Ser princesa puede llegar a ser un poco más complicado a lo que muchos estarían pensando, de hecho aunque nadie lo diga, o incluso aunque todos lo quieran decir abiertamente, nadie puede decir con seguridad todo lo que la princesa Celestia hace al día. Claro, muchos que alaban al Sol de Celestia, están conformes sabiendo que ella alza el sol y la luna luego del destierro de su hermana… Por su puesto, los primeros años del "destierro" de su hermana resultaron ser más aburridos y sobre todo molestos.
Pero, todos creían que el trabajo de Celestia consistía en solo hacer viajes por toda Equestria, presentarse a eventos, bailar, comer, dialogar con algunos empresarios y era todo… una "yegua de fiesta", que equivocados están muchos en la antigüedad, y pensar que el la princesa del Sol, no solo era la más fuerte de las dos hermanas, sino que además fue quien le había declarado la guerra a las otras razas para tener el territorio que ahora tiene.
¿Alguna vez alguien dudo de la capacidad de Celestia? La historia no le hace justicia a lo sádica, sangrienta, maquiavélica, fuerte y egocéntrica que podía llegar a ser Celestia cuando se ponía una armadura y se dedicaba a repartir "justicia divina" y eso solo era un eufemismo.
La historia conoce a Celestia como la monarca de la "Paz", era irónico, ya que de las dos hermanas, Celestia era quien más disfrutaba de las batallas contra los minotauros o los dragones. "Rivales valientes o muy estúpidos" palabras de Celestia. Quien para su mejor momento, descansaba sobre el cuerpo de dos grandes dragones, con su espada detrás de su espalda, sus alas manchadas con sangre, su crin ocultando un ojo suyo, y pasando su mano izquierda sobre un costado suyo viendo la pila de cadáveres de ponis, y dragones. Era difícil pensar que alguien a quien todos caracterizaban como el emblema de la paz, tranquilidad, y conocimiento, fuera alguien tan cruel y amante de la guerra. Y no solo eso.
En épocas antiguas, incluso cuando Celestia gobernaba con mano de hierro para la época, todos esos atributos eran permitidos en esa época, una época donde había más libertad de hacer lo que uno quería, como guardar secretos, como crímenes de guerra, matanza de algunos ponis que no eran del agrado de las hermanas, manipulación mágica, creación de artes oscuras culpando a otros unicornios, no por nada había una era llamada "la edad oscura de los unicornios", un secreto de las dos hermanas "nobles" de Equestria. Un secreto que permanecería siempre con ellas, actualmente nadie en Equestria querrá saber que Luna y Celestia usaron a ponis como conejillos de indias para magias de diversos usos.
Magias como; Tortura, para ver hasta donde toleraba el cuerpo de un poni Terrestre todo el dolor mágico, y esto para las otras razas, y sub razas como los Hipogrifos. No solo tortura física, si no psicológica y mágica.
Necromancia, con la idea de conocer cómo reacciona un cuerpo muerto o esquelético al ser reanimado con magia o regresando su alma a dicho cuerpo. El cual tuvo muchos usos, entre ellos tener un ejército de muertos para someter a los perros diamantes.
Medina, que cabe decir que incluso la medicina tenía un lado oscuro… "Hermana, ¿sabías que un medicamento, pero en altas dosis puede matar a un poni?" si la crueldad casi perecía no tener límites, y esto para Luna, era solo su mero entretenimiento, pues la verdadera diversión se encontraba en el mundo onírico. "Lo divertido empieza ahora." Cada vez que la luna se alzaba en la noche.
Si alguna vez se enteran de lo ocurrido, nadie podrá decir nada de las hermanas nobles… ¿Qué harían contra dos semi diosas? Además, nadie, absolutamente nadie podrá decir nada, más aun sabiendo que gracias a torturas, practicas, experimentos y pruebas, todos en Equestria viven un nivel de vida muy superior a lo que tenían hace mil años. Tienen la mejor medicina… Gracias a Luna y su experimentación con diversas razas y ponis. Tienen la mejor magia en varias ramas y hechizos que nadie podría si quiera pensar gracias a Celestia. Tienen la mejor alquimia en pociones gracias a Celestia. Tienen el mejor conocimiento del poder de la mente gracias a Luna, y lo mejor de todo… Todas las empresas, y cada pequeño puesto de ventas, es propiedad de las dos hermanas nobles. Así que, ¿Qué podían decirles?
¿Enterarse? Si… Ocurrió una vez… Y esa vez tuvieron que hacer algo Celestia y Luna. Ambas sabían que eran inmortales, y la mejor idea que pudieron hacer fue, "fingir" que Luna se había vuelto loca de poder y había sido corrompida por una entidad conocida como Tandabus, la cual no solo controla Luna, si no doblego. Pero Luna sería un chivo expiatorio, se conocería que Nightmare Moon, fue la culpable de esas experimentaciones, todas esas locuras y magia negra fueron única y exclusivamente idea de Nightmare Moon, y no de Luna… Ambas hermanas no pudieron estar más felices cuando supieron que su plan no solo funcionaria, si no que toda Equestria lo creería y que, como predijo Celestia. Lo olvidarían, y Celestia se encargaría de borrar hasta el último rasgo de evidencia.
"¿Mil años en la luna? Serán unas buenas vacaciones…"
Luna y Celestia podían ir y venir tantas veces quisieran, y sobraba decir que Luna en su respectivo astro, vivía como una reina. En todo caso, Celestia era quien tenía un trabajo duro en tierra. Ver al futuro de un pueblo que no podía ni siquiera mantenerse por sí solo unos siglos sin su guía. Había que preparar el pueblo para tiempos de guerra, guerras las cuales ganaron porque Celestia se mantuvo al frente de un ejército que ella y su hermana en su mejor época entrenaron.
Celestia incluso se adjudica las mayores masacres hacia otras razas, ¿Por qué compartir tierras que pueden ser tuyas? El continente Equestriano había sido alguna vez compartido con perros diamante, Yaks y dragones, y Celestia se encargó de "expulsar" a esas razas, y eso solo era un eufemismo de lo que Celestia hizo. Sin embargo los Yaks habían salido mejor parados que el resto de las razas, quedándose en el norte, al fondo de las montañas de Cristal, cercas de un imperio que pertenecía aúna amiga muy cercana de Celestia.
¿Cuál era la razón por la que Celestia "perdono" a los yaks? La razón podía ser tan simple como tonta, e incluso podia considerarse un insulto para los Yaks, quienes consideraban a Celestia como la encarnación de la guerra. Pero la razón por la que Celestia dejo a los Yaks, no era porque fueran buenos en la guerra, no era que tuvieran tradiciones bélicas, como a Celestia le gustaban, no, si no porque ahí donde viven ahora los Yaks, hace demasiado frio como para que los ponis puedan asentarse ahí.. Esa fue la una "excusa" que había hecho que Celestia desistiera de aniquilar a los Yaks.
Pero si… Nadie en Equestria sabía lo que alguna vez fueron Celestia y Luna… Aunque había una cosa que Celestia nunca podría ocultar y que de hecho, orgullo le daba mostrarlo en su momento.
Como Alicornios, Celestia y Luna no solo fueron bendecidas por la juventud eterna, un rasgo que muchos alquimistas y magos destacados a lo largo de la historia intentaron recrear con hechizos o pociones que les diera la tan anhelada "vida eterna" o "Juventud eterna". Para Celestia, esto era tonto encontrar si quiera un hechizo o crear una poción que hiciera eso. La cuestión era que todo poni podía ascender a Alicornio… El problema y lo difícil era ascender o volverse uno.
Pero en términos simples, los alicornios eran el pináculo de la sexualidad encarnada. Y eso todo el mundo lo sabía.
El cuerpo de Celestia era más allá de lo hermoso, era en términos correctos; Divino y Perfecto. Y como tal, hacia honor a su título mucho más antiguo, un título que únicamente un par de familias podían recordarlo, debido a que se encargaron de pasar la información de generación en generación. Por lo cual esto solo era un rumor entre en pueblo, y una verdad para los que eran tan cercanos con Celestia que podía considerarlos "amigos" o incluso "familia" y una familia un poco… Incestuosa.
El mundo conocía a la princesa Celestia mansita, mojigata, tierna, adorable, carismática, feliz, cariñosa… Y de eso, se encargó Celestia, de que todo el mundo así la conociera. Nadie sospecharía de una princesa "amante" del té, pasteles, y fiestas de gala.
Bueno, Celestia tenía uno de los cuerpos más deseados del mundo… No solo era ganadora de la revista anual de "Ojos hermosos" o de protagonista de la portada de revistas "Miss Equestria" y sin tener que participar. Ya era molesto para las súper modelos de Canterlot saber que nunca llegarían a rivalizar con Celestia, o incluso para la yegua más ambiciosa, nunca en su vida podría acercarse si quiera a rivalizar con la belleza y sensualidad de Celestia, por muchas opciones que modifiquen su cuerpo, o mucha magia que altere sus cuerpos, nadie podía hacerlo, al menos no sin daños en sus cuerpos, o efectos secundarios, eran hechizos que no solamente eran complicados, o pociones imposibles de elaborar, si no que el mas mínimo error podía causar daños irreparables, y nadie deseaba ser un conejillo de indias. Mucho menos ser visto por la sociedad por un método tan poco apreciado.
¿Pero que ocultaba? ¿Cuál era el título de Celestia?
Sonriendo para si misma, Celestia solo camino por los pasillos de su gran castillo, recordando los buenos tiempos en los cuales una simple orden de su parte bastaba no solo para que todo aquel que la escuchara hiciera lo que ella decía, si no más.
—Princesa, eso ha sido todo por el día de hoy. Sé que fue un día largo, así que tuve tiempo de prepararle lo de siempre — Raven Inkwell, la secretaria de Celestia más leal hasta la fecha, una yegua unicornio de tamaño pequeño, de pelaje blanco, de crines y colas de color cafés perfectamente recogidas y arregladas, ojos cafés y un traje tan característico de traje negro y pañuelo rojo en su cuello haciendo de pequeña corbata. Siempre cargando consigo sobre sus brazos una libreta pequeña.
Raven era quizás la yegua que Celestia mas tenía confianza, no para más, esta yegua sabía lo que Celestia hacia ese mismo día y lo que haría los siguientes meses. Celestia podría haberse vuelto dependiente de ella, pero solo para poder tener un tiempo para relajarse, sabiendo que había alguien que podía recordarle siempre las fechas importantes.
Celestia solo sonrió divertida, caminando tranquilamente. Si, hacerse cargo de un reino era… Complicado en algunas ocasiones, incluso Celestia no creía que fuera un reino, sino más bien una dictadura, pues ella daba las órdenes, y lo que ella decía siempre se debía cumplir a rajatabla.
Reuniones, comidas, fiestas, delegaciones, el parlamento, había un sinfín de cosas que para cualquiera podría ser aburrido, y Celestia se estresaba con suma facilidad. Esa capa de serenidad ocultaba una bomba de tiempo. Una bomba que solo podía apagarse o reprogramarse para otro momento, y de una forma muy poco convencional.
Al llegar justo en frente de dos enormes puertas que tenían la cutiemark de la princesa Celestia, Inkwell dijo.
—Sé que siempre me ha pedido discreción en esto, pero, logre encontrar algo de su gusto para esta hermosa noche. —
Tras decir eso, Inkwell, abrió las puertas con ayuda de su magia, abriéndolas de par en par y para deleite de la princesa Celestia se encontró con su tan amado baño privado. Que más que baño parecía una zona hecha para ser un spa para una persona, a pesar de ser extraordinariamente grande.
Una gran alberca en medio de la habitación de agua caliente, en la cual había un sistema que permitía que el agua cayera del techo constantemente a temperaturas altas. La alberca ya tenía en si un sistema de hidromasaje, todo el lugar estaba perfectamente limpio, colores blancos de azulejos tan brillantes que la luz apenas de unas cuantas lámparas en las esquinas bastaban para darle a la habitación de ese baño, un toque hogareño y relajante.
Sonriendo hacia Inkwell, Celestia acaricio la cabeza del joven poni, quien sonrió ante la demostración de afecto de Celestia. Dando varios pasos hacia adelante, Celestia entro a la habitación, pero no sin antes escuchar unas risas detrás de ella.
Un poco extrañada, Celestia miro hacia atrás, y solo vio como Inkwell se había hecho a un lado para permitir que varias yeguas entraran a la habitación, eran un total de cinco hermosas chicas que sonrieron de forma seductora al ver a Celestia.
La monarca mostro algo de sorpresa, pero le sonrió de forma agradecida a Inkwell, quien hizo una pequeña reverencia y dijo.
—La veré en dos días princesa, que pase una agradable noche. —Haciendo una seña a las invitadas, las yeguas entraron al baño mientras las puertas eran cerradas detrás de ellas con la magia de Inkwell.
—Estamos para servirle su majestad. — Dijo una de ellas. Más precisamente Fleur De Lis, una de las modelos más reconocidas de Canterlot.
Para Celestia ser atendida de esta manera era no solo algo maravilloso, sino mas que eso.
Como tal, tener concubinas era normal, lo difícil era encontrar quienes guardaran el secreto, claro que mayormente se encargaba Celestia de borrarles la memoria después del acto sexual.
Fleur junto a dos yeguas más, encaminaron a Celestia hasta la gran piscina del baño, y justo antes de llegar al borde, Fleur se colocó frente a la gran monarca del sol, quien devoro sin ningún remordimiento con la vista el cuerpo de la modelo frente a ella.
Delgada y delicada, alta y bella, voluptuosa y tan cariñosa, no era sorpresa que Fleur fuera una modelo excepcional. Sus movimientos se manos fueron lentos mientras le sonreía a la monarca, esto al tiempo que lentamente rodeaba a la gran alicornio para ir desabrochando su largo vestido blanco de los costados. Por su parte, Celestia aprobecho el momento mientras otras chicas la encaminaban hasta la orilla, donde al llegar, levantando una de sus pesuñas, uno de las chicas le quito las herraduras, y poco a poco entro al agua.
Para este punto el vestido se estaba mojando, pero eso no le importo al monarca, quien al entrar hasta la mitad, Fleur había logrado quitarle el vestido, revelando el maravilloso cuerpo de la poderosa Alicornio blanca. Como tal, el mundo sabía que era una alicornio muy fuerte. Si bien en comparación de su hermana parecía tener menos musculo, lo compensaba mucho más en una área mucho más llamativa para las yeguas que la acompañaban.
Un jadeo grupal se hizo presente cuando cada yegua noto por debajo del agua el monolito enorme oculto entre las piernas de Celestia. Su mayor orgullo y lo que la volvía tan arrogante frente a cualquier semental.
Claro, si su musculatura no era suficiente para intimidar a un semental, lo haría su altura, y de no ser ninguna de esas dos, lo haría la tercera pierna que tenía como verga. Y eso ya era mucho decir.
Al principio las chicas se maravillaron de la constitución que tenía Celestia, había cicatrices en algunas partes de su cuerpo, algunas en la espalda, otras en su firme abdomen, otras en sus brazos y piernas. Si bien era cierto que muchos médicos actuales e incluso magos destacados le habían ofrecido borrar sus cicatrices con pociones, cremas medicinales o magia, la respuesta de Celestia siempre fue un no, eran recuerdos… Era un poco extraño, pero para Celestia, cada cicatriz tenía una historia y curiosamente, la mas grande de ellas, una que cruzaba su pecho izquierdo y bajaba por su abdomen como un corte perfecto en diagonal, fue hecha por su hermana Luna.
Fleur fue la primera en besar a Celestia en los labios, tratando de calmar su mirada, la cual estaba enfocada en las yeguas quienes miraban sus cicatrices. Y naturalmente la enorme bestia que se escondía en su vaina de Caballo. Y si bien Celestia deslumbraba por su prominentes tetas, cierto era que incluso las chicas que la acompañaban mostraban ciertos celos. Un par perfecto, y solo se hicieron más grandes cuando una de las chicas termino por quitarle el sostén que contenía aquellas enormidades.
—Permíteme servirle princesa. — La segunda yegua, Rarity, convencida para venir aquí por la propia Fleur. La joven yegua había tenido un cuerpo que Celestia hacia mucho deseaba. Desde su visita a Canterlot, Celestia miraba con deseo a la joven unicornio, no era raro porque su carrera como modista en Canterlot despego, Celestia sabia como mover hilos y sabia lo que ella quería. Especialmente luego de ver que se decepciono tras su reunión con su sobrino Blueblood.
—Empieza por abajo. Sera una noche larga y créeme que tengo mucho para ofrecerles a todas. — La voz de Celestia era serena, pero autoritaria, lo cual hizo estremecerse a las otras chicas.
Un movimiento de una de sus manos basto para indicarle a otra chica que le ayudara a Rarity, y así fue. Ambas yeguas se postraron de rodillas en la pequeña piscina, y si bien dentro había una zona donde Celestia podía estar sentada, estaba a la altura suficiente como para que las chicas pudieran atender su cetro real sin ningún problema.
Celestia miro a Fleur y paso su mano alrededor de la pequeña cintura, tomándola justo por donde florecían sus caderas, Celestia era enorme, por lo cual sus brazos fuertes así como sus manos solo empequeñecieron a la yegua, pero ella solo se dejó hacer. Una mirada cruzada entre ambas basto para que Fleur entendiera, y un beso tan suave y delicado unió a ambas yeguas. Si bien Celestia identificaba la diferencia entre un beso de un semental y una yegua. Celestia siempre tenía un lado romántico y apasionado. Y ella prometía que las yeguas tenían ese toque único que los sementales no podrían igualar.
Las otras dos yeguas juguetearon no solo con los enormes pechos de Celestia, sino que además de ello los chuparon y trataron como si realmente de ellos pudieran vivir, no solo eran más grandes que las cabezas de las yeguas ahí presentes, eran firmes y suaves a la vez, sostenidos por una capa de musculo debajo, lo cual les daba esa apariencia de ser firmes.
Pero abajo, tanto Rarity como su acompañante se fueron maravillando de como la vaina de caballo de Celestia iba revelando más y más carne para complacer. No era nada parecido a lo que un semental podía ofrecer, de eso estaban seguras. Lo que tenían enfrente ya era más grande que las revistas pornográficas ofrecían, y aún estaba flácido.
La enorme meseta se fue elevando lentamente. El tiempo que tardaban las yeguas en estimular la enorme verga de Celestia, era una demostración de la práctica y resistencia que la poderosa alicornio tenía. Conforme iban besando, lamiendo y acariciando la enorme torre de carne frente a ellas, solo se dieron cuenta que era demasiado grueso como para que sus manos pudieran rodear esa monstruosidad. No solo eso, vieron como las venas iban remarcándose a lo largo de toda la longitud de Celestia, quien miraba de reojo con una pisca de orgullo como su enorme verga se alzaba cada vez más y más alta, haciendo que las yeguas dejaran lo que hacían mientras veían como Celestia flexionaba sus músculos pélvicos para terminar de erguir su poderosa verga.
Una enorme torre llena de venas en todo grosor, lo suficientemente grande como para que las yeguas sepan que era un tamaño realmente imposible de creer, a pesar de que lo tenían frente a ellas. Si por Celestia fuera, ella sería capaz de partirlas a la mitad con ella, y por si fuera poco, lo acompañaban un par de enormes orbes rellenos de esperma, cada uno lo suficientemente grande como para que las chicas se preguntaran cuanto podía albergar en ellos.
Levantándose de su lugar, para darles a las chicas una mejor vista de todo lo que era Celestia, tuvieron una mejor idea de la razón por la cual Celestia era llamada la Diosa de la fertilidad, y era nada más y nada menos que por sus dotes masculinos, lo suficientemente grandes como para que Celestia fácilmente bajara la cabeza y ella misma se diera una mamada, incluso ella sola podía darse a sí misma una cubana sin ningún problema.
—Tú, vas primero. — El dedo de Celestia señalo a la más pequeña del grupo, una joven pegaso de crines azules cristalinas.
La más joven de los Wonderbolts, Fleetfoot, ella había tenido una integración en los Wonderbolts algo complicada, y según había escuchado, podría obtener algo de ayuda si ella estaba aquí. Aunque el contrato no decía nada de enfrentarse a una verga de caballo del tamaño de una alicornio demasiado dotada.
Tragando saliva, la joven atleta solo asintió un par de veces, no había mucho que pudiera hacer, más que desear que Celestia no la partiera por la mitad.
—Ciertamente las generaciones han hecho de ustedes más hermosas con el pasar de los siglos…—
El nerviosismo de la pegaso era evidente, no ayudo cuando la figura de Celestia se posó sobre ella, y encima de ello la enorme y palpitante verga que esperaba ansiosa por ser saciada del deseo carnal. Más allá de ello, Celestia sabía que esta joven pegaso tendría no solo el mejor paseo de su vida, si no que nadie más podrá complacerla de la misma manera que Celestia lo haría.
La fuerza de Celestia era notable, no para más, su musculatura era no solo notoria era más allá de lo que uno podría pensar que podía hacer Celestia con ella. Con una facilidad tremenda, Celestia tomo delicadamente las caderas de la pegaso, y la elevo lo suficientemente alto para colocarla sobre la punta de su polla. Esto solo alarmo y preocupo a la pegaso, quien si bien hace horas ella tenía una idea de la fuerza de su princesa. Realmente nunca se esperó que ella la levantara como su fuese una muñeca de trapo.
—Relájate… Esto lo vas a disfrutar. —
Con las piernas temblando, Fleetfoot solo abrió los ojos con asombro cuando Celestia comenzó a bajar el cuerpo de la pegaso sobre su tremenda longitud. Un grito silencioso salió de la boca de la pegaso, quien solo sintió como el intruso incursionaba en su interior, estirando sus paredes internas, pero al mismo tiempo su propio metabolismo se aferró a la herramienta descomunal de Celestia, apretándola para ordeñarla por todo el esperma que tenía la monarca del sol en sus pesados testículos.
Para disgusto de Celestia, solo logro insertar una tercera parte de su longitud, pero tampoco podía pedir mucho, después de todo, ella era por defecto más grande que todos los ponis en Equestria, y tenía una verga de caballo que hacia honor a su nombre como "La más grande princesa", sin embargo, Celestia también no fue tan cruel, ella también le dio a la pegaso un trato bastante cariñoso, si bien las otras yeguas estaban atendiendo el resto del cuerpo de Celestia, actualmente Celestia quería hacer disfrutar a esta pegaso su mejor noche.
Empujes suaves pero firmes, teniendo el cuidado necesario para no empujar tan fuerte y no lastimarla en el proceso. Pero esto para Fleetfoot era mas de lo que ella pensaba tolerar, nunca espero que su amante estuviera tan benditamente bien dotada.
Algunas de las yeguas miraron con envidia a la pegaso, quien comenzaba a retorcerse a pesar de los empujes suaves de la princesa Celestia. Incluso Celestia se lo tomo con humor, pues ella ya podía sentir los signos tan tentadores del orgasmo de una yegua. Sentir como cada nervio del interior de una yegua apretaba su longitud era algo notorio cuando su verga literalmente es la que estira las paredes vaginales. Le era gracioso pensar como el cuerpo de todas las yeguas trataban en balde de obtener su semilla, semilla que ella misma esterilizaba, pues lo último que ella quería era tener alicornios volando de un lado a otro.
Aunque la idea siempre le parecía interesante. La más joven de las alicornios, Cadence ya estaba con un semental, y hasta donde sabia, era cuestión de tiempo para que su prometido la impregnara… "Claro, como si un simple mortal pudiera embarazar a una alicornio." La mente de Celestia tenía toda la razón. Sin embargo, esto solo era un maldito aperitivo. Estas yeguas solo estarían aquí para calmar los niveles exorbitantes de lujuria de la princesa del sol.
Luego de varios minutos, la pegaso cayó al suelo jadeando exhausta, sin fuerza en sus piernas y con apenas algo de fuerza para levantarse…
Sacando su enorme longitud. Celestia se volteó a ver a las otras cuatro yeguas restantes, quienes se sintieron intimidadas al ver la poderosa verga de Celestia palpitar entre sus piernas.
—Bien… ¿Quién es la siguiente? —
Raven Inkwell siempre tenía que recoger todo el desastre que Celestia provocaba en sus "reuniones", o al menos no ella exactamente. Raven por lo general seleccionaba algunas sirvientas del castillo, pero casi ninguna quería encargarse de limpiar litros de esperma regados por una habitación, y mucho menos toparse con el almizcle potente del monarca. Incluso a pesar del aumento salarial, muchas mucamas se negaban. Ya sea para no caer ante la tentación del monarca, o no perder su empleo, pues se tiene la costumbre que nadie sepa del "secreto" de Celestia.
Raven se limpió una leve línea de sudor de su frente y observo su itinerario.
—Bien, la princesa Cadence debe llegar en breve…— Observando el baño el cual ahora completamente limpio, ya tenía un aroma mucho más tolerable. Claro, tres sirvientas le habían ayudado. Realmente resultaba difícil creer que una sola alicornio podía hacer esto… Al menos ella no tenía que encargarse de los desastres que hacia Luna.
Caminando hacia el despacho de la princesa del sol, Raven se arregló un poco su traje, no queriendo parecer desarreglada a mitad de su día. Ella tuvo que hacer unos arreglos, a la princesa Luna no le gustaba mucho la idea de tener que esperar a poder disfrutar de un día bastante productivo. Sin embargo, al ser una figura pública, la princesa Luna tenía que tragarse algunos asuntos burocráticos y escritorio que requerían de su atención.
Luna era una piedra en el zapato metafórico de Raven, especialmente cuando se trataba de hacer su respectivo trabajo como princesa… Aunque el título de princesa, a Luna nunca le gusto. De hecho la idea de Emperatriz o reina, era un título que Luna creía era mejor. Esto debido a su ego y sobre todo el sentirse superior. Pero viniendo de una época donde a Luna le encantaba la vida fácil y literalmente preferir empuñar una espada y buscar al idiota que miro feo a la princesa guerrera. Bueno, fue sorprendente que Luna se acostumbrara a la época moderna.
—Princesa Celestia, ¿puedo pasar? — pregunto educadamente Raven al tocar la puerta para llamar a la monarca del sol, quien debía estar adentro de su despacho.
—Adelante Raven…—
Al entrar a la habitación, Raven rápidamente tuvo un rubor en sus mejillas al ver como dos yeguas de la guardia real estaban no solo atendiendo la longitud turgente de la princesa del sol, sino que además, esas dos yeguas, tenían sus respectivas tetas, apretadas contra la descomunal herramienta reproductora de Celestia, quien, sentada sobre su escritorio, observo a Raven con una actitud común de ella.
—¿Necesitas algo? —Dijo Celestia viendo como aquellas dos yeguas simplemente apretaban sus senos contra la enorme polla de Celestia, al tiempo que usaban sus labios para chupar algo de esa venosa verga.
—S-Si, disculpe, si está ocupada regreso después. — Raven rápidamente se dio media vuelta y camino de regreso hacia la puerta para salir del despacho, sin embargo, la magia de Celestia cerró abruptamente la puerta, haciendo que la pequeña unicornio, chillara de miedo, pensando que hizo mal en entrar al despacho de Celestia.
No es que Raven le tuviera miedo, sin embargo, a ella le aterraba el hecho de que Celestia en algún momento decidiera utilizarla a ella como un juguete sexual, lo cual era costumbre de Celestia para gran parte de la servidumbre del castillo.
—Raven… Mhhh. Querida, sabes que tú nunca me molestas. Sea lo que sea que hayas venido a decirme…— Entre gemidos, Celestia acaricio la cabeza de una de las yeguas, sintiendo levemente como la presión en sus ingles comenzaba a aumentar considerablemente. Esa sensación tan agradable de ser adecuadamente atendida. —Debe ser importante…—
Mirando a sus dos guardias, Celestia les sonrio, y dijo.
—Solo un poco más chicas. —
Un gemido de excitación de las dos guardias hizo que ambas comenzaran a poner más empeño, y del mismo modo pudieran obtener su recompensa blanca que estaba retenida en los pesados testículos del monarca del sol.
—B-Bueno princesa…— Tragando saliva y apartando la mirada, tratando de usar su libreta para cubrir la indecencia de la princesa, Raven trato de hablar. —C-Como sabe la princesa Cadence quería venir hablar con usted de algo importante, y la estará esperando en su habitación, ya que son asuntos personales los que ella quiere hablar con usted. —
—¿Oh? ¿Enserio? Mhhh…— Gimiendo con una sonrisa altanera, la sensación se comenzó a intensificar en su propia verga, la cual comenzaba a latir más fuerte y con más firmeza, logrando que las venas se llenaran de sangre y se vieran más marcadas. — ¿No menciono de que quería hablar exactamente? —
—N-No me lo dijo princesa… Tan solo que era un asunto personal. —
—Oh, puedo hacerme una idea de que se trata…— Celestia sonrió divertida viendo a sus dos yeguas las cuales rápidamente se pusieron de pie para atender la enorme punta plana de la polla de Celestia. Quien sintió que se acercaba a su clímax. — La atenderé en breve Raven, muchas gracias… Ahora, si no quieres que te ensucie tu lindo traje, por favor… Mhh retírate rápido, que esta va a ser bastante mas grande. —
—C-Claro princesa. —
No hizo falta que se lo dijeran dos veces, Raven rápidamente salió de la habitación, y justo a tiempo, pues lo siguiente que paso en el momento que ella cerró la puerta, escucho un gruñido que ella identifico que era de Celestia, y gritos de placer y euforia de las dos yeguas que atendían so poderosa verga.
Lo único que cruzo por la cabeza de Raven fue, la alegría de haber salido justo a tiempo y no mancharse su traje con la sustancia pegajosa de Celestia. Pero para su frustración, Raven suspiro de forma pesada sabiendo que ella ahora tenia que encontrar a unas sirvientas que se encargaran de limpiar al despacho de la princesa Celestia.
—Carajo… No otra vez…—
Al dar su primer paso, algo capto su atención, algo viscoso en sus cascos le llamo la atención, y al mirar vio la sustancia blanca saliendo debajo de la puerta del despacho de Celestia, esto hizo que Raven se sorprendiera, no solo por la virilidad y productividad que tenía Celestia, sino que hizo que Raven ahora tuviera curiosidad.
Girándose para abrir la puerta, al hacerlo, vio que del otro lado de la puerta, esa misma puerta había sido golpeada por una densa cantidad de esperma que había sido expulsada de nada más y nada menos que la verga de Caballo de Celestia, quien miraba con orgullo el desastre que había hecho, y a ambas guardias aun lamiendo el imponente pedazo de carne que Celestia tenía, aun dura como una roca.
—Aún sigo dura como una roca… ¿Nada mal para una anciana de 3,450 años verdad? — Dijo Celestia con orgullo mientras acariciaba su verga de caballo con una mano.
Continuara.
FIN DEL CAP
N/A: Felices fiestas amiguitos. Dado que es mes festivo, se acerca navidad, y año nuevo, quiero darles a ustedes la libertad de elegir qué historia quieren que yo actualice, sé que prometí que actualizaría la historia de Emperatriz. Sin embargo.
Soy un dios generoso.
Así que decidí darles a ustedes unas opciones buenas.
1-Pueden elegir la historia que ustedes quieran que yo actualice y ese será su regalo de este fin de año.
2- Puedo hacer una historia para ustedes, dicha historia ustedes pueden especificar como les gustaría que fuera, sin embargo la única condición es que contenga FUTA. Ustedes pueden elegir con quien. La idea que más me guste, esa la elegiré para hacer una historia según la describan en los comentarios, claro que me tomare algunas libertades para hacerla que embone a mi gusto.
3- No piden nada, me dejan disfrutar la navidad, año nuevo y reyes magos. (AL chile no tengo nada que hacer estos días, asi que no pidan esta opción, porque voy a estar de huevon)
Sin mas que decir, felices fiestas chicos y chicas.
