Harry se sentía en la novena nube, ningún Omega lo había hecho experimentar aquellas sensaciones y no le restaba puntos el hecho que fuera su antiguo nemesis; aunque debía ser sincero en decir, que había cambiado drásticamente luego de la guerra. Sí, aún conservaba su lengua viperina y el sarcasmo a flor de piel, pero lejos estaba de ser ese chiquillo caprichoso.
Se levantó un poco antes que Draco, para preparar el desayuno y comer juntos a pesar de que el omega ese día se quedaba en casa. Sonrió para sí mismo ante la idea de hacer eso seguido, pero también entendía que quizás sólo lo había ayudado a superar su celo. Tomó su supresor mucho antes de disponerse a cocinar y organizó cada cosa que planeaba armar. Sería algo sencillo, un té con hotcakes y frutas, ya que la cafeína no podía consumirla hasta tiempo después.
—¿Qué haces despierto tan temprano? —un pequeño bostezo salió de la boca de Draco quien ingresaba a la cocina envuelto en una bata— No era necesario prepararme el desayuno —alegó luego de ver la cantidad que se encontraba sobre la mesada, sin duda era algo para dos o tal vez tres—. Me siento un poco mal porque quizás debía estar haciéndolo yo.
—Si lo dices porque eres un Omega, déjame decirte que es un poco estereotipado de tu parte —carcajeó y mezcló la fruta con el azúcar—. No te creía con esos pensamientos tan retrógrados. Sobre todo luego de lo de noche —resopló irónico y Draco rodó sus ojos.
—Lo decía porque fue tu primera vez, ya sabes, el chico toma a la chica y le prepara el desayuno la mañana siguiente —alegó con sorna y tomó uno de los arándanos antes de colocárselo en la boca—. Por eso lo decía, tontito —quiso pinchar su nariz pero Harry se alejó para que no lo hiciera, mientras refunfuñaba.
—Sigue siendo un maldito estereotipo, ¡y no soy una chica! —masculló entre dientes haciendo reír al Omega que intentaba abrazarlo mientras murmuraba que lo sentía, pero él se había ofendido por aquel comentario—. Bueno, desayunemos rápido que debo ir al trabajo, no todos tenemos un jefe que nos da día libre un sábado —bufó divertido y sirvió las bebidas en cada taza, las Torres de Hotcakes ya estaban armadas junto a la fruta y la crema.
—Es que mi jefe en el fondo me adora —susurró cerca de su oído haciéndolo estremecer.
Tomaron lugar cerca de la barra en un cómodo silencio, y mucho antes de comenzar a desayunar, Draco lo tomó de la mandíbula para depositar un pequeño beso en su boca. Luego de separarse le regaló una brillante sonrisa, las palpitaciones de Harry aumentaron y no dudo ni un segundo en volver a presionar sus labios, soltando un leve suspiro en el medio.
—Hace mucho que no desayunaba comida casera —gimió con placer luego de probar un bocado del hotcake—. No suelo cocinar seguido, soy malo para eso —carcajeó.
—¿Y con qué te alimentas por las mañanas?
—El cereal que come Teddy las veces que viene a dormir —sonrió entre tanto apuntaba a un punto de la cocina—. Son de un tigre, o algo así, según Andrómeda le gusta mucho. Eso es lo que suelo comer o quizás sólo un poco de fruta.
—Recuérdame que te haga un desayuno decente la próxima vez —musitó entre dientes y tomó un sorbo de su bebida caliente—. ¿Teddy se queda a menudo aquí?
—Sí, sí, más veces de las que pueda contar —asintió con una sonrisa—. Ese pequeño me trae a sus pies.
—Él es mi ahijado, ¿sabías?
—Lo sé, Andrómeda me lo ha contado la vez que ha venido con mi madre —suspiró—. Teddy es hijo de mi prima, por lo que me convierte en su tío —las cejas de Harry se elevaron y Draco no pudo evitar reír por su gesto—. Será un buen Slytherin gracias a mí y si todo sale bien, quizás se folle a alfas como el tío también —susurró muy pegado a su lóbulo haciendo que los vellos de su cuerpo se erizaran.
—¿Nunca lo dejarás ir, cierto?
—¡Jamás!, desde que era un niño me gusta romper las reglas e ir contra la corriente —tarareó con orgullo—. Lo normal no va conmigo.
—Ya lo creo, me lo has dejado en claro —rio y su mano se deslizó sobre el muslo del Omega—. Aunque sinceramente no me disgustó. Fue mejor de lo que pensaba, te mueves bien —expresó con la voz ronca y Draco mordió su labio inferior en un gesto seductor.
—¿Volverás? —preguntó por el comentario de la noche anterior.
—Sí, debo ir por una muda de ropa —asintió—. Además de unos supresores extras. Al menos que no quieras.
—Pensaba que veamos una película, no lo sé —se encogió de hombros y revolvió su té—. ¿Qué te parece? Creo que tengo algunos discos por allí —con las yemas de sus dedos frotó el dorso de Harry y ambos se quedaron viendo por unos instantes con sus pupilas dilatadas.
—Me parece excelente —sonrió y con un leve toque lo besó.
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Draco lo acompañó a la chimenea para que pudiera ir al ministerio. Les costó separarse, y al ver que tenían minutos de sobra, suavemente llevó al Alfa hasta la pared y subió sus piernas para que rodearan su cadera. Se besaron de un modo lento y tierno. Las manos de Harry se deslizaban sobre la espalda del Omega entre tanto sus lenguas se acariciaban. Draco no admitiría en voz alta, pero era la primera vez que un Alfa le daba vuelta la cabeza.
Y tenía temor que ocurriera lo inevitable, caer rendido ante un Alfa. Y sobre todo tenía miedo de enamorarse.
En su trabajo le era inevitable no sonreír, había pasado su mejor noche y no necesariamente era por el momento íntimo junto a Draco. Si no que por primera vez, desde la batalla, que pudo conciliar el sueño sin pesadillas de por medio, la respiración del Omega al parecer era su paz y eso le provocaba un cosquilleo directo en su estómago.
—¡Harry! —la voz de Ron apareció quien se reía por la manera en que se sobresaltó— Te estaba llamando y no me respondías. ¿Todo bien?
—Perdón, me concentré en el informe de la última misión —mintió y sacudió su cabeza antes de mirarlo—. Todo bien, ¿ocurre algo? —acomodó los pergaminos y los dejó a un lado.
—Con Nott estábamos viendo los análisis de sangre de la última víctima. Aún no logramos descifrar el último ingrediente de la poción —deslizando el membrete sobre la mesa se lo acercó para que lo leyera mejor—. Cameron aún no despierta y debemos saber cuál es para el antídoto. En San Mungo no dan demasiadas esperanzas si no lo se logra preparar a tiempo —asentía en cada palabra enunciada por el Omega.
—¿Draco ha visto la muestra de la poción? —Ron alzó una ceja por la forma en que lo llamó y un pequeño calor se presentó en las mejillas del Alfa.
—No, porque él no es parte de la investigación. ¿Lo recuerdas? —tomó asiento delante suyo y entrelazó sus dedos a la vez que lo observaba con extrañeza—. Nos habías puesto a Nott y a mí, ¿no recuerdas? Malfoy sólo hace rondas y acude a emergencias. Tiene otro tipo de tareas.
—Lo siento, de verdad no lo recuerdo —sacudió su cabeza antes de suspirar y regresó su mirada al papel que tenía entre sus manos—. Siempre ha sido bueno para las pociones, aún lo me acuerdo durante Hogwarts. ¿Tienes una muestra?
—Puedo conseguirte una —asintió y tomó lo que su jefe le daba—. ¿Me dejas preguntarte porque estás tan feliz? Es raro no verte con latas de esa bebida que sueles tomar.
—Por hoy no la necesito —sonrió con un leve rubor—. He dormido bien, aunque estoy pensando en empezar la terapia.
—¡Wow, wow, wow! —el omega levantó las manos para interrumpirlo— ¿Eres Harry o alguien que ocupa su lugar? —expresó con un tono burlón— Me cuesta pensar que seas el mismo que ha dicho que los psicosanadores no sirven.
—Bueno, quizás sea momento —balbuceó—. ¿Qué?, ¿por qué me miras así? —carcajeó al notar la forma en que entrecerraba los ojos en su dirección— ¿Te sorprende que haya cambiado de opinión?
—Sí, demasiado sorprendido estoy —musitó entre dientes antes de resoplar—. Me pregunto que te habrá hecho modificar esa idea tuya.
—¿Acaso no puedo tener voz y voto? —se cruzó de brazos y alzó una ceja.
—Lo siento, lo siento —alzó las manos en rendición y golpeó los papeles sobre el escritorio antes de levantarse—. Bueno, sea el motivo que sea, me alegro que hayas tomado la iniciativa.
—Gracias, ¿supongo? —susurró con una leve sonrisa— Entonces, ¿me podrás conseguir una muestra? Así la ve Dra- Malfoy —se corrigió y aclaró su garganta con algo de vergüenza.
—Sí, déjame que hable con Nott. Él estaba a cargo de todo eso —el Alfa asintió y Ron apretó los labios, como deliberando decir algo más—. ¿Irás al casamiento de Ginny? —preguntó con duda, sabiendo que le era aún raro que su ex saliera con un Alfa del equipo de Quidditch. Bueno, en realidad era el sanador del club.
—Sí, no me lo perdería por nada del mundo —tarareó—. ¿Es éste sábado, cierto?
—Sí, es éste sábado, cerca del río donde Bill vive con Fleur —le recordó—. ¿Tienes la invitación? Sabes que puedes llevar a alguien.
El rostro del Alfa se iluminó al darse cuenta con quien podía hablar para que lo acompañara — Quizás puede que lleve a alguien que estoy conociendo o quizás eso creo —sonrió embobado y eso no pasó desapercibido para el Omega.
—¡Lo sabía! —masculló— Te estás viendo con alguien, es por eso que estás tan distraído. ¿Quién es la afortunada?, ¿es Alfa, Omega, beta?
—Uhm, no precisamente es un ella —acentuó con un tono pausado—. Pero no quiero crearme falsas ilusiones, ¿sabes? Porque aunque lo conozco, no he hablado del asunto en sí.
—No me sorprende que sea un hombre —susurró pensativo—. Pero sea quien sea debo agradecerle por ser el motivo de comenzar terapia —se mofó y el Alfa lo miró mal.
—No necesito a nadie para tomar la iniciativa —apretó los dientes y empuñó sus manos—. Solamente quizás, si deba estar mejor en todo ese asunto, ya sabes —hizo un movimiento con las manos sobre su cabeza, dándole a entender a que se refería.
—Tu salud mental —lo interrumpió.
—Exacto, eso mismo —asintió y mordió su labio—. Bueno, entonces, ¿me traes la muestra antes de terminar mi jornada?
—Sí, déjame que hable con Nott, te lo traeré —tomó la perilla de la puerta y se giró hacia el Alfa antes de salir—. Y antes que me olvide, el domingo mi madre hará una cena, con Hermione anunciaremos algo. Quería recordarte eso también, ya que lo sueles olvidar.
—Sí, no te preocupes, me lo anotaré.
—Bueno, iré a buscarte el vial para que Malfoy lo vea. Nos vemos —expresó antes de abandonar la oficina.
El Alfa no pudo evitar sonreír, al pensar que estaría haciendo Draco en ese mismo momento, tomando un pergamino escribió una nota para enviársela con una lechuza del ministerio. Luego de la muerte de Hedwig no pudo conseguir otra, pues sentía que le estaba fallando a su amiga.
Golpeó su pluma varias veces y la mordisqueó mientras deliberaba de qué forma se dirigiría a él.
Malfoy:
Ya que aún insistes en no adquirir un celular, debo comunicarme de esta manera. Me preguntaba si querías almorzar conmigo.
Harry James Potter
Releyó la nota y la envió con algo de duda, su corazón golpeaba con furia dentro de su pecho. Ciertamente no sabía si lo había hecho bien, pues era raro que ellos se comunicaran de esa manera fuera del ámbito laboral. Observó la hora, en el reloj que aún conservaba, el mismo que Molly le había dado en su cumpleaños número diecisiete y se percató que aún faltaban mucho para el almuerzo.
No supo cuánto tiempo transcurrió hasta que el ave golpeó la ventana de su oficina. Con un movimiento de varita la abrió y la lechuza dejó la respuesta sobre su escritorio.
Potter:
Mis padres me han pedido que me reúna con ellos, aunque sinceramente no estoy de humor porque sé la dirección que llevará esa conversación. ¿Hoy sales a las cinco, verdad? Estaré antes de esa hora, o eso espero, por si quieres venir al apartamento. Recuerda que levanté las protecciones para que identifique tu magia. Me encantaría almorzar contigo, pero no puedo cancelarlos por quinta vez. Deséame suerte, la voy a necesitar.
D.L.M
Harry resopló por la nariz y frotó las manos sobre sus ojos. Conocía a la perfección a los sangre pura, de seguro estaban buscándole una esposa Alfa para que engendre un heredero y conociendo a Malfoy, ciertamente era de esperarse que eso le cayese mal. Sobre todo por la forma en que llevaba su sexualidad.
¿Quieres que lleve helado para esta noche? No sé porqué presiento que lo necesitarás
Ató la nota en la pata del animal y siguió con su labor luego de que ésta se fuera del lugar. La respuesta de Draco no tardó en aparecer y sonrió ante una respuesta tan simple, como tierna.
Por favor y si puedes conseguir de chocolate te lo agradeceré
Prefirió no atosigarlo más y siguió con su jornada, los papeles en verdad lo traspasaban y no veía la hora de terminar con todo eso. Maldijo para sus adentros el momento que aceptó ser jefe de aurores. Debió huir a Australia como siempre lo deseó.
Antes de aparecerse en el apartamento de Draco, fue hasta Grimmauld place para tomar mudas de ropa y algo más. No tenía intenciones de quedarse en forma definitiva, pero al menos por esa noche se quedaría allí y necesitaba llevar algo para no usar las camisas del Omega, aunque no parecía importarle demasiado.
Apenas puso un pie en la sala, el aroma amargo llegó hasta sus fosas nasales. No era un buen pronóstico ya que eso era un indicio de que el Omega estaba algo molesto. Al entrar a la cocina todas sus preguntas fueron respondidas al verlo golpear con fuerza la tabla de madera donde cortaba los vegetales.
—Hey, ¿todo bien? —preguntó con cautela y Draco resopló antes de mirarlo.
—Define el concepto de la palabra "bien" —masculló y continuó con la cena.
—Ya veo que no lo está —musitó y dejó el postre en la nevera. A veces le resultaba irónico que Draco tuviera un apartamento con electrodomésticos muggles—. ¿Ocurrió algo? —frotó su espalda y liberó feromonas para intentar calmarlo.
—Mis padres, como lo supuse —sus orificios nasales se ensancharon y pellizcó su labio con insistencia—, quieren que me case con Greengrass.
—¿Con Astoria? Pero si ella está en esa relación extraña con Luna y Nott —Draco negó reiteradamente y se limpió la lágrima que le había provocado la cebolla.
—Con Daphne, ella también ha salido Alfa —explicó—. Dicen que ya es hora que tenga un heredero para seguir con la sangre Malfoy. No sé si me entiendes —movió las manos y Harry asintió—. Ya han hablado con los padres de ella y dicen que es una buena idea seguir con dos apellidos de los sagrados 28.
—¿Y qué le has dicho? —balbuceó— ¿Estás de acuerdo? —la sangre de su cuerpo fluía con rapidez, aún no era el Alfa de Draco pero en el fondo lo deseaba. Por más extraño que fuera en la intimidad, había algo que lo atraía igual que un imán. Se sentía cómodo a su lado y no quería irse de allí.
—Aún sigo en terapia, mi mente aún no está del todo sana —bufó hastiado—. No puedo pensar en traer al mundo un hijo, cuando a veces olvido cosas por mi estrés postraumático —lamió su labio y negó—. Un hijo no es como el cactus que se me ha muerto por no darle agua, no revive con una poción, es algo diferente. No puedo arrastrar a un ser vivo a mi locura sólo por un capricho de mis padres —apoyándose sobre la mesada con los brazos cruzados finalmente lo miró—. Tampoco estoy listo para una relación. Sería una imprudencia de mi parte.
—Supongo que tienes un punto —murmuró pensativo—. ¿Y ellos que te han dicho?
—Me dijeron que no tenía opción, al menos que consiga una Alfa —refunfuñó—. Que debo dejar de ser infantil y rebelde, que ya estoy grande para seguir de cama en cama. Que ninguna me querrá por mis actitudes —se rio de forma irónica y negó—. Yo no quiero un Alfa, quiero una pareja, son cosas diferentes. Y aún no estoy listo para ello, pero al parecer es algo que no entienden.
—¿Hay algo que pueda hacer por ti?
—No, no puedes, sólo —negó deliberando en lo que iba a decir hasta que se animó—. ¿Te puedes quedar?, ¿al menos por esta noche?
—Sí, seguro —sonrió y frotó su espalda antes de besar su brazo—Conseguí una muestra de la poción que traía Cameron en la sangre. Sé que no es tu expediente, pero quería preguntarte si podías intentar averiguar cuál es el ingrediente que falta. Necesitamos hacer el antídoto antes de que... su magia se desvanezca.
—Mañana podría verlo en el laboratorio del ministerio —se encogió de hombros y comenzó a servir la cena—. Sólo deberías encontrar un reemplazo para mis guardias —le recordó—. Sabes que los domingos suelen ser más complicados. Nunca entendí las razones.
—Sí, despreocúpate por ello. Yo me encargaré —sonrió en el instante que Draco le dejó un beso en la cicatriz antes de que ambos comenzaran a cenar.
Acurrucados en el sofá, con Draco estirando las piernas sobre su regazo, comenzaron a comer el helado mientras miraban "Bob esponja, la película".
—Aún no puedo creer que estemos viendo esto —resopló divertido y no pudo evitar sonreír al oír la carcajada de Draco al ver cómo el rey Neptuno lloraba por su corona—. Supongo que la tienes por Teddy.
—Ajá, la tengo por Teddy —vaciló y frotó su rostro sobre el brazo del Alfa—. Pero no puedes negar que es divertida. Al menos que seas un cochino que quiera ver una película con escenas de sexo —lo apuntó con un dedo acusador y Harry levantó las manos en rendición.
—No, está bien —balbuceó—. Y tienes razón, es divertida —sonrió y tomó una bocanada de aire antes de expresar lo que tenía en mente—. ¿Te puedo preguntar algo?
—Ya lo haces —se mofó logrando que el Alfa resoplara.
—Ignoraré tu sarcasmo —masculló y comenzó a deslizar sus dedos sobre las piernas del Omega—. El sábado próximo es el casamiento de Ginny, ya sabes —intentó explicar con un movimiento de manos y Draco asintió con el ceño fruncido—. Tengo una invitación y puedo llevar a quien yo quiera, no sé si me entiendes.
—Como una pareja —le interrumpió y Harry volvió a asentir.
—Quería preguntarte si tenías ganas de venir conmigo —tartamudeó y acarició sus muslos de un modo suave—. Lo único que tendré que bailar con Ginny. Aún sigo siendo un asco para eso —refunfuñó provocando que Draco soltara una nueva carcajada.
—Sí, seguro. Quiero ver las caras de tus amigos cuando me vean llegar —alegó con sorna—. Además jamás le diría que no a una fiesta con pastel, hace mucho que no voy a una boda, excepto la de Milli con Krum —terminó el último bocado de su helado y lo dejó sobre la mesa pequeña donde Harry apoyaba sus pies.
—¿No has ido a la boda de Parkinson y Zabini? —preguntó con curiosidad.
—Pansy era sólo una niña que estaba obsesionada conmigo y con Zabini no tenía una buena relación, nos ignorábamos mutuamente —frunció los hombros y se apoyó sobre su pecho mientras su mirada estaba sobre la pantalla—. Siempre creí que sabías que nunca tuve amigos reales en Hogwarts.
—Tenias a Goyle y a... —su frase quedó inconclusa con el nombre de Crabbe en su boca.
—Nunca fueron mis amigos realmente —pellizcó su labio varias veces y luego lo lamió en forma pensativa—. Sólo eran unos chicos que me seguían, nada más.
—No tenía idea de que estabas solo, quizás me habría acercado.
—Sabes muy bien que eso no habría funcionado —resopló divertido—. Lo que sea que tengamos ahora sólo funciona porque de algún modo logré quitarme esas ideas retrógradas de la cabeza. Y no puedes contrariarme —señaló.
—Tienes un punto bastante válido —carcajeó y coló su mano debajo de la camiseta del Omega para comenzar a frotar su abdomen—. Al final no la estamos viendo, bueno al menos yo no —bufó.
—Eso es porque no tienes un niño en tu interior, que disfruta de estas cosas —alegó sin dejar de reír—. Yo la he visto varias veces y siempre logra sorprenderme en algo. Aunque conozco la mayoría de sus frases.
—Ciertamente no me molestaría tener algo en mi interior, si sabes a lo que me refiero —rodeó su cintura hasta llegar a su espalda y ronroneó cerca de su boca—. Desde que he llegado no me has dado ni un solo beso, ¿hay algo malo que he hecho? —musitó frotando sus narices una contra la otra.
—No has hecho nada malo —murmuró—. Pero sabes lo que soy, soy un Omega con desperfectos.
—Eres perfecto para mí. Yo tampoco busco un Omega —comenzó a dejar un camino de besos por todo su rostro—, busco una pareja. Y aunque no estés listo aún, y no quieras comenzar una relación —presionó sus labios en pequeños toques y Draco liberó un sutil suspiro—. Estoy dispuesto a esperarte el tiempo que sea necesario.
—Entiendes todo lo que significa estar conmigo.
—Lo comprendo y aunque pienses que no es verdad —arrastró su boca sobre la piel de su mejilla—. No tienes idea de lo mucho que me gustó verte encima mío, mientras me follabas de esa forma tan sublime.
—Me muero por escucharte gemir mientras estoy dentro tuyo —gruñó y delineó su mandíbula antes de volver a besarlo—. Vamos, que el sofá no es cómodo, o al menos eso me han dicho —apagó el televisor y después de tomarlo de la muñeca fueron juntos hasta el cuarto.
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Los rubios y suaves cabellos caían como cascada sobre él, el rostro del Omega se fruncía en cada penetración; lo había preparado con paciencia, con los dedos dilató su entrada y con la boca se encargó de lamer todo su tronco, logró que se corriera una vez solamente con su lengua y sus manos.
Al Alfa le gustaba sentirse lleno con la virilidad del Omega dentro de él, las embestidas que comenzaron suaves, poco a poco aceleraron su velocidad. Lo único que se oía en esa habitación eran los gemidos graves de los dos.
Draco tomaba sus muslos y enterraba los dedos en su carne, a la vez que bombeaba con más rudeza. Harry rodeó su cuello con los brazos y lo atrajo para besarlo, hambriento por sus labios y su lengua. Con sus uñas repasó su cuero cabelludo y dio un pequeño tirón. Las estocadas estimulaban su punto dulce y lentamente el deseo afloraba sus entrañas, el cosquilleo acrecentaba y un nuevo orgasmo se apoderaba de su cuerpo.
El Alfa lo besó y sollozó en el instante que los espasmos se hicieron presente. Derramó su semilla entre sus cuerpos y Draco se corrió en la protección. Buscaron sus manos con desesperación y anhelo, entrelazando sus dedos en la cúspide del placer. Las alas del Omega no tardaron en aparecer y Harry nuevamente pensaba que eso era un espectáculo digno de ver.
Una vez que las plumas volvieron a su lugar, se dieron una ducha antes de volver a la cama, acurrucado sobre la espalda del Alfa, ambos se durmieron disfrutando del aroma que sus cuerpos emanaban.
~ ~
La mañana finalmente hizo su acto de presencia y aunque entraban unas horas más tarde de lo habitual, de todas maneras, Draco decidió ser él quien lo despertara con un desayuno. En el fondo tenía miedo de saber que saldría de todo eso, pues el arte culinario, ciertamente, no era lo suyo.
La chimenea resonó y eso le llamó la atención, puesto que nadie solía ir a su apartamento ese día en particular. Su boca se secó al ver parado a su padre, empuñando el bastón que durante años odió.
—Padre, ¿qué haces aquí? —tartamudeó— No te esperaba y aún siendo tan temprano.
—Buenos días, padre —masculló—. Creí que te había enseñado modales.
—Buenos días, querido padre —alegó con sorna y rodó los ojos—. ¿Se puede saber que te trae por aquí? —Lucius ignoró el sarcasmo y se acercó aún más.
—Porque quiero hablar contigo, ¿será posible? —miró por encima del hombro de su hijo y alzó una ceja— Al menos que estés ocupado. Sólo será unos minutos.
—Habla, debo ir a trabajar —Draco se cruzó de brazos y esperó paciente—. Estaba por desayunar y quiero terminar rápido.
—Hemos hablado con tu madre, entiendo que quizás aún no estés preparado para ser padre.
—No lo estoy y lo sabes —le interrumpió—. Eso es lo que hemos hablado ayer.
—Eso lo entendemos, y estamos dispuestos a llegar a un acuerdo —expresó y su hijo frunció el ceño esperando lo peor—. Te casarás con Greengrass y antes de los treinta deberás tener un heredero. Necesitas una Alfa y no quiero discutir por eso.
—No necesito ningún Alfa —masculló entre dientes.
—No es un tema de necesitar, debes encontrar uno para formar una familia y asentar cabeza.
—No lo necesita porque ya lo tiene —la voz demandante de Harry se hizo presente y con una mano rodeó la cintura del Omega—. Buen día amor —resaltó y las cejas de Draco se elevaron—. Buen día señor Malfoy, un placer verlo por aquí.
A Lucius no le salían las palabras y por primera vez no tuvo un comentario mordaz para hacer. Miró a su hijo que se lo notaba cómodo ante la cercanía con el niño que vivió.
—¿Eso es cierto, Draco?
—Así es, nos estamos conociendo, es por eso que aún no traigo mi marca —balbuceó siguiéndole el juego a su jefe, deseando por dentro que su padre no se diera cuenta de la falsedad. O quizás era un truco de Harry para poder establecer una relación con el Omega a largo plazo.
El Alfa estaba dispuesto a pelear por el Omega y ayudarlo a salir de esa obligación que sus padres querían imponerle. Aunque eso significara enfrentarse a una de las Alfas más poderosas: Narcissa Malfoy.
