THE LORD AND THE LADY OF THE BUILDING
DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.
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Capítulo 21. El lord y la lady son tan despistados como cuidadosos.
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Se suponía que preparar la cena de navidad no debía ser una tarea complicada, sobre todo cuando habían leído y seguido cuidadosamente cada paso indicado en las instrucciones y uno de los cocineros tenía mínimos dotes culinarios.
Sin embargo, era justo, así como las cosas estaban resultando para Sasuke y Sakura.
—¿Crees que el relleno sabrá bien?
—Lo probaste cinco veces antes de ponerlo dentro del pavo, así que tendrás que confiar en tu sentido del gusto.
—De acuerdo Sasuke-kun. Solo espero que no haya algún tipo de ciencia detrás del horneado que cambie el sabor cuando esté listo.
Habían decidido cocinar en casa del Uchiha en lugar de en la de la pelirrosa debido al hostil fantasma que siempre se ponía más impertinente de lo normal cuando el novio de su roomie estaba cerca y ya tenían un desproporcionado tiempo metidos en la cocina considerando que solo era una comida para dos personas.
En retrospectiva habían comenzado con todos los preparativos navideños bastante tarde, por lo que no tenían de otra más que conformarse con lo poco que alcanzaron a organizar. Colocaron un pequeño árbol navideño en una repisa de la sala de estar a falta de uno más grande, consiguieron el último pavo disponible en la ciudad (a pesar del precio tan abusivo al que se los vendieron) y compraron el par de suéteres a juego menos feos que pudieron encontrar a última hora.
Al menos lo único que se prepararon con mucha anticipación fueron sus respectivos regalos, mismos que podrían entregarse al final de la noche una vez que la terminaran de disfrutar su comida.
Si es que ésta se dignaba a estar lista algún día.
—Sasuke-kun ¿Es necesario que tarde una eternidad? — Sakura preguntó, abrazándolo por la cintura desde atrás y pegando su mejilla a su espalda mientras él se dedicaba a lavar trastos.
—Según tengo entendido, sí. Aunque también creo que ya se alargó demasiado el tiempo de cocción — él reflexionó sin detenerse en su tarea —. ¿Hace cuanto tiempo que el pavo está en el horno?
—No lo sé, creo que lo metimos a las siete — ella respondió sin darle mucha importancia mientras le daba suaves besos en el omóplato, aunque al pelinegro su respuesta lo desconcertó.
—No pudimos meterlo a las siete — él frunció el ceño al tiempo que se separaba de su novia suavemente para verificar la hora en su teléfono, el cual tenía marcadas las 9:30 pm —. Debe estar adentro desde las seis.
—Bueno, pues ahí decía que el tiempo mínimo de cocción serían tres o cuatro horas así que...
—De todas formas, aún no debe estar listo — el pelinegro soltó un suspiro de alivio, por un segundo creyó que se habían equivocado calculando los tiempos.
Pero al final todo estaba en orden... ¿Verdad?
—Aun así, permíteme verificar — compartiendo la misma incertidumbre que su novio, Sakura tomó su teléfono y Sasuke se unió a su lado rápidamente para volver a leer la receta los dos juntos —. Sí aquí está, de cuatro a cinco horas. De modo que todavía podemos comerlo antes de que termine noche buena.
—De cuatro a cinco horas considerando que el pavo pese más de 20 libras — él señaló apenas dándose cuenta de ese detalle por primera vez —. ¿El nuestro cuánto pesaba?
—No lo sé, pero sin duda es más pequeño que eso — meditando esa información, ambos se miraron fijamente en silencio por un par de segundos y en sus rostros se hizo presente una expresión de terror —. Eso quiere decir que...
Antes de que Sakura pudiera terminar la oración, fue interrumpida por el sonido de una pequeña explosión proveniente del horno. Misma que les anunció de la peor forma posible que, en efecto, se habían equivocado y su pequeño pavo para dos no había podido aguantar el calor durante tanto tiempo.
Con más rapidez de la que alguna vez lo había visto usar alguna vez, Sasuke la tomó por la cintura y la alejó del fuego contenido tanto como le fue posible, para después tomar el extintor de una de las alacenas y usarlo para mitigar las llamas que consumían la cena aún dentro del electrodoméstico.
Sakura había ahogado en su mano sus propios gritos de miedo apenas vio a su novio tomar el control de la catastrófica situación y no pudo detener el pánico que se apoderó de ella ni siquiera cuando vio que estaban fuera de peligro. Por pura suerte no había sido un accidente demasiado grave como para herirlos o activar la alarma contra incendios, pero aun así resultó desalentador tratándose de la comida tanto esfuerzo habían puesto en conseguir y cocinar.
—Bueno, al menos el vino sigue intacto — ya más calmado, Sasuke intentó aliviar la situación y tomó la copa con dicha bebida que reposaba junto a los ingredientes de los acompañamientos que aún no habían preparado, dándole un largo sorbo mientras observaba el pavo completamente cubierto por la espuma blanca sobre el fregadero.
—Sí... — fue todo lo que la pelirrosa pudo responder.
Suspirando pesadamente y luego pasándose la mano por el cabello, el Uchiha intentó anteponerse con madurez a la situación y dejarla atrás rápidamente como el desafortunado, aunque para nada grave, giro de acontecimientos que era, sin embargo, sus intenciones se vieron desechadas en cuanto se giró a ver a su novia y se dio cuenta de la cara que tenía.
—No Sakura, no lo hagas, no llores — rápidamente se acercó a ella para tomar su rostro entre sus manos e intentar prevenir que sus lágrimas corrieran libres por su rostro, pero fue muy tarde.
—Lo siento — la mujer ya estaba sollozando amargamente y en un intento por esconder su vergüenza se abrazó a él con fuerza —. Fue mi culpa Sasuke-kun, lo siento.
—No mi amor no te disculpes, fue culpa de ambos — la sostuvo contra su pecho protectoramente y le acarició el cabello con dulzura —. Tranquila, vamos a solucionarlo, solo deja de llorar, sabes que no me...
—¿Cómo? ¡Ese era el único pavo que teníamos y no hay manera de conseguir otro a esta hora! — ella lo interrumpió bastante acongojada, levantando la mirada para verlo a través de las gruesas gotas que cubrían sus orbes verdes —. Ya es demasiado tarde...
Sasuke volvió a ocultar su rostro contra él mientras la dama seguía lagrimeando y se quedó callado un par de segundos. Al observar el arruinado pavo era más que obvio que no podían cenar ese tradicional platillo como tanto lo habían planeado, pero tampoco sentía que fuera el fin del mundo.
No era como que le gustará mucho de todas formas y Sakura tampoco mencionó que fuera su favorito o algo así. Comerlo o no realmente no haría ninguna diferencia y perfectamente podrían haber comido algo mucho más sencillo desde el principio.
Ese último pensamiento era de hecho la solución más obvia a su actual problema.
—Ven mi amor, vamos a salir un rato — sin esperar respuesta la condujo hasta la puerta, la abrigó muy bien, con bufanda y gorro incluidos y la sacó del departamento.
—¿A dónde vamos Sasuke-kun? — la confusión se mezcló con el tono de voz desvalido de la mujer.
—A un lugar al que me prometiste que me llevarías y donde vamos a comer algo mucho más delicioso que esa estúpida ave sobrevalorada.
Para la buena suerte de ambos, la pizzería al otro lado de la calle estaba abierta igual que todos los demás días del año y en cuanto la mujer de ojos verdes se dio cuenta de que estaban caminando hacía allá su rostro se iluminó trayendo de regreso su emoción por celebrar juntos esa fecha especial. Incluso si no era como lo habían planeado y en lugar de eso hacían algo mucho más sencillo.
Sorprendentemente, el pequeño restaurante estaba repleto de gente y su intromisión en él causó tal alegría en los trabajadores por finalmente tener casa llena a pesar de la festividad, que rápidamente fueron llevados a la última mesa disponible junto a la ventana.
—Por ser noche buena las bebidas son gratis, disfruten su comida — el amable mesero les dijo al traer su orden, recibiendo una sonrisa agradecida de parte del par de novios. A Sakura le gustaba ir a ese lugar no solo por la buena pizza, sino porque le parecía realmente noble que solo se emplearán a adultos mayores en ese lugar. Algo que la motivaba a dejar propinas más buenas de lo normal.
—¿Mucho mejor no crees? — Sasuke le preguntó acurrucándola contra su costado mientras ambos comían.
—Muchísimo, aunque todavía lamento mucho lo que pasó con la cena Sasuke-kun, debí haber sido más cuidadosa — ella aun sonaba bastante arrepentida por lo que pasó, así que para consolarla él le besó la frente importándole poco que alguien pudiera verlos.
—Ya olvídalo por favor, de lo contrario me obligaras a castigarte.
—Tus castigos nunca cumplen su función ¿Sabías? — ella no pudo evitar reír levemente. Se suponía que las reprimendas no debían ser agradables y mucho menos placenteras, pero ella disfrutaba bastante cuando él se las daba y le hacía el amor sin delicadeza.
—No me refería a eso, pequeña pervertida — esta vez ambos rieron al mismo tiempo, de esa forma fundiéndose con el alegre ambiente igual que los demás comensales —. Te aseguro que no recibir tu regalo no te va a parecer divertido ¿O sí?
—¿Pavo? ¿Qué es un pavo? ¿Estaba llorando hace un rato por él? No lo recuerdo.
—Buena chica... — Sasuke se separó de ella un poco, tomó una servilleta para limpiar la comisura de sus labios y luego procedió a besarlos lenta y suavemente para distraerla mientras sacaba su regalo del bolsillo de su abrigo —. Feliz navidad.
En cuanto el hombre puso sobre la mesa la cajita de exterior aterciopelado, a Sakura se le iluminaron los ojos y lo miró a él con una ternura y alegría tan desbordantes que no alcanzaron a ser expresadas en su totalidad por su enorme sonrisa.
Más allá del detalle que él le estaba dando, el hecho de que a pesar de los tropiezos se estuviera esforzando en continuar con sus planes, como si nada hubiera pasado, conmovió aún más el corazón de la pelirrosa.
Antes de abrirlo le profesó un fuerte abrazo, al tiempo que lo besaba en las mejillas repetidamente y no dejaba de darle las gracias conforme cada beso tocaba su piel. Dentro de la caja se encontró con un precioso reloj de oro rosado adornado por varias piedras preciosas alrededor del marco redondo.
—Es hermoso, demasiado ¡Me encanta! — Sakura exclamó dejando que su novio pusiera la joya en su muñeca —. No puedo creer que me regalaras esto.
—¿Por qué es demasiado apropiado para una hermosa mujer con un increíble cabello como el tuyo?
—Porque robaste mi idea, Sasuke-kun — ella rebuscó en su bolsillo, agradeciendo mentalmente haberse olvidado de sacar su regalo del abrigo y acto seguido puso en las manos de su novio una cajita bastante parecida a la que él le había dado —. Feliz navidad mi amor.
Consciente de lo parecidos que eran y acoplados que estaban en tantos aspectos, al Uchiha no le sorprendió que ella le regalara un lujurioso reloj plateado que parecía bastante la versión masculina del de ella y que incluso era de la misma marca.
—Es perfecto, gracias — sonrió para ella cuando la chica terminó de ponérselo y luego con las manos entrelazadas contemplaron lo bien que lucían sus regalos en sus respectivos dueños y lo aún más increíbles que se veían analizados como un conjunto.
—Soy muy feliz en este momento... — ella murmuró soñadoramente como una reflexión para sí misma. Realmente lo era, no recordaba haberse sentido así antes y todo se lo debía al maravilloso hombre que tenía a su lado.
—Yo también — él respondió procediendo a besar el dorso de la mano de su novia para después verla a los ojos intensamente. Sasuke nunca se cansaría de contemplar el precioso rostro de Sakura y mucho menos de comunicarle con la mirada todas esas cosas que sentía por ella; siendo de lo más afortunado porque la mujer no tuviera dificultades para entenderlo y le correspondiera de la misma manera. Aunque nunca estaba de más también hacérselo saber con palabras —. Te amo.
—Yo aún más a ti.
Volvieron a besarse nuevamente ignorando que pudieran ser mal vistos por la gente a su alrededor. Aunque, todo lo contrario, a eso, su felicidad y lo enamorados que estaban, fue tan evidente y agradable para un par de ojos ajenos en especial que la burbuja romántica en la que estaban metidos solo pudo ser reventada por una alegre orden del dueño del restaurante.
—¡Una pizza especial gratis para la feliz pareja de allá!
—¡De inmediato señor!
Los novios se miraron descolocados un par de segundos, pero rápidamente aceptaron el lindo regalo entre sonrisas igual de hermosas en sus respectivos rostros. El momento fue tan perfecto e increíble que parecía sacado de una película y no le permitió a Sasuke apartar su atención de la adorable mujer que tanto amaba y con la que estaba pasando la mejor navidad de su vida.
Ni siquiera cuando su teléfono vibró debido a un par de mensajes de su hermano mayor que decían:
"Tuvieron misericordia, olvídate de quedarte con la herencia para ti solo"
"Aunque ahora están más decididos que nunca a conocer a tu Sakura. Ya te contaré todo después"
...
NOTAS FINALES:
Ay que chistoso se siente escribir esto a finales del verano jajaja, pero ni modo, era necesario.
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Mil gracias a todxs por su apoyo y sus buenos comentarios, me están ayudando un montón a escribir con ganas, en serio se los agradezco bastante. Plis no se olviden de también dejarme saber qué piensan de este capítulo y continuar leyendo hasta el final.
Sin más por añadir, nos leemos luego. Bye!
