Percy cayó al suelo, al igual que en las últimas dos ocasiones el chico se sentía bastante mareado, ya estaba empezando a odiar todos aquellos viajes. — No se muevan — dijo un hombre, Percy intentó abrir los ojos, pero la luz del sol lo cegó obligando a que tuviera que cerrar los ojos, se intentó poner de pie pero fue golpeado para regresar al suelo.
— Vayan a notificarle al Rey que han llegado los últimos — dijo la voz. Tan pronto pudo abrir los ojos Percy se percató que sus dos compañeras estaban siendo sujetadas por dos hombres cada una, aunque ellas parecían igual de confundidas que él.
— Vamos a llevarlos al barco — rugió el hombre más cercano a Percy, el chico decidió no oponer resistencia hasta que logrará llegar a un lugar seguro, donde también pudiera recuperarse de todo lo que pasó.
El chico caminó en silencio observando todo lo que había a su alrededor, intentando encontrar algo que le indicará en donde estaban, — ¿Están bien? — murmuró Percy, a la hija de Zeus, quien se mantenía al frente del grupo, ella solo asintió.
El chico logró ver una ciudad muy cerca de donde se dirigían, pero los chicos no entraron a la ciudad los llevaron hasta el muelle donde los encadenaron en el interior de un barco.
— Iré por los demás — dijo uno de los hombres dejando a los chicos a solas, Percy de inmediato se puso de pie intentando romper las ataduras.
— Yo en tu lugar no haría eso — dijo Cronos apareciendo frente a los tres chicos, — Me ha sorprendido ver que han llegado hasta aquí, pero si quieren encontrar la siguiente parte deberán de continuar su viaje en este barco.
— ¿Y por qué no nos explicas todo de una vez? — espetó Bianca viendo molesto al Primordial.
— ¿Y quitarle toda la diversión? — exclamó Cronos tranquilamente, sin inmutarse de las miradas furiosas que le lanzaban los tres chicos.
— Al menos nos debes de dar alguna pista — dijo Percy sin poder ocultar su desesperación, aunque el Primordial no dejaba de reír.
— Es algo bastante sencillo, la siguiente pieza la encontrarán en el cuello de la bestia que se está encerrada en el laberinto — explicó Cronos sin dejar de sonreír.
Una vez terminó de hablar el Primordial desapareció, Percy por su parte se mantuvo en silencio, podía sentir como un escalofrío recorría su cuerpo, había solo un monstruo que se encontraba encerrado en un laberinto.
— ¿Están bien? — preguntó intentando acercarse a sus compañeras pero las cadenas se lo impidieron, las dos chicas se veían igual de nerviosas que él.
— Si — respondió Bianca nerviosa, mientras Thalia solo lo veía fijamente, podía ver el miedo en aquellos ojos azules. — ¿Dónde estamos?
— No lo se, pero creo que vamos a enfrentarnos al minotauro — respondió Percy, el chico buscó en su cintura para su fortuna ahí seguía su pluma, le tomó algunos minutos pero logró quitarse su collar para después entregárselo a Bianca. — Solo toca el símbolo y se convertirá en arco, y tu Thalia guarda mis cuchillos de caza.
— Si — respondió Thalia escondiéndose los cuchillos , mientras Bianca se colocaba el collar.
— Bien, si Cronos tiene razón este barco nos va a llevar hasta el laberinto y es mejor que nuestros captores no sepan que vamos armados, esa será nuestra mejor oportunidad — dijo Percy aunque no tenía ni idea de que cómo iban a derrotar al Minotauro, — No debemos separarnos, y sobre todo hay que intentar ocupar lo menos posible nuestros poderes, eso solo llamará la atención del Minotauro.
Las chicas solo asintieron, aunque Percy las observó por un momento, había algo diferente en ellas, — ¿Qué pasa? — murmuró Bianca al notar la mirada del hijo de Poseidón.
— Se ven diferentes — respondió el chico, aún sin dejar de verlas.
— ¿No eras un poco más pequeño? — preguntó Thalia, acaso había crecido su amigo o era producto de su nerviosismo.
— Creo que es por la Profecía — respondió Bianca provocando que ambos chicos la voltearan a ver — Piensen, solo hay cinco hijos de los Tres Grandes, y ninguno da la edad.
— Para eso también son los viajes — murmuró Thalia comprendiendo lo que pensaba su compañera, aunque parecía que Percy era el único que no lograba entender nada. — ¿Recuerdas la profecía? De los Dioses más antiguos, un mestizo llegará a los veinte años en contra de todo lo predicho.
— Y ninguno de nosotros da esa edad, por eso creiamos que todo esto era demasiado pronto — respondió Bianca.
— Y ese es el plan de Cronos, no solo quiere el medallón estos viajes están ayudando a que nosotros tengamos la edad para asumir la profecía — añadió Thalia, Percy por su parte se mantuvo en silencio recordando la charla con Caos.
— Eso quiere decir que uno de nosotros será el de la Profecía — dijo Percy y pudo notar como ambas chicas parecían alegrarse por un momento de aquello.
— Bueno prefiero ser yo a que mi hermano sea quien corra peligro — explicó Bianca, Thalia solo asintió, los tres chicos permanecieron en silencio aún sin digerir bien lo que aquello significaba, en ese momento los hombres regresaron junto con seis chicos y cinco chicas, — Les deseo buen viaje — espetó el hombre con una sonrisa maliciosa, escuchó que alguien lloraba aunque por la oscuridad del lugar no podía saber de quién se trataba.
— Deja de llorar — exclamó la voz de un joven, Percy sintió como el barco se puso en marcha, comenzando con el viaje.
— ¿Y tú quién te crees para decirme que puedo hacer? — exclamó otra voz. — Vamos directo a nuestra muerte.
Percy sintió como Thalia tomaba su mano, — Vamos a estar bien — susurró Percy, ganándose un apretón por parte de la chica.
El chico se mantuvo en silencio durante el viaje, aunque se mantuvo sujetando la mano de Thalia, ella se había quedado dormida sobre su hombro. Si no se equivocaba, estaban siendo enviados a Creta para alimentar al Minotauro, aquella criatura se mantenía encerrada en el laberinto. Aunque lo preocupante era pensar en cómo lograrían quitarle al monstruo la parte del medallón y salir con vida del laberinto. — ¿Sigues despierto? — dijo Bianca, intentando acercarse a los chicos.
— Si — respondió el joven intentando moverse pero no logró hacerlo.
— ¿Thalia está bien? — volvió a preguntar Bianca.
— Si, ella está dormida, ¿tú cómo estás? — preguntó Percy, ya no lograba escuchar a nadie, no sabía si estaban dormidos o simplemente no querían hablar, aunque no los podía culpar al enfrentarse ante el Minotauro no era para nada un buen augurio.
— Nerviosa, ¿Crees que lo lograremos? — preguntó nuevamente Bianca.
— Si — respondió Percy, aunque tenía bastantes dudas era mejor mantenerse tranquilo, recordando la vez en la que se enfrentó ante aquella criatura. — Ya me enfrenté una vez contra él.
— ¿Y ganaste? — preguntó Thalia, provocando que el chico diera un pequeño brincó asustado.
— No, pero tal vez esta vez sí tenga suerte — respondió Percy en tono divertido, logrando que sus dos compañeras soltaron unas carcajadas.
— Si no deberías de contarle una de tus bromas, tal vez eso lo derrote — dijo Bianca divertida.
— Eso si no se lastima haciendo una tontería — añadió Thalia. — Aunque es más seguro que termine haciendo una tontería.
— Oye — murmuró Percy esbozando una sonrisa, al menos agradecía que las dos chicas mantuvieran aún su sentido del humor.
— Bueno, nosotras ya entramos en el laberinto — añadió Thalia, recordando lo que había pasado en el laberinto, aunque en esa ocasión habían intentado mantenerse alejadas de los monstruos, ahora tenían que encontrar al Minotauro.
— ¿De verdad? — preguntó Percy asombrado.
— Si, debemos mantenernos cerca de Bianca, ella no se pierde en aquel sitio — añadió Thalia recordando la incursión que habían hecho en aquel laberinto.
— Bueno ahora será Bianca la líder — dijo Percy.
— Hasta que por fin dices algo coherente — dijo Thalia entre risas, algo que logró animar al resto de los chicos, quienes también sonrieron.
— Oye — dijo Percy intentando sonar molesto, — No soy tan malo.
— No solo has resultado herido en las últimas dos misiones — dijo Thalia.
— Creo que deberíamos descansar — dijo Percy esperando que fuera suficiente para que las chicas dejaran de molestarlo.
Salto de Línea
— Hemos llegado — dijo Percy, sintiendo como el barco iba perdiendo velocidad, estaban cada vez más cerca el momento en el que serían enviados al laberinto. Ninguno de los jóvenes pudo decir algo, ya que tan pronto se detuvo el barco un par de soldados entraron al sitio, sacando primero a las chicas. Los nervios de Percy aumentaron, no sabía que iba a hacer si los separaban.
— Ninguno intente nada — dijo uno de los soldados, apuntando con su espada a todos los chicos, tan pronto salieron Percy se percató de que las chicas seguían en la playa. Algunos habitantes se habían acercado hasta la playa para observarlos, muchos de ellos sonreían, aunque no eran nada amigables más bien para burlarse.
Las primeras en irse fueron las chicas, que caminaron en dirección a la ciudad, podía notar las miradas de nerviosismo en sus compañeras. — Vamos muévete — dijo un soldado, el chico que tenía frente a Percy no se movió, incluso uno de los soldados intentó empujarlo pero este se aferró a no moverse,
Pero uno de los soldados se le acercó golpeando al chico en la cabeza, dejando que este cayera al piso, otro de los jóvenes intentó escapar pero fue detenido por una flecha, — ¿Qué haces Fausto? — gritó uno de los soldados, acercándose al joven lastimado, retirando la flecha en un solo movimiento.
— Llevenlo a los calabozos, si el chico muere esta noche tú ocuparás su lugar — dijo el soldado más viejo, una vez que ambos chicos fueron cargados el resto no se opuso. El viaje por la ciudad fue demasiado intranquilo, más habitantes salieron a su encuentro, aunque la mayoría se reían cuando los veían pasar, hasta que se detuvieron enfrente de un enorme palacio, los nervios de Percy se esfumaron al ver que sus dos amigas se encontraban en aquel lugar. — ¿Pero qué ha pasado con ellos dos? — dijo un hombre con túnica blanca, por el aspecto que tenía aquel hombre sabía que era el gobernante.
— Lo siento mi Rey, es solo que estos dos quisieron escapar y tuvimos que impedirlo — dijo el soldado más viejo, el Rey se mantuvo en silencio examinando el estado de salud de los dos chicos.
— Llevenlos a los calabozos, espero que el Minotauro no se de cuenta, si no ustedes tendrán que tomar su lugar — comentó el hombre con una sonrisa, para suerte de Percy los catorce jóvenes fueron encerrados en una misma habitación, Thalia fue la primera en acercarse abrazando al chico.
— ¿Están bien? — preguntó Percy, ambas chicas solo asintieron, el chico les hizo una señal para que se alejarán de los demás. — ¿Aún tienen sus armas?
— Si, ¿Cuál es el plan? — preguntó Bianca.
Percy esbozo una sonrisa, — Fácil, encontrar al Minotauro quitarle la pieza del medallón e irnos lo más rápido que podamos antes de que nos asesine — dijo Percy con una sonrisa.
— Ahora entiendes porque no eres bueno en los planes — dijo Thalia esbozando una sonrisa ante la mirada ofendida de Percy. Bianca esbozó una sonrisa divertida de aquella discusión que tenían sus compañeros.
— ¿No tienen sueño? — preguntó Percy esperando que fuera suficiente para que sus amigas dejarán de molestar.
— Bueno yo si me iré a dormir espero que mañana sea mejor — dijo Bianca alejándose de los chicos, Percy esbozo una sonrisa mientras tomaba asiento haciendo un gesto para que Thalia lo acompañará.
— ¿Cómo te sientes de tu golpe? — murmuró la chica, esperando que nadie más los escucharán
— Ya mejor — murmuró el chico, echando un vistazo alrededor del calabozo, — Solo cuando desperté me sentía más mareado de lo normal, pero ya estoy mejor.
— Menos mal, temía que estuvieras más menso después de ese golpe — dijo Thalia esbozando una sonrisa, Percy también sonrió, le agradaba charlar con la chica.
— ¿Tú estás bien? ¿No fuiste lastimada? — preguntó Percy, ya que no recordaba nada desde que encontraron a Bianca, Thalia esbozo una sonrisa mientras asentía.
— Estoy bien, gracias a ti nadie logró lastimarnos — explicó Thalia sin dejar de sonreír. — ¿Crees que Antíope está bien?
— Si, mi mamá definitivamente la habrá dejado quedarse en la caza — explicó Percy, cuando regresarán le preguntaría a su mamá si había alguna cazadora con ese nombre.
— ¿Cómo es la vida con las cazadoras? — preguntó Thalia, sin poder ocultar su interés, lo que logró que Percy sonriera. — ¿Es cierto que todas las noches las cazadoras hablan de planes para torturar a los hombres?
Percy no pudo evitar reírse lo que le ganó un par de reclamos del resto de los ocupantes de la habitación, — ¿Quién te ha dicho eso? — preguntó Percy entre risas, intentando no reír más fuerte.
— Luke y Grover — respondió la chica aún confundida de la actitud de Percy.
Percy tuvo que llevarse la mano a la boca para evitar soltar otra carcajada, — Te mintieron — dijo Percy entre risas, — No te voy a negar que mis hermanas son un poco malas con los hombres.
Aunque se quedó en silencio ante la mirada fija que le daba la chica, — Bueno está bien, son bastante agresivas pero no van por la vida disparando flechas y castigando a todos los hombres que se le encuentran.
Aunque Thalia se mantenía en silencio aun sin creer lo que le explicaba Percy. — Es la verdad, no todas en la caza odian a los hombres — dijo el chico ya un poco más tranquilo, aunque Thalia se mantenía igual sin creer lo que hablaba el chico. — Las que más odian a los hombres tuvieron malas experiencias con los hombres, algunas fueron abusadas, aunque también la mayoría llegaron al campamento por que se encontraban solas.
Thalia se mantuvo en silencio, al menos lo que le explicaba Percy tenía algo de coherencia. — Creo que te divertirás en la caza — dijo Percy observando a la hija de Zeus. — Tienes el perfil de una cazadora, eres agresiva y violenta.
Lo que le ganó fue que la chica le diera un golpe en el brazo, — Ves a lo que me refiero — dijo Percy con una sonrisa logrando que la chica también sonriera. — Pero sin lugar a dudas te habrás divertido en la caza, es un buen sitio, todas las chicas son maravillosas, aunque eso sí debes cuidarte de Phoebe, ella siempre le hace bromas a las nuevas, nunca confíes en su amabilidad.
Aunque Thalia aún se mantenía sorprendida, de las cazadoras que Percy hablaba no se parecían a nada a las chicas que ella había conocido. — Hubo una vez logró pintar la ropa de una de las cazadoras, en la mañana cuando todas despertaron la chica tenía su ropa de color rosa, debo decirte que ella odiaba ese color — dijo Percy entre risas, — Phoebe fue castigada durante un mes por aquello.
— Suena como un buen sitio para vivir — dijo Thalia sin poder evitar esbozar una sonrisa.
— El mejor sitio de todos — dijo Percy pero en esta ocasión, el chico ya no sonreía su mirada se volvió triste.
— Ellas estarán bien — murmuró Thalia sabía por qué el cambió de actitud del chico, Percy por su parte intentó sonreír pero no lo logró.
— La extraño — respondió Percy limpiándose las lágrimas, había intentado no pensar más en Atalanta pero cada que quería dormir le venían a la mente los recuerdos de su hermana. Y tal vez en esos momentos sus demás hermanas también podrían estar en peligro.
— Cada que intentó dormir la veo — añadió, no sabía por qué se lo decía a Thalia pero necesitaba hablar con alguien. — No puedo dejar de pensar en que lo que pasó fue mi culpa.
Thalia le dio un fuerte abrazó, — Creo que en el fondo tu sabes que no tienes la culpa — dijo Thalia logrando que Percy la viera fijamente. — No eres mala persona, por lo poco que hemos convivido sé que eres una buena persona.
— ¿Y porqué me siento así? — añadió Percy, mientras se pasaba una mano sobre su cabello.
— Por que eres buena persona, creo que sería preocupante que no te sintieras mal después de todo lo que has vivido — respondió Thalia tranquilamente, — A pesar de todo eso, sigues siendo bueno, no has querido unirte a Cronos, y me has perdonado por lo que hice.
Percy se mantuvo aún en silencio, no sabía que decir, — Todos fuimos manipulados ese día, ninguno de nosotros tiene la culpa de lo que pasó — dijo ella, — Es mejor que lo entiendas o golpearé esa cabeza hueca que tienes hasta que entre en razón.
— Está bien, lo intentaré — murmuró el chico esbozando una sonrisa, no entendía pero el hablar con ella lo tranquilizaba.
— ¿Crees que todo salga bien mañana? — preguntó la chica, Percy pudo notar el temor en la voz de la chica.
— No sé — respondió Percy, al igual que ella se encontraba bastante nerviosa con todo aquello. — Aunque entre los tres hacemos un buen equipo.
— Tienes razón, solo que no hay que seguir más tus instrucciones — dijo Thalia con una sonrisa.
Salto de Línea
— Vamos, todos arriba — rugió un hombre irrumpiendo en la habitación, el cual venía acompañado de una decena de soldados. — Ha llegado el gran día, lleven primero a las chicas.
Percy intentó sujetar a Bianca pero fue golpeado en el estómago por uno de los soldados, — No lo golpes mucho o tú serás su reemplazo en el laberinto — dijo el líder logrando que ya no siguieran golpeando al hijo de Poseidón. Percy cuando logró recuperarse y ponerse de pie se percató que sus amigas ya no estaban en la habitación, lo que solo aumentó más su nerviosismo.
— Vamos Thalia, él estará bien — dijo Bianca tomando del brazo a la chica para abandonar la habitación, aunque separarse no había sido parte de su plan era mejor hacerles caso a los soldados antes de que estos les hicieran algo. Sabía bien que por más fuerte que fueran ellos tres no iban a lograr vencer a todo el ejército de aquel lugar.
— ¿Estás segura? — preguntó la hija de Zeus preocupada por el bienestar del joven.
— Si, ellos no le harán nada muy grave, recuerda que lo necesitan para sacrificar al Minotauro — respondió Bianca, aunque su nerviosismo iba aumentando conforme se iban acercando a la entrada del laberinto. Las siete chicas se detuvieron enfrente de la entrada del laberinto donde ya los esperaban una gran multitud.
— Es una gran honor para todas ustedes que sean sacrificadas — gritó el Rey Minos caminando frente a las jóvenes, — Que tengan una buena muerte
Aunque ninguna de las chicas se movió, nadie tenía muchas ganas de adentrarse en el laberinto, pero para su mala fortuna los soldados comenzaron a disparar flechas en su dirección provocando que todas ellas tuvieran que correr en dirección al laberinto para refugiarse.
Bianca tomó de la mano a Thalia antes de correr en dirección a la entrada del laberinto, — No te separes — dijo la hija de Hades, mientras se iban adentrando en aquel sitio.
— Espera, ¿no crees qué debemos esperar a Percy? — murmuró Thalia, aquel sitio era más oscuro de lo que recordaba, apenas y lograba ver a su compañera.
Bianca echó un vistazo en dirección a la entrada del laberinto, los soldados habían dejado de disparar pero aun así había varios de ellos en la entrada por si alguna decidía salir.
— No creo que sea buena idea — murmuró Bianca, podía sentir como el suelo se cimbraba, alguien demasiado grande y pesado se acercaba a donde se encontraban, aunque no quería ponerse nerviosa sabía que solo tendría unos minutos antes de que el Minotauro llegará hasta donde ellas se encontraban. — Aquí solo seremos presas fáciles, además no sabemos en qué momento entran los hombres al laberinto, debemos encontrar un sitio donde sea más fácil atacar al Minotauro.
Thalia se mantuvo un momento en silencio antes de asentir pesadamente, — Tienes razón, te seguiré — dijo la chica echando un último vistazo en dirección a la entrada del laberinto, solo deseaba que Percy estuviera a salvo.
El nerviosismo de las chicas aumentó al escuchar algunos gritos, aunque no sabían identificar si se encontraba cerca el Minotauro, Thalia volteó en un par de ocasiones a su espalda creyendo escuchar que alguien venía detrás de ellas, pero no había nadie o al menos no lograba ver a nadie.
— Espera — dijo Bianca, la chica se detuvo observando los pasillos, los gritos se fueron haciendo cada vez menos hasta que al final cesaron, lo que hizo que ambas chicas se pusieran nerviosas, ya que eso significaba que el Minotauro empezaría a buscarlas.
— ¿Sabes dónde estamos? — preguntó Thalia volteando a ver en todas direcciones esperando que el Minotauro apareciera de pronto.
— Corre — gritó Bianca tomando del brazo a la hija de Zeus, pero era difícil correr en aquel sitio, ya que en muchas ocasiones la chicas no lograban ver con claridad el camino.
— Espera — dijo Thalia deteniéndose, intentando tomar un respiro, su corazón latía con fuerza y su nerviosismo aumentaba. — Debemos de pensar en algún plan, no creo que esto siga funcionando.
— Silencio — dijo Bianca, lograba escuchar como alguien se acercaba a donde se encontraban. — Saca tu arma.
Ambas chicas sacaron sus armas mientras el sonido de las pisadas se iban intensificando, — Tendrás que arrojar un rayo en esa dirección — murmuró Bianca, aquellas pisadas se escuchaban cada vez más cerca, Thalia se esperó unos segundo para lanzar el rayo, el cual iluminó por unos segundos aquel oscuro túnel. Las chicas lograron percatarse de cómo el rayo golpeaba el pecho de la criatura arrojando a este al contra una de las paredes del laberinto, Bianca aprovechó ese pequeño momento de luz para arrojar un par de flechas que se incrustaron en el rostro de la bestia. Aunque lejos de derrotar a la bestia, solo provocaron más su furia.
Thalia arrojó otro par de rayos más intentando alejar al Minotauro, aunque la oscuridad de aquel sitio provocó que no acertará en sus ataques, golpeando a uno de las paredes del laberinto, provocando que las chicas tuvieran que correr en diferentes direcciones.
— Por Hades — murmuró Thalia sin poder ocultar su miedo al percatarse que se había quedado sola en aquel laberinto.
Salto de Línea
Percy se mantuvo caminando por aquella habitación, habían pasado ya más de diez minutos desde que se habían llevado a sus amigas de aquel lugar, le aterraba la idea del peligro en el que estaban sus amigas, era más que probable que las dos chicas ya se encontrarán en el laberinto, y lo que más le preocupaba es que no pareciera que fueran por ellos para también entrar en el laberinto. — Debes calmarte, ya en estos momentos tu noviecita debe de estar muerta — dijo uno de los jóvenes, pero Percy permaneció en silencio, no quería iniciar una pelea y eso provocará su atraso en entrar al laberinto.
— Puedes dejar de decir esas cosas — gritó otro joven, Percy logró ver que este tenía lágrimas en los ojos y parecía el más joven de todo aquel grupo.
— No estoy diciendo una mentira, todas ya habrán muerto y nosotros pronto las vamos a acompañar — dijo el primero joven sentándose tranquilamente en el suelo, aunque eso provocó que otro par de chicos se le acercarán para intentar callarlo. Percy suspiró pesadamente al ver lo que había logrado aquel joven, ya que un instante todos se estaban peleando entre sí, el hijo de Poseidón se acercó a la puerta de la habitación observando cada uno de los movimientos de cada uno de los jóvenes por si alguno quería atacar. Aunque los gritos provocaron que un par de soldados se acercarán intentando descubrir a qué se debía tanto alboroto, una docena de ellos entraron en la habitación pero fueron derribados por una ráfaga de agua. — No dejen que ninguno tome sus armas — gritó Percy a los sorprendidos jóvenes, quienes aún no entendían qué había pasado. — Cada uno de ustedes desvita a un soldado y que se pongan su ropa.
— ¿Pero qué dices? — preguntó uno de los jóvenes, Percy suspiró pesadamente mientras se colocaba la ropa del soldado.
— A menos que quieran ir también al laberinto lo mejor será hacerse pasar por ellos y así intentar escapar — explicó Percy, lo que fue suficiente para que todos los demás empezarán hacer lo mismo.
— ¿Cómo vamos a salir de esta ciudad? — preguntó el joven que había iniciado la pelea.
— El muelle está al oeste, intenten encontrar un barco, no creo que ninguno de los habitantes sospechen de ustedes, pero dense prisa no sabemos con cuánto tiempo contamos — explicó Percy mientras tomaba por el cuello a uno de los soldados. — ¿Dónde está el laberinto?
— Ninguno de ustedes va a lograr salir con vida de esta isla — murmuró el soldado aunque eso le gano un golpe en el rostro por parte de Percy. — Es en aquella dirección, tendrás que bajar pero no podrás llegar porque está lleno de soldados.
Percy solo asintió golpeando nuevamente al soldado dejando a este inconsciente, — ¿Qué harás? — preguntó el más joven.
— Tengo que ir por mis amigas — dijo Percy antes de correr en dirección de donde le había dicho el soldado, aunque después de un tiempo tuvo que detenerse, ya que había una gran multitud de gente, lograba escuchar como todos ellos parecían divertidos aunque su furia aumentó cuando escuchaba como entre ellos hablaban de cuál de las chicas serían las primeras en morir.
— Tú — gritó uno de los soldados, — Ve por los chicos es su turno.
Percy sintió como todos los que estaban cerca lo observaban, el chico por su parte se fijó a su izquierda donde se encontraba la entrada de una cueva custodiada por una decena de arqueros. — ¿Acaso eres sordo? — volvió a gritar uno de los soldados.
— Creo que sí tenía razón Thalia, mis planes no son tan buenos — murmuró el joven, mientras daba un par de pasos para encarar al soldado, cuando estuvo lo suficientemente cerca Percy arrojó una ráfaga de agua, lanzando al hombre varios metros en el aire. La mayoría de la gente empezó a correr intentando alejarse de Percy, lo que ayudó a que los soldados no pudieran acercarse a donde estaba. Percy nuevamente arrojó unas de las ráfagas más alejando a los soldados más cerca mientras intentaba acercarse a la entrada del laberinto, aunque los soldados respondieron lanzando una lluvia de flechas en su dirección. Percy levantó las manos logrando crear una barrera de hielo evitando sufrir algún ataque pero también eso había provocado que el chico no pudiera seguir caminando y los soldados se estaban acercando.— Pésima idea — murmuró Percy, golpeando el piso provocando un temblor en aquel sitio, el chico no lo pensó más y corrió con todas sus energías en dirección a la entrada del laberinto, solo tuvo que arrojar un par de ráfagas más alejando a los pocos soldados que estaban en la entrada del laberinto.
— Quietos, nadie lo siga — oyó gritar a uno de los soldados, Percy suspiró tranquilamente al ver que había logrado escapar de los soldados aunque eso solo duró muy poco ya que logró escuchar un rugido que provenía del interior de aquel lugar.
Percy sacó su espada antes de dar un par de pasos para adentrarse en aquel laberinto, intentando acercarse al origen de aquellos rugidos, aunque no le agradaba para nada el tener que acercarse solo al minotauro, pero era la forma más sencilla de saber dónde estaban sus compañeras, después de todo era aquella criatura la razón por la cual estaban en aquel sitio. La oscuridad de aquel sitio junto con los rugidos furiosos de la criatura solo hacía más aterrador aquel lugar. Camino alrededor de varios minutos hasta que se detuvo frente a un pequeño derrumbe, algo había pasado en aquel sitio y había provocado aquella destrucción. — ¿Thalia?
¿Bianca? — murmuró el chico caminando entre los escombros esperando que ninguna de las chicas estuviera debajo de aquellos escombros.
— ¿Percy? ¿Eres tú? — dijo Bianca a su espalda, el joven de inmediato dio un par de pasos para encontrar a la hija de Hades en el suelo.
— ¿Estás bien? — preguntó el chico mientras se acercaba.
— Si, solo tengo un par de rasguños — dijo la chica mientras se ponía de pie, aunque había algo que preocupaba al joven, no había escuchado a Thalia.
— ¿Thalia dónde está? — preguntó Percy esperando que la hija de Zeus hablará.
— No sé — respondió Bianca nerviosa, — Fuimos atacadas por el Minotauro, uno de los ataques de Thalia provocaron que el pasillo se viniera abajo, después de eso nos separamos.
Percy suspiró pesadamente, mientras intentaba pensar en cómo podían encontrar a la hija de Zeus, — Intenté regresar fue más difícil pero cuando llegué aquí ella no estaba — añadió Bianca, Percy logró notar que la chica estaba llorando, tal vez se sentía culpable de aquello.
— El Minotauro, ¿Dónde está? — preguntó Percy, había escuchado los rugidos furiosos de la bestia pero en ningún momento estos fueron cerca.
— No sé, creo que también está en buscando a Thalia — explicó Bianca ya un poco más tranquila, Percy se mantuvo en silencio pensando en aquello, era claro que el Minotauro lograba percibir su aroma y sin dudas era más atractivo para cualquier monstruo el devorar a un hijo de Zeus.
— Vamos, tenemos que encontrarlo — dijo Percy ayudando a la joven a ponerse de pie.
— Debemos de buscar a Thalia, no podemos dejarla sola — explicó Bianca sin entender por qué el joven no quería buscar a su compañera.
— Nosotros somos hijos de dos de los Tres Grandes, si no ha venido por nosotros es por Thalia, si encontramos al Minotauro también a ella — explicó Percy, — Es la única oportunidad que tenemos.
Bianca pensó por unos momentos, Percy tenía razón desde que se habían separado el Minotauro no había estado interesado por ella. — Vamos, es por aquí, solo hay que estar preparados — dijo Bianca aunque estaba bastante nerviosa de enfrentarse nuevamente al Minotauro.
— Es mi imaginación o el Minotauro está cada vez más molestó — murmuró Percy con nerviosismo.
Salto de Línea
Thalia se despertó de pronto sobre saltada, aunque la chica de inmediato se puso de pie al recordar en qué sitio se encontraba, — ¿Bianca? — murmuró la chica intentando caminar en dirección a donde creía que debería estar su amiga, pero solo chocó contra una barrera de escombros, pero su tranquilidad duró muy poco ya que logró escuchar el rugido del Minotauro, no sabía si su amiga estaba lastimada pero si se quedaba en aquel lugar solo provocaría que el Minotauro la atacará. — Voy a tratar de alejarlo — dijo nuevamente esperando unos segundos por si escuchaba algún ruido pero todo siguió igual.
La chica de inmediato se alejó corriendo aunque después de varias caídas la chica prefirió dejar de correr, la oscuridad del laberinto le dificultaba bastante la tarea. Pero aún así lograba que el Minotauro estaba bastante cerca, no lograba entender por qué se sentía tan atraído, pero tenía que pensar en algún plan no podía estar huyendo todo el tiempo y tampoco podía regresar a donde estaba Bianca. Aunque intentó recordar el trayecto que tomó, descubrió que se había perdido. — ¿Por qué no me puedes dejar en paz? — dijo Thalia disparando un rayo en dirección a donde creía que se encontraba el Minotauro. Fueron unos segundos los cuales iluminaron el pasillo aunque no parecía que el Minotauro estaba cerca, pero había jurado que lo escuchó cerca. No sabía cuánto tiempo había pasado, tal vez Percy y el resto de los chicos ya habían entrado en el laberinto pero la chica no había escuchado ningún ruido más allá de los rugidos del Minotauro. Nuevamente un rugido furioso del Minotauro alertó a la chica obligando a que nuevamente se echará a correr al escuchar a la criatura demasiado cerca, en un par de ocasiones se dio vuelta disparando un par de rayos esperando dañar al Minotauro.
Después de varios minutos recorriendo los pasillos del laberinto la chica logró ver de pronto un rastro de luz, — Creo que eso puede funcionar — murmuró la chica caminando en dirección al rastro de luz, tratando de idear alguna forma de defenderse del Minotauro en aquel sitio, sabía que ya no podía seguir huyendo y sentía que sería casi imposible poder encontrar a sus amigos en aquel laberinto, tal vez ella tendría mejor suerte si lograba quitarle esa pieza del medallón al Minotauro, si tendría suerte ella podría hacerlo, no tenía que vencerlo, solo tenía que quitarle la pieza. Después de unos cuantos pasos la chica logró llegar hasta el sitio, aunque no era muy grande aquella habitación tenía el espacio suficiente para maniobrar los ataques de la criatura.
Solo fueron unos segundos de tranquilidad hasta que escuchó nuevamente los pasos de la criatura, podía sentir como el laberinto se estremecía con cada pasó que daba el Minotauro. La valentía que había tenido la joven se esfumó al ver al monstruo entrar en la habitación, el Minotauro debía de medir al menos quince metros de altura, aunque la chica se centró en la especie de collar que llevaba sobre el cuello y lo que supuso que era la pieza que necesitaba. Thalia dio un par de pasos para encarar al MInotauro, el cual rugió furioso mostrando sus afilados dientes. La chica arrojó un rayo golpeando a la criatura en el pecho provocando que este retrocediera un par de pasos aunque no se veía demasiado afectado, la chica sacó sus cuchillos de caza logrando hacerle un corte en el estómago pero este respondió golpeando a la chica arrojando a la joven contra la pared. El Minotauro rugió victorioso mientras Thalia disparaba un par de rayos pero ninguno parecía surtir efecto en la criatura. Ella cerró los ojos pensando que en cualquier momento vendría el ataque pero después de unos segundos los abrió, aunque su atención se centró en la chica que estaba sobre la cabeza del Minotauro. Bianca se encontraba en la cabeza del monstruo sujetándose de los cuernos para evitar caer al suelo. — Intenta quitarle el collar — grito Bianca mientras intentaba no caer. La hija de Zeus intentó acercarse a la criatura pero esta se abalanzaba contra las paredes en un intento de quitarse a la chica que tenía encima, aunque aquello sólo duró un instante de pronto la criatura se vio sujetada por un par de cadenas de hielo, Percy intentó usar todas sus fuerzas para obligar a la criatura a arrodillarse.
Pero el Minotauro resultó ser más fuerte y tomó las cadenas arrojando a Percy en dirección a Thalia para después sujetar a Bianca y arrojarla contra la pared del laberinto. Percy y Thalia lograron ponerse de pie pero de inmediato el chico lanzó a su compañera al suelo evitando que ella fuera golpeada por la criatura, aunque él no corrió con la misma suerte ya que el Primordial lo tomó de la cintura para acercarlo a su boca.
— Huele asqueroso — dijo Percy mientras golpeaba al Minotauro las garras de la criatura intentando que ésta lo soltará. Pero sus ataques no parecían surtir efecto y para su mala fortuna tampoco podía tomar su espada.
— Ten — gritó Thalia arrojando uno de los cuchillos de caza, Percy logró tomarlo y lo clavó en una de las garras provocando que el Minotauro lo soltará justo a tiempo.
— Corran — gritó Bianca antes de golpear el piso con su puño provocando un derrumbe en el laberinto. Los tres chicos corrieron con todas sus energías logrando salir de aquel derrumbe.
— ¿Están bien? — preguntó Percy mientras intentaba recuperar el aliento pero fue sorprendido por la hija de Zeus quien lo abofeteó.
— Eres un idiota, casi provocas que te asesine el Minotauro — dijo la chica furiosa su cuerpo emitía chispas permitiendo que por momentos se iluminará aquel oscuro túnel.
— Lo sé, pero tenía que salvarte — murmuró Percy algo nervioso de la reacción de su compañera.
— Creo que debemos preocuparnos de eso después — dijo Bianca, — Debemos movernos, no va a tardar mucho antes de que el Minotauro nos encuentre.
— Debemos encontrar un lugar iluminado, será una misión suicida si intentamos pelear contra él en la oscuridad — dijo Percy, hace unos momentos casi habían sido devorados por el Minotauro era mejor no volver a tentar su suerte e intentar atacar al Minotauro en un lugar abierto.
— Debemos llevar al Minotauro afuera del laberinto — dijo Thalia de pronto. — Percy tiene razón, no vamos a ganarle aquí adentro afuera al menos podremos verlo.
— Pero los soldados serán el problema — añadió Percy recordando el número de soldados que había en la entrada al laberinto y temía que también ellos los atacarán.
— Creo que hay que preocuparnos por eso después, ahora síganme — ordenó la hija de Hades, Percy se mantuvo atrás del grupo tratando de escuchar hasta el más mínimo ruido. Caminaron alrededor de diez minutos, los rugidos del Minotauro eran cada vez más cerca aunque para fortuna aún no se había suscitado algún ataque.
— ¿Pero qué demonios? — murmuró Bianca de pronto, estaba segura que aquel camino los llevaría a la salida del laberinto pero en cambio éste estaba bloqueado, habían entrado en un callejón sin salida.
— Está es la salida, creo que lo bloquean para evitar que el Minotauro escape — explicó Percy mientras intentaba apartar la piedra que les impedía salir de aquel laberinto.
— ¿Ahora qué haremos? — preguntó Thalia nerviosa, cada vez los rugidos del Minotauro se escuchaban más cerca.
— Pónganse detrás de mí — dijo Bianca acercándose a la piedra, — Cuando la piedra sea destruida intenten correr con todas sus energías, no sabemos si hay soldados cerca.
— Esperen, la playa está hacia el oeste, corran en esa dirección — dijo Percy, era mejor llevar al Minotauro al mar, en aquel lugar sin duda era el mejor para enfrentarse al Minotauro.
— ¿Pero el Minotauro nos seguirá? — preguntó Thalia, pensando por un momento que tal vez la criatura se sentiría más atraída por los habitantes de la ciudad.
— Si, cuando estemos afuera usas tus poderes Thalia, él va a perseguirte — explicó Bianca, Thalia sólo asintió aunque no le agradaba del todo ser la carnada para atraer al Minotauro.
— Bueno, creo que tenemos un plan — dijo Bianca golpeando la roca, provocando un agujero lo suficientemente grande para que los tres chicos pudieran salir.
— No dejen que escapen — gritó alguien, aunque Percy no logró ver quien había sido, Thalia por su parte disparó varios rayos alejando a los soldados.
Aunque lo peor estaba por venir, aquellos rayos que arrojó Thalia parecieron provocar más a la criatura, ya que salió de pronto del laberinto provocando un caos en todo el sitio. — Corran — gritó Percy al ver al Minotauro, quien ahora a luz del día se veía mucho más aterrador.
Los chicos aprovecharon el caos, y lograron alejarse del laberinto, ya que la mayoría de soldados habían concentrado sus esfuerzos en meter al Minotauro de regreso al laberinto, Percy echó un vistazo a su espalda logrando ver que la criatura había logrado deshacerse de los soldados y ahora corría en dirección a ellos, y a pesar de su enorme tamaño el Minotauro era bastante veloz.
— Dense prisa chicas — gritó Percy al ver que el monstruo estaba bastante cerca, aunque para su fortuna el monstruo se detuvo en algunas ocasiones para devorar a un par de habitantes que no tuvieron la fortuna de poder escapar del Minotauro.
— Abajo — gritó Bianca echándose al piso, el Minotauro saltó encima de los jóvenes colocándose de pronto frente a ellos impidiendo que lograrán llegar a la playa.
— Chicos necesitamos pensar en algo — gritó Thalia al ver que varios soldados se estaban acercando a donde estaban.
Percy arrojó un par de ráfagas de agua alejando por un momento al Minotauro, Bianca por su parte golpeó el piso evocando a una decena de esqueletos que se dirigieron en dirección a los soldados. — Ustedes vayan por esa maldita pieza, por lo mientras voy distraer a los soldados — dijo Bianca corriendo entre las sombras.
— ¿Algún plan? — preguntó Thalia observando al furioso Minotauro, había jurado que la criatura creció más de lo que recordaba.
— Creo que es sencillo — murmuró Percy mientras sacaba su espada, — Hay que quitarle esa maldita pieza del cuello y no morir en el intento.
Después de eso el joven corrió en dirección al Minotauro, Thalia por su parte arrojó un par de rayos que golpearon pecho de la criatura, lo que el hijo de Poseidón aprovechó para realizar varios cortes sobre las patas del monstruo. Aunque aquello sólo provocó más la furia del Minotauro, quien lanzó un par de golpes logrando derribar al hijo de Poseidón, para su fortuna un rayo golpeó al monstruo, el cual ahora centró su atención en la hija de Zeus. Percy observó con nerviosismo como la criatura se acercaba lentamente a Thalia, quien a pesar de que se mantenía disparando varios rayos no lograba detener el avance del monstruo.
Percy de inmediato se puso de pie y corrió en dirección al Minotauro logrando escalar por la espalda de la criatura, — Solo tendrás una oportunidad — gritó Percy mientras convocaba un par de cadenas de hielo sobre la boca del Minotauro para evitar que mordiera a su compañera.
Thalia se acercó apuñalando a la criatura en una de sus patas para después arrojar un rayo obligando a la criatura a que se arrodillara. — Vamos Thalia — gritó Percy evocando un par de cadenas más para evitar que el Minotauro pudiera mover su cabeza.
La chica se adelantó un par de pasos para poder arrancar la cadena que tenía sobre el cuello, para después alejarse. — Intenta unir las piezas — gritó Percy, el joven tuvo que reunir todas sus fuerzas para mantener controlado al Minotauro.
Thalia echó un vistazo rápido en dirección a Bianca, observando preocupada que los soldados habían logrado destruir a la mayoría de esqueletos y ahora rodeaban a su amiga, — Thalia, date prisa — gritó el joven, Thalia de inmediato se quitó el collar que tenía sobre su cuello para unir la pieza que le había arrebatado al Minotauro provocando que todo de pronto se viera iluminado para que después los tres chicos desaparecieran.
Thalia de inmediato se acercó a Bianca la cual parecía estar inconsciente aunque no pudo checar bien el estado de su amigo, lo primordial era juntar las piezas y salir de una vez por todas de ahí. La chica logró retirar la pieza del medallón para después unirlo con el resto, de pronto todo el laberinto se vio iluminado obligando a los jóvenes a cerrar los ojos.
