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— Diálogos, ya esté en formato de negrita, cursiva, cursiva-negrita o normal —
«Remembranzas»
{Pensamientos}
[Diálogos de Espíritus] o [Diálogos de Espíritus]

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The Curse Project
Por: Fjola Lovely.

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CAPÍTULO 33
Visita Inoportuna

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Luego de la victoria del Equipo Abyss, tan solo quedaba era festejar el triunfo en la posada de Funbari Onsen. No obstante, había un aire de preocupación en varios mientras que estaban reunidos en el gran salón en espera de la cena como comida para celebrar.

— ¿De verdad estará bien? Ya en poco tiempo va anochecer… —Comentó Manta tomando un sorbo de su té mientras que la luz del atardecer se filtraba en las puertas corredizas que están abiertas y conducen al pateo de la posada.

— Estará bien, hierva mala no muere —Contestó Jun con una sonrisa de negocios, aunque muy en el fondo parecía un poco inquieta.

El motivo de la preocupación, era porque al apenas Radim declarar la conclusión de la batalla. Zahira desapareció como espíritu y… su cuerpo que se mantuvo inerte, tan solo reaccionó nada más para retorcerse mientras miles de mariposas brotaban de su pecho para luego desvanecerse en una neblina.

Luego de dicha acción, su semblante mostró de manera gradual una mejora. Ya no viéndose como una muerta, pero su respiración y pulso eran muy lento como también no mostraba indicios de despertarse.

— Uhmn… No dudo que sea fuerte Zai pero… —Insistió Oyamada, mirando hacía el techo como si pudiera ver a través de éste. El pequeño humano no estaría nervioso si no fuera porque desde que llegaron a la posada, Anna se ha mantenido encerrada en el dormitorio donde yace su amiga.

Anna por lo general era despreocupada e indiferente cuando Yoh se lastimaba o combatía, porque confiaba en su fortaleza. Pero eso no restaba el hecho cuando se preocupaba y eso se demostraba con vehemencia solo cuando el joven Asakura se lastimaba en verdad o lograba apenas zafarse de un peligro. Entonces verías a la Itako de malhumor como a la vez sin despegarse del castaño hasta que considere que él ya no corre peligro, cosa que sucedió en la batalla de Fausto.

Y ahora ese mismo patrón de comportamiento en la sacerdotisa estaba siendo visible con Zahira…

— Todo va estar bien —Intervino Asakura que comía unas galletas, sin despegar su mirada del televisor ubicado en una esquina del gran salón principal. — Anna solo quiere ser la primera en felicitar a Zai.

El pequeño humano hizo una mueca al ver que el castaño leyó correctamente lo que alimentaba su preocupación. Suspiró y decidió confiar en las palabras de su amigo chamán, aparte agregó en broma como un intento de aligerar el tema:

— Y también para regañarla.

Yoh tan solo se rió entre dientes, la típica risilla que soltaba cuando evadía responder como a la vez denotando cierta picardía y complicidad. Solo por esta acción, afirmo la broma a medias del pequeño Oyamada que ya le mandaba sus condolencias a la joven originaría de Turquía.

— En todo caso, Jun ¿Es verdad que Zai posee la cualidad de amplificación?

Ren Tao que estaba en una parte alejada de la mesa en una posición de meditación, se ha mantenido callado con un semblante serio. Por supuesto, el resto no tardo en mostrar interés ya que todavía la reciente batalla estaba muy fresca en sus mentes.

— ¿Lo vieron por sí mismo, no? —Indicó con mensura la joven Tao. — Aunque Zai no transfirió su furyoku en mi, solo repotencio mis talismanes y, por tanto, a Pailong como Shamon se fortalecieron.

— Pero… no hay duda que sientes "el poder" en una descarga de adrenalina —Agregó Pailong quien era el único presente de los zombis, ya que Shamon regreso con la Familia Tao.

— ¿Y qué dices tú? —Cuestionó esta vez Ren hacia Lilirara que se ha mantenido pensativa.

— ¿Li? —Llamó Chocolove, provocando que la Seminoa saliera de su letargo.

— Disculpa ¿Qué decían? —El Taoísta frunció el ceño al disgustarle repetir las cosas, pero mantuvo la compostura y reformuló la pregunta. — Ah… Su furyoku… es abrumador, es como una energía que fluye como un torrente, casi como un tsunami y… aun así, no es pesado sino ligero como el aire.

— ¿Solo posee ese atributo? —Indagó HoroHoro, en el fondo curioso. Era la primera vez que escuchaba de una cualidad de incrementar el furyoku ajeno.

Jun y Lilirara intercambiaron miradas, tan solo incrementando la incertidumbre. Pero fue Pailong quien intervino:

—…La verdad, no hemos conocido todo el poder de Zahira dado a que no tiene la necesidad de combatir en su cien por ciento.

— ¿Cómo que no? ¡¿Si en la reciente pelea batallo hasta quitarse el hipo?! —Preguntó McDonnell sin todavía olvidarse la enorme cantidad de almas como shinigamis.

— Concuerdo con Chocolove, aparte Zai ha estado inconsciente desde entonces ¿No es algo que te ocurre cuando sobrepasas tus límites en el furyoku? —Indicó Ryunosuke.

— En eso pueden existir muchas razones —Refutó Ren con semblante malhumorado, ya que su espíritu competitivo florecía cada vez que veía algún chamán como rival potencial. — Además, cuando concluyó la batalla, el furyoku que emanaba de su cuerpo era claro y continuo como si no tuviera fin.

— ¡Jo~! ¿Pero eso es genial, no? —Intervino entusiasta Horo dando un aplauso. — ¡Significa que tenemos alguien fuerte de nuestro lado para luchar contra Hao!

Gracias a las palabras del Ainu el ánimo subió para todos… con excepción de Lilirara, Ren e Yoh. En cuanto al joven Tao, quien era desconfiado por naturaleza, su sospechas de Zahira no estaban del todo disueltas y queriendo confirmar su corazonada desvió su aguda mirada dorada hacía el joven Asakura, quién poseía un semblante serio como sombrío, lo cual era muy raro de ver en él.

— ¿Qué dices, Yoh? ¿Zai en verdad nos ayudará a pelear contra Hao?

La pregunta de Tao, provocó una inesperada tensión como confusión en el gran salón que solo se afianzo al ver el semblante del aludido, discerniendo con su habitual actitud despreocupada y sonriente.

— Yo… —Una sombra se proyecto a la altura de los ojos castaños del adolescente. — Tengo hambreeee~ —Contestó finalmente, desapareciendo todo indicio de sobriedad y siendo sustituida por una chistosa expresión tristona, mientras se asomaba una lagrimita en los costados de los ojos de Yoh.

Al mismo tiempo, un sonido estridente de varios lados del salón se escuchó al haberse caído ante el desconcierto al punto que Fausto que dormía en la habitación contigua, se despertó. Por otra parte, Ren que fue uno de los que mantuvo la compostura; sonrió de medio lado…

— ¡¿MALDITO VAGO LUNÁTICO POR UNA VEZ NO PUEDES SER SERIO?!

Para después explotar. En consecuencia, el pincho que forma parte de su peinado se elevo a niveles insospechados, a la vez que apuntaba con su espada plegable a Yoh y del arma emitió un rayo que por fortuna fue esquivado a duras penas por el castaño.

— ¡Pero si estoy siendo serio, de verdad tengo hambre! —Protestó el castaño con una expresión enfurruñada y haciendo puchero al poner los labios de pescado. Esa actitud estúpidamente infantil solo exaspero aun más a Tao.

[Señorito no se enoje,que le hace mal.] Suplicó angustiado Bason.

— Es verdad, Ren. Relájate, si destruyes la posada, Anna no te perdonara —Menciono Jun en sumisa reprimenda.

— ¡Pero hermana!

— Eh, Jun tiene un punto.

— ¡QUÉ TE CALLES VAGABUNDO!

Yoh se encogió de hombros ante el potente grito en su dirección. No obstante, en lugar de actuar intimidado solo hizo una cara de puchero como niño regañado y… esto tan solo provoco que Ren pusiera los ojos en blanco a la vez que el pincho de su cabello volvía a elevarse casi hasta el techo, mientras que soltaba chispas.

— ¡VA EXPLOTAAAR…! —Exclamó Manta, alejándose asustado de Yoh que sería el blanco del enojo del joven Taoísta.

Aparte de sentir la estática en su cabello al estarse erizando como el de los demás y la luz de las lámparas se tornaba intermitente, junto con el televisor que mostraba imágenes píxeleadas. Augurando todas estas señales el ataque eléctrico por parte de Ren.

— ¡Jefe huya…!

Por Tien Kung…

— ¿Lo detengo, Jun?

— ¡Por mí, me viene de maravilla! —Exclamó HoroHoro indiferente sobre lo que gritó Oyamada.

— ¡No, Bro! ¡Si se muere quedamos descalificados del torneo!

— ¡ARGH! ¡YA SUMINISTRENLE UN SEDANTE AL CHISPITAS! —Pidió el Ainu al recordar con fastidio cierta regla de la Shaman Fight.

¡DEMANDO SUS ÓRGANOS Y HUESOS!

Gracias a la intervención conveniente o no de Fausto, aplaco la irascible actitud del joven Taoísta que al igual que los demás, se volteo a mirar al chamán Alemán que tenía un espeluznante semblante que irradiaba entusiasmo, sentado desde su futon.

¿Qué? Todos estaban diciendo lo que querían —Indicó descontento el doctor, devolviéndole la mirada de ser unos bichos raros al grupo y no él.

— Fausto… vuelve a tu siesta —Invitó Yoh, en cuanto el Alemán se volvió acomodar en su futon a regañadientes.

— Entonces dejen dormir, los sedantes tampoco hacen milagros —Regañó para volver a ponerse su sombrero en su cara para no molestarle la luz del exterior ni la del interior.

Lo sentimooos~ —Canturrearon todos apenados al doctor que tan solo contestó:

— ¡Hum! Si me vuelven a despertar sin razón ¡A la próxima que los cures, no usaré la anestesia!

A todos les recorrió un escalofrío ya que viniendo la amenaza de Fausto, era muy capaz de hacerlo sin dejar de ser eficaz en curar al paciente. Lo peor, es que solía tener una actitud sádica durante sus atenciones médicas.

Un nuevo escalofrío les recorrió a todos, anotando mentalmente no despertar el enojo del chamán alemán. Por otra parte, ahora ante el inminente silencio, el grupo pudo escuchar de forma oportuna el sonido de una cachetada…

—…Ugh, Zai ya despertó —Comentó Manta que al igual que los demás, resintieron la cachetada con tan solo escucharla y le mandaron sus condolencias a la víctima de sufrir la tiranía de la Itako.

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En el primer piso dónde se ubica más dormitorios que PB, en el dormitorio de Zahira, estaba sentada al estilo indio en su futon y con una marca de una mano al rojo vivo en su mejilla izquierda.

— Uf. Los chicos sí que están animados…

No cambies de tema…

— Ugh… Si me vas a pegar ¿Para qué regañarme? —Refunfuño Zai, haciendo un puchero dándole un aire infantil.

[Cállate. Solo lo vas a empeorar] Regañó Érebo que yacía al lado de su protegida en su forma de Buho. Por su postura rígida, parecía que también estaba siendo regañado por la Itako que está delante de los dos, de pie y de brazos cruzados.

— No puedo creer que siendo un Dios, te doblegues ante una adolescente.

El dios de las tinieblas suspiro y un tanto cabizbajo contestó [No puedo evitarlo. Su temperamento es tan similar al de Nyx, que por reflejo actuó]

[Fufufu~ mis respetos a su esposa, lo han adiestrado muy bien.] Comentó divertida Asanoha, recibiendo el gruñido y un "Cállate" a regañadientes de la deidad.

En cuanto Zahira, tan solo se mantuvo en silencio con un semblante pensativo y esto le causo interés a la Itako que alzó una ceja en escepticismo. Cuando quiso indagar, el rugido de estomago de Zai se logro escuchar ante el breve silencio. La chamana se agarro sobre su vestuario; su vientre plano con una expresión moribunda, más no protesto al saber que todavía iba a ser retenida para ser regañada…

O eso pensaba, Anna que hizo una mueca descontenta y culpable suspiró resignada.

— Mejor vete arreglar, no me sirve sermonearte si no estás en tus facultades —Reprendió como el que no quiere ceder en terminar la disputa. — Pronto estará la cena, así que apresúrate.

— ¡Yaaay…!

Exclamó en celebración y emprendió la retirada, no iba a desaprovechar la oportunidad de la Itako en zafarse del regaño (omitiendo el hecho que ya recibió una cachetada). No obstante, justo cuando iba abrir la puerta para salir del dormitorio, recordó un pequeñísimo detalle:

— No. Un momento. ¿Qué se supone que voy a usar?

— Ni modo que desnuda andarás —Indicó la rubia, cruzada de brazos con una ceja arqueada hacia arriba en clara extrañeza ¿Su amiga en estos años desarrollo un fetiche de exhibicionista?

— ¡Obvio! A lo que me refiero ¿Ann, dónde están mis pijamas?

Entonces la esposa adolescente, comprendió la situación y se tornó algo esquiva. — Define pijama.

— Muy chistosa. ¡Anda ya, dime…!

— Los boté.

— ¿Eh?

— Esos harapos a los que llamas pijamas, los boté a la basura.

La Itako esperó su reacción con cierta reserva pero la Turca no se exalto, aunque a inicios mantuvo una expresión aturdida con una sonrisa congelada. Luego de unos segundos que pareció en asimilar el asunto, mencionó con una actitud resuelta: — No importa, iré a buscarlos —Y se giro para irse. Por otra parte, la rubia se acercó dando zancadas para alcanzar a su amiga y tiró del kimono rojo.

— ¡Nada de hurgar basura! ¡Y ya no están allí, idiota!

— Con el poder de Érebo es posible buscarlos.

[Eww, no quiero andar en un basurero] Protestó la entidad que se mantenía bajo perfil de la disputa entre las chicas.

— Haz ido conmigo a lugares más asquerosos ¿Cuál es la diferencia ahora? —Cuestionó, sin dejar de forcejear en liberarse del agarre de la rubia.

[Que en esos lugares no tenía opción]

— Que deidad más fresita.

Érebo en su apariencia de búho, hizo el ademán de encogerse de hombros con sus alas. Demostrando que le era indiferente la burla que le hizo su protegida.

— ¡Aunque busques, solo la hallaras destrozada! —Confesó, dándole un zape en la cabeza a su terca amiga, quién al escuchar ese nuevo dato se giro a verla con una cara apremiante y confundida. — Sabía que te pondrías así, por lo que me asegurare en rematar esa ropa inservible, Zai.

— ¿Cómo que no servía? Cubría la desnudez.

— ¡Eso no es suficiente! Y descuida, estoy trabajando a cambio en nuevas pijamas para reponer la ropa que te boté.

— Genial… —Mencionó con una dulce sonrisa para después romperse dicha expresión a una entre exasperada y lamentable: — ¡Hasta que recuerdo que no tengo nada que usar! El resto de mi ropa esta sucia.

— Eso se arregla, hay yukatas sobrantes de la posada.

Zahira hizo una cara de puchero, no muy contenta con usar las batas de la posada ya que no estaba acostumbrada a usar tales prendas. Prefería usar un pantaloncillo y una camisa que le resultaba más práctico.

— Bueno —Contestó resignada, aunque la cara de puchero no se iría por un rato. — ¿Te vas a bañar conmigo o qué?

— ¿Por qué preguntas?

— Estás usando la misma ropa que te vi en la mañana e imagino que los demás ya se arreglaron para estar más cómodos.

La Itako frunció el ceño, haciendo una expresión difícil y comentó: —…No puedo usar las termas en mi condición.

— Lo sé. Entonces iré a preparar la bañera.

— No he dicho que si.

— Y tan poco has dicho que no —Contestó con su habitual sonrisa juguetona. — Iba a preparar un baño de esencia que no tendrá nada que envidiarle a las aguas termales.

Una chispa de interés se reflejo en los ojos ámbar. — ¿La harás de lavanda? —Le pregunto, al tener todavía fresco que días atrás; Zahira le preparo un baño relajante de espuma y esencias para ella sola. Viniéndole de maravilla aquella vez.

En cuanto la joven Turca, había caminado hacia la cama donde que debajo de esta, saco una caja de herramientas y al abrirla, mostró que contenía muchas botellas de diferentes tamaños que contenía liquido traslúcido o semi-traslúcido en diferentes colores.

— ¿La quieres de lavanda? Tenía en mente hacer otra combinación para humectar la piel.

— ¿Pero servirá para relajarse también? —Cuestionó interesada, acercándose y agachándose a su lado para tomar un pequeño frasco que le llamo la atención, al abrirlo una agradable fragancia de jazmín inundo su olfato.

— Puedo —Retirándole con suavidad el frasco de las manos de Anna para cerrarlo y devolverlo a su sitio, mientras que la rubia hizo una infantil cara de protesta por quitarle la agradable fragancia. Zai se rió divertida al verla hacerle puchero, así que para mejorarle los ánimos agregó con picardía: — Así como también puedo hacer un baño de esencias para que disfrutes con Yoh y avivar las cosas un poco.

De inmediato las mejillas de la joven Itako se colorearon mientras sus ojos resplandecían en entusiasmo e interés. — ¿Por qué no lo dijiste antes? ¡Cuenta…!

[Fufufu~ Es satisfactorio ver que se comporten acorde a su edad] Susurró divertida Asanoha que miraba la escena al lado de Érebo, quién tenía una mirada paternal al ver a las dos chicas entretenidas, sumergidas en su conversación.

La deidad asintió nostálgica al recordar la primera vez que conoció a su protegida [Si… sin duda lo es]

No queriendo interrumpir el dulce momento, ambos espíritus se aseguraron en desaparecer en silencio del dormitorio. Rezando que el tiempo compartido entre ambas chicas perdure sin más obstáculos que las separe como en el pasado.

(…)

En el gran salón con las compañías del joven Asakura, el ambiente festivo y alegre estaba más que garantizado. De vez en cuando, los chicos iban a la cocina y traían aperitivos ellos mismos en tiempo record, porque eran echados a los minutos del lugar por Pirika. Quien estaba ayudando a Tamao a preparar la cena, los echaba si no iban a brindar asistencia.

Por fortuna, Lilirara pronto se sumó en ayudarlas junto con Yoh y Horo que estos dos últimos se encargaron de lo más tedioso como preparar los ingredientes para la cocción como vegetales y las diferentes carnes. Y tan pronto este dúo terminó con su deber, Tamao y Pirika los echaron fuera de la cocina.

Haciendo que ambos adolescentes soltaran una lagrimita por sentir que fueron echados por las chicas que alguna vez, respectivamente, ellos cuidaron como buenos hermanos mayores y una vez más, estas le demostraban que ya habían crecido, no requiriendo tanto de su ayuda como en el pasado.

— Los tiempos cambian —Lamentó con exagerada melancolía Yoh como si fuese un anciano, abandonado por sus hijos y nietos.

— Ya somos obsoletos, amigo mío —Concordó, pasando un brazo por los hombros del castaño quien en respuesta asintió con la cabeza.

Por suerte, entre ellos dos se consolaron al ser desplazados, mientras se dirigían al gran salón. Ignorando la presencia de sus respectivos fantasmas acompañantes que tenían una expresión clara de que los adolescentes eran unos exagerados.

¡O-OJOU-SAMAAAAAA…!

El grito simultaneo de Ryunosuke y Manta en clara sorpresa saco a los dos chicos de su complejo de hermanos mayores que se apresuraron a entrar a llegar al salón, queriendo comprender el nuevo e inesperado escándalo que estaban armando sus amigos.

Al llegar al pasillo que conecta con el gran salón, las puertas corredizas estaban abiertas de par en par y al ingresar se encontraron que todos lo miraban, o mejor dicho, miraban a quienes tenían enfrente…

— Hey, ¿Por qué tanto…? ¡OJOU-SAMAAAAA…!

— ¿Anna qué…? ¡OJOU-SAMAAAAA…!

Los gritos de parte de Horo e Yoh no tardaron en escucharse al ver la causa de los gritos de Manta y Ryunosuke. Solo vasto ver a Zahira para comprenderlo. No obstante, Anna quién odia los bullicios no tardo en imponer orden…

En otras palabras, los cacheteo a los cuatros gritones que no paraban de gritar el título "Ojou-sama" que significa "Señorita" pero solo es usado para las chicas que poseen un status elevado en linaje noble como económico, además de ser una extensión y procede del título "Hime" que significa "Princesa". Para los chamanes originarios de Japón estaban al tanto del significado popular del título, motivo de porque reaccionaron al ver a Zahira que vestía con la yukata blanca de la posada con el detalle que:

De sus hombros colgaba un kimono de seda color rosado suave y estampado florales azul celeste, blanco y amarillo que, hacía juego con su cabello y ojos. Aparte que su cabello que siempre estaba voluminoso y algo rebelde al tenerlo cortado en capas, ahora caía detrás de su espalda de manera lacia y pulcra con un peinado de medio moño en el que era adornado por una peineta junto adornos japoneses. Y aunque no estaba maquillada, gracias a su tono de piel nívea y por el reciente baño, sus mejillas se vislumbraba un natural rubor junto con el suave tono cereza de sus labios.

Unos simples cambios, lograron resaltar el aura elegante, femenino y noble en Zahira que suele pasar desapercibido con su personalidad enérgica y radiante. Ahora con su nuevo look luciendo un semblante inmutable que le daba cierto misterio como melancólico…

No, espera. De hecho, entre más la miraban, ella lucía un aspecto… ¡¿Extenuado?!

— ¡Ay, parece que irá con Buda en cualquier momento! —Indicó confundido el ainu. — ¡BAJA EL BISTURÍ FAUSTO! —Advirtió al ver al doctor mirando en dirección a la turca como un (desquiciado) cazador mira a una presa potencial.

— Solo estoy alerta si requieren mis servicios médicos —Se defendió el alemán, fingiendo inocencia mientras volvía a guardar su bisturí ya que, por unos segundos, sus intenciones fueron impuras y observo a Zai como un prospecto para recaudar material fresco.

[Oh, cariño. Creo que mutilar a todos esos asesinos seriales, te paso facturas] Lamentó Eliza en su OverSoul activado y abrazando por detrás a su esposo, quién recibió el gesto con gusto a la vez que suspiraba con pesar.

—…Tienes razón querida, creo que tengo un problema —Reconoció como si sufriera un vicio de alcoholismo.

[Descuida, lo superaremos juntos.]

— ¡Amor…! ¿Qué haría yo sin ti?

Mientras que el matrimonio estaba en su burbuja rosa, exudando miel. El resto sentían que la sangre se le congelaba al escuchar la turbia conversación ajena. Incluso McDonnell no pudo contenerse en manifestarlo:

— Creo que acaba de decir algo impactante…

— Chocolove.

El aludido giro dónde provino el llamado, estando Ryunosuke, Manta, Horo e Yoh con una sonrisa condescendiente.

— A veces la ignorancia es felicidad.

— No preguntes, mejor es ignorar.

— Hay que fluir con la naturaleza, esto no es la excepción.

— Despeja tu mente y así todo saldrá bien.

El Neoyorkino quiso creerles, de no ser que los cuatros temblaban como una hoja otoñal en medio de una ventisca. Giró en busca de alguien cuerdo y aportara algo de sensatez a la situación pero en el instante que su mirada se cruzó con los hermanos Tao junto Pailong, McDonnell procedió apartar la mirada con un suspiro desesperanzador.

— ¡Imbécil, no mires a las personas y luego suspires…!

En consecuencia, ante la acción un tanto grosera del joven estadunidense, Ren volvió a sacar su espada plegable para golpearle en la cabeza a su compañero, partiendo su afro a la mitad. E igual Chocolove ni se inmuto, manteniendo una sonrisa similar a la de Yoh y compañía, prefiriendo seguir su consejo.

¡Ejem!

La imprevista tos atrajo la atención de la mayoría para enfocarla en Anna, quién parecía insatisfecha. Eso se debía que esperaba comentarios a su obra (entiéndase, de haber arreglado a Zahira), a pesar que recibió un gran impacto, todavía no florecían halagos hacia su creación (compréndase obligar, digo, peinar y escoger los accesorios junto el kimono hicieran juego).

— ¿Y bien, qué piensan? —Preguntó, todavía lamentándose no haber podido maquillar a Zai porque la tolerancia de esta en ser tratada como un maniquí había cruzado su límite…

El motivo se debía a cuando su amiga tiene hambre, se vuelve insoportable y no en el sentido de volverse malhumorada, sino actuar de manera moribunda y lamentarse a viva voz que tiene hambre, mientras le suena las tripas de forma estridente.

— ¡Oh! Zai luce muy her-

— Está muy boni-

— Toda una belle-

— Está muy gua-

— ¡Está muy lin-!

HoroHoro, Ryunosuke, Manta, Chocolove e Yoh iban a bombardear a la joven turca con cumplidos (Además que una vez más, sentían su existencia amenazada. Si no satisfacían a Anna que esperaba expectante, estarían condenados a sufrir una paliza o… algo peor). Aunque en el fondo eran sinceros en los cumplidos, desafortunadamente, se quedaron atorados en sus gargantas los halagadores comentarios porque…

La discordante expresión que les dirigía Zahira, los tomó por sorpresa y les era difícil de ignorar ¿Por qué demonios ella los miraba como si la estuvieran insultando o estuvieran a punto de decir la mayor atrocidad en estupidez del siglo? O ellos estaban exagerando, viendo cosas que no son o en verdad tendrán que investigar un poco de Turquía, a ver si era una brecha cultural, porque cada vez la Turca era un estigma viviente para los chicos.

Por si acaso, le dieron un vistazo a la Itako, en espera de obtener una pista sobre la reacción de la joven Kochō. Pero la rubia lucía normal, como si nada realmente preocupante sucediera.

— ¿Les comió el Oni la lengua o qué? ¡Hablen pues!

Con una voz casi robótica, los chicos concluyeron en decir los cumplidos. Ignorando la incomodidad que sentían ante la explicita expresión de la Turca que no dejaba nada a la imaginación y le hacían cuestionarse si en realidad no estaban cometiendo un acto malvado ¿Eran los malos?

— Bueno, debo admitirlo Anna, tienes talento. Suelen decir que aunque vistas de seda a un mono, mono se queda. Pero resulto que pudiste hacer un milagro en Zai —Comentó Jun con un tono burlón, en claro menospreciativo hacia la Turca.

— Creo que eres muy complaciente, Hermana. Solo ella se ve decente y ya.

— Concuerdo con el Amo Ren, Jun. Estás siendo muy ama-

De pronto en el campo de visión del artista marcial, a quién le estaban haciendo el comentario despectivo apareció a un lado de Jun Tao. Asombrándolos porque en ningún momento la sintieron o escucharon acercarse, sumando que segundos después nadie imagino su acción…

— ¡AAAAAAAAAAAAAAH…! —Un grito agudo mezclado con asqueo y susto salió de Jun al sentir que la galleta de arroz tostado que tenía en la mano y todavía no había probado bocado, ahora estaba en una boca ajena incluido parte de sus dedos.

Zai sin inmutarse por la actitud de Jun o el resto de las miradas, saco su boca de la mano de Jun que ahora de sus delgados dedos brillaban ensalivados y masticaba a gusto la galleta, haciendo un sonido crocante que resonaba en el salón ante el mutismo que reinaba.

— ¡¿PERO QUÉ DEMONIOS TE PA-?!

El reclamo simultaneo de Ren y Pailong quedo inconcluso al escuchar un estridente rugido de estomago, viniendo de hecho de Zai que no mostraba ni una pizca de vergüenza y su rostro parecía brillar en gusto como alivio como si fuera pasado una década de hambruna y por fin de una larga espera, probó comida. Sin embargo, el claro aturdimiento se reflejaba en el rostro de los presentes, aunque comenzaban a comprender las acciones de Zai como a unir los puntos del porqué esta lucía algo moribunda minutos atrás…

Todavía les era difícil de asimilar, si tenía tanta hambre, solo tenía que hablar y se le serviría galletas u otro bocadillo. Pero en esos instantes actuó tan… incivilizado… ¿Era el hambre que la hizo actuar así o es que ella realmente es así?

Por si acaso, aun con su expresión de aturdimiento giraron a ver a la Itako en busca de respuestas, pero esta había cubierto su rostro con sus manos con los hombros caídos y exhalando un largo, muy largo, suspiro… ¿Cómo se supone que deben interpretar eso?

Por otro lado, los rugidos de tripas seguían rugiendo de manera incesante al punto, que ahora los presentes miraban con lástima a la joven Turca como si fuera una criatura lamentable, al punto que incluso la propia Jun le extendió con su otra mano el tazón de galletas, el cual Zai no dudo en agradecer de manera tan radiante…

{Ugh. Parece como un perro} Pensaron todos al verla tan feliz por recibir una ración de comida, sobreponiéndose la imagen de un perro callejero hasta los huesos feliz al recibir comida. Gracias a esto, elimino todo indicio de aturdimiento como enojo en los originarios de China.

A continuación Manta y Ryunosuke tomaran los otros plato de galletas repartidos en la gran mesa y se lo entregaron a Zai que su reaccionar fue igual de radiante. Lo peor de ver, es que la chamana luciendo como una aristócrata ante su vestuario, demostraba una impecable etiqueta al comer… mientras que los tazones de galletas se vaciaban a una velocidad de temer.

No. ¿Cómo rayos es posible? ¡¿Cómo puedes comer así sin perder la cara ni el aura elegante?!

Prefirieron dejar de pensar y buscarle sentido.

[La ignorancia es felicidad] Mencionó Amidamaru que al igual que el resto de espíritus acompañantes se mantenían bajo perfil, estaban igual de perplejos que los vivos.

Amén —Exclamó solemnes la mayoría con excepción de la itako.

El sonido de la puerta principal ser tocado, sacó a todos del trance por lo que despejaron el área alrededor de Zai y algunos se fueron a ver la televisión, Manta prefirió ir a buscar su laptop a concluir con sus tareas de la semana y…

— Ack. Iré a desinfectarme.

Jun seguido de cerca por Ren, Bason y Pailong, preocupados y comentándole de hacerse un chequeo por si acaso no le hayan pegado la rabia o algo peor. Todo parecía haber vuelto a la normalidad, incluso cuando Anna se acercó a Zahira con una expresión severa…

Algunos creyeron que la iba a reprender (y golpear), lo cual fue desmentido segundos después al ver que Zai se giró a verla y en vez de intimidarse, le sonrió feliz a Anna, quien suspiro mientras que su expresión se suavizaba al comentar:

— Más vale te comas todo. La comida no debe desperdiciarse.

— ¡Por supuesto!

En respuesta, Anna sonrió y cierta complicidad como familiaridad las envolvía a ambas. Los golpes en la puerta se volvieron a escuchar, esta vez de manera insistente. Tamao desde la cocina pidió si alguien podía atenderlos en su lugar, al estar ocupada. A lo que Anna que estaba a punto de sentarse al lado de su amiga, se dispuso a cumplir con la solicitud de Tamamura.

— Buenas ¿Qué se le ofrece? —Cuestionó Anna entre un tono cortés pero conciso.

Los que tocaron la puerta, había un grupo de cuatro mujeres jóvenes, una anciana, un hombre joven rondando por los veinte, dos chicos de catorce o quince años y una niña que no se le calculaba más de doce años. Cada individuo tenía una apariencia llamativa a su propia manera, la rubia alzó una ceja escéptica.

— ¡Hohoho~! Disculpa la molestia —Del peculiar grupo, intervino fue una mujer rubia peinado con unos grandes rizos y maquillada, luciendo un morado vestido ceñido a su esbelta figura, combinado con unos guantes oscuros junto unos zapatos negros de tacón aguja y un sombrero veraniego negro adornado por unas rosas rojas. — Venimos a visitar a uno de los que se hospedan aquí. Su nombre es Zahira Kochō.

La desconfianza se acrecentó en Anna ya que su amiga no le ha mencionado nada de tener conocidos entre la gente de la Shaman Fight, contestando: — ¿De parte?

— ¡Oh! Somos varios, pero con decirle que somos las cinco Lily-

— ¡HEY!

De manera súbita la mujer fue interrumpida al cerrarse la puerta en sus narices, motivo que la Itako no tardo en reclamar y girar al quién cerró la puerta. Resultando ser Zahira que tenía una expresión disgustada. Esa expresión no paso por alto para la sacerdotisa por lo que estaba a punto de cuestionarle por su actuar…

— ¡ARGH! ¡MALDITA GROSERA! —La puerta corrediza se abrió de golpe, siendo la mujer rubia de elegante vestido morado. — ¡¿Así tratas a quienes vinieron a verte desde tan lejos?!

— Yo no sé los pedí.

— ¡TÚ-! ¡¿OH?! —Se mostró sorprendida al mirar mejor a Zahira. — ¡Oh! Dices que no nos esperabas, pero bien que te arreglaste para vernos ¡No te molestaría ser más honesta! ¡Hohoho~!

Anna estaba un tanto… estupefacta, mirando con los ojos en blanco la reverenda estupidez que acaba de decir la mujer de vestido morado. Y al parecer, de los que la acompañaban coincidían con su pensamiento, porque habían colocado los ojos en blanco como la Itako. Dado a que tendrías que ser un ciego para no notar la espeluznante mirada y aura hostil que emanaba Kochō.

Aunque sus cristalinos ojos grises yacían muertos, se mantenían fijos en los visitantes inoportunos tal cual a los de una bestia preparada para saltar y despezarlos. Sin mencionar las visibles venas hinchándose por su sien, cuello y en el dorso de sus manos.

— ¿Todo bien? —Intervino un tercero, atrayendo la atención de las personas en la puerta de la posada para notar que más atrás de Yoh, asomados desde la entrada al gran salón, se asomaban los chicos de curiosos.

— Pues… —Comenzó Anna.

Nada que te incumba —Contestó tajante Zahira, sabía lo entrometido que era el joven Asakura, quién suele querer mediar cualquier conflicto para no pasar a mayores, lo cual le resultaba verdaderamente exasperante a la joven turca.

— ¡Eh! ¡Bájale dos, Zai!

Intervino Horo en defensa de su amigo, pero pronto empalideció al recibir una peligrosa mirada feroz, casi enloquecedora, de la chamana que resplandecieron. El Ainu por instinto se llevo las manos a su entrepierna y se escondió detrás de Umemiya como de Fausto.

El nivel de intimidación que aplican Anna y Zahira cuando se enojan, eran igual de efectivas, pero sin duda había una irrefutable diferencia.

El joven Horokeu lo acaba de comprobar, la Itako solía recurrir a la violencia y el dolor causado por sus golpes te quedaba marcado en tu cuerpo como una quemadura, por tanto, cuando la sacerdotisa te llamara a la próxima la atención y te amenazara, por instinto a no revivir dicho dolor, te someterías a sus demandas.

Pero en el caso de Zahira Kochō era diferente y complejo. Zai por lo general actuaba alegre, rebosante de energía con una actitud accesible y amistosa por lo que era difícil despertar alguna defensa o animosidad hacia su persona. No obstante, en momentos específicos podía emerger su mal temperamento y dependiendo de la situación, la intensidad con la que emergía podía ser abrumadora que te dejaba indefenso. Para explicarlo mejor:

Cuando te encuentras con una persona enojada, la primera acción es conversar y persuadirla a que se calme, o bien, solo alejarte de dicha persona. Pero cuando te encuentras, desarmado y solo en la nada, a un tigre u oso con el pelaje erizado, salivando y manifestando en su lenguaje corporal que te va atacar ¿Intentarías conversar y persuadir al animal, o siquiera esquivarlo…?

Exacto. Y eso mismo, le pasó a HoroHoro, aunque nunca le tembló el pulso para confrontar un verdadero oso; Zahira le demostró que hay peores bestias a confrontar…

Solo basto que ella se girara a mirarlo, en el instante que sus miradas se cruzaron. El Ainu pudo sentir como una premonición de que la chamana se aseguraría de hacerle sentir el mayor dolor existencial y, por alguna razón, el presentimiento se manifestó en que (literal) le arrancaría lo que le cuelga entre las piernas. Motivo que su instinto le hizo proteger esa zona, mientras que un sudor frío se deslizaba por su espalda.

— Ettooo… ¿No podemos hablarlo y ya? —Insistió Yoh que a diferencia del originario de Hokkaido, se mantenía calmado lo cual resultaba admirable.

No.

— ¡¿Por qué eres tan terca?! ¡Si realmente nos estuvieras evitando e ignorando desde que llegamos a la isla, entonces no te hubieras molestado en protegernos hoy en el torneo…! —Manifestó exasperada la chica de cabello y ojos color miel, luciendo una ceñida camisa negra cuello tortuga sin mangas combinado con una falda short de camuflaje y unas botas negras.

¿Y qué? —Respondió con frialdad, sin sentir ni una pizca de vacilación ante las expresiones heridas e impactadas de quienes vinieron a visitarla. — Si tienen una pizca de orgullo, entonces lárguense de aquí y olviden que me conocieron.

— ¡Oi! ¡Zahira, eso es demasiado! —Reclamó Yoh, haciendo el ademán de agarrar a la chamana por el brazo pero esta que se dio cuenta, le dio un manotazo antes que la tocara.

— ¡¿Por qué hablas si no sabes?! ¡No es tu problema! ¡Así que cállate y sigue con tus propios asuntos!

La tensión incrementaba, en el medio de la disputa estaba Anna que observaba todo con una mueca que iba entre el fastidio y el aburrimiento.

— ¡No! ¡Pero no puedes actuar así con personas que les importas y vinieron a verte! ¡Deberías apreciarlo!

— ¡¿Apreciarlo?! —Se aproximo a Yoh, tomándolo del cuello de la yukata. Por supuesto, el castaño no se intimido, manteniendo su ceño fruncido y defendiendo su postura confronto el semblante irascible de la chamana: — ¡¿CÓMO CARAJO SE VA APRECIAR QUE VINIERON JUSTO DONDE ESTA HAO?! ¡¿APRECIAR QUÉ, SU ESTUPIDEZ?! ¡SI ELLOS SIQUIERA SE VALORARAN ASÍ MISMOS, ESTARÍAN LEJOS DE AQUÍ DISFRUTANDO DE SUS VIDAS PLENAMENTE…!

—…Ah…

Entonces la inicial actitud cruel y grosera de Zahira en recibir a los inesperados visitantes, tomo otra interpretación a los ojos de los presentes, aclarando la mala impresión que tuvieron. En otras palabras, el enojo de la chamana no iba hacía los visitantes sino ante la imprudencia de venir al lugar donde estaba el quien originalmente, años atrás les dio caza para alimentar a su Espíritu de Fuego.

Un incómodo silencio se formo, nadie se atrevió a romperlo porque para empezar ¿Qué podían decir? Comenzaban a entender porque Zahira para empezar les dijo que se callara si no sabes.

— ¡La cena está lista…! —Avisó de pronto Tamao que salió al pasillo en búsqueda de manos que la ayuden a llevar los numerosos platos al comedor del gran salón. — ¿Ah? ¿Por qué están todos aquí?

— Perfecto —Intervino Anna al ver una oportunidad de finalizar el asunto, se giró a ver a los visitantes. — Si están dispuesto a pagar la estadía y servicios, la posada Funbari Onsen siempre está abierta a los clientes.

— ¡¿QUÉ?! ¡ANN…!

¡TRATO HECHO! —Dijeron al unísono el nuevo grupo que se integra a la posada, sonriendo triunfantes ante una sorprendida y descontenta Zai que miraba en protesta a la Itako.

— ¡Y ustedes! —Señaló a Yoh con el resto de chismosos que se asomaban desde la entrada al gran salón. — ¡Traigan la comida, ya! ¡No les perdonaré si se enfría!

— ¡Ann, no hagas oídos sordos…! —Continúo protestando Kochō, no esperando que Anna le hiciera tal jugarreta. Aunque la sacerdotisa siempre este en busca de ganar dinero, tampoco es muy fanática de tener un montón de desconocidos merodeando por la posada, motivo principal del porque la posada Funbari Onsen se ha mantenido desahogado para ellos.

— Córtala ya. Lo que empieza bien, termina bien —Mencionó la pelirroja, una de las cuatro mujeres jóvenes que responde por el nombre Sally.

— ¡Por supuesto! —Exclamo Sharona, quitándose los zapatos y dejándolo en el recibidor al igual que el resto de sus acompañantes.

— Ustedes pagaran una cuota extra por persona al hacer espacio para su hospedaje imprevisto.

— ¡¿EEEEEEEEEh?! —Exclamaron al unísono Sharona, Elly y el hombre joven. Gracias a su reaccionar, ahora era Zahira quién tenía la sonrisa triunfal y burlona.

— Pueden irse si no les gusta —Le incito Zai, seguido de Anna que asintió en afirmación.

Una vena en la sien se asomaron en varios y un brillo de resolución se proyecto en los que chillaron por el hecho de pagar más, no queriendo darle el gusto a la joven turca.

— ¡Bueno, no importa! ¡Que igual tengo dinero! ¡Hohoho~!

— Aquí está la cuenta —Indicó Anna, acercándose una carta con los precios previamente modificados y listos para los clientes irresponsables que solicitan hospedaje sin programar con anterioridad.

¡¿QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEÉ?!

— Nunca vi tantos ceros —Medito la anciana, colocándose los lentes para verificar la cifra de los precios.

— Uuuh, creo que te reíste demasiado pronto Sharona —Comentó la niña, recibiendo el asentimiento de los dos adolescentes de 14-15 años.

— ¿Entonces nos quedamos o no?

— ¿Otro día durmiendo en la Van?

— Mi columna no aguanta tanto.

¿Entonces? ¿Van a pagar o no?

El nuevo grupo de huéspedes, se giró donde vino la temible voz. Resultando ser Anna que estaba de brazos cruzados con una expresión severa y resaltando su mirada ámbar que resplandecían fulminantes. Tragaron en seco los visitantes inoportunos, a pesar de que no medía más de 1,57cm. No dejaba de ser intimidante…

Curiosamente, pese al temor de la situación, no pudieron evitar sentir un déjà vu. Era como volver al pasado, cuando estuvieron a punto de morir a manos de Hao y en otras fueron amenazados por Zahira.

Sobre e-eso… —Sharona intento hacer una rebaja o mínimo negarse, pero al ver el ceño fruncido de la rubia acentuarse. Contestó resignada: —… Lo pagaremos.

Tenían dinero de sobra, pero no significaba que dejara de dolerles. Todavía no ha disfrutado lo suficiente su fortuna de sus respectivos negocios y estabilidad económica para insensibilizarse en gastar a diestras y siniestras sumas grandes de dinero.

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En uno de los baños de la posada, ubicados en PB, estaba Zahira que se separo del grupo antes de ir al comedor. No tenía ganas de verle las caras a "sus visitas", de tan solo recordar que Anna les permitió el hospedaje y tendría que aguantarlos, despertaba su malhumor. Motivo el porqué se excuso con irse a lavar las manos.

[fufufufu~ Oh, no seas tan dura. Solo muestran su gratitud]

{Gratitud mi culo} Contestó, enderezándose para secarse la boca con la toalla, mientras miraba a través del espejo a Asanoha con una expresión burlona a través de su maternal sonrisa. De fondo el chorro del lavamanos seguía abierto, corriendo a presión el agua, llevando tono rastro de sangre que resaltaba sobre la blanca porcelana.

[Todavía no hay señales de movimiento del bando de Hao. Pero es obvio que no se quedara quieto]

{Él es impaciente, pero no como para actuar impulsivo} Comentó Zai, sufriendo una arcada para volver a vomitar sangre. Luego se enjuago la boca, un tanto disgustada y en cuanto Érebo como Asanoha se mantenían tranquilos, aunque en el fondo les preocupaba la chamana. La joven reaccionaría mal si mostraban alguna pizca de lástima o angustia en ellos.

[Seguro en lo que va de la semana, comience a moverse. Después de todo, lo frena un poco algunos inconvenientes que debe tener en cuenta. Yo por ejemplo.]

{Eso es perfecto. Me dará chance a reponerme} Consideró, aunque no vomitaba tanta sangre como cuando crea la barrera para que Asanoha se encuentre con Hao. Igual por haber usado tanto furyoku en la batalla de hoy, le paso facturas a su cuerpo.

[¿Y qué harás con Lilirara? Dudo que no la salpique este asunto]

{Ella ya está al tanto} Por supuesto, la Seminoa desconoce que el Onmyōji posee el poder de leer la mente, motivo que no le ha contado mucho por precaución que se filtren sus planes y llegue a conocimiento del milenario chamán. {El plan está yendo bien por el momento}

[¡Entonces no se diga más!] Contestó Doji juntando sus manos en un aplauso. [Si ya acabaste en vomitar la bilis y medio pulmón. Disfruta esta calma antes de la tormenta]

— ¡Hermana Zai!

Zahira estuvo de vomitar en verdad un pulmón al ser abierta la puerta de golpe, saliendo Milly que la llamó y saltó abrazarla. La chamana giró a cerciorarse del lavamanos, no hallando ni una gota de sangre por lo que aliviada. Cerró el chorro.

— ¡Mocosa, no abras la puerta de un baño si sabes que está ocupado!

— Pero quiero verte, he esperado mucho ¡Además Nathan me está molestando!

— ¡Eso es mentira…! —Salió pronto un adolescente con piel trigueña, cabello de un castaño rojizo atado a una cola alta de caballo, un rostro serio con cejas gruesas que le daban un aire salvaje mezclado con sobriedad. Vestía un chaleco bermellón y debajo una camisa de mangas cortas, ceñido a su torso trabajado combinado con unos pantalones bombachos hasta la rodilla de color beish y en esos momentos lucía descalzo, usando unas simples medias blancas.

— Milly, Zai no se irá a ningún lado, regresemos al salón.

Apareció el segundo adolescente que vino entre las visitas, siendo un joven de rasgos más delicados. Ondulado cabello ámbar que formaba casi un afro de rizos, ojos verde oscuro y tez blanca, vestido con una sencilla camisa manga larga de color azul indigo y unos desahogados pantalones cortos de color blancos, también descalzo para desplazarse en el interior de la posada.

— ¡No quiero…!

— Melos pierdes el tiempo razonar con una malcriada.

— Redford, no le eches más leña a la candela ¿Sí?

Zahira puso los ojos en blanco, si así iba a ser su descanso, dudaba poder disfrutarlo siquiera. Mínimo consideraba pasar tiempo de calidad con Anna, comer comida deliciosa y holgazanear ¡No así…!

¿Por qué tanto escándalo?

Kochō miró con ojos esperanzadores la intervención de la Itako, creyendo que por fin la paz reinaría sin tener que hacer nada.

— ¡No pasa nada, solo quiero estar con mi hermana Zai…!

¿Qué? ¿Cómo te referiste a mi mejor amiga?

Sin embargo, en el instante que escucho la forma como se refirió Milly a Zahira, no fue en lo absoluto de su agrado, motivo que su furyoku incremento de manera amenazadora a la vez que sus ojos resplandecieron de manera peligrosa. La turca suspiró, ya imaginándose la disputa que se iba armar tanto para Milly como para ella después.

Anna no es de las que cede el cariño de sus seres queridos, y Zai junto con Yoh, gozaban ese privilegio al encabezar esa pequeña lista.

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FIN DEL CAPÍTULO 33.

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¡Hola gente! Disculpe la demoran, como ya anuncie en Wattpad, tenía unos compromisos que no podía ignorar, sumando que el domingo a la noche (hora que voy publicar el fic) se fue la luz y acaba de regresar en horas de la madrugada ¡Así que no perdí el tiempo por subirlo…! :D

En fin, recapitulando el tema del fanfic. Espero les haya gustado, sobretodo porque recicle algunos personajes en lugar de crear más OC de lo necesario. Las 5 Lilys las recicle del anime de Shaman King del 2001, junto con otros dos personajes: Melos y Fudō (Que aquí preferí llamarlo como Nathan Redford). Aquí les dejo mi versión de las 5 Lilys con el estilo Remake (En Wattpad o Ao3 lo pueden ver, al final en este mismo capítulo). Si Dios lo quiere, puede que haga lo mismo con Melos y Fudō (Nathan Redford). Los otros dos personajes sobrantes si son OC y les dejo a la imaginación para cuando los describa Xd.

Finalmente, doy gracias a quienes me brindas su apoyo de muchas maneras a mi persona como a mi fic:

Por los que se dan unos minutos en comentar: Demon_Six /-/ Mikaelsonforever /-/ Secret-Song /-/ Jarstnd

Por lo que dan kudos tanto los anónimos como a: Evah48 /-/ Dhylilily /-/ AmarantaB /-/ Sherry93 /-/ JustAide /-/ adelusm18 /-/ Nelielchaos /-/ Alylee /-/ YukiDeviluke48 /-/ Stylanie /-/ LyMon. (Todavía estoy aprendiendo a manejar Ao3, de verdad no identificaba los kudos nuevos. ¡Muchas gracias por el apoyo y disculpen el agradecimiento tardío!)

Por los que me dejan votos: Demon_Six /-/ jj4679y /-/ claritaarroyo /-/ Mikaelsonforever /-/ NathalyRaga /-/ ChinaSoliz8 /-/ Secret-Song /-/ tsukihimekoomori /-/ Fatimapaulina200 /-/ suzuya_emi /-/ KaruiLre4d /-/ Jarstnd /-/ sakura-th.

Por los que agregaron mi historia a sus listas: LauraSantos962424.

¡Muchas gracias por su paciencia! Disculpen la demora, pero con todo y malabarismo que hago ante la situación que se me presenta, me asegurare de actualizar. ¡Que tenga una feliz semana! Un gran abrazo y buenos deseos por montón, los quiero.