Hacer esto es tan raro para mi. Siempre he sido de las personas a las que les encanta leer fanfics más no escribirlos. Pero este año al fin vi esta guapura de serie y no pude evitar escribir todo lo que me venia a la mente, peor aún, tarde todo este tiempo preguntándome si debía publicar mis delirios romanticos. Entonces... esta es mi primer historia ¡yei!

Aclaraciones:

No me considero fugoshi peeeeeero, si me gusta un ship, me gusta y ya. Sorry not sorry.

La historia y los personajes no me pertenecen (solo en mi corazón), no es como que Togashi vaya a leer esto o yo vaya a lucrar con ello, pero veo que todo el mundo lo pone y pues... allá donde fueres has lo que vieres.

No sean rudos :')

- Fiesta de Té con la Araña -

Observó detenidamente los ojos miel que le devolvieron la mirada con una mezcla de determinación y asco.

Le sostuvo la mirada, impasible e indiferente a la situación que se desarrolló frente a él, ignorando los aullidos silenciosos que escapaban de los labios del nuevo juguete de Feitan cada vez que él perfora, desgarra o quema la piel morena bajo su toque.

Era admirable como el muchacho frente a él aguanta la situación sin romperse, dejando como única señal de su dolor los ojos cristalinos y la mandíbula tensa, fuera de eso permaneció estoico cuando la gran mayoría se hubiera desmayado por mucho menos.

"Te cortaré el brazo. Machi puede unirlo y yo lo volveré a cortar. Y podemos seguir así todo el día"

Tortura psicológica…

Debía admitir que aunque las tácticas de Feitan le resultaron repulsivas, fueron de hecho bastante efectivas. Excepto que…

"Ggg..."

…no parecían funcionar con el muchacho de ojos miel.

El corte había sido limpio, bastante profundo. No lo suficiente para arrancarle el brazo de tajo como le había prometido, pero si lo suficiente para cercenar la carne de forma jodidamente dolorosa.

Feitan pareció tomarse mal que el chico frente a él en vez de convulsionar de dolor le mirará con ojos grandes y desafiantes. Levantando la barbilla. Sacando el pecho.

Se le escapó una risilla baja al ver el enojo contenido de su compañero justo antes de que este le soltará tremendo golpe en la cara al pobre diablo frente a él. Seguramente eso le dejaría un morete del tamaño de una pelota de béisbol en la mejilla.

"Feitán, suficiente"

Machi siempre era la voz de la razón en ese escuadrón de locos aunque la mayoría de las veces nadie hacía caso, en especial él. No es que le cayera mal, en realidad se podría decir que era la única ahí que realmente le agradaba -fuera de su hermano, claro- no como los demás, que difícilmente podía tragarles sin querer arrancarse los ojos.

Feitan parecía calmarse un poco. Solo un poco.

"Aun no empiezo Machi"

"Feitan. No ha dicho nada desde que está aquí. Si sigues así lo matarás antes de sacarle una sola palabra"

Esta vez fue un poco más autoritaria. Tendría que ver el hecho de que el líder la había dejado una carga en lo que él no estaba. Y solo por esta vez, Feitan parecía acatar a regañadientes

Vio como Machi se acercaba al muchacho de ojos miel y chaqueta verde -no tan verde después de bañarse en sangre- y comenzaba a coser las heridas más profundas con su habilidad.

Todos se quedaron ahí, observando en silencio como Machi se encargaba de las heridas entre palabras que fingían ser conciliadoras y amables, una treta de tira y afloja que Machi y Feitan hacían de vez en cuando. Pero el chico frente a ellos se mantuvo callado, impávido. Tenazmente serio. Tercamente imperturbable.

Le dio curiosidad…

Porque si había alguien ahí que pudiese soportar una tortura parecida y no hacer una sola mueca, era él mismo y ese chico de ojos miel .

Tendría que darle un nombre pronto si no quería seguir llamándolo de esa forma tan cursi y desentonante.

"Ocupó que alguien lo vigile hasta que el líder vuelva y sepamos qué hacer con él"

Feitan parecía gruñir entre dientes algo sobre terminar el trabajo. Phinks se quejó en voz alta que no era una niñera y Kalluto se mantuvo en silencio. Los demás le importaban una mierda.

Espero unos segundos más antes de levantar la mano, con una sonrisa juguetona en el rostro y saboreandose los labios

"¡Yo me haré cargo! Pero lo vigilare en mi habitación, quiero estar cómodo"

Por un momento todos le miraron. Un poco escépticos en su mayoría. Bufo con molestia rodando los ojos y abandonando el aire juguetón, colocando sobre él nuevamente el manto frío con el que todos parecían estar más cómodos

"¿Qué mierda están viendo todos? ¿Quieren que lo vigile yo o que se las apañe el idiota de Phinks?"

Machi le miró detenidamente evaluándolo, intentando encontrar el truco. El chico de ojos miel le miró también detrás de ella, de una manera que no se identificó y le picó en la piel de una manera curiosa.

"No tienes permitido matarlo"

Machi todo un amor, siempre desconfiando de mi buena voluntad…

"Bien"

Colocó sus brazos tras su cabeza y caminó tranquilamente hasta estar a la altura de ambos, ignorando garrafalmente a todos los demás, en especial al muchacho junto a él.

Machi les miro a ambos antes de ayudar al chico de ojos… ejem, al pobre diablo a levantarse y empujarlo contra él.

Lo tomó firmemente el brazo con una de sus manos -el sano, porque él no era un monstruo- y la otra la atacó hasta su cuello, afilando sus garras y rozando apenas la suave piel canela.

"Si intentas escapar de mi deseo, te habrás quedado con el pequeño sádico"

Y jalo seguramente de él arrastrándolo por el pasillo que llevaba hasta las habitaciones que se habían tomado en ese lugar a medio destruir. Ignorando por completo las cejas alzadas y los gruñidos del imbécil -Feitan- que le caía mal.

En realidad todos me caen mal… o la mayoría al menos…

Lo empujó dentro de la habitación que había tomado para sí y cerró con llave. Feliz de estar en su sitio seguro. Lejos de todos esos psicópatas. No que él no lo fuera, simplemente jamás había conectado con ellos.

Ni con nadie… a excepción de…

Giró su cuerpo y se recargó en la puerta cerrada, cruzándose de brazos y centrando su atención en el chico frente a él.

Mirándolo ahora de pie se daba cuenta de lo alto que era. Tan sólo unos centímetros más bajo que él pero con una complexión mucho más robusta en comparación con la suya, que era mucho más estilizada y atlética, dando la sensación de que era el más grande entre los dos.

Su cabello negro como el carbón parecía tener reflejos verdes a penas visibles y su piel era del color del sol. Tan cálido como uno -lo había confirmado al tomar su brazo entre sus dedos-.

Llevaba ropa verde y negra, botas militares. Ignoraremos los guantes que se han perdido en medio de la tortura y las manchas de sangre ya seca que baña la tela.

Pero lo que más resalta en él no es su cabello carbon o su ropa del color del bosque. Sino esos ojos grandes, cálidos y retadores que le miraron con cautela. Interrogantes.

Desvío la mirada. Machi había tenido la amabilidad de amarrar sus manos antes de empujarlo contra él y solamente había tratado las heridas que podía significar una muerte por desangramiento, su brazo derecho era un asco y su rostro ya lucía él color de la sangre molida después de recibir tremendo golpe tan solo un rato atras.

"Siéntete cómodo… eh…"

Calló al darse cuenta que en efecto no sabía el nombre de la persona frente a él. Y era poco probable que se lo dijera. Tampoco es que le importe tanto el nombre de un hombre muerto. Porque estaba seguro que lo matarían. Pero una voz se oyó en la habitación silenciosa, fuerte pero cálida.

"Gon. Gon Freecs. Pero puedes llamarme Gon"

gon…

El nombre le supo fresco en el paladar. Tan fuera de lugar entre esas paredes grises y descoloridas. Radiante en medio de esa habitación a medio iluminar.

"¿Y tú eres…?"

Lo miro dos segundos antes de enfocar nuevamente su mirada en esos ojos miel que le habían resultado tan atrayentes desde que habían conectado con sus ojos azules. El chico de ojos miel. gon…

"Killua. Killua Zoldick"

¡Fin del Capitulo!

Avances del siguiente cap~

"Entonces... que edad tenias cuando creíste que podrías atrapar a la Brigada fantasma?"

Gon suspiró antes de responder con ojos entre cerrados y orejas coloradas.

"13 años..."

Y las carcajadas resonaron por todo el lugar, de manera estridente y sardónica. Nunca había oído una idiotez tan grande...

¡Saluditos! Espero les haya agradado...

Creo que subiré unos caps más y ver si esto termina agradando...