Fanfiction escrito por mi persona, sin fines lúdicos, basado en la obra de Ichiei Ishibumi, las novelas ligeras HighSchool DxD.


- High School DxD –

[True Draconic X Deus]


-Serpiente Negra-


-Italia – Mundo Intermedio-

-Ex..cusi…- chilló una mujer, aterrorizada. Sentada en el suelo, en la oscuridad de la noche.

Confundida. Asustada.

Su marido arrodillado frente a su agresor. Sus brazos extendidos, sujetados por extrañas e incomprensibles cadenas de luz. Su rostro, deformado por los continuos y fuertes golpes que la inocente joven le había propinado.

Una fuerza inhumana para alguien de su edad y complexión física. Una chica de largo cabello negro, vestida de cuero, dos alas con plumas negras a su espalda. Esta movió sus manos. Múltiples cadenas de luz envolvieron a los adultos, amordazándolos a la fuerza.

-No entiendo nada de lo que dice… ¿Es esta?- preguntó la joven mirando a un lado.

Otra niña, de media melena rubia, vestida de blanco, un blanco manchado de sangre, se paseaba mirando los marcos con fotografías con curiosidad.

-No lo sé… Estamos donde nos han pedido. No me pidas más porque no lo sé-

-¿Y dónde está la otra?-

-Arriba. Con la niña. Necesitamos que recuerde lo que necesitamos que recuerde… Si es ella-

-¿Le estáis lavando el cerebro y no sabéis si es ella?-

-Supongo que primero habrá buscado esa baratija de mierda… Joder. Deja de joderme, imbécil!-

-¿A quién has llamado imbécil, bruja de mierda?- rugió la ángel caído.

La rubia no respondió, pasando a sentarse en uno de los asientos, ignorando los pliegues de su vestido blanco.

-Tarda mucho!- protestó la morena. Convocando una lanza de luz, la joven alzó el mentón de la mujer -¿Por qué no matar a estos?-

-¿Qué importa? ¿Qué te detiene? No son más que simples humanos… Mátala!-

El espacio se rasgó en mitad de la estancia, dos pies descalzos se posaron en el suelo. Las chicas palidecieron, irguiéndose de repente.

Sus ojos negros, carentes de toda emoción, recorrieron la estancia, centrándose en el matrimonio italiano encadenado.

-Fracasasteis en matar a su contraparte…-

-No fracasamos… ¡!-

La niña, más joven que la morena, la tomó del cuello, alzándola sin dificultad.

-Os pedí que mataseis a Irina Shidou. Sigue viva-

-Pero no nos permitiste actuar directamente… Tuvimos que manipular a demasiada gente…-

La niña pasó a mirarla a ella.

-Mi diosa… Por favor- dijo una tercera, de cabello castaño, bajando por las escaleras. Una niña vistiendo un uniforme escolar occidental negro. Las manos alzadas en señal de rendición -Los Shidou ya no están en Japón. Están de hecho no muy lejos de aquí… En mi país. Yo puedo controlarlos. Están en mi área de influencia-

La niña dejó a la morena en el suelo.

–Está hecho. Ya no recuerda nada, es huérfana por lo que ella recuerda-

Cierta persona asintió complacida. Si pudiese sentir algo, claro está.

-No lo entendéis. No podemos matarlas directamente. Si mis manos las tocan ella lo sabrá. Tenéis mi poder, tampoco podéis hacerlo-

Las chicas se miraron entre ellas, confundidas.

-No podemos matar a la contraparte. Su desaparición llamará su atención. No podemos permitirnos que la Emperatriz nos descubra-

-¿Quién es esa Emperatriz?- preguntó la castaña.

-¿Qué es una demonio para estos cuerpos con tus dones, diosa?- preguntó la morena mirándose la mano, orgullosa –Con tus serpientes somos imbatibles!-

-Esas zorras juntas pueden derrotarme incluso a mi…-

-¡!-

-La Emperatriz es la zorra entre zorras… Una asesina cruel y sanguinaria que os desintegrará con un simple chasquido de dedos…-

-¡!-

-¿Pero podemos confiar en que ella la controle? ¿No están destinados a encontrarse?- preguntó la rubia mirando a la estudiante –¿Tu poder de manipulación está por encima de su magia? Hablamos de un dios…-

-Los conjuros son poderosos, pero tienen normas y requisitos. Una vez que las partes nacen están destinadas a encontrarse con Issei si este también ha nacido… Es entonces cuando se formaliza el vínculo básico. La inmortalidad se alcanza cuando las tres partes despiertan y recuerdan quienes son…-

-¿Inmortalidad? ¿Recordar? ¿De qué hablas?-

-El poder de esa Longinus será suficiente siempre que las dos partes no se encuentren con Issei… ¿Es ella?-

La castaña se acercó, mano extendida, mostrando algo en su mano.

-El anillo, lo tenía-

-¿Esta es la cosa?- preguntó la morena, acercándose –no parece gran cosa-

-Es solo una baliza, una baliza que reacciona a las Grandes Magias Dragontinas-

-¿Y no podemos acceder a ellas?-

La niña asintió.

-Puedo, pero no puedo falsificar esos anillos sin algo…-

-¿Y dónde está ese algo?-

-Por eso no temas. En cuanto ella lo encuentre yo lo tomaré… Y habilitaré nuevos anillos-

La rubia juntó sus manos, aplaudiendo con fuerza.

-Eso ya no es trabajo mío… Irina Shidou y la tal Xenovia… Están lejos de Issei Gremory. Bajo la jurisdicción de la manipuladora esta… He cumplido con lo que me pediste. ¿Soy libre?-

-Por el momento-

Sonriendo perversamente, la rubia se alejó con las manos en su espalda, contenta.

-¿A dónde vas a ir?- preguntó la castaña.

-Tengo que buscar nuevo ganado… Quizás vaya a ver a los creyentes de dios…- señalando el cielo.

La chica se estremeció ligeramente.

Esa joven era una sádica pero a la niña le daba igual.

-Una de las partes de Encantadora está con él. Se ha puesto en contacto con la otra- siseó la niña mirando a la castaña.

-Le Fay Pendragon. Ha firmado un contrato record con el príncipe demoniaco, nunca antes en la historia de Golden Dawn se había logrado algo así…-

-Aura Dorada esto, Aura Dorada aquello… He visto la academia, no estudiáis una mierda de magia!- protestó la rubia.

-¿Has estado en la institución?-

-Hace años, basura-

-Entonces sabrás que solo los mejores optan a educación mágica real… Hasta que alcanzamos los catorce años no empezamos con las clases de verdad-

-¿Y eso porque? ¿Por qué cojones esperar tanto?-

-Primero estudiamos lo necesario para la vida, y de hecho conocimientos para poder entender la magia… matemáticas, lenguas, filosofía…-

-Me había olvidado de los mierdas que son los humanos…- protestó la morena –No sé porque nos hemos molestado en educaros, malditos simios…-

-Tu raza no es más especial, cuervo- respondió la niña diosa -Issei lo ha ofrecido porque tiene un vínculo con ella, no tiene nada de sorprendente-

-Le Fay es una farsante… Y no lo voy a perdonar… El demonio sigue siendo vulnerable a mis poderes, en cuanto lo encuentre personalmente haré que rescinda el contrato de Le Fay-

-Issei ya tiene a Lavinia, no puede hacerse con Le Fay-

-Yo me encargaré. En cuanto le encuentre anularé ese contrato- aseguró la castaña.

-¿Ahora que la niña piensa que es huérfana… que hacemos con estos?-

La niña rasgó de nuevo el tejido dimensional, marchándose en silencio. Marchándose sin responder.

Sonriendo perversamente la ángel caído convocó una lanza de luz, partiendo a la mujer por la mitad.

La castaña desvió la mirada horrorizada.

La rubia sonrió divertida.

Relamiéndose tomó la lanza, atravesando la espalda del hombre.

-Ahora tu manipulación será más creíble…- ronroneó la morena extendiendo sus alas –Ya es una huérfana de verdad!-

La joven estudiante de cabello marrón se giró. Perturbada.

No quería formar parte de los Apóstoles del Dragón pero… Solo así podría conseguir su venganza sobre Le Fay Pendragon.

-Ahora que se ha ido…- murmuró la rubia acercándose por la espalda a la castaña, tomando la pieza de bisutería en su mano.

-¡E-espera! No puedes cogerlo!-

-¿Por qué no?-

-La Diosa nos dijo que tuviésemos mucho cuidado! Tenemos que devolvérselo!-

-No me importa lo que diga esa niña…- apartándose, alzando el anillo –No entiendo como algo tan insignificante puede ser tan valioso… No percibo poder alguno…-

-Por eso mismo lo decía… ¿no será todo un cuento?-

-¿No tenéis nada así en Grigory?-

-Para nada…-

-Este anillo ha de tener poder… Me preguntó de que tipo-

-Ni se te ocurra ponértelo…-

-¿Por qué no? Quiero poder… Ansío el poder… Y si con este anillo puedo quitarme esta serpiente asquerosa… La siento moverse en mi vientre…- colocándose el anillo. Mirando su mano a lado y lado.

No había pasado nada.

El anillo desapareció en un tenue destello.

-Vaya… ¿Ha regresado a la niña? Ve a mirarlo!-

FUMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM

-¡!-

Las tres chicas palidecieron de golpe. Sintiendo una enorme presión sobre ellas. En el entorno. Una inmensa aura demoniaca, tensa y agresiva.

Sudando frio miraron al exterior.

Había algo afuera…

La puerta principal desapareció en un destello rojizo.

Unos pasos, firmes, resonaron por el salón principal.

Tacones, agudos.

Una figura, de largo cabello rojo, irrumpió en el edificio. Un largo y elaborado kimono carmesí, sus manos y tobillos cubiertos con delgadas pulseras de oro. Sus ojos azules, en oposición a sus labios rojos, revisaron toda la estancia. Tapándose la nariz al reconocer el olor de la muerte. Gruñendo visiblemente al ver los dos cuerpos en el suelo.

Negando con la cabeza se agachó frente a ellos, cerrando los ojos del matrimonio.

-Niña… Si vas a atacar por sorpresa oculta ese instinto asesino…- susurró la pelirroja acariciando el cabello de la mujer.

Una lanza de luz se abalanzó sobre su cuerpo, desintegrándose antes de tocarla. Alzando su mano a un costado, usando su poder para sostener algo en la distancia. Levantando a su agresora en el aire, mirándola fijamente -¿Una ángel caído?-

¿Grigory tenía algo que ver?

Levantándose, miró fijamente a la niña.

Una infante, vestida de cuero negro, poco práctico, llamativo sobrepasando lo obsceno. Una adolescente en su fase rebelde… Con un descomunal poder mágico para ser una simple ángel caído…

-¡Déjala!- chilló una chica arrojando múltiples agujas doradas.

Los destellos dorados no alcanzaron a tocar a la pelirroja, desintegrándose de nuevo en el aire antes de alcanzarla.

-Curioso poder… ¿Qué es?-

Empujando a la morena, alzando a la castaña.

-Curiosa existencia…- volviéndose al otro costado. Mirando como una joven rubia concentraba poder en sus manos, liberando un poderoso encantamiento. Una haz de poder mágico que golpeó su rostro con potencial. De nuevo sin volver a alcanzarla pero alcanzando a la otra joven.

La pelirroja abrió los ojos sorprendida.

-Has atacado a tu compañera…- gesticulando con su otra mano, alzando a la rubia, acercándola a ella –Serpientes… Todas tenéis serpientes…-

-Maldita zorra… ¿Quién eres?- rugió la rubia furiosa.

-Donde está la serpiente. Que forma a adoptado ahora- siseó la pelirroja haciendo que todas las chicas girasen a su alrededor.

-¡No vamos a decirte nada!-

-¿Qué tal si te vas a tomar por culo? Puton de mierda!-

-¿Y tú?- preguntó la mujer mirando a la castaña –Responde-

-N-no voy a hacerlo!- respondió la niña asustada.

-Os resistís a mi autoridad… ¿Ese es un poder de… Ah… Sois las Dragoon… Sus Dragoon…-

-¡!-

-Voy a mataros a todas- gruñó la pelirroja haciendo el amago de cerrar su puño.

-Kai!- chilló una voz femenina.

La pelirroja se sorprendió al ver su poder parcialmente erradicado. No, purificado.

-¿Una exorcista?- susurró, girándose, señalando con el índice un punto tras ella. Arrojando una pequeña esfera de poder rojizo.

La figura lo desvió, acercándose, concentrando un poder dorado en su puño, la desconocía volvió a esquivar un ataque directo.

Lanzando un puñetazo directo en su rostro.

El poder de la Destrucción a su alrededor desintegró todo poder ajeno, permitiendo que la pelirroja viese de primera mano a su atacante. Un puño envuelto en un aura dorada que no se había disuelto.

Una chica joven, oriental, de cabello rubio, corto vestida con un kimono negro.

-Una exorcista con el Poder del Dragón Dorado… Fascinante…- señalando a la joven… La exorcista lo esquivó, retrocediendo unos pasos.

Mirándose su dedo, la pelirroja se centró en la joven.

-Extraño poder…- volviendo a la castaña –Y los tuyos… La serpiente os ha dado más que serpientes… Tendremos tiempo para hablar os venís conmigo-

-Creo que no… Emperatriz-

La pelirroja sonrió divertida.

-Sabes quién soy…-

-Se quién eres…- juntando sus manos, sacando algunas piedras de uno de sus bolsillos.

-¡!-

Las piedras explotaron al entrar en contacto con el poder de la pelirroja. Alzando esta su mano al aire, concentrando su poder…

BOOOOOOMMMMMMMMMMMMM

La pelirroja gruñó molesta. Estaba sola. Las Dragoon de Ouroboros se habían marchado, no había obtenido más información.

Moviendo su mano, frustrada, su poder barrió toda el área, desintegrándolo todo. Limpiando la zona.

Con detenimiento inspeccionó el cuerpo de la joven, ignorando la presencia de una mujer vestida de exorcista.

-¿Llego tarde?-

La Emperatriz no respondió.

-Tú que crees…-

-Por dios santo…-

La pelirroja miró con fiereza a la monja.

-No le nombres delante mío… La niña sigue viva…-

-Pero se la han llevado-

-Eso poco importa. El anillo está activo, el niño la atraerá. La niña diosa no podrá hacer nada por evitarlo-

-¿No va a ir a buscarla?-

-No-

-¿Cómo qué no? ¿No es una de ellas?- sonriendo al ver la cara de la demonio –Mi señora me ha dicho algunas cosas…-

-Gabriel habla demasiado…- refunfuñó la pelirroja –Mi plan era que Xenovia se encontrase con ella y recuperar aPero no importa-

-¿Cómo no va a importar?-

-Puede que haya escapado a mi control, pero no podrán escapar al de él… Aunque Ouroboros lo intente él está por encima de todo esto… Yo buscaré a Xenovia, ella irá sola hasta Issei- dándole la espalda a la monja –Vigilad a Irina Shidou, Issei os avisará cuando tenga a Xenovia…-

La sacerdotisa ladeó la cabeza, confundida. Pasando a mirar a la demonio, que miraba el cielo pensativa.

-Entonces así se lo haré comunicar a la señora, en cuanto Xenovia aparezca la mandaremos con Irina Shidou… Pero… ¿Ocurre algo?-

-La serpiente no ha matado a la niña. ¿Por qué?-

-¿?-

-La alarma ha saltado por el anillo… ¿Lo estaban buscando?- revisando la mano de la niña. El anillo estaba en su sitio -¿Qué esta maquinando esa miserable?-

Un destello de luz cegó el dormitorio de la pelirroja.

Rias avanzó a trompicones, cayendo de rodillas, jadeante.

-¿Qué pasa pequeña, estas cansada?- sonrió Runeas inclinándose frente a la niña.

-¿Q-que ha sido eso?-

-La Unidad, o Resonancia… Aun no le he puesto nombre… Shishishi-

-P-pero que… ¿Qué es?-

Mirando a lado y lado, la mujer se rascó la nuca.

-¿Qué clase de habitación es esta?-

-La mía-

-Ñeeee… Que mal gusto…-

-¿Qué has dicho?-

-Que somos, pequeña- arrastrando una de sus sillas, dejándola frente a Rias, sentándose frente a ella. Cruzándose de piernas –Que somos-

-¿Qué somos, ancestra?-

Runeas le tiró su bolso molesta.

-Runeas, mi nombre es Runeas!-

-L-lo sé, pero… Usted es…-

Irritada se levantó, tirando de las mejillas de la niña.

-¡Serás cabezona!-

-¡BAGE! BAGE!-

No muy convencida la soltó, regresando a su silla.

-Hace milenios…- apoyando su mejilla en un puño –Somos una existencia milenaria. Muy, muy antigua… Pero lo que nos importa ahora es que ese poder se ha ido transmitiendo de generación en generación hasta que por algún motivo… Se dividió. Tú y yo. Parte y contraparte… Somos el legado y la herencia de Emperatriz-

-¿Quién es esa Emperatriz?-

Runeas sonrió maquiavélicamente.

-Aquella que devoró la mayor cantidad de carne, de entrañas, de poder… La más poderosa, la más importante, la Regente, la Gobernante, la Autoridad!- extendiendo sus brazos.

-¿Sobre qué?-

-Sobre lo único que importa… Y nos servimos de las Pléyades para llevar a cabo ese cometido!- levantándose, inclinándose frente a Rias, acercando su rostro –Sobre Issei, Rias. Somos la Emperatriz de Issei-

-¡!-

-La Emperatriz tiene ciertos privilegios, somos una excepción a la regla… Aunque nuestro poder es ridículo…- mirando a su alrededor -¿Sabes que el Poder de la Destrucción no lo creó el Lucifer Original?-

-¡!-

-Es nuestro poder, que haya acabado en la línea de sangre no lo acabo de entender…-

-Se lo entregaste a Chysis, se lo entregamos… Es muy confuso!-

Runeas la miró confundida.

-¿De qué hablas?-

-Herencia genética, se lo diste a…-

La mayor de las pelirrojas esgrimió una mueca, molesta.

-Chysis no es mi hija!-

-¿Q-que? La historia es clara! Me la sé de memoria!-

-Shishishishi! Libros de historia? Qué tontería! La historia la escriben los vencedores! Manipulaciones! Burdas manipulaciones! Aunque muy convenientes, la verdad…-

-No estás hablando en serio… ¿Lo dices de verdad?-

-Lucifer la creó usando mi poder… Durante la Guerra digamos que me separé de su ideal y… Lucifer era un extremista y quería mi poder… Mi cuerpo es un templo y solo me debo a mi esposo…- cambiando sus piernas.

-E-eso…-

-¿Sientes que la Casa Gremory es un fraude? ¿Qué todo es una mentira?- riendo perversamente -¡Por supuesto que lo es! Shishishishi! Ahhh… Me encanta esto!-

Rias parpadeó repetidas veces.

-Esa expresión… Mi hermano la usa a menudo cuando está haciendo travesuras…-

-Eso ahora no importa… Chysis, no hace falta que argumente nada! Eso ya lo sabes… Esta "unión" es muy práctica… No solo unimos el poder, también las conciencias… Y los recuerdos- señalándose la sien, mirando a la niña con picardía –Que niña más traviesa… ¿Qué has querido ver de mis recuerdos?-

-¡!-

-Una dulce niña, dulce y encantadora, sumisa y obediente. Una muñeca. Una estudiante modelo… ¿Saben tus profesoras que pocas cosas en este mundo te gustan más que tener la polla de tu hermano pequeño en tu garganta?-

-Me lo dices tú… Te he visto! Se lo que haces!-

Runeas rio divertida, a carcajada limpia.

Rias se levantó lentamente, masajeándose la sien.

-¿Qué es Lemuria?-

-Quizás deberías de haber mirado en mis recuerdos en lugar de mirar otras cositas, pervertida!-

Rias infló los mofletes, molesta.

Runeas volvió a responder.

-Aún es muy pronto para que sepas que es eso- señalándola –Mas importante! Los putones! ¿Las has visto, verdad?-

Una mueca invadió el rostro de la hermosa niña.

-Qué asco… Nuestro poder no ha sido suficiente como para capturarlas…-

-¿Es culpa mía?- susurró la menor cabizbaja.

Runeas negando con la mano.

-Jugamos en desventaja, ella nos conocía, estaba preparada y nosotros estamos en un estado de debilidad…- recostando su cabeza contra la silla –Que cabrona…- gruñendo.

-Sus emisarias… Su poder… ¿Es algo parecido a lo que hace… ¿Lo que hace con nosotros?-

Runeas seguía mirando al techo.

-Es diferente, nosotras devoramos su poder. Él lo perdió. Esa cabrona lo está cediendo, de forma temporal…- bajando la mirada, enfocando a Rias –Hay un par de cosas que has de saber… Esa cabrona es muy peligrosa y nos va a pelar a todas como nos despistemos…-

-¿P-pelar?-

-Matar, desintegrar, incinerar, a saber que método escoge ahora-

-M-me estas asustando…-

-Pero nunca hará enfadar a Issei!- alzando el índice, seria –Nunca se opondrá a él ni nos hará daño si eso le enfurece-

-Entonces deberíamos decírselo! Hablar con él!-

-Él no puede saber nada!-

-¿Por qué no?-

-Corremos el riesgo de que la elija a ella!-

-¡Mi hermano nunca haría eso!-

-Has estado en mi cabeza, quizás no lo sabes a ciencia cierta pero si conoces el sentimiento…-

La chica se levantó, irritada.

-Entonces tenemos un problema con un ser mitológico… ¿Cómo nos puede hacer daño?-

-Mediante argucias…- acariciándose la barbilla –Esos poderes…-

-¿Las agujas? ¿La especie de premonición?-

-La casa… Han matado a los padres de… No sé quién es, aun no… Pero por pensar… Quizás la partida de los Shidou fue algo preparado…-

-Murió mucha gente!-

-Esa cabrona es capaz de eso y más… Para ella este mundo es un simple envoltorio, sus habitantes son polvo…- ladeando la cabeza, golpeando su mejilla con sus dedos rítmicamente –Hay que reunir al resto-

-Pero habíamos dicho que no podemos reunirlas hasta haber asegurado nuestra posición sobre mi hermano-

-Somos la Emperatriz, nuestra posición está asegurada. Y eso no es cierto, potrilla. Tenemos que controlar a las demás… No a él-

-¿Mejor tratar con las esclavas que con la serpiente?-

-Correcto-

-Entonces… ¿Tenemos que tratar…?-

-Antes de domar a la serpiente habrá que enseñarle su lugar a cierta sacerdotisa…-


-Japón-

El Oráculo.

Miles de años atrás, cuando los dioses recorrían el mundo. Unos jóvenes y ambiciosas deidades emergieron un puñado de islas del mar y las poblaron con sirvientes. Sirvientes diseñados para alimentarles y saciarles con una nueva fuente de poder.

La fé.

La adoración.

Una energía residual que emitía el alma humana. Un invento de una religión occidental. Una maravilla.

Con el paso de las décadas esos pocos humanos se fueron reproduciendo. Como una plaga, controlada, que daba lugar a la creación de más dioses, haciendo asimismo, más poderoso al panteón.

Seres superiores, perezosos para la comunicación para con el ganado. El destino les sonrió con la llegada de una visitante. Una criatura mística del medio oriente. Un ser de fuego, un ave. Que se ofreció a mediar, a comunicarse con dicho ganado.

Y así se crearon las Grandes Familias del Shinto.

El Oráculo, anciano y sabio, habitaba en un bosque, escondido en medio de la nada. Lejos de cualquier ciudad o poblado. Cuidado por dos espíritus menores. Dos niñas de idéntica apariencia, menudas, vestidas de sacerdotisa. Alegres y vivarachas.

Quizás buscaba la quietud, quizás se escondía. Siempre había rechazado toda opción a trasladarse. Accesible para todos los miembros de la familia, los practicantes. Hoo-Hoo les bridaba consejo.

Suzaku llevaba años acudiendo a ella. Si bien la anciana parecía tener un especial cariño por su casa, incluso por ella misma.

-Suzu!Suzu!- exclamaron dos niñas, vestidas de blanco, tomadas de la mano.

-Doncellas- murmuró la morena inclinándose.

-Basta, basta. Eres nuestra invitada!-

-He venido a ver…-

Las chicas se alejaron a paso rápido, ignorando a la chica.

-¡La anciana te espera!-

-Pero…-

-¡En el jardín! Vamos!- chillaron las niñas dando saltitos.

Resignada, la morena retiró sus brazos. Haciendo una reverencia a las estatuas que decoraban la entrada, la sacerdotisa entró en el templo oculto. Humilde y con respeto. Porque le debía pleitesía, oración y devoción. Hoo-Hoo la había nombrado "Suzaku", antes de su visto bueno ella se llamaba Suzume, como su madre la había nombrado al nacer. Todo heredero debía de ser aceptado por el Oráculo, la emisaria de los dioses. Muchos habían sido rechazados… por una anciana de apenas metro y poco. Apoyada en un bastón de madera. Cabellera gris adornando un rostro arrugado y cansado.

La anciana estaba de pie, en el jardín, observando una pintura en la pared.

Una serpiente mordiéndose su propia cola rodeada por múltiples caricaturas en forma de humanos.

-Buenos días anciana… Me honra que me permita verla después de…-

-¿Me has traído dulces?-

-¿Qué?-

-Pasteles, quiero pasteles. Y sake, dulce-

-Anciana…-

-¿Dónde están tus modales, niña? ¿Los jóvenes de hoy en día no escuchan a sus ancianos?-

A regañadientes se quitó su mochila, dejando una bolsa en el suelo.

-Bien hecho, buena chica…- tomando la bolsa, observando el contenido.

Suzaku pasó su mirada al mural, a uno de ellos. Numerosos, hasta cubrir todo el muro. Reconocía uno, un dragón, rojo, rodeado de siete figuras y una figura central.

-Las Pléyades y la Emperatriz sirviendo al Dios Dragón… Cuantas veces me habrás contado esta historia…-

-Historias para dormir, historias de una vieja que desvaría-

-Antes de que el mundo fuese llamado mundo, cuando solo la Única daba cobijo a la vida, cuando Sion representaba toda esperanza de supervivencia ocho esclavas huyeron de las cadenas que las sometían…-

-Que romántico… Ni eran esclavas ni vivían sometidas, eran unas egoístas y caprichosas…-

-Fuera de la ciudad no había más que polvo, muerte… Y vagando por las tinieblas dieron con él. El Dios Dragón que gobierna sobre la Realidad, lejos de los Sueños, lejos del Vacío...-

-Esa larva no era más que eso, una larva joven y estúpida…-

-Solo, sin nadie con quien pasar sus largos días, se apiadó de las criaturas… Pero inmortal, adaptado al medio hostil no tenía conque alimentar sus vientres… y les ofreció su carne-

-Y todos murieron, que estupidez… El dragón falleció por sus heridas, ellas no soportaron su carne en sus vientres… No hubo final feliz-

-No solo devoraron su carne, también su poder… Su alma… Y quedaron eternamente conectados-

La anciana continuó devorando sus dulces, acompañados con un té.

-Falacias-

-Ni siquiera tú eres tan anciana… Tu historia empieza en…- caminando hacia otro de los murales –La Torre. El epicentro de todo intercambio cultural varios milenios atrás… La Torre de Babel. Una joven Hoo-Hoo, no me lo puedo imaginar!-

-Yo también he sido joven, infante-

-Entonces todo es cierto, tú lo viviste-

-La obsesión de los jóvenes por las historias del pasado…- negando con la cabeza.

–Pero sigo sin entender porque pasamos a ser el doble… ¿Por qué separarse?- mirando su anillo.

-Quien sabe, niña…-

-También me gustaría saber porque no has ido a conocerle… No te has encontrado con él-

La anciana la miró con seriedad.

-Siempre me hablas con una sonrisa de esa época, tus recuerdos parecen tan dulces… ¿Por qué no vas a verle? Hay cosas que no entiendo…-

-…-

-Anciana… ¿Te encierras aquí por algo?-

La mujer miró de reojo otro de los murales, con cierto respeto. Una mirada que no pasó desapercibida por Suzaku.

Una serpiente, negra, en un círculo perfecto, mordiéndose la cola. Múltiples figuras alrededor. Se parecía al tapiz del otro dragón.

-Tampoco entiendo porque no hemos ido directamente a hablar con la Emperatriz…-

-La pelirroja…- siseó la anciana –Niña… Esto no es un cuento de hadas… Ni es agradable ni es dulce…-

La joven se sentó frente al Oráculo.

-No soy una niña inocente, Oráculo. Aunque no tenga toda la información, haya cosas que no entienda no soy ciega, no soy estúpida… Las guerras del pasado…- mirando el mural -Esto es un dragón, verdad?-

-Una serpiente. Un dragón oriental-

-¿Otro dios protector?-

-Los dragones no son seres protectores, infante-

-¡!-

-Los ancianos de tu pueblo os los han dibujado como seres magnánimos, en occidentes son criaturas de la destrucción, todos los panteones los representan como los grandes enemigos- tomando su taza –Los dragones son vuestro mayor enemigo… Suzaku, aún no lo sabéis pero estáis librando múltiples guerras-

Mirando el tapiz en lo lejos.

-Las Pléyades deberíamos de trabajar con los demás dragones, en especial con esa…-

-No-

La anciana se mantuvo en silencio unos largos minutos, mirando con sus ojos cansados el tapiz.

-Los dragones son las criaturas más poderosas de este mundo… El mayor representante del poder de este mundo, pero no es algo parecido al poder de los dioses, no… Los dragones maduran, y tras vivir miles de años, ascienden en la jerarquía- mirando a la chica –Es importante saber cuáles son los dioses dragones y como llegaron a ese rango…-

-Great Red, Ouroboros, Heylel-

-Así es… El Dragón de los Sueños, una serpiente aladas apenas especialmente poderosa pero con una habilidad curiosa… Puede viajar entre el mundo onírico y el mundo real, asimismo se alimenta de esos sueños-

-¿Si era tan débil… Ah, se escondió en el mundo de los sueños?-

-Asi es. Y puedes imaginarte como de poderoso puede ser una criatura que crece con el ínfimo y ridículamente pequeño poder que extrae de los sueños?-

-La verdad es que no… Si es tan pequeño…-

-¿Cuánto tiempo lleva vivo y cuantas personas habrán soñado en todo ese tiempo?-

-¡!-

-Ouroboros nació de la Grieta Dimensional y se alimenta del inmenso poder que hay en ella… Y es una criatura que representa el vacío, querida-

-Vacío… ¿Para todo?-

La anciana sonrió.

-Ouroboros esta carente de emociones y de sentimientos. Ni ama ni odia, tampoco siente ira o envidia… No tiene ambición ni deseos-

-… Entonces…- mirando el mural.

-Ophis Ouroboros solo tiene una cosa en la cabeza… Solo una. La única existencia que nunca jamás ha reconocido. Una criatura a la que rescató de la muerte y a la que ofreció su poder-

-¡!-

-Hablamos de un dragón común, débil incluso… Que simpatizó con Ouroboros y esta respondió ofreciéndole su poder… Así ascendió a Dios Dragón-

-¡!-

Intentando procesar la información, la morena tragó saliva.

-Pero sigo sin entender porque no es un aliado. Ambos queremos a… ¡!-

-Chica lista… Le quitasteis lo único que ama, querida-

-¡!-

-Ese dragón falleció en combate… Pero Ouroboros nunca lo atacaría. Es la única persona en toda la existencia que está a salvo de sus colmillos, vosotras, sin embargo…-

La morena abrió los ojos incrédula.

-¿Nunca te has preguntado cómo empezó el ciclo de reencarnaciones?-

-Una muerte natural… Aunque si no podemos morir porque estamos conectados… ¿Las Pléyades no pudieron reanimarlo?-

-Las Pléyades y la Emperatriz estáis en guerra con la Diosa del Infinito, querida. Aunque Issei no lo sabe, ambas queréis lo mismo, y lo queréis para vosotras- tomando su taza con cuidado –Han pasado milenios desde que empezó vuestro ciclo. ¿No te parece extraño que esta sea la primera vez desde entonces que os reencontréis todos en el mismo tiempo?-

-¿No es algo predestinado?-

-Ophis forzó la reencarnación de Issei, querida-

Extrañada, la morena se cruzó de brazos.

-¿Ha cambiado de opinión?-

La anciana negó con la cabeza.

-Suzume, Ophis Ouroboros lleva más de dos mil años asesinándoos cada vez que os reencarnáis-

-¡!-

-Estoy preocupada por vosotras, niñas. Solo Issei puede protegeros de ella… A la serpiente negra no la detendrá tu familia, ni los Gremory ni nadie…-

-¿Cómo nos podemos proteger…?-

-Juntas. Las Pléyades y la Emperatriz tenéis el poder de ese dios…-

-Entonces tenemos que encontrar a la Emperatriz y…-

-¡No puedes confiar en ella!-

-¿Tampoco? ¿Por qué no?-

-Ella tiene deseos propios. La más poderosa de las Esposas, tanto que es independiente. Está sometida a su amado, pero no comparte vuestras pasiones. Os ama y respeta, pero os usará para sus fines. Ella siempre está en disputa con Emperador por el control. Puede ser vuestra mejor opción contra Ouroboros u os puede usar contra la serpiente…-

La anciana tomó las manos de la joven.

-Suzume, has de encontrar los anillos, has de rodear al dragón con ellos… Tampoco puedes confiar en la Emperatriz. Tú eres la sacerdotisa, representas a tu amante. Las chicas te obedecerán-

-¡!-

-Las encontrarás, sabes cómo hacerlo… Y la niña diosa te respetará más que al resto… Tienes que darte prisa, Suzume-

Tienes que darte prisa.


-Inframundo-

Caminando por los terrenos con Lavinia y Kuroka enredadas en sus brazos, Latia no pareció darle importancia a su inadecuada conducta. Tampoco las chicas con las que se estaban cruzando aunque si parecían mirar a las esclavas con cierta envidia… Rias Gremory era una estrella en esa institución a fin de cuentas. Ser su amiga era un privilegio, tener un contacto con estrecho un regalo divino, irónicamente.

"Rias" no dijo nada. Siguiéndola en silencio, su mirada fija en su trasero… Los demonios alcanzaron lo que parecían ser muelles de investigación.

Abriendo las enormes compuertas, se hizo el silencio y la oscuridad. Encendiendo los gigantescos focos, Issei alzó la mirada, sorprendido. Ingvild, Lavinia y Kuroka miraron por encima de su hombro, curiosas.

Kuroka no tardó en adelantarse, olisqueando, moviendo la cola con cautela.

Suspendido en el aire, sostenido por largas cuerdas y cadenas, en el centro del pabellón había un barco. Un barco de madera, a medio construir, con alerones y parte del casco sin cubrir. A su alrededor había cientos de mesas, cubiertas con incontables cachivaches cubiertos o no, por sábanas blancas cubiertas de polvo. Herramientas tiradas por todos lados y cientos de paneles con ruedas con miles de hojas colgadas con celo y anotaciones escritas con prisa, una letra poco menos que ilegible.

-Oh, qué bonito… ¿Qué es? ¿Alguna explicación?-

La rubia miró el artefacto con ilusión.

-Rias me ha dicho que tienes a una valquiria entre tus amantes! ¿Eso es cierto?-

-Amante no, es la profesora de mis esclavas, o algo parecido…- mirando el barco, caminando alrededor del mismo.

-Son una raza fascinante, tanto potencial… Me encantaría conocerla…-

-¿Te van las chicas?-

-No seas impertinente… ¿Te ha hablado de los Skidblaonir?-

-Estoooooo… No, primera vez que lo escucho. Rose no suele hablar mucho de su pueblo, hace poco que está con nosotros y no se marchó de buenas con su pueblo… Como comprenderás tiene sus reservas…-

-¿Es un Skidblaonir?- chilló Lavinia emocionada -¡He leído de ellos! Es el barco de Frey, pero con el tiempo se les acabó llamando así a todos los barcos asgardianos!-

-Así es…- prosiguió Latia -Skidblaonir es una de las mayores obras de ingeniería jamás construidas! Es el barco diseñado para uno de los dioses más importantes del panteón Nórdico. Diseñado y ensamblado por algunos de los enanos más famosos de toda la historia! Se dice que puede albergar a toda la población de Asgard y su diseño es tal que se podía plegar y recoger en un artículo que se podía guardar en un bolsillo!-

Lavinia lo miró con fascinación. Kuroka le daba golpes con el índice, comprobando si era seguro o no estar cerca… Ingvild se perdió mirando el resto de artefactos.

-¿Quieres decir que eso existe?-

-¿Un demonio me pregunta eso? ¿Me preguntas si existe lo sobrenatural?-

-Touche-

-Este barco no parece que pueda cargar con un mundo entero…- murmuró Ingvild acariciando la madera con curiosidad.

-Está muy dañado, la mayoría de mecanismos o no están o están dañados. Es apenas la sombra de lo que fue. Por eso lo abandonaron los asgardianos… Pero pretendo volver a hacer que vuele!-

La "pelirroja" no estaba emocionada por ello.

-Ya… No me has dicho para que me necesitas-

-Que prisas… Necesito que uses mis inventos!- exclamó Latia extendiendo sus manos, ofreciendo el contenido del almacén.

Issei rodó los ojos, poco o ningún interés tenía en esto…

-¿Por qué?-

-Eres una persona conflictiva, llamas la atención y no hay publicidad negativa! Quiero que uses mis inventos para que se sepa de ellos!-

-Yaaaaaa… No-

-Pero si aún no has escuchado… Este es el Magnus SRX-71!-

-¿Qué clase de nombre es ese? Nya… Es ridículo, nya-

-No me digas que has necesitado 71 intentos…-

-¡No es eso!- chilló la demonio irritada.

Issei y Kuroka chocaron sus manos, divertidos.

-¡Escuchadme!- chilló Latia irritada.

Las siervas de Issei volvieron a esconderse a su espalda.

-No le hables así a mis chicas… Primer aviso-

-Perdóname… Estoy nerviosa… Pero piensa! Medita en ello!- exclamó la joven colocándose frente a él –Los demonios son seres tan capaces que no aspiran ni contemplan todo lo que hay más allá!-

-¿Qué es más allá, Latia-chan?-

-Este barco está diseñado para traspasar todas las fronteras! No habrá limites!-

-Hay límites…

-No soy una persona violenta, este barco no es uno de combate. Es algo muy superior! Es rápido! Muy rápido! Puede transportar lo que quieras, absolutamente equipado! Y lo quiero equipar con lo mejor en sensores, barreras y detectores!-

-¿?-

-Serás invisible al ojo! A la magia! A la tecnología existente!-

-Mmm…-

-Te seria increíblemente útil en tus incursiones al mundo humano, por poner un ejemplo-

-Eso es otra cosa…- murmuró Issei mirando el barco con otros ojos -¿Es el único?-

-Es el prototipo, es una herencia de mi tío, yo lo estoy acabando-

-¿De Ajuka? Qué raro… ¿Qué le pasa?-

-Mi tío quería surcar y viajar por la Grieta Dimensional, no logró que funcionase…-

-La Grieta eh…- acariciando el casco del barco –¿Puedes hacer eso?-

-Siendo un hijo Gremory, estando tu hermano en el Gobierno… ¿Has oído hablar de Arma?-

-…-

-Arma, o más bien las Armas, son la herencia del mundo antiguo. Enormes maquinas heredadas de tecnología perdida…-

Issei negó con la cabeza.

-Las reliquias de la muerte, las banderas de los más fieles siervos de Lucifer. Las herramientas con las que Lucifer frenó las Islas Voladoras del Cielo- intervino Ingvild –Solo algunas sobrevivieron. Estas fueron entregadas a los Jueces creo haber leído-

-Exacto… Habrás visto a Asmodeus. La fortaleza flotante cuya barrera de área se dice que no se puede penetrar…-

Algo… Había visto.

-La fortaleza defensiva de Lilith… Hay una, un barco volador, antiguo con ganas, no hablo de esto- señalando el barco volador suspendido en el aire por cadenas –Hablo de un artefacto rápido, poderoso, una nave de verdad… El Leviatán-

-¿Leviatán? ¿Cómo Serafall?-

-Las Armas Ancestrales tomaron los nombres de los Satanes, como los Jueces. Así se podía unir una cosa con la otra…-

-Pensaba que era algo… No sé, un invento de Ajuka-

-No sabes de que es capaz ese aparato… Mi tío está muy lejos de poder construir algo así-

-¿De qué es capaz?-

-¿Cargada y abastecida de cristales? Los Dai-Maou se tendrían que esforzar para derribar esa nave-

Issei la miró extrañada.

-¿Y hay más?-

-El número es indeterminado. Se conocen ocho… Cuatro que lideraron la guerra contra el Cielo durante milenios, luego pasaron al gobierno actual y los descendientes de los Maou Originales desenterraron algún que otro secreto-

-Que interesante…-

-Los grandes misterios del pasado estaban en su poder, sabemos que se guardan más cosas…-

Issei había desconectado, habiendo pasado a mirar, aburrido, el contenido de las mesas.

-He escuchado cosas… Dice la verdad, Issei- intervino Ingvild.

El dragón centró su atención al instante. Latia se percató. A ella no le hacía caso, pero a sus esclavas parecía…

-Aunque nadie ha podido demostrarlo…-

-¿Entonces existen o no?-

-He visto tres. La fortaleza que protege la capital y la isla flotando Belcebú… Bueno eso…- acariciándose el brazo molesta –Y tú has visto el ultimo-

-¿Yo? Yo no he visto nada como esto antes-

Latia se alejó a paso rápido, perdiéndose en un mar de trastos y papeles. Arrojando cosas por encima de los muebles. A los pocos segundos regresó con un rollo en la mano. Extendiéndolo sobre la mesa.

El anagrama, el mapa azul, dibujo técnico de una armadura sobre una ballena.

-¿Tengo que conocer esto?-

-Este es uno de los siervos de tu hermano- señalando el mapa.

-¿Pero no me has dicho que era un arma?-

-El armazón… ¿El Lucifer es el arma? ¿Lo montó sobre su familiar?-

-¿Ese es Bahamut? Venga va… Baha es un osito de peluche. Es inofensivo. Lo usa mi hermano como transporte de tropas…-

-El armazón sobre su espalda alberga un arma capaz de destruirlo todo de un disparo-

-Oh…-

-Entonces… Nya… ¿Quieres hacer que ese barco se parezca a esta ballena?-

-¿Qué? No! Quiero que ese barco sea el nuevo Leviatán!-

-¿Cómo la Maou, nya?-

-¿Tú me has escuchado?-

-¿Y quieres hacer de un trasto abandonado una imitación de un aparato construido por una civilización perdida claramente superior?- preguntó Ingvild.

Issei aplaudió con fuerza.

-¡No es exactamente así!-

-¿Entonces qué?-

Lavinia revisó los demás mapas azules, acariciando uno en concreto.

-¿Esto es el Leviatán?-

-¿El Leviatán Perdido? Si- respondió Latia.

-¿Perdido? ¿Por qué?- preguntó la rubia.

-Serafall nunca lo activó. Nunca lo encontró. No sabemos dónde está, o si está, la verdad-

Issei tomó los papeles con un deje de curiosidad. Revisándolos todos.

Memorizándolos.

-Esto no se parece a eso, nya-

-Por supuesto que no, este barco es asgardiano y el Leviatán es… No pienso perder el tiempo explicándolo!-

-¿Y vuela? ¿Es operativo?-

Latia la miró estupefacta.

-¿Me estáis tomando el pelo?- chilló la joven Astaroth.

-¿Qué decís, chicas?- preguntó Issei dejando los papeles.

-Nyaaaaa… No me gusta-

-Puede ser una adquisición sumamente útil… Y puede ser cómodo, Kuro. Podrías tener tu habitación con tus cosas mientras viajamos!-

-Ah, eso está bien, nya-

-¿Ingvi?- preguntó Issei mirando a la pelirosada.

-Las Armas eran temidas, legendarias… Tener algo remotamente similar podría ser… Uau!-

Issei asintió levemente, pensativo.

-Perdona la indiscreción pero… ¿Por qué un aristócrata lo consulta con sus esclavas?- preguntó Latia señalando a las chicas.

-¿Cómo que porque…? Son mis novias. Compartimos nuestra vida, como no iba a consultarlos con ellas?-

-¡!-

-Mi vida es suya, sus vidas son mías, encuentro que es algo natural consultarlo…- volviendo su mirada al barco.

-Pero no estáis en la misma posición… Tú eres noble, ellas esclavas…-

-Esclavas por voluntad propia, estoy en deuda con ellas por haberme elegido, entregarme sus vidas…- respondió Issei acercándose a Kuroka, acariciando su rostro, plantándose de un salto frente a Ingvild, tomándola de la cintura, elevándola divertido –Y más aun teniendo en cuenta que son las más atentas, dispuestas y consideradas…- caminando hacia Lavinia, tomando suavemente su mentón, juntando sus labios a los suyos.

La rubia se puso de puntillas, separando sus labios, gimiendo suavemente al sentir la lengua del chico acariciar sus labios, jugar muy lentamente con su lengua.

Tendiendo un puente de saliva, se desplazó hacia Kuroka, la gata youkai extendió sus brazos, colgándose del cuello del dragón. Latia desvió la mirada de nuevo, sonrojada. Intentando ignorar los ronroneos de la morena.

Ingvild extendió sus brazos, inflando los mofletes fingiendo estar enfadada. Issei se plantó frente a Latia, con sus manos en los glúteos de las esclavas.

-Ser mi novia no es fácil, no sé cómo será con los demás demonios, pero mi servicio es exigente… Y ellas son tan fantásticas, siempre dispuestas…-

-Tu pecado, cual es-

Issei respondió golpeando las nalgas de las chicas, caminando hacia ella.

-Pues… Estaba pensando en hacer un viaje… Un viaje inaugural- señalando el barco –Esta cosa que vuela. Cava, estas preciosas, mi hermana y alguna que otra más, todas en bikini. Mucha crema solar…-

-La lujuria, lo entiendo- murmuró Latia sonrojándose.

-Y la crema solar, con la que nos cubre… Es la suya, nya-

-E-esa información es completamente innecesaria!-

-¿Qué significa otra más, mi amo?- preguntó Lavinia inusualmente dulce.

-¿Qué dices?-

-Ese barco, nosotras, tu hermana… Y otras-

-¿Qué es otras, nya?-

Issei sonrió divertido. Veía una mirada perversa en los ojos de las demonios.

-Semántica, pura semántica-

-Hablaremos de esto luego… No hay otras, solo nosotras-

-Pero ese nosotras en amplio, verdad?-

-No, no lo es, nya-

-Trae a una sola chica a casa y la congelo viva-

-¿Qué?-

-Sea noble o no, no nos importa-

-Congélala y yo haré de ella una estatua de hielo con una forma totalmente diferente, nya!-

-Como que con una forma… No, espera, no quiero saberlo…-

-Eres nuestro, no compartimos!-

-Hablaremos en otro momento…- besando sus labios dulcemente antes de volver a la demonio.

-Ni entiendo tu relación con tu hermana ni entiendo tu relación con tus esclavas… ¿En serio solo te mueves siguiendo… ejem…-

-Hablabas del barquito… ¿Puede servir como crucero de…-

-Transporte rápido y seguro- lo interrumpió Lavinia.

-Eso-

-¿Qué? Bueno… Algunos kilómetros los puede hacer… Podríamos probar de hacer algunos ajustes para llegar hasta el castillo de tus padres…-

-Tiene que aguantar unos ocho mil setecientos kilómetros… Y ser indetectable, por supuesto… Tengo un compromiso en breve y esto podría ayudar-

-Y defensas, muchas defensas, nya-

-Ciertamente necesitaría unos buenos escudos, podemos dotarlo de algunos hechizos defensivos?- continuó la maga.

-Para atravesar ese país vamos a necesitar algo pepino, muy pepino, nya!-

Latia abrió la boca, incrédula.

-¿D-de que estáis hablando?-

-Ese compromiso… Se dará en unos días. ¿Puedes hacerlo?-

La demonio estaba congelada, de pie, en el taller.

-¿Quién os crees que soy?-

-¿Una genio?-

-¡Eso es imposible!-

-Nada, nada… Y sigues sin responderme. ¿A cambio de qué?-

-¿Cómo que a cambio de qué? ¡Te será muy útil!-

Sonriendo perversamente, "Rias" se acercó a Latia, pasando una mano por su cintura, acariciando su rostro.

-Responde. Ahora-

-No soy fuerte. Pero soy hermosa y tengo sangre noble…-

-Eres ganado-

-Así es. Te ofrezco mi intelecto. A cambio pido tu protección-

-¿Tu intelecto?-

-Solo mi intelecto. Mi tiempo y mi dedicación. Nunca mi cuerpo-

-Me pides que participe en tu farsa. Un escándalo. Algo deshonroso para mi familia… El precio para tal grandioso favor es alto…-

-Mi cuerpo no está…-

-Lo que quiero no es este culito, no temas- susurró Issei palmeando ligeramente su trasero –Grayfia-okami-sama me vigila férreamente, este truco no volverá a funcionar… Proporcióname una entrada limpia, un acceso seguro a mi hermana y considéralo hecho-

-Eso sería violar las normas de la institución-

-Tú me estas pidiendo que le mienta a toda la aristocracia-

-Me puede expulsar-

-¿Y si no consigues hacer que funcione?-

-…-

-Sabes qué pasará si no funciona, pero puedes jugártela y ver si lo hace… ¿Qué me dices? ¿Apostarás?-

La rubia asintió.

El castaño revisó el taller, inspeccionándolo con sus ojos detenidamente.

-¿Qué más cosas tienes por aquí?-

-Compro chatarra, cosas que nadie quiere del mundo Intermedio o de las ruinas…-

-Ya…-

-¿No tienes nada de valor, nya?-

-Todo lo que ves es valioso, gata. Solo que no lo entiendes- protestó Latia cruzándose de brazos.

Las chicas se separaron, moviéndose por el almacén.

Issei se sentó en uno de los taburetes, sacando su móvil, charlando con alguien… Latia lo miró curiosa.

-¿No vas a mirar nada?-

-Ya lo hacen ellas-

-¿Ellas? ¿Dejas esto en manos de tus esclavas?-

-Eso y mucho más-

-Pero…-

-Ellas son mucho más listas, tienen mejor ojo e instinto… La gata, su olfato es la ostia. La bruja es lista con ganas e Ingvild conoce la tecnología antigua, ella no lo sabe pero…- alzando la mirada, señalando el almacén –Ellas son mucho mejor que yo. Y juntas… Oh, si hay algo potente aquí ellas lo descubrirán-

-No entiendo cómo puedes depender tanto de tus esclavos…- murmuró Latia sentándose junto a "Rias".

-Los esclavos nos hacen mejores, es sencillo…-

-Eso es algo que roza lo obsceno… Si los ancianos te escuchasen…-

-Como si me importara lo que tuviesen que decir…-

Ingvild se acercó a ellos, cargando con algo parecido a una esfera de cristal en sus manos. Algo más pequeño que un balón.

-Pibon Astaroth-

-Me llamo Latia-

-Las piedras, las modificaste tú, cierto? ¿Esto es una de ellas?-

Latia miró el cristal sin mucho interés.

-Es un proyecto viejo… Quería hacer una batería de larga duración… La pulí y le di brillo para hacerla bonita, pero no es más que un cristal almacenador-

-Había una caja entera… El color es extraño. ¿Qué puede almacenar?-

-El color es diferente por los elementos que usé para fabricarlo… Pero no es nada especial-

-Tengo una idea, Issei- dijo la pelirrosa inspeccionando la esfera –Kuro está empezando a usar el poder natural…-

-¿Quieres meter poder ahí?-

-Algo así… Si pudiésemos almacenar otras cosas…- alzando la esfera.

-¿Necesitas más?-

-Estaba pensando…-

-Issei- dijo Lavinia en alguna parte –Ven-

-¿Has visto algo?- preguntó el castaño caminando hasta la fuente de sonido, colocándose junto a la rubia, poniendo una mano en su cintura baja observando lo mismo que ella.

-Una estatua de una mujer con un dragón en la espalda…- dijo Issei -¿Te interesa?-

-No es una estatua-

-¿No?-

-No, es cierto- respondió Latia –Es una armadura, muy antigua. Asgardiana. Según mis investigaciones pretendían imitar a las [Sacred Gear]… Y atentos! Usaron la sangre y la carne de una de las crías de Fafnir!-

-¿Queeeee?- preguntó Kuroka acercándose a la vetusta armadura, olisqueándola.

-Un fracaso… Su poder era tan grande que no la pudieron controlar…-

-¿Y la tiraron aquí?-

Latia no respondió.

-Issei… Hay un poder mágico enorme en esta armadura…- susurró Lavinia.

-Es cierto- corroboró Ingvild.

-¿Y? ¿Es funcional?- mirando a Latia.

-Demasiado… Pesa demasiado, se alimenta de su portador… Y cuando se activa se descontrola- indicó Latia –Es un proyecto abandonado con razón-

-Issei, el peso no sería un problema-

-Y el poder mágico tampoco, nya-

El dragón asintió con la cabeza.

-¿Cuánto multiplica el poder del portador?-

-Quizás una decena de veces, incluso más-

Eso era muchísimo. La mayoría de artefactos demoniacos doblaban a duras penas.

-La armadura es demasiado pesada, poderosa… Ni siquiera un demonio puede cargarla… Está obsoleta. Es un modelo antiguo-

-Amo- susurró Lavinia de nuevo.

Issei la miró al instante, la bruja rara vez lo llamaba así. Pasando a mirar la armadura con atención. ¿Tanto le llamaba la atención?

-Una semidiosa con el poder de un demonio de la Torre de la Lujuria podría moverla sin problemas-

-¡!-

Incrédulo, volvió a mirar a la bruja. Lavinia la miraba con total seriedad.

-Esto… ¿Podrías restaurarla? ¿Cuánto pides por ella?- preguntó Issei volviéndose hacia la demonio.

Latia Astaroth no respondió. Lentamente, la rubia se separó, tragando saliva.

-¿Sabes que le pasa?- preguntó Issei girándose hacia Lavinia –Las preciosidades sois tan… raras-

Alzando una ceja, vio a Lavinia en el suelo. Volviéndose al otro lado estaban Ingvild y Kuroka, tiradas junto a él. ¿Cuándo habían caído y porque?

Issei no entendió. La joven sudaba frio, estaba… asustada. Sus esclavas desmayadas en el suelo… Había algo tras él. Algo que había llegado sin darse cuenta, que intimidaba a Latia y que había reducido con una facilidad pasmosa a sus esclavas.

Solo había una presencia con semejante omnipotencia.

-Ah…-

Girándose, Issei sonrió al ver a su hermana tras él. La hermosa pelirroja estaba plantaba de pie, con sus brazos cruzados, emanando poder mágico, su largo cabello meciéndose con violencia al viento.

Los arboles no le dejaron ver el bosque…

-Riiiiiaaaaaaa-taaaaaaaaaaaaaaaaan! Sorpresa!- sonrió Issei extendiendo sus brazos.

-¿Le estabas tocando el culo a esa puerca?- lo detuvo Rias, irritada, sin éxito. Issei la había tomado de la cintura, elevándola, girando en círculos.

La demonio no deshizo su gesticulación de protesta infantil.

-¡No soy una puerca! Y me estaba sobando contra MI voluntad!-

-Nada, nada. Era la espalda baja- negó Issei sosteniéndola en alto.

-Pero la estabas tocando-

-Eso sí. Un precio menor a pagar para ver a mi preciosa hermana-

-¿Lo has hecho por mí?-

El enfado desapareció, pasando a tener un rostro lloroso.

-Todo lo hago por ti. Mira que pinta llevo por ti- dejándola en el suelo.

-Jijiji… ¿Qué haces con mi uniforme?- acercándose a él, acariciando su pecho, sonriendo cálidamente al sentir las manos del demonio envolver su cintura.

-Yo lo llamo operación infiltración-

-¿Y qué se siente al llevar falda?-

-Pues me siento la mar de escocés. Es bastante cómodo, siento que se me ventilan los…-

-Esa es información que no quiero tener, por favor- gruñó Latia.

-No temas, mega preciosa ultra sexy y devastadoramente hermosa hermanita mía. De aquí ya no me muevo. No hay fuerza que pueda arrancarte de mis bra…-

Una mano enganchó su cuello, alzándolo con facilidad. Otra mano apartó a Rias con algo de dificultad, la pelirroja se resistió.

Y aunque él no viese el bosque, el bosque lo veía perfectamente. Un bosque furioso llamado Grayfia Lucifuge. Una hermosa demonio a la que no había visto, habiendo concentrado su atención en Rias.

Grayfia había neutralizado a las chicas, no Rias.

-Recurrir al travestimiento… Ingenioso- siseó cierta peliplatino, furiosa –Aunque reconozco tu valor… Y la fidelidad de tus esclavas, se han resistido…-

-Me llena de orgullo y satisfacción que…-

Alzándolo al aire lo tomó de uno de los pies…

PAM PAM PAM… PAMMMMM

Sacudiéndolo contra el suelo, Grayfia lo incrustó en el suelo. Jadeante, furiosa. Girándose, tomando a la furiosa pelirroja del cuello. Colocando su dedo índice en la frente de Rias, haciéndole perder el conocimiento.

Latia se quedó quieta, mirando como los dos pelirrojos descansaban en el suelo, enfocando con miedo a la albina.

-Y esta juventud es el futuro de la casa Gremory… Que Satán nos asista- volviéndose hacia Latia.

La joven dio un respingo, asustada.

-¿Has hablado de algo con este pervertido?- golpeando con su pie la pierna de Issei.

-Y-yo… Y-yo…-

La ceja de Grayfia volvió a temblar violentamente. Una mano estaba levantando su falda.

-Que buen gusto tiene mi hermano…- silbó Issei sonriente –Negro con…-

De una patada, el dragón alcanzó los ventanales del techo.

Decenas de estudiantes chillaron al ver a "Rias" volar por los cielos de la academia.

-DxD-

La sociedad demoniaca era una extraña. La reputada, legendaria academia de estudiantes femeninas no había presentado reclamación alguna, exigido algún tipo de responsabilidad o algo similar. Solo habían analizado la situación y por exigir, si habían exigido algo. Una explicación detallada de cómo había logrado infiltrarse en la academia. A su parecer, era algo mucho más inteligente y por ello se habían ganado su respeto. Confiaba que su hermana estaba estudiando en el mejor centro posible, en lugar de reprenderlo lo habían estudiado, tomado medidas, adaptado y mejorado.

Algo que también habían puesto en práctica en su casa. Venelana y Zeoticus premiaban el arrojo y el ingenio. Aunque estaba seguro de que sospechaban de su extraña obediencia. Porque le habían prometido jurar que no volvería a irrumpir en la academia de su hermana.

Pese a que sabían que eran inseparables… Estaban buscando, seguro, la siguiente manera en que pensaba entrar en la academia.

Sonriendo diabólicamente, Issei atravesó una de las puertas de su residencia. Sonriendo al ver a su nueva compañera de investigación. Latia Astaroth. La ingeniosa demonio había abierto un portal, un portal que unía su dormitorio con la residencia del dragón.

-Ya tienes tu entrada… Espero que cumplas con tu parte del trato-

-Mándame un catálogo de lo que tienes. Veremos que tienes. Con algo podremos trabajar… Aunque quiero esa armadura. ¿Cuánto quieres?-

-No necesito dinero-

-Entonces haremos ver que te pago para que otros se interesen por comprarte tus inventos- dejando de mirar la puerta, pasando a mirarla a ella -Y tengo algunas ideas que me gustaría consultar con alguien tan inteligente y formada como tú-

-Como veas…-

-Como llego hasta mi hermana-

Latia se giró lentamente.

-Estamos en un bloque de apartamentos, los dormitorios se dividen en pisos, con habitaciones individuales. Tras esa puerta llegarás al pasillo que las une. La de tu hermana es la última-

-¿Con quién más compartís piso?-

-Sona, Seegvaira. Ahora no están. Rias si-

-Perfecto…-

-Issei… Aun no me pueden expulsar… Por favor-

-No temas. No haré nada que no hacemos cuando estamos en casa… Solo quiero estar con ella. Nada más-

Las palabras del demonio no la relajaron lo mas mínimo. No habían logrado reducir ni su ansiedad ni hacer desaparecer sus temores.

Latia se temió lo peor.

La relación de esos dos era muy cuestionable. Incluso los demonios más inmorales podrían escandalizarse con las acciones de esos dos… en privado.

-DxD-

Abriendo la puerta del dormitorio, el dragón supo al instante de que estaba en la habitación correcta. El aura de su hermana, el aroma de su mujer estaba en el ambiente, una presencia insistente, firme.

Vivía allí.

Una respiración se entrecortó.

Ignorando absolutamente todo en la habitación, sus ojos rojos se centraron en una niña. Una belleza pelirroja tumbada en su cama.

¿Qué persona dormía con medias blancas hasta el muslo, un top ajustado negro y unas braguitas a juego? Alguien que esperaba… Issei se relamió los labios. Su hermana lucia tan apetecible…

Incorporándose, el labio inferior de la demonio tembló visiblemente.

-No pensarías que me iba a ir sin más… Mi hermana es mía, solo mía, nadie se interpone y si alguien lo intenta…-

Extendiendo sus alas, la demonio flotó lentamente hasta alcanzar a su hermano.

Issei la recibió con los brazos abiertos, tomándola del trasero.

-Simplemente encontraré una manera fiable y segura de llegar hasta ti…-

-Mi adorable hermano…- susurró Rias acariciando su rostro –Habrá sido duro… Pero has hecho bien… Y mi dulce hermano necesita una recompensa…- descendiendo su rostro, besando lentamente al dragón.

Issei retrocedió hasta sentarse en uno de los sofás, no sabía cuál. Creía que era uno al menos.

Sus manos recorrieron el cuerpo de la demonio sin vergüenza alguna. Sin ningún tipo de pudor.

La lengua de Rias se entrelazó con la suya, intercambiando saliva. Sin prisa. Ronroneando dulcemente, Rias jadeó al sentir sus labios en su cuello. Las hábiles manos de Issei retiraron el top de la pelirroja.

Recorriendo su espalda, acercó su cuerpo al suyo.

Los labios de Issei recorrieron su pecho. Del principio al fin. Acariciando su piel con sus labios, cubriéndolo a besos. Amasando sus jóvenes senos, empezando a lamerlos en círculos, succionándolos, mordisqueándolos.

Rias ahogó un gemido, arqueando su espalda.

Mordiéndose el labio inferior, Rias se encontró relajada en su cama. El castaño sobre ella, besando su vientre, masajeando sus piernas, levantándolas, besando sus pies. Obligándola a girarse, la pelirroja ronroneó al sentir a su hermano jugar con su trasero. Besar su espalda, sus hombros, tomando sus labios.

Ofreciéndole completo acceso, Rias dejó que jugase con su lengua, ahogando múltiples gemidos al sentir sus dedos acariciar su entrepierna sobre la última prenda. Una prenda que no tardó en desaparecer.

Volviendo a girarse, Rias miró a su hermano con amor y devoción, pasión y deseo… Y como siempre, separó sus piernas lentamente, ofreciéndose a él como cada una de todas las veces que su hermano así lo había deseado.

Besándola de nuevo, Issei empezó a jugar con el joven sexo de su hermana, acariciándolo con exquisita lentitud, sonriendo al ver como esta se retorcía, se impacientaba.

-Que pasa Ria-tan…-

-Issei…-

-¿Pasa algo?- susurró Issei mirándola a los ojos.

-Por favor…-

-Por favor que…-

-Más… Quiero más…-

¿Quién era él para oponerse a su hermana?

Con la espalda arqueada, moviendo sus manos por el colchón, la hija de los Gremory chilló de placer al sentir a su hermano menor devorar su sexo.

La lengua, ágil y experimentada, recorrió la vagina de su hermana mayor con destreza.

La conocía al detalle. Nunca se le había negado el acceso al cuerpo de la pelirroja. Y para que engañarse.

Disfrutaba con ello.

Relajándose en la cama, el castaño se tomó su tiempo devorando a su hermana, alzándola de la cintura, colocándose sobre sus hombros. Pasando de su vagina a su ano.

-¡I-issei!-

Agarrando las sabanas con fuerza, la demonio perdió la razón, volviendo a estar acostada. Con su hermano en su espalda, besándola, introduciendo su índice en la cavidad de la niña.

Rias agarró como pudo el rostro de su hermano, respondiendo al beso, moviendo sus piernas mientras el dragón seguía dilatando su entrada.

-Issei…-

-Mmm-

-Mi culito…-

-Es precioso…-

-Por favor…- mordiendo el labio inferior del castaño, Rias gimió con fuerza, girándose, mirando a su hermano a los ojos. A su hermano, que había enterrado su polla en su culo.

Una funda, era su funda. Exclusiva.

-Joder… Ria-tan…-

-¿Qué pasa, h-hermanito?- ronroneó la pelirroja besando suavemente al dragón -¿Ya está?-

Gruñendo, el dragón colocó a su hermana en cuatro, tomando el cabello de la pelirroja, separándose de ella… Embistiendo con fuerza.

Sonriendo al escuchar el chillido de Rias.

Orgulloso, empezó a moverse, dándolo todo… Como siempre.

Al día siguiente Rias apenas podría caminar… y hablar.


-Base Norvenich-

Decenas de hombres se encontraban sentados alrededor de una mesa rectangular, con poca luz, todos alternaban la mirada entre los documentos sobre la mesa y la proyección en la pared.

-No puedes demostrarlo- murmuró un hombre adulto, de rostro serio y duro, dejando el informe en la mesa.

El joven sargento se volvió a la pared, mirando incrédulo la proyección.

-Han desaparecido múltiples unidades en la frontera, comandante-

-He dicho que no puedes demostrar lo sobrenatural. No pienso comprarte que una legión de hombres lobo están atacando a nuestros soldados, sargento-

-Si este es tu intento de explicar las constantes y repetidas faltas de eficiencia de este cuartel…-

-¿Cómo explica el estado de estos cadáveres?-

Las múltiples diapositivas revelaban canibalizados cuerpos de soldados. Desgarrados, mutilados.

-No se confunda, sargento. No le resto importancia a la gravedad de los acontecimientos, pero como comprenderá, exijo una respuesta más… creíble-

-¡General! Si hubiese leído mis informes…-

-Los he leído, detenidamente, tiene usted mi palabra-

-Los rusos llevan décadas con las fronteras cerradas, apenas sale nada, no permiten que nadie entre y todo lo que hemos logrado de estos ha acabado en desastre-

El hombre entrelazó sus dedos, mirándolo fijamente.

-Asesinatos, desapariciones… y el asalto a la base donde desaparecieron las muestras de sangre…-

-Un pelotón entero murió para obtener y defender esas muestras…- respondió el general.

-Escúcheme, al otro lado de la frontera hay un enemigo, algo que no alcanzamos a comprender y algo de lo que no nos podemos defender…-

Los altos mandos empezaron a cuchichear.

-¿Esto esta enlazado con los informes que aseguran que tenemos a seres de estos infiltrados en los altos mandos políticos?-

-Exacto-

-Sargento… Le prometo que estudiaremos su informe detalladamente… Puede marcharse-

-General…-

-Lo estudiaré personalmente, te lo prometo-

Hastiado, caminó hasta uno de los asientos, tomando el pesado maletín de cuero. Dejándolo sobre la mesa, girándolo con brusquedad, abriéndolo sin reparos.

Los presentes se alzaron horrorizados. Incapaces de mirar el contenido.

-Esto lo cazamos en la expedición de ayer… Lo lamento general, no puedo darle una mayor prueba-

-¿E-eso es… Eso un licántropo? ¿No es un lobo?-

-El resto del cuerpo está en el almacén. Pueden comprobarlo ustedes…- Asintiendo, el sargento se marchó. Cerrando al salir, suspirando pesadamente. Sin prisa se alejó hasta dar con una sala vacía, mirando por sus ventanas. Cerrando las persianas. Extendiendo unas alas de demonio. Activando un círculo mágico.

La figura de un pelirrojo se irguió en la oscuridad. Con solo verlo, hincó la rodilla, agachando la cabeza.

-Lo he dicho… Pero no me han hecho caso-

"¿Les has entregado el cadáver?"

-Lo tienen-

"Entonces dales un tiempo. Su gente lo estudiará, es algo nuevo para ellos"

-Saben que está aquí… Lucien no quiere revelar la existencia de su especie… Mi señor…-

"Lo capturaste ayer, hoy mismo trasladarán el cuerpo. Tenemos tiempo"

-Si Lucien es tan eficiente como dicen… Más de cien años de hermetismo, mi señor-

"Tengamos fe en que esos sean rumores exagerados"

El sargento sonrió levemente.

"Has hecho lo que has podido"

-Pero señor…-

"Has hecho lo que te pedí. Regresa a tu puesto"

-¿Cuáles son mis instrucciones?-

"Si Lucien finalmente abre sus fronteras necesitaremos una puerta de salida"

-¿Planea evacuar?-

"Está aprobado. Todas las familias han recibido las instrucciones"

El demonio alzó la cabeza, mirando hacia una de las ventanas.

"No resultó sencillo, demasiado orgullosos y tozudos"

-No les sentaría bien que se subestime su poder, un demonio no pierde ante un licántropo- acercándose a la ventana, mirando entre las persianas –O eso quieren pensar. Un hombre lobo de cientos de años de madurez no es un rival a subestimar… Están mucho más hechos a la lucha salvaje que la mayoría de los demonios del Inframundo, mi señor-

"Lo sé, pero eso es algo que no puedo hacerles entender así como así"

-Si usted no puede, nadie puede-

"Lo que no entienden es que no podemos permitirnos el lujo de descubrir si el patógeno nos afecta… O al menos que ellos lo descubran"

-Señor… ¿Puede darme algunos detalles sobre ese plan de evacuación?-

"El mar negro. Estamos preparando una fortaleza en territorio neutral. Usaremos los contactos para entrar en Rumania, desde allí, en barco o métodos más extremos os llevaremos hasta un circulo de transporte autorizado"

-¿Rumania? ¿Los vampiros?-

"Si los lobos empiezan a recorrer Europa los vampiros saldrán de su escondite. Aprovecharemos el caos para evacuar…"

-Mi señor… ¿Su hermano?-

"No le gustará, pero le haré entrar… ¿Ocurre algo?"

-Lo lamento mucho, mi señor, lo lamento…-

Separándose de la ventana, sacando su pistola, convocando una espada de poder demoniaco.

-Lamento comunicarle que Lucien es mucho más efectivo de lo que pensábamos… Han venido a por el cuerpo!-

Sirzechs Lucifer apenas pudo ver como decenas de hombres lobos irrumpían en el edificio.

El Maou Lucifer suspiró pesadamente.

-Entonces ha comenzado…- murmuró Grayfia con apenas un susurro -¿Doy la orden?-

-Es muy pronto, la plataforma no está lista…-

-Los hoteles que hay en la ciudad de Constanza… Su familia y la familia Sitri tienen propiedades…-

Sirzechs se alejó, lleno de pesar.

-Debería de avisar…- inspirando, cerrando los ojos –Tienes que avisar a tu hermano, Sirzechs-

-¡!-

-Sé que no te gusta, pero los vampiros no dejarán que nadie más entre… O eso o preparamos una intervención, yo misma lideraré…-

-Yo mismo hablaré con él. Cítale. Le quiero aquí cuanto antes-


- Continuará en el siguiente capítulo-


Ahí va otro. No, esto no está parado. Solo ando ocupado de cojones… Tengo un documento con 70 mil palabritas que en cuanto lo pula y lo fragmente, iré subiendo en formato de capítulos.

Sed buenos mientras tanto.

Nos leemos la semana que viene! Espero que os guste y compense, algo, la espera.