Ducktales (2017) no me pertenecen, y este es un insignificante Fic.

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La varita mágica

Capitulo 1

(...)

La muchedumbre que la perseguía parecía estar lejos, pero una harapienta y flacucha Magica no estaba lista para cantar victoria, mientras trataba de recuperar el aliento tras un sucio callejón. El olor a estiércol mezclado con basura en descomposición llegó a su nariz, y casi le hizo vomitar el ácido que se acumulaba en su estómago vacío. No había conseguido probar bocado en días, pero gracias al hechizo que aprendió con ayuda de su hermano, consiguió un gran botín que los dejaría satisfechos durante la semana.

Era patético que solo pudiera hacer un hechizo por semana, y no uno muy poderoso, pero era lo suficientemente efectivo como para confundir a las personas por el tiempo suficiente. Con sus flacuchos brazos, sujetó el saco lleno de comida detrás de su espalda, y trató de seguir corriendo por aquel callejón.

Finalmente, divisó a Poe haciendo le señas desde el alcantarillado, y sin dudarlo se lanzó dentro de este. El olor a aguas servidas no le ayudaría a recuperarse de la carrera, es más, no pudo soportarlo más, y dejando el saco a un lado, Magica logró sacar de su organismo todo el ácido que acumuló en su estómago, por el esfuerzo repentino.

Poe le dio unas palmaditas en su espalda, esperando con paciencia que se recomponga. Al ver que no estaba surtiendo efecto, abarajo el saco y el debilitado cuerpo de su hermana para moverse lejos de allí. Los pies de Magica trataban de seguir el paso de su gemelo, pero fue inútil, estaba agotada, tanto por el hechizo que realizó como la inanición, que le hacían perder el conocimiento en cortos periodos de tiempo. Mejoró un poco su estado cuando finalmente siente el aroma a madera y tierra húmeda del bosque, a las afueras del pueblo.

Ambos se ocultaron en el árbol hueco que habían conseguido como refugio, el cual era bastante intimidante, por su enorme tamaño y sus intrincadas ramas, apenas provistas de hojas. Desde que se instalaron allí, después de huir de su hogar ancestral, pensaron que estarían solo unos pocos días. Sin embargo, llevan meses estancados en aquel horrible lugar.

—¿Cómo estás, hermanita?— El joven brujo dejó el saco de comida a un lado, y tiró del cuerpo de su hermana para dejarla lo más cómoda posible —Solo aguanta un poco más, te haré un poco de medicina—

—No quiero nada…— Gimoteo Magica, tirada sobre la cama improvisada, adoptando una posición fetal por el fuerte dolor de estómago. Sentía que se estaba muriendo por el ardor en sus entrañas. En la nube de dolor, notó a su gemelo encendiendo una runa para calentar agua con un par de hierbas. El olor de aquel preparado estaba mareándola más de lo que quería admitir.

—Tranquila hermanita, yo te tengo, bebe despacio— El brebaje estaba listo, se sintió dulce y caliente, se podría decir que hasta reconfortante. Magica se dio cuenta de que Poe había usado la miel que encontró hace unos días atrás, para curar su malestar. Ella sintió una furia subiendo por su garganta ante su patética debilidad, deseando ser más poderosa para destruir aquel maldito pueblo que le dio la espalda.

Poe merecía algo mejor. Ellos merecían algo mucho mejor que toda esta mierda. A pesar de que su familia entera cayó en desgracia, ellos eran mucho mejores que toda esa lacra que luchaba contra su estupidez crónica día tras día.

—Ahí estas, mucho mejor, la receta de mamá siempre tan eficiente— Murmuró Poe al notar la furia en los ojos amarillentos de Magica, dejando atrás el dolor de sus entrañas.

—Eres un brujo como ella Poe, eso ayuda más, en cambio yo solo puedo lanzar un hechizo de mierda al día y desmayarme— Magica intentó levantarse, y se mareó un poco. Decidió sentarse en la cama para evitar volver a vomitar.

—Ya, ya… Tranquila— Poe dejó que Magica sujete la taza por su cuenta, y se dirigió a revisar la comida, para comenzar a cocinarle —Creo que encontré una forma de que uses tu magia con más libertad en los libros que rescatamos del incendio de nuestra casa, pero habrá que hacer sacrificios para conseguirlo…—

Magica se abalanzó hacia su hermano para agarrarlo de sus hombros y exclamarle con ojos desorbitados.

—¡Estoy dispuesta a sacrificar al mundo por nosotros! —

—Eso está bien, bien hermanita— Poe dijo esto taciturno, como si tuviera miedo a contradecirla —Ahora come algo, has estado una semana entera bebiendo agua y mis horribles brebajes…—

...
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Magica despertó sola en su cabaña, rememorando el sabor amargo de los brebajes de Poe en su boca reseca, sobre su desordenada cama. Se levantó con torpeza, tropezando con sus zapatos y cruzando a ciegas la oscura habitación, para aferrarse a su báculo, particularmente en su piedra mágica.

El brillo violáceo iluminó aquel recinto, demarcando las sombras de todos los objetos que la rodeaban, excepto la suya, que la habían abandonado hace mucho tiempo.

Se aseguró de que las almas atrapadas allí fueran suficientes para alimentar su magia, hasta que finalmente consiguió relajarse. Suspiró sin darse cuenta que estuviese conteniendo el aliento, y caminó por su cabaña de mal humor, buscando un trozo de pizza para devorar entre las múltiples cajas esparcidas por su desordenada sala de estar.

No iba volver a dormir esa noche, estaría rememorando a su hermano, alimentando su desprecio por Scrooge McDuck, y rumiando aquel recuerdo, como si fuera una especie de premonición. Si su hermano le quiso dar una visión de su futuro desde el más allá, haciéndola soñar con el recuerdo de su asquerosa infancia, estaba siendo más molesto de lo habitual.

Poe nunca se metería en su vida para mostrarle algo inocuo. Pero ella no era de las que interpretaban sueños, aunque suele divertirse mucho torturando a otros con pesadillas.

—¿Qué es lo que te puede preocupar hermano? Tu ya estas muerto—

Escupió molesta Magica, mientras mordía con rabia un trozo rancio de pizza, mirando su pantano desde la ventana, viendo como el amanecer se extendía lentamente en el horizonte.

(…)

Violet entró a la habitación que compartía con su flamante hermana mayor con cierto cuidado. Un gemido lleno de preocupación casi se escapó de su garganta al notar que Lena no había podido despertarse aún. Este extraño letargo comenzó a sucederle hace poco, si calculaba bien, desde hace un par de semanas, justo después de su enfrentamiento contra Phantom Blot y la increíble transformación que experimentó. Desde entonces, dormía cada vez más horas, aumentando con el paso del tiempo la cantidad de tiempo que necesitaba para descansar. El día anterior se había acostado a dormir apenas pasada las seis de la tarde, y hoy siendo ya mediodía, la pobre no conseguía despertar.

Lena sabía que algo andaba mal, pero no quería preocupar a Webby, a su hermana o a sus padres. Sin embargo, Violet no tardó mucho en atar cabos y alertar al resto de la familia de aquella situación.

Miró desde el pasillo a sus padres que ya estaban discutiendo si deberían llevar a Lena a un hospital para que le hagan unas pruebas, una solución que la medicina moderna pueda descubrir para ayudarla a recuperar sus energías. Violet era consciente de que ninguna de las maquinas existentes podrían dar con un diagnóstico claro, ya que Lena era un ser mágico.

Solo quedaba una opción.

—Lena— Violet movió a su hermana con cuidado, mientras revoloteaba en su habitación en busca de sus libros de magia —Lena despierta, tenemos que irnos—

—¿Qué? ¿A dónde?— La joven pata estaba adormecida, apenas podía balbucear sobre estar muy cansada y protestar de que el sol era demasiado fuerte.

—Iremos a la biblioteca de McDuck, en el Money Bin, ya hablé con Webby y Huey, vamos a investigar y encontrar una cura para tu mal— Dijo con firmeza Violet.

—¿Le dijiste a Webby?— Lena reaccionó bastante mal, al parecer, sintiéndose traicionada por su hermana. Trató de levantarse de la cama, pero cayó al suelo por la falta de fuerza en sus piernas, apoyando su frente en el suelo con cierto dolor —Ella no puede verme así ¿Por qué lo hiciste?—

Violet iba a replicar de forma sarcástica, pero al ver que su hermana parecía estar a punto de volver a dormirse, la ayudó a incorporarse.

—Cuando tengas más energía discutiremos si fue o no una mala idea, vamos Lena muévete— Aplicando sus conocimientos de la guía de Junior Woodchuck, Violet acomodó uno de los brazos de su hermana sobre sus hombros, para mantenerla estable y comenzó hablarle con urgencia —Canta una canción, cualquiera que se te ocurra—

—No se me ocurre ninguna… — Protestó Lena avanzando con pesadez por el pasillo de la casa —Recuerdo la tonada del himno de Woodchuck—

—Eso es suficiente, silba o tararea, pero no pares, no puedes dormirte hasta que lleguemos—

Lena comenzó a tararear, tratando de ignorar como dejaban atrás a sus padres, sin decirles nada. Violet era consciente de que estaba haciendo algo muy malo, pero no tenía idea como explicarle esto a su familia y mucho menos como solucionarlo. Hablaría con ellos cuando lo haya resuelto y esperaba traer un poco de paz a su casa.

El taxi que había pedido estaba esperándolas afuera, y cuando vio salir corriendo a sus padres para detenerla, ella le pidió encarecidamente al conductor que acelerara.

Escuchar a Lena tararear el estribillo del himno Woodchuck sobre la responsabilidad y el respeto a la familia, le hizo revolver el estómago por la culpa.

(…)

El sonido de una pequeña explosión al fondo del laboratorio alertó a una concentrada Morgana, sacándola de su lectura y levantando la vista para enfocar a la pareja que estaba trabajando allí. La joven pata se quedó mirando con cierta duda como se desarrollaba la situación, mientras dejaba el grueso volumen que había estado revisando sobre el escritorio que le habían prestado.

No había ido hasta aquel lugar para seguir repasando los manuales de ingreso a la agencia SHUSH. Se suponía que harían pruebas a la runa mágica del traje de Gizmoduck, pero tanto Fenton como Gyro habían descuidado algunos de sus proyectos para McDuck, y tenían poco tiempo para terminarlos.

Se quedó tranquila al ver que la explosión era bastante pequeña y no había heridos, pero a juzgar por la cara de desesperación de Gyro y la expresión derrotada de Fenton, parecían desear haber volado por los aires ante ese desperfecto.

—No tenemos más opción que reemplazar todo, aunque no sé si llegaremos a volver a hacer todos los cálculos y el ensamblado si vas a buscar las piezas que faltan— Gyro aplastó su pequeño sombrero con una de sus manos, mientras tiró lo que parecía ser un minúsculo destornillador al suelo con rabia. Fenton trató de levantar sus ánimos, a pesar de lo abrumado que estaba por aquel desastroso desenlace.

—Podría ir corriendo hasta la tienda y…— Comenzó a sugerir el joven pato, pero Morgana lo interrumpió para tratar de serles un poco útil a sus amigos.

—Si no tienen problemas, iré a buscarlas por ustedes, de todas formas, no tengo mucho que hacer hoy— No sabía si les generaba la suficiente confianza, a pesar de que se vestía un poco más moderna, como había sugerido Drake, seguía viéndose un poco informal con su camisa holgada y sus jeans desgastados.

De todos modos, notó mientras se ofrecía a realizar aquel encargo, Gyro se calmó un poco más, a pesar de que seguía incordiando sobre el poco tiempo que le quedaba y Fenton le dedicó una mirada preocupada, tal vez con pocos deseos de meterla en sus problemas laborales.

—Lo siento Morgana, pensé que podríamos hacer las pruebas hoy— Fenton se veía sinceramente apenado por hacerle perder el tiempo, pero estaban atiborrados de trabajo. Hasta Manny tuvo que salir a buscar las piezas para el siguiente proyecto que debían terminar, y no volvería hasta mañana.

—No te preocupes, será rápido, iré en mi auto a buscar sus piezas mientras preparan todo para volver armar su proyecto— Morgana no tenía mucho más que hacer de todos modos, y no podía seguir releyendo los manuales de admisión que les habían enviado SHUSH. Estaba segura de que no iba a encontrar nada relevante en ellos, más de lo que ya sabían.

—Gracias Morgana, te haré una lista, Fenton vuelve a la computadora a revisar los cálculos y el modelo del simulacro— Al parecer, Gyro estaba desesperado por acabar con el trabajo y aceptaría un trato con el mismo demonio para hacerlo. Para su suerte, los recados no entraban dentro de los contratos de bruja, ella aprendió esto cuando iba a la tienda por tabaco para los matones de su padre.

—¿Hay algo que sirva en los libros que nos dio SHUSH para el examen de admisión?— Fenton miró soslayo a Morgana, mientras su rostro preocupado remarcaban sus creciente ojeras, al enfrentarse nuevamente a la computadora y a sus interminables cálculos. Entrar a la agencia de espías era importante para poder desenmascarar a los agentes ocultos de FOWL, pero se le estaba haciendo difícil conciliar su vida laboral con aquella empresa.

—No, la mayor parte de la información esta censurada— Morgana paso sus manos por las páginas de aquel manual, lleno de franjas negras, que censuraban la mayor parte de aquel material. Le dedicó una mirada taciturna al joven científico, tratando de modular su voz para ofrecer una posible solución —Si el examen es escrito, deberíamos hacer trampa para pasarlo, dudo que nos den más información—

—¿Trampa? Supongo que se espera eso de los agentes, ser furtivos— Fenton protestó por lo bajo bastante molesto por la única opción que les quedaba, al parecer la idea de hacer trampa no le gustaba para nada. Morgana no le entendía del todo, SHUSH era una organización de espías y de seguro dentro de esta, nadie era de confiar. Su abuelo siempre le insistió que los espías eran lo peor del sistema militar y que no podías fiarte de ninguno. No conocían el honor y mucho menos la lealtad.

En lo que a ella respeta, nadie en SHUSH merecía el mínimo respeto.

—Aquí esta— Gyro le da a Morgana una lista con el nombre de los componentes y las tiendas donde estaban disponibles —Espero que las encuentres pronto—

—Estaré aquí apenas las consiga, cuiden mis libros— Morgana salió del laboratorio despidiéndose de Gyro, que ya estaba desmantelando el prototipo para comenzar de cero. Esa iba a ser una noche muy larga para los dos, esperaba poder hacer algo más para ayudar, pero no tenía más conocimiento sobre tecnología que el funcionamiento básico de su microondas.

Morgana subió al elevador para salir del Money Bin y pasó por la biblioteca de McDuck para salir al estacionamiento. Saludó con amabilidad a la bibliotecaria, la cual le dedicó un gesto tosco y silencioso, pero era suficiente, considerando lo ofendida que estaba con ella.

Quackfaster le había pedido encarecidamente a McDuck que comprara su colección de libros, y Morgana no dudo en declinar cualquier oferta que le ofrecieran. Era gracioso como había cambiado el mundo desde que salió de su encierro autoimpuesto. Por alguna razón, los intelectuales pensaban que podían convertirse en brujas con solo leer un par de escritos y escribir unas cuantas de runas de forma correcta.

Morgana no se sentía superior, y mucho menos bendecida con su condición de bruja, pero estaba segura de que si Quackfaster y aquellas que desean llamarse brujas hoy en día se dieran cuenta de la verdad, desearían no volver a tratar con la magia nunca más.

Ella apenas podía aceptar la dura realidad, pero estaba tratando de vivir con esta... Tal vez con muy poco éxito, considerando su incurable insomnio.

Salió al estacionamiento, y mientras buscaba las llaves de su auto dentro de los profundos bolsillos de sus pantalones, vio un taxi detenerse en la calle, donde un par de adolescentes salían de este con cierta prisa. Era extraño y casi preocupante que estuvieran solas, pero ella no iba a meterse, el karma de la joven pata pekinés estaba al límite, y solo estar en la misma habitación con ella, le traería problemas. Fenton se enfadaría de su animadversión y Drake le diría que estaba siendo paranoica, pero lo que no sepan, no les hará daño.

Tratando de pasar desapercibida, haciendo como si leyera la lista que le dio Gyro, se dirigió a su Fiat 600 de color rojo, ignorando la clara llamada del deber. Podía vivir consigo misma ignorando esa situación, al menos hasta que desapareciera…

Sin embargo, la pequeña colibrí que acompañaba a la otra joven, se tropezó con ella, tirando los libros que llevaba en su mochila.

—Lo siento, lo siento— La niña se disculpó rápidamente y de forma histérica, mientras luchaba por sujetar todos los libros y papeles esparcidos a su alrededor. Morgana la ignoró por completo, y no pudo evitar centrar su atención en la otra muchacha que estaba tarareando. Su karma estaba al límite, y estaba pagando mucho más de lo que le que correspondía.

Le quedaba muy poco tiempo, lo cual era una pena, era realmente muy joven.

—Hey— Morgana llamó la atención de la pata pekinés, la cual le dedicó una mirada oblicua y cansada —¿Quieres vivir?—

—¿Quién eres?— La joven estaba a punto de caerse de bruces, pero mantuvo una mirada desafiante, buscando sus ojos con cierta insistencia.

Morgana acomodó sus gafas desviando su mirada, sintiendo que se estaba arrepintiendo de aquella situación. Le pasó uno de los libros que la pequeña colibrí perdió, sin siquiera mirarla. El karma era demasiado fuerte, no iba a meterse en esto, no le concernía.

—Nadie— Respondió con brusquedad mientras le daba la espalda. Subió a su auto y salió de allí lo más rápido posible. Mientras Fenton y Drake no se enterarán, no iban a reclamarle esto.

(…)

—Que extraña ¿Te dijo algo?— Violet trató de ayudar a Lena a moverse después del desastre que provocó por sus nervios, pero no pudo evitar preocuparse de la extraña pata de larga camisa roja que había salido del Money Bin.

—No la escuchaste— Esa no fue una pregunta de parte de Lena, solo estaba afirmando lo que había sucedido, para entender si lo que había escuchado era real.

—No, ella solo te miró y luego se marchó— Violet estaba preocupada por aquella extraña reacción —¿Quién crees que sea?—

—Nadie— Respondió molesta Lena. Estaba a punto de enfrentar a Webby, a volver a ser una carga para ella y toda culpa de la magia. Estaba bien que aquella persona se alejara de ella, solo traía problemas a los demás.

—Encontraremos una forma de ayudarte, te aseguro que si hay un lugar donde podemos hallar un hechizo para sanarte, es en la biblioteca de McDuck— Violet se veía determinada, pero Lena solo deseaba volver a su casa y estar con sus padres.

—Estamos perdiendo el tiempo, volvamos a casa para que pueda dormir…— Lloriqueo la joven sin percatarse que sus amigos se acercaban.

—¡Lena! ¡Violet!— Webby apareció corriendo y saltó sobre Lena para verla de cerca, haciendo que la pobre se tambalee peligrosamente. La joven pata se dio cuenta que su amiga estaba demasiado débil y se giró para ver a Huey llegar a duras penas tras ella.

—Creo que encontré el libro que necesitamos— Huey dijo esto tratando de recuperar el aliento —Vamos a la biblioteca y pidámosle ayuda a Quackfaster—

Lena estaba cada vez más molesta, mientras Webby la observaba con cierta preocupación. Suspiró tratando de relajarse para no preocupar a su amiga, y antes de decirle que todo estaría bien, recordó las pregunta que le hizo aquella extraña.

"¿Quieres vivir?"

Si la volvía a ver, ya estaba lista para responder esa pregunta.

(…)

TBC

N/A 1: Este fic se publicará un capítulo a la semana a partir de hoy. Tranquilos todos, ya está terminado, así que solo resta revisar cada capítulo antes de las actualizaciones. Agradezco a mi amiga Julieta por leerlo de antemano y evitar que me vaya por las ramas, pero creo que hice unos capítulos extras porque ando oxidada al describir escenas de acción.

N/A 2: Se a ciencia cierta que nadie leerá este fanfic, pero por las dudas me disculpo desde ya si no son muy fans de las interecciones y relaciones que aparecen en este fic, no quiero ofender a nadie con esta idea.