Soy un extraterrestre.
No hay nadie que tenga características similares a las mías. Por lo menos no he conocido a ningún humano que se me asemeje por completo.
En contadas ocasiones he visto que hay individuos que sobresalen. Algunos tienen ojos grandes, tanto que demuestran una emoción sin siquiera hacer una mueca. Otros tienen labios delgados como si no desearan mostrarle al mundo sus ideas. Hay personas que inclusive tienen una frente ancha, lo cual suele dar la apariencia de una cabeza como la mía.
A veces encuentro similitudes. Me hacen sentir…
Soy inútil.
Minion se ha acostumbrado, pero sé que se cansa de repetirme constantemente que debo comer o dormir. Estoy tan obsesionado con mis invenciones que se me dificulta salir de ese círculo vicioso de pensar, planear y ejecutar. Es como si fuera una máquina. No puedo evitarlo. De verdad me gustaría concentrarme menos en mis invenciones para complacer a mi único amigo.
Minion dice que no le molesta recordarme qué hacer porque ha sido enviado conmigo para cuidarme, pero también necesita pensar en sí mismo. Siento que absorbo gran parte de su tiempo.
No es mi intención. De verdad... De verdad, no entiendo por qué soy tan desesperante. Tiendo a recorrer las habitaciones para satisfacer mi necesidad corporal de expresar mi emoción. Ha sido el comportamiento más normal que he adquirido, ya que antes solía brincar mientras mecía mis brazos. Sin embargo, parece que eso no se considera suficiente para los demás.
La primera vez que estaba hablando sobre mi invento con un humano. Fue insignificante que se tratara de una reportera porque pensaba que su memoria sería ineficiente al recordar los aspectos más importantes como para que cualquiera pudiera escudriñar en mí. Así que solté una verborrea digna de mi grandioso cráneo.
En ese momento no creía que fuera así, pero deseaba que alguien...
No es algo que me agrade admitir, aunque es necesario para comprender lo que ocurrió. Soy alguien… ¿empático? Así que escuchar que soy una entidad desesperante fue directo a mi orgullo.
Roxanne Ritchi es demasiado astuta. Ha puesto queja sobre ciertas actitudes que prefiero resaltar porque si demuestro mi naturaleza, ¿cómo podré protegerme? Tengo que ser un super villano. El mejor que Metro Cidad ha visto.
Debo ser la maldad personificada.
Debo seguir mi destino.
Debo…
A veces el roce del viento en mi nuca me provoca escalofríos. Los ruidos altos dejan que mi impulsividad se apodere de mi mente resultando en que rasguñe mis manos. El olor del metal oxidado me causa tal desagrado que rasgo las yemas de mis dedos hasta arrancarme la piel.
Soy repulsivo.
Mi único deseo es huir.
Quiero ser libre de aquello que siento.
Quiero ser normal.
Quiero ser humano.
Es imposible.
Soy un extraterrestre.
No pertenezco.
Nada puede cambiarme.
La única salida de mi cuerpo es morir.
—Señor —Minion estaba frente a mí. Sostenía una bandeja con unas cuantas galletas de chocolate y un vaso con leche. No recordaba que le hubiera pedido que me lo sirviera.
—Minion —No me había percatado que me encontraba mirando hacia el suelo. ¿Cuánto tiempo había estado así?
Él dejó la comida sobre una mesa de trabajo vacía. Algo inusual porque suelo abarcar demasiado espacio para planificar mis inventos y experimentos.
—Señor, estuvo trabajando toda la noche —Parecía cuidar las palabras que usaría—. Ya es de día.
—Oh —Alcé las cejas sorprendido.
—Pensé en traerle galletas y leche para levantar sus ánimos —sonrió levemente.
Es demasiado considerado cuando ni siquiera me lo merezco...
—Muchas gracias —dije observando con detenimiento mi lapicera.
Escuché que Minion se alejaba con sus pesadas piernas mecánicas, pero pronto se detuvo.
—Sabes que estoy aquí para ti —dijo con un tono muy delicado—. Siempre estaré apoyándote.
—Lo sé —susurré.
Hecho por: o-Gale-o
Empezó a escribirse: 13 de enero de 2021.
Terminó de escribirse: 18/09/2023.
Publicado: 18/09/2023.
Última actualización: 18/09/2023.
