Buenos día:
Por fin traigo otro capítulo de Papá Minos y su hija Ariadna. Aquí veremos un par de temas familiares en cuanto a nombres y parientes. Espero sea de su agrado ;D
Sobre sus comentarios:
Natalita07: Tienes razón, también me gusta esta versión más paterna de Minos, es adorable ver estos momentos tan familiares :D Muchas gracias por comentar, adoro leerte ;3
Atención: Todos los personajes de Saint Seiya y Saint Seiya: The Lost Canvas, pertenecen a Masami Kurumada y Shiori Teshirogi respectivamente. La historia es de mi autoría personal, la cual solamente escribí por diversión :3
Capítulo 24: Nombre
Tribunal del silencio, oficina de los jueces.
Era media mañana y todo estaba tranquilo en la Corte. Mientras Aiacos sentenciaba a las almas que iban llegando al estrado principal, Minos y Rhadamanthys se encargaban de cuadrar los balances del mes. Cada uno estaba en su escritorio, concentrado en sus respectivos libros, haciendo cálculos sobre papiros sueltos y anotándolos en el reporte final.
En la sala, sentados en la alfombra central, sus primogénitos se entretenían pintando con sus acuarelas sobre pergaminos desechados. Dicha actividad se había mantenido en el interés de los niños constantemente, ya que les gustaban los colores y los garabatos que creaban. Así que, cuando eran llevados al Tribunal, sus padres siempre los mantenían ocupados de esa manera.
Ariadna ya dibujaba mejor, algo surrealista, pero entendible hasta cierto punto. El pequeño Oliver, aunque tardó un poco, ya había conseguido mejorar bastante su coordinación fina, así que ya podía sostener bien el pincel y dibujar figuras no tan chuecas.
Pasó un rato en el cual los niños estuvieron en silencio, hasta que Ariadna tuvo la idea de dibujar su nombre.
—Mira, que bonito me quedó— presumió, enseñando el texto escrito en diferentes colores.
—¿Qué dice? — quiso saber Oliver, dado que aún no sabía leer ni escribir.
—Es mi nombre, "Ariadna"— señaló una letra en particular. —Pero la letra "delta" no me queda muy bien. —
Efectivamente, la curva superior de la letra griega estaba un poco chueca, aunque sí era entendible. El niño observó entretenido y luego extendió su papiro hacia ella.
—¿Escribes el mío? — pidió.
La chiquilla asintió, comenzando a dibujar las letras correspondientes.
—Tu nombre usa letras latinas, entonces se escribe así— trazó ágilmente las caligrafías con sus acuarelas. —Son más fáciles de dibujar estas letras, listo, aquí dice "Oliver"— le entregó el papel.
—Gracias— el chiquillo empezó a dibujar puntitos y rayitas alrededor del texto.
—Oye, ¿Sabes qué significa tu nombre? — interrogó la niña.
—No lo sé— Oliver se alzó de hombros, sin entender bien lo que le preguntaba.
—¿Nunca te lo han dicho? —
El niño negó una vez más, volteando hacia donde su padre se hallaba trabajando. No les tomó más de un par de segundos decidirse a investigar. Ambos se levantaron de su sitio y fueron hacia el escritorio del juez.
—Papá— llamó el pequeño.
Rhadamanthys desvió su atención de lo que escribía cuando notó a los infantes mirándolo con curiosidad desde el otro lado de la mesa.
—¿Qué pasa? —
—¿Por qué me llamo Oliver? — preguntó, al mismo tiempo que colocaba el papiro con su nombre sobre la mesa.
El hombre parpadeó un par de veces, mirando el texto, tratando de asimilar la pregunta, dado lo sorpresiva que fue. Entonces miró a la niña, esperando que ella diera un poco más de información.
—Señor Wyvern, lo que Oliver quiere saber, es qué significa su nombre y por qué se lo pusieron— comentó ella.
—Oh, ya veo— el juez hizo una leve sonrisa, dejando su pluma en el tintero.
En ese instante, Minos también levantó la mirada, ya que le había llamado la atención lo dicho por los niños, así que dejó su actividad para oír lo que diría su homólogo.
—Tu nombre— Rhadamanthys observó a su hijo. —Significa "hombre bendecido por el olivo", y hace referencia al árbol de olivo, que representa la paz y la sabiduría. —
Ambos niños hicieron un gesto de asombro, aquel concepto sonaba muy elegante y formal, aunque no lo entendieran por completo.
—Y yo fui quien lo escogió— continuó hablando el juez. —Era el nombre de mi padre, así que te lo puse en su honor. —
Oliver asintió con una sonrisa. Ya sabía que no tenía abuelos por parte de ninguno de sus padres, pero le gustó mucho saber que portaba un nombre tan especial.
—Y tú, niña, ¿Sabes el significado de tu nombre? — quiso saber Rhadamanthys, mirando a la chiquilla.
La mencionada levantó su pergamino, mostrando la palabra escrita en griego.
—Sí, mi mamá me dijo que es un nombre de la mitología griega y significa "muy pura, muy santa"— contestó Ariadna con orgullo. —Aunque nunca me ha dicho por qué me lo puso— se rascó la cabeza en gesto de duda.
En ese momento, Minos se desperezó un poco, levantándose de su asiento después. Se acercó a la mesita de servicio, donde las monjas oscuras dejaban los alimentos y las bebidas.
—Yo le dije a tu madre cómo nombrarte— aclaró, mientras se servía un poco de jugo de naranja.
Su hija se acercó rápidamente, con la curiosidad en la mirada y haciendo un gesto con las manos que indicaba, también quería jugo.
—¿Por qué ese nombre? —
El juez principal rodó levemente los ojos, recordando que aquello no había sido su libre elección. En aquel entonces, no podía estar con Anna, debido a sus obligaciones ministeriales y por las imposiciones del espectro de Grifo.
—Fue por "tradición familiar"— sirvió más jugo en otro vaso y se lo dio a la niña. —Nuestra estirpe es muy antigua y el juez mitológico original era bastante caprichoso, así que dispuso que cada cierto tiempo, se asignara el nombre de Ariadna a una de sus descendientes, puesto que, en el pasado, su hija se llamó así— explicó.
La chiquilla bebió un par de tragos y luego sonrió divertida.
—Oh, tengo un nombre muy viejo. —
Rhadamanthys observó con extrañeza a su compañero antes de cuestionar.
—¿En serio el Grifo te hizo nombrarla así? —
Minos asintió, resoplando con resignación.
—Sí, ya sabes lo fastidiosos que son los tres líderes, así que no pude negarme cuando el Grifo me lo ordenó— hizo una leve sonrisa. —Pero el nombre de Ariadna me gusta, es bonito en realidad, aunque esta chamaca no tiene nada de santa, debido a lo traviesa que es. —
Su hija sonrió inocentemente, haciéndose la desentendida mientras bebía.
—Oye papá, ¿Y por qué mi hermanito se llama Aleksi? — cuestionó una vez más.
El ministro hizo un gesto meditabundo, recordando que tampoco había explicado el motivo de dicha elección cuando nombró a su segundo hijo.
—Bien, su nombre se debe a tu… abuela— rodó los ojos de nuevo, haciendo otra leve sonrisa. —El nombre de mi madre es Aleksa, así que tu hermano usa la versión masculina de dicho apelativo— explicó.
—¿Abuela?, ¿Tengo abuelos? — hizo una expresión de gran asombro. —Mi mamá dijo que sus papás murieron hace muchos años, que por eso no tenía abuelos. —
Minos resopló por lo bajo, dándose cuenta que nunca había tocado dicho tema, ni siquiera con Anna. Él sabía todo acerca de ella gracias al libro rojo, pero jamás le había contado su propio pasado, ni situación familiar. Y ahora, con el dichoso tema de los nombres, salió todo a relucir de manera inesperada.
—Sí… tienes abuelos por mi parte— confirmó, regresando a su escritorio. —Pero ese tema, lo hablaremos después, cuando lleguemos a casa— finalizó, para que su hija no hiciera más preguntas.
Rhadamanthys lo miró con asombro, no sabía que el juez tenía familia.
—Vaya, quien lo diría, aún tienes parientes, pero no los visitas, que desconsiderado. —
—Cállate Wyvern, yo tengo mis motivos, pero, ¿Y tú? — lo observó con una ceja levantada. —Anna me platicó que Pandora le dijo que estás postergando las visitas con tus primas, ¿Cuál es el problema?, tengo entendido que las aprecias mucho y las visitabas seguido. —
El rubio resopló con aburrición, frotándose el puente de la nariz. Era cierto que él quería mucho a Úrsula y Chris, casi como si fueran sus hermanas, pero había un pequeño inconveniente con esto de las visitas familiares.
—Lo que pasa es que… — miró a su hijo de reojo, quien sonrió ampliamente al escuchar la mención de sus tías. —Ellas están encantadas con Oliver y lo quieren mimar y consentir en exceso, cosa que no me agrada en absoluto. —
—¡Sí, vamos con mis tías! — brincó emocionado el pequeño. —¡Ellas me dan postre de fresas! —
Minos soltó una risita, ahora entendía la renuencia de Rhadamanthys. A veces los parientes tienden a consentir en demasía a los sobrinos o nietos, y más si estos son los primeros de la nueva generación familiar. Situación que tal vez a él mismo le sucederá cuando Ariadna conozca a sus abuelos.
—Supongo que es normal, los primogénitos siempre son muy mimados en cualquier familia— aceptó el juez, retomando su trabajo.
Ambos padres mandaron de regreso a sus hijos a la alfombra con sus acuarelas, dado que aún tenían mucho trabajo por delante. No se habló más del significado de los nombres o de los parientes a visitar, pero los niños se quedaron emocionados por tan curiosa plática.
Continuará...
Para los que no han leído "El Juez y la monja" y tengan dudas sobre la mención de tías y abuelos expresadas aquí. En dicho fanfic hice mención del pasado de todos los jueces, creándoles una historia de origen, algo corta, pero significativa. Para Rhadamanthys, me basé en el Gaiden de Géminis Aspros, donde se insinúa que el juez es primo hermano de Úrsula y Chris. Yo lo tomo como canon, porque ambas familias comparten el apellido Walden y el blasón del Wyvern. Respecto a Minos, él tiene padres y una hermana mayor, los cuales no ha visto desde que se convirtió en juez, así que Ariadna tiene abuelos y una tía por parte de él.
Bueno, yo aquí inventándome más Lore para éste fanfic, que adoro bastante :D
Gracias por leer y comentar.
18/Septiembre/2023
