Lalalalalala~ Dejaré esto por aquí y me iré lentamente…
¡Hoy tenemos episodio cortito! No nos falta mucho para que terminemos este delirio. Muchas gracias por leer~
Fiesta de té con la Araña
7mo. Día Segunda Parte
Un Desenlace Inesperado
Observó la sopa frente a él, llevándose la primera cucharada a la boca. Degusto más tiempo del normal antes de tragar el bocado. Doloroso, sí. Pero manejable.
"Entonces… tuviste desacuerdos con tu familia hace cuatro años y eso te orillo a huir junto con tu hermano. Se escondieron con la Brigada porque ambas organizaciones están enemistadas y ahí te reencontraste con Gon hace unos días, pero pensaban matarlo por lo que pasó hace siete años así que decidiste ayudarlo y ambos huyeron. Tu hermano se quedó con ellos y ahora ustedes están en busca de tu hermana que es rehén de tu familia…"
Simplificó Kurapika mientras él da otro trago de su sopa. No se comparaba a la de Gotoh pero estaba sinceramente buena.
"Si. Cómo dije, no tiene nada que ver con lo de tu clan -contestó Gon malhumorado, como si fuese a morder en cualquier momento al rubio- tampoco se unió porque compartiera sus ideales. ¡Por eso debes disculparte con Killua!"
Infló las mejillas ante la ensalada del rubio y los emparedados de los otros dos. Jodido Kurapika. Así como estaba de lastimada su garganta, sopa era lo único que podía comer del menú sin ahogarse.
…espera ¿Qué?
"¡Gon!"
Ambos le replicaron al joven de mirada obstinada, su voz más ronca y adolorida que la del mayor. Pero Gon no cedió, cruzándose de brazos ante el rubio con la molestia de alguien que no está dispuesto a seguir torciendo un brazo.
"Gon. Llevemos la fiesta en paz…"
Rodó los ojos con molestia y pena. Se nota que Leorio de entre esos tres es el de carácter más endeble. Bueno, siendo justos. Que tan arbitrario puedes ser entre tu pareja y alguien que ves como un hijo.
Porque si, está seguro de que esos dos son algo.
"Yo lo intenté, pero Kurapika fue el primero en usar nen en la mesa. ¡Y ni siquiera se disculpó con Killua!"
"Es una araña"
La mirada de Gon se afiló, los ojos de Kurapika brillaron y él tomó otra cucharada de sopa. Quizás era mejor acabarla antes de que la mesa saliera volando -de nuevo- por los aires como hace un rato.
"¡Yo también!"
"No es lo mismo, Gon"
"¡¿Por qué no?!"
"¿Te lo vas a comer? -preguntó cómo quien no quiere la cosa. Leorio despegó su vista un segundo de los otros dos solo para ver cómo apuntaba a uno de los pequeños emparedados en su plato. Negó tieso, perplejo ante su falta de interés en los otros dos. Sonrió tomando la pequeña pieza acercándola a su boca, dando mordiscos pequeños y tomando cucharadas abundantes de sopa para pasarla sin problema- esta bueno"
"¿No te preocupan estos dos?"
Giró su vista al par obstinado. Ambos de brazos cruzados y miradas desafiantes, atacando y contraargumentando ante cada palabra que el otro soltaba.
Dio otra mordida a su sándwich robado. No sabía que Gon podía ser tan agresivo, mentalmente hablando…
"No. Estará bien"
"¿Cómo puedes estar tan seguro?"
Hundió los hombros ante la pregunta. ¿Cómo podría estarlo? Gon solo había actuado así ante él cuando debía enfrentar un fiero rival, pero supone que eso es suficiente. Después de todo, Gon había resultado victorioso en situaciones mucho peores. ¿Por qué habría de preocuparse?
"Confío en él"
Palabras tan ligeras nunca habían salido de su boca. Se sintió casi sorprendido de haberlas pronunciado en voz alta.
Leorio pareció suavizarse ante su respuesta, dejando de lado la ansiedad y comenzando a comer de su plato, acompañándolo en la merienda mientras los otros dos discutían acaloradamente.
"Y entonces… ¿Son novios o algo así?"
"¡Si!"
La pregunta le atragantó. Aunque no tanto como el grito entusiasmado de Gon al afirmar, dirigiendo toda su atención a la plática de Leorio y dejando a Kurapika con la palabra en la boca.
"Bueno, no se lo he pedido formalmente, creí que no era necesario después de las cosas que hemos hech… -le dio un codazo tan fuerte que por un momento temió haberle roto una costilla- ¡Pasado! ¡Las cosas que hemos pasado! -le dirigió un puchero molesto después de tremendo desliz, mientras Leorio sonríe con picardía y Kurapica arruga el ceño. Gon solo atino a mirarle apenado antes de proseguir- ¿Verdad, Killua?"
"¡¿Pero de qué estás hablando estúpido?!"
Gon abrió los ojos sorprendido, como si acabara de caer en cuenta de un dato muy importante.
"¡Oh! ¿¡Querías que lo hiciera formal, Killua!?"
Estrelló su cabeza en la mesa, azorado. Gruñendo barbaridades en voz baja. ¿Cómo se puede ser tan inocente y tan sexy al mismo tiempo? Y tan tonto, claro. Definitivamente Gon era la persona más random que había conocido jamás. Y de eso que conocía a Illumi, Hisoka y toda la Brigada. Eso ya era mucho, mucho decir.
"Ooooh… ¿Por eso estás gruñón? ¡No te preocupes Killua, prometo compensarlo! Te llevaré a una cita romántica, te regalaré flores, te pediré ser mi novio y después podemos hacer dulcemente el amofhs csngfte ifjg tudh queidjtes…"
Metió lo que le quedaba de emparedado en la gran bocaza de su -al parecer- novio de manera grosera, buscando asfixiarlo.
"¡Gon! ¡Eres tan sinvergüenza!"
Y Gon sonrió tontamente, con la boca llena y los ojos brillando de emoción, seguramente ideando en su cabeza la cita perfecta y a él la vergüenza le explota en la cara con el doble de fuerza.
Tenían muchas cosas que hacer antes de pensar en citas melosas y cenas románticas que terminaran en cuerpos entrelazados. Su hermana. Su pobre hermana estaba esperándolo. Y si Gon quería ser parte de su rescate debía concentrarse solo en eso.
Por esa misma razón abrió la boca para reñirle lo poco serio que está siendo al respecto cuando una voz lo interrumpió.
"Killua -le llamaron- quiero hacerte una propuesta"
Ambos giraron la cabeza hacia el único rubio en la mesa. Leorio estaba serio. Gon ya no sonreía. Levantó una ceja escéptico.
¿Estamos para propuestas después de que casi me matas? ¡Debes estar de puta broma!
Está por mandarlo a la mierda con todas sus letras, pero Kurapika pareció leer su respuesta, anticipándose.
"Gon mencionó que tienes una hermana cautiva"
Cerró la boca, tronando los dientes hasta casi romperlos. Bien, no había burla ahí, pero por un momento de verdad sintió ganas de darle un puñetazo a su novio el bocazas y otro a su amigo el metiche.
"¿Y si yo te dijera que puedo ayudarte? Que, si me das el tiempo necesario, puedo hacer que tu hermano jamás vuelva a intentar lastimarlos a ambos… -Kurapika hizo una pausa, como si quisiera plantar en él la semilla de la duda antes de continuar- a cambio de que me des toda la información que puedas de la Brigada"
El mareo que le siguió a esas palabras le dreno el poco color en el rostro que había ganado después de casi morir estrangulado como un pobre diablo.
Bajo la mirada, desorientado.
Siempre había pensado que su familia no se había acercado a Kalluto y a él por estar rodeados por la Brigada.
Pobre idiota.
Había sido muy inocente -o muy estúpido- al respecto, su pequeño hermano le había protegido de la trágica verdad. Lo cual le jodía, se supone que él era el mayor, él debía protegerlo, procurar su bienestar. No al revés.
Y ahora se venía a enterar de que nunca estuvo a salvo, nunca hizo las cosas bien. Sus hermanos habían pactado con el mismísimo demonio por brindarle el mundo, la libertad que tanto anhelaba.
¿Y ahora qué?
Tragó saliva dolorosamente, el temor le embargó. ¿Podría recuperar a Alluka él solo? ¿Podría protegerla después de eso? Podría… ¿Podría luchar contra su hermano? ¿Contra su familia?
La duda le revolvió el estómago y la ansiedad le comió el temple. Pronto comenzaría a hiperventilar. Está por salir corriendo, porque nunca ha tenido un ataque de pánico estando rodeado de gente.
Mostrarse vulnerable frente a otros casi le arranca lágrimas amargas. No quiere la lástima de nadie, ni su simpatía.
Y la luz llegó a él. El sol brilla hermoso cuando una mano se cierra sobre la suya bajo la mesa. Con una seguridad contagiosa, con cariño que se desborda. Respingo al entender. Gon no le mira, pero el mensaje es claro. Gon estará ahí para él. No está solo, no más.
Había llegado la hora de agarrar valor. Había llegado el momento de hacer lo que no había hecho hace cuatro años y… partirle la cara a su hermano mayor.
"¿Qué me dices, pequeña araña?"
¡Y la puta madre, claro que lo haré con o sin ayuda!
"La respuesta es simple ¿No? -sonrió descarado, recuperando la compostura y meneando la mano libre de forma desdeñosa- yo no le debo nada a esos asesinos, su vida no está por encima de la de mi dulce hermana. Lo que les pase no me importa…"
No. Las veces que Machi le había puesto una mano en el hombro durante los momentos difíciles no significaban nada. Las veces que Phinks le había invitado a entrenar eran solo ventaja personal. Las pláticas que había tenido con Chrollo no eran divertidas ni interesantes, solo era pasar el rato…
Mentiroso.
Apretó la mano de Gon, esperando que no le odiara lo suficiente por lo que diría a continuación. Los ojos carmesí le miraban fijamente sin perder detalle.
"...o eso me gustaría decir, pero no puedo. Di mi palabra a cambio de la libertad de Gon, no traicionare esa palabra -giró su rostro, buscando la mirada de su primer amigo, el chico de ojos dorados que le había robado el corazón- sé que tú no les debes nada, te torturaron, te lastimaron… si quieres contarle lo poco que sabes no te detendré, pero entiéndeme, por favor…"
No tuvo que preocuparse mucho al respecto. La mirada de Gon era tan cálida que le calentó las mejillas tanto como el corazón.
Oh. Este chico estúpido… cómo me encanta…
Se concentró nuevamente en el único sobreviviente del clan Kuruta y continuó.
"Lo siento mucho por tu clan, de verdad… -ablando la mirada, había experimentado en carne propia el dolor de perder a alguien que amaba, no imaginaba lo que sería el dolor de perderlos a todos- no me opondré a tu lucha, pero no puedo ayudarte. Lo siento…"
Lo siguiente ocurrió tan rápido que más adelante lo recordaría como un evento muy confuso.
Había visto a Leorio suspirar aliviado. Y Kurapika, contrario a su imaginación afirmó tranquilo, con una sonrisa amigablemente triste surcando su rostro. Después un dolor brusco le lastimó el costado derecho.
Gon le había tacleado y ambos habían rodado hasta el suelo.
¡Este… este idiota!
Le empujó sin cuidado fuera de su cuerpo, ligeramente desorientado por el golpe y muy, muy cabreado debido al dolor en su hombro. Pero vergonzosamente, el muy maldito es más fuerte que él -maldito potenciador- y se le prende como garrapata al cuerpo, aullando alabanzas a su nombre y eso… ¡Eso es peor!
"¡Mi novio es tan nobleee! -chillo para vergüenza suya- ¡Yo sabía que eras todo un ángel desde que trataste mis heridas!"
"¡Ahhh, Gon! -chillo llamando la atención de todo el mundo, borboteando tartamudeos nerviosos, pataleando incómodo- ¡Bájate! ¡Bájate!"
"Ey Gon, déjalo respirar"
Y sintió el peso fuera de su cuerpo. Leorio había levantado a Gon de arriba suyo con un solo brazo y le reñía por armar tal alboroto, mientras Kurapika se disculpaba -por tercera vez ese día- con el gerente bigotón del restaurante.
¿Quién carajos son estos locos?
Leorio no parecía tan fuerte y ahí estaba, alzando a Gon como si de un infante se tratara. ¿Quién demonios era en realidad Kurapika y cómo había logrado apresarlo con tanta facilidad? ¿A qué se refería con que podría librarlo de Illumi? ¿Había vencido así a la araña en aquel ataque dónde habían perdido la mitad de sus patas?
"Ey ¿Piensas quedarte ahí todo el día?"
Parpadeó distraído hacia Leorio, que le miraba sonriente. Tan diferente y fresco en comparación con el trato severo cuando recién los presentaron.
Logró sentarse nuevamente a la mesa, Gon lloriqueaba emberrinchado por la interrupción del mayor y Kurapika observaba todo en silencio con un semblante más tranquilo.
"Disculpa a nuestro amigo, es muy efusivo -pico Leorio juguetonamente- pero eso ya debes saberlo"
Fuera las tensiones, Leorio parecía mucho más cómodo con él y él con Leorio. Sonrió con sorna mientras pellizca una de las mejillas abultadas de su hiperactivo amigo, Gon le mira con un puchero tan tierno que le derrite el corazón. Pero aun así, no termina de comprender la efusividad de Gon, ni la soltura con la que los otros dos parecen comportarse ahora.
¿De qué me perdí?
Kurapika respondió su duda con una pregunta.
"¿Entonces cuándo nos vamos?"
Parpadeo confundido, soltando la mejilla rojiza. Gon se enderezó en su asiento, con la seriedad rodeándolo, tanto como cuando ambos esperaban tensos el veredicto de Chrollo.
Tragó saliva.
¿Ha dicho "Nos vamos"?
"Kalluto nos dio mes y medio como mucho antes de que sospechen, pero queríamos rescatar a Alluka antes de que termine este mes. Eso nos deja dos semanas para planear lo que haremos y llegar hasta la montaña Kukuroo"
Observó a Gon, a Leorio y a Kurapika en ese orden, sin comprender.
"Oye, Gon…"
"Ya veo, es tiempo suficiente para analizar a nuestros oponentes y armar un plan de acción -susurró Kurapika, tomando su barbilla pensativo- Leorio, ¿Tú qué opinas?"
"Eh-ey…"
¿Qué mierda está pasando?
"Ustedes saben que esto de los planes no son lo mío, solo díganme qué hacer y lo haré"
Kurapika pareció complacido.
"Gon, haré unas cuantas llamadas y después podemos empezar a planear todo"
Ey, espera…
"Gracias chicos, sabía que podía contar con uste-"
"¡Basta! -gritó alterado- ¡De qué están hablando! ¡Yo no cedí a ningún trato contigo! No entiendo que… no comprendo lo que…"
Calló ante la mirada curiosa de los otros tres, incómodo por perder el control y ser el centro de atención. Pero es que…
"Oh, cierto -la voz de Kurapika sonó ligeramente apenada- no te preocupes por eso"
La ansiedad volvió a asaltarlo ante esta situación que no comprende. La cabeza comenzaba a dolerle por el exceso de pensamientos y dudas.
"No comprendo…"
"Que te ayudaremos, chico -respondió Leorio cómo si fuese lo más obvio del mundo- ¿Qué es lo que no comprendes?"
Se levantó perdiendo el control, empujando violentamente su silla lejos de él. Ignorando por supuesto como el gerente los miraba con cansancio por la nueva escena.
"Killua -le llamó Gon- cálmate…"
"¡De qué carajos están hablando! ¿¡Por qué me ayudan si… si no obtendrán nada de mí!? ¡Esto no es un día en el campo! -bajo la voz ante la siguiente frase- estamos hablando de entrar en el territorio de los Zoldyck ¿Es que acaso son idiotas?"
Los vio intercambiar miradas curiosas -quizás por sus gritos- más no hubo ninguna otra reacción que pudiese leer para entender lo que pasa por la cabeza de estos idiotas.
"Lo sabemos"
Afirmó Kurapika.
"Quizás si lo somos"
Respondió Leorio.
"¿Algo más?"
Preguntó Gon.
Se dejó caer abatido en la silla que Gon había acomodado ante su parsimonia. Personas más fuertes y brillantes habían huido despavoridas solo de oír su apellido. Y aquí estaban estos tres, hablando como si nada de internarse en el dominio de la familia de asesinos más letal en el mundo para ayudarle a él. Un miembro traidor de la araña. Un asesino de élite. El mal encarnado. Lo peor en el mundo.
Quiso reír ante lo retorcido de la situación. Sin embargo, los tres idiotas parecieron apiadarse de él y su salud mental.
"Killua -llamó suavemente Leorio, atrayendo su atención- ayudaste a nuestro amigo. ¿Cómo podríamos no ayudarte después de lo que nos contaron?"
"Yo… pero yo no… el trato…"
"Lo sabemos -tercio Kurapika- ya te lo dije, no te preocupes por eso. Que mantengas tu palabra aún a costa del bien de tu hermana solo demuestra que eres alguien honesto al que vale la pena ayudar"
Los ojos se le aguaron, la alegría le quemó. Se cubrió el rostro con sus manos, intentando disimular las lágrimas que caen, pero no lo logra, la voz rota lo delata.
"Ustedes tres son tan raros… ¡De verdad tan raros! Yo… -tembló sin poderse contener, vomitando su preocupación- yo no quiero que les hagan daño…"
El ambiente es tan ligero que puede sentir las sonrisas a través de su piel. El cariño que vibra le acongoja, porque él no es merecedor de tanto amor, nunca lo ha sido y nunca lo será. Gon era uno en un millón por querer permanecer a su lado, aunque conociera su pasado, los crímenes que había cometido y la sangre que pintaba sus manos. ¿Pero entonces de dónde habían salido estos dos?
"¡Pero ahora somos amigos, entonces eso también te hace un raro!"
"Además eres novio de Gon, eso te haría más raro todavía"
"Uyy, eso es cierto. Bien dicho Kurapika"
"¡Ey! ¡Qué están diciendo ustedes dos!"
Río como un estúpido, las risas de los otros tres se unieron a la suya en una melodía suave pero tan nueva y fresca que se pregunta si está soñando.
Amigos…
¿Así se sentía entonces tener amigos?
…
Próximamente. ~
"Sabes, me arrepiento un poco…"
Entorno los ojos hacia él. Curioso.
"Si no me hubiera concentrado tanto en mis propios asuntos y no te hubiese dejado marchar, quizás podría haber hecho que tú y Gon se conocieran mucho antes… -ladeo la cabeza, confundido. ¿De qué estaba hablando Kurapika?- siento que podrías haber sido una buena influencia para él. Es una pena…"
"¿De qué hablas?"
"¿Oh? ¿De verdad no me recuerdas?"
Saluditos~
