Uff eso fue un trabajo, la verdad no esperaba que tardara tanto pero aquí esta, para los que leyeron este fic tenía dos caps pero me di cuenta de la falta de desarrollo que tenían y las escritura en sí, así que me organice un poco más para para hacerle unas mejoras, así que si…tengo todo lo que necesita.

Si has leído la descripción…aunque sea algo muy XD digamos que Enkidu tomo la forma de la 'cortesana sagrada' demasiado bien…tanto así que afecto su relación con gilga…si investigas un poco la apariencia de este servant sabrás a lo que me refiero.

En fin, también tengo un colaborador bueno dos para ser precisos es más un traductor, pero no revelare más detalles, aunque en si es más como un personaje dentro de mi historia.

Su Canal de YT: EL GENERAL FRANK WEST 501 2.0

La cantidad de palabras debería ser considerable, aunque posiblemente haya una que otra falta ortográfica, me disculpa con anticipación.

¡En fin le agradezco por darle una oportunidad a este fic!

Capitulo Prologo: Renacer

/-/

El rugido de una gran bestia hizo temblar los edificios, las cenizas como copos de nieve llovían sin parar en lo que los civiles una vez en vida llamaron: calles, centros comerciales, casas, todo…consumido por el fuego al rojo carmesí mientras carboniza sin piedad cualquier ser vivo que estuviera dispuesto a toparse en su destrucción, edificios de grandes trabajadores que le costaron el dolor, agotamiento y sudor a muchos hombres en construir decaer ante las desgracias.

Hace mucho tiempo las suplicas de ayuda y gritos de piedad cesaron, cada sollozo quedo consumido por la muerte.

Gilgamesh no estaba muy lejos de ese hecho, el ardor en su espalda y las heridas carbonizadas en varias partes de su cuerpo seguían frescas, algunas se empezaron a cicatrizar lentamente.

'Tampoco funcionan anti-fortalezas, a este paso gastare el maná que me queda y no tendré a que sujetarme. 'aunque su habilidad de -Acción independiente era muy buena-, esta guerra había finalizado por lo que mantenerse en pie haciendo un esfuerzo agotando sus últimas reservas en busca de una solución a sus heridas ya se estaba quedando en el olvido.

'Esa cosa…el fuego no se disipará hasta que acabe con esto' si quería seguir evitando una gran cantidad de daño tenía que buscar una manera de contrarrestar su inmunidad

'¿Qué más puedo hacer?, nada funciona contra ese desgraciado.' Ese pensamiento solo le hacía hervir más su sangre, esto era una humillación y él estaba en la agonía del dolor por no caer de rodillas ante algo tan imperdonable.

A lo lejos se escuchaba el fuerte aleteo de unas enormes alas de dragón que maniobraban en una acción de ataque hacia el rubio, abriendo la mandíbula un destello violeta ilumino sus ojos carmesí y después ese horripilante fuego del mismo color de los ojos de esa bestia intentaban cernirse sobre él, tenía que evadirlo, aun así el ataque era demasiado rápido, como el destello que era, esquivar fue un trabajo constante en busca de una manera de perforar esa armadura, el ataque de esas llamas llego y destrozo parte de la armadura de su hombro izquierdo en una velocidad que para el hombre moderno sería una fantasía, y aun así no fue suficiente para poder evitar que las llamas lo rozaran, apretó la mandíbula para resistir el extraño dolor que carcomía sus nervios.

Desde el inicio de esta batalla el tablero no estaba a su favor, todo había sido muy repentino, y cuando inicio supuso que debía ponerse serio, incluso así, ese dragón solo estaba lanzando lo que un dragón debería hacer en las cuentas de hadas, fuego, el fuego de la fuerza que un noble caballero debería confrontar.

Que gran farsa ante esta borrosidad, ni saber porque el mundo se tomó la molestia para crearlo, las llamas que escupía como proyectiles, podía sentirlo, penetrando en cada centímetro de su piel, vena, nervio.

Lo estaba carcomiendo por dentro y no había forma alguna de detener el proceso.

'No lo entiendo… ¿Por qué tuvo que finalizar así?, esta mentira…' cualquiera que estuviera en su posición como participante de esta guerra tendría ese pensamiento, eso sí siquiera duraban cinco segundos en el campo de lucha.

"…Miserables mestizos" su voz ya era ronca, incluso él ya podía notar que estaba afectando parte de su cuerpo en todas partes, las venas ligeramente se oscurecían a la simple vista, y la sangre más oscura que antes.

Todo esto por la guerra del grial.

Siete leyendas en carne y hueso junto con su respectivo maestro cada uno luchando a muerte entre ellos por la recompensa más deseada por la humanidad.

Un deseo.

Cualquier cosa, poder, inmortalidad o algo más ambicioso era capaz de cumplirlo, todo el mundo siempre desea o habrá deseado algo en la vida, pero la mayor parte de esas personas no tienen la oportunidad o una manera de cumplirlo, otros lo hacen realidad con el mayor esfuerzo así obteniendo lo que quieren.

Excepto el suyo, su deseo de todas las cosas no lo pudo cumplir el mismo, era su mayor error y el arrepentimiento sería algo que lo marcó en su sangre.

El recipiente que se usa para hacer realidad el deseo, una copa que tiene como un tesoro en su bóveda no le sirvió para su uso respectivo y lo desecho como cualquier reliquia que pudiera coleccionar, la esperanza cuando se dio cuenta de eso casi caía por los cimientos de su propio trono, pero aun así no debía rendirse, no cuando ahora lo había logrado y ahora tiene que superar el mayor reto que le propuso este miserable mundo.

Cuando abrió los ojos después de milenios de muerte.

Invocado a esta lucha solo por la ambición estúpida de los humanos que solo lo veían como esa, sirviente, incluso lo pudo notar a simple vista de su antiguo maestro, no le importaba de todas formas, su vida ya había terminado e iba a poner fin a este juego, eso hasta que noto una anomalía en el grial.

Estaba corrupto.

La copa de la que Jesucristo bebió en su última cena había sido imbuida con el mal del mundo.

Pobres religiosos, ¿Estarían repudiando a su propia gente por ese hecho?, talvez.

Aun así, comprobó las diferencias entre el grial de sus riquezas con esta copia, las diferencias se notaban, habría efectos secundarios con este grial al final de la guerra.

Pero había algo, algo que estaba buscando por toda su vida, este grial…

Aunque sea una blasfemia de la humanidad es la solución a su objetivo de su antigua vida, este grial lograría eso.

Lograría despertar a su hija de su ¨sueño eterno. ¨

Con el fuerte deseo ya sea caótico conseguiría lo que quería, y así no se ando con muchos juegos en esta guerra.

Y así gano la guerra del santo grial, no hubo piedad con ningún servant que tuviera el descaro de interponerse en su camino, saber, rider, ese par de reyes podrían seguir con sus ideales y deseos, tenía un objetivo claro, solo era esperar hasta que se completara el grial.

Gobernaría desde cero junto a su pequeña, las promesas de un gran futuro volverían a vivar sus llamas de esperanza.

Por eso tuvo que eliminar cualquier clavo suelto que saboteara su plan de victoria, su invocador estaba en esa lista, saber que usaría su ultimo hechizo de comando era una adivinación previa y con las acciones e información que reunió.

Hablo con su pequeño discípulo, fue fácil animarlo a buscar algo diferente de esta guerra, y con Tokiomi fuera de la lista, así la victoria fue suya.

Se supone que debió ser así…

Cuando pidió ese deseo ya noto el derrame del grial, los espectadores escapaban y otros morían en el intento de vivir, no era importante, lo primero que hizo fue verificar completamente si de verdad había funcionado.

Eso hasta que sintió algo del pasado, esa sensación recorrió todo su cuerpo y trajo malos recuerdos de la razón por la que siguió adelante en busca de emendar sus errores.

Sintió algo parecido a la muerte misma.

Y cuando el grial ya estaba arrasando la ciudad.

Ahí lo vio.

"/asfnqwif.12es"

Por un momento pensaba que su visión le estaba haciendo una mala jugada, pero eso era imposible, era la clase Archer, por obvias razones debería tener la mejor visión de campo a kilómetros.

Por lo que sea que estuviera haciendo esa entidad afectaba sus ojos.

Y solo pudo notar dos luces brillantes de lo que en forma debería ser un humano, su cuerpo era sombra.

Y luego el rugido de algo grande resonó en sus tímpanos.

Por una vez sintió que su suerte le hizo una mala jugada, ese bestia en el cielo, un dragón con escamas que se camuflaban en la noche con la luna detrás del derrame de los males iluminado por el fuego de las viviendas de los mestizos.

Su visión misteriosamente no se sintió turbia a diferencia de…

No importaba, ya sabía que esto sería una batalla contra ese dragón, si quería traer a su hija a salvo sobre los muertos, débiles.

Y con su puerta de babilonia llovieron riquezas de poder, pero todo paso muy rápido para él, los edificios más altos se deformaban y una poderosa luz se manifestaban en cada punta de los edificios, como pilares.

Fue cuando disparo cien armas, ya había lidiado con este tipo de bestias, los gobernantes de los cielos, no deberían ser un reto, apunta a sus alas y caen como muñecas.

Esa era la idea.

Sus armas no lo rasguñaron siquiera, empezaron a rebotar como pelotas que impactaban miserablemente en el suelo cubierto de del fuego hasta desaparecer en oro.

Empezó a probar con otros tipos de armas, ya sea de más alta calidad, o especializados en la caza de este tipo, ninguna había surtido efecto, todos fueron inútiles, fue entonces cuando empezó a sentir molestia.

Fue entonces cuando todo fue boca abajo.

El dragón era muy ágil, maniobraba y evadía limpiamente cada proyectil, como si fuera un juego de niños, fue entonces cuando empezó el contraataque.

La lógica de los dragones es que deberían escupir fuego, ya sean brasas o esferas cargadas de este mismo componente,

Pero lo que presencio fue el aura violeta que imbuía cada parte de su cuerpo y de ese mismo tono las llamas que se dirigían como balas hacia su objetivo, impacto tras impacto el héroe tuvo que esquivar pesimamente, su agilidad no era lo suficiente para poder evitar daños externos en su cuerpo.

Con cada rugido las fauces del ¨animal¨ se abrían y con él la desgracia traía, también estaban avivando las llamas del grial que se estaban esparciendo por todas las calles.

Su espalda, abdomen, piernas ya estaban ardiendo ante las llamas que recibieron, esperó con urgencia que sanaran, pero fue en vano, forzar sus reservas a curarlas de manera significativa empezó a agotarlo.

Lo frustraba y estaba empezando a sentir algo peor que la furia.

Y lanzo las cadenas del cielo para ponerle fin a este show, o debió ser así, pues las cadenas no ataron nada, por conclusión, sus ojos se posaron nuevamente en el dragón, seguía en el aleteo de sus escamosas alas de armadura alistando su próximo ataque.

Esta cosa definitivamente no era de este mundo, si bien tenía conocimiento que había más dimensiones además del mundo humano, no debería hacer fluctuaciones entre los mundos incluso si estaban conectados de alguna manera.

Sus cadenas no ataron nada, se soltaban de cada pieza de armadura negra como su fuera una mano tocando el fuego, querían huir de esa presencia.

Fue demasiado tarde cuando regreso las cadenas a su bóveda, estaban manchadas, violeta y oscuridad en el mismo conjunto seguían como venas.

Estaban manchando su mayor tesoro, su único recuerdo de' ella'.

Y finalmente devuelta al presente…

"¡Se acabo!" Sus ojos ya estaban inyectados en sangre, su furia no podía describirse con meras palabras, era hora de ponerle fin a esta farsa.

Y levantando su brazo derecho se manifestó su mayor arma, rojo y de mango dorado llevaron su visión, no era momento de alardear sobre su mayor activo, no había momento para molestarse en pequeñeces.

El barro se desvanecía como agua evaporizándose en sus pies.

El cilindro del arma empezó a girar rápidamente, ya podía sentir su destrucción, el fin a toda esta humillación, el cielo iluminado por al más que las llamas de la corrosión.

No se dio cuenta de la devastadora que había sido su enfrentamiento hasta que decidió ponerle fin de una buena vez, varios edificios colgaban de unos pocos soportes, en segundos se derrumbarían y con él su oponente.

El dragón también pensando lo mismo, cargo otra llama.

"¡Enuma…

Apunto el arma directamente al frente, su oponente pareció seguirle el juego, estaba dirigiéndose también a una gran velocidad que incluso un servant tendría dificultad para notar.

ELISH!"

Uno…

Dos…

Tres…

Pasaron los segundos y no paso nada, busco rastro de poder en su entorno hasta que reviso si le había sucedido algo a su Noble Phantasm, pensando que también su brazo ya se dio por muerto y abandono su cuerpo.

Hasta que se encontró con algo desagradable.

"Mierda" Solo pudo soltar eso ante lo que presenciaron sus ojos carmesíes, su brazo derecho hasta su hombro no estaba, de hecho, siguió el rastro de sangre hasta el piso y noto que se lo habían cortado, se estaba desmoronando con las llamas que impactaron en él anteriormente, dejando nada más que la empuñadora que se desvanecía en motas de luz.

Sin reservas, sin su mayor arma, totalmente nada estaba su favor.

¿Quién se atrevió a tal acto?

Se concentro en el contraataque que debería haber puesto fin a su vida, sin algo que combatir el fuego se cerniría en las repugnantes llamas, pero no había nada, el dragón de negro no estaba por ningún lado, no se tomó la molestia de verificarlo.

Hasta que se escuchó el sonido de la carne siendo perforada por el filo de algo.

Su mirada se posó en su pecho, una espada de hierro simple que conseguirías en cualquier lado le había apuñalado el pecho sin que se percatara.

¿Cómo?, incluso si estaba concentrado en la pelea, debió saber de entidades aparte de él, hasta que ladea un poco su cabeza a su asesino.

"/64171nasinswrodskiascnfq…"

Ah…

De alguna manera lo había olvidado por completo, como si su memoria fuera desbloqueada otra vez, esa misma entidad de ojos blancos le había apuñalado por la espalda.

No podía decir palabras para describirlo, humillante, su derrota, su perdida.

Sea lo que sea esta cosa que acabo con él, siente que ni siquiera era rival para él, la diferencia de poder era enorme y con su clase de archero que no le dio ninguna oportunidad la victoria ya estaba decidida desde el inicio.

La sangre oscura ya empezó a cubrir sus pies.

De rodillas, derrotado con facilidad, todo estaba en su contra a último momento, ya no podía pensar con claridad, las cenizas del fuego empezaron se posaron en su rostro demacrado, las llamas corruptas como si viera una presa lo empezó a rodear.

Iba a morir miserablemente.

Podía oír con algo de esfuerzo los pasos de lo que sería el humano en las sombras hasta desvanecerse en sus oídos.

Gilgamesh el más conocido como El Rey de los Héroes había sido humillado y cualquier orgullo que existiera había sida aplastado en esta derrota, pero ese no era su mayor problema.

Tenía que liberar a su hija de su ataúd que la mantenía con vida todo este tiempo, de ser así no viviría mucho encerrada en ese lugar.

No tenía tiempo antes de cerrar los ojos, así que rápidamente activo su bóveda y en el interior manipulo algo.

/-/

Desactivar la ¨capsula¨ si se podría llamar así en la era moderna fue un trabajo, su conexión con su Noble Phantasm no fue el problema, fue la configuración de hechizos que había establecido para mantenerla viva, crear varios circuitos a través de idiomas que un puñado de entidades solo comprendían, todo para mantenerla con vida hasta este momento.

Con la mente aturdida por la pérdida de sangre tenía que concentrarse lo más que podía en eliminar cada hechizo.

Ya hace tiempo dejo de pensar en porque no podía reponer sus fuerzas, ni regenerar su piel putrefacta, a lo mucho le quedaban dos minutos antes de abandonar este mundo e incluso en el miedo que estaba empezando a nacer y la preocupación por lo que le pueda pasar.

Su amada le pidió que le diera un último recuerdo antes de su despedida.

Un pequeño click resonó en su mente y la magia se activó.

Con lentitud y cuidado, cayó en su único brazo una niña que no pasaba de los siete años.

Su expresión de paz en su pequeño rostro ya se estaba rompiendo, después de tanto tiempo, por fin pudo enmendar su mayor error ya sea en vida o leyenda.

¿La razón?, un error bastante estúpido de su parte, tratar de conseguir la raíz de la inmortalidad para su pequeña después del fallecimiento de Enkidu, fue un escape desesperado de la muerte, no se importaba por el mismo, si no por lo que le pasaría a su hija.

Ahí lo había notado.

Cabello del mismo tono que su padre que se estaba manchando de gris por las cenizas, un rostro de porcelana con un cuerpo delicado, los ojos de la pequeña empezaron a abrirse al mundo de los rodeaba.

Había funcionado.

Y no pudo evitar que su voz se resquebrajara.

"Ka-Kashira, despierta mi niña"

Su voz suave pero temblorosa estaba reanimando a la niña de su largo sueño, agitaba su único brazo, incluso si dolía como el infierno, no importaba.

Nada importaba en este precioso momento.

Todo lo que sacrifico, invirtió y sufrió para este momento.

"Pa…dre"

Oír sus palabras después de tantos años…

Una pequeña lagrima se deslizo y callo sobre el rostro de la pequeña.

Ojos como rubís se estaban empezando a abrir, el calor y la luz del lugar eran sensaciones extrañas para la pequeña, cuando los abrió para adaptar su vista lo primero que noto fue el aspecto demacrado de su padre, ya era obvio a simple vista.

Los ojos carmesíes de la niña ya se habían adaptado al entorno y lo primero que vio fue el aspecto demacrado de su padre, no pudo evitar abrir sus ojos de golpe.

"¡PADRE!"

Gritar esas palabras fue un freno de dos segundos para la niña, ya le estaba empezando a doler la garganta, como si el musculo y cada parte de su cuerpo ardiera.

"Kashira…, por favor cálmate, estas muy frágil…" Gilgamesh trataba de reunir fuerzas de donde sea, su voz ya se estaba sintiendo apagada.

"¡¿Por qué PASO?, ¿Por qué ESTAS ASI?, ¿Por qué EST-¿!" Sintió que le empezaba a faltar el aire, su garganta dolía, quería seguir gritando, pero su cuerpo le negaba, quería saber que estaba sucediendo.

Estaba desconcertada por su alrededor, sus recuerdos son vagos y luego la oscuridad había llenado su visión, lo que para Gilgamesh fue una eternidad para ella fue un santiamén, notar que su padre estaba en algo peor de la masacre era quedarse corto y de ella no podían salir palabras para describir el porqué de su situación, más solo estar al borde de las lágrimas, nunca había visto ese aspecto tan miserable.

Gilgamesh maldijo por lo bajo del universo que lo llevo a toda esta situación era lamentable, pero tendría que apurarse, enfoco la mirada de su hija de horror.

"Pa-padre…"

Siguió su mirada.

Como estaba de rodillas ante la humillante derrota no había contado mucho con el aspecto físico de su cuerpo, de lo que parecía una escultura hecha por los mismos dioses no quedaba más que carne crujiente por las brasas y las motas de luz de lo que significaba que ya se estaban agotando sus últimas reservas.

Sus piernas estaban cediendo y a este paso ya no sentía esa parte de su cuerpo.

"Kashira…, por favor necesito que me escuches" Reunió lo que le quedaba de firmeza, iba a ser difícil para ambos.

Ella siempre fue una niña obediente, pero en este tipo de situaciones lo mucho que podía hacer era escuchar.

"Sera difícil, estarás en un lugar que nunca conociste, este nuevo mundo es cruel, se fuerte"

Ella estaba escuchando, sabía que las heridas eran irremediables, ella vio de primera mano el poder de su padre, su magia y armamento de oro, era invencible, nunca perdía.

No podía aceptar esto, de ninguna forma.

"¡No por favor, todo menos eso no me dejes sola, no quiero estar sola por favor, te prometo que me hare más fuerte, te prometo que seré más firme, no te vayas!" No le importaba el dolor, no le importaba nada más que su padre, su única figura de idealismo, pasaron por tanto juntos, no quería estar sola, no estaba preparada.

Se aferro al pecho de del rubio de un empujón tumbándolo a los dos, ella ya la estaba abrazando con su pequeña fuerza aferrándose a él.

"… ¿Quién dijo que estarías sola pequeña ingenua?" Como un susurro al viento entre el caos, solo ella lo pudo escuchar.

Ella levanto la mirada, ambos orbes de sangre conectaron, la mano enguantada del héroe acaricio su diminuta cabeza, hasta que empezó a iluminarse.

"Te acompañaremos, siempre, tu madre y yo siempre estaremos a tu lado" Una pequeña pieza se posó en la niña y la iluminación se intensifico.

"Tú, como mi hija debes ser fuerte, ¡gobernar ante aquellos que enfrenten tu autoridad!, y los más importante" ... Esos últimos gritos ya estaban apagando su mente.

Su mirada se suavizo un poco, el sonido del fuego crujiente empezaba a aumentar con creces.

Su pecho ya estaba dando fin a su existencia y pronto su rostro, Kashira ya había perdido contacto físico con su padre y lo único que quedaron fueron sus últimas palabras.

"Vive Kashira, porque al final, aquel que vive para ver el final de la lucha, ya supera cualquier azaña".

Las lágrimas se derramaban sin control alguno, el silencio se cortó en dos segundos.

"Te amo mi pequeña…"

Y de repente la luz se disipo y solo quedo ella, los sollozos y los gritos de perdida solo se ahogaron en el Incendio de Fuyuki.

/-/

Sus pequeños brazos no pudieron agarrar nada y su mirada al cielo donde pudo ver las ultimas motas de luz del oro puro desvanecerse en la oscuridad, el fuego y las cenizas solo quedaron como una marca.

No había quedado nada de su mayor idealista, su padre quien amaba, todo lo que paso fue demasiado para asimilar, incluso en el curso de pequeños entrenamientos que recibía no la habían preparado para situaciones desconocidos.

Tan solo era una niña.

¿Qué debería hacer ahora?, ¿A dónde dirigirse?, ¿Qué era este lugar?

Serian preguntas en candado por ahora porque su padre murió y la dejó en el páramo del fuego.

¿Por qué tuvo que suceder esto?, ¿Quién dejo así a su padre?

Pregunta tras pregunta se iba acumulando con cada segundo que pasaba.

Las lágrimas se habían acabado.

Recordó la mano en su cabeza, una sensación comparada a la calidez y reviso lo que le puso, era sólido y por el tacto de sus dedos parecían dos piezas conectadas sin algo sólido, pero aun así lo sintió, como un hilo de magia los sostenía con fuerza, se lo saco descuidadamente, arrodillada con manos en la reliquia observo los finos detalles de trabajo, oro, las dos piezas eran simétricas, con la forma de un ramo de corona, cada hoja solida en las ramas que rodeaban la pieza le daban una nueva sensación.

A Kashira no tenía un apego a las riquezas, si bien ha podido apreciar muchas de ellas y manipularlas, no era como su fuera algo que fuera de suma importancia pues en los recurrentes viajes en zonas áridas o silvestres solo usaba lo que le diera utilidad.

El valor en material no tenía ningún sentido para ella, pero algo en esta pieza brillante era diferente, el grabado en oro como si fuera de una manera natural, las hojas de un árbol unidas en un arco, las dos piezas cada una simétrica, una especia de nostalgia se apodero de ella por unos segundos.

'Levantarse' Ese pensamiento vino inconscientemente, no debía perder tiempo, tenía que ponerse de pie y buscar la manera de escapar de… lo que sea que fuera este infierno, se sentía tan débil que al mirar el fuego pudo sentirlos como el cazador tras su presa.

Las fuerzas eran escazas, incluso tras despertar sintió todo su cuerpo demasiado pesado, el entorno tampoco era favorable, incluso así obligo a sus piernas a levantarse y entre temblores sosteniendo la extraña corona se levantó de los escombros donde vio por última vez a su padre.

Y empezó a caminar lentamente, sin rumbo fijo, si se perdía siempre debía analizar su entorno en busca de una idea.

Por donde fuera que vieran sus ojos carmesíes solo había fuego, entre esos extraños pilares hasta las pequeñas estructuras, pensó un poco en lo que pudo haber sido este lugar antes del misterioso fuego, ¿una gran tribu?, puede que haya sido una enorme civilización a la par del reino de su padre, porque con cada paso el mismo patrón de viviendas y pilares solo se expandían.

Pero el ardor en su piel, olor entre el humo, la carne de los muertos y la sensación de muerte le dejaron mucho que desear, todo debido al misterioso fuego, y por lo que noto en el rubio adulto esas mismas llamas también lo carbonizaron.

¿Qué clase de llamas pudo ocasionar esto?

El olor a la carne carbonizada se hacía más fuerte con cada escombro que superaba, siguió avanzando, paso tras paso hasta que se detuvo en una estructura con grandes agujeros, la imagen analizo por unos segundos, su expresión vacía se reforzo.

'¿Por qué?' Esa pregunta paso por su cabeza ante tal escena que seguía persistiendo entre el calor.

Entre todo el fuego y las brasas del interior, vio dos esqueletos quemándose sin dejar siquiera las cenizas, como cualquiera que no pudo haberse salvado. Solo que notó algo en las manos de ambos, un anillo con una gema, uno por lo que antes era humanos, tomados de los manos ahora huesudos.

"…"

Kashira no era ajena al mundo exterior si bien la mayor parte opto por el entrenamiento y conocimiento como la cultura, costumbres, el sentido del matrimonio era algo que pudo presenciar en sus viajes, pero poder verlo de nuevo se sentía…

*Murieron juntos hasta el final…* Un final tanto cruel como bueno en cierto modo para cualquiera, morir solo y olvidado era algo para lo que no estaba preparada, estas personas se mantuvieron juntos incluso en la muerte.

No planeaba morir sola en este horripilante lugar.

"Papá tenía uno así…" No se le había escapado ese detalle en el pasado, no era necesario preguntarle el porqué de un anillo en su mano, era más un recuerdo de su existencia, aunque era invisible al mundo ajeno, las personas que eran capaces de verlo solo se habían reducido a una, y fue ella.

Una disculpa por las estas dos personas, si bien no le importaban el cómo moría la gente, cada vida podría tener un valor ya sea en la vida o en la guerra, muchos morían cada segundo en cualquier parte del mundo, el cómo uno piensa morir, ya sea al lado de otra persona, sola, o dando su vida por los demás era la decisión que tomaba, estas dos personas tal vez tengan algún significado más profundo que una niña no pueda ver con claridad.

Siguió adelante, su cuerpo y energías ya eran escazas, sus piernas se tambaleaban, no había en que apoyarse y empezó a tropezar consigo misma en algunas ocasiones.

No sabía cuánto tiempo estaba vagando por el infierno.

Cada paso se sentía una eternidad, el dolor ya estaba nublando ligeramente si consciencia, podía sentir que estaba siendo abrumada por el sentimiento de debilidad a su alrededor, sea lo que sean estas llamas no podían tocarlas incluso si caminaba encima de ellas, no sabía el porqué.

Era otra pregunta al montón.

El humo ya no le permitía ver nada, el fuego ya estaba por todos lados, nada escapo del fuego, solo quedaron restos, pero eso no le quito el seguir adelante, tenía que vivir, no quería morir en este lugar, no ahora, no cuando perdió a la única persona que amaba.

Su visión capto algo moviéndose entre las brasas, se quedó helada ante el calor cuando noto con claridad una silueta.

Estaba caminando al igual que ella.

Alguien más estaba vivo…

Sus sentidos como si fuera una alerta se reactivaron y corrió lo más que pudo.

Quería gritarle, pero no salía nada, su vestimenta sencilla no importaba en este momento, la mayor parte estaba en el fuego que intentaba atraparla, cada paso estaba en la probabilidad de que tropezara, incluso si lograba evadir la mayoría estaba el riesgo.

Y luego estaba a metros del individuo, el humo que los separaba de la silueta se rompió, para ver que ya estaba tumbado en los escombros.

Era un niño, al igual que ella, se estaba rindiendo, lo noto en esos débiles ojos que miraron a la nada.

Ella no lo permitiría.

"Vamos…"

Se acercó al niño, cansada, sin energías de la cual tirar sus músculos, sus labios en busca de agua tampoco le favorecieron, ya estaba en la etapa final de su agotamiento.

Si podía hacerlo aquí y ahora, él también podría vivir.

"Por…favor…"

Se agacho y lo agarro de los hombros para que entrara en la realidad que los rodeaba, pero el chico seguía viendo al cielo como si su último momento fuera ese paisaje nocturno.

No sabía el cómo llego hasta aquí, en un lugar como este, ¿Por qué seguía adelante?, ¿Qué lo impulsaba?

De ser así lo levantaría a la fuerza, en su intento con sus brazos sucios cada uno agarrando el hombro intento levantarlo fallando en el acto y cayendo ella misma.

"…no"

"¿Eh? "Como un susurro a la nada que pudo escuchar, sabia de donde provino por eso su reacción.

"Sal…de aquí…sálvate" La voz seca la desconcertó aún más.

Le estaba diciendo que se vaya, que era un caso perdido… ¿Acaso estaba recibiendo una orden?, su sangre hirvió, ¡Este idiota le estaba ordenando!, creía que esto era ¿lastima?, aprendiendo del mejor esto es un insulto, no lo permitiría.

"No…seas idiota…" Hacia esto porque estaba en su poder hacerlo, que contradijeran sus acciones era el mayor error, solo uno podía corregir eso, y ya no estaba a su lado, ella seria fuerte, al punto en el que nadie contradiga su palabra.

Tumbada en el suelo boca abajo, se intentó levantar del suelo con su brazos y rodillas, el dolor de cada hueso no le permitió, era insoportable a este punto, ya no podía levantarse,

Hasta aquí pudo llegar ella, y su final sería al lado de un desconocido que quería salvar.

Que tonto desde un punto de vista externo…

Hasta que algo húmedo impacto en su rostro caído.

*goteo*

*goteo*

Y el sonido se repitió hasta nublar sus oídos, era agua…estaba comenzando a llover.

El fuego se agito como si tuviera conciencia propia, no podía hacer nada, porque la naturaleza le estaba poniendo fin a este infierno, al final de todo si pudo llegar hasta el final de su batalla…

Los pequeños charcos se acumularon a su alrededor en segundos, no sabía lo que pasaría hasta que cerrara los ojos, porque lo último que capto su visión fue la sombra de otro individuo más alto a su espalda con la iluminación del fuego moribundo, no sabía lo que le pasaría al niño, sería un misterio…

Porque su visión se oscureció y su consciencia se apagó.

/-/

Escombro tras escombro caían en lugares aleatorias, manos humanas las quitaban del camino, como si buscara algo, alguien, quien sea que no estuviera carbonizado, que respire, que pudiera salvar.

No había nada en detrás de esos escombros.

Emiya Kiritsugu tenía una mente fría cuando se trataba de su ¨ideal¨, incluso en el proceso para lograr aquello mancharon sus manos con más sangre de las que un humano podía soportar.

Esta guerra se supone que sería la solución para buscar un método para cumplir su sueño, lidiar con el problema social del mundo que mantenía la mentalidad y acciones de todos.

Justicia.

Algo así era en la mente de uno la voluntad de las demás personas, para someter a alguien por algo que hizo, una acción que degrada la sociedad, robar, matar, violar, o algo peor, eso quería erradicar el hombre, quería el bien para los civiles que convivían una vida tranquila.

Y por eso necesitaba el deseo de ese grial, no había bajado la guardia en todo momento, su vida estaba en riesgo y la de sus aliados por igual, incluso si logro convocar como servant al Rey de los caballeros.

Su Noble Phantasm y sus parámetros eran demasiado buenos y con sus hechizos de comando con una jugada para potenciar sus planes, incluso si el rey estuviera en su contra, no importaba en esta guerra, nada importaba mientras pudiera mantener a su gente.

Buscar información de los oponentes no fue tan difícil, los masters de esta guerra provenían de diferentes ramas de la magia y familias, aunque tuvo dificultades con uno en específico, el master de Assassin, incluso así con su ayudante de apoyo y su esposa para que apoyara a su servant habría grandes oportunidades.

Pero hubo un gran inconveniente que le jodio todo.

El servant de la clase Archer.

Gilgamesh de Uruk, ese mismo eliminó al rey de los caballeros sin ninguna pisca de piedad, nunca supo por qué lo dejo ir, intento usar todos sus sellos de comando para ayudar a saber y la había perdido, y con ella a sus aliados.

No quedaba nada.

La sangre de las personas que la ayudaron, que lo salvaron y sacrifico en toda su miserable vida paso por su mente, algo que no lo dejaba en paz desde hace años se volvió a avivar.

No aceptó ese final, no lo aceptaría.

A este paso ya podía imaginar el futuro que le esperaba su hija si no llegaba con la victoria, lo único que quedaba de su familia sería un recipiente para la próxima guerra y tendría el mismo final que su madre, no podía permitirlo.

Ahora estaba solo, incluso si era así todavía lo había dado en esta guerra, con sus armas y sus últimos planes tenía planeado ganar esta guerra, varios factores estuvieron a su favor, supo que el master de Archer fue traicionado por su discípulo, Gilgamesh todavía seguía con vida y no era necesario hacer muchas suposiciones de quien era su master.

Cuando llegó el final, solo quedaban dos, Kirei Kotomine y él como participantes, pero, aun así, había perdido.

Toda esa sensación de derrota se congelo en el cuándo vio el santo grial.

El contenido se derramaba sobre la ciudad y empezó el caos, Kirei le menciono que el grial estaba corrupto por parte de la familia con la que estaba trabajando, no podía creerlo ni aceptarlo.

Todo fue tan irreal a este punto, ¿Estas serían las consecuencias de su deseo?, no podía creer que había luchado por algo así.

No podría vivir con la muerte de inocentes por sus acciones, ya tenía suficiente con las que hizo por el bien de más vidas.

Por eso estaba aquí, se sentía culpable por formar parte de esto, este sufrimiento…, incluso así se agarró a sus últimas esperanzas, alguien, quien fuera, buscaba vida en la muerte, su cuerpo solo seguía buscando entre los escombros, con cada cadáver su voluntad decaía, sus oídos se nublaron por completo, como si tuviera una orden olvidaba su entorno y solo se enfocaba en un objetivo, rugidos y explosiones a lo lejos, no le prestó atención, tenía una prioridad.

No sabía cuánto tiempo había pasado, desde que empezó hasta que finalizo el tiempo no era una prioridad, pero acá…, donde con cada segundo uno tras uno morían como miserables insectos, no era justo.

Nunca lo seria.

Eso fue lo que vio por el rabillo del ojo, dos cuerpos completos, a lo lejos…

Sus piernas se movieron automáticamente y empezó a correr con todas sus energías, paso por paso de sus dañados zapatos reforzados, se le escapaba el aire, a través del fuego, finalmente llego donde se apagaba la vida.

Eran dos niños, por un momento sintió una pequeña sorpresa cuando vio a la niña, el cabello rubio manchado por la suciedad, por un momento sintió un escalofrió recorrer su espalda, sus rasgos…, no importaban por ahora.

Luego sintió la humedad acumularse en su cuerpo, estaba empezando a llover.

El siguiente era un niño, cabello castaño e hicieron contacto visual, podía sentir que escapaba la vida de esos ojos ámbar, no en su guardia lo permitiría, se arrodillo y reviso el pulso de ambos, era débil, pero seguía ahí.

Ahora venia la decisión más difícil del momento.

A quien salvaría, el fuego ya debió marcarlos con su corrupción, estos niños debieron exponerse demasiado al entorno y no deberían quedarle minutos hasta quedar como uno de ´éllos´, esas abominaciones…, tenía lo necesario para frenarlo y destruir lo que sea que tenga el barro, pero solo era para un solo individuo.

Así que tendría que analizar el cuerpo, si bien no era un especialista en la magia y taumaturgia, retira eso era pésimo en ello, conocía algunos métodos para analizar los cuerpos, lo importante más que todo.

El cuerpo de la debería estar más grave así que se apresura a analizar el cuerpo, su expresión de sorpresa fue demasiado obvia.

Pues no tenía nada, ninguna maldición, ninguna corrosión en el cuerpo, aparte de las heridas externas su ser estaba limpio, no sabría el como sucedió esto, talvez sea una discípula de algún mago, pero eso debería ser imposible, no podía pensar de ello en este momento.

"Por favor…"

El otro niño no paso por la misma suerte, le quedaban segundos antes de que abandonara este mundo, en un acto rápido comenzó a alistar lo que salvaría al muchacho.

Y el mundo se ilumino en la noche, ahí estaba en las manos del hombre, una vaina de oro, Avalon, el catalizador con el que invoco al Rey Arturo estaba en perfectas condiciones, sus propiedades curativas a un nivel fuera de lo común.

Con cuidado inserto la vaina dorada en el pecho del niño, la luz se desvaneció y Kiritsugu, esperando segundos mientras levantaba a la niña inconsciente reviso nuevamente el chico.

Estaba funcionando…

"Gracias…"

No pudo evitar soltar una sonrisa, ni las lágrimas de felicidad que la acompañaron, por fin pudo salvar a alguien de este conflicto.

"Gracias por vivir…" Con los niños en sus brazos procedió a retirarse de los escombros, necesitaban estar en un lugar más seguro.

Estaba vivos y a salvos, eso era todo lo que importaba.

/-/

A espaldas de aquel hombre abrazando a los niños que encontró y pudo salvar en aquel desastre se podía notar el grial cerrarse, no hacía falta pues esta guerra ya llego a su fin.

Con las cenizas morir ante la lluvia y el infierno desaparecer, la luna con su hermosa luz reinó sobre la noche una vez más, pero ocurrió algo que no debería aparecer, el sonido de una brecha, una grieta a oídos sordos encima de la ciudad se estaba expandiendo, a través de esa grieta no se podía ver nada.

Antes de escaparan unas pequeñas estrellas de esa brecha antes de cerrarse y volver a la calma.

Estas mismas se alejaron a grandes velocidades de la ciudad de Fuyuki, los espectadores que apreciaron su descenso a la tierra lo vieron como una estrella jugas.

Cada una de las estrellas se desplazaba por el mundo.

Una gran tormenta de nieve cubría por completa un pequeño pueblo, la ubicación era desconocida y los altos arboles de roble que rodeaban las casas de madera parecían ocultarlo del mundo exterior.

En la noche, mientras todos estaban en sus cabañas descansando, una pequeña luz desciende cerca de una de las viviendas, cayendo lentamente en una porción de nieve.

La luz se fue y solo quedaba un mango, de arma a simple vista, podría ser de una daga o un cuchillo, pero lo que se sabe, es que estaba siento escondida entre la tormenta.

Nadie al final la recordaba.

Las olas del mar chocar entre si fue un sonido relajante, las brisas del exterior, bajo la luna llena aterriza una pequeña luz, cae con cuidado, como si tuviera conciencia de sí mismo, impactando lentamente contra la arena de la playa.

Bajo el mundo que lo observaba esta pequeña estrella se apaga.

Reflejando un pequeño cristal, un rombo desfigurado por decirlo menos, brillante ante la luz natural de la noche.

Este cristal con pequeños rasguños que destruían su perfección, podía expresar más que una piedra a simple vista.

El cielo rojo gobernante del cielo desciende otro deseo, sin nubes en su camino impacta gentilmente, con el sol descendiendo y el entorno sin ninguna entidad que interviniera en su pequeño momento de paz, esta estrella que impactó entre un gran árbol muestra un trozo de madera refinado, un bastón que sentía que le faltaba algo, algo importante.

Entre el gran árbol a la vista un indeterminable campo de hermosos cultivos y vegetación floreciente.

Aquí en presencia de este paisaje, solo quería un momento de paz.

Una pequeña niña mirando por el cristal de la ventana, su cabello de un blanco puro y ojos carmesís observaba la nieve, a metros y metros solo podía ver eso, no sabía cuánto tiempo estuvo así, viendo por la ventana si ¨ellos¨ llegarían, le prometieron que buscarían más nueves en las mañanas, así que sentada mirando a la nada.

Hasta que una gran luz paso por el rabillo de sus ojos, lo que no pasó desapercibida.

La luz se había ido, pero luego el ruido ensordecedor y el comienzo de un temblor empezaron a asustar a la pequeña niña.

Ese castillo donde ella estaba confinada pronto se daría cuenta que una extraña mascara impacto cerca de sus terrenos.

El ultimo no tenía objetivos propios más que servir, siempre a sido así, seguir la palabra de su Dios, su propósito, ahora que no tiene ninguno no sabe que curso de acción debería tomar en el futuro.

Ante el sol naciente de la oscuridad, la estrella impacta lentamente sobre un gran campo de trigo, este se tomó su tiempo para formarse y descansar, un bloque de césped y tierra totalmente simétrico estaba presenciando una maravilla.

Desearía que fuera así por siempre, pero la otra cara del mundo no se lo permitiría.

"Finalmente has llegado…" Y una voz irreconocible apareció de la nada detrás de aquel bloque cubico, la enorme sombra no era descifrable.

"Todos tendremos ambiciones las cuales alcanzar" La voz ronca sonaba emociónate, pudo sentir el tacto de un dedo sobre ese césped y una oscuridad lo empezó a hundir.

"Por eso amigo mío, necesito que colabores en esta guerra" Y así la voz desapareció junto a la sombra.

El bloque sintió que su ser estaba siendo violado, sea lo que le hizo aquel desconocido, no iba a ser nada bueno.

/-/

Recobrar la conciencia no era la mejor manera en la que no pudiera empezar la mañana, no es como si ella tuviera un día que no fuera normal, incluso con los parpados cerrados el dolor en cada parte de su cuerpo ya la había despertado, como si estuvieran ligeramente entumecidos solo puede moverlo ligeramente con un poco de esfuerzo.

Un análisis silencioso para ser cierto.

Kashira no estaba de humor, no…

Rápidamente recordó lo que paso para que quedara en este pésimo estado, como si hubiera sido hace segundos, no podría olvidarse, su padre, la perdida de alguien amado, sin saber que hacer, el fuego, el dolor, la salvación y luego la rendición.

El humo asfixiándola, el fuego rozando su piel, su visión solo encontrando muerte y la debilidad viéndose tan miserable…

Recordar cada hecho fue un tiempo, y aun, así como si le hubieran quitado una parte de su memoria no recuerda casi nada, los sentimientos más fuertes fueron los que quedaron en ese momento, como fragmentos, ahora estaba aquí.

Abriendo los parpados para que le dé la bienvenida una luz extraña, una especie de pequeño sol colgando en lo que parecía un techo blanco.

Y de hecho fue así.

Moviendo ligeramente la cabeza todo era blanco, paredes, piso, camas extrañas donde podía notar otros niños dormir tranquilamente, y objetos que nunca había visto en su vida.

Fue entonces cuando concluyo.

"Estoy…viva."

Pudo mantener la palabra de su padre, tiene que vivir y lo logro.

"¡!" Se acordó de repente de que alguien más estaba con ella, un niño estaba a su lado antes de sucumbir al agotamiento.

Iba a empezar a buscar por los alrededores, incluso si solo podía mover su cabeza para ampliar su campo de visión.

"Despertaste"

Y una voz infantil la hizo girarse lo más rápido que pudo para buscar el dueño.

Para luego los ojos de ambos de sincronizaran, ojos como el rubí contra ojos ámbar dorados, le hecho un rápido vistazo y parecía estar bien, eso era bueno, la ropa que vestía…parecía ser de una sola pieza, también del blanco puro.

Aunque dudo por unos segundos noto su propia ropa.

Si bien eran simples prendas las que llevaba el que se las quitaran sin su consentimiento y se las cambiaran la haría explotar, pero no ahora, está agotada para hacer un alboroto.

"¿Cómo te sientes?" Reanudando la conversación Kashira quito la mirada de su extraña ropa para mirar directamente al chico, aunque la tomó por sorpresa que él comenzara una charla, si bien no era la más sociable pues no es que se encontrara con gente de su edad en medio de su viaje logró en cierta forma.

No tenía experiencia en este campo.

"Yo…" Armar las palabras no fue complicado, el chico parecía ser paciente de algún modo.

"Me siento mejor que antes" Si bien su voz no fue muy audible el chico pareció oírla con perfección.

El niño pareció entender que no era muy habladora, pero acepto con gusto la respuesta, era bueno saber que si lograron escapar de ese infierno de alguna manera.

"¿Dónde…estamos?" Kashira por un momento pensó que el niño no sabría la respuesta, pero aun así tenía que hacer la pregunta, de hecho, tenía muchas, pero eso sería un trabajo que resolvería ella misma.

"¿Dónde?, en el hospital supongo" Había ladeado su cabeza como un pájaro expresando su desconcierto, pero posiblemente pensó que el incidente había sido demasiado.

"¿Hospital?" Kashira si bien estaba perdida con todo lo nuevo que pudo analizar en segundos ahora comprendido las verdaderas palabras de su padre.

'-este nuevo mundo es- '

Todo se tornó oscuro por un segundo, para luego un dolor de cabeza la asaltara, esas palabras definitivamente eran de su padre, pero sentía que estaban incompletas…

Y luego otra luz desconocida cubrió su visión, tanto así que tuvo que taparse los ojos con su mano que pudo mover.

De alguna manera podía sentir que se estaba recuperando de su entumecimiento.

El niño siguiendo su curso de acción miro aquella luz natural que entraba por la ventana con las cortinas separadas.

"Ya veo, concuerdo con que debe ser molesto a veces" Estaba amaneciendo y el sol creciente se alzaba entre los vivos una vez más.

Como estaba cerca de la ventana el chico con simples movimientos cerro las cortinas así dejando la iluminación artificial en la habitación blanca.

"Bueno, ya que nos conocemos, ¿Estaría bien presentarnos?" Kashira le pudo seguir la conversación hasta que le propuso presentarse, no sabía su nombre así que estaría bien por ella, también haría enorgullecer el apellido que portaba.

"Bien entonces mi nombre…" Un momento de silencio hizo espera a la rubia notando que el niño fruncia el ceño, esforzando algo, su cuerpo no debió ser, debería ser su mente en ese caso.

"Shirou, si…ese es mi nombre, solo Shirou"

Kashira ya tenía una leve teoría de que pudo haberle sucedido lo mismo que a ella, su memoria no estaba completa en cierto modo, debió tener familia antes de llegar hasta aquí, era lamentable tan solo pensarlo, su vida debió acabar en ese instante en el que sucumbió a sus heridas, pero estaba aquí.

Y con iniciativa.

"Bien Shirou, espero que lo recuerdes, mi nombre es Kashi- "

"Aquí están señor" Una voz femenina interrumpió el espacio donde descansaban los niños, podía sentir sus venas arder, que falta…que falta de respeto intervenir así, no sabe porque se detuvo, talvez fue la poca atención que le presto al lugar que siguió la voz femenina en lo que parecía la entrada de este lugar, dos figuras adultas, la mujer con ropas raras y el hombre—

Solo llevaba negro en sus prendas, sus prendas cubrían todo su cuerpo, menos sus manos y su rostro, se sentía extraña ante este individuo, si nunca lo había conocido.

"-"No, recuerda, aunque solo unos segundos antes de desmayarse notar que alguien más apareció ante ello, ¿Acaso?

El hombre agradeció a la mujer y se dirigió a ellos, su mirada nunca los abandonó, siempre apuntando al chico y a ella, y con una sonrisa se acercó.

El adulto de la sala agarro una silla para sentarse en medio de los dos, sus ojos se dirigieron del uno al otro de más cerca, cada pequeño detalle que estuviera a la vista lo analizaba.

"Es bueno saber que están bien" Como si la tención abandonara su cuerpo el hombre soltó un suspiro, bajo la mirada un poco, pero recobro los sentidos y reanudo.

"Esto es mas en una manera de analizar tu situación, pero, ¿Tienen algún familiar o lugar al que puedan acudir? "

Y en ese momento el ambiente se sintió ligeramente pesado, el aire del lugar se volvió ligeramente pesado, hasta que en unos instantes no paso nada, como si todo fuera una ilusión de milisegundos, más como un pequeño mareo que los presentes sintieron, no quería que se lo recordara.

No podía controlarse, la sangre, las venas negras, sin un brazo, desgastado, sería lo último que vio de él e incluso así le dolía bastante, la perdida no se puede superar con pocos días, no se olvidara así de simple.

Le dolía el pecho recordar los fragmentos.

"No señor, ni siquiera recuerdo exactamente como paso todo, ¿Usted fue de casualidad el que nos rescató?"

'Nos…', no hacía falta esforzarse para armar las piezas, el chico no estaba muy seguro de los hechos, pero quería una confirmación, y quien estaba más ansiosa era Kashira.

"Si, fue bueno encontrarlos respirando, logre sanar sus heridas más graves hasta que llagáramos a un lugar seguro, mi experiencia en medicina debió funcionar, ahorita deber sentir sus cuerpos muy pesados así que lo peor ya paso."

"Ya veo…"

"Gracias…" Ambos varones se dirigieron a la chica que no había hablado desde que llego aquel hombre de negro, voz poco audible que incluso ambos captaron con las justas.

Una pequeña sonrisa se posó en su rostro, logro vivir…

'SI puede ver el final de la batalla padre…'

"Bien en ese caso escuchen por favor, dado las circunstancias les doy dos opciones en este momento. "Se pusieron atentos, Kashira más que todo, este hombre lo salvo así que por ahora escucharía lo que quiere decir.

Levantando dos dedos hacia los niños.

"La primera seria que se quedaran aquí y esperar hasta que un orfanato los puedo recoger para cuidarlos hasta un futuro en el que puedan seguir su propio camino." Bajo un dedo.

"La segunda opción sería que vayan con un completo extraño a una nueva vida lejos de todo lo que a sucedido. "Y así bajo el segundo, bajando su mano para apoyarla en su rodilla espero con paciencia sus respuestas.

Kashira por su lado analizo mejor su situación, podía pensar con más claridad ahora que el dolor estaba desapareciendo casi por completo, miro sus manos, su visión se tornó en las llamas por unos momentos, nunca pensó en lo que seguiría después de escapar de ese lugar, sentía desesperación y el miedo de echar la vida de su padre solo la haría odiarse más.

Shirou en una manera ligeramente infantil posa su expresión de gran pensador, no era por broma, bueno un poco, pero de verdad estaba pensando en qué hacer con su vida a partir de ahora.

No tenían muchas opciones que tomar así que obviamente se sabía la respuesta.

"¡La segunda!" Uno ya tomo su decisión, el hombre ahora se enfocó un poco más serio esperando.

Cerrando unos segundos los ojos asintió levemente, lo que recobro el estado de ánimo de ambos varones.

"Bien en ese caso alistare los papeles" Se levantó, pero se volvió a sentar rápidamente lo que desconcertó a ambos niños.

"No me había presentado, pero soy Emiya Kiritsugu" se le había olvidado lo más importante en una charla.

"Shirou, encantado de conocerlo señor" Shirou luego se dirige a la rubia "Por cierto todavía no pudiste presentarte correctamente, ahora que estamos aquí seria lo mejor"

Su momento había llegado, si iba a tener que vivir con completos desconocidos hasta que pudiera recuperar sus energías tendrían que grabarse en sus memorias su nombre y con orgullo lo que le seguía.

"Kashira de Uruk, espero que lo recuerden"

El silencio reino otra vez, y Kiritsugu cerró los ojos, sus pistas eran ciertas, 'Esta niña', aunque no se dieran cuenta ninguno de los miro con hostilidad a la rubia ahora Kashira.

'No, no es él, no merece tomar la culpa.' El hombre mayor ya estaba pensando en todos los problemas que vendrían adelante, su cuerpo recordaba a carne viva el pasado, no era momento para arrepentirse ahora, si todavía podía vivir, entonces podría tomar un curso de acción.

El destino ya se estaba deformando.

/-/

Gracias por llegar hasta el final, me divertí escribiendo esto, aunque como puede notar se repiten varias veces algunas palabras.

Lo sé no tengo mucha creatividad cuando se trata de escribir, pero hice lo mejor que pude, no sé cuándo sacare el próximo capitulo.

Aunque también pienso hacer otro fic más como un archivador de información sobre los elementos oc que ocurren mientras avanza la historia.

Es algo parecido a Fate: Prueba servant, solo que este llevara armas y personajes más allá con información más precisa, me gustaría también su opinión de estas mismas.

¡Me apoyaría mucho con su estrellita!

Así que…

"Las líneas de las leyendas se encuentran"