus planes porque no quería que Ron, y muy seguramente también Hermione, se involucrara de más y se viera afectado dentro del mundo mágico, o algo mucho peor si es que se enfrentaba de nuevo con Azure. Suficiente tenía con pensar cómo dejar a James al margen de todo y si sumaba ahora a su amigo… Pero necesitaba contar con un respaldo por si él fallaba.

- Debo regresar al bosque de Cornwell - explicó con calma - Sé que estará allí esta noche y no quiero que nadie más esté alrededor - se apresuró a añadir al ver que Ron abría la boca para intervenir - Así que necesito esa distracción - su amigo asintió y se contuvo de hablar - Si fallo, entonces tendrán que seguir ustedes, pero sólo si es estrictamente necesario.

- ¿De verdad piensas enfrentarte a ella tú sólo?

- Algo me dice que no será como la vez pasada, no digo que no cuente con aliados, pero también siento que es algo que debe hacer sola.

- Ella dijo que… obtendría tu alma pero no de la forma en que tú creías ¿A qué rayos se refería? - Harry también recordaba esas palabras y al igual que su amigo no encontraba el significado. Él le había ofrecido su alma voluntariamente y ella no la aceptó, en cambio…

- No lo sé, pero tampoco le temo a lo que sea que signifique.

- Por la forma en que te hablaba me dio la impresión de que sentía cierta admiración hacia ti y que de alguna manera te necesitaba.

- Si fuera así no me habría dejado ir esa noche ni tampoco permanecer encerrado tanto tiempo en Azkaban.

- ¿Por qué escapaste justo ahora? - de pronto Ron parecía más interesado en retomar el tema - ¿Cómo sabes que ocurrirá algo hoy?

- Alguien me lo dijo - no quería revelar la información completa, suficiente trabajo le costó confiar en Malfoy para que Ron echara abajo todo y ya no había tiempo para arrepentimientos.

- Alguien te lo dijo - Ron parecía no dar crédito a sus oídos - ¿No te parece demasiada casualidad? ¿Y si ella fue quien planeó todo?

- No lo creo - no se alteró ni quiso darle más vueltas al asunto.

- ¿Cómo…

- Sólo lo sé, Ron - su amigo negó con la cabeza, sin creer la confianza de Harry - Y aunque así fuera, es mejor no aplazarlo si de todos modos la conclusión es que estemos frente a frente.

- Creo que deberíamos llevar al equipo, ya lo has dicho, no podemos dejar que escape de nuevo.

- Si fallo entonces ustedes seguirán.

- ¿A qué te refieres exactamente con fallar? ¿Te refieres a morir? - Harry no dijo nada, pero sabía que tampoco era necesario - Llámame idiota, pero no creo que el mejor plan sea esperar a que mueras para intervenir.

- Entiende que…

Pero un ruido al exterior de la cueva los hizo voltear de nuevo hacia la misma dirección, volviendo a sacar las varitas de los bolsillos, atentos. Tal vez Ford había acudido con refuerzos aunque a decir verdad confiaba en que no fuera así, creía conocer al auror para suponer que era de los pocos que confiaban en Harry. Las hojas crujían en el suelo, producto de pisadas que sonaban ligeras a diferencia de la vez anterior. Sobresaliendo entre la capa que la cubría, distinguió una cabellera castaña muy particular. Hermione tenía la varita levantada y buscaba entre los árboles.

- Sí es ella, pero saldré a verificar - le dijo Ron y se dispuso a salir de la cueva sin guardar la varita.

Harry se adentró en la cueva, algo le decía que sí era su amiga y debía prepararse para otra ronda de preguntas y opiniones al respecto que no quería experimentar, no porque lo que dijera su amiga no fuera valioso, pero no quería que intentara hacerlo cambiar de opinión. Al cabo de un par de minutos, Hermione y Ron lo acompañaron dentro. Los ojos verdes se encontraron con los castaños, que lo analizaron en segundos y para su alivio, ella le dedicó una sonrisa.

- ¿Qué haces aquí? Podrías tener problemas en el ministerio por esto y…

- Sabes de sobra que tú eres más importante que cualquier ministerio - lo interrumpió Hermione y llegó hasta él para rodearlo con los brazos - Te extrañé muchísimo - Harry correspondió a su abrazo.

- Y yo a ti - era verdad, ya que la veía sin esas molestas rejas entre los dos, una calidez se expandió por su pecho.

- Te he traído algo - le dijo cuando se separaron y Harry notó que se pasó la manga sobre los ojos con rapidez, tratando de ocultar la evidencia de sus emociones. Del interior de la capa sacó la bolsita de cuentas que había usado años atrás, cuando permanecieron apartados del mundo mágico durante la guerra - Comida, por supuesto - sacó unos paquetes y botellas y los puso sobre una de las grandes rocas del interior - Algo de ropa - la puso perfectamente doblada junto a la comida - Algunas pociones y Ron me dijo que estabas herido, así que también traje todo lo que tengo para eso, no es mucho pero… - Harry puso una mano sobre la suya para que se calmara un momento y lo mirara.

- Gracias, Hermione - ella asintió e intentó sonreír de nuevo. Suponía que la actitud de su amiga no sólo se debía a la emoción de volver a tenerlo de frente, sino también por saber que se pondría en peligro una vez más o quizá porque haber escapado de Azkaban le traería graves consecuencias.

- El ministerio no tiene ninguna pista tuya hasta el momento, aunque sospechan de todos nosotros, tardé en venir porque tuve que encontrar la manera de librarme de los aurores que me seguían, pero en realidad no saben nada y me aseguré de que Kreacher no deje la casa - lo miró con suspicacia pero no añadió más. No sería Hermione si no fuera tan brillante - Anda, déjame ver tus heridas, aunque no tengo el díctamo que te da Albus, no pude contactarlo a él ni a Penny, iba a resultar muy sospechoso.

Tener a Ron y Hermione de soporte le brindó nostalgia y una extraña sensación de confianza que hacía mucho no sentía. No quería meterlos en más problemas, pero también los necesitaba, como siempre, así que, si después de todo ellos decidían respaldarlo, no se los impediría. Hermione revisó y sanó su herida mejor de lo que alguien más pudo haber hecho y casi podía sentirla normal por completo. También se alimentó de un 30% de toda la comida que Hermione le había llevado que parecía para varios días y se cambió por la ropa que le llevó aunque se dejó encima la capa de Neville donde la varita de sauco aguardaba por él. Notó la mirada de Hermione clavada en la varita, con asombro, pero parpadeó varias veces y apartó la mirada sin hacer preguntas. Compartieron con Hermione la idea de la distracción que requería para sacarse de encima a los del ministerio y con el aporte de ella lograron hacer lo más parecido a un plan para hacer creer que Harry había sido visto en el otro lado del país, al extremo contrario de dónde se encontraría realmente mientras alguno de los dos, con ayuda de Neville y Luna, reunirían a los demás elementos de confianza para establecer un perímetro de seguridad y que independientemente de lo que pasara con Harry, Azure no lograra escapar de nuevo. Harry se había resistido al principio, porque sabía que ella no estaría sola y que al igual que la vez pasada, sus seguidores no se tocarían el corazón por nadie, lo que los pondría en peligro de muerte a todos, pero sus amigos insistieron que justo por eso irían, para detener todo de una vez.

- Ellos están preparados, pero nosotros también, Harry, los miembros del ED ya no tenemos quince - le aseguró Hermione - Confía más en nosotros.

- No es eso, es que no quiero…

- Confía en que estaremos bien - se corrigió Hermione - ¿Y qué hay de tus hijos? ¿Crees que se quedarán quietos?

- Al menos James cuenta con que te acompañará - coincidió Ron.

- Albus y Lily no deben estar al tanto, ya me ocuparé de James - sus amigos intercambiaron miradas pero no dijeron nada más.

- También… - miró de Harry a Ron y de regreso - Tengo algo que darte - aunque parecía dudosa, metió una mano en el bolsillo de la capa y la sacó en un puño - Me lo devolvieron en la semana, después de hacerle algunas pruebas y… debes tenerlo tú - extendió el brazo hacia él sin abrir el puño y Harry abrió la palma para recibir lo que su amiga le entregaba. Algo frío entró en contacto con su palma lastimada, pero en realidad no le molestó. Cuando Hermione apartó la mano, Harry contuvo la respiración al reconocer la delgada cadena de oro que portaba un pequeño pendiente de snitch dorada que movía las alas cada tanto, suspendiéndose en el aire por unos segundos. Él se lo había regalado hacía años, cuando jugó por primera vez con las Arpías porque a pesar de ser cazadora, la snitch era su pelota favorita en el quidditch - Lo encontraron cerca del lugar en que… - pero no terminó la idea, entendiendo que Harry sabía a la perfección lo que quería decir. No dijo nada y prefirió guardarlo al interior del bolsillo de la capa porque sentía que su contacto le quemaba la piel.

- Gracias - fue todo lo que dijo, tragando duro para evitar que el nudo en su garganta tomara más fuerza - Creo que deberían irse, no quiero que comiencen a sospechar de ustedes o tener una visita inesperada.

- Veremos al ED en una hora, pero creo que será mejor que vaya organizando todo - Hermione le enseñó la moneda de oro con la que se comunicaba todavía con ellos.

- Me quedaré un momento más - le dijo Ron a su esposa - Sólo en lo que llega James - aunque a Harry no le agradaba la idea de tener una niñera, no replicó nada.

- Todo saldrá bien, Harry, nos hemos estado preparando para esto - Hermione parecía convencida de sus propias palabras, aunque Harry no podía contagiarse de ese optimismo - Te veré más tarde y guarda esas pociones - le señaló los frasquitos que le había llevado - Estoy contigo - de manera más natural se acercó a él para abrazarlo de nuevo con fuerza - Te quiero.

- Yo también.

Limpiándose con rapidez las lágrimas antes de que corrieran por sus mejillas le dio un beso a Ron a modo de despedida y salió de la cueva.

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Volvía a soñar con ese momento. Voldemort entrando a su casa en el valle de Godric, alzando la varita para acabar con su padre y después matar a su madre a pesar de sus intentos por apartarla y perdonar su vida. No era la primera vez que soñaba algo así, veía la muerte de sus padres a través de los ojos de Voldemort, lo que helaba su piel y lo hacía sentir náuseas. En esa ocasión, cuando levantó la varita para apuntar al bebé en la cuna, de reojo distinguió el reflejo de su rostro en un pequeño espejo colgado en la pared, pero en lugar de encontrarse con un rostro blanco similar al de una serpiente y unos ojos rojos carentes de alma, se encontró con su propio reflejo. Su cabello negro alborotado, su cicatriz en la frente acompañada por la de la mejilla, los ojos verdes idénticos a los de su madre detrás de unos lentes redondos… pero con una sonrisa fría que no reconocía como propia… Abrió los ojos de golpe y automáticamente sacó la varita del bolsillo, apuntando al frente con firmeza a la persona que estaba apenas a unos palmos de él.

- Soy yo - James lo miró sin alterarse, pero levantó las manos mostrando las palmas a modo de paz - No quise asustarte.

- Perdón - guardó la varita en el bolsillo, no hacía falta comprobar que el joven frente a él era su hijo, él lo sabía bien - ¿Qué hora es? - se incorporó en el piso de la cueva, que aunque no era nada cómodo, estaba cansado y el sueño llegó a él sin poder evitarlo.

- Las seis - le dijo después de consultar su reloj de pulsera y lo ayudó a ponerse de pie.

- ¿Y Ron? - miró alrededor y fuera de la cueva, comprobando que no había nadie más.

- Se fue hace unas horas, pero dijo que volvía alrededor de las seis, no debe tardar.

- ¿Pudiste ver a tus hermanos? - James asintió - ¿Cómo están? - en ese momento se sintió egoísta por querer verlos también.

- Preocupados e indignados porque no los traje conmigo - explicó metiendo las manos en los bolsillos.

- ¿Entonces saben que estoy aquí?

- No, no les dije que te he visto, pero como ya no creen nada de lo que les digo… - se encogió de hombros.

- Siguen distanciados entre ustedes - el tono de desilusión fue evidente.

- Creo que sí compartimos espacio más tiempo del estrictamente necesario, terminaríamos peor, por eso mantenemos la distancia y así, una aparente paz - le dolió escucharlo pero James parecía conforme con eso.

Por un momento no dijeron nada y tampoco se miraron, cada uno tenía la vista fija en un punto a un lado de la cabeza del otro. El tiempo corría y se acababa, las luces del atardecer con tonos naranjas eran un recordatorio para él, debía enfrentarse a la oscuridad por más que quisiera aplazarlo. No quería despedirse, su voluntad flaqueaba ante la presencia de su hijo y necesitaba ver a Lily y Albus también, aunque sólo fuera por un segundo. Para ganar tiempo ante lo inevitable, comenzó a guardar los frasquitos con pociones que Hermione le había dejado en los amplios bolsillos de los pantalones para que en el bolsillo de su capa sólo estuviera la varita y…

- Tengo que irme - logró decir después de un momento, mirando a James finalmente, comprobando la determinación en él - Y no puedes acompañarme - añadió. El rostro del chico no mostró sorpresa, seguramente ya contemplaba la postura de su padre, pero una arruga entre sus cejas delató su molestia.

- No sé por qué insistes en querer hacer todo tú sólo cuando sabes que necesitas…

- Te necesito a salvo, con tus hermanos.

- Ellos no me necesitan, te necesitan a ti - aunque su tono no reflejaba su molestia, el miedo parecía más fuerte esa vez.

Harry respiró profundo, entendiendo que sería una despedida difícil para ambos y que James no iba a ceder tal como imaginaba. Las hojas caídas de los árboles crujieron bajo unas pisadas que reconoció como las de su mejor amigo, que al cabo de unos segundos se hizo presente en la entrada de la cueva, con la varita en la mano pero sin apuntar a nada. James no apartó la mirada de Harry y a Ron le bastó ver la escena por unos segundos para saber que no había llegado en un buen momento.

- Debo hacer esto sólo, James, no espero que lo entiendas - también procuró mantener la firmeza de su voz mientras volvía la mirada al chico. Ron retrocedió sobre sus pasos, perdiéndose de vista de nuevo.

- ¿Y qué hay de lo que te dijo mamá? - era la primera vez que James la mencionaba y el dolor se clavó en su pecho como una daga ardiendo. Podía ver el dolor en los mismos ojos castaños frente a él - No puedes dejarnos tú también.

- Debo terminar con esto, ustedes estarán bien si permanecen juntos y tienen a mucha gente que los quiere y apoya - intentó convencerse a sí mismo con sus palabras. Si pensaba demasiado lo que le esperaba y lo que podía perder para siempre, comenzaría a dudar y era lo último que necesitaba.

- Ellos no son tú, nosotros somos tus hijos - finalmente su mirada se quebró y fue cubierta por una capa cristalina, haciendo que brillaran más.

- Ya se valen bien sin mí.

- Lily te necesita más que nadie - comenzó a decir rápidamente - Quiere aparentar que está bien pero ella te necesita - la mención de su hija contribuyó al dolor - Albus se mantiene en pie porque se esfuerza en ayudarte de la manera que él puede, aunque sea a distancia y yo… - dudó un momento, como si se quedara sin aire - Yo quiero acompañarte. Conoces mis capacidades, puedo ayudar.

- Si algo me ha quedado claro es que eres mucho más fuerte que yo - lo decía muy en serio, había bastado una misión en compañía de su hijo para conocer sus capacidades - Y por eso necesito que no estés en primera fila - James abrió la boca para protestar, así que Harry se apresuró a continuar - Porque si yo fallo, estarás tú para continuar.

- O podríamos ir los dos en primer lugar para que… - la respiración de James era agitada, delatando su ansiedad.

- Sé que después de todo lo que ha pasado no tengo derecho a pedirte nada - a pesar del dolor que le ocasionaba, mantuvo la mirada firme en la del chico - Pero sólo por esta vez, confía en mí - no lo interrumpió, pero se notaba que tal vez se mordía la lengua para seguir escuchándolo - Iré yo sólo y tú te quedarás con Ron, Hermione y el resto para hacerle frente por si yo… - no quería terminar esa frase, pero por la sombra de miedo que cruzó en el rostro de James, supo que él había terminado esa frase en su mente. Ninguno de los dos añadió nada por los siguientes segundos, sólo se limitaron a observarse y con alivio notó que la respiración de James se normalizaba o eso le hacía creer. Por supuesto que tampoco quería a su hijo como respaldo, lo quería fuera de todo peligro a como diera lugar, pero tampoco podía decidir por él y sabía que encontraría la forma de colarse y prefería que estuviera más protegido si iba con el resto. Un viento frío se coló por la entrada de la cueva y despeinó ligeramente el opaco cabello negro de su hijo, lo que hizo que saliera de sus pensamientos. James sacó la capa invisible del bolsillo y la extendió hacia él sin decirle nada.

- No, es tuya - no la recibió y tampoco quiso mirarla más tiempo del necesario.

- Tú la necesitas más que yo - insistió.

- Tengo mis propios recursos para no ser visto - en parte era eso, pero sobre todo no quería tenerla en sus manos y ceder a la tentación de regresar a los terrenos de Hogwarts y seguir buscando la piedra en el bosque ahora con la confianza de no ser visto y poder quedarse el tiempo necesario hasta encontrarla - Y no me resultará de ayuda a donde voy. Consérvala y úsala bien.

James miró de su padre a la capa y viceversa un par de veces hasta que cedió y volvió a guardar la capa hecha una bola en el bolsillo. Se volvieron a escuchar las pisadas de Ron y su amigo volvió a asomarse a la cueva, analizando si era prudente intervenir o no. Le hizo una señal con un dedo sobre su muñeca izquierda, indicándole que ya era hora y Harry asintió. No quería despedirse, no podía hacerlo. James volteó a ver a Ron por unos segundos y cuando regresó la mirada hacia Harry reconoció de inmediato esa misma determinación en los ojos castaños.

- Te veré en unas horas entonces - fue un alivio que la voz de James sonara tan segura o de lo contrario él también se derrumbaría.

- Así será - puso una mano sobre el hombro de su hijo y le dio un apretón, siendo el mayor contacto que se permitiría tener para mantener su plan - Te lo prometo - y aunque era enemigo de hacer promesas, salió de su boca sin que pudiera evitarlo, tal vez porque así sentía la presión de mantenerse con vida - Dile a tus hermanos que…

- Ellos lo saben.

Se miraron a los ojos por unos segundos más y después James se apartó apretando la mandíbula y pasó a su lado con paso decidido. Se detuvo frente a Ron e intercambiaron unas palabras que Harry no logró escuchar, pero la expresión de Ron no delató que se tratara de algo descabellado y miró a su hijo alejarse en el bosque sin mirar atrás, con la varita apretada en un puño y la cabeza en alto.

- Prométeme que verás por ellos - Ron lo miró con reproche cuando Harry se acercó a él una vez que James se había perdido de vista.

- Claro que no, tú eres su padre y volverás para verlos - Harry se encogió de hombros - Vamos Harry, ni siquiera con Voldemort estabas tan resignado a la muerte

- No me importa morir - dijo casi en un susurro.

- Pero no puedes sólo rendirte, hay gente que espera por ti, Harry tus hijos…

- Mis hijos son adultos ya, y en el fondo yo sé que… sé que me odian por no haber salvado a su madre - era la primera vez que externaba en voz alta ese sentimiento, y dolió tanto como la primera vez que lo descubrió.

- Eso no es verdad, todos sabemos lo que pasó ahí. James te apoya incondicionalmente, Albus no ha descansado para encontrar la solución contra esas quemaduras y de sobra sabes que Lily te adora y te apoya, hasta entró a la Academia de Aurores para ser como tú - Harry no dijo nada, no tenía tiempo para discutir sobre aquello con Ron, pero él sabía que sus hijos hacían todo aquello para distraerse del dolor.

- Que James te acompañe, pero asegúrate de que…

- Cuidaremos de él, lo prometo - le aseguró Ron sin dejarlo terminar - La distracción ya comenzó, los aurores deben estar en el norte en estos momentos, así que puedes moverte con libertad por unos minutos.

- Gracias - tomó la varita de sauco con firmeza en su mano derecha y por primera vez no sintió el escozor de la quemadura en esa zona.

- ¿Estás seguro de lo que haces? - la preocupación era notoria en el rostro de su amigo pero no podía mentirle sólo para tranquilizarlo.

- No intervengan antes de tiempo, por favor - esquivó su pregunta con una petición y Ron no insistió más.

- Cuenta con eso - asintió Ron y aunque Harry hubiera querido decirle más cosas para que él se hiciera cargo de sus asuntos por si él no volvía no contaba con tiempo. Tras una última mirada, Harry le dio la espalda y comenzó a caminar por el mismo sitio que James hacía unos minutos - Harry- lo llamó Ron después de dar unos cuantos pasos. Él volteó a ver a su amigo - Haz que pague esa maldita hija de perra.

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Un aire frío lo recibió cuando sus pies tocaron tierra firme de nuevo. El olor del bosque no era fresco como solía ser, había algo en el ambiente que lo cambiaba y Harry supo que se trataba de la oscuridad que había en él. El sol se estaba ocultando a sus espaldas y aprovechó para analizar el territorio a su alrededor, sin poder evitar que los recuerdos de aquella noche comenzaran a invadir su mente. A diferencia de esa ocasión, no había neblina que cubriera el lugar ni la enorme enredadera con espinas mortales que los había atacado y los pocos árboles que había se agitaban con fuerza por el viento, llenando el ambiente con el sonido de sus hojas. Se cubrió la cabeza con la capucha de la túnica de Neville para protegerse del clima y comenzó a avanzar. El sitio estaba sólo, al menos eso parecía en un primer vistazo y no quiso delatar su presencia en caso contrario, así que no empleó ningún encantamiento para comprobar que era el único ser ahí. Quitar los encantamientos de protección que había puesto el ministerio no le resultó difícil y cuando puso un pie dentro del área prohibida sintió lo mismo que las ocasiones anteriores. Oscuridad. Sabía que no habría un enfrentamiento inmediato, pero esa sensación le añadía inseguridad y aferró la varita con fuerza para sentirse protegido y acompañado.

Tal como le había advertido Ron, la bienvenida no era amistosa. Después de caminar por unos minutos, el ambiente comenzó a ser más frío, al punto que sus dedos se entumecieron alrededor de la varita y sentía que no podría abrirlos aunque quisiera. Dementores. Desde que esas criaturas habían sido liberadas de Azkaban, se ocultaban en sitios donde percibían oscuridad, y qué mejor lugar que la fuente de magia oscura más fuerte en mucho tiempo. El frío comenzó a entumecerle también las piernas y los brazos conforme se fue acercando. El grupo de dementores volaba sin rumbo entre los escasos árboles del lugar y levantó un poco la varita, a pesar de que sabía que resultaría inútil, pues aunque tuviera la varita más poderosa, él no tenía ni un mínimo asomo de felicidad en ese momento para poder enfrentarlos. Era el ser más miserable de la tierra y dudaba que alguna vez pudiera lograr realizar un patronus. Eso lo incitó a continuar sin vacilar, pasando entre los árboles hasta que estuvo dentro del círculo que formaban los dementores. Giraron en su dirección, percibiendo que algo de vida pasaba entre ellos y uno que otro se acercó a menos de un metro de él conforme seguía su camino sin voltear a verlos, apretando la mandíbula para evitar que los dientes le castañearan por la baja temperatura. Pero nada ocurrió. Percibían la miseria del hombre que pasaba entre ellos, no había felicidad que absorber, y un alma sin esa fortaleza que brinda la felicidad, no era valiosa. Qué tan rota debía estar un alma para ser despreciada por un dementor. Siguió su camino sin alterarse y sin pensar más allá lo que acababa de pasar pues debía concentrarse en lo que lo esperaba. Cuando la última criatura se alejó, su corazón comenzó a acelerarse conforme caminaba más, reconociendo los sitios que había recorrido con su equipo en febrero, el lugar donde Ethan había combatido por última vez, el sitio donde su hijo había sido torturado… El suelo a sus pies estaba erosionado y la marca que lo conducía se estaba perdiendo, pero sabía que estaba cerca. El cielo se oscureció por completo y las pocas estrellas no brillaban como solían hacerlo o eso le parecía, pero cuando finalmente llegó al centro, entorno careció de sentido. Todo estaba quemado, el suelo, las piedras y un pequeño árbol a su derecha, pero nada de eso le importó porque sus ojos se detuvieron metros más allá, justo donde… Apretó los puños y sus pies dejaron de responderle. Las imágenes llegaron a él sin piedad y los sonidos taladraban su cabeza. Ocurrirá un sacrificio hoy… o siete. ¡Mamá! ¡Mamá! ¡Harry, todo estará bien! ¡Es demasiado fuerte! ¡Tienes que dejarme ir!... ¡Los amo a los tres!... Que esto no cambie tu espíritu, Harry, recuerda siempre quién eres…

Un grito profundo lastimó su garganta sin que pudiera evitarlo y estampó los puños en el suelo. Estaba mareado y le faltaba el aire porque la presión que sentía en el pecho le impedía respirar, tal vez su cuerpo estaba cediendo finalmente y moriría en ese momento, justo en el mismo sitio que… Pero debía seguir. Se lo había prometido a James y ya había roto demasiadas promesas para además fallarle todavía a ellos. Se obligó a seguir respirando a pesar del dolor y logró enderezarse un poco, moviendo las manos sobre el suelo para encontrar un apoyo y poder levantarse. Entonces su mano izquierda chocó con algo y a pesar de su agitación logró enfocar la vista. Era una piedra pequeña con bordes irregulares que tenía unos símbolos grabados, a lo que Harry reconoció como una de las runas que reforzaban las barreras de protección que había puesto Azure. Su atención se enfocó de nuevo y apretando la mandíbula cerró los ojos. Se centró en lo que vendría y no en lo que dejaba atrás, no podía permitirse fallar. Tomó la runa en un puño y la apuntó con la varita. Casi sintió euforia cuando comprobó que no había tenido que decir el encantamiento en voz alta para que fuera efectivo y abrió la mano para descubrir que ahora eran cuatro las piedras idénticas con los mismos símbolos grabados. Acercó los labios a pocos centímetros de las piedras y susurró unas palabras por unos segundos, repitiendo algunas sólo para asegurarse. Si era verdad que a pesar de su estado físico su magia había vuelto, eso bastaría. Apuntó de nuevo las piedras con la varita, haciendo que levitaran a pocos centímetros de su palma para después dispersarse con rapidez en direcciones diferentes, formando un cuadrado alrededor y con un último movimiento de varita se perdieron de vista.

El frío había cedido un poco y el aire ya no luchaba por quitarle la capucha. Estaba de pie de nuevo y aunque su corazón no estaba del todo calmado, le permitía respirar y mantenerse firme. La oscuridad que había sentido al entrar se intensificaba en ese sitio y aunque no podía verla, sabía que esa vasija que el ministerio ni su equipo había logrado encontrar estaba ahí, en ese mismo sitio de aquella noche, sólo que no sabía cómo liberarla o destruirla. Metió las manos en los bolsillos del pantalón y sacó uno de los frasquitos de pociones que Hermione le había dado. El líquido ámbar se movía de un lado al otro del frasco, llamándolo para que la tomara, pero al cabo de unos segundos de verla desechó la idea y volvió a guardarla dentro del bolsillo junto con el resto de frasquitos. Entonces sin poder contenerse metió la mano en el bolsillo de la capa y rápidamente dio con la delgada cadena que Hermione le había entregado hacía unas horas. Una parte de él quería dejarla donde estaba porque sentía que se derrumbaría de nuevo si la veía, pero la otra parte, la más fuerte, no pudo contenerse y la sacó. El vuelco en su estómago acompañó a su acelerado corazón cuando observó la pequeña snitch que aleteaba con sus veloces alas doradas. Harry, recuerda siempre quién eres. Volvió a escuchar su voz como si estuviera detrás de él, susurrándole al oído. Sin pensarlo mucho porque tal vez se arrepentiría, enredó la cadena alrededor de su muñeca derecha y se permitió observar cómo la snitch aleteaba a su alrededor sin hacer ruido.

Se desconectó del tiempo y el espacio observando esa snitch y casi olvidaba el propósito de estar en ese sitio, justo en esa noche, hasta que un sonido a lo lejos lo hizo recordar. No apartó la vista de la snitch porque le causaba serenidad y no quería desconectarse de esa calma que había llegado repentinamente. El sonido se fue haciendo más fuerte hasta que se distinguieron los pasos a pocos metros de él. Finalmente, cuando sintió la presencia más cerca, se dispuso a hacerse notar.

- Comenzaba a pensar que no vendrías - dijo él sin moverse de su sitio y comprobó que estaba demasiado tranquilo.

- Harry Potter - la voz femenina era suave y calmada, muy contrastante a como era ella en realidad. Harry hizo un esfuerzo para levantar la vista de la snitch y enfocarla en la mujer frente a él - En cambio yo confiaba en que vinieras.

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Al fin ve la luz este capítulo. Gracias por sus reviews y su apoyo con este fic :) Obrigado! Significa mucho y les recuerdo que no lo voy a abandonar, ya tengo escrito el final y otros fragmentos que siguen, pero me faltan algunas secuencias. Y bueno, Harry y Azure de nuevo frente a frente así que me tomará un tiempo subir el siguiente capítulo porque la verdad me está costando muuuucho escribirlo (mi imaginación es hábil para el drama, pero la fantasía le cuesta).

Nos leemos en el siguiente capítulo :)