-hola, Ey, hola! – decía Jack enfrente de Liam – puedes verme?

-Jack! ¡Apartarte! – Liam trataba de no caer al parar de caminar tan rápido

-de verdad, tienes que cortarte el cabello – suspiro Jack

Ahora, Liam, Jack, Emma y Erika bajaban de planta, a la segunda. Había salas con magos con diferentes enfermedades, entre muchos, con viruela de dragón. Liam vio a Raine fuera de una habitación, veía por la ventana a alguien.

-él es tu papá? – dijo Liam viendo a el hombre que estaba acostado en la cama

-sí, no se ve muy bien – dijo Raine cabizbaja

El señor Fisher tenía una tonalidad verde en la piel, salpullido de color rojo y cada que estornudaba le salían chispas por la nariz. Definitivamente no estaba en su mejor momento, débilmente levantaba la mano y le dedicaba un saludo a Liam.

-así que… tu eres el tal Liam Baker – dijo el señor Fisher, Liam pudo escucharlo por detrás del cristal, así que supuso que era cosa de magia

-eh… si, hola – dijo Liam tímidamente

-hola, cómo… ¡ACHU!, Perdón, ¿cómo ha estado Raine? – dijo débilmente el señor Fisher

-bueno… está bien – dijo Liam – es muy amable

-sí? Genial – suspiro la voz cansada del señor Fisher – me alegro de que mi niña haya hecho amigos

-papá, tu como te sientes? – dijo Raine preocupada

-enfermo – sonrió el señor Fisher – no te preocupes hija. Oye, creo que tus amigos tienen algo de hambre, ¿por qué no vas por algo?

-si papá – dijo Raine y se apartó de la ventana – ahora vuelvo

-Liam… escucha – dijo el señor Fisher

-sí? – Liam puso atención

-no me… queda mucho – suspiro el señor Fisher – lo sé

-no diga eso señor Fisher – dijo Liam apenado – se va a recuperar, ánimo

-no, no, lo siento Liam – dijo el señor Fisher – siento el final. Eh dejado todo ordenado, no sé en cuento tiempo suceda, pero cuando pase, todo estará en orden, incluida… ¡ACHU! Ay, incluida Raine. No la dejes sola Liam, es lo único que te pido

-no se preocupe señor Fisher, va a salir pronto – Liam trataba de no ser negativo

-lo siento, pero no puedo hacer mucho – dijo el señor Fisher y recostó su cabeza en la almohada – no quiero que Raine esté sola, puedes estar con ella?

-ah, sí, voy a estar con ella – Liam suspiro – quédese tranquilo

-bien, bien, me alegro de que Raine haya conocido a un muchacho como tú – sonrió el señor Fisher

Después de un rato, Raine regreso con un poco de comida para los chicos, Liam recibió un sándwich envuelto.

-Raine, hija – dijo el señor Fisher

-dime papá – sonrió Raine

-si… si algo me llega a pasar…

-no digas eso! ¡Te vas a recuperar! – dijo Raine apresuradamente

-tranquila, tranquila, escucha, si algo me pasa, quiero que vayas a casa, busca en el antiguo clóset, ahí hay un libro – explico el señor Fisher – es una historia, la escribí cuando era joven, hace poco la termine, siempre me has pedido que publique algo, así que, si me pasa algo, quiero que publiques aquel libro

-ay, si papá – dijo Raine con lágrimas en los ojos – lo haré, pero confío en que saldrás vivo, y cuando lo hagas iremos los dos a publicarlo

-sí, sí, eso me… ACHU! Me gustaría – suspiro el señor Fisher – te quiero hija

-y yo a ti papá – sonrió Raine – por cierto, voy a entrar al quinto año, y… eh… los TIMO son muy difíciles?

-bueno, no deberías… ¡ACHU! – a el señor Fisher le salieron más chispas de la nariz

-salud – dijo Liam educadamente

-gracias – sonrió el señor Fisher – como decía, no deberías de tener muchos problemas hija, has pensado ya que quieres hacer a futuro?

-en… en eso estoy – dijo Raine apenada – aunque me gustaría estudiar para tu trabajo

-ah sí? Bueno, el departamento de cooperación mágica es un poco difícil – el señor Fisher rio un poco – y más si te toca el trabajo de oficina jaja, pero puedes aspirar a viajar a otros ministerios, así serás las que entrega los papeles y no el que revisa

-voy a entrar, y cuando lo haga, vamos a trabajar juntos! – sonrió Raine

-jaja, claro, me gustaría – suspiro el señor Fisher – pero ya veremos hija, ya veremos… ay, ya tienes 15 años, como pasa el tiempo, te pareces a tu madre cuando tenía tu edad

-ojalá no hacerlo – dijo Raine, un poco molesta

-tranquila, hija, tu madre no es tan mala como piensas – sonrió el señor Fisher – ella solo… éramos jóvenes, ya sabes

-siempre la justificas – dijo Raine cabizbaja – bueno, creo que no es el momento, te dejo para que descanses, te quiero papá

-yo también hija, gracias por venir – dijo el señor Fisher – ahora… me gustaría dormir un rato

-descansa papá – dijo Raine suavemente

-lo intentare – el señor Fisher sonrió cariñosamente – cuídate Liam, un gusto conocerte

-igualmente señor – dijo Liam sonriendo – descanse

Ambos chicos se retiraron de aquella ventana. Raine estaba desanimada, le gustaba ver a su padre, pero no así. Liam la consoló, tanto como le fue posible. Subiendo a la quinta planta, en donde la madre de Liam esperaba, Jack se percató de algo en la planta de daños provocados por hechizos. Un hombre rubio, de cabello ondulado y muy apuesto estaba viviendo tranquilo su vida por el pasillo.

-por Merlín, Liam, Liam! – dijo Jack emocionado – Liam, es Gilderoy Lockhart! Liam!

-ah sí? – Liam vio a aquel hombre, que no tenía apariencia de haber luchado contra Banshees ni contra hombres lobo, más bien, tenía apariencia de haber salido de un concurso de belleza

-si! ¡Si! ¡Si! Liam vamos a verlo! ¡Vamos! – Jack daba saltitos de emoción

-ok… - dijo Liam confundido

Liam fue junto con Jack y los demás a ver a Gilderoy Lockhart, quién no tenía mucha apariencia de ser el famoso que Jack le había contado.

-seño Lockhart! – dijo Jack plantándose enfrente de Lockhart

-oh, hola pequeño – dijo Lockhart tranquilamente

-soy un gran admirador! ¡Eh leído todos sus libros! – decía Jack extasiado

-ah sí? Genial, ¿y son buenos? – Lockhart miraba a Jack sorprendido

-por supuesto! – Jack sonrió – mi favorito es Acampando con el yeti, Me lo regaló mi amigo Liam

-y quién es el? – pregunto Lockhart

-es este de aquí – dijo Jack tomando a Liam del hombro y Liam saludo con la mano

-genial! ¿Quieren un autógrafo? – dijo Lockhart y esbozo una brillante sonrisa

-si! ¡Si! Ay, pero… pero no tengo en donde – dijo Jack palpándose el cuerpo

-bueno, será en otra ocasión – río Lockhart, le dio una palmada a Jack y se fue caminando tranquilamente

-ahhh! ¡Es genial! – dijo Jack emocionado

-ya lo creo… – suspiro Liam – creo que mejor ya nos vamos

Así Liam continuo a la siguiente planta, Jack le contaba mil y una cosas sobre Lockhart, que Liam se preguntaba cómo Jack se había ido a enterar de aquello. Llegó la hora de irse, la madre de Liam los esperaba, viendo tranquilamente la tienda de regalos.

-oye, Liam – dijo Jack antes de partieran – que te parece si la última semana de vacaciones vienen a casa?

-me gustaría – dijo Liam sonriendo

-y tu Emma? – dijo Jack volteando a ver a la pelirroja

-claro, cuenten conmigo – Emma asintió con la cabeza

-bien, entonces los espero el 26 de agosto – dijo Jack recordando – enfrente de las chimeneas, en el callejón Diagon

-ahí estaremos – dijeron Liam y Emma

-perfecto, entonces, hasta el 26 – sonrió Jack

Liam no supo cómo Emma y Jack se irían de aquel lugar, por qué inmediatamente después de que entrarán a el almacén por la puerta principal, la madre de Liam se despacio. Un segundo más tarde los tres aparecieron en su jardín, Liam no pudo evitar vomitar está vez.

Raine no tenía muchos ánimos para salir, así que cuando llegó el 26 de agosto, se quedó en casa. Pero Liam y Tom, muy contentos, se alistaban para salir. Era un buen día, en especial en el callejón Diagon, el mejor lugar para hacer compras siendo un mago. Ahí, por supuesto, había todos los útiles que Liam habría necesitado en estos 3 años. También había más que eso, establecimientos de comida, entretenimiento, etc. La madre de Liam se había ido hacía unos momentos, Liam y Tom esperaban pacientemente enfrente de las chimeneas de red flu. Hablaban animadamente sobre un mago que tenía un sapo en el cabello cuando la voz de una chica los llamo.

-Hola! – dijo Emma poniéndose de un salto enfrente de los hermanos

-hola Emma – sonrió Liam – cómo llegaste?

-mamá me trajo, ya sabes, se apareció y eso pauj – dijo Emma moviendo la cabeza – y? ¿Qué tal? Veo que te arreglaste el pelo – Emma paso sus dedos por el pelo de Liam

-sí, jaja… - Liam veía confundido los dedos de Emma

-se parece a el de aquel, eh… el que estaba en el despacho de McGonagall – Emma trato de recordar el nombre

-Snape – contesto Liam – sí, mamá dice que se lo recuerda… aún que ella lo describe como grasoso y eso

-pues el tuyo no es grasoso – sonrió Emma – es muy bonito

-gracias? – dijo Liam confundido

-ejem, yo también me arregle el pelo – dijo Tom viendo a ambos chicos

-sí? – Emma miro a Tom sin mover la cabeza

-Si, aún que el mío es como el de papá – dijo Tom animadamente, su cabello era negro, como el de Liam había sido alguna vez, y como, exactamente, el de su padre

Por una chimenea se apareció Jack, fue bastante notorio, por qué lo hizo en la que estaba enfrente de ellos.

-ah, hola – dijo Jack viendo a Emma, que seguía con los dedos en el pelo de Liam, y al propio Liam – interrumpo algo?

-No – respondió Liam y Emma retiro los dedos rápidamente – que hay?

-todo bien – río Jack – quieren ir de una vez? O…

-vamos – dijeron Liam y Tom

-oh, hola Tom – saludo Jack – hay alguien a quien le va a encantar verte

-me imagino… - suspiro Tom

-bueno, vámonos – dijo Jack y saco un saquito – me hubiera gustado quedarme un poco más

Los chicos tomaron su equipaje, entraron a una chimenea y Jack abrió el saco, tomo unos polvos verdes, dijo fuerte y claro:

-campo Archer! – azotó los polvos

Un fuego verde los cubrió de pies a cabeza. Liam vio montones y montones de chimeneas por todos lados. En un segundo los chicos se encontraron en el suelo de una vieja caseta.

-hay, vaya recibida – dijo Emma levantándose del suelo

-ah, es como estar en casa – río Liam y se sacudió, después fue a recoger la jaula de aura, quién temblaba en una esquina – ya pasó

-bien, vamos! – dijo Jack poniéndose de pie en un salto

Los chicos tomaron sus cosas y Jack abrió la puerta de madera. Tal cual Liam viera aquel paisaje por primera vez, se quedó maravillado, el cielo azul hacia un juego estupendo con el verde campo que se extendía ante ellos. Afuera de la casilla los esperaba alguien, una chica de pelo azabache, corto y ondulado.

-si vino?! – dijo la chica mirando a Jack

-si enamorada, ahí está – dijo Jack exasperado

-Tom! – dijo la chica

-eh? ¡Oh, hola da… Dalia! – Tom miraba sorprendido a la chica, Dalia Archer, la hermana de Jack – caray, sí que cambiaste

Dalia, al igual que Emma lo había hecho hacia un año, cambió. Sus rasgos eran más finos, había crecido lo que tenía que crecer, y más evidentemente en aquella zona.

-ahora si te gusta eh? – río Liam

-Tom, por qué no me enviaste ninguna lechuza? – dijo Dalia con la mano en la cintura

-es que… bueno estaba ocupado y eso – Tom no dejaba de ver a Dalia

-aja, en vacaciones – gruño Dalia

-sí, sí, estuvimos muy ocupados – dijo Liam – un montón de trabajo – se la habían pasado jugando videojuegos

-bueno, está bien – Dalia cruzó los brazos – y qué? ¿No me vas a saludar?

-ah, sí, por supuesto – sonrió Tom y se apresuró a darle un abrazo a Dalia

-eso es todo? – dalia miro expectante a Tom – aquí – dijo apuntando a su mejilla

-pero… pero está Liam – dijo Tom apenado

-y qué? ¿El no hace eso con esa Ravenclaw? – Dalia se volvió a cruzar de brazos

-Amanda – dijo Liam – se llama Amanda

-como sea, entonces, Tom? – Dalia se quedó esperando – te espero

-ay, bueno… – Tom se acercó a Dalia y le dio un beso en la mejilla

-muy bien, así me gusta – sonrió Dalia – vámonos, tenemos cosas que hacer

-pero…

-Pero vas a recoger tus cosas – dijo Dalia apuntando a la maleta de Tom – corre

-Nos vemos luego – suspiro Tom y se despidió de Liam

-suerte – río Liam

-a veces me preguntó por qué se parecerá tanto a mamá – suspiro Jack – en fin, entramos?

-sí, aura necesita un poco de comida – dijo Liam mirando la jaula de su gata

Caminaron hacia la casa de Jack. Era una casa de dos pisos, común y corriente. A Liam simplemente le encantaba aquella casa, uno de los factores por los cuales lo hacía, era que Jack vivía ahí, y otra era que estaba en el campo.

-espero que mi casa cumpla tus expectativas – dijo Jack mirando a Emma mientras entraban a la casa – no es tu mansión, pero es cómoda

-jaja, como sea – dijo Emma meneando la cabeza – es bonita

-lo se! – dijo Liam emocionado – ojalá vivir aquí

-cuando quieras amigo – sonrió Jack – vengan, vamos a dejar sus cosas

Las escaleras estaban más adelante, subieron y Jack abrió la puerta al cuarto de invitados. Era una habitación cómoda, el sol entraba por la ventana iluminando bastante bien el cuarto, dos camas se encontraban ahí.

-espero que no les moleste dormir juntos – río Jack

-para nada – dijo Liam contento y dejo sus cosas alado de una cama, saco a aura de la jaula y miro alrededor

-Oh, ¡claro! – dijo Emma viendo a aura, rápidamente se acercó a sus cosas, dejo la maleta y tomo una jaula, de ella saco a un gato – mira a quien traje!

Emma dejo a el gato naranja en la cama en la que estaba aura. Aura olfateo a el gato, algo pequeño pero que se notaba en crecimiento.

-Cómo lo llamaste? – dijo Liam viendo como aura lamía a el gato

-Ava – respondió Emma

-Ava? Pero es nombre de chica – dijo Liam confundido

-es que lo es – río Emma – mírala

Liam levantó a Ava, efectivamente, era una gata.

-ah, qué cosas – río Liam – pensé que era macho

-yo también, pero luego la vi mejor – sonrió Emma

Después de eso, los chicos salieron. Dejaron a las mascotas en aquel cuarto, durmiendo. Liam le enseño a Emma lo que hacía dos años le enseño Jack, vieron el campo de flores, la granja, etc. En alguna ocasión, los chicos pudieron ver a Dalia y Tom, aquellos dos paseaban de un lado a otro. Dalia tomaba de la mano a Tom, los chicos no sabían de que hablaban, pero seguramente lo estaban haciendo muy animados, por qué dalia movía los brazos exageradamente y Tom no paraba de reír. Mientras Emma veía un hueco en la tierra, un hurón se asomó por ahí, lo cual llamo la atención de los chicos, en especial de Liam. La tarde poco a poco se acabó, y Liam hizo su habitual hechizo, después de eso los chicos entraron a la casa.

-que envidia, yo también quiero hacer magia fuera de la escuela! – dijo Jack entrando cansado a la cocina

-podemos hacer – sonrió Liam – a los 17

-y cómo se siente? – dijo Emma emocionada – hacer magia de la escuela?

-bueno, no eh hecho tanta – río Liam y tomo un vaso de agua – solo mi hechizo, y… bueno, un Wingardium Leviosa…

-solo eso? – río Jack – podrías hacer más!

-pero papá lo tiene checado – dijo Emma – un día leí tu nombre entre todo el papeleo de papá, solo estaba ese hechizo

-que miedo – suspiro Liam

Liam subió al cuarto de visitas, buscaba algo en su maleta, tomo un estuche y lo abrió, dentro había unas gafas, cuadradas y de metal. Las cosas se volvieron más claras de nuevo, aún que el cuarto estaba algo oscuro. La puerta se abrió, y Emma entro a la habitación.

-ah, estoy agotada – dijo tumbándose en la cama

-Yo también – río Liam y se sentó al lado de Emma – es genial

-te gustaría vivir en el campo? – Emma se levantó y se recargo en el colchón, mirando a Liam

-desde luego – dijo Liam contento – cultivar, y tener animales, y hacer todas esas cosas

-algo tranquilo, ¿no? – río Emma

-sí, pero así me gusta – dijo Liam – una vida tranquila, sin tanta cosa como la ciudad, sería genial

-sí, supongo – suspiro Emma y se empezó a acercar a Liam

-que haces? – dijo Liam sintiendo la cercana presencia de su amiga

-tienes… tienes algo en la cara – Emma se acercaba más y más

-ah sí? – Liam retrocedió un poco – puedes ver?

-algo – susurro Emma

-deberíamos… deberíamos encender una vela o… – Liam empezó a retroceder, subió a la cama y finalmente se encontró con la pared, de espaldas – Emma… te estás… te estás acercando mucho

-tú crees? – dijo Emma con una risita

-deberías… ejem, Emma! – Liam tenía prácticamente a Emma a unos escasos centímetros

-qué pasa? ¿Estás asustado? – susurro Emma

-n-no

-tranquilo, no te voy a hacer nada, huroncito – dijo Emma suevamente

-Lumos! – dijo Liam sacando la varita de su camisa, una luz se encendió, podía ver la cara de Emma, tenía una expresión de emoción

-ahí está – Emma levanto la mano y acaricio suavemente la mejilla de Liam

-ahí está? ¿Está qué? – dijo Liam nervioso

-nada, un poco de tierra – sonrió Emma y se apartó – solo eso

-gracias? – Liam no entendía lo que acababa de pasar, pero, de pronto, quería acercarse otra vez a Emma, inconsciente, lo hizo

-ay, ahora tú te acercas – río Emma

-sí, eh… no se – dijo Liam – me pareció llamativo… tus ojos

-mis ojos? – Emma pestañeo rápidamente

-son verdes – río Liam

-lo se jaja, los tengo desde que nací jaja – sonrió Emma

-si… ejem – Liam se sacudió, durante un momento tuvo una extraña sensación

-ven – Emma abrazo a Liam de un salto

-ah… gracias… - Liam se quedó confuso, no sabía que quería un abrazo hasta que Emma se lo dio – Emma… tu corazón late muy fuerte

-sí, y el tuyo también – Emma río un poco

-y… que hacemos? – Liam no sabía que estaba pasando

-que quieres hacer? – dijo Emma sin soltar a Liam

-no lo sé… - suspiro

-Liam, yo… yo… te a…

-NIÑOS! – grito la reconocible voz de la madre de Jack – LA CENA ESTA LISTA!

-AH! – Emma dio un salto del susto – ay, rayos, YA VAMOS! – grito

-me qué? – pregunto Liam

-eh?

-que me ibas a decir? – Liam miro confundido a Emma

-ah, ah, nada, nada – Emma se tallo la cara – vamos a cenar?

-eh… claro – Liam se puso de pie

-bien… vamos – Emma río tímidamente y los dos salieron del cuarto

-qué pasa? ¿Por qué caminas así? – Liam miraba las piernas de Emma

-oh, por nada, no te preocupes jeje – dijo Emma sonrojada, caminando con las piernas juntas, y con una sensación burbujeante dentro de ella

La cena fue bastante buena. Liam escucho mil y una historias de lo que los chicos habían hecho en vacaciones. Al final de la noche, Liam estaba satisfecho, subió junto con Emma a el cuarto de invitados y dejaron flotar una vela que iluminaba bastante bien. Tenía que reconocer que tenía muchas ganas de dormir, así que simplemente cerro los ojos y se puso a pensar en los sucesos de aquel emocionante día. Rápidamente cayó en las redes del descanso y durmió plácidamente.

Liam estaba en medio de un partido de Quidditch, era uno de los cazadores de Gryffindor, se pasaba la Quaffle con los miembros de su equipo y volaba por todas partes, otro cazador le pasó la Quaffle y Liam voló rápidamente a el área de Ravenclaw, pero un ave gigante estaba cuidando los aros, y cuando Liam tiro la pelota, el ave la tomo con sus garras y luego le dio con el ala a Liam.

-LIAM! ¡DESPIERTA! – le dijo alguien

-eh? ¿Eh? ¿Qué paso? – Liam abrió los ojos muy confundidos

-Bajen a desayunar ya – dijo Dalia con la mano en la cintura – ay, que irresponsables – salió de la habitación

-ah, sí, ahí voy – suspiro Liam y recostó su cabeza, sintió a alguien a su lado – Emma? ¡¿Qué haces en mi cama?!

-sí, sí, ya hice mi tarea – balbuceo Emma a su lado

-Emma! ¡Despierta! – Liam sacudió a Emma, quién abrió los ojos lentamente

-ahhh – bostezo – ay, buenos días Liam – dijo con una sonrisa

-buenos días – suspiro Liam – que haces en mi cama?

-que? – Emma espabiló y vio a todos lados – ay, es verdad!

-desde cuando estás ahí? – dijo Liam exaltado – no te vi en la mañana cuando me levanté a hacer mi hechizo

-bueno… no sé, la verdad – Emma se sacudió un poco el pelo – ay! ¡Nunca había dormido con alguien más! ¡En especial con un chico!

-yo tampoco – Liam se tumbó en la cama – perdón

-No te disculpes – río Emma – soy una buena acompañante?

-no lo sé, estaba dormido – suspiro Liam

Los dos se quedaron callados un momento. Fue un silencio algo incómodo, ambos miraban al techo pensando en que rara situación los había llevado a aquello. Cómo fuera, al final los dos bajaron a desayunar, tan tranquilos como siempre.

-fue una buena noche? – dijo Jack viendo a Liam mientras cortaba su huevo frito

-Supongo – suspiro Liam y se llevó un poco de puré a la boca

-Por qué ellos si pueden dormir juntos? – dijo Dalia mirando a su madre – no es justo

-porque tú eres muy chica – le dijo su madre

-no se vale! ¡Es solo un año! – recriminó Dalia

-en fin, luego hablamos de eso – suspiro la señora Archer – mañana parten a Hogwarts, tienen todo listo?

-sí, todo listo – dijo Emma tranquilamente – menos las ganas de ir

-por qué no? – dijo Liam – yo estoy emocionado

-pero no como el año pasado, ¿eh? – dijo Jack

-el año pasado no pensaba en que Amanda se fuera… – susurro Liam

-tranquilo, no se irá – le dijo Jack – te envió una carta diciendo que te vería en el tren

-si… en fin – suspiro Liam

El día avanzo. Casi todas las cosas apuntaban a el final de las vacaciones, el aire era suave, no pasaban muchas cosas. Durante la semana, los chicos habían estado bastante entretenidos, pero este día en particular no tenían muchas ganas de hacer algo. Tal vez fuera la amenazante imagen del inicio de clases la que les impedía disfrutar aquel día, resignados a aceptar que su tranquila vida vacacional acabaría. Liam veía el cielo, azul y basto, Emma y Jack también lo miraban. Las aves pasaban de vez en cuando, una nube con forma de letra "D" apareció, luego una nube con forma de rana, o una con forma de árbol.

-quiero ir a Hogwarts – dijo Liam después de algún tiempo

-yo igual – dijeron Jack y Emma

-por qué no tengo ganas de hacer nada? – suspiro Liam

-no lo sé – dijo Jack casi como un susurro

-yo tampoco quiero – soltó Emma

-ya no es novedad el mundo mágico? – dijo Jack

-no es eso – contesto Liam – quiero saber que más hay en el mundo mágico y todo eso, pero… no sé por qué no quiero levantarme de aquí

-yo tampoco – suspiro Jack

-ni yo – Emma alzo un brazo y volvió a bajarlo sin ganas

-así es la adolescencia? Papá dijo que era divertida – Liam se dio la vuelta

-qué día… - exhaló Emma

Los chicos se quedaron dormidos en menos de lo que pensaron, y no es que estuvieran demasiado cansados, al contrario, solo estaban demasiado relajados. Las luces blancas y rojos giraban sobre el pecho de Liam, como siempre, solo era aquel efecto, Liam guardo la varita y se acostó en la cama. Aura le lamía la cara, y Liam no hacía mucho, no quería hacerlo. Su cabeza se llenaba de pensamiento conforme la luz del atardecer se desvanecía. ¿Era acaso esté el final de su vida? ¿Qué habría mañana? No quería morir, últimamente se pasaba los días cuestionándose la idea de su mortalidad, y se preguntaba: ¿Habré vivido al máximo? Muchos de esos pensamientos se mezclaban y se revolvían entre encantamientos y hechizos, entre criaturas mágicas y absurdas lecciones de Adivinación. Amanda aparecía en su mente, revolviendo aún más sus pensamientos. Ella, aquella chica a la que Liam quería, en la mayoría de sus planes a futuro estaba ella, se veía a sí mismo como un adulto junto con la chica. Aquella chica castaña, con cabello lacio, y un poco ondulado, también regresaba a su mente la Amanda con coleta y dos mechones de cabello enfrente. Vaya que tenía ganas de ver a Amanda, abrazarla y sentir su cuerpo, recorrer sus dedos en aquella cabellera, besar sus labios, y todo lo que tuviera que ver con ella.

-ah, casi se acaba el día – dijo Emma entrando a la habitación – uh, hola Liam

-hola – Liam levantó el brazo mientras seguía viendo el techo

-qué piensas? – dijo Emma acercándose a Liam y viéndolo desde arriba – jaja, estás todo sonrojado

-ah sí? – Liam no se había dado cuenta de lo caliente que se sentía su cara

-Si – Emma se acostó al lado de Liam – que tanto pasa por esa cabecita tuya?

-no lo sé – respondió Liam – pienso en la vida

-en la vida? Estás vivo, lo estamos – río Emma

-lo sé – suspiro – por cuánto lo estaremos?

-por mucho tiempo, espero

-yo también… – Liam se volteo

-no estés triste – dijo Emma mientras se acercaba a Liam – en algún momento llegará, en muchos, muchos años más, lo importante es que disfrutes el camino

-lo estoy haciendo? – suspiro Liam

-supongo que si – dijo Emma contenta – yo lo estoy disfrutando – Emma abrazo a Liam

De pronto, la soledad que Liam empezaba a sentir se desvaneció, esos pensamientos si iban uno a uno, como si hubiera destapado el tapón de aquella pileta. La oscuridad del cuarto no invadía más su mente, al contrario, parecía que el cuarto cada vez se iluminaba más. Liam no se había dado cuenta de lo mucho que valoraba la compañía de Emma, tal vez no pasaba el suficiente tiempo con ella.

-no hemos hablado tanto – dijo Liam

-no? – soltó Emma

-no, no te eh dicho muchas cosas, me gustaría hacerlo – Liam se dio la vuelta, quedó cara a cara con Emma – ah pasado tiempo desde que nos conocimos

-mañana se cumplen 3 años – sonrió Emma

-3 años… vaya que has cambiado – río Liam suevamente – no me había dado cuenta

-tú también has cambiado – río Emma de vuelta – ya no eres ese niño asustado por el mundo mágico

-me sigo asustado – sonrió Liam – supongo que en eso no cambiaré

-sí, eso me agrada de ti, sabes? Creo que enfrentas los problemas por mucho miedo que tengas – Emma se acercó un poco más – eso es un tipo de valentía, por si todavía no estabas seguro de ser un gryffindor

-si… creo que lo soy – Liam dio un suspiro de alivio – y soy amigo de una slytherin, vaya

-que escándalo – río Emma – deberíamos de estar peleando ahora mismo

-claro, Flipendo – dijo Liam tranquilamente

-uy, casi me das, Expeliarmus – contesto Emma

-auch, mi varita! – río Liam – pero la tengo otra vez, Desmaius

-ah, me diste – Emma cerro los ojos – ganaste está vez Liam Baker, pero la próxima no te saldrás con la tuya

-jaja, ay – Liam suspiro de alegría – creo que me siento mejor

-me alegro – Emma volvió a abrir los ojos

-gracias por estar conmigo – dijo Liam

-eh estado contigo desde el principio – dijo Emma orgullosa – no lo dudes

Liam y Emma se sintieron entre sí. Liam notó que esos verdes ojos lo miraban, y el los miraba también. Se sintió un poco raro, veía a Emma de una manera algo diferente que hacía unos momentos. Noto el brazo de Emma sobre él, no quería que se apartará.