Llevaba en esta oficina seis meses, se la había ganado como dijo su jefe y mentor New Scamander, no era gran cosa, era pequeña con apenas dos metros cuadrados, solo cabía un escritorio la silla que ella usaba y un estante donde tenía acomodada todas las carpetas de sus trabajos. Ni siquiera contaba con una silla para que alguien mas se sentara, como nunca nadie venía a visitarla, por ende, le parecía un desperdicio de espacio. Quizás después de hoy tendría que conseguir otra silla.
Ella amaba su oficina, le demostraba lo lejos que había llegado, la mayoría de los aprendices trabajan en cubículos, uno al lado de otro, sin ningún tipo de intimidad. Ella recordó las palabras que le dijo Malfoy cuando la conoció "los empleados aquí son ridículamente competitivos" no le llevo mucho tiempo descubrir que tenia razón, ella no los culpaba, todos querían avanzar en sus carreras y poco les preocupaban los demás. Ella misma se había esforzado por sobresalir en cuanta tarea le fuera asignada, por mas insignificante que fuera, todo sin protestar. Y en su pequeña y humilde oficina Hermione veía reflejado su sacrificio. Eso la llevo a recordar que estaba cada vez más cerca de llegar a su meta, entonces se puso a responder la carta de Graves.
De: Hermione Granger Para: Percival Graves. Director de seguridad mágica, y jefe del departamento de aplicación de la ley mágica del MACUSA. Nueva York.
Estimado Sr. Graves, discutir mi trabajo con usted personalmente seria maravilloso, cuando llegue a Londres por favor hágame saber cuando seria conveniente reunirnos. A su completa disposición,
Hermione Granger.
Después de sellar la carta, Hermione salió de su oficina con dirección a la lechuceria del ministerio. Casi inmediatamente se sintió observada por sus compañeros de departamento, pero lo asocio a la curiosidad que habían generado las vistas de esa mañana.
En cuanto ingreso al ascensor se encontró con Cormac McLaggen, ni bien lo saludo noto que estaba comportándose de una forma extraña, lo cual no significaba mucho porque en su opinión el siempre había sido de lo mas torpe. Pero después de dos minutos mirándola fijamente, que se convirtieron en tres; era más de la atención de la que nunca le había prestado a Hermione en dos años que llevaban de conocerse. Cuando los tres minutos se volvieron cinco, Hermione se sintió violenta, se paso la mano por la cara y la miro pensando que quizás se había manchado con tinta al escribir la carta, no seria la primera vez. Pero no, su cara estaba limpia.
La situación paso a ser ridícula, ella lo miro levanto las cejas y le pregunto "¿te sucede algo?". El se puso mas rojo que un arbusto de semillas de fuego, negó rápido con la cabeza y apenas se abrió la puerta del ascensor salió demasiado rápido. Eso si que había sido raro incluso para Cormac.
Cuando llego a la lechuceria, saludo a dos de los cuidadores que se encontraban alimentando a las aves. Ni bien la miraron empezaron a susurrar entre ellos y a señalar a Hermione. Cualquier otro día ella se habría preocupado y se habría enfadado un poco, pero no le tomo atención, tenia otras preocupaciones en la mente, como que le diría a Harry.
Después de despachar la carta, se dirijo al segundo piso, más concretamente a la oficina de aurores. En cuanto llego unos quince pares de ojos se fijaron en ella, una reacción que no estaba acostumbrada a recibir. "¿hola?" dijo nerviosa a nadie en particular, un par de personas le devolvieron el saludo. La mayoría desvió la mirada. Hermione se dijo a sí misma que estaba imaginando cosas.
Ahora parada frente a la puerta de la oficina de Harry, se pregunto si era una buena idea llamar. Había tomado la decisión de confesar la verdad a su amigo. Reuniendo todo el valor que pudo golpeo la puerta.
"adelante" dijo la voz de Harry desde adentro.
"soy yo" dijo ella asomando su cabeza por la puerta "¿es un buen momento para hablar?"
"Mione, si pasa" ante la mención del apelativo cariñoso se relajó, pero solo un poco.
"oye, te sienta bien este lugar" la nueva oficina de Harry era por lo menos cuatro veces más grande que la de ella, tenia un escritorio de madera que parecía nogal, dos sillas frente al mismo, una nini biblioteca, una mesa que tenia varios mapas encima, un sillon de dos cuerpos y una pequeña mesa para el té con una tetera y tazas de porcelana. Incluso tenia una chimenea, que en este momento estaba encendida calentando todo el ambiente. Poco le recordó a su pequeña oficina que en este momento debía parecer una heladera con el frio que estaba haciendo al estar a mediados de diciembre.
Harry se acomodo las gafas, un poco avergonzado. "si es muy cómoda, a decir verdad, por que no te sientas, ¿quieres un té?"
Su amigo se notaba mucho mas tranquilo que esta mañana, no sabia que había pasado en el medio, pero estaba agradecida. Solo esperaba que no volviera a enojarse cuando le confesara la verdad. "si un té me vendría bien, vengo de la lechuceria y tengo las manos congeladas".
Con un movimiento de la varita Harry hizo que la tetera y una de las tazas levitara hacia él, se lo sirvió, luego regreso la tetera e hizo levitar un pequeño jarrito con leche del cual añadió solo un chorrito. Hermione lo miro con atención, su amigo sabio exactamente como le gustaba sin necesidad de preguntar. Coloco la taza enfrente de ella "todavía está caliente, pero mejor bébelo rápido"
"gracias" dio un sorbo, mientras pensaba como empezar a hablar pero el se le adelanto.
"Mione, lo estuve pensando y creo que fui un poco duro contigo, solo me sorprendió lo de Malfoy y sobre todo que no me lo hayas contado. Siempre creí que nos decíamos todo, bueno yo por lo menos te cuento todo a ti, pensé que tenias esa misma confianza conmigo. Y me dolió que no fuera así, pero no te culpo, es algo muy privado y seguramente tendrás tus motivos. Quiero que sepas que solo me preocupo por ti y quiero que seas feliz."
Para este punto Hermione se sentía la peor amiga de la historia, no quería que Harry pensara que ella no confiaba en él, en su mirada podía ver que era sincero, y que realmente se sentía herido. Suspiro. "no es verdad lo de Malfoy Harry, le mentí a Ron"
Harry la miro confundido "¿es por qué esta celosa de Lavender?, no pensé que te importara"
"y no me importa, lo juro, no estabas ahí Harry; Ron no lo entendía y luego me dijo que estaba deprimida y sola. Entonces me molesté y le dije que también estaba saliendo con alguien y que lo estaba esperando." Hermione respiro profundo después de la catarata de palabras que solto, "entonces empezó a decirme que le dijera quien era, y ya sabes cómo es Ron tú lo conoces. Entonces Malfoy apareció y no tuve mejor idea que decirle que era él." Ya está, había sido sincera con Harry. "Y ahora que lo recuerdo, sabes que me molesto más que tu y Ron han hablado de mi a mis espaldas"
Harry puso cara de sorpresa por lo último. "¿Qué? Yo no hablo a tus espaldas"
"¿entonces no dijeron que estaba sola y deprimida?" pregunto ella acusadora.
"NO! Oh bueno si pero no como tú crees, Ron me convenció de que estabas rara, que estabas trabajando demasiado, y yo le dije es Hermione, probablemente seas la persona que más trabaja en este ministerio" Hermione se sonrojo por el alago "pero insistió en que últimamente no sales mucho, y creía que era porque te habías enterado que él estaba con Lavender, entonces le dije que hablaría contigo que no se preocupara, y me dijo que no te diría nada, pero ya sabes cómo es Ron tu lo conoces"
Se miraron seriamente y comenzaron a reír por la última frase, porque era lo mismo que ella le dijo antes. Ambos conocían a Ron Weasley, y sabían que cuando algo se le metía en la cabeza era imposible hacerlo desistir.
Después de las risas Hermione le pregunto "¿no estas enojado conmigo verdad?"
"claro que no, pero no puedo asegurar que Ron no se enfade cuando se entere de la verdad, debiste escucharlo cuando me lo dijo."
Hermione se mordió el labio preocupada, "no puedes decirle Harry, si Ron se entera que le mentí, solo servirá para que insista que estoy deprimida por él, y peor ahora pensara que intente darle celos"
"Mione en algún momento se enterará, porque para fingir una relación se necesitan dos personas y crees que Malfoy se va a prestar a eso"
"no necesito que Malfoy haga nada, solo tengo que ignorar a Ron un par de días y se le pasara, después le diré que no funciono y listo. Harry, prométeme que no le dirás nada."
"Bien lo prometo"
"Gracias Harry, solo serán un par de días" -
Eran casi las cinco de la tarde cuando Hermione dejo de trabajar y de mal humor se aventuró al área de la cafetería del ministerio, su mal humor poca tenía que ver con la cafetería en sí, a ella el café le encantaba y encima era gratis para los empleados, cosa que le gustaba más, ya que para estas fechas tan cercanas a la navidad ella se encontraba con los fondos justos para sobrevivir.
No, el problema no era la cafetería, lo que la ponía de mal humor era el empleado de la misma, que siempre la atendía con animosidad dándole café quemado, o frio, o con el vaso de cartón chorreado por los costados, era un trato que tenia solo reservado para ella, desde que en su primer año como aprendiz Hermione organizo una huelga en contra de la utilización de elfos en el ministerio, alegando que ellos como funcionarios tenían que poner el ejemplo, la huelga duro tres días en los cuales ella reunió a los elfos y les explico que debían poder elegir donde trabajar y por un sueldo justo.
Ellos no estaban muy convencidos, pero el ministro se canso de ella y sus pancartas en medio del recibidor y toma la decisión de reubicarlos a todos en Hogwarts y San Mungo, con en el sueldo de un galeón por semana y un día libre al mes. Hermione se negó al principio por que esa no era su idea de un sueldo justo, pero muchos de los elfos no querían aceptar ni eso, así que se conformo con esa pequeña victoria. La ausencia de los elfos, se vio reflejada en mas trabajo para el empleado de la cafetería, y en que desde hace un año Hermione no probaba un café decente en el ministerio.
Resignada, se acercó al mostrado y pidió un café y casi se cae de la sorpresa cuando el empleado le hablo "buenas tardes, señorita Granger, ¿Cómo esta?" mientras con manos agiles preparaba el café.
"bien" dijo ella con cautela y tratando de que no se note la sospecha en su tono "¿y tu?"
"Muy bien, gracias" contesto mientras le entregaba el vaso perfectamente limpio.
Había algo en su sonrisa. Algo falso. Hermione estaba considerando preguntar si había envenenado su café, pero contuvo el impulso, lo probo y estaba increíble, con una pequeña sonrisa se alejó camino a su oficina. Después de eso, las cosas se volvieron aún más extrañas.
A las puertas del ascensor ella se cruzo con su jefe, el señor Scamander y este le pregunto si había algo que le quisiera contar, ella dijo que no y con una mirada suspicaz la dejo sola de nuevo.
Apenas llego al cuarto piso se encontró con Wayne Hopkins, el joven se había unido al departamento hace tres meses, por ende era el encargado de realizar todas las tareas que nadie quería, Hermione le había pedido unos informes sobre un denuncia que el ministerio había recibido sobre una invasión de gnomos a las afueras de Suttom, de eso hacia dos semanas, para su sorpresa la estaba esperando con los papeles en la mano y disculpándose por la demora.
A este punto Hermione creía que le habían descubierto alguna enfermedad terminal de la cual no estaba enterada. Pero todo tubo sentido cuando ingreso a su oficina y ahí sentada en la única silla estaba Ginny Weasley.
"Hermione Granger eres perversa", siseo cos sus ojos marrones estrechos "no puedo creerlo"
"¿creer que?" dijo ella sorprendida.
"No puedo creerlo" repitió la pelirroja.
"No sé de qué estás hablando."
"Pensé que éramos amigas"
"Lo somos Ginny."
"Claramente no, si tuve que oírlo de Bertha, que lo oyó de McLaggen, que lo oyó de Susan, que lo oyó de Lavender-"
"¿Oír qué?"
"-que lo oyo de Ron decírselo a Harry. Y yo que pensaba que éramos amigas".
Un escalofrió subió por la espalda de Hermione. ¿Podría ser...? No. No, no puede ser. "¿Oír qué?" pregunto esta vez con pánico en la voz.
"Se acabo Hermione. Yo que acepte trabajar en el ministerio para que pasemos más tiempo juntas". La realidad es que Ginny trabajaba en el departamento de juegos y deportes mágicos por que lo amaba. Pero no creyó que fuera el momento de recordárselo.
"Ginny. ¿Oír qué?"
"Que estás saliendo con Draco Malfoy".
