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Clank Clank Clank

El martilleo hacía eco en la mansión. El güero trabajador era observado por la diosa patrona en la reparación de su propia casa. Jasón sentía como su mirada le quemaba la nuca. Trabajaba sin descanso y al límite, porque si daba la mínima señal de parar...

Stomp

-¡¿Quién te dio permiso de descansar?! Mueve esas manos a menos que quieras perderlas. Todavía falta reparar el techo del ático.-djió enojada

Es increíble lo que se puede aprender cuando tu vida corre peligro, nunca pensó que aprendería a ser carpintero. Jason tenía una mente muy brillante que lo ha saco de apuros en más de una ocasión, aunque tenia la molesta costumbre de funcionar solo cuando estaba en peligro inminente. Ahora esa misma mente le decía que si no aplacaba a la diosa realmente perdería sus manos. En cualquier caso la mejor solución sería huir, sin embargo había algunas cosas que se lo impedían.

Primero que nada era su situación. El conocimiento que tiene del mundo es demasiado superficial, se puede hacer una idea general del mundo y tiene un poco de sentido común. Lo que explica el porque una DIOSA estaría viviendo entre las personas.

Dos, su propio cuerpo parecía haber perdido fuerza. No se siente como si fuera un espíritu heroico. Es más parecido al de un humano, pero tenía cierta molestia en la espalda que era anormal. Aún podía sentir su poder pero su cuerpo era humano y no podía acceder a el, era una sensación difícil de describir.

Y tercero...la identidad de la diosa en si.

Jason miro sutilmente a su patrona. A diferencia de anoche vestía una hermosa toga y estaba peinada perfectamente con una pequeña tirara de oro reposando en su cabeza. Se sentada con una pierna cruzada al igual que sus brazos y sus delicadas facciones estaban formadas en una expresión severa y exigente.

Desde la noche anterior que irrumpió en su casa Jason ha estado trabajando para reparar su casa con ella. Pero eso no se ha limitado a reparar solamente...

-Escucha me bien lacayo, una vez que termines de limpiar y rellenar el hueco del suelo con concreto vas a ir a la tienda a comprar las losas del suelo y la pintura. Además vas a limpiar el estudio y la entrada. Mañana puedes seguir con...-La diosa siguió listando más y más tareas que se tenían que hacer. Su hogar era enorme pero ella era la única que vivía aquí.

-¿Me estas escuchando? No te distraigas ¿Para que crees que te estoy pagando?-Dijo mandona y de mal humor.

-¡Oiga usted ni me paga!-Se quejó Jason del mal trato, pero una mirada y una expresión horrenda de su cara lo callaron de inmediato.-N-no dije nada-

-Más te vale, vas a seguir trabajando para mi hasta que pagues tu deuda. Se agradecido Jason de Yolco.

Jason se trago su ira e indignación, en cualquier otro caso explotaría y le reclamaría la injusticia. Pero las circunstancias no eran normales.

-Como usted diga lady Hera.-Jason ignoró el nudo en su garganta y respondió a regañadientes.

El no podía ir en contra de esta diosa, compartían una historía demasiado complicada para que simplemente ignorara la deuda que tenía con ella.

Y los agujeros de su casa no eran la única deuda que tenía que pagar.

...

-Es suficiente por hoy. Puedes ocupar el cuarto de la servidumbre para dormir.-Hera le dijo a Jason que colapso del cansancio.- Usa una toalla mojada para limpiarte, apestas.

-...-Jason se quedo sin fuerza para responder, incluso cuando quería responderle a Hera ya no tenía las fuerzas para mover la boca.-...tengo que llegar al cuarto...-Con las únicas fuerzas que le quedaban se arrastro por el suelo de la mansión, maldiciendo cada inmenso pasillo que cruzaba hasta llegar a su destino.

Finalmente lo encontró. Era un cuarto sencillo, con una cama individual, un escritorio con cajones, un closet, un espejo de cuerpo y una pequeña cubeta al lado de la puerta con una toalla dentro. También había una puerta que conectaba con un baño individual.

En silencio Jason lleno la cubeta con agua. Se desvistió, se sentó en la cama y mojo la toalla.

-¡Ay! esta fría...-Con ella limpio suavemente el sudor y la tierra que se le pegaron a lo largo del día. Cuando termino estiro un poco sus músculos cansados para evitar dolor en la mañana, justo como le había enseñado Chiron. Cuando termino se arropo y cerro los ojos para dormir y estar listo para trabajar el día siguiente, como un buen lacayo...

-¡NO! ¡¿Qué pasa conmigo, dormir temprano para ir a trabajar?! Ni en Grecia hacía eso. ¿Quien se cree Hera que soy? ¡Soy el más grande capitán de toda Grecia, el mejor navegante de todos y líder de los argonautas! No debería ni siquiera hacer esto, debería tener gente que me respete y atienda todas mis necesidades, no rebajarme a ser un simple asalariado.

Jason resurgió del cansancio y grito en la soledad de su habitación. Lamentablemente no había nadie para escuchar su gran declaración, o tal vez tenía un poco de suerte de que Hera no lo oyera.

-Habiendo dicho eso...la única opción que tengo es escabullirme ahora que lady Hera se fue a dormir.-Pensó en sus posibilidades, no era el más sigiloso pero seguramente podría burlar a una deidad dormida.-No es nada personal Hera pero no hay forma de que vuelva a trabajar para usted voluntariamente.-Pero antes que empezara a reunir sus cosas algo llamo su atención.

En el espejo de la habitación estaba su reflejo, su espalda desnuda mostraba unas extrañas marcas negras. Era como una escritura pero estaba desvanecido.-¿Qué es eso?- Se pregunto, recordó la sensación tuvo en su espalda cuando se manifestó.

-¿Con que esto es el falna? mmm.-Trato de canalizar su mana como si fuera un sirviente y la mancha en su espalda se volvió más clara, pero no se reveló por completo. Fue como si un elemento importante faltara, la bendición de un dios a su familia.

Jason se relajo y la mancha desapareció.-No es como si tuviera la intensión de anclarme a un dios ahora mismo. Uhg, solo de pensarlo me da escalofríos.-Con ese pensamiento reunió sus cosas, sus ropas y su espada. Lo único con lo que había llegado.

-Bien hora de irnos. Ya veré que hacer una vez en la ciudad, pero lo primero es huir de la deuda.

Con eso dicho, Jason salió del cuarto que le prestaron y camino por los pasillos de la mansión.

La casa era un edificio enorme, para el infortunio de Jason que tuvo que hacer tareas por todos lados. Pero no estaba tan ricamente decorada como hubiera esperado. En Grecia, Hera era conocida como la diosa del matrimonio, el cielo, las estrellas y la reina de los dioses por lo que siempre estaba rodeada de lujos. Para que su contraparte viva en un lugar así es casi modesto, por raro que suene.

Otra cosa que observo en el día es que parecía que la casa tenía demasiadas habitaciones, como si fuera el recinto de un gran grupo. Jason recordó que los dioses forman familias pero ¿dónde estaba la de ella?

El siguió caminando tratando de hacer el menor ruido posible hasta que llego al pasillo que conectaba con las escaleras de la entrada principal, pero antes de llegar a ellas estaba una habitación abierta de la cual se podía ver la luz de una chimenea.

Jason trató de ignorarlo, la curiosidad no lo iba a sacar de ese lugar pero cuando paso al lado de la puerta distinguió la silueta de Hera. Estaba sentada en medio del cuarto, rodeada de enormes estanterías, escritorios y viejos papeles. Parecía que era la oficina de la diosa.

-¿Qué haces despierto, acaso tenías tantas ganas de seguir trabajando que no podías dormir?-Le dijo Hera por encima del hombro, con un tono más tranquilo. Parecía que su humor se había calmando, tenía una expresión de melancolía en su rostro.-Ya que estas aquí seme útil y preparame una tasa de té.

El cuerpo de Jason se congeló donde estaba. Que gran vergüenza que su plan de escape haya sido arruinado antes de comenzar.-Por supuesto lady Hera.-dijo con una sonrisa que no ocultaba del todo su frustración.-¿Qué hace despierta a estas horas? No puede ser bueno para la piel pasar las noches trabajando.-

Hera no le dedico la mirada, ni siquiera le contesto. Tenía un viejo libro en sus manos que Jason no alcanzaba a ver que decía. Viendo que fue ignorado Jason trago un grito de indignación pero aún así se puso a preparar té mientras pensaba cosas como: "diosas ingratas" o "ya no hay respeto a los héroes".

Estando en la oficina de la diosa Jason pudo darle un mejor vistazo. Este cuarto estaba mucho más decorado que el resto de la mansión. Había cuadros y pinturas de eventos y personas que él no reconocía y las estanterías estaban llenos de libros similares a los que estaba ojeando la diosa.

Discretamente se acerco a verlos. En el lomo de uno de ellos se podía leer el título: "Registros de la Gran Familia Hera, año XX". Jason ojeó los demás libros, tenían temas similares y llenaban las repisas.

-Oh, así que esta Hera sí formo una familia.

-¿Y eso a ti que te importa chismoso?-dijo la diosa, que estaba observando a Jason fijamente con una expresión ilegible.

- ...No nada, tenía simple curiosidad. Se que los dioses forman familias con las personas de este mundo pero nunca había escuchado de la Familia Hera.-Jason hablo medio distraído .-No es que dude de su capacidad pero digamos que no soy de por aquí.-

-Eso ya lo sabía, ningún otro idiota hubiera irrumpido en la vieja casa de mi familia a la ligera.-Le dijo Hera con un poco de humor en su tono.-Es la primera vez que pasa algo así, la gente de esta ciudad no me tiene mucho amor pero son los suficientemente listos como para saber con quien meterse.-

-Vaya al menos eres consciente de eso, yo pensé que tu ego era tan grande como para reconocer a la gente a tu alrededor.-Jason pensó en cuando salieron a la ciudad durante el día. No sabía que pensar cuando la gente del lugar le daba miradas sucias a una deidad cundo creían que nadie miraba. Eso en Grecia ameritaba una plaga para imponer respeto.

Jason sintió un escalofrío al recordar eso. Grecia realmente era un lugar duro para vivir. Pero luego se tapo la boca al darse cuenta que había pensado en voz alta.

A Hera no le hizo gracia el comentario del hombre.-Los humanos son unos ingratos, olvidan rápido las bendiciones y traicionan a la primera oportunidad.-Dijo Hera con desdén mientras miraba hacía la chimenea, viendo algo más allá de la leña ardiente.-Esta es la ciudad que vio nacer a mi familiar. En esos tiempos no era más que un pueblucho más. Es gracias a mi patrocinio que los abuelos de los ancianos lograron construir una ciudad respetable.

Hera entonces empezó a hablarle a Jason como eran las cosas al inicio. No estaba segura del porque, tal vez era por el tiempo que había pasado sin ninguna compañía o el hecho de que el hombre le daba una sensación familiar.

Jason escuchó con atención el relato de Hera, los inicios de su familia. El como descendió de los cielos junto con Zeus con la misión de ayudar a los mortales con los peligros del mundo. El propósito que compartían con el resto de los panteones.

Se sentó junto a ella. Aunque nunca conoció a la Hera de Grecia en vida, ella era su diosa patrona así que lo menos que podía hacer era escucharla.

-Oh, así que incluso una diosa tan enojona puede poner una expresión asi.-Comento Jason sobre la cara que tenía Hera cuando hablaba de sus primeras hijas.-Pero por favor para, es extraño. Es como ver a una leona tratar de imitar a un gatito. Simplemente esta mal...¡Auch no mi cachete, era broma, era broma!-Jason se sobo su cachete, rojo por el maltrato.

-Otro comentario así te costara la comida de mañana.-Hera le dio una última mirada de advertencia, antes de cerrar su libro y pararse.-Es suficiente melancolía por una noche, vete a dormir. Yo también necesito mi sueño, si me salen arrugas por esto tendría que sacarte los ojos.-dijo la diosa mientras salía de la habitación.

-Porque te preocupa tanto si ya estas vie..-

SMACK

-...bueno supongo que eso me lo gané.-dijo Jason luego de quitarse el libro que le lanzaron a la cara, el mismo libro que estaba leyendo Hera.-¿Conque una familia eh? Este mundo si que es sorprendente para hacer que una diosa tan testaruda tenga tantas expresiones en su cara.-

El libro estaba lleno de notas, información personal de los miembros escrita a mano. Tenía fotos de cada una, fotos de grupo, celebraciones...y despedidas. Jason cerro el libro y lo colocó en una estantería. Viendo que este solo era un libro entre decenas...le daba una nueva perspectiva a la habitación.

Repentinamente pensó en los argonautas, nuevos y viejos, y un poco en la gente de Chaldea.

-Tch, yo no soy tan emocional.-dijo y salió del cuarto. Ya no alcanzaba a escuchar los pasos de la diosa y los pasillos oscuros y callados eran lo único que le hacían compañía.

-...Mejor me voy en otro momento, con lo vieja que es la caza bajar por las escaleras sonaría por todos lados. Además tener un lugar donde dormir no es tan malo. Podría ser peor, solo tengo que hacerle un poco de compañía a una vieja diosa. No es tan malo.

Con eso el capitán se fue a su cuarto a descansar su cuerpo y soñar un rato. Es la manera más eficiente de quitar la fatiga cuando tienes un cuerpo humano.

Se dirigió a su cuarto sin saber que Hera lo observaba oculta en una esquina. Tenía una expresión ilegible cuando regresaba a su cuarto en silencio.

...

En los días que siguieron Jason y Hera desarrollaron un extraño habito y ninguno de los dos podía explicar como paso.

Durante el día Jason fungía como el chambelán de la diosa, aunque muchas de sus tareas se relacionaban con el mantenimiento de la mansión. Curiosamente era la misma deidad que se encargaba de las comidas.

-¿Esto lo preparaste tu? ¿Estas segura que es comestible?

-Cállate y come. Llevo cuidándome sola desde hace años, si tienes algún problema no comas.-Hera le decía mientras ponía la mesa en la cocina recién limpiada por el capitán. Sin embargo le dio una mirada que se burlaba de su sufrimiento.-Aunque todavía tienes muchas tareas de las que encargarte para permitirte no comer.-

-Si tan bien te cuidabas ¿por qué la casa estaba tan sucia?-

Su comentario le gano un cucharón en la cara.

A su vez mientras Jason trabajaba en las reparaciones Hera se quedaba supervisando. Se sentaba en una silla y leía cualquier libro que llamara su atención. A veces incluso le preguntaba cosas a Jason para pasar el tiempo.

-Fujajaja hubieras visto lo que podía hacer Hercules, no había ninguna ola ni obstáculo que no pudiera superar.-Presumía mientras trabajaba con algunas herramientas.-Fue una de las mejores épocas de los Argonautas, aunque claro no hubieran llegado a ningún lado si no fuera por su gran capitán.-

En momentos en los que Jason mencionaba a Heracles Hera siempre tenía un tic en el ojo, podría ser por algún misterioso rencor que no recuerde o lo molesto que se ponía Jason cuando hablaba de él.

-¿Oh y quien era ese valeroso capitán? Que según dices que comando a los héroes más valerosos de tu país en una aventura épica, que yo jamás eh oido de él.-Pregunto la diosa con desinterés.

-¡Ja! pues abre bien los ojos diosa floja, lo tienes en frente. Ya es hora de que me trates con el respeto que me merezco. ¡En efecto, yo soy Jason capitán del Argo y líder de los Argon-!

-Te robaste el nombre-Hera le corto la inspiración súbitamente. Ella seguía tranquilamente disfrutando su tiempo libre.-El Argonauta fue un joven que vivió en la época de los espíritus, de hecho hay un cuento muy famoso sobre él. Zeus estaba más interesado en los humanos de esos tiempos pero creo tener un libro guardado por ahí.-

De repente Jason se quedo en silencio mientras Hera lo miraba.-...¿dices que se llamaba Argonauta?...-

-Si y no deberías robarte los logros de alguien más ¿Sabes? los dioses podemos discernir las mentiras de los mortales. Aunque tus cuentos eran entretenidos, me interesa más que trabajes más duro ¿ok?-

-...-Jason se quedo quieto y temblaba de indignación ¿robar el nombre, inventar cuentos? ¡Estaba hablando de su vida! Tomo aire para calmar el coraje que le provocaba escuchar la acusación antes de volver a hablar.-Si puedes saber si digo la verdad sobre mis aventuras entonces sabes que no estoy mintiendo ¿no?-

Hera le dedico una mirada de confusión-Eso es cierto... me hace creer que te golpeaste muy fuerte la cabeza al caer en mi casa.-

Jason siguió trabajando ese día mientras rechinaba sus dientes.

Y al finalizar el día Jason se encontraba con Hera en su estudio. Ella repasaba las memorias que formo con su familia y como era la vida en Orario.

Una noche en particular, después de que la mayoría de las reparaciones estuvieran terminadas y Hera hubiera relatado sus anécdotas ese día se tocó un tema en particular...

-¿Orario eh? Suena como un lugar interesante para ir.

-Solo para los tontos y los necios.-Dijo Hera con desprecio.-Al menos que busques hacerte rico o morir en la mazmorra existen mejores lugares para vivir.

-Que curioso, pensé que las mejores memorias con tu familia fueron ahí.-La interrumpíos Jason antes de que la diosa pudiera cambiar el tema.-Hay algo más que no me contaste ¿Porque vives sola en este lugar Diosa Hera?-

-¡!-

La atmósfera relajada que tenía la velada se evaporó en un instante. El cuerpo de Hera se tensó, su mirada se desenfoco y se quedo muda por un nudo en la garganta. Su vista ya no estaba en el cuarto, pero como si fuera una pesadilla ella rápidamente volvió en sí. Su orgullo no le permitió permanecer callada y convirtió el miedo que sentía en ira.

Una ira que solo la diosa sabia de donde se originó pero que dirigió a Jason por reflejo. Su expresión mostraba el sentimiento que albergaba en su corazón pero que ella misma no reconocía. Hera estaba furiosa y se notaba en su casa pero Jason reconoció que no era con el con quien en realidad estaba resentida.

-Mira, de acuerdo fue mi error. No sabia que estaba tocando un tema sensible. Pero es que no tiene sentido.-Le dijo Jason, lo que hizo que la diosa lo escuchara con atención.-Se nota que amabas a tu familia y al resto de mortales con quien estabas. Y no trates de negarlo porque me hablaste de ellos tanto que me aburria.-

Hera pudo sentir como se le marco una vena en la frente.

-Pero yo solo quiero saber que paso.-Jason se encogió de hombros casualmente.-Es lo justo, yo ya te conté un poco de mi historia ¿no?-

Hera lo miro por un momento y luego respiro hondo.-Sigo pensando que te golpeaste la cabeza.-

Ahora era Jason el que tenía la vena marcada.

Hera se paro y busco un libro en particular entre sus estantes. Cuando lo encontró le señalo al capitán que se acercara y lo extendió en su escritorio.

-Ya te explique que Orario es una ciudad donde florecen las familias de aventureros, los grandes poderes que estaban en la cima éramos yo, por supuesto, y le tonto de mi esposo: Zeus.-Señalo los emblemas de las familias que estaban dibujados en las paginas del libro.-Pero no éramos los únicos que teníamos poder en la ciudad.-

Cambió la pagina y aparecieron los emblemas de una valquiria y un bufón.

-Había dos diosas en particular que siempre estaban detrás de nosotros. Unas engreídas que no llegaban ni a nuestros talones.-Se burlo Hera pero luego parecía que había comido algo rancio.-No había manera de que nos alcanzaran...al menos hasta ese día.-

La diosa se tomo un momento al recordad otra vez. Jason habló para que pudieran continuar, había algo que tenía que confirmar.

-¿Tiene algo que ver con las grandes misiones?-Jason más o menos sabía a que paso. Las pistas estaban por todo el lugar. La información que le dio el grial y las mismas experiencias que compartió Hera con el. Pero era difícil de aceptar que los más fuertes de este mundo fueran eliminados en una sola batalla.

Al menos que fuera algo que estuviera en un nivel completamente diferente.

Algo a lo que Jason tendría que enfrentarse también...sin la ayuda de Hercules. Pero no hay forma de que fuera posible, por que si lo fuera Jason se haría bolita y empezaría a-

-Si-Oficialmente Jason quería llorar, la misión se volvía cada vez más imposible de completar-Fue ese...¡estúpido dragón que acabo con todos ellos! Si no hubiera sido por el...-Lagrimas de impotencia se mostraron el rostro de la Diosa.-Si hubiéramos hechos las cosas diferente...tal vez no tendría que soportar el maldito silencio.

Bajo el yugo de la noche, en el estudio de la vieja mansión, Jason por fin pudo ver el peso que cargaba la diosa en sus hombros. A pesar de su actitud arrogante y soberbia esta era la diosa que vivió de la mano con los mortales por cientos de años. Crío a sus hijas para verlas triunfar y batallar en la vida.

Y ahora lo único con lo que se quedó fue con el peso de las miles de vidas perdidas de su propia vida, un salón lleno de memorias agridulces y una casa vacía.

Jason sintió ira, frustración y una profunda tristeza. La cara de la diosa era similar a la de un fracasado que no pudo cumplir su sueño incluso después de sacrificarlo todo...y que murió como un cobarde debido al mismo barco que cargó el sueño de tantos otros.

-Aah ah, de verdad me molesta cuando las mujeres lloran. Se ponen arrugadas y se ven horribles con el maquillaje arruinado.-Jason le dio la espalda a la diosa y camino hasta estar en frente de las librerías.-De verdad ¿qué clase de ejemplo les diste a tus chicas? Debió ser horrible tener a una diosa tan problemática.-

-¡Imbécil no sabes nada de lo que he pasado! ¿Sabes cuanta gente perdí, todo lo que sacrifique para que al final me dieran la espalda a mi y a mis hijas?-Hera golpeo la mesa, de la ira libero un poco de su divinidad por la cólera, su tristeza e ira.-¡Esos buenos para nada están viviendo sus vidas ignorando la realidad! ¡¿Tu te atreves a hablar sin saber canalla?!-

-¡Si me atrevo!-gritó Jason plantándole cara a la diosa-No me importa lo que pasó antes, las personas no pueden vivir en el pasado. Pero si algo sé es que la mismísima reina del cielo no vive derrotada encerrada en su cólera.-señalo con su dedo su corazón y declaro.-así que quita esas lagrimas de tu rostro. Ya no tienes razón para llorar ¡ya que yo me encargaré de que el dragón negro muera!

Su grito hizo eco en la mansión, en las altas horas de la noche lo único que se escuchaba era el eco de la leña quemándose y de la creciente risa de una diosa.

-¡Jajaja! ¿y cómo planeas planeas hacer eso?-dijo Hera mientras se reía, se limpio las lagrimas que tenía con la mano discretamente y le dio la espalda a Jasón para que no viera su rostro.-No existe nada en este mundo que pueda hacerle frente al Dragón negro. Ninguna familia ni mortal en el mundo que le pueda hacer frente.-

Hera respiro hondo y cerro los ojos, con las espaldas hacia Jason no permitía que viera la expresión que tenía en la cara, su orgullo no permitiría que alguien la viera tan derrotada. No es que ya importara...pero es que ya a perdido mucho.

Su poder, su hogar, a su familia. Lo único que tiene es el poco orgullo que le queda y la casa que sus hijas querían tanto.

Pero ya no tenía sentido continuar viviendo con los mortales. Eventualmente el Dragón negro despertaría otra vez y destruiría sin piedad lo que ella construyera de nuevo. Pero sería la última vez, ya no había ningún Albert Waldstein ni otra familia que pudiera detenerlo.

Este mundo ya no tenía esperan-

-¡Entonces tendré que encontrar a los héroes que puedan!-

La declaración de Jason fue como un rayo que irrumpió los pensamientos de Hera. La dejó en shock y como si no pudiera creer sus oídos volteo solo para ver por fin a Jason. Ojos llenos de determinación y una voluntad que no estaba antes. No tenía sentido, el mismo hombre que era un patán y una sabandija tenía una expresión que reflejaba el deseo de su corazón.

-Viajaré a Orario, formaré a la familia más fuerte que el mundo haya visto y terminaré la última de las grandes misiones. ¿Tienes alguna queja Diosa Hera?

-¿Solo tenemos que volvernos heroínas no? ¡Pan comido, míranos lady Hera vamos a comernos el mundo!-Esas fueron las palabras de una niña tonta que hablaba de más, pero que al final fue una de las mujeres más valientes que Hera allá tenido el honor de conocer: su primera hija...

El recordarla despertó una vieja herida en su corazón y el dolor incremento cuando recordó el día en el que todas sus hijas murieron. Al final hay un punto cuando ni el corazón de una diosa puede soportar perder a más gente.

-Los héroes no existen y cualquiera que diga que desea ser uno es un tonto insensato que no durará tres días.-Dijo la diosa con finalidad, matando la conversación con Jason.-Ya es suficiente, no quiero volver a ver tu cara. Termina mañana y lárgate de mi casa, si valoras tus fantasías sobre tu vida es asunto tuyo.

Con su parte dicha Hera se marcho sin mirar atrás dejando a Jason solo otra vez.

Sin decir una palabra se marcho a su cuarto y se recostó pero el sueño no llegaba. Se quedo acostado, reflexionando sobre Hera, el mundo y el Dragón negro. Era demasiado irritante recordar las palabras de la diosa. Era obvio para el que era lo que estaba pensando en verdad, era fácil simpatizar con alguien similar.

-Deja de subestimarme Diosa necia. Ya lo veras, no es la primer misión imposible que completo. Yo también soy un héroe maldición...-

A pesar de las palabras e insultos que intercambiaron esa noche ambos, Jason y Hera, obtuvieron algo del tiempo que pasaron juntos. Jason obtuvo una razón por la que esforzarse más y Hera...

Bueno, solo ella lo sabe.

...

Al día siguiente Jason se despertó igual que la última semana. Se lavo y en el comedor encontró algo de comida servida pero no a la diosa. Comió rápido y empezó a trabajar en las últimas reparaciones que necesitaba la mansión.

En ningún momento del día volvió a ver a Hera y el único ruido que resonaba en la casa era el del trabajo de Jason.

Termino más pronto que tarde, apenas había pasado el mediodía y aún podía alcanzar a algún viajero para empezar su viaje a la ciudad. Antes de irse aprecio su trabajo, no todos los días tenía la oportunidad de sentirse orgulloso de algo y aunque fue muy molesto se dio una palabrita en la espalda. Rápidamente reunió sus cosas y se preparo para irse.

-No esta por ningún lado...bueno no esperaba que tuviera la cortesía para despedirse. Que siga escondida, no me importa. ¿mmm..qué es eso?-Al lado de la puerta en la entrada principal había un bolso de viaje grande, dentro tenía una muda de ropa, comida, agua, una bolsa de valis (el dinero local) y un pequeño paquete con una nota.

-Considera esto un pago por trabajar para mi, se agradecido y no lo desperdicies. Usa el dinero para el viaje y para empezar en Orario, hay muchos tontos a los que se les acaba el dinero en dos semanas. Además necesito que entregues algo por mi, al parecer hay un niño en la ciudad que esta relacionado con dos de mis hijas más problemáticas. Encuéntralo, dale el paquete y cuida de él. Quien sabe que tanto le metió en la cabeza el tonto de Zeus. Pd: Espero que tu grupito de héroes no me decepcione.

-...

-...ja...jaja...¡Jajaja! Qué pasa con esta carta ¿así que si puedes decir gracias de vez en cuando eh? Que linda ¡jajaja!.-Se colgó la bolsa en la espalda y aseguró la bolsa de dinero en su cadera, al lado de su espada.-No te preocupes lady Hera, antes de que te des cuenta todo el mundo habrá escuchado de los argonautas, lo prometo.

Con eso el Saber, el capitán emprendió su viaje al centro del mundo.

Mientras tanto una diosa lo veía irse desde su ventana.

-Tonto, espero que sepa en lo que se esta metiendo. Una promesa a un dios es algo muy serio y yo nunca olvido.-Hera dio una pequeña sonrisa.-No me subestimes mortal, yo soy la maldita Hera y tal vez va siendo hora de que le recuerde eso al mundo.-

Con eso la diosa inició su propio viaje.

¡CRASH!

Pero al parecer las reparaciones a medias de Jason no pudieron responder a la determinación de ambos.

-...

-¡Maldito seas Jason!

Capitulo 2: Fin