¡Hola! Espero estén teniendo un buen día :)

Disclaimer: MSLN Ni sus personajes me pertenecen. Todo el crédito a sus respectivos autores.

Epílogo: La vida sigue.

El sonido de las olas del mar llegaba a sus oídos tan lejano, casi como un susurro, que se sentía como un sueño. El leve movimiento del cuerpo que sostenía entre sus brazos la hizo salir lentamente de su ensoñación, abriendo perezosamente los ojos y teniendo que parpadear un par de veces para poder acostumbrarse a la luz natural que entraba desde el balcón.

La iluminación que recibía esa mañana le permitió darle un mejor vistazo a la mujer que parecía estar aún dormida entre sus brazos. Su cabello cobrizo recorría libre la almohada, mientras que su pecho se movía suavemente al compás de su respiración. Algunas diminutas arrugas bordeaban sus ojos, y sus firmes pómulos eran otra muestra de su madurez. Pero, para Fate, todo seguía siendo como si el tiempo no hubiese pasado nunca.

Sobre todo cuando Nanoha se seguía sonrojando profundamente cada vez que estaban juntas, y tenía la oportunidad de mirarla intensamente.

El simple hecho de poder despertar a su lado, aferrada a ella, parecía un sueño.

Solo que, su encuentro, había dejado de ser solo un sueño desde hace años.

A Fate aún le causaba algo de gracia el pensar que, luego de su reencuentro, habían hablado con tranquilidad el asunto y en conjunto habían tomado la decisión de llevar las cosas "con calma".

Al día siguiente, luego de que ambas habían procesado lo sucedido en el kínder, se habían citado en un restaurante cercano. Gracias a Hayate, quién se ofreció a cuidar ese día de Vivio, tenían prácticamente toda la tarde disponible para poder hablar un poco mejor de lo que había sucedido. Fate hizo su mejor intento en explicarle a Nanoha lo poco que entendía acerca de su reencarnación, y también le habló de los fragmentos de recuerdos que aún conservaba de su primer tiempo juntas, los cuáles por mucho tiempo había pensado que eran simples sueños. Nanoha también le habló de las cosas que habían pasado luego de su ausencia, y de cómo había transcurrido su vida luego de su separación física. Muchas cosas habían pasado en ese tiempo. Se había casado, se había divorciado, tenía una hija. Incluso había logrado fundar una empresa con Hayate.

Era obvio que el tiempo no se había detenido para Nanoha. Pero también era más que evidente que, a pesar de los años, Fate seguía siendo el amor de su vida.

Esos sentimientos siempre habían estado allí, latentes, negándose a desaparecer. Se habían quedado bajo llave, sellados por la distancia que las separaba y dispuestos a irse hasta la tumba con ella.

¿Quién se iba a imaginar que el amor de su vida iba a ser capaz de desafiar todas las posibilidades y regresar para encontrarse con ella una vez más?

También, era bastante evidente que Fate seguía sintiendo las mismas cosas por Nanoha. Como si se hubiesen quedado adheridos a su subconsciente, esos sentimientos habían permanecido dormidos esperando encontrar a esa mujer nuevamente para florecer una vez más.

Pero todo podría resultar ser muy diferente ahora. Era verdad que Fate seguía teniendo recuerdos de su no-vida anterior, pero, ahora que había nacido de nuevo, y las experiencias de su nueva vida habían sido distintas ¿Realmente seguiría siendo la misma persona?.

Y además, también estaba la diferencia de edad. Cuando se conocieron por primera vez, en teoría, Fate era ligeramente mayor. Si tomaban en cuenta solo su nueva vida, esta vez Nanoha era considerablemente mayor.

Aún así, luego de conversar bien las cosas, al darse cuenta de que esos sentimientos eran algo que no iba a desaparecer por arte de magia, tomaron una vez más la decisión de darse una oportunidad. Se tomarían las cosas con calma, empezarían a salir, y sería como si se estuviesen conociendo desde cero otra vez.

La calma les duró tres escasos meses, hasta que se pasaron de tragos en una cena.

Habían tenido la inmensa suerte de que, esa semana, Nanoha había llevado a Vivio a pasar algunos días en casa de sus abuelos, porque los ruidos que habían hecho esa noche se tuvieron que haber escuchado fácilmente por todo el costosísimo penthouse de la cobriza.

Luego de esa noche era simplemente una estupidez negar lo innegable. Ambas habían perdido la cabeza por amor, otra vez.

Y así llevaban prácticamente cuatro años. Fate no podía sentirse más afortunada de que, Nanoha, una vez más, la hubiese escogido a ella. Aunque todavía tuviese que aguantarse miradas odiosas de colegas y pretendientes de la cobriza que la consideraban una oportunista, solo por la envidiable posición económica que había logrado obtener Nanoha luego de tanto esfuerzo.

Esos imbéciles. Si aún fuese invisible para los demás y pudiera lanzarles una lata de soda en la cara sin enfrentar consecuencias lo haría sin dudarlo.

Posando su atención nuevamente en la cobriza, depositó un ligero beso en su hombro desnudo, que la despertó. La mano de Nanoha se deslizó entre las sábanas, encontrando la suya para llevársela a los labios, depositando un casto beso en su dorso.

- Buenos días - murmuró Nanoha, sonriendo.

- Buenos días cielo - dijo Fate, intentando incorporarse - Creo que se nos hizo un poco tarde.

- Espera - pidió la cobriza, mientras la invitaba a abrazarla de nuevo - Quedémonos así unos minutos más.

No podía negarle nada a Nanoha cuando se lo pedía de esa manera.

Además, técnicamente no se les estaba haciendo tarde. En esos momentos estaban tomándose unos días de vacaciones aprovechando que, en el colegio, estaban a mitad de las vacaciones de verano. Fate aún estaba libre por algunas pocas semanas antes de tener que regresar al colegio para empezar a trabajar en la planificación de las actividades del nuevo año escolar, y a Vivio todavía le quedaba un mes más de libertad, lo que había sido aprovechado por su padre para llevarla de viaje a la ciudad donde vivía con su actual esposa.

Así era como Nanoha y Fate habían terminado en una lujosa villa vacacional junto a la playa, de la que casi no habían salido porque se les hacía tremendamente difícil separarse cuando estaban juntas. A Fate no le hubiese importado que, al momento de su reencuentro, Nanoha no tuviese ni un centavo en el bolsillo, pero no podía negar que el hecho de que la cobriza quisiera consentirla en cualquier cosa posible ahora que tenía esos medios a su disposición era algo que secretamente disfrutaba. A veces incluso era ella quién tenía que asegurarle que no era necesario que hiciera tantas cosas por ella.

Esa era una de las razones por las que no había querido dejar de trabajar en el colegio cuando la relación con Nanoha se volvió algo más serio. El pago que recibía era un chiste en comparación a los ingresos mensuales de la cobriza, pero al menos una vez al mes, de su propio dinero, podía invitar a salir a Nanoha y Vivio a algún lugar que ellas quisieran, y eso le causaba una satisfacción infinita.

También ayudaba mucho que Vivio parecía haberle tomado un cariño especial, hasta el punto de empezar también a llamarla mamá luego de algunos años. Cuando tuvieron que explicarle a Vivio qué estaba pasando entre ellas dos, Fate estaba terriblemente nerviosa. Pensaba que, en cualquier momento, la niña iba a hacer una pataleta, o se sentiría ofendida o desplazada, pero no. Se lo había tomado tremendamente bien, y estaba incluso hasta feliz de que su maestra favorita ahora fuese también su "mamá". Era probable que el hecho de que hubiese visto una interacción similar entre Hayate, quién consideraba la mejor tía del mundo, y Rein, la hubiese ayudado a entender mejor lo que pasaba entre su madre y Fate.

Otro de los desafíos a los que habían tenido que enfrentarse llevaba el mismo apellido que completaba el nombre de Fate en esa vida. Lindy Harlaown era una mujer amable y bastante abierta, que no había tenido problemas en confiar en las decisiones de su hija, pero cuando su mayor orgullo se presentó en su casa tomando posesivamente de la cintura a una mujer que la doblaba en edad no pudo evitar que su instinto protector saliera a flote. Dubitativa, se tomó su tiempo para confiar completamente en Nanoha. Sin embargo, Nanoha no dudó ni un minuto en ser honesta en cuanto a sus intenciones con Fate, esforzándose en demostrar que sus sentimientos hacia la joven rubia eran sinceros y estaban lejos de tener siquiera una pizca de malicia. Por más reacia que Lindy se hubiera mostrado al inicio, pronto terminó por darse cuenta de que Nanoha estaba absolutamente enamorada de Fate, y la felicidad que mostraba su hija cada vez que hablaba de la cobriza hizo que diera su brazo a torcer, permitiendo que la cobriza se hiciera parte también de su pequeña familia.

Incluso Yuuno había sido increíblemente comprensivo con Nanoha, y había congeniado con Fate desde la primera vez que se habían visto.

En esa nueva vida, todo estaba marchando bien.

Nanoha, quién casi se estaba quedando dormida de nuevo, se levantó de golpe revisando la hora en el reloj.

- ¡Uy! Tienes razón ¡Es tardísimo! - exclamó Nanoha, mientras se dirigía a la ducha.

Fate sonrió divertida ante la actitud de su pareja. Estirándose por algunos segundos, se levantó de la cómoda cama e intentó ordenar sus cosas mientras esperaba a que Nanoha terminara de ducharse para tomar su lugar. Ese día habían acordado regresar a Uminari. No necesariamente Nanoha tenía que regresar a la oficina al día siguiente, pero considerando que tenían que viajar por carretera durante algunas horas, y también tenían que retomar las labores domésticas, lo mejor era que se adelantaran un par de días.

Luego de ducharse, ponerse algo de ropa cómoda para el viaje y de verificar por última vez que no se les estaba quedando nada en la habitación, hicieron el chek out en la recepción de la villa y se subieron a la camioneta de Nanoha. Usualmente Fate manejaba en los viajes largos, pero, esta vez, Nanoha le había pedido el asiento del conductor, así que Fate se preocupó sólo de seleccionar la mejor música posible para hacer más ameno el viaje.

A pesar de que el viaje duró horas, se mantuvieron hablando durante todo el camino, y el tiempo se les empezó a hacer algo corto como siempre que estaban juntas. Al llegar a la ciudad, Nanoha en vez de tomar la ruta habitual, se desvió hacia otras calles más cercanas a la zona universitaria de la ciudad. Esas estrechas calles se sentían ligeramente familiares para Fate, pero no lograba dar con esa ubicación al cien por ciento. En una de esas calles, Nanoha se estacionó y, luego de apagar el automóvil, le pidió a Fate que la acompañara.

Al llegar a la entrada del edificio, Fate recordó ese lugar de golpe.

- Nanoha, ¿Este no es…?

- Ven - la interrumpió Nanoha, mientras abría la reja de entrada al edificio - Acompáñame.

Nanoha, tomándola de la mano, la invitó a adentrarse al edificio. Juntas, subieron por las escaleras hasta el tercer piso, y guiándola hasta el final del pasillo para detenerse en la última puerta, la cobriza sacó de uno de sus bolsillos una vieja llave plateada, introduciéndola en la cerradura para invitarla a pasar al interior del departamento.

Fate, casi temblando, entró a la estancia nuevamente, después de tantos años.

Esa diminuta sala que tanto había visto en sus recuerdos. La pequeña cocina en donde habían tenido su primera no-cita, el sofá donde se habían besado por horas. El lugar donde se habían conocido. Los recuerdos se agolpaban en su cabeza, llevándola al borde de las lágrimas.

- Pero, ¿Cómo? - alcanzó a preguntar, girándose para ver a Nanoha.

- Lo compré - admitió Nanoha, tomando su mano y depositando la llave en su palma - Lo hice hace mucho tiempo. Fue uno de los primeros caprichos que me di. Este lugar me recordaba tanto a ti, que no podía desprenderme de él. Quizá en el fondo siempre supe que nos volveríamos a encontrar.

Fate intentó hablar, pero se quedó sin palabras al ver como Nanoha ponía una de sus rodillas frente a ella, sacando un precioso anillo de otro de sus bolsillos.

- Fate - habló Nanoha, y Fate no pudo evitar estremecerse ante el tono de voz que usó su compañera - Hace muchos años te dije que siempre serías mi fantasmal historia de amor. Ya no eres un fantasma, pero yo te sigo amando con la misma intensidad de esa vez, así que creo que es hora de cambiar la frase. ¿Te gustaría ser, esta vez, mi eterna historia de amor?

Cegada por las lágrimas, Fate solo pudo abalanzarse hacia ella, haciendo que ambas cayeran al suelo entre risas. Apenas logró recuperar el control de sus temblorosas manos, tomó el rostro de Nanoha y lo acercó hacia ella, para depositarle un largo beso cargado de todas las emociones que en ese momento no alcanzaba a decir.

- ¿Eso sería un sí? - se aventuró a preguntar Nanoha.

- ¡Sí! ¡Mil y un veces sí! - afirmó, mientras volvía a besarla.

Si volviera a nacer mil veces, mil veces la buscaría, y mil veces la encontraría.

Siempre buscaría a Nanoha, y siempre la encontraría.

Porque todos los caminos siempre la conducirían a ella.


N/A: Y ahora sí. ¡Hemos terminado!

Nadaoriginal: Lo bueno es que Nanoha, al parecer, encontró una especial fuente de colágeno x'D. Ahhhh, pero es que esas dos siempre terminan encontrándose. Qué viva el amor! Muchas gracias por acompañarme hasta el final :) Te envío un abrazo en la distancia!

Chat'de'Lune: Es que esas dos son tal para cuál! Por si acaso, esta vez, me pareció correcto dejar a Alicia fuera de la ecuación, sobre todo porque ya Fate, en su vida y no-vida pasada, logró solucionar ese tema. Como esta vez regresó por Nanoha, creo que definitivamente sería menos enredoso que nuestra querida Fate, en esta nueva oportunidad, se enfoque en vivir una vida plena y feliz con la mujer que motivó su regreso (porque no vaya a ser que se le ocurra aventársele a otro camión. Ese truco solo se puede hacer una vez! :p ). Muchas gracias por tu compañía a lo largo de esta historia Chat. Un fuerte abrazo para ti!

Ahora, algunos anuncios dominicales.

Tengo aún algunas historias pendientes, así que, para su suerte (sea mala o buena :P ) es probable que me miren por estos lados un rato más. De ser así, es probable que me desaparezca quizá un par de semanas y, si todo sale bien, empiece a subir una nueva historia a mediados de octubre. Eso sí, en comparación a esta historia, que tuvo su drama ligerito pero que realmente fue pensada para ser algo más lleno de romance bonito... Para las siguientes parece que me dio por subirme al autobús del drama ¡Y el condenado iba sin frenos! . Por supuesto, las debidas advertencias serán dadas en su momento, mientras me voy abasteciendo de pañuelos para llorar.

Muchas gracias por acompañarme en este viaje. Gracias por sus comentarios, y también a todos esos lectores silentes que dedicaron valiosos minutos de su tiempo para leer esta historia y todos mis desvaríos. No se imaginan la ilusión que me hace el poder compartir estas cosas con ustedes, y realmente su apoyo y cariño es algo a lo que me aferro para poder hacer un poco más llevaderos mis días. ¡Muchas gracias por estar aquí! Les envío un afectuoso saludo en la distancia, y espero que pasen una excelente semana :)

¡Nos leemos en un futuro!