Trent

—Vamos, vamos, vamos… —murmuraba Harold.

—Ya llevan veinticinco minutos diciendo tonterías, ¿qué tan difícil puede ser decir un par de nombres? —se quejó Cody.

—Ya no voy a llegar a ciencias —dijo Justin.

—Al menos intenta sonar menos feliz al respecto, cielos —lo regañó Harold.

—¡Silencio! Ya los está diciendo —les ordené.

Los cuatro nos apretamos alrededor de mi teléfono mientras el organizador de la batalla de las bandas finalmente sacaba la tarjeta con los nombres de las bandas que habían pasado el corte. Nos habíamos puesto de acuerdo para reunirnos antes de nuestra última clase del día para ver juntos la revelación, pero no habíamos contado con que también iban a nombrar a todos los patrocinadores y un montón de tonterías antes. Así que estábamos en el baño, escuchando con el sonido al mínimo.

—¡Los caballitos de mar verticales!

—¿Qué tipo de nombre es ese? —hizo una mueca Cody, yo lo mandé callar.

—Valence, Querubelmos…

Fue como si el tiempo se detuviera. Un zumbido atravesó mis oídos y sentí como si mi corazón se hubiera detenido un segundo. Veía moverse los labios del hombre en la pantalla, pero no podía entender las palabras que salían de su boca. Ese debía ser un sueño.

Alguien gritó, alguien más empezó a saltar a mi alrededor, mis ojos se llenaron de lágrimas en contra de mi voluntad y entonces… alguien me tacleó.

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La puerta de la enfermería se abrió de un golpe y Gwen estaba del otro lado. En un segundo ella pasó a estar en mis brazos, pero esta vez no perdí el equilibrio; en parte porque ya la esperaba y en otra porque estaba sentado casi recargado contra la pared.

—Tienen que dejar de tomar este como su lugar de reunión social —nos regañó el entrenador Hatchet, haciendo que Gwen se separara de mí sin dejar de sostener mis brazos—. ¿Qué tantas veces se puede accidentar una misma persona?

—Lo lamento entrenador Hatchet, créame que no es apropósito —le contesté, él rodó los ojos y salió de la habitación.

—¡Estaré de regreso en cinco minutos, ni se les ocurra usar la enfermería como motel! —exclamó desde afuera.

Gwen se rio y yo sentí como mis mejillas se enrojecían. Ella recargó su cabeza en mi frente y ambos nos quedamos en un silencio cómodo por un par de minutos.

—¿Te enteraste? —pregunté.

—Sí —contestó ella con una sonrisa.

—Vamos a tocar en un concurso.

—Sí —su sonrisa creció aún más.

—¿Quieres hacer el logo de nuestra banda?

Su sonrisa se borró de su rostro y dio un paso hacia atrás, alejándose de mí.

—He visto tus dibujos, eres maravillosa. Aparte, si no fuera por tu apoyo no creo que hubiera tenido el valor de hacer esto… Y significaría el mundo para mí.

Gwen miró para otro lado, mientras se frotaba ansiosamente el brazo. Por un momento pensé que se negaría y empecé a buscar más palabras en mi cerebro, algo para convencerla… aunque tampoco quería forzarla, se suponía que eso fuera una buena oportunidad para ella, no una carga.

—Está bien —aceptó finalmente—, lo haré.

Me retuve de preguntarle si estaba segura, no se fuera a arrepentir, y ella regresó a mis brazos.

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—¿Porqué todos los comentarios del video están hablando de Owen? Ni siquiera es el extra que más sale —se quejó Justin sin dejar de mirar su celular.

—Creo que le mandó el link a toda su familia, deberíamos estar agradecidos, como la mitad de las reproducciones del video son gracias a él —contesté mientras practicaba los mismos tres acordes por trigésimo sexta ocasión.

—Debí pensar en eso antes… —murmuró Justin— Espera… ¡este habla de mí! "No miren a los ojos al del pandero, tiene poderes y los…" Ah, es de Izzy… ¿Crees que le guste Owen? Hay otro comentario de ella que dice que: "El rubio parece un malvavisco gigante, redondo y suave. Me dan ganas de…" Iugh.

Hice una mueca, intentando deshacerme de la imagen mental que se había formado en mi mente cuando leí ese comentario más temprano. Aunque no me enorgullecía aceptarlo, la verdad es que había estado monitoreando la actividad del video cada noventa minutos siempre que estaba despierto.

Se abrió la puerta de la bodega/sala de ensayos, y Cody y Harold entraron por ella.

—Llegan tarde —les reclamé.

—Lo sé, lo siento. Es que Harold se distrajo peleándose con una ardilla —contestó Cody.

—Es que no lo entiendes, esa ardilla es malvada. Empiezo a sospechar seriamente que las ardillas en realidad son robots diseñados por el gobierno con la intención de espiar a la población. Debo de haber hecho algo que les molestó, así que ordenaron que la ardilla interviniera para coartar mi potencial —explicó Harold en un tono serio que no cuadraba con lo que estaba saliendo de su boca.

—¿No tendría más sentido que nada más hubiera empezado a fallar la ardilla? Si fuera porque hiciste algo que no les gustó, ¿no tendría más sentido que mandaran directamente al ejército a detenerte? Seguro que si quisieran podrían desaparecerte, en menos de una hora ya habrían hasta bajado nuestro video y ya no podríamos participar en la competencia —opinó Justin, haciendo que Cody y yo lo miráramos incrédulos, mientras que Harold parecía estar pensando seriamente en lo que había dicho.

—¿Crees que debería atrapar la ardilla para intentar investigar? —preguntó Harold.

—Por favor, ya no le des alas —le pedí… honestamente esa conversación ya me estaba poniendo de los nervios—. De todos modos, eso explica porque llegó tarde Harold. No tú Cody.

—Harold pasa por mí antes de los ensayos.

—Pero desde sus casas, ¿no les conviene más llegar cada quién por su lado? —los cuestionó Justin, a lo que a Cody se sonrojó agresivamente.

—Queríamos discutir la aproximación que vamos a tomar en nuestra presentación. Consideramos que si bien tocar de primera la canción que usamos en nuestra audición probablemente sería lo más esperado e, incluso, idóneo, considerando que no será una sorpresa. Pero también creemos que deberíamos terminar con el número más fuerte, porque la segunda canción es la que van a tener más fresca. Y honestamente no creo que podamos superar "Accidentally in love".

—Sólo dices eso porque esa casi la cantas tú solo —lo acusó Justin.

—No, lo digo porque alguien siempre se equivoca con sus líneas en la otra —contraatacó Harold.

—Quizás no me equivocaría tanto si no hubieran hecho tan confuso que parte le tocaba a cada quién.

—¡No es confuso! Es que tú no…

—Esperen, ¿por qué ya asumieron que vamos a cantar dos canciones? La convocatoria dice que podemos cantar hasta tres canciones siempre y cuanto tardemos menos de doce minutos —les recordé.

—Pero nada más tenemos preparadas dos —dijo Cody.

—Dos covers, pero están las originales…

—No podemos cantar las originales —me contradijo Justin.

—¿Y cómo por qué no? —los cuestioné.

—No están listas —insistió él.

—¿Y que pasó con todos esos meses que trabajamos en ellas? ¿No sirvieron de nada?

Estaba frustrado y molesto. Había aceptado unirme a esta banda para poder expresarme y hacer que mi música llenara los corazones de las personas que la escucharan. Y no era que no me encantaran las canciones que habíamos elegido para hacer covers, pero no terminaban de ser mías.

—Yo no… estuve, durante una buena parte de ese proceso —nos recordó Cody, frotándose ansiosamente el brazo, algunas de sus cicatrices aún se alcanzaban a percibir—. ¿Por qué no trabajamos hoy en los covers y depende del avance decidimos? Si vemos que ya casi no hay fallas, agregamos una canción original, si no nos quedamos con estas.

—Me parece bien —sentenció Harold, y Justin asintió efusivamente. Yo no estaba muy contento con la decisión, pero cedí.

El ensayo fue apenas un poco menos que desastroso.

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Parecía que Beth había traído una papelería completa y la había volcado sobre la mesa del comedor de la escuela.

—Lo discutimos, y creemos que "Permítete enamorarte de nosotros" es la mejor opción —dijo.

—¿Qué? —preguntó Justin.

—¿Lo discutimos? ¿Quiénes? —pregunté yo.

—Nosotras —contestó Beth, señalando a Katie, Sadie, Gwen, Leshawna y sí misma como si fuera la respuesta más obvia del mundo.

—Se que suena cursi, pero es que… las canciones que van a tocar son muy cursis —explicó Gwen.

—Entonces quieren… ¿qué ese sea el slogan oficial de la banda? —las cuestioné. Estaba feliz de que mi novia estuviera tan involucrada con la banda, y tenía sentido lo que habían dicho, pero no estaba seguro de que me encantara que esa fuera nuestra marca.

—¡Oh, no! —exclamó Katie, como si hubiera dicho un sacrilegio— Ese es el slogan de esta era.

—¿Esta era? —preguntó Cody.

—Todos los artistas famosos tienen eras. Es como, la mejor forma de marcar tendencia e ir mostrando los avances que tienen como músicos —dijo Sadie.

—Totalmente —la secundó Katie.

—Ustedes están debutando, así que necesitan que la gente quiera conocerlos e involucrarse con ustedes —continuó ella.

—Ustedes saben, lo dicen en su presentación, lo ponen en las descripciones de sus videos de YouTube… y antes de que se den cuenta ya hay playeras con la leyenda —agregó Beth—. Y entonces… ¡boom! Cambian de slogan y ligeramente, sólo ligeramente, de estilo. Sus fans se van a volver locas.

Katie, Sadie, Beth y hasta Gwen asintieron emocionadas mientras nos enseñaban todo su plan de mercado entre risitas y exclamaciones, Leshawna las miraba en silencio pero con una sonrisa de orgullo. Nosotros cuatro intentábamos absorber todo lo que nos ofrecían.

—De hecho es brillante —aceptó Justin finalmente.

—Y sólo les costará el cincuenta y un porciento de sus ganancias en el concurso de talentos —habló finalmente Leshawna.

—¿Qué?

—¡Eso no es justo!

Justin y yo nos empezamos a quejar inmediatamente. Cuando me giré en busca de apoyo de los otros dos, me encontré con que Cody estaba completamente rojo y jugaba con sus manos ansiosamente; mientras que Harold se había quedado con la boca abierta como si hubiera estado a punto de decir algo y después se hubiera arrepentido.

—Harold —lo presioné.

—De hecho creo que los honorarios son más que aceptables —dijo después de una pequeña eternidad.

—Y no olviden que si no aceptan y utilizan cualquiera de las cosas que les hemos compartido aquí los acusaremos públicamente de habernos robado y nadie los querrá escuchar —agregó Beth.

—¡No harían eso! —exclamé, mirando directamente a Gwen, que sonreía tan bellamente que casi me convencía que no estaba siendo maliciosa.

—Teóricamente, si no ganamos nada… ¿no nos cobrarían nada? —las interrogó Justin.

Katie y Sadie casi se caen de la silla mientras se miraban la una a la otra con una expresión que sólo podía describirse como escandalizada, como si no se les hubiera podido ocurrir esa posibilidad.

—Ustedes tienen que ganar —sentenció Katie.

—Es como, su obligación o algo así —agregó Sadie.

—Supongo que sí, les dejaríamos nuestro impresionante trabajo de marketing gratis —aceptó Leshawna—. Al menos que quieran ustedes aportar con algo, claro.

Mi mirada se dirigió automáticamente a Gwen. Yo le había pedido a ella directamente que nos diseñara un logo con la idea principal de tener algo de ella en nuestra banda, pero también porque tenía la esperanza de que en algún momento también podría promocionar su trabajo. Porque ella era increíblemente talentosa y se lo merecía. Y ahora estaba siendo dolorosamente hipócrita al querer que ella, y las demás, regalara su trabajo… aunque todo lo demás no lo hubiéramos pedido. Lo que me hacía estar enojado conmigo mismo, porque me hizo darme cuenta de que la banda no parecía avanzar si alguien más no intervenía. Necesitábamos tomarnos más enserio esto.

—Les invitaremos un café —sugerí, sabía que no era mucho, pero era lo que estaba a mis alcances—, invariablemente del resultado.

—Y una pizza —agregó Harold.

—Cody paga —decidió Justin.

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A partir de ese momento todo pareció pasar en medio de un sueño. Los pasillos de la escuela se llenaron un día de carteles anunciando nuestra presentación en la guerra de bandas, y desaparecieron al día siguiente después de que el director nos llamara a su oficina para decirnos que en vista de que no era una actividad escolar no teníamos permitido hacer eso. Así que al día siguiente empezaron a correr los folletos.

Empezamos a ensayar en los almuerzos sin importarnos que eso implicara no comer… hasta que un día Cody se desmayó en la última clase porque resulta que el niño era hipoglucémico y en serio necesitaba comer a sus horas.

—Les dije que ustedes atraían la mala suerte —murmuró Justin en voz baja mientras el entrenador Hatchet le medía la presión a Cody y nos miraba con mala cara.

Eso no impidió que usáramos cada segundo libre que tuviéramos para ensayar, aunque fuera por separado. Y yo me sentía el hombre más afortunado del mundo, porque Gwen hacía videollamadas conmigo después de la hora de la comida para escucharme tocar la guitarra y cantar fragmentos de las mismas dos canciones una y otra vez.

El sábado llegó y Harold y Cody llegaron tarde al ensayo… otra vez. Pero esa vez se los podía perdonar porque llegaron con un bonche de partituras que dejaron caer enfrente de mí.

—Estuvimos revisando nuestras canciones originales —anunció Harold.

—Y creemos que encontramos una que definitivamente podemos tener lista para la guerra de las bandas —completó Cody.

Y logramos que funcionara.

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—¿Qué es eso? —preguntó Cody mientras estudiaba el sobrecito transparente con hierbas que le entregó Sadie.

—¿Es droga? Parece droga —dijo Harold, haciendo que el otro chico dejara caer la bolsa sobre la mesa.

—¿Qué está mal con ustedes? ¡Por supuesto que no es droga! —contestó Sadie obligando a Cody a que volviera a agarrar la bolsita.

—Blancos… —refunfuñó Leshawna con los ojos en blanco.

—Es té, hice un paquetito para cada uno de ustedes, les servirá para poder descansar en la noche y tener las cuerdas vocales listas para la competencia —les explicó Sadie dándonos nuestra respectiva bolsita a Harold y a mí.

—Muchísimas gracias, en verdad lo apreciamos —le aseguré con una pequeña inclinación de cabeza que ella regresó con una gran sonrisa.

—Ahora, ¿dónde está Justin?

Como si lo hubiera invocado el cuarto miembro de nuestra banda se apareció con un bonche de papeles y cuadernos entre sus brazos.

—Lo lamento, estaba terminando con alguien —se excusó mientras dejaba caer las cosas sobre la mesa.

—No sabía que tenías novia… —murmuró Cody.

—¿Eso significa que estás soltero? —preguntó Katie inclinándose hacia al frente mientras se retorcía un mechón de cabello con un dedo.

—¡Yo también estoy soltera! —exclamó Beth levantando una mano.

—¡Y yo estoy más soltera que ella! —secundó Sadie.

—¡Pero yo estoy completamente preparada para iniciar una relación! —aseguró Katie atravesándose enfrente de su mejor amiga.

—¡Chicas! Dejen al chico sobrellevar su duelo —las detuvo Leshawna, haciendo que todas retrocedieran, antes de guiñarle un ojo al susodicho. Algo que definitivamente no hizo muy feliz que digamos a Harold.

—¿Y qué con todos esos papeles? —cuestionó Cody a Justin.

—Tareas, trabajos y cosas así —contestó él.

Sentí la tentación de preguntar más al respecto, pero preferí contenerme. En ese momento debía concentrarme en la presentación del día siguiente.

—Katie y yo estuvimos revisando sus propuestas de outfits para mañana —cambió de tema Leshawna.

—Y estamos muy decepcionadas —anunció Katie.

—Yo creo que los míos eran increíbles —dijo Justin.

—Lo eran —asintió Sadie.

—Y los de Trent tampoco está tan mal —agregó Leshawna.

—¿No tan mal?

Genuinamente me sentía ofendido, me había esforzado mucho en elegir lo que iba a usar.

—El problema es la falta de cohesión —explicó mi mejor amiga.

—Parece como si cada quién fuera a presentar un número musical completamente diferente —opinó Katie.

—¿Y sí todos usamos lentes de sol! —sugirió Cody emocionado.

—¿La tocada no va a ser en la noche? —preguntó Gwen.

—Más como en la tarde-noche —dije yo, a lo que ella enarcó una ceja—. Bueno, es que ya va a estar medio oscuro, pero aún no completamente… Entiendo, entiendo, no vamos a usar lentes de sol.

—¿Por qué no? —se quejaron Cody y Harold al unísono.

—Es el recurso más básico para intentar parecer más interesante de lo que en verdad eres —dijo Leshawna.

—Eso sin mencionar que, ¡es en la noche! Si salen con lentes al escenario no sólo se van a ver básicos, sino también tontos —agregó mi novia.

—¿Entonces que usamos? —preguntó Cody con un mohín.

—Según las estadísticas de su vídeo en YouTube el promedio de su público son mujeres de cuarentaicinco años —observó Beth en la tableta que Cody le había prestado—. Así que considerando eso… ¿suéteres de punto?

—Espera. ¿Por qué tan viejas? Sadie y yo hemos visto el vídeo como, literalmente un millón de veces —dijo Katie.

—¿Literalmente? —cuestionó Cody con una mueca.

—No significa que todas las que ven el vídeo tengan esa edad, es el promedio que se saca sumando y dividiendo las edades de todos los que han visto el video —explicó Harold.

—Eso tiene sentido. Yo le pedí a mis amigas que pusieran el vídeo en bucle mientras tenían sus partidas de dominó —explicó Justin.

—¿Y qué edad tienen tus amigas, ochentaicinco? —preguntó Leshawna divertida.

—Una sí —contestó él ganándose una mirada confundida de todos nosotros.

—Bueno, no importa lo que digan las estadísticas ahorita —encaminé la conversación a lo importante—, nuestro público objetivo son las adolescentes, chicas como ustedes, ¿de acuerdo? Así que ustedes dígannos como les gustaría que nos vistiéramos.

Las cinco intercambiaron unas sonrisas que parecían casi felinas, yo tragué saliva. Gwen estiró una mano en mi dirección que estuve más que feliz de tomar, sus ojos brillaron y mi corazón se derritió dentro de mí.

—Será un placer.

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Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve… Uno, dos, tres, cuatro, cinco… Mi hermana abrió la puerta de mi cuarto. Seis, siete, ocho, nueve. Terminé de cepillarme el cabello y volteé a verla.

—Entonces, ¿cómo me veo? —le pregunto dando una vuelta sobre mi propio eje, traía un pantalón y una playera de cuello alto blancos.

Ella fue corriendo en mi dirección y me saltó al cuello, rodeándome con los brazos. Ya estaba muy grande como para hacer esas cosas, pero aún así me aferré a ella y le di un par de vueltas antes de dejarla suavemente en el suelo.

—¿Vas a ser famoso? —me preguntó sin despegarse de mí, con sus ojos color avellana clavados en mi rostro.

—Esa es la idea —contesté.

—¿Te vas a ir de la casa?

Sentí como un escalofrío me recorría la espalda y me forcé a sonreír más para evitar que mi malestar se reflejara. Empecé a mecerme de un lado al otro, sosteniendo a mi hermanita de los hombros para moverla conmigo. Uno, dos, tres…

—¿Eso te gustaría? ¿Quieres echarme para quedarte con mi habitación? —bromeé, ella negó con la cabeza.

—La mía es más bonita, la tuya es muy oscura.

Eso era porque las cortinas siempre estaban cerradas, pero probablemente no era el punto. …cuatro, cinco, seis…

—No voy a abandonarte. Ni a papá y mamá. Nunca… aunque algún día me vaya de casa. Que sí va a pasar, pero no pronto —le aseguré.

Ella asintió y recargó su cabeza en mi pecho. …siete, ocho, nueve.

—Te ves muy guapo. Pareces un músico de verdad.

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—Eso definitivamente no se parece a ninguna de las fotos que nos mandaste —regañó Leshawna a Justin, que estaba vestido completamente de morado… tenía una bufanda y todo.

—Es que use ropa que encontré en la agencia, no tenía ni idea que la iban a regresar a la distribuidora hoy —se justificó Justin.

—Ósea, ropa que no era tuya —buscó confirmar Gwen, a lo que él asintió—, eso es perfecto.

Gwen, Leshawna, Justin, Harold, Katie, Sadie y yo estábamos atrás del escenario, esperando a que se terminaran de hacer todas las pruebas de audio y el evento pudiera empezar. Por cuestiones de logística no iban a permitir que cada grupo hiciera sus propios arreglos, así que íbamos a tener que confiar en que los amplificadores y los micrófonos funcionaran bien al conectar nuestros instrumentos.

—No esta tan mal, al menos todos vienen monocromáticos —observó Sadie, ya que Harold estaba casi completamente de un negro apagado.

—Cody no viene monocromático—le recordó Leshawna.

—Cierto… ¿Y dónde está?

Cody había llegado con Harold quince minutos atrás, usando una camisa verde debajo de una playera amarilla y unos pantalones de mezclilla azules que había usado un millón de veces, pero llevaba un rato sin verlo.

—Está con mi mamá —explicó Justin.

—¿Por qué? —lo cuestionó Katie.

—Sus papás no vinieron, así que mi mamá le está haciendo una lista de cosas que deberían saber y que ella va a hablar directamente con los papás de Trent y Harold.

—¿Vino Rachel? —me preguntó Gwen, que levantó la mirada de su celular que había estado revisando constantemente.

—Sí, debe estar sentada en una esquina esperando a que mis papás terminen de hablar con la mamá de Justin —respondí.

—¿Quién es Rachel? —preguntó Sadie.

—La hermana de Trent —explicó Leshawna.

—Le voy a decir a mi hermano que la busque para que pasen el concierto juntos y no tenga que estar siempre con mi mamá, ¿te parece bien? —propuso Gwen— ¿Crees que tus papás estén de acuerdo?

—No veo porque no —contesté.

La verdad es que podía pensar en al menos nueve motivos por los que mis padres podrían estar en contra de ello. Pero la idea de que mi familia y la de mi novia interactuaran sonaba demasiado atractiva. Todo lo que implicara formalizar nuestra relación más de lo que ya lo era me daba un sentido de pertenencia y seguridad al que planeaba aferrarme hasta con los dientes.

—¡Chicos, chicos! —Beth, tomada del brazo de Bridgette que a su vez arrastraba de la mano a un Dj usando un mandil negro y haciendo malabares para que no se le callera la charola con muestras gratis que llevaba en la otra mano, llegó corriendo de la parte frontal del escenario— Deberían de verlo, casi todo el grado vino.

—Claro… Eso no nos pone nada de presión —dije mientras empezaba a agitar mis manos ansiosamente.

—Eso es bueno, significa que nuestro público objetivo ya no van a ser señoras de ochenta años —opinó Harold.

—Oye, las señoras de la tercera edad son un gran público objetivo. Te regalan galletitas y no intentan meterte la mano bajo la ropa —alegó Justin; había algo en sus palabras que me hacía sentir muy incómodo.

—¿Tus amigas vinieron a vernos? —lo interrogó Harold.

—No, en el asilo dijeron que no era un ambiente seguro para ellas y que no contaba como paseo cultural —contestó Justin desanimado.

—Y justamente por eso necesitamos un público objetivo que pueda asistir a conciertos —asintió Harold.

—Ya no van a estar tan felices de que hayan venido personas de la escuela cuando sepan quién está entre ellos —comentó Bridgette entonces.

—¿Quién? —preguntó Leshawna.

—Heather.

Todas las chicas se quejaron simultáneamente. Harold, Justin y yo, por nuestra parte, no parecíamos entender porque eso era tan grave. Pero claro, no podía dejar que Gwen lo supiera.

—No tienen de que preocuparse —les aseguré mientras me acercaba a mi novia para frotarle el brazo de forma conciliadora—. Hay mucha gente, nadie las obliga a tener que convivir con ella.

—Es que tú no sabes cómo es Heather —dijo Beth—. Si está aquí es porque está planeando hacer algo malo.

—O sólo quiere disfrutar un poco de buena música —la contradijo Harold.

—No es así como funciona —insistió Beth.

—¡Atención! —exclamó una mujer joven con un micrófono de los que se colocan en la oreja y una tabla con papeles en la mano—. Tienen cinco minutos para que todas las personas que no pertenezcan a una de las bandas desalojen este espacio. También necesito, que si algún miembro de las bandas no está aquí se encarguen de contactarlo y pedirle que venga. Vamos a hacer el pase de lista oficial y después, si no son de las primeras tres bandas, podrán salir a disfrutar del evento.

—Voy a marcarle a Cody —anunció Justin alejándose un poco de los demás.

—Yo tengo que regresar a trabajar —les informó Dj, que hasta ese momento había permanecido en silencio. En ese entonces no era precisamente cercano a ninguno de los cuatro—. Sólo quería venir a desearles suerte y dejarles unas muestras de la comida que hace mi mamá.

—¿Podemos quedárnoslas todas? —pidió Harold.

—Ah… ¿sí? Supongo… mientras ella no se entere… —respondió él dejando la charola sobre una de nuestras mochilas—. Esperen, tengo que llevarme la charola.

—¡Yo traigo un tupper! —exclamó Harold apartando la charola para abrir la mochila que estaba abajo.

—¿Por qué traes un tupper? —lo cuestioné.

—Hay que estar preparado para todo —contestó.

Negue un poco con la cabeza antes de regresar mi atención a lo que en verdad me importaba en ese momento, y en casi cualquier momento: Gwen. Ella me envolvió la cintura con sus brazos y me miró a los ojos.

—Lo van a hacer increíble.

Me tragué el impulso de pedirle que lo dijera ocho veces más.

—Si lo dices tú debe ser verdad.

—Es porque soy bruja, puedo ver el futuro.

—¿Por eso me gustas tanto? Ya decía yo que me habías echado un hechizo.

—Obviamente. Pero fue sin querer, yo quería convertirte en sapo, pero me equivoqué con una palabra y cuando te enamoraste de mí no me quedó más que aceptar ser tu novia porque me sentía muy culpable.

—¿Quizás deberías intentar besarme para romper el hechizo?

Ella empezó a inclinarse hacia el frente para hacer justamente lo que le había pedido cuando una mano la aferró por el brazo.

—Muy bien tortolitos, tendrán mucho tiempo después de esto, pero por el momento esta señorita tiene que acompañarme —dijo Leshawna mientras se la llevaba.

Gwen me lanzó un beso y yo se lo regresé. Entonces, viéndonos desde la distancia, noté a Cody con la cara ligeramente desencajada. Rápidamente transformó su rostro en una sonrisa y empezó a caminar hacia nosotros.

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Aunque teóricamente podríamos habernos ido a pasear antes de nuestra presentación, los cuatro concordamos que sería mucha distracción y necesitábamos estar concentrados. El nerviosismo era tan fuerte que en comparación la emoción parecía casi inexistente. Cody se había comido casi todas las muestras de comida que Dj había traído nada más Harold se las había mostrado; yo había dado vueltas alrededor de la parte de atrás del escenario una y otra vez hasta que Harold me había tomado de los hombros y me había obligado a sentarme (como si su Tai Chi fuera mucho mejor, el muy hipócrita); Justin no se había despegado ni un segundo del espejo, haciéndose no sé qué tanta cosa en la cara.

—¡Me rindo! Tenemos que usar los lentes de sol —anunció Justin poniéndose de pie dramáticamente.

—¿Qué, por qué? —le pregunté.

—¿Ya viste esto? Se ve horrible —dijo señalándose un ojo y acercándose a dos centímetros de mi cara.

Me costó un momento enfocar la mirada, y otro más ver lo que él quería que notara.

—Está un poco chueco —comenté dubitativo al ver el delineado de su ojo.

—¡Eso no es un poco chueco, eso es una monstruosidad! —exclamó él.

Yo había visto mucho peores.

—¿Y no puedes simplemente limpiarte el delineado? —sugirió Cody que finalmente había dejado la comida para investigar cuál era el problema.

—Ya lo hice, y me lo volví a hacer literalmente un millón de veces. Y no sale, simplemente no sale. Nunca me había pasado esto.

Y yo nunca había visto a Justin… así: frágil. Era una experiencia surreal de una forma opuesta a lo surreal que era ver a Justin siempre.

—¿Y si simplemente no te delineas los ojos? —propuso Harold como si fuera lo más obvio del mundo. Honestamente yo también pensaba que era la solución más razonable.

—¿Estás loco? Con la hora del día y las luces del escenario va a parecer que no tengo ojos —alegó Justin—. Oh por Dios, ustedes también se ven horribles. Digo, siempre se ven mal, pero hoy es una noche importante. ¿Por qué no se esforzaron ni un poco?

Antes de que cualquiera de los tres pudiéramos decir nada para intentar defendernos Justin corrió por una especie de estuche que había traído. Yo estaba indignado. ¡Me había esforzado! Él era el que ni siquiera… Entonces me di cuenta de que ya no estaba nervioso.

—Siéntate —le ordenó Justin a Harold.

—¿Qué?

—Te voy a arrancar esos tres pelos que tienes en la barbilla. Si no te sale una buena barba, y es claro que no te sale, tienes que rasurarte cuando menos una vez a la semana. Eso es conocimiento básico.

—A mí no me sale absolutamente nada —murmuró Cody en voz baja.

—Pero a mí me gusta como se ve —alegó Harold, cubriéndose con las manos la barbilla.

—Y esa es una opinión incorrecta.

Al final convencimos a Justin que dejara a Harold en paz a cambio de usar los lentes de sol en el escenario (de lo que parecían más contentos Harold y Cody que el propio Justin)… y de que íbamos a aprender a maquillarnos, para la próxima vez.

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La banda anterior a la nuestra había empezado a tocar diez minutos atrás y los chicos y yo no nos habíamos despegado del costado del escenario ni un segundo. Por más que intento recordarlo no tengo la más mínima idea de si eran buenos o no, pero sé que mi corazón latía muy rápido y mis labios estaban secos. El último acorde retumbó por todo el escenario y la multitud enloqueció.

El mismo hombre que había anunciado quienes iban a participar en la guerra de las bandas salió al escenario.

—¡Ellos fueron Lluvia de noche! —exclamó.

—¿Estás listo? —me preguntó Cody poniéndome una mano en el hombro.

Sentí como mi garganta se cerraba.

—Sí —contesté con una sonrisa.

Los chicos de Lluvia de noche pasaron al lado de nosotros mientras salían del escenario.

—Suerte, hermano —me ofreció el puño un chico con el cabello decolorado y un montón de piercings.

—Gracias, rockearon allá arriba —respondí mientras le devolvía el puño.

El chico me guiñó un ojo y siguió su camino.

—Y ahora reciban con un gran aplauso a… ¡Los hermanos del drama!

Mis oídos empezaron a zumbar mientras mis pies me llevaban de manera automática al escenario. El sol se había puesto casi por completo y si no hubiera sido por los lentes de sol las luces del escenario me hubieran cegado. Caminé hasta el espacio que le habían asignado a las guitarras, conecté la mía al amplificador y agarré el micrófono.

—¡Buenas noches! —exclamé, vi movimiento en el público, pero mi vista estaba borrosa y no pude alcanzar a distinguir nada— Nosotros somos Los hermanos del drama y queremos que se permitan enamorarse de nosotros con algo que suena un poco como…

Empecé a tocar mi guitarra y de repente el zumbido había desaparecido, podía percibir las voces del público que iba identificando la canción.

—Y un poco más como… —continué y Cody empezó a tocar su teclado— Y ya sólo queda agregarle un poco de…

Justin empezó a tocar el pandero y el público rugió, fue en ese momento en el que Harold agarró su micrófono y empezó a cantar.

So she said…

What's the problem, baby? —canté yo.

What's the problem? I don't know. Well, maybe I'm in love —continuó Harold con el resto de nosotros haciéndole coro en "love"—. Think about it every time I think about it. I can't stop thinking about it.

How much longer will it take to cure this? —seguí yo.

La canción continuó y yo me sentí llenarme de energía. Harold era el principal cantante, pero el resto lo acompañábamos y mientras iba avanzando la canción cada vez había más partes en las que todos estábamos involucrados. Me fui moviendo en el escenario todo lo que los cables me permitieron hacerlo. Me sentía completamente dueño de mi mismo y del escenario.

I´m in love —cantaron en dueto Cody y Harold.

I´m in love —respondimos Justin y yo.

Accidentally —cantó Harold.

Come on, come on —continuamos Harold, Justin y yo.

—…spin a little tighter —cantó Cody.

Come on, come on —repetimos Harold, Cody y yo.

—…and the world's a little brighter —siguió Justin.

Come on, come on —ahora fue el turno de Cody, Harold y Justin.

—…just get yourself inside her… —canté yo, mis dedos sin dejarse de mover un segundo de mi guitarra, antes de que los otros tres se me unieran— love…

I'm in love —cerró la canción Harold y los aplausos no se tardaron en escuchar.

Voltee a ver a Cody y él asintió, Harold sacó su keytar que había dejado en una maleta en el suelo.

—¿Quieren otra? —preguntó Justin y la muchedumbre asintió. Harold, Cody y yo empezamos a tocar.

Whoa-oh, yeah-yeah-yeah—empezó a vocalizar Cody.

You can be the peanut butter —canté yo.

—…to my jelly —contestaron los otros tres.

You can be the butterflies I feel in my belly —continue.

You can be the captain —ahora fue el turno de Justin.

—…and I can be your first mate —y de que los demás le contestáramos.

You can be the chills that I feel on our first date.

You can be the hero —canto Harold.

…and I can be your side kick —cantamos Justin, Cody y yo.

La canción continuó. Cada vez me sentía mucho más cómodo, y aunque había estado muy nervioso porque para esta canción habíamos sido más ambiciosos y todos estábamos mucho más involucrados en la cantada, así que había varios cambios, todo fluyó con naturalidad. Ni siquiera tenía que pensar. Así que me permití algo que no me había permitido anteriormente, y empecé a buscar a Gwen en el público.

La mamá de Justin nos había explicado que era bueno fingir que estábamos viendo a alguien entre la muchedumbre, como si le estuviéramos dedicando la canción, porque eso volvía locos a los fans y los hacía creer que tenían una oportunidad de vivir su historia de amor de película. El chiste era nunca ser muy específico, nunca mirar a los ojos. Pero yo sí tenía a quién hacer sentir única entre todo el mundo y dedicarle la canción. Pero esta ya casi estaba acabando y no la encontraba.

'Cause your the one for me —canté y el resto de los chicos me hicieron coro.

And I'm the one for you —y entonces la vi—. You take the both of us —me quedé completamente quieto por primera vez desde que había empezado esta canción—. And we're the perfect two… We're the perfect two… We're the perfect two…

La mirada de Gwen estaba en mí, como la mía estaba en ella. Harold cantó los últimos dos versos, y yo olvidé la breve participación que aún me restaba. La canción terminó, los aplausos llenaron el lugar, y un brazo me rodeó por los hombros. Me giré para descubrir que era Justin que me miraba con una gran sonrisa que yo le regresé.

—Y, para cerrar nuestra presentación de hoy, tenemos algo muy especial —anunció Harold.

—No es muy larga, pero esta canción fue compuesta en su totalidad por nosotros —continuó Cody—. Espero que la disfruten.

Cody empezó a tocar su teclado al mismo tiempo que yo empecé a rasgar mi guitarra; Justin marcaba el ritmo con las palmas.

Yo estoy muy bien, ¿y tú cómo estás? —cantó Harold— En todo momento pienso en ti. Me preguntaste que quiero ser, y la respuesta vas a tener…

¡Yo quiero ser famoso! —cantamos Justin, Cody y yo al mismo tiempo.

Volví a adueñarme del escenario.

Muchos peligros puedo pasar —canté con un micrófono que luego le pasé a Justin, a pesar de que él tenía el propio.

Todo lo puedo soportar —a su vez él se lo pasó a Cody.

Nada en mi camino podrá detener…

… lo que yo quiero ser… —volvimos al ataque los tres.

¡Yo quiero ser famoso! —remató Harold.

Justin, Cody y yo empezamos con una serie de "Na na na"s en tiempos distintos mientras Justin y yo nos asegurábamos de recorrer todo el escenario, acercándonos al público, asegurándonos que todos se sintieran vistos.

Yo quiero ser, yo quiero ser, quiero ser famoso —repitió Harold un par de veces mientras el resto lo seguíamos acompañando con los "na na" de fondo.

Finalmente, todos empezamos a silbar mientras nos acomodábamos alrededor de Cody y su teclado. Y la canción terminó.


Me veo en la obligación moral de dedicarle este capítulo a ZatannaxRobinfan. Entiendo perfectamente si ya no lees este capítulo, porque tardé una eternidad en publicarlo, pero no puedo explicar lo inmensamente agradecida que estoy por cada uno de los reviews que dejaste. Me llenaron de motivación y fe para este proyecto; me esforzaré para que los siguientes capítulos cumplan estén al nivel.

Como siempre, también estoy super agradecida con CarrodSparda. Tú sigue llegando tarde siempre y cuando sigas llegando. Me encanta leer tus reviews.

Y, CambiaFormas, gracias por pasarte por aquí, espero que sigas leyendo este fanfic.

Ahora, me siento con la obligación de aclarar que Cody no es millonario. En general los cuatro entrarían dentro de la clase media, sólo que la familia de Cody sería lo que se conoce como "upper middle class", mientras que la de Trent estaría en "average middle class", la de Harold en "lower middle clas" y Justin y su mamá tendrían una entrada de recursos inconstante, aunque para el momento en el que transcurre esta historia podríamos decir que están en la "avarage middle class".

No quiero hacer super larga mi nota de autor, así que ya solamente diré que en serio espero haber manejado correctamente su primer concierto. Creo que este es un paso muy grande para los chicos, diría que a partir de aquí el ritmo de la historia aumentaría, pero no confío en mí así que probablemente no. Hay hermanos del drama para un rato.

Los quiere:yo.