Notas:

Al final decidí dividir este capítulo en dos partes porque definitivamente iba a quedar super largo. Y aun así este capitulo se me hace extenso en contenido.

En fin, debo decir que este capítulo y el que sigue serán un sube y baja de emociones, porque como dice la descripción de este fic, la maternidad y los embarazos no son de color de rosa. Y mucho menos para alguien tan terca como Maki

Y lo admito, me encanta escribir dramas como este y sé que quizás algunos de ustedes podrán sentirse con mil emociones mientras leen este capítulo.

No se preocupen, todo va a estar bien, lo prometo.

En fin, espero les guste ❤️


13. En Medio De La Tormenta (Parte.1)

🌊 Verano 🌊

A veces nuestros errores, se convierten en una tormenta a la que debemos resistir para lograr sobrevivir a ella


06 de Julio.

08:03 a.m.

Barrio de Shinjuku.

La lluvia caía con intensidad. El cielo estaba completamente oscuro. Las calles estaban vacías debido a la alerta de tifón que habían lanzado las autoridades durante la tarde del día anterior. Así que se suponía que la mayoría de la población estaba refugiándose.

Pero no toda la gente estaba en casa en ese momento. Para el oficio de hechicero, ni en desastres naturales podían descansar.

La misión "Ojo de tormenta" había comenzado y los pocos hechiceros disponibles en aquel momento se encontraban reunidos bajo la carpa que servía de cuartel de operaciones, la cual había sido improvisada en una de las calles principales de Tokio.

Entre los hechiceros ahí presentes, se encontraban Nobara, Megumi, Itadori, Toge, Panda y Okkotsu.

Yuta observó a todos lados, pero aún no había señales de su esposa en aquel punto de reunión.

—¿Maki, Dónde estarás?— Yuta se preguntó mentalmente. Estaba demasiado preocupado por ella.

Una voz empezó a darles instrucciones.

—¡Muchas Gracias por haber venido el día de hoy!— dijo Ijichi por el megáfono. Su voz apenas se alcanzaba a escuchar debido a la lluvia que caía y golpeaba la carpa.

—¡Se que esta misión será complicada, así que debemos hacer nuestro mayor esfuerzo para terminarla pronto, ya que el tifón no tardara en tocar tierra en las próximas horas! — siguió hablando —¡Una vez acaben su misión asignada, podrán retirarse a casa!

Ijichi limpio levemente sus lentes, los cuales se empañaban por la humedad.

—¡Algunos alumnos estarán acompañando a algunos de ustedes para hacer más rápido todo este trabajo! ¡Así que entre todos vamos a tener que apoyarnos!— decía Ijichi mientras sujetaba su tableta con la mano izquierda y con su mano derecha sujetaba el megáfono.

—¡Cómo se les comunicó ayer, sus puntos de trabajo ya les han sido asignados de acuerdo a su grado en hechicería! ¡Si tienen alguna duda sobre qué punto en la ciudad les tocó, pueden acercarse a mí y se los diré una vez más!
¡Bien, antes de partir, debo darles algunas recomendaciones sobre en qué casos deben suspender la misión y evacuar de inmediato!— siguió dirigiéndose a los presentes.

—¡Si notan que la maldición o las maldiciones contra las que están luchando se vuelven cada vez más fuertes por la tormenta y sienten que no podrán derrotarlas, lo mejor será que deserten la misión y huyan de ahí! ¡Las maldiciones nacidas de la naturaleza se vuelven más peligrosas cuando están expuestas a los elementos de los que nacieron!

Siguió explicando mientras leía el objetivo de esa misión.

—Este es el principal motivo por el cual se decidió hacer esta misión antes de que el tifón toque tierra, para así eliminar a la mayor cantidad de maldiciones nacidas del miedo a este fenómeno natural — miro a los hechiceros.

—Protección civil junto con algunos paramédicos y bomberos que nos conocen, nos estarán apoyando en toda esta misión, ellos se encargar de abrirnos paso por las calles en caso de que lo necesitemos, así como nos brindarán ayuda en caso de haber lesionados— Ijichi aclaro su garganta para seguir hablando por aquel megáfono.

—Y la principal recomendación por parte de ellos, es que si en la zona donde están notan que empieza a subir demasiado el agua, deserten la misión y huyan. Lo principal será que se pongan a salvo.
Ya Después de que baje la inundación volveremos al lugar para acabar con la maldición o maldiciones— miro rápidamente su tableta.

—Estaremos trabajando contra reloj, se nos ha dado un lapso de máximo dos horas para acabar con la mayor cantidad de maldiciones que se nos sea posible. Así que si para antes de las once de la mañana, no han terminado, lo mejor será que abandonen la misión hasta nuevo aviso. Ya que se espera que para esa hora el tifón ya haya ingresado a la ciudad y se sabe que vendrá con fuertes vientos que nos ponen en peligro a todos.

Ijichi suspiro.
—Y Como última recomendación tenemos que si en el caso de que se topen con algún civil, lo principal será tratar de sacarlo de la zona y ponerlo a salvo. Traten de guiarlo hacia protección civil. Ellos los guiarán a los refugios que ya se tienen preparados en varios edificios de la ciudad. Y en caso de que ustedes deban abandonar la misión por cualquier asunto ajeno a la academia. Por favor, avísenme o avisen lo con alguno de sus compañeros.

Ijichi miro a los presentes.
—¿Tienen alguna duda?

Pregunto, pero nadie de los presentes levantó la mano ni dijo nada.

—Muy bien. Siendo las 08:11 a.m. damos iniciada la misión "Ojo de tormenta"... suerte— contesto acomodando sus anteojos.


08:03 a.m.

Mientras aquella reunión se estaba llevando a cabo.

Por otro lado estaba Maki, quien no podía levantarse de la cama.

La pobre se revolvía en su cama, estaba sudando y temblando aun estando dormida.

De nuevo estaba teniendo una pesadilla, en la cual, parecía que todos sus miedos más recientes con su maternidad y los fantasmas de su pasado la atacaban una vez más. Todos iban con el mismo objetivo, matar a su bebé.

—¡No! ¡Mi bebé!—gritó Maki, despertando de golpe.

Se incorporó, sentándose mientras lloraba amargamente.

Trataba de recuperar el aliento.
—Solo...— jadeo — Fue una pesadilla...— sollozo y acaricio su vientre mientras trataba de calmarse.

—Ya todo está bien... solo fue un mal sueño...— se decía a sí misma, dando un suspiro de alivio mientras se recargaba en sus almohadas.

Pero ese alivio desapareció muy rápidamente.

De repente, aquella madre primeriza sintió un extraño dolor por todo su cuerpo, era una especie de calambre que le recorría todo su organismo como si fuera una corriente de electricidad, pero ese dolor se agudizaba en la zona de su vientre.

Aquel dolor hizo que Maki se inclinara un poco hacia delante, apretando sus manos sobre las cobijas.

—¿Qué fue eso? ¿Qué me está pasando?— se preguntó al sentir que aquella extraña y dolorosa sensación desapareció rápidamente. Incluso un escalofrío recorrió su piel.

Se quedó paralizada por un minuto, esperando a ver si ese dolor volvía a aparecer y analizaba que podría ser aquella extraña sensación.

Pero aquel dolor no volvió en aquel momento.

Maki acaricio su vientre y sintió el agitado movimiento de su bebé, parecía que ese pequeño también andaba inquieto al igual que ella.
—Tú también andas muy movido aquí dentro...— era la primera vez que sentía que su bebé se movía un poco más de lo normal.

—Quizás nos sentimos así por esa estúpida pesadilla, pero ya todo está bien, ellos no pueden hacernos daño— se limpió el sudor de la frente y empezó a observar a su alrededor.

Maki escucho como la lluvia chocaba con fuerza contra su ventana, la habitación estaba levemente iluminada por la tenue luz que entraba por las cortinas.

De verdad, se sentía un tanto inquieta. Sentía como si algo no anduviera bien.

—¿Qué hora es?— se preguntó mientras buscaba su celular.

Mientras pasaba sus manos por las almohadas, miro el espacio vacío donde dormía Yuta. Realmente lo extrañaba, pero aún le costaba admitirlo por su orgullo.

Suspiro —Quizás acabando esta misión, pueda marcarle para hablar de todo esto...— pensó.

Rápidamente miró la hora en su celular, eran las 08:12 a.m.

—¡DEMONIOS SE ME HIZO TARDE! ¡LA MISIÓN YA EMPEZO!— Dijo muy apurada, quitándose de golpe las cobijas de encima y bajando los pies de la cama.

En el momento en que se puso de pie, sintió que la cabeza le daba vueltas.

Sintió que su cuerpo empezó a hormiguear de nuevo y de paso sentía como si todas las sensaciones que percibía a través de sus sentidos se hubieran agudizado al grado de marearla. Lo peor vendría segundos después, ya que de nuevo, un dolor en las caderas y en su vientre la aquejo que hasta hizo que se inclinará una vez más hacia adelante.

Pero de nuevo todos aquellos dolores duraron segundos.

—¿Qué me estará pasando?— se preguntó confundida mientras sus manos apretaban las sábanas.

Aquella sensación fue demasiado pasajera. Realmente Maki no entendía que le estaba pasando.

Recuperó el aliento.
—Quizás todo es mental, tal vez esa pesadilla me dejo muy mal. ¡Vamos Maki! ¡Se te está haciendo tarde! ¡Debes apurarte!— se dijo a sí misma, volviéndose a poner de pie y yendo rápidamente al baño.

—¡Debo darme prisa! ¡Que Estúpida soy! ¡Programe mal la alarma! ¡Agh!— se regañó a sí misma mientras se ponía rápidamente su ropa y peinaba su cabello.

—¡Ya es muy tarde!

Se apuro a ir a la cocina para tomar sus vitaminas pre natales, las cuales tomo con un vaso de agua.

—Perdón mi pequeña semilla de Soja, pero hoy estamos muy apurados para hacernos de desayunar — saco rápidamente un jugo del refrigerador y tomo unas rebanadas de pan, las cuales comió demasiado apurada.

Al dar un paso más, de nuevo sintió aquella rara sensación de vértigo en su cuerpo y de nuevo sentía que su cabeza daba vueltas que hasta tuvo que sujetarse de la mesa de su cocina.

—Debe ser por las prisas lo que hace que me sienta mareada— se dijo a sí misma, estaba demasiado apurada como para detenerse a pensar que quizás su cuerpo le estaba alertando de algo.

Antes de salir del espacio de la cocina, tomo rápidamente una manzana para comerla en el camino. Después se fue corriendo al sofá para tomar su bolso.

Agradecía que aquella bolsa era lo único que había arreglado desde el día anterior. Metió su manzana en su bolso y corrió hacia la entrada de su apartamento.

Una vez estando frente a su puerta, tomó sus botas y se las empezó a poner a toda prisa.

Mientras se ponía aquel calzado, de nuevo se sintió un tanto mareada. Pero Maki lo seguía asociando a las prisas y a aquella pesadilla. Grave error.

Rápidamente tomo sus llaves y se dispuso a salir de su casa.

—¡Buenos días Okkotsu san!— saludo su vecina de enfrente, quien estaba barriendo la entrada de su departamento. —¿Esta todo bien? ¿Vas a salir con esta tormenta?— pregunto preocupada aquella mujer.

Maki apretó los ojos con fuerza al escuchar la voz de su vecina. Por una razón que desconocía, parecía que esa voz la escucho con demasiada fuerza, era como si le hubieran gritado en su oído.

—Buen día señora Kimura y si... debo... salir por una emergencia...— Arrastró las palabras. Incluso la boca le empezó a saber amarga, empezó a sentir demasiadas ganas de vomitar.

Mientras aseguraba su apartamento cerrándolo con llave, Maki de nuevo sintió que todo le daba vueltas, incluso de nuevo sentía aquella extraña sensación invadir su vientre, que incluso la hizo inclinarse de nuevo hacia el frente.

La peliverde empezó a sentir que su respiración se iba. Todo le daba vueltas y su vista se empezaba a nublar.

Definitivamente algo andaba mal con ella.

Aquel gesto de dolor lo noto su vecina.

—¿Okkotsu san, te encuentras bien?— pregunto la señora Kimura con preocupación.

Maki dio un paso atrás, sus manos se aflojaron que hasta dejo caer sus llaves.
Sentía que todos sus sentidos se aturdían, todo le daba vueltas y aquel dolor la seguía aquejando.

—Mi bebé...— dijo Maki con una voz llena de dolor, sintiendo como todo se ponía oscuro.

—¿Bebé? ¿Cuál bebé? ¿Mi niña estas bien? — aquella mujer pregunto preocupada.

Pero Maki no aguantó más. La pobre se sintió tan mal que en ese momento se desmayó, cayendo de costado contra el suelo.

—¡Okkotsu san! ¡Rápido, alguien ayúdenos!— grito aquella señora acercándose muy asustada a atender a Maki.

La señora Kimura abrió muy grande los ojos al ver como en aquella posición, podía verse el vientre abultado de Maki.

—¡Mi niña! ¡Estas embarazada! ¡Rápido que alguien me ayude!— grito con más fuerza mientras observaba como Maki sudaba demasiado y aún inconsciente parecía quejarse de dolor.

Aquellos gritos llamaron la atención de una vecina que vivía en el departamento de a lado de la señora Kimura.
Esta chica era igual de joven que Maki, pero esta era soltera y trabajaba solo medio tiempo.

—¿Qué sucede?— se asomó por su puerta y se preocupó por lo que estaba viendo ahí fuera.

—¿Que le pasó a Okkotsu san?— pregunto muy asustada mientras salía de su apartamento y se acercaba a ellas con rapidez.

—¡Se desmayo! ¡La pobre parecía retorcerse de dolor! ¡Además está embarazada, debemos hacer algo rápido, ya que tiene temperatura!— contesto la señora Kimura muy preocupada, sintiendo como Maki ardía en fiebre.

—¿Embarazada? ¡Oh Dios mío! ¡Y con este Tifón! ¡Esperemos que los servicios de emergencia estén operando!— dijo esa joven mujer mientras corría hacia su departamento para tomar su teléfono celular.

—¡Rápido, Llama a una ambulancia!

—¿Pero a que hospital pido que la trasladen? ¿Llamo directamente a emergencias o a algún hospital en particular?— pregunto aquella joven con su celular en mano. La pobre temblaba de nervios.

La señora Kimura reviso rápidamente el bolso de Maki, ya que al desmayarse, lo dejo caer haciendo que de el saliera sus cosas, entre ellas su celular, la manzana, el colgante de embarazada y su libreta boshi.

Reviso rápidamente aquella libreta, esto porque sabía de experiencia que a veces ahí debía haber un número de emergencia o de algún médico particular con quien estuviera tratándose una embarazada.

—¡Marca a este número! ¡Pero Rápido! ¡Okkotsu san parece estar sufriendo demasiado aun estando inconsciente!— Contestó la señora Kimura, sacando de la libreta, aquella tarjeta de presentación que Shoko le había dado a Maki de su conocida que también era médico.

Aquella chica marco rápidamente aquel número.

—¡Hola! ¡Necesito que manden una ambulancia! ¡Tenemos a una de sus pacientes desmayada y esta embarazada!— dijo la joven vecina mientras le atendían aquella llamada.

—Vas a estar bien Okkotsu san, tú y tu bebé van a salir de esta— comento la señora Kimura, sujetándole la mano derecha.

Esas dos mujeres cuidaron de Maki en todo momento, quien aún inconsciente se quejaba de dolor.

Trataron de bajarle la temperatura con algunos trapos húmedos y sobre todo, le hicieron un poco de presión en la frente para que dejara de sangrar, ya que en la caída, esta se había golpeado la cabeza y se había hecho una pequeña herida en el lado izquierdo.

Incluso hubo instantes donde parecía que Maki trataba de recuperar el conocimiento, pero le costaba abrir los ojos. La pobre sentía su cuerpo hormiguear de manera extraña. Quizás se debía a su restricción celestial aquella situación.

La señora Kimura tocaba por momentos el vientre de Maki, tratando de asegurarse de que ese bebé estuviera bien.

Tratando de sentir los movimientos de ese pequeño y vigilaba que aquel pequeño vientre no se pusiera duro o que Maki no empezará a sangrar o a perder líquido, ya que eso podía significar que ella podía estar sufriendo un aborto.

La ambulancia tardo cerca de treinta minutos en llegar debido a la tormenta, la cual había incrementado demasiado. El tifón ya estaba tocando tierra, parecía que llegaría mucho antes de lo previsto.

Aunque el camino al hospital fue un tanto movido debido a la lluvia. Fue posible llegar casi de milagro a aquel lugar donde la conocida de Shoko trabajaba.

Estaban a contra reloj y tenían también que contactar a Yuta.


09:20 a.m.

—Esta fue la última maldición de este callejón— comento Yuta guardando su espada.

La lluvia caía con intensidad. Yuta había logrado acabar con varias maldiciónes de primer grado que se habían formado fuera de aquel centro comercial que se encontraba cerrado por aquella emergencia.

En aquel instante, él se estaba refugiando de bajo del pequeño techo que tenía una farmacia que estaba a un lado del centro comercial.

—¿Ya terminamos aquí?— pregunto Rika.

Aquella maldición también estaba ayudando en aquella misión.

—Si, ya terminamos en esta zona ¡Buen trabajo Rika-chan!— Yuta sonrió un poco, mientras se acomodaba la capucha de su impermeable.

— Aunque ahora quiero que vayamos a la zona que le tocó a Maki. — contesto secando un poco el sudor de su frente. Luchar bajo la lluvia no era nada fácil.

—¿Yuta está preocupado por Maki y por el bebé?— pregunto Rika. Ella detectaba la preocupación de él.

Yuta suspiro y puso su mano sobre la cabeza de esa maldición. —Si, estoy preocupado por ambos, simplemente tengo un raro presentimiento y quiero asegurarme de que estén bien.

—Rika va a proteger a Maki y a ese bebé— empezó a hablar aquella maldición.
—¡Sobre todo Rika va a proteger a ese bebé, porque ese bebé lleva la sangre de Yuta! ¡Y Rika debe proteger todo lo que sea de Yuta!

Aquel hechicero sonrió levemente, aun le parecía sorprendente que esa maldición dijera esas cosas a pesar de ya ser un caparazón —Yo sé que cuando ese bebé nazca, tú vas a cuidar mucho de él o de ella y serás una buena guardiana— acaricio levemente la cabeza de Rika.

Esa maldición soltó un pequeño ruido que parecía ser una risa. Aunque esta Rika ya no era la original, parecía que seguía guardando algunas memorias de la anterior Rika Orimoto, incluso aún conservaba su amor por él.

Además, esta Rika actual parecía ser más dócil, sobre todo porque ella servía como almacén tanto de armas como de reserva de energía para Yuta.

—¡Vamos Rika! ¡Es mejor que vayamos al lugar donde a Maki le toco su misión! ¡Quizás ella necesite ayuda!— comento quitándose el anillo y guardándolo, esto para ahorrar energías por si debía usarla una vez más.


09:35 a.m.

Yuta se dirigió a la zona que le habían asignado a Maki. La cual no quedaba muy lejos de donde él había estado, así que llegó corriendo ahí en cuestión de minutos.

A su esposa le habían asignado una calle cerca de una estación de tren.

Pero al llegar, Yuta se llevó una sorpresa, ya que la escena era un tanto siniestra bajo la lluvia.

Había varios paramédicos atendiendo a tres estudiantes, los cuales estaban heridos pero fuera de peligro. Había mucha sangre en el suelo, la cual estaba siendo arrastrada por la corriente de agua.

Y esparcidos por aquella calle, estaban los restos de una maldición que al parecer había tenido forma de gusano.

Junto a los alumnos, quienes estaban siendo atendidos bajo el techo de un local. Se encontraba Megumi, quien por suerte había llegado a salvar a esos chicos y junto a él había un asistente.

—¡Fushiguro Kun!— Yuta corrió hacia ellos, estaba preocupado por lo que estaba presenciando.

—¡Okkotsu senpai!— respondió el azabache, sorprendido de ver a ese hombre ahí.

—¿Qué paso aquí? ¿Cuál es la situación?— pregunto Yuta recuperando el aliento.

—¡Sucede que estos alumnos estaban peleando contra esta maldición que resultó ser de categoría semi especial!— Megumi comenzó a explicar y empezó a levantar un poco la voz ya que la lluvia empezó a caer con más intensidad y las corrientes de viento empezaron a chocar contra las cosas.

—¡Los pobres resultaron bastante lastimados, pero lograron debilitar a la maldición! ¡Si no hubiera llegado a tiempo, quizás hubieran muerto! ¡Y más que se encontraban sin supervisión! ¡Ellos se suponían estaban a cargo de Maki! ¡Pero ella nunca llego! ¡Y No sabemos dónde está!— dijo con un tono de estar bastante preocupado por su familiar.

—¿Qué? ¿Cómo que nunca llego?— grito Yuta, estaba demasiado preocupado.

—¡Nadie la ha visto y mucho menos contesta su teléfono! ¡Los asistentes no logran dar con ella! ¡Tampoco los alumnos lograron contactar con ella, por eso iniciaron la misión sin un tutor!—explicó Megumi.

—¡Y La situación aquí solo está empeorando, el tifón llegó mucho antes de lo pensado!— dijo el azabache observando como la lluvia caía con mucha más intensidad que antes y notaba como el agua empezaba a subir en esa calle.

Los paramédicos empezaron a subir a esos alumnos a la ambulancia. Aquella zona ya era de riesgo. Así que debían salir de ahí antes de que el agua subiera más.

—¡¿Dónde podrá estar?!— Yuta estaba frustrado.

Pero parecía que su pregunta iba a ser contestada en aquel instante.

El celular de Yuta vibro con desespero. Aquel número no lo conocía, pero un presentimiento le decía que debía contestar.

—¿Hola?

—¿Señor Okkotsu?— comento la voz de una mujer al otro lado de la bocina.

—¿Si quien habla?— pregunto algo preocupado.

—Me presento, soy la doctora Azumi Satō, Hablo del hospital Tokio Medical and Maternal, Hablo porque se trata sobre su esposa Maki Okkotsu — dijo aquella voz femenina.

Su voz se elevó en un grito de preocupación —¿HOSPITAL? ¿QUE LE PASO A MI ESPOSA? ¿ELLA ESTA BIEN? — preguntó. Aquellas palabras hicieron que hasta a Megumi se le helara la sangre.

—Señor, le informo que su esposa y su bebé llegaron de emergencia. Por el momento no puedo darle más detalles de su situación, pero necesitamos que venga lo más urgente posible— comento aquella doctora por la bocina.

—¡Iré enseguida! ¡Tratare de llegar lo más pronto que pueda! ¡Estoy cerca de ese hospital!— dijo Yuta todo preocupado.

—De acuerdo. Aquí lo estaremos esperando— comento aquella mujer antes de terminar aquella llamada.

La mirada de Yuta estaba desencajada, sus ojos se humedecieron, incluso su mano se fue a su boca ya que sentía que le faltaba el aire.

Estaba en un estado de Shock por la noticia que había recibido. ¿Y si algo malo le había pasado a Maki y a su hijo? ¿Habrían sufrido un accidente de camino a la misión? O ¿si le pasó algo más? Miles de preguntas lo empezaron a bombardear.

—¿Qué sucede con Maki san? ¿Dónde esta?— pregunto Megumi todo preocupado, sujetando por los hombros a Okkotsu para que saliera de su trance.

—¡Maki fue internada de emergencia! ¡No me dieron más detalles! ¡Está en el hospital Tokio Medical and maternal!

—¿Pero por qué esta en ese hospital? ¿Qué le sucedió?— Pregunto Megumi con desesperó.

Yuta trató de hablar. No sabía si debía decirle a Megumi lo que pasaba y más que sentía que estaría rompiendo más su promesa con Maki.

— ¡Es que ella está emba...— Sus labios se apretaron de nuevo. Sus manos se hicieron puños. No podía ni completar aquella palabra por la sensación de culpa que cargaba porque quizás todo eso estaba pasando por haber roto su promesa inicial y se sentía con más culpa por no estar cerca de ella.

—¡Embarazada! ¡Lo sé, Maki esta embarazada!— grito Megumi sacando a Yuta de su trance.

—¿Có- cómo lo supiste?— pregunto Yuta con confusión.

—¡Maki me lo reveló hace poco! Aunque yo ya lo sospechaba desde hace tiempo...—mintió en eso último — ¡Pero no hay tiempo para hablar de esto! ¡Debes ir con ella! ¡Yo avisaré a la academia que tuviste que retirarte por una emergencia familiar! ¡Avisaré también que Maki no se presentó porque sufrió una emergencia con su salud!

—¡Gracias Fushiguro! ¡Te debo una!— comento Yuta tomando fuerzas para salir de ahí.

—¡No hay de que y no hay tiempo! ¡Debes ir con Maki!— dijo Megumi también con preocupación.

Rápidamente Yuta habló con el asistente que había llegado junto con Megumi, para que lo llevara a aquel hospital donde Maki se encontraba internada.

Aquel asistente obedeció aquella orden y ambos abordaron el auto, el cual estaba estacionado a unas calles de aquella zona. Con suerte estarían en menos de 10 minutos en aquel hospital y más que los fuertes vientos también empezaron a hacer estragos en el camino.

Para las 10 a.m. el tifón ya había ingresado a Tokio. Y su furia no se hizo esperar.


10:17 a.m.

Yuta bajo del auto a toda prisa. No le importo ser mojado por aquella fuerte lluvia ante aquella emergencia.

Entro casi resbalándose en el piso debido a lo empapado que estaba. Y así con fuerza empujó aquella puerta de cristal y entró directo a la recepción del hospital.

—¡Lo siento señor, estamos cerrados por el momento! ¡No podemos atenderlo!— dijo la recepcionista levantándose de su asiento detrás de aquel gran escritorio.

—¡Me acaban de avisar que mi esposa ha sido internada de emergencia aquí! ¡Se acaba de comunicar conmigo una doctora de este hospital!— comento Yuta muy agitado y con las ropas todas empapadas. El agua escurría de él mojando todo el piso.

—¿Recuerda el nombre de la doctora?

—¡No lo recuerdo muy bien! ¡Creo que su nombre era Azami! ¡Por favor, necesito ver a mi esposa!— suplicó.

—De acuerdo ¿Cuál es el nombre de su esposa?— pregunto la mujer.

—¡Okkotsu Maki!

La recepcionista reviso la lista de aquellos pacientes que entraron de urgencia.

—Su esposa se encuentra en la sección de urgencias de Ginecología, eso está en el piso dos — comento aquella mujer mirando su monitor.

—¡Muchas Gracias!— Yuta corrió hacia el elevador.

—¡Con cuidado! ¡Y deje de mojar el piso!— grito esa mujer en una mueca antes de marcar a los de intendencia.


Mientras en aquel segundo piso, en un consultorio.

Maki parecía estar atrapada una vez más en una pesadilla. Su respiración era agitada, estaba sudando demasiado.

—¡No! ¡Suéltame!— grito abriendo los ojos de golpe y sintiendo como esta vez si había sujetado a alguien.

— Okkotsu san ¿Puedes escucharme?— pregunto una voz femenina—Y de paso ¿Crees que podrías soltarme por favor? No te haré daño, solo estoy revisando tu frente, la cual debo curar.

—¿Dónde estoy? — Maki trataba de enfocar su vista en aquella persona que estaba a su lado.

—Estas en el hospital— contesto aquella mujer —Estas en buenas manos, tus vecinas me marcaron a mi número personal y yo fui quien mando la ambulancia.

—¿HOSPITAL? ¿QUÉ ME PASO? ¿Y MI BEBÉ? ¿COMO ESTA MI BEBÉ?— pregunto Maki toda asustada.

—Por favor, conserva la calma y ¿Crees que sería posible que sueltes mi muñeca para poder explicarte lo que está pasando? — suplicó — Tienes un agarre muy fuerte y me estas lastimando— dijo esa mujer.

Maki empezó a visualizar a la doctora que la estaba atendiendo.

Aquella mujer se veía de la misma edad que Shoko, además esta tenía el cabello negro un poco ondulado y lo tenía sujetado en una media cola de caballo y tenía un rostro muy fino.

Esta vestía una filipina médica en color rosa. Además de tener unos anteojos.

—¿Quién eres tu?— Maki pregunto asustada mientras soltaba a esa mujer, a quien había tomado por la muñeca.

Después trató de sentarse, pero en seguida su cuerpo se tensó— Me duele todo el cuerpo...— soltó un gruñido mientras volvía a acostarse—Mi cabeza también duele...

Aquella doctora rápidamente pasó un algodón con algo de solución para limpiar la herida en la cabeza de esta.

—Si que te diste un fuerte golpe aquí, pero por suerte no requiere suturas. Y Con mi técnica de maldición inversa la cerraré enseguida — comento aquella doctora.

—¿Técnica de maldición inversa?— pregunto Maki confusa de que un doctor supiera de ese término del mundo de la hechiceria.


—¡Maki!— la voz de Yuta se escuchó entrar por aquella sala médica una vez salió de aquel elevador.

—Estoy buscando a Maki Okkotsu, soy su esposo, me dijeron que estaba aquí— comento Yuta acercándose a unas enfermeras que estaban en la recepción de ese piso.

—Por ahí— explicó una de ellas ya que había atendido a una mujer con ese nombre—Esta en las camas de aquel consultorio privado, la está atendiendo la doctora Satō— señaló a una sala privada.

—¡Gracias!

Yuta cruzó aquel umbral y miró a Maki quien estaba en aquella camilla. Sus ojos se abrieron enorme por ver la herida en la cabeza de su esposa.

—¡Maki! ¿Qué te paso? ¿Cómo te sientes?— pregunto acercándose rápidamente.

La peliverde le tomó la mano, pero aún seguía temblando.
—Yuta... puedes bajar el volumen de tus gritos... me duele demasiado la cabeza— se quejó poniendo su otra mano en su frente— Me duele todo... y la verdad, no recuerdo mucho en este momento— comento preocupada.

—Todo estará bien — Yuta le acarició su mejilla sin soltarle la mano.

—¿Usted es su esposo? — comento la doctora mirando a esos dos —¿Ambos son hechiceros, cierto?— pregunto aquella doctora con curiosidad, mientras iba a cerrar la puerta del consultorio y después se acercó a encender el pequeño monitor de ultrasonido que tenían al lado de la camilla.

—¡Si, soy su esposo! ¿Acaso usted es la doctora que se comunicó conmigo? — pregunto Yuta mirando a esa mujer pero sin soltar la mano de Maki. —¿Qué le ocurrió a mi esposa? ¿Cómo está nuestro bebé?— pregunto preocupado.

—Y de paso ¿Quién demonios es usted? Y ¿Cómo sabe que somos hechiceros?— pregunto Maki de mala manera.

—Me presento, soy la doctora y Ginecóloga obstetra Azumi Satō y no tienen por qué preocuparse, yo también soy hechicera y de paso estoy certificada por parte de la sede Jujutsu para atender a otros hechiceros y para registrar los nacimientos de nuestra pequeña sociedad. Además, soy amiga de Ieiri san— explico— Solo a ella le doy permiso de pasarle mi número a otros hechiceros para atenderlos en privado.

Yuta y Maki se miraron un momento entre sí ante aquella explicación.

—Se los prometo, Están en buenas manos. Pero antes de revisarte completamente, debo hacerte unas rápidas preguntas para poder encontrar la causa a todo lo que te está pasando y así poderte dar un diagnóstico ¿De acuerdo?— pregunto la doctora tomando su tableta para ingresar los datos.

Maki solo hizo un si con su cabeza.

—Primero, ¿Cómo te sientes en este momento?— pregunto la doctora.

—Un poco confundida... además me duele todo el cuerpo.

—¿Qué otros síntomas has presentado antes de llegar aquí? De los que recuerdes— la doctora la miró.

—Además del dolor, siento como si me atravesara una corriente eléctrica por todo el cuerpo. He sentido muchos escalofríos, también he estado sudando demasiado y siento que he tenido algo de fiebre... — Maki se recargo un momento sobre sus codos para mirar a esa doctora.

—Pero sobre todo, recuerdo que desde que desperté, he tenido unos dolores en la zona del vientre, puedo asemejarlos como al dolor de los cólicos, ademas que sentía que todo me daba vueltas y mis ascos se volvieron más intensos... — comento Maki recargando se levemente en la almohada.

—¿Por qué no me llamaste si te sentías así de mal?— pregunto Yuta todo preocupado.

—Por qué aun no quería verte, idiota. Aun sigo un poco molesta contigo — respondió Maki en una mueca y mirando hacia otro lado.

Yuta solo suspiro ante tal respuesta. Incluso la doctora pudo sentir esa tensión a pesar de que ambos seguían tomándose de las manos.

—¿Sufriste de alguna situación que desencadenara en ti mucha ansiedad o estrés? ¿Sigues yendo a misiones aun en tu condición?— pregunto la doctora mirando el vientre de su paciente.

—Mientas me respondes, voy a revisar te físicamente. Tu vecina me dijo que te desmayaste y caíste al suelo bruscamente. Voy a levantar tu camisa para revisar que tu abdomen este bien ¿De acuerdo? — comento la doctora a un lado de Maki.

—De acuerdo— contesto la hechicera dando permiso de que esa doctora la tocara y levantara su blusa hasta antes de su busto para revisar aquella barriga.

—Por suerte no se ve algún golpe superficial y no se siente duro— explicó la doctora palpando sin ser demasiado brusca.

Maki suspiro un poco mientras contestaba a aquellas preguntas.
—Si, pasé por algo de estrés debido a unas misiones que tuve en estos días y de paso, por la misión que teníamos el día de hoy. Y si, lo admito, he seguido peleando en mi condición.

Todo aquello lo anoto la doctora en su tableta.
—De acuerdo, ahora pasemos a ver como se encuentra su bebé, pero antes de proceder debo hacerles unas preguntas más para abrir el expediente.

Maki soltó el aire con fastidio por eso, pero seguía sin soltar la mano de su esposo y su otra mano acariciaba su vientre.

—¿Cuál es tu edad?

—19 años...— contesto Maki con un poco de vergüenza.

Aquel cambio en el tono de voz de Maki y su leve coloreo en el rostro de esta, lo noto la doctora. Supuso que por su edad le dirían algo.

—¿Y la edad del padre del bebé es?— pregunto mirando a Yuta.

—20 años— contesto Yuta sin despegarse de Maki.

—De acuerdo Y dime Okkotsu san, ¿Este es tu primer embarazo?— preguntó la doctora anotando en la tableta.

—¡Si es el primero! ¡Y si, voy a ser madre muy joven! — contesto con molestia por aquellas preguntas, la pobre se sentía juzgada—¡Así que básicamente soy nueva en esto de ser madre!— acaricio su vientre.
—¡¿Podemos darnos prisa?!— pregunto preocupada — ¡Casi no siento a mi bebé moverse!

Esas palabras preocuparon demasiado a Yuta, quien trago saliva y apretó la mano de Maki con temor.

—Eso es lo que vamos a ver en este momento Okkotsu san, voy a revisar a tu bebé por el ultrasonido, así que con tu permiso y perdón si sientes algo de frío— comento la doctora, procediendo a aplicar aquel gel que le dio escalofríos a Maki.

—¿Puedo llamarte por tu nombre? O ¿Te sientes más cómoda con que te siga diciendo Okkotsu san?— pregunto la doctora mientras ponía aquel transductor sobre el vientre de la peliverde.

—Por mi nombre está bien...— comento acomodándose en aquella camilla.

—Muy bien Maki san y dime ¿Cuantas semanas tienes de gestación? — pregunto la doctora empezando a mover aquel transductor en el vientre de esta, buscando a ese bebé en aquella pantalla que se veía en negro y gris.

—Aproximadamente quince semanas— contesto Maki con temor mientras miraba aquella imagen.

Tanto Maki y Yuta miraban asustados el monitor, ya que podían ver a ese bebé pero no se detectaba movimiento y en un principio tampoco se escuchaba algún latido.

—Si, por su tamaño es un bebé de entre 15 y 16 semanas. Pero por este costado no se detecta su movimiento — comento la doctora aun moviendo aquel transductor.

—Veamos por este lado— la doctora siguió moviendo aquel aparato sobre el vientre de Maki.

Ambos padres estaban aguantando la respiración, sentían demasiado miedo porque no veían a ese bebé moverse.

Maki apretó la mano de Yuta, este no se despegó de ella e incluso beso su frente para tratar de tranquilizarla. Las lágrimas de Maki empezaron a desbordarse. Tenía mucho miedo de que su bebé hubiera muerto.

Yuta estaba sudando frío. También tenía mucho miedo de que algo le hubiera pasado a su bebé y si eso ocurría, sabía que se lo iba a lamentar para siempre.

La doctora siguió moviendo aquel transductor, observando a ese bebé por cierto ángulo.

—¡Se acaba de mover!— comento la doctora con alivio al notar a ese bebé aún con movimiento, ya que este movió los pies y se logró detectar mejor aquel latido desde ese ángulo.
—No se preocupen, quizás su bebé estaba dormido, por eso andaba muy tranquilo y no se movía demasiado. Igual parece ser que el líquido amniótico le ayudó a amortiguar el golpe.

El sonido de ese latido empezó a salir de aquel monitor. Era un latido fuerte, un tanto rápido y con ritmo.

Tanto Maki como Yuta suspiraron de alivio. Hasta las lágrimas de ambos se desbordaron.

—Parece que tu bebé está bien por el momento, de todos modos debo hacerte más estudios. Que estés presentando esos dolores y síntomas no es normal.

—Doctora ¿Qué cree que me está pasando?— pregunto Maki preocupada.

La doctora limpio el gel de la barriga de esta. Su rostro se veía serio ante tal pregunta.

—Aun no estoy muy segura, pero siento que quizás lo que te esté pasando deba ser algo relacionado a tu condición como hechicera, así que necesito preguntarles algunas cosas más. Tal vez así puedas darme más pistas sobre que pudiera estarle pasando a tu cuerpo— comento la doctora mirando seriamente a esos dos.

Maki y Yuta se miraron entre sí. Ambos seguían tomados de las manos.

—Está bien. Adelante puede preguntarnos — contesto Yuta con preocupación.

—Bueno, comenzando por usted— miro fijamente al hechicero.

— ¿Tu eres Yuta Okkotsu? ¿Cierto? Los rumores que he escuchado sobre ti son sobre que tienes demasiada energia maldita, además de que tu técnica es muy peculiar pero a la vez es muy poderosa ¿No es así?— comento la doctora mirándolos seriamente.

—Así es— Afirmó Yuta —Poseo más energía maldita que Gojo Satoru, quien es mi pariente lejano.

—Eres un descendiente de Sugawara no michizane, interesante— anoto en su tableta.

—De acuerdo— ahora la doctora Azami miró a la peliverde— ¿Y tu Maki san? ¿Tu vienes de algún clan de hechiceros? O ¿Eres la primera hechicera de tu familia?— pregunto.

Maki trago saliva mientras su mano acariciaba su vientre.

—Si, también vengo de un clan... más específicamente soy miembro de la línea principal del ex clan Zenin. Mi nombre de soltera era Maki Zenin.— contesto con algo de molestia por recordar a su maldita familia.

La doctora anoto aquello en su tableta. Su cara parecía mostrar una mezcla de sorpresa y preocupación, y eso lo noto Maki.

—¿Por qué esa cara? ¿Acaso pasa algo malo? ¿Lo que me está pasando se debe a mi maldito clan?— pregunto con molestia.

—¿Doctora hay algo malo con ese tema?— pregunto Yuta también preocupado.

La doctora los miro con serenidad.
—Aun no estoy muy segura del todo, pero el caso de ustedes dos es algo interesante y más que si tu vienes del ex gran Clan Zenin y tu esposo es un descendiente de Sugawara, es probable que su bebé tenga una muy fuerte carga genética que lo convierta en un hechicero con gran potencial en el futuro. Esa es solo una hipótesis. Y más suponiendo que tu Maki san, también poseas energía maldita para soportar este embarazo ¿Cierto?— comento la doctora escribiendo en la tableta.

Aquello último hizo que Maki se incomodara demasiado. Un ruido salió desde su garganta.

—Emmmm Yo... — Suspiró un poco antes de decir la verdad —Yo en realidad no tengo energía maldita... ni poseo una técnica... en realidad yo nací con una restricción celestial, la cual me dotó de una gran fuerza y destreza física y el día que murió mi hermana gemela... bueno yo... —tomo un respiro mientras su mano seguía sobre su vientre y trago saliva para deshacer el nudo en su garganta.

—Amor...— susurro Yuta mientras le secaba las lágrimas de las mejillas.

Maki le miró y solo hizo un si con su cabeza mientras seguía hablando.
—Y desde el día que murió mi hermana gemela, ese día al parecer mi restricción se fortaleció al grado en que yo puedo sentir y ver las maldiciones con mis demás sentidos, los cuales son más agudos que los de una persona normal... así que en otras palabras soy una persona dotada físicamente pero sin una gota de energía maldita, contrario a mi esposo, quien es una persona con una cantidad exorbitante de energía maldita...— explicó.

La doctora dejó de teclear y miró fijamente a esa madre primeriza una vez escucho todo aquello. Su rostro se veía demasiado serio, parecía estar procesando toda esa información.

—Doctora ¿Pasa algo?— pregunto Yuta con preocupación.

Esta respiro profundamente y dejó salir el aire de poco a poco —Es solo que tu caso, me parece muy interesante pero a la vez un poco preocupante...—

—¿Preocupante? ¿Por qué? ¿Acaso le pasará algo a mi bebé debido a mi condición?— pregunto Maki algo asustada.

—Esta es solo una pequeña suposición mía, pero si ese bebé tiene más carga genética de tu marido que la tuya, no sabemos si tu cuerpo esté actuando de forma defensiva contra tu bebé, sobre todo porque casi no tenemos información sobre cómo actúan las restricciones celestiales ni qué las causa y mucho menos sabemos que pueda pasar en el cuerpo de las mujeres que lo sufren.

Siguió explicando con seriedad
—Así que debemos estarte vigilando más de cerca y más que con lo que me has dicho, pareciera que todos tus síntomas se agudizaron debido a la energía de tu bebé y de paso, quizás el estrés que has sufrido en los últimos días pudo haber activado ese mecanismo de defensa en ti... en otras palabras, pudiera ser que tu restricción está actuando contra tu bebé o contra algo más como un mecanismo de defensa — comento la doctora mirando a ambos padres.

Yuta sintió como si le cayera un balde de agua fría sobre el cuerpo. Aquella noticia lo había dejado en Shock. Su bebé peligraba al igual que la vida de su esposa.

Maki sintió su mundo venirse encima con esas palabras
Esta solo tomo con fuerza su camiseta sobre su vientre.

¿Haber dejado vivir a ese bebé fue buena idea?

Se preguntaba Maki al pensar en la sola posibilidad de que su cuerpo pudiera estar atacando a su bebé en lugar de protegerlo.

Incluso la sensación de su pesadilla parecía sentirse tan real. ¿Acaso sus sueños le estaban tratando de advertirte sobre su condición?

Yuta se acercó a ella, ya que esta empezó a llorar en silencio.

—Maki...— susurro Yuta pero esta estaba en Shock.

Yuta la abrazo, mientras Maki solo se soltaba a llorar más en sus brazos. Aquella suposición medica le dolía. Ahogo un grito en el pecho de su marido.

La doctora suspiro al ver esa escena.
—Esta noche y mientras pasa el tifón te quedaras aquí internada. Te pasaremos a una habitación para que podamos monitorearte de cerca, sobre todo debemos estar preparados por cualquier situación que pase en la siguientes horas y más si los dolores que presentas se intensifican.—Miro fijamente a esa pareja y siguió hablando con seriedad.

— Aunque también todos estos malestares que están aquejándote pudieran ser debido al estrés y agotamiento que has acumulado debido a tus misiones y para comprobar cuál de las dos opciones es, te mantendré en observación y de paso te haré algunos análisis de sangre y orina, además que mantendremos a tu bebé con monitoreo las 24/7— comento anotando algo en su tableta —Debemos averiguar si realmente es tu restricción o es alguna otra causa medica lo que te está provocando todo esto.

—No se preocupen por los gastos, la academia cubre la mitad de ellos en estos casos. De igual manera me comunicare con Shoko para que ella este enterada de la situación—La doctora Azami miro a Yuta.

— También sería buena idea que usted Okkotsu kun tome un baño para que no se enferme. Le conseguiré algo de ropa seca. Les diré a las enfermeras que les preparen una habitación. Yo me quedaré con ustedes hasta que averigüemos que te está pasando— dijo la doctora Azumi en una leve reverencia —Haré todo lo que este en mis manos para que tanto tu bebé como tu estén a salvo— se incorporó y dio unos pasos hacia atrás.

—Con su permiso, iré a arreglar su ingreso y a que la pasen a su habitación — se retiró.

Maki siguió abrazando a Yuta mientras seguía llorando desconsoladamente.

—Todo estará bien... confío que así será — susurro Yuta , soltando también algunas lágrimas por aquella situación mientras seguía abrazando a Maki.

Aquel día parecía ser un infierno en medio de la tormenta.

Continuara


Notas:

Espero les haya gustado este capítulo y no quieran matarme 😅

La segunda parte será el fin del verano.

En fin. No se preocupen y solo confíen en mí ¿De acuerdo? porque todo esto gira en torno al dicho "después de la tormenta viene la calma" y yo sé que Maki aprenderá de sus errores.

De eso se trata el verano, de aprender de los errores que cometemos para madurar y a reflexionar antes de la llegada del otoño.

En fin, quería comentar que este capítulo lo escribí partiendo un poco de la pregunta ¿Qué pasaría si una mujer con restricción celestial (Maki) tuviera un bebé con energía maldita?

Esto porque siempre veía comentarios que decían que un hijo de estos dos sería demasiado poderoso y creo que tiene razón, pero siento que nunca toman en cuenta la restricción celestial como un punto a analizar. De ahí me inspire para escribir esto, además que siempre tuve las preguntas de ¿Qué pasaría en el embarazo? ¿Acaso esto sería un problema para una mujer como Maki tener a los hijos de Okktosu?

O ¿Acaso hay algo más en realidad?

En fin. El desenlace a todo esto lo descubrirán en la siguiente parte, la cual quizás lo suba la siguiente semana.

Además, hice fría la situación medica esto porque antes de escribir, investigué el como era la atención médica en Japón y por lo que encontré es demasiado fría y a veces llega a ser pésima tanto para residentes como extranjeros.

En fin, nos seguimos leyendo. Confíen en mí, todo va a mejorar ❤️

Pd: si me van a ofender, háganlo por mensaje privado a mi twitter Vera1794