Por fin. Llevo meses esperando escribir algo para estos dos.

Marshall X Skye sin duda es el ship más difícil de escribir de Paw Patrol. ( lo que complica la originalidad en sus fanfics). Esto iba a ser fanfic, pero no tengo tiempo para hacerlo así que un compensa.


*El partido de mi vida*

El sol se elevaba en el horizonte de Bahía Aventura, tiñendo el cielo de tonos cálidos y dorados mientras la brisa del mar acariciaba suavemente la costa.

Era un día perfecto para un juego de fútbol en la playa, y todos los cachorros estaban emocionados por la competencia que se avecinaba. Sin embargo, había un cachorro en particular que no compartía el entusiasmo general. Marshall , se sentía nervioso y fuera de lugar.

"No sé si debería jugar, chicos". Murmuró Marshall, mirando el balón de fútbol con una expresión de ansiedad en su rostro.

Rocky, lo miró con una sonrisa alentadora.

"¡Vamos, Marshall! No te preocupes por eso. Lo importante es divertirse. Además, Skye está segura de que puedes hacerlo". Dijo el mestizo guiñando el ojo.

Marshall se sonrojó ligeramente al mencionar el nombre de Skye. Aunque había compartido muchas aventuras con ella, Marshall nunca había tenido el valor de confesar sus sentimientos hacia la intrépida perrita piloto.

Skye se acercó a Marshall con su característica elegancia y confianza. Su pelaje dorado brillaba bajo la luz del sol, y sus ojos color rosados reflejaban un brillo de determinación.

"Marshall, sé que puedes hacerlo. La clave está en la confianza en ti mismo. Todos cometemos errores, pero eso no nos define. Lo que importa es que des lo mejor de ti y disfrutes el juego".

Marshall la miró, sintiendo su corazón latir con fuerza. Skye siempre tenía ese efecto en él, y sus palabras eran como un bálsamo para su alma insegura.

"Gracias, Skye. Intentaré dar lo mejor de mí". Respondió Marshall, sintiéndose un poco más seguro gracias a las palabras de Skye.

El juego comenzó, y los cachorros de la Patrulla Canina se dividieron en dos equipos. Marshall se unió al equipo de Skye, y ella lo animó en cada paso del camino. A pesar de su torpeza, Marshall estaba decidido a no decepcionar a sus amigos, especialmente a Skye.

Con cada intento de patear el balón, Marshall parecía tropezar o enviarlo en la dirección equivocada. Sin embargo, Skye nunca perdió la fe en él y continuó alentándolo con palabras de aliento y una sonrisa radiante.

"¡Vamos, Marshall! ¡Tú puedes hacerlo!" Gritó Skye mientras corría junto a él por la playa.

Incluso cuando el equipo contrario anotó un gol, Skye no permitió que Marshall se sintiera desanimado. Ella lo abrazó con ternura y le susurró al oído.

"Recuerda, Marshall, lo más importante es disfrutar el juego y aprender de tus errores".

Marshall asintió y se secó el sudor de la frente con una pata temblorosa. Skye le dio un rápido beso en la mejilla antes de volver al juego. La confianza de Marshall aumentó, y aunque cometió más errores, se levantó una y otra vez con determinación.

A medida que el juego avanzaba, Marshall comenzó a mejorar su desempeño. Sus compañeros de equipo notaron su esfuerzo y comenzaron a pasarle el balón con más frecuencia. Skye, siempre atenta, seguía apoyándolo y celebrando cada pequeño logro.

Finalmente, llegó el momento decisivo del partido. El marcador estaba empatado, y quedaba poco tiempo en el reloj. Marshall tenía la oportunidad de anotar el gol que podría dar la victoria a su equipo. El balón llegó a sus patas, y Marshall se concentró al máximo. Dio un poderoso golpe y vio con asombro cómo el balón se elevaba en el aire, superando al portero del equipo contrario y entrando en la portería con un suave toque.

Los ladridos de celebración llenaron el aire mientras Marshall era rodeado por sus amigos. Skye se acercó a él y lo abrazó con cariño.

"¡Lo lograste, Marshall! Ese fue un increíble gol".

Marshall sonrió, sintiendo una oleada de felicidad y gratitud. Se dio cuenta de que, con el apoyo de sus amigos y la confianza en sí mismo, podía superar sus miedos y desafíos.

Esa noche, después del emocionante juego, Marshall y Skye caminaron juntos por la playa iluminada por la luz de la luna. Las olas susurraban suavemente en la orilla, creando un ambiente romántico y tranquilo.

"Gracias por creer en mí, Skye". Dijo Marshall con sinceridad.

Skye lo miró con ternura y colocó una pata en la suya.

"Siempre creí en ti, Marshall. Eres valiente y capaz de lograr cualquier cosa que te propongas. Y recuerda, estoy aquí para apoyarte en cada paso del camino".

Marshall sintió su corazón latir con fuerza mientras miraba a los ojos de Skye. Finalmente, reunió el coraje que había estado acumulando durante tanto tiempo.

"Skye, hay algo que quiero decirte desde hace mucho tiempo. Eres increíble y valiente, y me haces sentir especial cada vez que estoy contigo. Skye, yo...

Antes de que pudiera terminar su confesión, Skye lo interrumpió con un suave beso en la mejilla.

"Yo también siento algo especial por ti, Marshall".

Ambos cachorros se sonrojaron, pero sus sonrisas revelaron la alegría que sentían en ese momento. Tomados de las patas, continuaron caminando por la playa, sintiendo que habían ganado mucho más que un juego de fútbol en ese día soleado de Bahía Aventura. Habían encontrado el amor y la confianza en sí mismos.