Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de M. Kishimoto.

Advertencia:+18


CAPITULO 7

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- ¡Eres una maldita zorra! – la bofetada fue tan fuerte que cayó de bruces al suelo - ¡No puedo creer que nos hayas traicionado! ¡A mí que soy tu propio padre! ¡A tu nación! ¡A tu prometido! – la chica se colocó una mano en la zona afectada y giró su rostro para observar el rostro colérico del Rey – ¡¿Y todo para qué!? ¡¿Por un maldito demonio?! ¡Eres sólo una estúpida y él un maldito bastardo! ¡No volverás a verlo, me escuchaste! – el Rey la tomó de los brazos, sujetándolos fuertemente, no se percató que le estaba enterrando las uñas en su blanca piel - ¡No volverás a burlarte de mí! ¡Ese bastardo me las pagara! – gritó sin bajar el tono de rabia

- ¡No permitiré que lo lastimes! – gritó en respuesta

La princesa Yua recibió una patada en el estómago. Escupió saliva y se dobló en dos por el dolor.

- ¡Cállate! – la miró con repugnancia – Una princesa que se revolcó con uno de esos monstruos no merece nada de tacto. A partir de hoy, dejas de ser mi hija – Yua sintió su corazón romperse

- Padre, yo…

- ¡He dicho que te calles! – gritó nuevamente perdido en su locura - ¡Una cualquiera no merece el gran honor de ser una princesa! – Yua retrocedió un poco, aun estando el suelo - ¡Mataré a ese bastardo! ¡Le cortaré las entrañas y haré que se las coma!

- ¡No padre por favor! – Yua se tiró a los pies del Rey - ¡No le hagas daño!

Esa acción sólo incrementó el odio de su padre.

- ¡Eres una maldita bastarda! ¿¡Te humillas por él!? – el Rey estaba fuera de sí - ¡Te demostraré que tan insignificante eres!

Los gritos de dolor y suplica inundaron esa ala del palacio. El Rey le estaba propinando una buena paliza a la princesa. Los guardias del exterior se retiraron en silencio, aunque era una traidora, la princesa Yua siempre los trató con amabilidad y respeto, no estaban disfrutando de las acciones del Rey.

Yui se quedó a unos metros de la puerta. Silenciaba sus sollozos con su manga, le partía el alma escuchar semejantes gritos. Lentamente, se deslizó por la pared, hasta tocar el suelo. Rezaba internamente para que el Rey no la matase.

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Rokuro alzó la mirada, veía el horizonte. Se encontraba en una misión con otros demonios, pero en medio de su ruta, una extraña sensación le recorrió el cuerpo. Tenía un mal presentimiento.

- Rokuro, vamos – gruño un demonio del grupo

Los demás ya estaban avanzando. – Voy – contestó

El otro demonio se le quedó mirando, últimamente Rokuro se portaba extraño, todos lo habían notado, pero la verdad no les importaba demasiado para indagar, aunque está ocasión era diferente, pues tenía una misión y no permitiría que las estupideces de Rokuro la arruinaran.

En respuesta, el demonio gruñó. – No te tardes – siguió el camino

Rokuro seguía observando la lejanía. Algo no estaba bien, podía sentirlo, pero no lograba percibir que era. De pronto, la escuchó.

- ¡Rokuro!

Abrió desmesuradamente los ojos. Era Yua.

El otro demonio escuchó el crujir de las hojas, por lo que miró a sus espaldas.

- ¡Rokuro! – gritó colérico

Rokuro se alejaba en dirección contraria a gran velocidad. – Ese bastardo – dijo con odio, activando los ojos

Rokuro lo sentía. Yua estaba en peligro. Su mandíbula se tensó, la sangre acudió a sus ojos. Nadie tocaría a su amada.

De pronto, una fuerte explosión lo mandó a volar, pero gracias a sus desarrollados reflejos, logró aterrizar sin un rasguño.

- ¿Dejarás todo por esa insignificante humana? – preguntó el autor de la explosión

- Quítate de mi camino – exigió Rokuro comenzando a molestarse

- Es increíble que sucumbieras a esos sentimientos que tanta risa nos causan, ototo

- Hablo enserio Itachi, quítate de mi camino – las venas de Rokuro se comenzaban a notar, sus colmillos crecieron y su ira también

- ¿O qué? – preguntó divertido

- ¡AHH! – gritó y se abalanzó en contra de su hermano

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Yui se levantó en cuanto la puerta se abrió. Agachó la mirada y se inclinó en señal de respeto, de todas formas, no quería ver el rostro del Rey, el camino de sangre que dejaba ya le decía bastante.

Comenzó a avanzar en cuanto unos guardias acudían al llamado del Rey.

- No quiero que la ayudes Yui – sentenció el Rey sin siquiera molestarse en verla

- Pero Señor…

- ¡Dije que no! – exclamó fuertemente

Yui respingó un poco. – Nadie la puede ayudar ahora, ella ya no es más una princesa, esa es una paria y será tratada como tal. Yui se mordió los labios. – Pero Señor… - trató de razonar

- ¡Cállate! ¡O también ordenaré que te expulsen junto con esa zorra! – siseó con el más absoluto odio. Yui ya no respondió. – Ahora ve con los otros sirvientes y ayúdales. Esta misma noche, exterminaremos a todos esos bastardos – el Rey avanzó hacia su camino de venganza

Yui quedó en su lugar, cristalinas lágrimas se deslizaban por sus mejillas. No podía ayudar a su señorita. – Vamos – un guardia la jaló hacia el pasillo

- Perdón señorita – dijo alejándose de su ama

Dentro de la habitación, en medio de un charco de sangre, se hallaba un cuerpo. Un cuerpo magullado por los golpes recibidos. La princesa Yua se encontraba en el suelo, sin fuerzas para mover siquiera un musculo. El atardecer comenzaba a pintar el cielo. Sus ojos esmeraldas, lo observaban detenidamente.

- Rokuro – murmuró antes de que la obscuridad viniera hacia ella

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Rokuro se detuvo abruptamente. Su energía había desaparecido. El sufrimiento acudió a él.

Itachi sonrió con satisfacción. – Parece ser que tu pequeña princesa ya se nos adelantó al infierno – rio con ganas

Rokuro intensifico la mirada de odio. – ¡Cállate! – el dolor lo estaba consumiendo.

La energía de Yua había desaparecido. No, ella no podía estar muerta, no podía.

- Oh vamos ototo, es divertido – Itachi comenzó a caminar lentamente, Rokuro lo seguía con la mirada – Escucha, la historia de dos enamorados condenados a muerte, ¿no te suena genial? – Itachi comenzó a reír

- Ella no está muerta

- ¿Tú crees? Creo que sucumbir a ese sentimiento banal te hizo olvidar lo efímera que es la vida humana ototo, ellos no duran demasiado. Son insignificantes en todos los sentidos, es por eso que, ¡no comprendo cómo es que quieres sacrificarlo todo por esa estúpida humana! – gritó finalmente

Itachi había activado los ojos.

- ¡Nos traicionaste! ¡Y por una simple humana! – por cada grito, la transformación de Itachi se aceleraba – Pero escúchame bien Rokuro, ¡No dejare que eches a perder todos nuestros planes! ¡Te prefiero ver muerto antes de verte con alguien tan patético como un humano! – los dientes de Itachi ya estaban bastante grandes y filosos

Su gruñido era imponente.

- Hmp – Rokuro sonrió de lado – El que matará primero… - Itachi observó cómo los ojos de Rokuro se activaban en la última fase - … seré yo

Y en un segundo, se desató el infierno. Dos demonios peleándose. Dos hermanos luchando a muerte.

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Las tropas estaban listas. Con una señal, el Rey dio ordenes de avanzar, miles de jinetes iban detrás suyo. Miles de soldados se dirigían a la guerra. Miles de hombres iban a una muerte segura.

El sonido de los cascos de caballo aun se escuchaba a cierta distancia. Los pocos sirvientes que se quedaron, observaban con angustia como los batallones se alejaban.

Yui se escapó del tumulto y fue rápidamente a los aposentos de la princesa. Una exclamación de horror salió de sus labios, rápidamente las lágrimas resbalaron por sus mejillas y en un segundo, se hallaba a un lado de la princesa, sosteniéndola entre sus brazos. Su ropa se comenzó a manchar de sangre rápidamente.

- ¡Princesa! – Yui trataba de acallar sus sollozos, pero le era imposible, la princesa se encontraba en un estado tan devastador, peor que si hubiera estado en las mazmorras - ¡Por favor resista! – gritaba desesperada tratando de tapar las hemorragias con sus trapos – ¡Princesa resista! ¡Ayuda! – pedía auxilio - ¡Por favor!

Sólo era cuestión de tiempo.

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El demonio se encontraba arrodillado ante él. - ¿Estás seguro? – preguntó en tono neutro

- Sí mi señor – respondió el demonio inferior, tenía la cabeza agachada – Nuestro informante asegura que el Rey humano se acerca a nosotros con miles de tropas a sus espaladas

Madara sonrió. – Entonces – se levantó pasando al lado del sirviente – tenemos que recibirlos – pronunció mirando por la ventana de la gran fortaleza en donde se encontraba.

Fortaleza digna del Rey de los Demonios.

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- Sasuke… - dijo Naruto

- Lo sé – respondió el azabache, mirando atentamente a su alrededor

El ambiente se había tornado pesado. Naruto observaba cada rincón del lugar. La calma era extrema y eso no era buen presagio.

Sasuke activó los ojos. No detectó nada. Solamente estaban ellos en lo más recóndito del bosque. Sasuke sabía donde estaban, en sus tierras.

De pronto, las presencias se intensificaron. - ¡Sasuke! – gritó Naruto dando vuelta a su caballo, pero apenas hizo eso, tanto él como Sasuke se dieron cuenta que estaban completamente rodeados. – Maldición – murmuró Naruto

- Pero miren, ¿a quién tenemos aquí? – se escuchó la voz divertida de alguien

- Es el miserable y su zorro fiel – dijo otro aterrizando a unos metros de ellos

Naruto frunció el ceño.

- ¿En dónde está? – demandó saber Sasuke

Se colocó imponente al frente de sus tropas. Se mostraba serio, pero la realidad es que estaba colérico.

- ¿No saludaras Sasuke? O acaso, ¿en esta vida ya no nos recuerdas? – y las burlas comenzaron

- No tengo tiempo para estupideces, ¡¿en dónde está?! – preguntó perdiendo la poca paciencia que tenía

- Él no está aquí – dijo alguien a sus espaladas

En un ágil movimiento, Sasuke saltó de su caballo y se colocó en posición de ataque, sacando su afilada katana. Naruto se colocó junto a él.

- Oh no hace falta tanta agresividad querido Sasuke – le comentó otro divertido – Tenemos ordenes de no matarte, por el momento – una sonrisa sádica apareció en su rostro – así que, no te preocupes.

- Él te está esperando – dijo el demonio más serio de todos

Naruto no pudo ocultar su sorpresa ante esa información. - ¿Madara? – le preguntó a Sasuke

- ¿Por qué? – preguntó el azabache sin perder su posición de ataque

El demonio no contestó, pero seguía manteniendo la mirada sobre Sasuke. – Eso es algo que no me importa – dijo finalmente – pero tal vez tenga algo que ver con esa zorra

Sasuke apretó los dientes. Ese comentario lo había enfurecido más.

- No permitiré que…

- Oh tranquilo Sasuke – le interrumpió – No hay porque alarmarse, está en buenas manos – esto último encendió las alarmas de ambos jóvenes

- ¿Qué quieres decir? – esta vez, Naruto fue quien preguntó

Todos los demonios ahí presentes comenzaron a soltar carcajadas.

- Querido Sasuke, ¿no lo sabías? – pronunció el más divertido de todos – Tu querido hermano le está haciendo compañía en estos momentos

La desesperación acudió a Sasuke. – No – dijo en un susurro

No pudieron escapar, puesto que seis demonios se abalanzaron contra ellos.

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Respirar era difícil, su pecho sangraba, sus heridas eran graves, pero tenía que seguir. Yua lo estaba esperando.

Miró hacia su derecha, el cuerpo inerte de su hermano yacía en el suelo.

Su pecho dolía y no físicamente, pero, ¿Qué más podía hacer? Él no lo habría dejado marcharse.

Entonces sucedió algo que jamás se había registrado en la historia. Una solitaria lágrima resbaló por su ensangrentada mejilla. Había perdido a su hermano.

Se levantó sintiendo el tronar de sus costillas y demás huesos, pero no le importo, tenía que llegar a ella.

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- Yui – susurró apenas, pero como todo estaba en absoluto silencio, fue capaz de escucharla

- Si princesa, aquí estoy – le respondió al tiempo que se hincaba a su lado y le tomaba la mano

Yui aguantó las lágrimas, pues la mano que había tomado entre las suyas estaba más fría que la nieve que caía en el jardín.

- No la dejaré – dijo con convicción

Una diminuta sonrisa se dibujó en el rostro mallugado de la princesa. – Gracias – le dijo – Pero necesito de tu ayuda

El pánico acudió al rostro de Yui. – No debe moverse, el médico recomendó absoluto reposo. Si quiere cuando esté mejor daremos un paseo por el jardín, ¿Qué le parece? – trataba de que su voz no se le quebrara con cada palabra que salía de su boca

- No – volvió a susurrar la princesa – Tengo que… verlo – dijo entrecortadamente – P-Por favor, Yui… - Yua tosió un poco - … tengo que verlo

Yui observó con gran admiración el rostro de la princesa. No eran sus golpes y heridas lo que la sorprendía, sino la mirada de amor oculta bajo una sombra de desesperanza.

En ese momento, Yui lo supo y entonces, no puedo evitar que más lágrimas cayeran al suelo.

- Está bien – accedió entre los sollozos – Le ayudaré a dar con él

Yua le agradeció con un amago de sonrisa.

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Tuvo que detenerse en un árbol para recuperarse un poco. Las heridas no estaban sanando como era de esperarse, a este paso él…

- No lo hagas – reconoció la voz a sus espaldas, no lo había perdido totalmente

- Tengo que – fue lo que respondió sin siquiera mirarlo

- Por favor Sasuke, ¿Qué es lo que buscas? Si te vas, sabes que…

- Lo sé – le interrumpió y una sonrisa melancólica apareció en su rostro

- Entonces, ¿¡por qué!? – preguntó con desesperación Itachi - ¿¡Por qué arrojarte a los brazos de la muerte por ella!?

Sasuke se giró lentamente hasta toparse con el rostro de Itachi y lo que observó no le sorprendió. El rostro de Itachi lucía tan acongojado, que Sasuke sólo le pedía perdón internamente por provocarle ese sufrimiento.

- Sasuke por favor – le dijo nuevamente – No lo hagas, encontraremos una solución, te lo prometo

Sasuke negó. – Sabes que no lo hay. Ya no la hay – respirar se estaba volviendo más difícil

- ¡¿Pero por qué?! – gritó desesperadamente - ¡No estoy dispuesto a perderte! – ahora las lágrimas de Itachi relucían en su pálida piel

Le regaló una diminuta sonrisa. – Sabes que lo tienes que hacer – la sorpresa se reflejó en el rostro de Itachi

- Lo sabes… - no era una pregunta, era una afirmación. Sasuke asintió. – ¿Desde cuándo?

- Desde aquella tarde en que nos viste – Sasuke recordó el momento que compartió con Yua en el bosque, cuando se dio cuenta, era demasiado tarde, una sombra se alejaba rápidamente de ellos

- ¿¡Por qué no me lo dijiste!? ¡¿Por qué te quedaste callado?! Si me lo hubieras dicho yo…

- ¿Tú qué? – preguntó Sasuke - ¿Lo habrías evitado? – sonrió – Ambos sabemos que no puedes hacer eso, tienes órdenes que cumplir…

- ¡¿Crees que me importan las órdenes?! – Itachi gritó con furia - ¡Nada de eso me importa! ¡Él único que me importa eres tú! ¡Eres mi pequeño hermano! ¡Lo que te pase, me importa! – Itachi no sabía que decir para convencer a Sasuke

- Y es por eso que te quiero hermano, pero tengo que hacerlo

- Pero…

- Sabes que sí – y con esas palabras, Itachi guardó silencio – Tengo que verla por última vez – esas palabras quedaron grabadas en el corazón del pelinegro – Por favor hermano, sólo una vez más – un hilo de sangre descendía por la barbilla de Sasuke

Sus heridas empeoraban.

Tragándose su dolor y aguantando las lágrimas. Itachi levantó un brazo de Sasuke y lo pasó sobre sus hombros. Sasuke abrió desmesuradamente los ojos. Le estaba ayudando.

- Hay que darnos prisa, o él lo sabrá – dijo Itachi y comenzaron a caminar

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Sakura se encontraba observando nuevamente aquella pintura. El cuadro era muy bonito. Transmitía perfectamente lo sentimientos de dos amantes. Lo tocó, pero esta vez no sucedió nada.

Ya todo estaba dicho.

Después del relato de Hinata comprendió absolutamente todo. La actitud de Sasuke, sus sueños

Una triste sonrisa se reflejó en su rostro, ¿Cómo haría para cambiar el rumbo de las cosas?

Sakura recargó su frente en la pintura en un vano intento porque se le ocurriera algo, pero nada pasó.

- Estás muy sola, ¿no te parece Sakura? – Sakura brincó en su lugar, girándose rápidamente, encarando al hombre dueño de esas palabras

- Tú – dijo como pudo, pues el miedo la había recorrido completamente

- No pongas esa cara – dijo con voz gélida – No te haré daño, por ahora – dijo con una sonrisa arrogante

- ¿Dónde está Sasuke? – preguntó armándose de valor

- Muerto – respondió casi al instante

- ¿Qué? – susurró

- Así es – dijo sin tomarle importancia – No creo que ese imbécil haya podido luchar con mis mayores demonios de élite – se encontraba sentado en la ventana tranquilamente, poco le importaba que lo vieran – Es un débil

- No es cierto – Sakura se negaba a creerlo

- Lo es – afirmó colocándose de pie – Un demonio que es condenado y maldecido, automáticamente pierde más del 70% de su poder, aunque entre tu raza siga siendo el más poderoso, para la nuestra, es como un humano más, insignificante y débil – dio un paso

- ¡No te acerques! – gritó

Él sonrió aun más. - ¿Qué es lo que harás Sakura? ¿Golpearme? – preguntó engreídamente

Sakura se colocó en posición de ataque, provocando las carcajadas en el demonio que tenía enfrente.

- Nunca me cansaré de la estupidez humana, aun después de todo, creen que pueden ganarme – comentó tranquilamente

- Aléjate de mí o Sasuke vendrá y te romperá los huesos – dijo segura

- Tsk, por favor. Un muerto no puede hacerme nada – ante este comentario, Sakura tensó la mandíbula

Dentro de ella, se repetía que eso era mentira. Sasuke no podía haber muerto. Sasuke no podía abandonarla, no de nuevo.

- Sakura, Sakura, Sakura – en un segundo, su rostro estaba a centímetros del de Sakura, para acallar sus gritos, colocó una mano tapando su boca – Aun no me has preguntando que es lo que quiero, la razón por la cual estoy aquí

Los ojos llenos de miedo de Sakura eran como un banquete para él. Disfrutaba esa mirada perturbada que ponían cada vez que lo veían.

Se acercó lentamente a su oreja. – Te quiero a ti

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La nieve comenzaba a caer con más insistencia, tenía que darse prisa o muy pronto no podrían distinguir donde se encontraban.

Yui le ayudaba lo mejor que podía, pero Yua no era tan ligera y menos estando débil.

Sus fuerzas la abandonaron y cayó de rodillas llevándose consigo a Yui. - ¡Princesa! – Yua tocia fuertemente, pero lo que alarmaba a Yui, era la sangre que la acompañaba. – Princesa…

- ¡Yua! – gritaron a la lejanía

Ambas chicas alzaron la mirada. Yui quedó impresionada con lo que veía, pues era la primera vez que ellos se acercaban tanto a ella. En cambio, en el rostro de Yua se podría visualizar una expresión aliviada acompañada de ligeras lágrimas.

Sasuke se separó de Itachi y corrió como pudo. No le importó el dolor que se enterraba en cada musculo de su cuerpo. Llegó hasta ella y cayó frente a ella, la tomó del rostro con delicadeza y la besó.

Al fin estaban juntos.

- Estás bien – dijo Yua débilmente

- Mi querida princesa – Sasuke la acercó más a él, fue entonces que reparó en su rostro

La rabia lo invadió al observar su rostro amoratado y mallugado.

- ¿Quién te hizo esto? – sus ojos volvían a ser rojos - ¿Fue tu padre? ¡Ese desgraciado! – las venas del rostro comenzaban a notarse

- Tranquilo – le dijo dulcemente – No importa, lo que importa es que estoy aquí contigo

La sonrisa que le regaló fue tal, que de inmediato Sasuke se tranquilizó. Él también le sonrió amorosamente.

Yui no podía creer lo que veía, en verdad la joven princesa había encontrado el amor y en alguien que nadie esperaba.

A unos metros de distancia, se encontraba Itachi, observando la escena igual de sorprendido, pero sin dejar que en sus facciones se notase.

- Ahora entiendo ototo – dijo, pero Sasuke evidentemente no lo escuchó

Itachi sonrió.

- Tenemos que irnos, mi padre… - mencionó Yua angustiosa

- Lo sé – respondió él dejando que ella se apoyase en él, pues las fuerzas la abandonaban cada vez más rápido – Nos mandaron a una misión para colocar una trampa para el ejercito humano, solamente que yo…

Yua lo miró sin poder creerlo. - ¿Te escapaste? – preguntó sorprendida – No debiste de hacer eso Rokuro – le dijo muerta de miedo – Se enterarán y…

- Sasuke – dijo

- ¿Qué? – preguntó ella confundida

Itachi igualmente lo miró confundido, esta vez no pudo evitarlo.

- Mi nombre es Sasuke – Yua seguía mirándole, tratando de procesar sus palabras – Perdona que te haya mentido, pero tenemos una regla y esa es jamás decir nuestro verdadero nombre ante nadie, eso sólo provoca que tengan poder sobre nosotros, mi princesa espero puedas perdonarme – Sasuke la miraba con incertidumbre, nunca había temido tanto en su vida

- Mi querido Sasuke – ella levantó con esfuerzo su brazo para poder tocarle la mejilla – Espero que tú también puedas perdonarme

- ¿Qué?

- Yua es el nombre que uso para estar con los demás…

- ¿Qué? – ahora él estaba meditando sus palabras

- Mi señora quiere decir que – intervino Yui – Yua no es su verdadero nombre. Ese lo usa para reuniones y demás fiestas. Como es parte de la realeza, debe cuidarse, ya sabe, en caso de que alguien quiera hacerle daño a ella o a la familia

En ese momento, Sasuke reparó en aquella joven que siempre acompañaba a su amada. Ella tenía complexión pequeña, pero era fuerte, ya que ayudó a la princesa a llegar hasta él. Sasuke no olvidaría ese peculiar color de ojos.

- Sakura – Sasuke desvió la atención a su amada

- ¿Qué?

- Ni nombre es Sakura – le dijo con una sonrisa

- Sakura – pronunció Sasuke – Es un hermoso nombre

Sakura soltó una ligera risilla. Sasuke la veía embelesado.

- Vaya, vaya, que emotiva reunión – pronunció una voz fría - ¿No me invitan?

Sasuke colocó detrás de él a Sakura. Itachi saltó y se colocó unos metros delante de la pareja. Un relámpago amarillo llegó al lugar, también se posicionó delante de la joven pareja.

- Tú… - Sasuke no lo creía

- ¿Qué haces aquí? – preguntó Itachi sin dejar de mirar al enemigo

- No creerían que se llevarían toda la diversión, ¿o sí? – preguntó divertido el recién llegado

Sasuke sonrió. – Naruto – éste lo miró – Gracias

- No me agradezcas – dijo mirando al frente – No lo hago por ti – mencionó mirando rápidamente a sus espaldas

Ese movimiento fue notado por los otros tres. Sakura miró a Naruto y devolvió la mirada hacia su doncella, Hinata. La sorpresa la invadió, pero a la vez la compresión le hizo saber. Sakura le sonrió a Hinata, ella miraba de cierta a Naruto.

De la misma forma que ella miraba a Sasuke

- No puedo creer que desperdicié mi poder en ustedes – pronunció - Son tan patéticos – formó una bola de fuego en sus manos

Sasuke se puso de pie y se colocó en medio de Naruto e Itachi. Pelearía por defender lo que más quería.

- Son tan ridículos – seguía diciendo con la misma voz helada – ¿En verdad son tan estúpidos como para pensar que me pueden ganar a mí?

- Tan estúpidos para creer que te venceremos, Madara – dijo Sasuke activando el Sharingan

Madara sonrió divertido. – Entonces, demuéstrenlo.

La tierra crujió nuevamente, pues una nueva batalla se llevaba a cabo en el núcleo del bosque. Una batalla donde dominaba el corazón.

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Respiraba agitadamente, el pecho le dolía. Respirar dolía. Sasuke estaba de rodillas tratando de recuperar el aliento, su mano evitaba que se desangrara, pues tapaba una herida en el costado.

A unos metros de él, Naruto no estaba en mejores condiciones. Sasuke alzó la vista y miró el panorama. Los seis cadáveres adornaban el bosque y la nieve era teñida de rojo. Sasuke enfocó a Itachi en medio de todo eso, intacto.

- ¿Dónde está? – preguntó haciendo un esfuerzo

- Está acudiendo con ella – respondió el clon de sombra

Sasuke tardó en procesar sus palabras y cuando lo hizo, se levantó rápidamente

- Tsk – se quejó cuando el dolor se intensificó – Ese maldito la tiene – pronunció con odio – Tengo que ir con ella – trató de caminar, pero le era difícil

Itachi no cambió de posición. - ¡Vamos Naruto! ¡Tenemos que irnos! – el mencionado también batalló para levantarse, pero al final lo hizo

Itachi los observaba calmadamente, parecía que esos dos se hacían cada vez más humanos que demonios.

¿Ese era el poder de los mundanos?

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Sakura hizo un movimiento de pegarle a su captor, obviamente falló en el intento, pero logró distanciarse de él.

- ¡Señorita Sakura! – gritaron y de inmediato, Hinata se posicionó enfrente de ella, protegiéndola

Madara no pudo evitar echarse a reír, eso era tan divertido.

- Cuando haga la señal, usted correrá – le susurro a Sakura, aprovechando que estaba distraído

Sakura le iba a preguntar de que señal hablaba, pero no hubo tiempo, el sonido de una explosión se escuchó a lo lejos.

- Están aquí – pronunció Hinata con cierto alivio en su voz

Sakura miró a través del gran ventanal, una torre de humo se alzaba en medio del bosque.

Sasuke

Madara paró de reír y momentáneamente también miró hacia el bosque, sonrió del lado y después miró a ambas jóvenes.

- Lo que más me agrada de los humanos es esa sensación que los invade cuando piensan que estarán a salvo. Esa mirada que ponen es excitante – pronunció mientras se sumergía nuevamente en risas incontrolables

Sakura no pudo evitar temblar de miedo. Estaba completamente loco.

Una nueva explosión se escuchó más cerca, el castillo cimbro levemente.

- ¡Ahora! – gritó Hinata

Sakura echó a correr hacia el lado contrario tan fuerte como su cuerpo se lo permitía. Ella creía que Hinata iba detrás de ella, pero no era así, ella había saltado sobre Madara.

Él esquivaba tranquilamente cada golpe que ella quería propinarle. Observa detenidamente los cambios en ella. En un movimiento mandó a volar a Hinata. Ella se estrelló con la pared, aturdiéndose al instante y provocando que oleadas de dolor recorrieran su cuerpo.

Madara se acercó lentamente hacia ella. La tomó por el cuello. Hinata colocó sus manos en las de Madara tratando de aplicar fuerza para alejarlas, pues le estaban cortando el oxígeno. Madara seguía examinándola tranquilamente, ignorando su agonía.

- Pensé que esto ya no podía ocurrir, pero al parecer estaba en una equivocación – Hinata seguía luchando por su liberación

Madara observaba con el sharingan activado como sus uñas se habían transformado en garras, como sus colmillos habían crecido, sus ojos se teñían ligeramente de color carmesí y su fuerza había aumentado en un uno por ciento.

Ella estaba transformada.

Ella había ingerido sangre maldita.

Después de unos segundos más observándola, dijo: - Me servirás. Y un crack se escuchó de inmediato. Un cuerpo inerte cayó al suelo.

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Naruto se detuvo, una opresión inmensa se encontraba en su pecho. El horror lo recorrió por completo.

- Hinata – pronunció débilmente

Sasuke tensó su mandíbula, también lo había sentido. Apretó su espada.

- La encontraremos – le dijo

Naruto estaba hincado en el suelo, aturdido por las sensaciones que lo invadían en ese momento.

- No deberíamos tardar en llegar – pronunció Itachi observando el panorama en la orilla del acantilado – No es muy tarde – les dijo mirándolos firmemente

Sasuke observó a su hermano, si tan sólo las cosas hubieran sido diferentes, su relación lo habría sido también.

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Sakura esquivaba todas las ramas que se encontraba a su paso, ya no sentía sus pies por la fría nieve, su garganta estaba congelada, pero seguía corriendo sin mirar atrás.

No podía mirar atrás.

Ese pensamiento caló en su interior y las lágrimas llenaron sus ojos.

Hinata no merecía ese final.

Un sollozo escapó de sus labios, tenía miedo. No era la primera vez, pero en esta ocasión no se sentía preparada para nada. Esta vez, no quería morir.

Sasuke.

De un movimiento ella se encontraba tumbada en el suelo, sentía dolor en todo su cuerpo. Abrió lo ojos y su visión era borrosa, se esforzó por enfocar la vista y cuando lo hizo, el horror acudió a su rostro.

Madara se encontraba a unos metros de ella, sonriendo como desquiciado, pero eso no le aterraba tanto como las manchas de sangre que cubrían su torso y manos.

Una furia incontrolable se apoderó de ella. Con esfuerzo, se puso de pie y en posición de lucha.

La risa de Madara no se hizo esperar, ¿Qué es lo que quería hacer esa insignificante humana? ¿Enfrentarle? Si que era patético.

- Disfrutaré mucho de esto – dijo él con toda diversión

- No te tengo miedo bastardo – rugió Sakura

- Deberías princesa – le dijo

Ante esto último, Sakura abrió desmesuradamente los ojos. ¿Princesa?

Estando en plena distracción, Madara se abalanzó sobre ella. Sakura observó en cámara lenta como se acercaba a ella, pero su cuerpo no podía hacer nada para evitarlo, resignada, cerró los ojos, esperando su fin.

De pronto, una sombra se colocó frente a ella y el chillar de mil aves se escuchó por toda la región. Los tres salieron volando. Madara dejó un rastro a su paso y del otro lado, Sasuke protegía a Sakura del impacto, recibiéndolo él de lleno, siendo detenidos por un gigantesco árbol.

Sasuke se quejó por eso, Sakura abrió los ojos procesando lo de los últimos segundos, se giró de inmediato y vio a Sasuke frunciendo el ceño. Sakura ahogó un grito de sorpresa, pues su rostro tenía una ligera cortada, su ropa se encontraba llena de suciedad, desgarrada, pero lo que más le impactaba, era la gigantesca mancha de sangre que se extendía por todo su abdomen.

- Sasuke – pronunció

Colocó sus manos en la herida, Sasuke se quejó. - ¿Estás bien? – preguntó aguantando el dolor

- ¿Qué haces aquí?

Esa pregunta desconcertó por completo al chico. En todo este tiempo, ella nunca había preocupado por él. ¿Acaso…?

- Sakura, tú…

Pero Sasuke no pudo terminar la oración, pues rápidamente colocó a Sakura a sus espaldas y empuñó su espada. Sakura no comprendía, hasta que lo vio a cierta distancia. Instintivamente, se pegó más a Sasuke.

- Veo que 6 de esos bastardos no fueron suficientes para eliminarte, Sasuke Uchiha – dijo en tono serio – Pero conmigo será suficiente – dijo con orgullo – Me aseguraré de que esta vez no regreses

Mal presagio.

Sasuke lo miró con rabia y Sakura estaba confundida.

- No la tocarás – dijo – Antes te mató – Sasuke se puso de pie

Madara ladeó su sonrisa. – Siempre fuiste un imbécil, sabía que no valía la pena dejarte vivir, pero tuve que escuchar a tu estúpido hermano – su transformación comenzó – Ahora, me aseguraré de que eso no suceda nunca más

- Sasuke, ¿Qué…?

- Sakura – la interrumpió – Huye, aléjate lo más rápido que puedas de aquí – le dijo sin mirarla

Ahí estaba de nuevo, esa sensación de vacío, de angustia, de soledad.

Ella negó rápidamente con la cabeza. – ¡No te dejare! – gritó colocándose a su lado

Sasuke observó el temor en sus ojos y lo entendió.

Sakura recordaba.

Una alegría inmensa se hubiera instalado en su pecho ante tal descubrimiento, una alegría que había añorado en otro tiempo, pero ahora, no era buen momento. Se maldecía así mismo por hacerle eso.

Sasuke la miró. Ella temía perderle como cada vez. Colocó una mano en su mejilla y Sakura también colocó una mano sobre la suya.

- Perdóname

No entendió sus palabras, pero no importó, porque se desvaneció al segundo siguiente. Sasuke la atrapó entre sus brazos. Su Sakura era tan delicada.

Miró hacia el frente. El sharingan estaba activado.

- Llévatela – dijo – Cuídala o me aseguraré de matarte a ti

Una sombra apareció a su lado, tomó a Sakura entre sus brazos. – No mueras ototo

- No planeó hacerlo – respondió, pero la sombra ya no estaba ahí para escucharlo

- Que asquerosidad – dijo Madara – Si ya terminaste con tus estupideces, ya puedo matarte

Sasuke se colocó en posición de ataque nuevamente. Madara sonrió.

- Esto me entretendrá, no sé si acabar contigo primero o con tu mujercita. Es tan pequeña que puede servir para algunas cosas

Sasuke lo miró con odio.

- Esta vez, acabaré con todo – dijo decididamente

- Estoy esperando

Y en un segundo, ambos sharingan colisionaban.

.

Sakura se movió inquieta. Abrió los ojos y miró el lugar lentamente, se levantó enseguida no reconociendo el lugar. Era un lugar oscuro.

- Ya despertaste – dijo una voz que ella no reconoció

Ella se protegió instintivamente. El hombre no respondió, simplemente se acercó para que el fuego descubriera su rostro. Sakura le miró y todo lo que ocurrió llegó a su mente.

- ¡¿Y Sasuke?! – preguntó, presa del pánico - ¡¿Dónde está?! – pero el hombre no respondió - ¡Dime donde está! – gritó más fuerte, levantándose completamente - ¿Dónde está? – preguntó derrotada

El hombre suspiró. – Él… - no se atrevió a mirarla

- ¿Él…? – se acercó un poco más a él

- No lo sé – dijo finalmente

- ¿Qué? ¿No lo sabes? – el hombre negó - ¿¡Y entonces qué hacemos aquí!? ¡Hay que ir a buscarle! – comenzó a caminar decidida a buscarlo, pero él la detuvo sujetándola por un brazo - ¿Qué haces? ¡Suéltame! – forcejeó, pero era inútil, él la superaba en fuerza y tamaño

- Él me dijo que te mantuviera a salvo – pronunció

Esas palabras bastaron para que Sakura se quedara quieta. Tardó unos segundos en comprender, cuando lo hizo, se soltó de su agarre. Sakura lo miró de forma despectiva.

- ¿Y desde cuándo te preocupas por él? – Itachi no respondió de inmediato y eso fastidió a Sakura, quien lo rodeó dispuesta a salir de la cueva en donde se encontraban

- Desde siempre – esa respuesta bastó para detener sus pasos

Sakura se giró para mirarlo y se sorprendió de ver el rostro del demonio, pues el rostro de Itachi era de alguien que ya no podía más.

- Es mi hermano pequeño, mi trabajo es protegerlo, evidentemente he fallado – agachó el rostro – Yo nunca le haría daño – dijo

- ¿Entonces…?

Itachi sabía perfectamente a que se refería. Ella lo había visto todo o tal vez no.

- Es una larga historia – dijo cansadamente

El rostro de Sakura se tornó decidido y caminó hasta Itachi, él se sorprendió pro su cercanía. Evidentemente él era mucho más alto que ella, pero a Sakura no le importo. Era evidente que a Sasuke le importaba y si era así, ella no tenía porque temerle.

- Por Sasuke – Itachi no se esperaba eso – Por favor, necesito recordar – le dijo

Itachi abrió desmesuradamente los ojos. ¿Ella le estaba pidiendo eso?

- Por favor – volvió a pronunciar – Sé que puedes hacerlo, por favor, necesito saber todo – a este punto, Itachi sentía su desesperación

Se lo pensó un momento. – De acuerdo – dijo para alivio de Sakura – pero te advierto que no será muy agradable

Sakura asintió. En un segundo, su visión se oscureció y el juego comenzó.


Esta historia aun no ha sido editada, por lo que de antemano, una disculpa si encuentran faltan de ortografía.

Es mi primera historia larga sobre ellos, así que si sienten que algo no está bien desarrollado o no se entiende, es por eso, tal vez me falta detallar más o desarrollar mejor las ideas, pero espero que en verdad la estén disfrutando a pesar de todo, yo me he encariñado con esta historia y de verdad espero hacerla bien.

¡Felices fiestas patrias!

Nos vemos.

AS